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Preguntas radicales


      Preguntar radicalmente suele ser un preguntar sin respuesta, aunque no siempre. Aquí preguntamos radicalmente porque ello es plantear o plantar la interrogación desde la raíz, pero no locamente sino localmente, en este mundo y no en algún otro. Por lo demás, preguntar no delinque, sobre todo si el que pregunta se encuentra también en situación radical. Preguntar es buscar e indagar, abrir y no cerrar las puertas. Y la primera pregunta abierta que formularía sería: por qué la insoportable levedad del ser y por qué la insoportable pesantez del ser, así pues, por qué nos atribulan los extremos, tanto lo leve como lo pesante, tanto el aire paterno como la tierra madre, sin duda por su extremismo o unilateralidad.

        Qué pasa pues con el mundo: por qué es bueno y malo, positivo y negativo, amoroso y devastador. En donde el mal y el bien no son solo humanos sino cósmicos o transhumanos, naturales y no solo culturales. Qué clase de dualismo es este, una especie de dualismo unitario y oscilante, ambivalente, que nos desconcierta, como si dentro albergase un daimon o duende ambiguo y extrambótico (con equis), así pues diablesco. Hablar de un Dios de fondo parece bello y arriesgado al mismo tiempo, ya que un clásico Dios omnipotente y bueno sería el vencedor brillante de esta vida, lo que no es el caso por la oscuridad de la existencia.

        Pero entonces, si el Dios clásico no está asegurado, ¿qué sentido obtiene el universo y nosotros en él? Vivimos o más bien desvivimos, vivimos o más bien morimos, existimos o más bien dexistimos (con equis). Siempre la equis detonadora de nuestra ignorancia y miseria, connotadora de un deseo insatisfecho de saber algo en profundidad, mientras parece que solo deberíamos pensar en orientarnos. Solo sabemos que no sabemos, al menos lo suficiente para aclarar nuestra situación existencial. Es verdad que el amor se presenta como el principio de la vida, pero también de la muerte, así que su estatuto queda condicionado, aunque jamás extinto.

        En la política no es precisamente el amor el que triunfa, sino a menudo el rencor, a causa del poder y el dominio. El dominio de la situación preside una política que a menudo acaba en dominio de dominó, pasando por el rodillo del poder establecido. Uno se cuestiona, al parecer ingenuamente, por qué no se critica por igual el fascismo de Hitler y el comunismo de Stalin, por ejemplo. O por qué se considera bueno el franquismo frente a la república mala, o viceversa, sin recaer en equidistancias, sino en equivalencia política y moral. Los extremos se tocan, pero los extremistas no, tratando de ser puros o puristas de lo propio o apropiado. Mejor sería buscar el medio y el remedio de todo extremismo que nos estremece.

        La pregunta por nuestro saber ratifica lo poco que sabemos, y la pregunta por nuestro hacer lo poco que hacemos, al menos a favor de toda apertura y descubrimiento, encerrados como estamos en nuestros opacos laboratorios. Porque además escondemos nuestros progresos y avances, descubrimientos y creaciones bajo el control de una marca o marcaje, de una firma, cláusula o patente. Y lo mismo ocurre con el capital y los dineros, sometidos a una centrifugación que desahucia al menesteroso de su sueldo o soldada, con trabajos alienantes o directamente de emigrantes. Mientras nos reservamos, los deportes y las diversiones, los placeres y el sexo manipulado y manipulador. Pero aún ignoramos que el gozo importa más que el mero placer, aunque sin liquidarlo, ojo.

        Sobre el sexo habría que preguntar demasiado para aclararse sobre su función, su fin, su manipulación y su prohibición. Sabemos que la actual fijación u obsexión (siempre la equis) por el sexo, por lo demás radical en nuestra vida, procedería de los dos extremos: su prohibición celibataria (clerical) y su exhibición libertina (laical). En esto, como mostró G.Bataille, el sexo se acompasa con la muerte, ya que esta también se extremiza: o bien se reprime abiertamente (contraeutanasia) o bien se la causa abiertamente (belicosamente).

