En la Asamblea Plenaria de la Unión Internacional de Superioras Generales celebrada en Roma en mayo de 2016, le preguntaron al papa Francisco si había algún impedimento para incluir a las mujeres entre los diáconos permanentes, al igual que ocurrió en la iglesia primitiva, y por qué no creaba una comisión oficial para estudiar el tema.
Unos meses después el papa despejó la incógnita y creó una Comisión, formada por seis hombres y seis mujeres, presidida por el entonces secretario –hoy presidente– de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo español Luis Ladaria Ferrer– hoy cardenal– , para el estudio del diaconado femenino en la Iglesia católica. De la Comisión fueron excluidos cuatro continentes: Asia, África, América Latina y Oceanía. Había doce miembros europeos y una estadounidense. El inicio de dicha comisión no podía ser más asimétrico y desigual.
En la rueda de prensa ofrecida el 7 de mayo en el avión de vuelta de su viaje a Macedonia el papa reconoció la disparidad de criterios de los miembros de la Comisión tras dos años de estudio e, implícitamente, se refirió a la disolución de la misma sin que hubiera emitido un informe al respecto. A la vista de la falta de resultados, el papa no ha tomado ninguna decisión.
Mejor, así, porque, en mi modesta opinión, se trataba de una Comisión tan innecesaria como ineficaz, como se ha demostrado por la falta de resultados y su rápida disolución. Era innecesaria porque el estudio ya está hecho por exegetas, teólogos, teólogas, historiadoras e historiadores del cristianismo. Las conclusiones cuentan con un amplio consenso entre quienes vienen investigando desde siglos sobre el tema: Jesús de Nazaret formó un movimiento contrahegemónico igualitario de hombres y mujeres que lo acompañaron por los caminos de Galilea, compartieron su estilo de vida itinerante y asumieron responsabilidades sin discriminación alguna por razones de género.
En los primeros siglos del cristianismo hubo mujeres sacerdotes, diaconisas y obispas que ejercieron funciones ministeriales y tareas directivas hasta que la Iglesia se jerarquizó, clericalizó, patriarcalizó y las mujeres fueron reducidas al silencio. El libro de la teóloga estadounidense Karen Jo Torjesen Cuando las mujeres eran sacerdotes. El liderazgo de las mujeres en la iglesia primitiva y el escándalo de su subordinación con el auge del cristianismo (El Almendro, Córdoba, 1996) lo demuestra con todo tipo de argumentos: arqueológicos, históricos, teológicos y hermenéuticos. Y más recientemente Sacerdotas. La mujer en las diferentes liturgias y religiones, de Yolanda alba /Almuzara, Córdoba, 2018).
La Comisión me parecía ineficaz, si faltaba voluntad de incorporar a las mujeres a las funciones eclesiales directivas, al acceso directo a lo sagrado sin mediación patriarcal y a la participación en la elaboración de la doctrina y de la moral. Hoy puede afirmarse que faltaba dicha voluntad. A los hechos me remito. En la encíclica Inter insigniores, el papa Pablo VI cerró a cal y canto la puerta al acceso de las mujeres al ministerio sacerdotal alegando que Jesucristo solo ordenó a varones.
Sus sucesores han repetido tan falaz argumento como un mantra. Juan Pablo II, asesorado por el cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, radicalizó el cierre al afirmar que el asunto quedaba zanjado definitivamente. Benedicto XVI, conocedor como teólogo que era, de la existencia de mujeres diaconisas, sacerdotes y obispas en el cristianismo primitivo, se mostró igualmente contumaz y siguió el mismo camino de obstrucción al sacerdocio de las mujeres. El papa Francisco ha vuelto a ratificarlo citando la contundente afirmación excluyente de Juan Pablo II.
