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Yendo a la raíz de la campaña contra Francisco

Cuando ví la firma de Fernando Vidal en este artículo de Vida Nueva supe que iba aportar buena información. Efectivamente en él Fernando llega a la raíz de de epidemia que hoy podría acabar con la vida esperanzada que el papa Francisco está infundiendo en todo el mundo. Animo a Fernando, con quien colaboré unos años en Iglesia Viva, seguir los mecanismos de contagio y denunciarlos. AD.

Los medios fundamentalistas católicos que inspiró Roger Ailes

Por Fernando Vidal. Vida Nueva digital, 23-11-2019
¿Están ustedes indignados con las noticias falsas contra el papa Francisco que se fabrican desde dentro de la propia Iglesia? ¿Han sentido miedo, desazón, impotencia, vergüenza al leer sus noticias? ¿Esos medios fundamentalistas les coaccionan para tomar sus decisiones?

Sus noticias nos llegan a través de las redes, los mensajes telefónicos, correos electrónicos, nos los destaca Google en su selección de noticias. Parece que es grande y que mueve a un sector importante de la Iglesia, pero en realidad es una operación mediática muy localizada en una serie limitada de puntos. Son una minoría proyectando una gran sombra sobre la Iglesia. Es un virus que nos ha infectado a gran parte de la Iglesia, una enfermedad de la que debemos curarnos, el virus de la Postverdad, que usa el fundamentalismo conservador para poner a la Iglesia al servicio de sus intereses.

Lo que buscan es condicionar las decisiones de los pastores y responsables. Tratan de coaccionar usando la virulencia, campañas intimidatorias sin límite ni escrúpulos. Amenazan con la división y poner a las elites en contra para que no hagan donaciones y ahoguen financieramente a la Iglesia. Practican el espionaje por las filtraciones incluso en los círculos de mayor confianza de los pastores, compran las voluntades de los funcionarios de las curias, practican la persecución de los agentes de pastoral y pastores –sean catequistas, profesores, párrocos, directores de colegios, rectores de universidades, obispos, cardenales o incluso al Papa–.

 

Es un virus y ha afectado a algunos núcleos neurálgicos de la Iglesia. Es usado por algunos grupos que han patrimonializado aquellos departamentos o centros desde los que se debería servir al conjunto de la Iglesia. Es un virus, pero se puede curar. Hay que hablar sobre ello. San Ignacio decía que el mal espíritu siempre ataca haciendo que los males permanezcan ocultos, silenciados. Debemos hablar, porque el daño que se está haciendo a la Iglesia es grande y no es nombre de Dios sino del poder.

Lo primero que vamos a hacer es conocer el origen del virus, que nos lleva a un católico estadounidense que, lamentablemente, ha tenido un nefasto papel en la historia reciente: Roger Ailes. Su influencia en el populismo supremacista y en el catolicismo fundamentalista ha sido decisiva. Él creó el formato mediático que quiere anular al Vaticano II.

Infectados con el virus de la Postverdad

La postverdad solo funciona si es viral. ¿Cómo podemos cortar el virus? ¿Cómo podemos evitar ser portadores y transmisores del virus? Primero hay que conocer la lógica que está detrás de las webs de la Postverdad que usan palabras como info, católica o vaticana inapropiadamente porque hacen todo lo contrario de lo que la catolicidad indica, que sería unir.

Veamos primero y brevemente el problema global. En el mundo han querido cambiar el sentido de la verdad y en parte lo han conseguido. La crisis económica levantó una ola de populismo que se aprovechó de la indignación, confusión y desconfianza de la gente. Esa manipulación realizada por una elite de grupos políticos, sociales y religiosos, culminó en la idea de postverdad: mentiras que rompen cualquier necesidad de parecer siquiera verdad. Las postverdades han agravado las divisiones, han agitado el odio, han favorecido al supremacismo –nacionalista, ideológico, racial, religioso, etc.– y han inyectado miedo y desesperanza en todas las sociedades.

No es que se hayan multiplicado las mentiras y bulos, sino que se ha querido destruir el marco racional que permite decir qué es verdad y mentira. Lo que se ha querido es eliminar el sentido de verdad en la sociedad para que solamente el poder tenga la palabra. 

