La pederastia eclesial, el acceso de las mujeres al ministerio ordenado, la reforma de la curia y el Sínodo de la Amazonía están siendo los grandes retos de Francisco en este año. Y si bien es cierto que ha afrontado el primero de ellos con coraje y que la reforma de la Curia vaticana parece estar bien encaminada, también lo es que no ha cerrado el debate sobre el acceso de las mujeres al diaconado y, por ello, al sacerdocio. Después del verano, le toca el turno al Sínodo de la Amazonía; un encuentro en el que vuelven a ponerse sobre la mesa tres referencias capitales en el pontificado del Papa Bergoglio: la preferencia por los pobres y las periferias del mundo; la reforma de las comunidades cristianas y la activación de un nuevo modelo de gobierno eclesial.
Víctor Codina es uno de los teólogos expertos, nombrado a propuesta de la Red Eclesial Panamazónica y co-redactor del documento preparatorio del Sínodo del próximo octubre. En este texto, escrito tras consultar a 100.000 personas de 170 etnias originarias y de nueve países de la región, se sostiene que los problemas que asolan a la Amazonía son: la sistemática violencia en forma de violaciones de los derechos humanos, sobre todo en relación con las mujeres; el narcotráfico; la difusión del consumo de la droga; la destrucción de las culturas; las migraciones forzosas; la trata de seres humanos y los homicidios de líderes indígenas y populares. Me parece muy bien, ha dicho Víctor Codina, que los ciudadanos del Primer Mundo, os intereséis por el debate que se ha abierto sobre los curas casados, pero, por favor, no permitáis que los árboles os impidan ver el bosque de la tragedia humana y ambiental que están provocando los intereses de las grandes multinacionales con su búsqueda compulsiva de las riquezas naturales (madera y metales); con la construcción de infraestructuras (pantanos y carreteras); con su apropiación de la tierra y, cómo no, con la contaminación del suelo, de las aguas y del aire. En el marco de este “hecho mayor” se ha de entender la propuesta de una Iglesia con rostro amazónico, es decir, defensora del territorio y de la vida de sus miembros, femenina, descentralizada, descolonizada, promotora de vocaciones autóctonas y habilitada para ordenar sacerdotes a “indígenas” “respetados y aceptados por su comunidad, aunque tengan ya una familia constituida y estable”.
Las reacciones en algunas de las iglesias del Primer Mundo no se han hecho esperar: el cardenal W. Brandmüller y la extrema derecha norteamericana han calificado el documento preparatorio y la propuesta de ordenar casados como fruto de un complot subversivo alentado por la Iglesia alemana para abolir el celibato. He aquí, se les replica, una cortina de humo con la que ocultar el “hecho mayor”, tan presente en el toque de atención de Víctor Codina.
Más sensato me parece lo declarado por el cardenal W. Kasper: a partir de ahora, corresponde a cada Conferencia Episcopal “decidir si es partidaria” de activar algo parecido a lo que se va a debatir -y, previsiblemente, aprobar- en el próximo Sínodo y, por supuesto, someter a la confirmación del Papa. Y también lo manifestado por François Glory, misionero en Brasil durante treinta años y Antonio José Almeida, un estudioso del asunto. Para el primero de ellos, “la ordenación de varones casados puede reforzar el clericalismo” porque las comunidades de base amazónicas funcionan gracias a la división de diferentes servicios desempeñados por equipos de laicos. La aparición de esta nueva modalidad podría acabar concentrando todo, de nuevo, en un cura, aunque fuera casado. Con esta propuesta, concluye, no se va a solucionar el problema. Se puede solventar, apunta el segundo de ellos, si se promueven los “curas de la comunidad” que, casados (o no), refuerzan la corresponsabilidad de los equipos de laicos en las áreas del anuncio, del culto y de la caridad con justicia y velan, de modo particular, por la presencia de los cristianos en las periferias del mundo y por la comunión eclesial. En definitiva, si se favorece un nuevo modelo de cura que –en las antípodas del que se viene primando en buena parte de las iglesias del Primer Mundo– celebra los sacramentos porque sostienen en la misión y en la comunión eclesial.
