Desde las guerras carlistas Miguel de Unamuno siempre estuvo en guerra, consigo mismo y con los demás, hasta con Dios o al menos su Iglesia, con la monarquía y la dictadura, con la república y el fascismo, con los bolcheviques, contra esto y aquello, los hunos y los hotros. El excitador de las Españas es un filósofo existencialista (cristiano) que aboga por la razón existencial, junto a Ortega con su razón vital. Pero Ortega es un liberal, mientras que Unamuno es un espíritu libre, lo que mi colega en Deusto X.Arzallus llamaba el vasco rebelde, solo que el dirigente nacionalista lo aplicaba a los nacionalistas.
Pero Unamuno no es nacionalista vasco ni español, intenta reunir el casticismo español y la racionalidad europea, el catolicismo y el protestantismo de Kierkegaard y socios. Su figura es una figura quijotesca, cuyo idealismo trata de superar nuestro realismo sanchopancesco. España es la gran pasión de nuestro autor, una pasión nada inútil pero sí polémica, porque ataca a izquierda y derecha de haberla abandonado a su mala suerte. Lo que nuestro autor intenta es la gran mediación entre unos y otros, y él mismo se inmola como gran mediador, aunque no siempre remediador. Pero los contrarios se remedian en su propia figura mediadora, aunque acabe tambaleándose vapuleado por los bandos en discordia. A unos les echa en cara la razón que proclaman desde la izquierda sin practicarla, a los otros el falso cristianismo que predican desde la derecha.
Salamanca es la testigo de semejante discordia, como pone de manifiesto el film de Amenábar Mientras dure la guerra, la ciudad universitaria que para los que hemos pasado por sus aulas revisitamos aquí en su esplendor pétreo típicamente castellano. La película resulta impresionante y preciosa como una joya mutilada, aunque no necesariamente precisa literalmente pero sí simbólicamente, así como en lo que respecta al sentido o más bien sinsentido de nuestra contienda. El largometraje recrea los primeros meses del levantamiento de Franco frente a la república, en los que Unamuno primero lo defiende y luego lo repudia. La representación juega con la figura del filósofo frente al general Millán Astray, contrarios no complementarios, mientras sitúa a Franco, el militar impasible, como opuesto complementario del legionario pasional (el Pasionario frente a la Pasionaria).
Pero quizás lo más interesante de la representación es que capta la guerra intestina desde dentro y desde fuera, no en vano su director es un español de origen chileno. Solo los extremos de uno y otro bando pueden sentirse zaheridos por una película tan equilibrada, lo que viene a significar que nos sigue faltando o fallando el centro o medio político de la concordia y el encuentro hasta nuestros días de nuevos/viejos desencuentros. Por lo demás, resulta antológica la ubicación de Unamuno entre su familia, rememorando su amor filial por su esposa maternal, así como describiendo su amistad con el discípulo socialista y el pastor protestante y masón, ambos fusilados por los nacionales.
Como ya es sabido, el clímax del filme llega al final, en la confrontación entre Unamuno y Millán Astray en la Universidad salmantina, aquel advirtiendo que vencer no es convencer y este gritando Arriba España y mueran los intelectuales, así pues Viva la muerte. El director está en su derecho de dramatizar un encuentro/encontronazo que no fue tan dramático, pero lo suficiente como para subrayarlo en tinta roja de sangre. Pues lo más grave no es el sentimiento trágico de la vida, al fin y al cabo tan arquetípicamente humano, sino el resentimiento trágico de la vida, como lo llama el libro póstumo de nuestro filósofo. Por eso Unamuno acabará pidiendo a un Dios materno/paterno que lo acoja en su pecho, misterioso hogar, tras tanto bregar.
Contradictorio como la vida misma, Unamuno busca una síntesis solucionadora o salvadora frente al análisis contrario de los sectarios, así como frente a su utopía loca o dislocada entre Hitler y Stalin. El escritor F.Mauriac decía que de nada sirve al hombre ganar la luna si pierde la tierra. Por eso Unamuno vociferó desde la tierra madre, de aquí mi propuesta final: unamunámonos en torno a Unamuno fratriarcalmente.
El autor de este art. nos invita a caminar con una mirada amplia, compartida, acogedora de las otras personas que piensan diferente.
Tristemente, no transitamos por esas veredas; nos cuesta comprender, que todas las personas que habitamos este país…y el mundo… tenemos los mismos derechos a:
¡¡¡SER y vivir en paz!!!
Cada cual, con serenidad y justicia, viviendo en cada persona aquello que siente profundamente.