El paradigma de la postverdad se ha extendido como un virus maligno por todo el sistema social. Está en la política, en la economía, en la cultura, en la religión, etc. La Iglesia católica también sufre una campaña sistemática de ataques basados en esas tácticas populistas de falseamiento. Esas campañas y medios usan un medio imprescindible: nuestro dedo. Necesitan que pinchemos o pulsemos en su noticia, que entremos en su medio. Cada visita es dinero, es poder, sirve para extender el virus. Incluso sin quererlo, somos transmisores del virus: quizás no uniéndonos a esas malas intenciones de mentir, pero sí transmitiendo miedo, coacción, falta de libertad, desesperanza, desolación, desconfianza, paralización.

Roger Ailes, el católico fundamentalista que creó la Postverdad

A lo largo del último año se han estrenado una serie y un documental que muestran uno de los principales orígenes de todo ese movimiento de manipulación mediática. Las dos obras se centran en un personaje siniestro que ha marcado nuestra época: Roger Ailes.

Roger Ailes era un católico estadounidense de Ohio, nacido en 1940 y fallecido en 2017. Fue un productor televisivo que destacó por ser crucial para la victoria presidencial de Nixon. Su poder mediático ha hecho que se le denomine Kingmaker, el fabricante de reyes, por su papel decisivo en las victorias de cinco presidentes Nixon, Reagan, Bush padre, Bush hijo y Trump.

Cuando celebraron su funeral en la iglesia católica de St. Andrews, en Palm Beach, su figura había caído en desgracia debido a las continuas vejaciones y violaciones sexuales a las que había sometido sus colaboradoras durante décadas, pero con él no se enterraba su obra: la mayor maquinaria de división social creada en la historia reciente ha seguido en pie y nos infecta a todos, de modo muy agudo dentro de la Iglesia católica.

Gabriel Sherman publicó en 2014 el libro ‘The Loudest Voice in the Room’, subtitulado ‘Cómo el altisonante y brillante Roger Ailes construyó Fox News y dividió un país’ (a fecha de 2019 solamente existe la versión en inglés de la editorial neoyorquina Ballantine Books). Basado en este libro, en 2019, la productora televisiva Showtime realizó la serie ‘La voz más alta’, protagonizada por Russell Crowe (creada por Tom McCarthy y Alex Metcaff). Además, se ha estrenado un documental realizado en 2018 por Alexis Bloom, titulado ‘Divide y vencerás. La historia de Roger Ailes’. Todo ese material está ya a disposición del gran público para tomar conciencia de la gran manipulación.

La influencia de Ailes no fue solamente en política, sino que contó con la complicidad de los movimientos religiosos estadounidenses más conservadores unidos en la Mayoría Moral. El paradigma divisor de Ailes –que, repetimos, se adscribió a la confesión católica–, no solamente construyó FOX news, sino que es el fundamento sobre el que se ha levantado una red de medios digitales católicos que lideran la oposición al papa Francisco, al Vaticano II y a la Iglesia. Buscan manipular a la Iglesia para ponerla al servicio de sus intereses materiales, ideológicos y de poder.

10 comentarios

  • juan antonio vinagre oviedo

    Este artículo me parece muy bueno e ilustrador, aunque sustancialmente no aporte nada nuevo. La historia se repite con unos mismos esquemas de fondo. La historia de Jesús y de la Iglesia -piensen en la Comunidad inicial de Jerusalén y sus enfrentamientos, piensen en Pablo y sus vigilantes y detractores, piensen en el siglo IV y siguientes… hasta hoy…-

    Pensemos también en las palabras de Jesús: Ay cuando los poderosos hablen bien de vosotros… Si el Poder habla bien o apoya a la Iglesia es que la ha seducido y domesticado… En este caso es para plantearse y preguntarse por la pureza del Evangelio transmitido o marginado o deformado…, porque seguro que alguna deformación -o mutilación- importante sufre en su Mensaje.  Las llamadas “postverdades” se han introducido en la Iglesia tan sutilmente como en la economía o en la política… Con estas “verdades” se negocia, se vende, se niega, se difama o se persigue… Son “verdades” al servicio del Poder… Por eso la oposición, clara o desde la sombra, al papa Francisco… Parece que el papa dijo a algún obispo en su visita al Vaticano: Reza por mí, porque aquí están tratando de despellejarme. El que quiera cambiar algo, el que quiera innovar, se la juega… Como le ocurrió a Jesús.