El futuro de la Iglesia (también el de las nuestras) no pasa por agrupar o cerrar parroquias en función del número real o previsible de curas solo célibes, sino por promover comunidades misioneras, por pequeñas y avejentadas que puedan estar; atentas a la comunión eclesial entre todas ellas y, por tanto, dispuestas a ayudarse unas a otras; promotoras de la ministerialidad laical y de los equipos correspondientes en las áreas del anuncio, de la celebración y de la caridad con justicia y, por supuesto, presididas por este nuevo modelo de cura, casado o no, que -aparcando la obsesión resacralizadora- deja de ser el pivote por cuyas manos ha de pasar todo y asume ser el barquero ocupado en facilitar el tránsito de una larga infancia a una deseada adultez, cristiana, eclesial y ministerial.
Finalmente, en este Sínodo se va a recuperar una forma de gobierno que, por más que a muchos pueda parecer “revolucionaria”, es muy tradicional: las comunidades proponen alternativas y vías de solución a sus problemas que el Papa ratifica, si lo estima procedente. A la luz de esta praxis (“de abajo arriba”), puede abrirse un tiempo en el que se incremente el número de las iglesias que quieran diagnosticar su situación y debatir sus planes de actuación para los próximos años. Alemania ha decidido encaminarse por esta senda.
¿Para cuándo lo harán los obispos españoles o, al menos, los del País Vasco? No pierdo la esperanza de que algo parecido acontezca entre nosotros; aunque, vistas las decisiones que últimamente se están tomando en las diócesis de San Sebastián y Bilbao de orden económico e inmobiliario (y el modo como se ha procedido), haya quien entienda que estoy pidiendo peras al olmo y que lo mejor es continuar en un plácido y condescendiente exilio interior con el modelo de “iglesia neoliberal” puesto en marcha.
Querida Ana R.: Deseo dejar en claro que mis comentarios al artículo de Religió Digital que citaste en modo alguno vayan dirigidos a tí o contra tu modo de pensar o que en ningún sentido, implícito o no, te aludan.
Siento un gran respeto por ti y por tus entradas en Atrio y tus artículos (que ya suman 19) y lo celebro (ojalá que haya más) y Además no me caracteriza (y esto lo celebro) ni el uso de la ironía, ni el de la provocación velada, ni el del sarcasmo.
No has dicho nada y quizás tampoco te has sentido aludida por mis palabrerías, de lo cual me alegraría.
Permíteme ofrecerte otro abrazo cordial y renovarte en él mi aprecio y mi amistad.
Querido George, no se me ha pasado por la cabeza que lo que hayas escrito me pudiera molestar.
Yo leo y selecciono aquello que pueda ayudarme a comprender mejor los textos y los contextos de los Evangelios. Tengo muy en cuenta que hay conclusiones derivadas de una buena y fiable exégesis de personas con credibilidad y seriedad en sus estudios, hay textos que no necesitan mucha exégesis, y hay conclusiones que la mentalidad actual nos hace sospechar, alguna de las cuales son las escritas por M. Vidal. Por ejemplo, yo veo difícil que hombres jóvenes, sin que en aquella sociedad el celibato estuviese tan enaltecido como lo hace ahora la Iglesia Católica, no tuviesen esposas, a pesar de que en los evangelios sólo se nos hable de la suegra de Pedro.
Es que los evangelistas, al escribir la memoria de Jesús, seleccionaron todo aquello que para ellos era fundamental que conociésemos, y ni siquiera hablaron del celibato de Jesús.
En cambio es curioso que Pablo de Tarso, creo (si estoy equivocada me lo decís, tengo un poco de lío en la cabeza) pedía a los obispos que solamente tuvieran una mujer.
Un abrazo.
Gracias Ana: Un saludo cordial.
Sí es curioso. No te diré nada nuevo al afirmar que la idea de que la comunidad cristiana inicial a la que se refiere Hechos fuera ideal dista mucho de haber sido tal y después nunca lo ha sido tampoco. Si no, ¿a qué afirmarlo en Hechos? ese documento tenido por una extension de Lucas, no fue escrito para la posteridad sino para quienes se sumaban a la Cristiandad de la época. Esto es comprensible porque cuando Lucas escribió aún había problemas de subsistencia y ya lo sabrían quienes vivían en ella y muchos de los primeros o estaban en la diaspora o habían perecido y ya no la constituían.