        En fin, solo la ciencia contemporánea podría realizar al parecer una trasformación radical del ser humano en el mundo, pero he aquí que las ciencias responden a preguntas que ellas mismas se hacen pero no nosotros. Por una parte, no saben que no saben lo suficiente, y por otra para realizar semejante revolución científica tienen que tocarnos y retocarnos los genes (además de las narices con sus experimentos). Así que hoy por hoy tenemos preguntas sin respuestas adecuadas, así como respuestas sin preguntas formuladas. Todo un lío a deliberar próximamente, de forma más rigurosa y abierta.

30 comentarios

  • Honorio Cadarso

    Los Madrazo, los Hermanitos de Jesús, La Almolda, Goya  y Lucientes, Teruel en guerra en 1936, la Plaa del Pilar, las torres mudéjares sembradas a voleo por todo Aragón, “Veremos una tierra que ponga LIBERTAD”, el ventarrón ardiendo o de hielo que baja del Pirineo, “¿Cómo es Tauste? Bien y usté?  Las Bardenas “Pa que el Ebro l0 llevara- Le di un eso al Jalón- Y al pasar por Zaragoza- Lo dejara en el Pilar” “Sin la cabececa atada_ Qué sería un baturrico- Si aun  llevvándola atadica- Dice las cosas tan claras”  “Que tenemos los riojanos_ Ay qué sangre tan divina-Navarros y aragoneses_ Nos queremos como hermanos”

    Me disparo yo solo pensando en la Pilarica…Y en las páginas de mi vida que están escritas por sus calles, por el Tubo  por sus ríos, Moncayos e Insulas Baratarias, Pilar…¿Qué le hicisteis a Sancho y a Don Quijote cuando os  visitaron, malandrines y malandrinas? Felices Fiestas.

  • Antonio Duato

    Nuestra Pili me encarga que ponga aquí un vídeo sobre su Zaragoza. En el primer día de la Novena, esperando que esa fiesta de la Pilarica sea vivida con el verdadero espíritu maño de nobleza, diálogo y fraternidad entre vecinos, lo dedica al autor de este artículo, también baturrico él, y a quienes sueñan que las franjas ente terruños sean siempre lugares de encuentro y no campos de batalla.

    • oscar varela

      Gracias por hacer
      GOZAr
      no solo a
      ZARA

    • ana rodrigo

      Ohhhhh, Zaragoza del alma, que preciosa eres. Un beso Pili.

    • mª pilar

      ¡Gracias querido Antonio!

      Tu gran generosidad y presteza, ante mi deseo, de enviaros a todas las personas que lo queráis recibir… Mi abrazo entrañable… en estos momentos tan ¿alterados?

      Especialmente, para Andrés Ortiz, sé como se sentirá, y quiero enviarle mi pequeña fuerza y afecto.

      A todas las demás personas que sientan mi cercanía ante este abrazo…

      ¡Gracias de todo corazón!

      Siento que son momentos complicados, y quizá, un poco de cercanía y aceptación de todas las personas que vivimos en este mundo, nos haría más capaces de acoger a cuantas lo habitan, respetando sus peculiaridades, sin sentirse por encima de nadie y de nada.

      Me siento parte de este mundo, desde una tierra muy golpeada por sus extremos y sus entornos nada fáciles.

      Un gran abrazo entrañable y agradecido.

      • Asun Poudereux

        Pilar, nada que añadir a lo que nos expresas y mucho que agradecerte por tanta ternura y cariño abierto al ser humano. Mis abuelos maternos eran aragoneses, no veas mi abuela como se emocionaba ante el televisor cuando los sentía tan cerca y hablaban de su tierra.
        Un abrazo entrañable lleno de esperanzas. Besos.