    Por fortuna, hoy ya somos bastante capaces de descubrir las manipulaciones y pseudoverdades y a los gestores de mentiras…, pero, y pese a todo, ahí siguen captando y alimentado a sencillos desinformados o ingenuos o prejuiciados viscerales… Tal comportamiento es muy parecido a lo que hacen algunos grupos mafiosos… (No quiero exagerar, pero si se piensa bien, creo que aquí hay muchas semejanzas. Los poderes tradicionales manipulan todo lo que les interesa, y muchas veces se comportan como mafias, aunque no aparezcan como tales…) (Insisto en que no deseo exagerar, pero la realidad…ahí está.)

    Es una verdadera pena que la Comunidad de Jesús de Nazaret no siempre, ni mucho menos, haya sido capaz de discernir esos virus, y se haya dejado contagiar y convencer… y los haya transmitido, poniéndose al servicio del Poder…  Ese Poder que para dominar mejor se ha infiltrado y aún se infiltra en la Iglesia, como un caballo de Troya, y desde dentro trate de impartir doctrinas, modelar conciencias o reprimir y condenar y apartar…

    En estos casos resuena clara -o debería resonar clara- la advertencia del Señor: Ay cuando los poderosos hablen bien de vosotros… Advertencia sistemáticamente marginada, ignorada. ¿Por qué? El Poder modula pensamientos y conciencias…, sin que se note mucho, sutilmente…

    Hoy nuestra función -así la veo- quizá deba empezar por discernir, documentarnos bien y, -agotados todos los recursos de persuasión-, denunciar -primero con el ejemplo- y dar a conocer la tiniebla que hay dentro de la misma Iglesia de Jesús…, y de la sociedad, conscientes de que eso nos puede costar caro… El Poder no olvida ni perdona. EL PODER ES PODER, NO AMOR.

    • Asun Poudereux

      Si me pierdo, es que ya me he encontrado. Y sé que debo continuar.
      Este saber tiene mucha viveza y enjundia para pasarlo por alto, Oscar. Me ha encantado. Gracias. Un abrazo.

  • ana rodrigo

    Yo tenía noticias de que el Papa Francisco tenía enemigos, pero lo que no sabía hasta qué punto estaban organizados para tanta maldad. Nos toca vivir un tiempo en el que la tecnología, tan fantástica para tantísimas cosas, puede ser letal para otras muchísimas. Siempre se ha dicho que “el mundo es un pañuelo”, ahora ni te cuento.

    Es cierto que la Iglesia ha ido acumulando a lo largo de los siglos tanta hojarasca que “como titula Castillo en su último libro “El evangelio marginado” y demuestra cómo los graves desvíos a los que ha llegado, ha ocultado el verdadero rostro de Jesús, como dijo el Vaticano II. El poder, el dinero, ,tantos ritos vacíos, tantos dogmas absurdos, una teología que no dice nada a una sociedad moderna, etc. etc. Y esto no se arregla de un día para otro.

    El Papa Francisco con sus gestos está haciendo más que todas las prédicas de los últimos Papas, pero en cuestión de teología pocas cosas puede hacer.

    Y hay muchos teólogos y teólogas que están trabajando de forma constructiva que dará su fruto dentro de un tiempo. Pero, de momento, este Papa poco más puede hacer.

    No sé a quién le escuché decir hace tiempo que la iglesia quedará reducida a grupitos reducidos, al estilo de las primeras comunidades cristianas. Sin olvidar que las iglesias evangélicas están creciendo desmesuradamente, especialmente en el continente americano, con una influencia política tremenda, como en Brasil, por ejemplo.

     

  • oscar varela

    Leo:

    -“Las postverdades

    -han agravado las divisiones,

    -han agitado el odio,

    -han favorecido al supremacismo y

    -han inyectado miedo y desesperanza”-

     

    En Argentina fue enarbolada por el Presidente Macri y su Pandilla

    bajo el nombre-título de LA GRIETA.