La gentilidad expandió las fronteras del cristianismo pero al hacerlo, como ocurre con todo lo que se sale de su cauce halado desde afuera, se contaminó y ese fue uno de los factores que forzaron a la puesta por escrito de las narraciones orales circulantes. De ahí el valor que me parece que tiene Marcos.
Pablo no es el individuo que más me atrae entre los primeros o dizque los primeros. Me sobrepasa aquello de presentarse a sus perseguidos no mucho antes y simplemente afirmar que era igual que el resto por una voz-aparición que solo él había escuchado ¿por culpa de un caballo rebeld o aún medio cerrero? Si el galileo se me aparaeciese, le agradecería que demostrase mejores maneras, que ya estoy viejo como Pablo y no sé si mis hueso sobrevivirían.
Probablemente por mucho tiempo hubo muchos cristianos que podían servir de «vigiliantes» (episcopoi = veedores or supervisores) pero que no habían aprendido los rollos sexuales de los judíos, quizás tuvieran otros, pero no los mismos y el adulterio es demasiado viejo y zoológico como para que no se diera entre la gente que ganaba notoriedad aunque fuera local mente y entre cristianos.
Dicho sea de paso, la autora brasileña que cito en uno de mis parloteos ha estudiado muy a fondo (escribe muy agradablemente Además) la situación de la mujer en los tiempos de la Reforma y es realmente ilustrante leerla para quien como yo paso la vida corto de información.
Ya sabes, te aseguro mi aprecio, mi respeto y mi gratitud.
Por razones personales y no de filiación con ninguna institución, sino por guardar fidelidad voluntaria y crítica a las escuelas de pensamiento en las que me formé y me siguen sirviendo para vivir decentemente de mi propio trabajo y mantener todo lo más críticamente que puedo mi autonomía de pensamiento, rechazo por falso el dilema propuesto por Montalembert que recuerda Luis Alberto de que “Para juzgar el pasado habría que vivirlo y para condenarlo no habría que deberle nada”. Nadie tiene que ser prisionero de la gratitud como si en efecto le excusara para almacenar su roña interior y si no que le pregunten a las personas maltratadas.
Eso sí, no deseo discutir el tema, ni con usted Luis Alberto, ni con algún/una otro/a atriero/a, porque por estas razones que enumero antes, respeto que Usted y cada atriero/a, enfoque la historia como desee y no es mi interes otra cosa que poner mi granito de arena en la conversación que facilita este foro y que mucho agradezco y al que mucho debo.
Pienso lo contrario que Montalembert, porque creo que sí puedo juzgar los errores de mis predecesores si me causaron daño y que influyeron determinantemente o no en los míos propios al obrar en el presente, como mis sucesores podrán reprocharme mis errores si les causaran daño.
Hay una responsabilidad por el futuro. Este no se corresponde exactamente con la idea que yo me haga de él y por lo tanto defiendo que en lugar de imponerse la autoridad que sea considerada válida al presente para determinar anticipadamente la existencia de quienes ahora no pueden aún determinar su propio futuro, sea imprescindible lo que Ruiddo escribió en Atrio no hace mucho, una conversación en la que la voz de los jóvenes que ahora construyen su futuro mientras colaboran en la realización de mi presente sea escuchada sin complejos hegemónicos o jerárquicos de mi parte.
Quien quiera saber más de esto que recurra, por ejemplo, a la historia de las mujeres dentro de las Iglesias de la Reforma y que decida si debe o no debe ser leído críticamente el pasado, precisamente para no repetir o no preservar los mismos errores u otros similares que hereden su genética. La historiadora Bautista brasileña Rute Salviano Almeida ha escrito algunos ensayos muy fecundos para celebrar el 5to centenario de la reforma protestante: «Una voz femenina en la Reforma» sobre la contribución de Margarita de Navarra a la reforma religiosa (2010), «Las beguinas y Margarita Porette» (2012); y «Voces femeninas en los inicios del protestantismo brasileño» 2017
La razón fundamental para no juzgar el pasado desde el presente es que ello implica la condenación de los autores de aquellos errores, precisamente de quienes los beneficiarios o jerarcas de aquellas concepciones erradas o malas prácticas, han heredado su autoridad ideológica o de gobierno.