    • Javier Peláez

      Buenas fiestas.Tb està Leòn de fiestas.Menuda marcha tiene Zaragoza.Por lo menos allà por los años noventa,ùltima vez que fuí….

  • M. Luisa

    Si antes me ha parecido fundamental hacer entrar  la consideración  filosófica de que no hay distancia   entre alma y cuerpo, era precisamente  para hacer notar  de que  si no hay distancia tampoco hay extremos. Lo que hay es  un recorrido de alteridad, eso sí. Un recorrido de alteridad que se traduce en experiencia física  … los extremistas lo son y los hay  pero sólo según ideas,  por eso disocian aquella unidad psico-somática.

  • Asun Poudereux

    “Los extremos se tocan, pero los extremistas no, tratando de ser puros o puristas de lo propio o apropiado. Mejor sería buscar el medio y el remedio de todo extremismo que nos estremece”.                                        
     
    Cito precisamente esto del autor, con el fin de ver ahí la dualidad en la que por regla general nos movemos guiados por las ideas, pensamientos en y con los que prejuiciosamente las más de las veces nos movemos y nos mueven. Este modo de ver en blanco o negro nos es y ha sido inducido desde la mirada pensante egoica incapaz de ponerse en la piel y situación de los demás. El divide y vencerás estrategia del poder egoísta, religioso, político, económico y social, nubla cualquier otra visión de fondo de la realidad, la que es y todo constituye y conforma. Al olvidar que somos uno con la Vida,  que abraza todo, rechazamos lo que nos desagrada y no cuadra con nuestros intereses, sintiendo cualquier diferencia como barrera insalvable y osamos pensar, decir y hacer lo que no haríamos a lo que solo consideramos es solo  nuestro. Por lo que la libertad de hacer lo que uno quiera, sin ir acompañada del amor,  no es realmente Libertad.                               
     
    La levedad y la pesadez, por ejemplo, no se percibirían separadas , sino como manifestaciones de la realidad incluyente y abierta.  Y si No somos los pensamientos ni las ideas excluyentes que pueden llevarnos al rechazo y hasta la violencia extrema, por qué, entonces, seguimos funcionando y operando de esta manera¿?                  ¿Por qué cuesta tanto operar y funcionar en el modelo no dual de ver(se), conocer(se)  y vivir(se)?           
     
     Sé que no ayuda la rapidez de inocular dispersión en la que los poderes mediáticos multiplican su ingenio y esfuerzos en reducir al máximo,  si no, eliminar totalmente la capacidad del ser humano de discernir y no verse a sí mismo, aún y a pesar de todo,  en unidad con todo lo diverso desde lo más íntimo del ser consciente que es.  La alteridad desde ese genuino sentir  no nos es ajena y mueve a actuar en consonancia. 
     
    El mundo, que se nos viene imponiendo, va por otros derroteros, aunque cause desprecio, dolor y sufrimiento                      evitables a la Humanidad. Es cosa de cada ser humano estar alerta y atento y no olvidar  el alinearse con la vida,  en la que está todo y todos inmersos entrelazándose.  
    Gracias a Andrés y compas amigos y atrieros todos.                 Un abrazo. 

  • M. Luisa

    Cómo no voy a estar  de acuerdo con este sentimiento que nos comparte Rodrigo!

    En mi reflexión también   quedé críticamente atrapada  por el equivoco en que estas primeras preguntas podían abocarnos y es que  en la novela “la insostenible levedad del ser”    a la que el autor  hace referencia,  todavía sobrevuela en todo su conjunto el error de la distancia entre alma y cuerpo,  una distancia que al parecer es insalvable.  Sin embargo  alma y cuerpo no están en posición de adversarios sino de unitaria alteridad. Una alteridad que sin duda   vivió   Rodrigo y que está al alcance de todos cuando el amor no  queda sólo en palabras.  Gracias amigo!