No puedo compartir la idea del diaconado femenino, porque, de instaurarse institucionalmente y atendiendo a las funciones auxiliares que se les asignaría, las mujeres seguirían siendo subalternas y estarían al servicio de los sacerdotes y de los obispos, no de la comunidad cristiana. Más que de entrar en el estatus de colaboradoras directas de los sacerdotes y obispos, pasarían a un estado de servidumbre permanente.
Creo que es hora de pasar de la subalternidad de las mujeres a la igualdad; de la sumisión al empoderamiento; de su estatuto de dependencia a la autonomía; de ser objetos decorativos a sujetos activos. Y eso con el diaconado femenino no se lograría, sino todo lo contrario: se prolongaría la minoría de edad de las mujeres bajo el espejismo de que se está dando un importante paso hacia adelante y de que se les concede protagonismo.
Insisto, lo que se haría sería perpetuar la humillación y la servidumbre, la subalternidad y la dependencia del clero sacerdotal, episcopal y papal. Para que se produzca un cambio real en el estatuto de inferioridad de las mujeres es necesario que sean reconocidas como sujetos religiosos, eclesiales, éticos y teológicos, cosa que ahora no sucede.
Y para que esto suceda es necesario mirar al pasado, ciertamente, pero no con la añoranza de reproducir acríticamente la tradición, sino con el objetivo de recuperar creativamente el protagonismo que las mujeres tuvieron en el movimiento de Jesús y en los primeros siglos de la Iglesia cristiana. Pero, sobre todo, hay que mirar al presente y al futuro para poner en práctica en el interior de la Iglesia el principio de igualdad y no discriminación de género que rige, aunque imperfectamente, en la sociedad.
Cualquier discriminación y cualquier injusticia de género son, antropológicamente, contrarias a la igual dignidad de todos los seres humanos; teológicamente, van en contra de la creación de ser humano como hombre y mujer a imagen y semejanza de Dios; eclesialmente, son contrarias al movimiento igualitario de Jesús de Nazaret, al principio de fraternidad–sororidad que debe regir en la Iglesia y a la igualdad de las cristianas y los cristianos por el bautismo.
Sin igualdad y justicia de género, la Iglesia seguirá siendo una de los últimos, si no el último, de los bastiones del patriarcado que quedan en el mundo. En otras palabras, se mantendrá como una patriarquía perfecta. Y para justificar dicha patriarquía no podrá apelar a Jesús de Nazaret, su fundador, sino al patriarcado religioso, basado en la masculinidad sagrada, que apela al carácter varonil de Dios para convertir al hombre en único representante y portavoz de la divinidad.
Como afirmara la filósofa feminista Mary Daly, “Si Dios es varón, entonces el varón es Dios”. ¡Patriarcado en estado puro! Como escribe la intelectual feminista de la tercera ola, Kate Millet, en su libro Política sexual, “el patriarcado tiene a Dios de su parte”. Es verdad. Y lo es desde su alianza y complicidad con Adán en contra de su primera esposa, Lilith, defensora de la igualdad entre ella y Adán, como cuenta un Midrash del siglo XII,
O quizá habría que decir, mejor, que son las masculinidades sagradas, las que se arrogan la representación patriarcal de Dios y es a ellas a a quienes el patriarcado ha tenido y sigue teniendo de su parte. ¿Hasta cuándo? De nosotros y nosotras depende que esa situación se perpetúe o, por el contrario, cambie.
- Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones. Universidad Carlos III de Madrid. Sus últimos libros son: Teologías del sur. El giro descolonizador (Trotta, 2017); ¿Ha muerto la utopía?¿Triunfan las distopías? (Biblioteca Nueva, 2018); Un proyecto de Iglesia para el futuro en España. Cuarenta años después (San Pablo, 2019); De la Iglesia colonial al cristianismo liberador en América Latina (Tirant lo Blanch, 2019).
BRAVO por el libro valiente y heterodoxo desde el’ feminismo más justo de la escritora y periodista Yolanda Alba publicado por ALMUZARA en espagnol: “SACERDOTAS, las mujeres oficiantes n las religiones”, un estudio verdaderamente inteligente y original. SE lo recomiendo vivamente.