Cualquier paradigma contemporáneo válido tiene todo derecho a juzgar el pasado desde su presente y a condenar aquello que sea condenado. Si los derechos humanos son importantes hoy no es porque algunos filósofos condenaron la esclavitud, por ejemplo, o porque algunas mujeres se decidieron a denunciar su situación de opresión, es primera y principalmente por la sangre que los esclavistas derramaron al cometer el genocidio que constituyó la esclavitud. Es la sangre de los esclavos la que escandalizó a los filósofos y juristas que condenaron la esclavitud e hicieron espacio a la doctrina actual de la inviolabilidad y la inalienabilidad de los derechos fundamentalmente humanos. Es el dolor de la violencia y la opresión en todos los frentes y el hedor a piel humana achicharrada en las hogueras lo que decidió que la mujer tenía que tomar las riendas de su propia existencia y es solo justo que se denuncien a quienes ejecutaron aquella opresión en su contra o prendieron el fuego a aquellas hogueras de la plaza pública. Y en todo esto el cristianismo al que pertenezco y del que me siento deudor no tuvo un papel secundario sino de primer orden como promotor del maltrato y la opresión con su obsesión imperial.
No tengo que encarnarme en mis padres para juzgar los errores que cometieran y eso no me impide amarles aún en sus llagas y en sus heridas, ni me exige dejar de amarles en sus aciertos y virtudes, y hasta me enseña a ser prudente, más que ellos incluso, al hacer lo que yo desee hacer teniendo en cuenta que mi infinitesimal granito de arena es parte del futuro de mis sobrinos y sobrinos nietos y de mis estudiantes y de mis pacientes y de toda persona a la que mi existencia, más o menos meritoria (eso sí no me tocar juzgar por un sentido elemental de decoro), pueda afectar.
Parte IV
Es vergonzoso que haya que divulgar esto como noticia si ha estado ocurriendo tan extensamente que y se utilice como argumento para defender como una cosa moderna lo que se ha practicado a escondidas casi ininterrumpidamente desde siempre.
Y se habla de los obispos y los jerarcas eclesiásticos y con razón, pero los seglares hemos estado mirando, siendo testigos oculares de la soledad del cura en muchos lugares y estuvimos conformes con que el clero fuera privado del necesario afecto y se depravase. Este crimen del aislamiento y privación afectiva de los curas y los religiosos/as es más churrigueresco que la fachada del Escorial.
Por más de treinta años, al menos en cuanto a los casos que llegaron a las cortes de justicia por pederastia a partir del 2001 en los EE. UU. demasiado obispos han encubierto con la anuencia romana esa forma distorsionada y perversa de satisfacer sus necesidades afectiva pero los seglares no les cortamos el apoyo financiero a los obispos, ni exigimos que se formaran mejores curas o que se formara mejor a los curas.
Si en España «hay decenas de curas católicos casados que ejercen el ministerio sacerdotal… …los obispos lo saben y hacen de la vista gorda» (cito al Sr. Vidal) ¿cómo es posible que se hable del celibato como problema si es una ley que tantos violan impunemente?
Cuanta verdad tristemente encierran estos comentarios… También ellas tenían sus salidas…
Es muy triste, y muy complicado de comprender, ¿necesidad… o decisión personal sabiendo que era injusto… especialmente para la persona que satisfacía sus ” necesidades” ¿comodidad? El camino resuelto, una carrera sin la responsabilidad y el esfuerzo que la familia requiere?
Hay muchas cuestiones “oscuras” en estos comportamientos.
¡Gracias amigo! Abrazo entrañable.
pili
Gracias amiga Pili. Te abrazo también.
Parte III
Mucho antes de que aparecieran instituciones eclesiásticas de derecho como la clasificación de parroquias en las categorías de ingreso ascenso y término o la repartición arbitraria de las remuneraciones de los canónigos de ciertas catedrales importantes, ya se burlaba, si alguna vez dejó de ocurrir, lo que la ley del celibato trató de impedir.
