LOS GESIETES

        La reina personaje de “Alicia en el país de las maravillas” dice a la niña: Aquí hace falta correr cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido. Esa es mi opinión tras los encuentros, paseos, controles, recorridos por carreteras vecinales francesas y escucha de discursos y comunicados en castellano, euskera y francés.

        El gesiete de USA, Canadá, Francia, Alemania, UK, Italia y Japón, con España invitada, está reunido en el Hōtel du Palais, lugar del encuentro. Sobre el golfo de Gascogne. Recuerdo de las lecturas de niño que D’Artagnan era gascón. En el primer círculo náutico de protección, toda navegación está prohibida. Por tierra prohibición de automóviles, motos y bicicletas. A pie solo los residentes acreditados e identificables. En los pueblos y aldeas del entorno viven en cualquier estación del año unas veinticinco mil almas. Ahora, en agosto, cien mil.

        Desplegados 13.200 policías y gendarmes franceses. 44 compañías de CRS cual guerreros de una galaxia comprada por Trump al Señor del Universo. 48 escuadrones de gendarmes. Amén, cuentan quienes sabe, de servicios de inteligencia y de seguridad de los ocho jefes de gobierno, o de Estado, que están en el sommet. En los pueblos cercanos a Hendaya y Behovia, en Irún, en Hondarribia hay otros 1.000 guardias civiles y policías nacionales españoles y, dicen, 4.000 ertzainas.

        Otro gesiete que controla, por todas les señales manifestables con cierta credibilidad, la suma de organizaciones de Euskal Herria bajo mando de partidos claramente conscientes del Estado euskaldun a uno y otro lado de la muga. Buena organización, mucha gente, no tan joven como se dice, más bien lo contrario, con tendencia a uniformidades oscuras cuando no negras que junto con adornos capilares medievales y poco cultivados dan un toque gótico al conjunto. Han puesto de relieve lo que están haciendo ya en sus localidades y ayuntamientos como realidades alternativas y socialización consecuente. Algunas realizaciones muy llamativas, alentadoras y dignas de prestarles atención.

        Apreciable con toda claridad un tercer gesiete de corte y obediencia gala, con militancia de mucho recorrido, muy cartesiana y clara al analizar y proponer, organizadas ordenadamente las reuniones y ponencias. Aprecié un cierto tono de impotencia en la ejecución ordinaria de propuestas. Disonancia entre deseos y realidades plasmadas en vías de acción y solución. Este gesiete y el euskaldun eran claramente diferenciables, cuando no diferenciados y aún diferentes.

        El gesiete de lengua materna castellana que estuvo presente con dignidad organizativa y de aportaciones interesantes, aún ha de recorrer los vericuetos de relaciones internacionales de poder entre organizaciones populares no sometidas a obediencias sindicales o políticas. Unidas Podemos estuvo muy a tono con darse a notar y hacer valer planteamientos e ideas, algunas propuestas muy meditadas y realistas pese a su apariencia utópica. No me atrevo a decir lo mismo de otras con logos conocidos.

        Esos tres gesietes que eran protagonistas de la alternativa publicitada frente al sólidamente protegido por policías y vigilancia militar gala y española, organizaron la manifestación que salió de Hendaya hasta Irún, con pancartas en castellano, euskera y francés, con intervenciones de variada valoración política y social. Sin presencia policial pues había sido autorizada por el prefecto francés y el subdelegado del gobierno en Guipúzcoa.

        Presente en este territorio biarritzarra,  un intento de ZAT de black bloc, por mucho que se quiera arroparlo en la marea de estos parajes y tiempos. Un ZAT es una zona autónoma temporal creada y sostenida por individuos libres, provisionalmente asociados por elección, un espacio urbano robado provisoriamente a la autoridad, en el momento de un motín, un asalto, una protesta, una ocupación de edificios. La movilización de la noche anterior a la manifestación de Hendaya a Irún tuvo lugar en el centro de Bayonne, a unos pocos kilómetros de Biarritz. La policia se empleó a fondo con cañones de agua, gases, vergajos y defensas contundentes. No pudo llegar a considerarse ZAT pese al intento el del Petit Bayonne, plaza fuerte de los militantes basco-franceses y favorable a los movimientos alternativos. Ni Zoido en Barcelona utilizó tal despliegue y tales golpizas. 68 detenidos, de los cuales 38 fueron internados inmediatamente en los calabozos instalados en prefabricados al lado del tribunal de Bayona.

        Dos opiniones:

• Una, he echado en falta análisis estructurados comprensiblemente y no para eslóganes inanes, del sistema político y económico de los que sostienen férreamente el G7 consistente y mostrenco, detectando vulnerabilidades y puntos débiles que pudieran ser utilizados por las fuerzas alternativas de las respectivas sociedades.
• Dos, el costoso en personas, tiempos, cansancios, dinero, energías montaje para contrastar al Alto Mando G7, me parece ineficiente e ineficaz. Y sospecho que lo dan por amortizado esos mismos dirigentes sentados en Biarritz. Estas liturgias rituales de izquierda o alternativas están afectadas de obsolescencia permanente, creo.

        Mi propuesta, que solo sirve para darla a conocer, pues no va a ser estimada me barrunto, es: al tiempo de próximas sesiones de Davos o G7 concentrar gentes en Paris, en Berlín, en Madrid, en Barcelona, en Roma que permitan presionar, hacerse ver, distraer fuerzas policiales en diversas tareas y puntos distintos. Lo ocurrido en Paris con los chalecos amarillos, en Berlín con ecologistas y verdes varios, en Barcelona con las movilizaciones independentistas, permiten saber que no es una sugerencia vana. Un despliegue así destacaría lo alternativo, ocultaría los juegos tipo Macron/Trump de esta ocasión, permitiría dar a conocer las ideas de los movimientos sociales críticos y dar salida a la búsqueda de formas distintas de acción política. El profesor Emile Gentile que publicó en Alianza en 2018 “La mentira del pueblo soberano en la democracia”, ha escrito: “Todo gobierno se apoya en el trípode ejército, policía, burocracia”. Ese trípode es el que hay que bambolear en las reuniones del G7. Con muchísimo respeto, opino que lo organizado y visto estos días recuerda a Mick Jagger: “You can’t alway get what you want” (no puedes conseguir siempre lo que quieras). Solo porque digas que lo quieres.