Te podrá haber parecido que no valoraba esta aportación tuya de un tema que no quieres que quede olvidado. Es verdad que con el ajetreo de estas última semanas había quedado al fondo de la carpeta de originales. Pero quiero que sepas que habiendo seguido en nuestras vidas caminos semejantes, valoro tanto o más tus experiencias repensadas hoy que las mías. Estamos muy cerca, Honorio, en nuestro seguir yendo. AD.
Seguro que algunos de nosotros llegamos a “padecer” como consiliarios de jóvenes obreras en los años 1960 los restos de aquellas órdenes religiosas y monjas herederas del fascismo-catolicismo que practicaron en muchos casos durante la guerra civil, cuando los venccedores de aquella guerra decidieron utilizarlas como carceleras de las cárceles para mujeres de izquierdas y viudas de fusilados por el ejército de Franco. Que en aquellas cárceles hicieron de verdugos de las mujeres, vendieron a sus niños a familias fascistas, robaron los víverees dedicados a alimentar a las presas para venderlos o para lo que fuese, dejaron morir de hambre a madres y niños, etc., etc.
Ahora que algunos hablan de iglesia institución o iglesia-Espíritu de Jesús bueno será recordar todo aquello y pedir perdón por haber sido en aquellos tiempos ejecutores del Crucificado del Calvario, asesinos del espíritu nuevo que intentó recuperar a España para una democracia en la que fuese verdaderamente el pueblo el que gobernase para bien de todos y pusiese en práctica el Cántico del Magnificat.
La rebelión franquista de 1936 dio lugar a la creación en la comarca del Duranguesado de varias cárceles para mujeres y, más recientemente, a varios libros sobre ellas, el último aparecido recientemente con el título Individuas peligrosas dedicado a la que funcionó en Amorebieta, en el Colegio del Carmen, que firma Ascensión Badiola, doctora en Historia Contemporánea. Con la firma de la duranguesa María González Gorosarri Licenciada en Derecho y Periodismo, ha aparecido otro dedicado a la Cárcel de Saturrarán, y una película con este mismo tema.Uno y otro libro hacen referencia a una tercera cárcel que funcionó en Durango.
Parece ser que la documentación que se elaboró sobre estas cárceles ha desaparecido, por lo cual las investigadoras han tenido que recurrir a personas que padecieron prisión en aquellas cárceles, sobre todo niñas casi recién nacidas que vinieron con sus madres y ahora rondan los 80 años. Se habla de 4.000 personas que pasaron por la cárcel de Saturrarán, y 1.300 y otras 1000 en la cárcel de Durango.
La mayoría de las encarceladas eran viudas de fusilados de izquierdas y provenían de Extremadura, Galicia y de Euskadi, entre otros lugares. La vigilancia y gestión de las cárceles estaban encomendadas a militares o falangistas y a monjas de distintas ordenes religiosas.
En las cárceles se padecía hambre, los alimentos destinados a las presas eran revendidos al exterior, se produjeron no pocas muertes por inanición y por castigos, los vencedores de la guerra tenían por norma entregar a los niños recién nacidos de las presas para ser adoptados por personas de derechas y reeducados en los principios sagrados de la Iglesia católica y del Movimiento nacional.
Las mujeres estaban expuestas a violaciones del personal masculino que vigilaba las cárceles, se llega a asegurar por parte de las que fueron prisioneras que entre las monjas había “celestinas” que las empujaban a prostituirse…
Los libros aludidos y la película presentan unas imágenes y relatos muy parecidos o idénticos a los que más tarde se generalizaron en la Segunda Guerra Mundial en los campos de concentración de Auschwitz, Mathausen y tantos que abrio el nazismo alemán en la Europa del Este.
Se insite también en que las mujeres, aunque alejadas “teóricamente” de la lucha en las trincheras, se llevaron la peor parte de los sufrimientos y muertes que provaron las guerras del nazifascismo en Europa.
Gracias, Honorio. Para hacer justicia, la que pone por encima de todo el respeto al diferente, no hay que olvidar las injusticias que el ser humano, olvidando lo que él mismo es, puede ser capaz de hacer una y otra vez.
Un abrazo atriero.
Muy querido Honorio:
Es escalofriante lo que nos narras; y hay una cosa que me llama muchísimo la atención; cuando contemplas y escuchas (últimamente se está, haciendo excelentes trabajos) hablando directamente con las personas que quedan con vida de aquella terrible postguerra:
¡Hablan sin ira, si con mucho dolor, pero sin levantar la voz, sin insultar!
Pero cuando compruebas cómo se comportan… “las personas ganadoras”… de aquella terrible guerra y los 40 años después.
Gritan, insultan, escupen, empujan, se ríen de todo, y sobre todo, de las personas que llevan ese gran dolor en sus entrañas.
El rato que miré la inhumación del dictador, mirando al cura, y ha la familia del dictador… y las pocas personas que allí había para cantarle sus “hazañas”; las lágrimas se escaparon de mis ojos, y volví a comprobar el descaro, la desfachatez de quienes se creen por encima de to y de todas las personas que tanto sufrieron…sufrimos de alguna manera tanto despropósito.
¡Hay la iglesia poder! Representada por el dichoso abad…debería ser destituido de todo cargo y responsabilidad ante lo que ha representado.
Pero como siempre…la iglesia ..:
¡¡¡Calla!!!
No puedo seguir, el alma me duele ante tanta injusticia…y lo que nos queda por padecer, si como parece van a salir de nuevo.
Gracias Honorio por este art. tan lleno de verdad. Un abrazo entrañable
Uf, cuánta injusticia y cuánto sufrimiento en nombre de ese dictador hecho jefe del Estado por la gracia de Dios, dictador al que recientemente, dos sacerdotes de la Iglesia Católica casi canonizan en la reinhumación reciente, y al que volverán a votar a través de VOX este próximo domingo millones de españoles.
Me pregunto porqué en España ha sido imposible enseñar esta parte y otras de la historia de este país. Yo tuve problemas en dos pueblos en los que estuve dando clase con familias muy franquistas y que no querían que en la clase se les contase cosas de esta nuestra desgraciada historia a sus hij@s. En una ocasión, en la época del BUP, dos alumno me pidieron salir de la clase porque no les gustaba lo que yo relataba.
En cambio, en otro instituto me encontré alborotado a un grupo porque un profesor de literatura había dedicado la hora a hablarles a favor de Franco, y tuve que poner calma procurando objetivar lo más posible los datos históricos.
De cualquier forma, las mujeres siempre hemos sido la mejor arma de guerra a lo largo de toda la historia y de lo que nunca se habla. Por violaciones, por esclavizarlas, explotarlas, y por todos los sufrimientos de tener que mantener la familia, menores y mayores, mientras perdían a sus padres, maridos o hermanos en el campo de batalla. Malditas guerras y maldito machismo.
Lo peor, en este caso, es que ha sido la Iglesia la que se convirtió en colaboradora del dictador y, gracias a la cual, pudo gobernar España durante cuarenta años entrando bajo palio en las iglesias. Ojalá algún día los representantes de la Iglesia pidan perdón, aunque lo veo casi imposible. La memoria histórica de sus víctimas, no va con ellos.