    • M. Luisa

      Buenos Dias! Quisiera, gracias a la valiosa experiencia de Rodrigo y sustentándome en ella precisamente, dar por mi parte un último toque al menos para intentar aunar esfuerzos de comprensión sobre lo que llevamos dicho.

      He venido señalando en mis comentarios que no veo ni creo que exista una distancia tal entre la levedad y la pesantez del ser que sea insoportable.

      Esta idea es la que prevalece como motor en la novela que el autor menciona, allí esa distancia la protagonizan en caracter de sustancias el alma y el cuerpo. Sin embargo alma y cuerpo ni son sustancias ni están en posición de adversarios. Sostener todavía esa polarización es admitir de todas, todas, la necesidad del intervencionismo divino, y al parecer aquí llevamos años presumiendo de lo contrario. Dejemos pues esa falsa distancia y admitamos la experiencia de la alteridad que a mi modo de ver es la que vivió y nos ha contado el amigo Rodrigo.

      Abrazos y esperanza!

  • Santiago

    Como dice abajo Gonzalo H. “el único camino fiable es el amor gratuito”…porque todo lo que es contrario al amor desinteresado se convierte en egoísmo desenfrenado y en nefastas consecuencias como estamos viendo diariamente en los medios informativos en un mundo que trata de escapar de su realidad a través de un profundo abuso de la libertad que conduce a desastrosas adicciones. Ahí estamos viendo los crímenes sin nombre, la corrupción moral y la guerra.

    Es en el radicalismo del amor donde existe la esperanza…La ciencia nos acerca a la visión de un Cosmos de estructura informada inteligentemente…con un propósito…Por tanto, debemos rechazar el absurdo sartriano como concepto existencial, y también la “levedad” de la existencia humana ya que ésta tiene un fin preciso que nosotros tratamos de negar, al relativizar todo lo que sea sospechoso de trascendencia….ya que entonces está en juego el freno al innato desorden de nuestra humana naturaleza…

    Agustín de Hipona siendo maniqueo experimentó por si mismo el vacío de su experiencia “dentro” del mal….Por eso, en su vida de converso, se centró en la primacía del “amor gratuito”:

    “Dos amores han edificado 2 ciudades: el amor a sí mismo llevado hasta el desprecio de Dios, la ciudad terrenal…………………. y el amor a Dios llevado hasta el desprecio de si mismo, la ciudad celestial. ……..    Aquélla se glorifica en sí…la otra en Dios y en los demás”….Detrás de nuestro egoísmo personal no existe mas que odio y venganza….Es la radicalización del amor gratuito la que nos lleva de la mano a la felicidad trascendente…que, a su vez, es el único camino posible de salvación para la humanidad…

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

     

  • Rodrigo Olvera

    Dice Andrés que la primer pregunta que tiene es sobre la insoportable levedad del ser y la insoportable pesadez del ser.

     

    Me parece muy válida, y da para mucha reflexión.

     

    Para mí, la primer pregunta (desde que tenía 7 años de edad, aunque entonces la formulé con palabras de un niño de 7 años de edad) fue: ¿cómo puedo responder compasivamente al sufrimiento mío y las demás personas?

     

    Hace un par de años, después de que en un evento se leyera mi formación escolarizada como parte de mi cv, alguien interpretó que yo tenía avidez intelectual. Pues resulta que no, es el responder a qué puedo hacer para responder compasivamente al sufrimiento lo que me ha llevado a estudiar académicamente derecho, derechos humanos, teoría social, ciencia política, educación no directiva, economía, ciencias de la complejidad y teología, disciplina positiva y ahora psicología adleriana. No es avidez de conocimiento por conocimiento, es necesidad de tener mejores conocimiento y herramientas para ser más efectivo en atender el sufrimiento humano. Hasta el día de hoy, sigo creyendo que no hay nada más radical que preguntarse qué hacer para atender el sufrimiento.