Todo este discurso de antecedencia histórica hasta el tiempo de los apóstoles, ¿cómo alguien puede asegurar, como lo hace el Sr. Vidal, que pueda ser encomiable que los apóstoles abandonasen a sus familias para irse a la campaña que tan erróneamente creían que el Galileo deseaba y trataba de capitanear ―si es cierto que hasta última hora conservaron sus ambiciones políticas― y que el propio Galileo les permitiera que lo hicieran? Que le atribuyan haber dicho aquello de que quien no niega a su padre, a su madre y a sus hermanos y no viene en pos de mí (Mateo, 19,29; Lucas 14, 26),
¿Cómo creer que el Galileo no se mantuviera preocupado por la suerte de su propia madre, si era pobre, cuando andaba en sus correrías evangélicas cosa que las narraciones canónicas dejan sin definir, pero en cambio afirman que había mujeres ricas que le subvencionaban sus gastos y él tan conforme? (Marcos 15, 41)
Afirma este Sr. Vidal: «Los exégetas concuerdan en que los apóstoles ―con la excepción de Pablo y Bernabé― fueron todos casados e iban acompañados de sus esposas en sus viajes misioneros.» pero ¿de qué sombrero de mago se saca estas seños estas afirmaciones como conejos y palomas? ¿No se molesta en citar a esos exégetas? ¿Eran realmente tan irresponsable estos apóstoles que arrastraban a sus hijos, seguramente algunos menores y alguna vez a alguna esposa embarazada a esta aventura impredecible y tantas veces desastrosa de la expansión del primer cristianismo? Y no menciono viajes tan arriesgados como los atribuidos a Pablo y a Pedro atravesando el Mar Mediterráneo o los desiertos que aislaban a Israel por sus fronteras interiores…
Parte II
¿Cómo se puede afirmar algo como lo siguiente afirmado por este señor Vidal?: «La principal razón para imponer el celibato fue económica, pues así las herencias pasaban a la Iglesia.» El bajo clero no era rico ni podía dejar en herencia siquiera una casucha porque hasta los edificios eclesiásticos que sobrevivía a las guerras y a la avaricia de los nobles terratenientes eran pobres y desvencijados en muchísimos lugares. El cura miserable, aislado, carente de todo afecto humano no es una ficción literaria sino una dolorosa herida purulenta en la cara de la Iglesia y una vergüenza imperdonable.
¿Es que hemos olvidado que la clase alta tenía instituciones como el Convento de las Descalzas Reales en Madrid (y no era el único) para las segundonas que no casaba? ¿Es noticia para alguien que a los hijos segundos los ricos les compraban canonjías y abadía, sedes episcopales cuando aún eran niños y que la Iglesia jerárquica no lo prohibía sabiendo que solo adquiría otra fuente de corrupción?
¿Cómo se puede ignorar la existencia del llamado «clero bajo» que la literatura satírica ha testimoniado como escribiendo en piedra la vida de esos curas de aldea que se convertían en alcohólicos y aceptaban desesperados la compañía y la protección de sus barraganas?
¿Quién se atreve a negar que en los territorios de ultramar acababan en conventos las hijas de los obispos a las que se les negaba el apellido, pero se les garantizaba la soltería y la comida y el techo?
Parte I
Leo en el artículo de J. M. Vidal en religión Digital esta asombrosa afirmación: «Jesús no dijo nada sobre la ley del celibato.»
¿Cómo se puede afirmar que fuese así de forma tan categórica si no hay modo de saber «todo» lo que Jesús dijo? Pero este es un ejemplo del tipo de manipulación especulativa del lenguaje y de la historia que abusa de la desinformación del público, católico o no, y garantiza el pan al autor y a muchos otros como él.
En los siglos posteriores al 12, después de convertirse en ley, continuó la burla del celibato y no entre los curatos de aldea que los obispos podían ignorar, sino en el mismo corazón del Vaticano y la simonía continuó siendo una práctica conocida. Los escándalos de simonía no cesaron de ocurrir no importa quién fuese el Papa, salvo contadísimas excepciones si hubo excepciones.
Las denuncias de la corrupción católica cuyo proceso culminó en la Reforma y, después, la corrupción de las propias Iglesias Reformadas y Evangélicas, ofrecen la evidencia de que todo este fenómeno religioso es absolutamente vulnerable a la desnaturalización de sus propósitos y que, en efecto, como tantos han denunciado quizás deba desaparecer. ¿Cuál fuera la alternativa? Que cada cristiano/cristiana o musulmán/musulmana, judío o judía, simplemente optara por vivir en la solidaridad humana, practicase la compasión, obrase el bien, anduviera humildemente ante su propia conciencia como hace tantos siglos propuso, si los textos son auténticos, Miqueas, el profeta hebreo (6, 8).