Sin quijotismos ni amenazas; sino con serena aceptación de las otras personas y sus sentires.
Creo que esta película estás siendo una de las más vistas por el público. Encierra muchas claves de nuestra historia reciente y cada cual se queda con la suya. Hasta ha habido un grupo, creo que en Alicante, que quisieron sabotearla, al grito de “viva España”.
A mí lo que más me ha hecho reflexionara ha sido la muerte de la inteligencia y la influencia de la Iglesia.
La depuración de docentes, ya fuesen maestros o profesores de universidad, más varios rectores de universidades asesinados, además del depuesto Unamuno, entre los que se encuentran los asesinados, los suspendidos de su trabajo, los exiliados, los sometidos por el miedo, a lo que hay que añadir quienes los suplieron en muchas ocasiones sin tener la cualificación necesaria; fue un horror cultural para los cuarenta años siguientes a la guerra, y que perduró, por pereza política de no remover las cosas, hasta hace bien poco. Incluso yo pienso que la falta de financiación de la cultura y la ciencia en España, sigue impasiblemente por inercia como un mal irremediable. Circula un dicho por ahí que dice “recuerda que quien te enseñó a leer fue un maestro, no un futbolista”. El porcentaje dedicado a la Educación y la ciencia es ridículo, forma parte de nuestro paisaje cultural.
Respecto a la Iglesia ha sido tan evidente y duradero que hasta para exhumar los restos de Franco del Valle de los caídos, un simple prior de una comunidad religiosa ha hecho el ridículo más vergonzoso, aplaudido por muchos cientos de miles de nostálgicos del franquismo, que los hay y muy activos. Yo recuerdo al cura de mi pueblo, no sé en qué año, que al final de la misa dijo “os recuerdo que el próximo miércoles, 18 de Julio es fiesta de guardar y obligación de oir misa”. Y así todo: Franco bajo palio, la religión como guardiana del bien común por obligación, la cárcel de curas rebeldes de Zamora, policías vigilando las homilías de curas sospechosos, el listado en la puerta de las iglesias de “los caídos por Dios y por la patria” etc. etc.
Pero hay muchísima gente que no quiere saber ni recordar lo que pasó hace cuatro días y su continuidad en el presente. Aquí en Granada, el 2 de Enero se celebra “la toma de granada” con gran parafernalia religiosa y civil y un montón de falangistas, vestidos con su indumentaria haciéndose ver y notar con la policía haciendo de barrera por si acaso, porque van dispuestos a todo.
Tengo un cuento que dice que Don Quijote en vez dee ir a Barcelona sse fue a Bilbao, recibió una palliza en Pancorbo y fue curado por los carboneros del Gorbea de sus heridas físicas y de su locura mental, se hizo intermediario de los carboneros y compró un carro a Sancho para repartir el carbón por Bilbao, se casó con Dulcinea y está enterrado en el cementerio bilbaíno de Derio…Todo eso porque luchó con Sancho de Azpeitia, el bizcaíno que era hidalgo a pesar de ser obrero y criado, privilegio de los vascos sobre los “vasallos” castellanos, qued por cierto fue el único caballero, este vasco, que lo tomó en serio y cumplió la pena que le fue impuesta de ir a rendir homenaje a Dulcinea hasta El Toboso.
A lo mejor se lo mando a Duato para que lo publicite…
Pues si.
Un espíritu libre. Por eso le llovió por todos lados. La libertad tan elogiada no gusta un pelo a casi nadie. A no ser que sus opiniones, cuando son expresadas por alguien de la relevancia de Unamuno, coincidan con las de un grupo de poder. Entonces te hacen rector de la universidad de Salamanca, que no coinciden, pues fuera del cargo y hasta de España. Que vuelven a coincidir, pues otra vez al rectorado. Y ya está.
Porque a la libertad se le tiene más miedo que a un nublao.
Entonces si expresas tus pensamientos en un momento y en unas circunstancias determinadas y también lo haces cuando las circunstancias externas o las tuyas propias, las internas, las de dentro de tu cabeza , han cambiado y dices cosas distintas, entonces te llaman de traidor para arriba. Por lo visto una persona no puede evolucionar en su pensamiento, no puede variar, y mucho, muchísimo menos expresarlo públicamente. Pero , qué se ha creído? Si lo pusimos nosotros donde está, debe de acatar el pensamiento único auténtico, que es el nuestro.
Pero, gracias a la vida, hay personas que se escapan. Y tienen el arrojo de expresar lo que piensan. Quizás porque no podrían vivir si no lo hacen.
Eso sí. Hay que pagar el precio. Pero quizás sea menos costoso que callar.
No sé.