     

    Abrazos y esperanzas

     

    • Javier Peláez

      Sin duda buen objetivo

    • Carmen

      Para eso que dices, es muy importante mirar a tu alrededor. Siempre se te ocurre algo.

      Si. Abrazos y esperanzas. Aunque a veces creas que todo es inútil, si ayudas o intentas paliar un poquito el dolor del que está cerca de ti, eso no te lo quita nadie. En el fondo creo que es egoísmo.
      No sé.

      • Carmen

        Pero es que no pude terminar La rayuela, y del Ulises no pasé del desayuno. Pero ni mu. Tampoco me atreví a decirlo
        Supongo que por miedo a la excomunión, pero ya…

    • m* pilar

      ¡Gracias por ser como eres…y además ser fructífero ante el dolor humano, gracias amigo!
      pili

    • Santiago

      Rodrigo, tu radicalismo es válido, impresionante y necesario en el mundo de hoy que parece zozobrar en una serie ininterrumpida de injusticias y tragedias sin límites. No existe labor más noble que el querer aliviar el sufrimiento ajeno..
      Abrazos
      Santiago Hernández

  • Javier Peláez

    En cuanto al resto de preguntas radicales no tengo respuesta.Lo único que te puedo decir es que La insoportable levedad del ser es una novela pésima…Ni novela,ni filosofía…Este moderno afán moderno de mezclar cosas no se sabe muy bien porqué…Si escribes una novela,escribes una novela;si escribes filosofía,filosofía,coño…Luego en cuanto al ser dejemos fluir las cosas…que las cosas fluyan…En cuanto al mundo ya se sabe que el trigo convive con la cizaña incluso dentro de uno mismo.En cuanto a la política ya se sabe que hoy en día es imposible un discurso complejo porque estamos en permanentes elecciones aquí en España…Digo yo que algún dia pararemos..En cuanto al sexo te refieres al propio o la cuestión sexual en general?En la iglesia? Entre la juventud?…De todas maneras no creo que sea una exhibición libertina la de los laicos…Iba a decir una barbaridad,pero mejor me callo…

    • Carmen

      A mí tampoco me gustó la insoportable levedad del ser.
      La encontré una novela superpretenciosa. La novela para mí es otra cosa. Una historia con reflexiones, no unas reflexiones con una trama. Pero cualquiera lo decía. Uf.

      • Javier Peláez

        Lo que pasa es que las editoriales tienen sus intereses…Como tampoco se puede decir que Dolor y Gloria es un pestiño… Almodóvar cuando se pone transcendente patina…Para ponerse transcendente hay que ser profundo y mucha gente endosada de profundos tienen bastante poco…

  • oscar varela

    Hola Andrés!

    Gracias por de-mostrarnos

    tus malabares circenses

    son de y para ad-mirar.

    ……………………………….

    Malabares de Laberinto,

    que has tenido y nos propones;

    del que , creo, que ya has salido.

    ……………………………….

    ¿Nos contarás de tu “salida”?

  • M. Luisa

    Dejo una primera reflexión  que,  siguiendo el orden del escrito la refiero a estas dos primeras preguntas que se hace el autor:

    Una/  por qué la insoportable levedad del ser?

    Respuesta/ a mi modo de ver es porque  la realidad es inestable. Por tanto si la inestabilidad es lo propio de toda  realidad no es extraño que el ser humano en su realizarse propio acuse la cualidad de leve.

    Dos/  por qué la insoportable pesadez del ser?

    Respuesta/ porque el ser humano en su realidad misma soporta de origen un contenido  que está en proceso de liberación

    • M. Luisa

      corrección de la 2ª respuesta/ porque el ser humano en su realidad misma soporta de origen un contenido en constante proceso de liberación

      • M. Luisa

        Entiendo, por tanto, que ni la levedad ni la pesantez son extremos de adversidad sino condicionamientos humanos para ser.

