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El vuelco

        Entre Dos Hermanas y Sevilla los términos municipales se mezclan en terrenos baldíos, olivares a punto de fenecer y construcciones en medio de la nada desolada. Ahí unos caminantes han descubierto el cuerpo de un hombre muerto.

        En las 3000, a un tiro de piedra, con el Guadaira por medio y la S-30 de barrera amenazante, uno de los clanes gitanos que controlan la venta y cultivo de marihuana sabe de quién es el cadáver del descampado nazareno.

        Siete hombres del clan secuestraron hace semanas al hombre vivo que ahora es un cadáver mordido por ratas y alimañas, por perros sin dueño y por córvidos varios. Lo encerraron en uno de los pisos de propiedad pública de la Junta de Andalucía que controlan para refugio de delincuentes en busca y captura por juzgados de todo el país. En uno de esos pisos, que los gobernadores civiles de Franco entregaban los 18 de julio, fiesta del glorioso alzamiento nacional y que los clanes narcos de las 3000 se apropian extorsionando y expulsando a sus ocupantes, dueños o inquilinos, retuvieron secuestrado al que vivía en el cadáver encontrado y del que se ocupa ahora la policía, los forenses, la científica, los juzgados.

        Siete hombres entre los 23 y los 61 años, todos emparentados según los grados del clan que los días que duró el secuestro intentaron hacer hablar al que consideraban responsable de la desaparición de una carga de marihuana que les había sido robada a ellos, sus legítimos propietarios. Adquirida a los marroquíes del Estrecho y preparada para la venta y el despacho.

        Era un “vuelco” de la marihuana, es decir en el argot. Un robo del producto entre bandas delincuentes rivales en el control del mercado.

        Golpes y torturas pero el secuestrado no habló. Por no saber o no querer. Por miedo. Al final a los siete por turno de días de golpes y vigilancia se les fue la mano y el secuestrado murió. Lo envolvieron en mantas y bolsas de plástico y lo arrojaron en el descampado donde apareció. Desde primeros de marzo en que comenzaron a buscarlo y encontrarlo, hasta los días de secuestro, tortura y muerte pasaron unas pocas semanas.

        El sistema de hacerse con los pisos es similar al de los fondos buitres, pero ilegal de toda ilegalidad. Los fondos buitre gozan de protección del medio ambiente bancario, legislativo, ejecutivo y judicial y cenan con Trump y con los del Ibex y la City. Los clanes narcos de las 3000 se protegen a sí mismos, dictan sus propias leyes y procuran no dejarse ver. Para hacerse con pisos basta prestar a quienes necesitan dinero para droga, ropa, viajes pendientes o medicinas para tratamientos caros que no paga la SS. Los intereses pasan rápidamente del 100% al 500%. Cuando no pueden pagar, y nunca pueden pagar, se les amenaza con golpes o de muerte para que dejen libre la vivienda. La policía, los servicios sociales, las autoridades de viviendas públicas lo saben. La delegación del Gobierno de España lo sabe. La Corporación municipal lo sabe. La Junta de Andalucía lo sabe.

        Los pisos vacíos tienen finalidades variadas: refugio para huidos de la justicia o de otros clanes enemigos (de Barcelona y Madrid, de Bilbao y El Ferrol, de Algeciras a Estambul….); granjas de cultivo de marihuana, ventanas cerradas, luz roja todo el día, temperatura adecuada, enganche ilegal a la toma de Endesa o de Fenosa; almacenes de armas, objetos robados, dinero a blanquear de la venta de la droga; pisos para familiares de los narcos que necesitan vivienda. La policía, los servicios sociales, las autoridades de viviendas públicas lo saben. La delegación del Gobierno de España lo sabe. La Corporación municipal lo sabe. La Junta de Andalucía lo sabe.

        El descubrimiento del cadáver, un hombre de 34 años, obligó a las autoridades a actuar. Un muerto es siempre un incordio en la tranquila paz de autoridades y funcionarios que saben pero no actúan. Cuando hay un muerto hay un forense, hay un juzgado que debe autorizar levantar el cadáver y abrir diligencias previas y hay que detener, si se puede, a los autores del crimen.

        Claro que en este cadáver y sus torturas y torturadores ha sido decisiva la silenciosa colaboración ciudadana, hartos sus componentes, de sufrir vejaciones, amenazas, palizas y extorsiones.