Pienso que el problema es que el sacerdocio, tal como es en estos momento, está despareciendo sin remisión. A los jóvenes no les entusiasma ir al seminario, cuando cumplen unos años, el celibato se les hace insoportable, -como siempre-, los sacerdotes de los países europeos, que es lo que medio conozco, son todos mayores de 70 años, hay bastantes provenientes de África, la Curia Vaticana es una gerontocracia total, los pocos chicos que llegan a la ordenación sacerdotal provienen de familias muy conservadoras, por tanto, sintonizan muy poco con la sociedad actual y son esclavos de lo que ellos llaman, su Madre, la Iglesia, entendiendo como tal la jerarquía muy jerarquizada.
Mientras no se afronte el problema buscando alternativas realistas, seguirán dando vueltas a la noria hasta que se acabe el agua. Porque, ahora que ven la gravedad, empiezan a pensar en ordenar a hombres casados, y diaconisas mujeres al servicio de los hombres curas, o de los curas siempre hombres.
En Zamora, mi tierra, hay curas que tienen que atender hasta 14 pueblos, y, los pobres, se dan unas palizas de desplazamientos, aunque solamente sea para los funerales, porque como la población está tan envejecida, pues tienen bastante trabajo en este terreno. Los domingos, se reúnen las mujeres para, en el mejor de los casos, hacer una celebración de la palabra, sino pues a rezar el rosario.
No nos van a hacer caso, pero no está mal crear opinión pública lo más posible, por si le llega el eco de la realidad.
Te leo:
– “Mientras no se afronte el problema buscando alternativas realistas, seguirán dando vueltas a la noria hasta que se acabe el agua”-
Pregunto:
1- ¿Cuál “alternativa” se te ocurre?
Si tienes alguna
2- ¿con qué grado de “realidad”?
Querido Oscar, no podría resumir todo lo que llevo escrito al respecto sobre esta cuestión. Pero diría dos cosas: nada se ser superiores con poderes especiales, que la comunidad, hombres y mujeres, participe en cómo pueden mantener la memoria del Galileo.
Acabo de leer en Religión Digital un artículo “El Vaticano lleva siglos ocultando que los primeros sacerdotes eran mujeres titulado.” Como no sé poner el enlace, os lo recomiendo para ir completando esta cuestión sobre el sacerdocio.
Gracias ana!
Pero ¿queda agua?
Este Comentario de George
merece destacarse y hacer historia
en su Curricula de Comentaarios
¡Bravo George!
—————–
George R Porta
8 julio 2019, 21:50 pm
Pero ¿queda agua?
Claro que sí, están agotándola hasta que se queden sin hombres que quieran ser célibes y sacerdotes con este sistema.
Este que sigue me parece que pueda ser sea el enlace al artículo en Religión Digital del Sr. Vidal, acerca del vaticano y el secreto multisecular de los curas casados: https://www.religiondigital.org/mundo/Vaticano-siglos-ocultando-primeros-sacerdotes-mujeres_0_2138186164.html
Creo que conviene distinguir, por una parte el ideal que nos proponemos, y por otra los pasos posibles para avanzar sin romper la unidad, para coordinar libertad de espíritu y cohesión social. Deseamos comunidades cristianas en igualdad y fraternidad, con diversidad de carismas en beneficio de la comunidad, en comunión con todas las comunidades cristinas, y en fraternidad con todas las comunidades del mundo. En cuanto a los pasos a dar, hay que tener parresía pero también consideración para no desconcertar a los débiles, discreción de espíritus, ensayos parciales que satisfagan las necesidades más urgentes y que permitan afinar las soluciones concretas. Se puede estar más o menos de acuerdo en cada situación, pero creo que la Amazonía puede facilitar una importante apertura para todo el cristianismo.
Y para esa ingente labor, tan importante y crucial:
¿Es necesario “ordenar curas” a hombres y mujeres?
¿Por qué no se busca desde el Proyecto del Galileo, hacer una labor de comunidad, donde estas elijan a las personas que las tienen que:
“Representar, formar, cuidar, buscar los medos necesarios”… y hacer que la Vida crezca a su alrededor, sin necesidad de ordenamientos eclesiales?