     

    Hablar de

    -“Antiguo” y “Nuevo” (Testamento)

    – Corderito y Cabrones,
    – “los A MI DERECHA” y los “A MI IZQUIERDA”

    (culminante en el Apocalipsis)

    ¿no llama a hacer una TEOLOGÍA (ya que está tan de moda)

    una TEOLOGÍA DE LA GUERRA?

    ………………..

    Favor de abstenerse la “ingenuidad Pacifista”

  • oscar varela

    Hola!

    El “viejito”

    que no se muestra

    tan “viejito”:

    https://www.youtube.com/watch?v=WV6lO8HVc4o

    • Carmen

      A mí eso de la teología de la guerra no me gusta. Pero no sería la única. Otras religiones quizás ,es posible, que no vean un disparate la guerra.
      Nosotros los católicos también tuvimos nuestras cruzadas. Menuda locura.
      Pero mira que te digo. No entro en que si las guerras son o no necesarias o evitables. Ahí está la historia de la humanidad. Pero no veas lo que me fastidia que se haga en nombre de mi Jesús imaginario. Para mí cabeza de ingenua pacifista es el colmo de del cinismo
      Pero claro, también hay otro tipo de ideologias, cuasi religiones que no ven otro camino. Pues bueno. Pues a mí las guerras me aterrorizan. Sorry.

      • Carmen

        Y una persona de ochenta años no puede tener la fuerza interior de uno de cuarenta o cincuenta, ni siquiera de sesenta. Soy la menor de la generación y conozco a muuuuuuchas personas de ochenta años. Y he conocido a lo largo de mi vida a muchas personas mayores. Para la empresa que quiere abordar, es imposible. Porque además, en su juventud y en su madurez tampoco rompió esquemas.

        Lo que hay detrás de este señor es la compañía de Jesús. Nada más y nada menos. Pero siempre se mantendrán en la frontera. Al menos eso dicen ellos. Y te aseguro que si, en la frontera, pero por la parte de dentro.
        Y hacen bien. Son iglesia pura y defienden sus intereses. Pero , menos lobos, ya no soy Caperucita.
        Un abrazo

  • Carmen

    Pues no conozco a nadie de los que cita. Seguramente tiene usted toda la razón.

    Pero a mí no me gusta la iglesia un pelo desde tiempo inmemorial. No la entiendo. No me gusta. Es antievangéica, porque los evangelios creo, me parece, diría que los entiendo. Entre otras cosas porque me parece que las parábolas, que es en realidad donde se encierra su mensaje, están dirigidas a personas sencillas como lo puedo ser.

    Y este señor, el Papa argentino, ya es que me da lástima. Lo veo mayor y a lo mejor intentando tirar hacia adelante de algo que, o sea, no tiene fuerza. Pobre señor. Pero además no se me olvida que ha accedido al papado y la persona que acceda a ese puesto tiene que estar de acuerdo con un montonazo de cosas que a día de hoy nos siguen destrozando a muchos. No sé si usted ha sentido miedo alguna vez por el hecho de ser hombre. Le juro que yo sí lo he tenido por el hecho de ser mujer. También le digo que al miedo se le puede vencer. Pero sabe qué pasa? Que a veces mueres en el intento. Este Año 53. Mañana o pasado mañana serán 54.

    Y fíjese lo que dicen determinados obispos en mi país. Para mí son unos agitadores que no frenan, sino todo lo contrario , animan a mantener las diferencias entre género, como llaman ellos. Género. Como si fuésemos telas o abalorios a elegir. Ha oído usted alguna voz del Vaticano desaurorizándolos? Yo no.

    No me gusta la iglesia. Pero no por las fake news. Con las very news tengo bastantes.

    Porque, querido amigo desconocido, el problema no es el Papa, es el papado. Y le prometo que esta frase no es mía. Se la leí por primera vez al señor Castillo, que creo que tiene suficiente categoría teológica para tener en cuenta su opinión. Pero , claro, no le gustaron los dos papas anteriores al actual, que en realidad fue el mismo. Pero este papa si le gusta.

    No tengo nada personal contra este señor. Y si lo tuve, ya se me ha olvidado. Me da un poquito de ternura y de lastimica. Lo veo mayor y me enternece.

    Un saludo cordial.

  • oscar varela

    Hola!

    El Artículo nos dice que

    el señor Roger Ailes

    es el creador (¿?) de la POSTVERDAD

    e.d.: un tipo muy malo.