        Hace un par de semanas y tras el despliegue vistosísimo de furgones, furgonetas y furgoneticas policiales, con agentes portadores de armas de guerra y otros paramentos cuasi bélicos con motivo de la detención de los siete narcos torturadores y asesinos, de los cuales escapó uno que no ha aparecido, hemos tenido a dos pasos de los despachos de la abogacía pro bono, en los locales parroquiales, en uno de los espacios urbanos más peligrosos de Andalucía, otra actuación policial para desmantelar un piso granja de marihuana. Al desenganchar los cables del ilegal huerto los policías dejaron sin luz a los ocho inquilinos de otras tantas viviendas del bloque, que también estaban enganchados ilegalmente a la toma clandestina. Un dolor.

        De momento el “vuelco” y su muerto torturado ha servido para que los clanes se sumerjan hasta dentro de unos días, cuando todo vuelva a su lugar descanso, como ordenaban los cabos primeros en la vieja mili. La policía, los servicios sociales, las autoridades de viviendas públicas lo saben. La delegación del Gobierno de España lo sabe. La Corporación municipal lo sabe. La Junta de Andalucía lo sabe. El secuestrado, torturado y muerto, también lo aprendió y lo habrá contado al Eterno, pues con el nuevo paradigma teológico no lo puede saber de visu.

       

7 comentarios

  • Carmen

    Uf.

    No sé.

    A veces pienso que me he equivocado de religión.

  • George R Porta

    Frente a esta cita de Juan, siempre experimento la misma emoción: Perplejidad, una especie de emoción vacía, en suspenso, con la nariz bien apretada para no respirar, como amerita el momento. Todo eso porque me parece la mayor expresión de soberbia posible que el Galileo no merecía que le atribuyeran.

    Esto no es gratuito, en la mente del Cuarto Evangelio (¡elevangelista no se sabe a ciencia cierta quién fue!) que le subieran a unas cuartas del suelo era elevarlo por sobre toda cima a la gloria.

    La realidad debió ser otra, estaba hecho tiras de pellejo pringado de tierra y barro, en una extraña mezcla de sangre, orina, sudores y heces, porque el sufrimiento debió aflojar sus esfínteres y con toda certeza no quedó nada de belleza en su aspecto y sí mucho de abyecto y despreciable. Y solo pudo ser soberbia pensar que ser asesinado y tan malamente fuese una manera de dar la vida libremente, por propio designio, cuando se estaba escondido y sudando sangre a la espera.

    Pero así lo permite la equivocidad del lenguaje y la manipulación interpretativa y comunicante.

  • oscar varela

    Hola!
    En torno al nuevo paradigma teológico que el Eterno no lo puede saber de visu.
     
    ÁNGELES PARA LOS SUICIDAS
    (Enrique Anderson Imbert – 1971)
     
    Durante siglos y siglos los hombres, con sospechosa uniformidad, condenaron a quienes sabían escaparse de la vida. Tanto, que los desertores aprendieron a disimular. Fingían heroísmos y se arrojaban contra las poderosas armas del enemigo. Con pose de mártires se abrazaban a una herejía y allí esperaban la arremetida de los fanáticos.
     
    Provocaban odios exterminadores, contrataban asesinos, planeaban un accidente, buscaban una enfermedad. Así, muchas muertes, aunque parecían causadas por mano ajena, por el azar o por las debilidades de la naturaleza, en el fondo eran suicidios. Pero ahora el mundo se ha puesto tan desagradable que ya no se necesitan subterfugios. Uno elige y ostentosamente se mata, y los que no se atreven a seguirlo tampoco lo desaprueban.
     
    Dios había comprendido y tolerado los suicidios ocultos. Su propio hijo, cuando juzgó que ya era hora de irse, se prestó a que lo crucificaran y como para los prójimos era invulnerable se dio muerte con una prodigiosa emisión de su alma: “Nadie me quita la vida —había dicho Jesús, según San Juan—, yo la entrego”.
     
    Pero día a día aumenta el número de suicidas, y Dios empieza a preocuparse. Respetuoso de la libertad, no quiere impedir el acto del suicidio, el más libre de que somos capaces, pero sí evitar que el mal ejemplo cunda. Decide, pues, que las gentes no se enteren de los suicidios.
     