Durante su vida Jesús, jamás ordenó a ninguna persona, se enlejían por consenso y cada cual realizaba su labor.
Que se dediquen a ella en cuerpo y alma, solo tiene que ver; conque los medios necesarios lleguen, para que su vida sea digna, como la de todas las demás personas de la comunidad.
Esto, en cuanto ha quienes se dediquen totalmente a la ¡Misión! sin posibilitad de hacer otro trabajo.
No es tan complicado… ¡Formación-Información veraz-responsabilidad-Igualdad! Sin categorías de ninguna clase:
Todos como hermanos bien avenidos; sin deseos personales de hacer “carrera” a costa de la comunidad.
Volver a la Esencia primera… Visto, como está caminando… la iglesia “poder”…
Aunque en ella aya habido siempre personas que ¡¡¡si!!! han vivido como fue en un principio; aunque su caminar, haya sido muy doloroso precisamente por como ha reaccionado “la iglesia poder”.
Solo así, seguirá Viva:
¡La Buena Noticia que Él nos dejó!
Y la iglesia “regia” ira secándose poco a poco ella solita; o seguirá… mientras aya personas que la quieran mantener… desde ese mundo de poder, riqueza, auto bombo, dogmas, cielo e infierno ctc. etc..
mª pilar
Leo: «En este texto, escrito tras consultar a 100.000 personas de 170 etnias originarias y de nueve países de la región, se sostiene que los problemas que asolan a la Amazonía son: la sistemática violencia en forma de violaciones de los derechos humanos, sobre todo en relación con las mujeres; el narcotráfico; la difusión del consumo de la droga; la destrucción de las culturas; las migraciones forzosas; la trata de seres humanos y los homicidios de líderes indígenas y populares.»
Al leer esta afirmación algunas preguntas me vienen y son las siguientes: ¿Qué clase de medios de comunicación han sido necesarios para consultar a 100,000 personas? En cuentas lenguas se hizo la encuesta? ¿Cómo saben los encuestadores que las traducciones fueron válidas? ¿Será que todos los indígenas de la Amazonia tienen cuenta de Facebook, tweeter, Instagram, o lo que sea? ¿Cómo es posible que los indígenas que ha estado defendiendo Pere Casaldáliga vivan en pobreza si toda esta inversion se ha podido hacer solo para hablar con Francisco?
Si los consultados para preparar el documento son de iglesias de cualquier otro mundo except de la Amazonia ¿qué valor pueden tener si hasta ahora han vivido conformes con las fabelas que existen no tan lejos de la Amazonia y si las transnacionales que están arruinando el país pagan a los obreros que está desmontando la naturaleza amazónica y deben ser obreros traídos de estos países circundantes o del propio Brasil, porque no me quiero imaginar a los nativos de la Amazonia destruyéndola y protestando por que sea destruida?
¿Se pudiera saber cuál es la fuente (o las fuentes) de información que permite afirmar estos datos que aporta Víctor Codina o el autor del artículo acerca de la preparación del documento de trabajo? ¿Cuánto ha costado todo este esfuerzo y cuanto costará el viaje del Papa solo para pensar los pros y cons de ordenar curas casados, solteros, amancebados o lo que deseen en la Amazonia, sobre todo, teniendo en cuenta que le puede costar una inyección de digitalina o de cloruro potásico entre los dedos de los pies a Francisco si Burke, Bannon, Brandmuller y el resto de estos sujetos en la curia vaticana realmente se cabrean?
El problema de la iglesia es la centralización en Roma.
Con todos mis respetos.
Que dejen vivir cada país a su aire. Ya somos mayores. No nos gustan los imperios. Que no sirva de excusa Roma y la sacrosanta curia para afrontar los problemas de cada país. Es imposible que mi persona, europea, española y murciana sienta los problemas de la amazonia. Solamente puedo empatizar. Pero confío en que cada región o país o lo que se quiera decir, tiene capacidad para solventar sus problemas. Si los dejan . Insisto. Si los imperios de todo tipo los dejan.
Y aquí, en España, el jaleo con un dictador anticristiano, por mucho que lo llevaran bajo palio, no tiene fin.
Dicho todo con el mayor de los respetos, no me importa en absoluto el Sínodo ese que va a haber.
