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Simplificando

        No creo que me quede mucho tiempo para explorar caminos nuevos en este laberinto conceptual de nuestras creencias, por eso, en unos días de ejercicios espirituales, he intentado sacar una fotografía aérea de la estructura de este laberinto.

        Hace ya más de diez años, fui redactando lo que luego publiqué como “Lo que creo que creo”, en el que describía mis búsquedas al volver a la teología después de más de veinte años de abandono. Ahora quizás se trate de escribir de forma simplificada “Lo que creo que creo II”.

 

  1. Lo que creo que creo

        Interpretación de interpretaciones y todo interpretación. No podemos conocer la esencia de las cosas (ignotum X, La ley del universo); al menos no podemos conocerla con nuestra razón discursiva (l`esprit de géometrie), solamente interpretarla de una manera coherente y equilibrada, común para la mayoría (más o menos). Podemos percibirla por connaturalidad, (l`esprit de finesse), porque formamos parte de esa realidad última; podemos percibirla, pero no podemos explicarla, solamente expresarla con símbolos, en poesía, y con nuestra propia vida. La experiencia ética es lo más firme de mis creencias.

 

  1. Vivimos cómodamente instalados en un sistema injusto, basado en la marginación y en la explotación de los más débiles

 

  1. “Al final de la vida te examinarán del amor”

        San Juan de la cruz, tan ortodoxo él, cayó en la cuenta de que la Inquisición podía examinar con lupa todos sus escritos, pero Dios sólo le examinaría del amor (y él lo practicaba en los hospitales, cuidando a los enfermos, y fregando sus bacinicas).

        El evangelio de Mateo atribuye a Jesús algo parecido a lo de san Juan de la cruz: “porque tuve hambre y me diste de comer…”. Marcos, Mateo y Lucas nos cuentan que Jesús, en territorio pagano, curó a un endemoniado; el hombre quiso quedarse con él como los demás discípulos, pero Jesús lo envió a contar a los suyos “todo lo que el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido compasión de ti”. Esta fue toda la preparación de este catequista (apóstol, diácono, o como queramos interpretarlo).

        Más que cualquier plano o brújula, para rastrear el camino, nos guiará el aroma que exhala un amor gratuito y universal. Ese es el guía de la gente sencilla: “Te doy gracias, Padre… porque has ocultado estas cosas a los entendidos y se las revelaste a los ignorantes”.

 

  1. Tres principios interactúan en la orientación práctica y teórica de mi vida

        El ejemplo de Jesús de Nazaret, Los Signos de los tiempos, y mi conciencia.

        Ninguno de los tres es suficiente en sí mismo. Jesús nos ha llegado muy filtrado por las interpretaciones de las primeras comunidades cristianas, y no conoció los problemas del siglo XXI. Los Signos de los tiempos son muy ambigüos y se prestan a diversas interpretaciones. La conciencia es la voz de Dios, o su misma presencia con la que nos identificamos; pero fácilmente manipulable por nuestros egoísmos. Las tres interpretaciones (como imágenes superpuestas) nos ayudan a perfilar la imagen resultante. Al final quien decide, mejor o peor, es la propia conciencia. ¡Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios!

 

  1. Las religiones, y muchas creencias, son métodos socialmente compartidos de comunicarnos con lo Trascendente.

        Ahora nos comunicamos con Dios personalmente “confusamente, como por medio de un espejo”, y socialmente mediante unas normas y ritos, basados en unas creencias. La manera más concreta de comunicarnos con Dios, tanto los creyentes como los no creyentes, es cuidando, compartiendo, y defendiendo a los más necesitados.

 

  1. “Fiarse de Dios y reírse de uno mismo”

        Como resumen de este resumen, me quedo con la acertada expresión de José María Díez Alegría: Fiarse de Dios y reírse de uno mismo”. (¿Qué Dios? El, La, Lo Trascendente).

gonzalohaya@telefonica.net

5 comentarios

  • Santiago

    Coincido que la interacción entre Jesús de Nazaret, los signos de los tiempos y la conciencia es un camino viable para el “seguimiento” de Cristo puesto que el cristianismo se basa precisamente en “venir en pos” de Jesus que “exige” que tomemos la Cruz de cada día y practiquemos su doctrina.

    Como ese Jesús iba a estar con nosotros “siempre” El habló y predicó para “todos los tiempos”…”Los filtros” de las primeras comunidades se basaban en la esencia de la predicación de Cristo predicada de viva voz por los que memorizaron su pensamiento, los que a su vez dieron su vida por defender la exactitud de lo que quiso decir Cristo. Pronto la Iglesia primitiva formuló la “regula fidei” en la catequesis y en las reuniones litúrgicas como el bautismo, la confirmación por el ES, la confesión de los pecados, “la fracción del pan” Eucarístico, la bendición de la unión conyugal, “la imposición de las manos” para el ministerio sacerdotal y “la llamada de los presbíteros” en la unción de los enfermos

    En la praxis  d e   la Iglesia vemos que “el mandato” de Cristo de predicar y enseñar su doctrina fue llevado a cabo con exactitud desde el siglo I hasta el XXI de manera sustancial.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernandez

  • Juan García Caselles

    De acuerdo

  • ELOY

    Siempre son interesantes las reflexiones de Gonzalo Haya y es de agradecer que las exponga con tanta sencillez y sinceridad en ATRIO. Gracias Gonzalo.

  • pepe blanco

    Siempre me ha gustado de Gonzalo Haya que me parece que es el único colaborador habitual de Atrio que ocasionalmente publica algún texto sobre mística. Tal vez con la mística tenga que ver su afirmación en el punto 1, “La experiencia ética es lo más firme de mis creencias.”

    Su afirmación en el punto 4 de que el ejemplo de Jesús de Nazaret no le parece suficiente, me parece de una humildad sobrecogedora para un cristiano. Pienso que ni los cristianos más “de base” (ya no digamos los sacerdotes de toda la vida o la jerarquía de la Iglesia católica) sois conscientes de la soberbia que parecen esconder a veces vuestras afirmaciones: “nosotros somos más perfectos y mejores porque afirmamos estar comprometidos con los más pobres”.

    Sobre el mensaje de Jesús, yo manifestaría, además, mi sorpresa porque parece obviar completamente esos aspectos tan humanos y tan importantes como la razón y el Derecho. ¿Por ignorancia o por desprecio? (Tal vez yo no haya sabido detectarlos).

    También me ha gustado mucho lo que dice en el mismo punto 4 sobre los signos de los tiempos, y la dificultad para interpretarlos correctamente. Se me ocurre poner un ejemplo ya comentado en Atrio: la dificultad para entender correctamente los conceptos de determinismo y probabilidad a partir de la física actual.

    Y también me ha parecido muy adecuada la inclusión de la conciencia, en esa tríada de principios rectores de su vida, aunque yo no me atrevería a afirmar -salvo muy metafóricamente- que la conciencia sea la voz de Dios.

    En cualquier caso, en su conjunto, magnífico ese punto 4. Gracias, Gonzalo Haya.
     

  • Estimado Gonzalo, reconozco en ti el hombre que sigue caminando por adelante para mejor entender y vivir conforme al Espiritu de Jesus, autentico camino que conduce a hacernos siempre mas humanos con los mas necesitados y dejados de lado por una sociedad involucrada en el “tener” y en el consumo. Para seguir a Jesus hay que sacrificar el “tener” para mejor convertirlo en “compartir”: un camino de paz. Gracias Gonzalo por compartir ese camino de tu vida. Abrazo fraternal