    Cada vez que alguien se suicida, un ángel baja como una luz a la tierra y ocupa el sitio del alma que, en ese instante, baja como una sombra al infierno. Es fácil: después de todo el ángel y el alma se originan en la misma sustancia. El cuerpo del suicida sale de un brevísimo desmayo y revive, igual por afuera y diferente por adentro.
     
    Los familiares suelen asombrarse del repentino cambio de carácter y esto es todo. Por lo menos Dios ha conseguido que nadie hable de suicidios, aunque por algún tiempo los hombres continúan suicidándose. El mundo se llena poco a poco de almas angélicas y, en consecuencia, mejora. Si todos los hombres se suicidasen, la nueva humanidad —cada hombre con un ángel inte­rior— se haría divina.
     
    Desgraciadamente esto no sucede porque al mejorar las condiciones del mundo desaparecen las causas del suicidio, se multiplican los hombres con almas meramente humanas y, en proporción, disminuye el número de hombres-ángeles, con lo cual reaparece el mal, surge una nueva ola de suicidios, seguida de otra de ángeles, y…
    …………………..

  • ana rodrigo

     
    Independientemente de la intrincada mitología greco-latina, este relato me recuerda al cuadro de Saturno devorando a su hijo, de Goya o de Rubens.
     
    Hay grupos sociales que, sabiéndolo el gobierno de España, la Junta de Andalucía (o de donde sea), las autoridades de todos los niveles, dejan, permiten, toleran, son testigos de que el Saturno del momento y lugar, devore a sus hijos. Unos abandonan definitivamente esta vida, otros mueren de miedo, otros amenazados por todos los costados existenciales, pero ahí estará siempre al acecho el Saturno devorador de sus hijos, la sociedad indiferente e inoperante. Que se maten entre ellos, mientras no nos toquen a nosotros. Ops, mujer de Saturno, pudo esconder y librar de tan cruel destino a sus otros hijos Juno, Júpiter, Plutón, Ceres y Vesta, pudiendo llegar a ser grandes dioses y diosas. ¿Qué Ops nos ha dado la posibilidad de librarnos de esta realidad que nos relata Alberto? ¿Quién ha dejado a su mala suerte a tanta gente sufriente en este mundo?
     
    Misterios de la vida, que la misma vida, las autoridades, el sistema, etc. podrían desentrañar y librar de este destino en el que nacen tantos niños y niñas. Pero….
     

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    Y… ¿Si todo el mundo del poder institucional lo sabe… que estamos haciendo… nos estamos tocando la barriga?

    ¡¡¡Terrible!!!

    Cierto, este hombre, ya ha descansado, y si algo sabía, no les ha dado la oportunidad de seguir matando; por lo que nos relata:

    “Son “dioses” en su terreno y ha nadie temen, porque saben que el miedo a su terrible fuerza… lo puede… casi todo; sobre todo, cuando todas las fuerzas que pueden hacerlo, no ponen fin  ha tanta corrupción, causando tanta dolor y muerte a su alrededor.

    Un abrazo.

    mª pilar

  • Juan García Caselles

    De antiguo es sabido que el poder, y su brazo armado, la policía, necesitan de la delincuencia, porque si desaparecieran los delincuentes (y especialmente los delincuentes organizados, las mafias) ¿cómo se justificaría la existencia de la policía y del aparato jurídico-penal?

    Y si despareciera la policía ¿quién metería en cintura a los trabajadores díscolos?

  • Carmen

    Si lo supiera de visu , habría que preguntarse por qué no hace nada. Porque como usted cuenta muy bien, entonces sería uno más de su lista: el padre eterno, lo sabe y no hace nada.

    Pues prefiero que el pobre muerto se lo haya tenido que contar.

    Ese señor ya descansa en paz. Pobrecico. Porque a veces la muerte libera. Esta vez lo ha liberado literalmente de esas bestias asesinas que se creen con el derecho de decidir hasta sobre la vida y la muerte. Como el dios ese del antiguo paradigma.

    Prefiero tener que contar las cosas cuando muera porque dios no las sabe  . Porque si las supiera y fuese todopoderoso, me mandaba al infierno de cabeza y con razón, porque le diría de todo menos bueno y misericordioso.

    Pero ya tengo mis bonos del infierno, a ver si me dejan escoger un buen sitio y sobre todo, espero que prospere mi petición de poner aire acondicionado. Energía no les falta.

    Un saludo.

    Escribe usted muy bien.