Un saludo cordial.
Leo de Carmen: “El problema de la iglesia es la centralización en Roma.”
La conciencia de responsabilidad y arbitraje de Roma era para entonces (año 300) algo vivido como tradicional.
Existe una carta del papa Julio I (año 337-352) a los antioquenos que dice lo siguiente: “¿Por qué no se nos escribió, sobre todo tratándose de Alejandría? ¿Es que ignoráis, por ventura, que esa es la costumbre? Que PRIMERO se nos escriba, y desde aquí (Roma) se determine lo que es justo. Desde luego, si recaía alguna sospecha sobre el obispo de allí, había que haberlo escrito al obispo de aquí (Roma)”.
¿No será que tenemos el complejo anti Roma?
Saludos
Querido. Por supuesto.
He visto cosas en documentales en la televisión sobre el imperio romano, una serie fascinante de una historiadora inglesa. Fascinante. Porque de historia, si, algo sé, pero muy poquito. Me gusta muchísimo Egipto y el imperio romano. Y no sé por qué. Y las guerras mundiales del siglo XX. Es una especie de manía que tengo desde siempre. Pero en el colegio todo eran batallas y fechas y , uf. Ahora es otra cosa, se intenta analizar el porqué sucedió lo que sucedió. Y me gusta. Es todo como igual siempre. Superinteresante.
Bueno, pues el último capítulo de esta serie que te digo acaba diciendo: en occidente no se ha conocido otro imperio igual, Heredero de este imperio? Podríamos decir que sin duda el cristianismo.
Y sabes? No me gustan los imperios. Creo que cada país o comunidad o como lo quieras llamar tiene derecho a ser libre para organizarse a su aire. Los cristianos, también.
Es una opinión.
Y hablando de opiniones, no entiendo la de cosas que me dijiste cuando me confundiste con Ana. Lo leí ayer. Estuve a punto de llorar, pero pensé que no merecía la pena. Cada uno es muy libre de decir lo que quiera. Pero no entendí. Por lo visto me ves horrible. Te aseguro que soy normal, como tú. Aunque pensemos distinto.
Buen día.
La paz Carmen, el haberte confundido con otra persona, no fue intencionalmente y fue por mi torpeza, sin haber leído quién era la persona a la cual tenía que contestar, cogí la computadora y empecé sin darme cuenta a quien le estaba escribiendo. En ese sentido dije perdón.
A tu frase “por lo visto me ves horrible” no es verdad, la Iglesia no me ha enseñado a hacer acepción de personas (menos con los más pobres). Y a las mujeres mayores, trato de ver el rostro de mi madre, que se fue al Padre hace 8 años a la edad de 78. Y también de ver en las mujeres la figura de la Virgen María, al menos eso es lo que me han transmitido durante 45 años en la comunidad Neocatecumenal.
En cuanto a la historia en general, me viene a la mente estas palabras de Charles Forbes René de Montalembert por el año 1850: “Para juzgar el pasado habría que vivirlo y para condenarlo no habría que deberle nada”.
Saludos y que el Resucitado de la muerte te cuide como a las niñas de sus ojos en la inmensidad de tu historia.
Luis
No. Te confundiste de nombre porque estás acostumbrado a que sea la persona tipo demonio que dice cosas a Santiago y a ti.
No tienes que pedir perdón. Sencillamente lo siento. Y lo siento por Ana, que la pobre se la cargó por todo lo alto.
No veas en mi la figura de la virgen María. Como mucho la virgen del carmen. Me encanta.
Gracias . A ver si me cuida un poquito.
Luis Alberto, aunque me confundiste con Carmen, que, si no fuera por las barbaridades que dijiste, estaría muy orgullosa de que me confundieses con ella.
Ahora, dirigiéndote a Carmen (vaya lío), decirle que ves en las mujeres a la Virgen María, dices: ” al menos eso es lo que me han transmitido durante 45 años en la comunidad Neocatecumenal.” Pues pon algún filtro personal tuyo a todo lo que te digan, y te digo lo mismo que Carmen: en mí no veas a la Virgen María, si quieres ver algo real, procura verme a mí y respétame a mí, si te parece bien. Y en lo demás, como todo el mundo, eres libre de creer, pensar y escribir lo que te parezca.