  • Javier Peláez

    La ciencia evidentemente no tiene la respuesta a muchas cosas.Leía este verano el divertido libro de Iam Macewam Mi máquina y yo en que situaba en los años 80 del pasado siglo la creación de unos humanoides que incluso tenían conciencia,pero resulta que al puto humanoide que se compraba por 90000 libras no le habían programado para saber lo que era una “mentira piadosa” y le monta un carajal a su comprador que se ve en la tesitura de cargárselo de un martillazo para evitar malas mayores…Lo mejor del libro,que resucita a Alain Turig para la ocasión,cuando el científico le dice al protagonista:te lo has cargado,hoy no es delito,pero mañana puede ser un delito cargarse humanoides….(un asesinato?).Este es un problema de la ciencia nos resuelve muchos problemas,pero nos crea unos dilemas éticos y los que nos va a crear… Probablemente no vivamos ,pero yo ya os anticipo una hipótesis de teología ficción:Amarás al humanoide como a tí mismo…De todas maneras hay dramas bastante más actuales.Científicos,morales,humanos….A lo mejor los que vivan después de nosotros ,si es que viven,nos mirarán como bárbaros por lo del Mediterráneo,lo de la Amazonia….lo de África.Pero yo no tan siquiera tengo clara la idea del progreso moral lineal de la humanidad .El económico y el científico quizá sí,pero el moral no lo tengo claro….Lo que si sé,por ejemplo,es que hoy,si quieres y puedes conoces más lo que ocurre en el mundo,y esto es una fuente de sufrimiento aunque tb conoces que la gente lucha en muy diversas partes del mundo lo cual es una fuente de esperanza.

  • ana rodrigo

    Afortunadamente la inmensa mayoría de la gente no vive en el extremo del mal absoluto, y muy pocos consiguen el bien óptimo, porque el bien absoluto es un objetivo que nos ayuda a caminar. El que individualmente o colectivos concretos se aproximen al extremo negativo (las guerras, el terrorismo, el sistema capitalista, etc.), es evidente, pero la sensatez y el sentido común nos indica que la supervivencia “feliz” nos la puede proporcionar la búsqueda y la aproximación al bien común, que, al mismo tiempo, repercute en nosotros mismos.

    Cuantitativamente, yo quiero creer que hay mucha más gente buena o que intenta serlo, que lo contrario. La prueba está en cómo la sociedad responde masivamente ante el mal, ya sea local o global. La concienciación contra el machismo, contra el calentamiento global, contra guerras manifiestamente evitables (todas son evitables), como fue la de Irak que nos sacó a la calle durante meses, aunque no consiguiéramos nada, etc. Pero es muy difícil que alguien públicamente se ponga de parte del mal, aunque después en privado lo practique, porque sabe del rechazo social. Antes se decía “en el término medio está la virtud”, pues eso.

    Capítulo aparte es que nos formulemos las preguntas radicales que se hace Andrés y que, desafortunadamente, no tengamos respuestas a los porqués. Lo importante es dar respuestas con nuestras vidas a lo que es posible.

  • Gonzalo Haya Prats

    Andrés, comprendo tu planteamiento, porque cuanto más profundizamos en nuestras explicaciones nos vamos enredando más en este laberinto conceptual. El ser humano es un sistema abierto, que pertenece a dos mundos, temporal e intemporal, “ya sí, pero todavía no” que dicen los teólogos respecto al Reinado o Plenitud de Dios. Como he dicho en alguna ocasión, el único camino fiable es el amor gratuito. Sin embargo las explicaciones son necesarias, pero la prueba del algodón respecto a su validez será si facilitan o si entorpecen ese amor. A pesar de ello todavía buscamos seguridades en la razón más que en el corazón. Es verdad que cada uno jugamos el papel que nos ha tocado en la vida, unos haciendo planos y otros acarreando piedras; y no se trata de cambiar de papel, sino de cumplirlo lo mejor posible.