La etimología de la palabra iglesia significa reunión de la asamblea. Las primeras comunidades se reunían en casas particulares para celebrar la memoria de Jesús, no había templos, y en ellas estaban las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres, porque en aquel momento no se tenía conciencia ni de sacramento ni de jerarquías, sino de comunidad.
Además del sentido común que se desprende del contexto, tenemos testimonios en el NT, primero, de que el discipulado de Jesús estaba compuesto de hombres y mujeres, de que las mujeres fueron apóstolas de los apóstoles ya que ellas llevaron la primicia de la resurrección a éstos, y Pablo menciona a varias mujeres “lideres” de comunidades. Eso fue hace dos mil años.
En la sociedad de hace dos mil años en la cuestión de igualdad entre hombres y mujeres, Jesús fue un pionero y un revolucionario, testimonio captado, por sus inmediatos seguidores y seguidoras.
Duró poco esta revolución, cuando Constantino posibilitó la normalización social de las comunidades cristianas a la sociedad de desiguales del Imperio Romano, y comenzaron a seguir el rumbo de aquella sociedad de ricos y pobres, de superiores e inferiores, entrando después en la Edad media hacia una sociedad totalmente piramidal, se olvidó totalmente, lo más novedoso, quizá, del testimonio y vida de Jesús, esa sociedad alternativa de iguales. La Iglesia se enredó con los dogmas y perdió la frescura y fluidez del Evangelio. Y aún más, ha convertido las costumbres de otras épocas, LA SANTA TRADICIÓN, en “dogmas”, por inamovibles e irrefutables, como el caso que nos ocupa.
No es el lugar de cómo y cuándo aparecen perfectamente estructurados los sacramentos. Pero es obvio, que aquella sociedad antigua ha evolucionado muchísimo, mientras la Iglesia se ha quedado momificada en medio de una sociedad en evolución continua, con argumentos que ya no nos valen, como, por ejemplo, que el clérigo tiene que ser un hombre porque Jesús era hombre, razonamiento que nos podría llevar a decir que ningún hombre de otra raza que no sea la blanca-semita tampoco podía ser sacerdote.
Repito una vez más, yo no soy partidaria de este tipo de organización clerical, no me gusta este tipo de sacerdocio, yo nunca entraría a formar parte del mismo, pero aún me molesta más que se excluya a las mujeres solamente por ser mujeres, es decir por no ser hombres. Un disparate, un anacronismo, un fuera de lugar, sobre todo, porque quienes deciden son ellos mismos, los hombres, únicos intérpretes de lo que Dios quieres o no quiere. Las mujeres no tenemos ni voz ni voto, seguimos sometidas a la voluntad sagrada masculina.
Perdona Ana si me contradigo y surfeo en tu ola al introducir este comentario. Lucas no me gusta, pero ahí está. En 8, 1-3, no solo señala que había mujeres que le acompañaban sino que como el Galileo no tenía un oficio propio en esa época de sus andanzas predicando, pues estas muejeres que tenían medios, sufragaban sus gastos. Eso me hace elucubrar que si el galileo no tenía reparos en aceptar que le costearan su campaña de predicación, cosa que no dice por ningún lugar que los hombres que le acompañaran hicieran, no hubiera tenido reparos muy probablemente en reconocerlas como más productivas y más realistas que algunos de los hombres de su grupo, algunos quizá analfabetas y, desde luego, preferían que los costes estuvieran asegurados. esta cosa contra la mujer debe ser por lo menos una herencia semítica sobrealimentada hasta la obesidad por el resto de las culturas en las que la tradición rabínica post-exílica se desarrolló. No hay que especializarse demasiado para comprender que solo aquello que amenaza o que no se quiere perder hay o que reducirlo a la obediencia o atarlo para que no tenga libertad. Esa ha sido la corriente subterránea de las relaciones desiguales basadas en el género. es cierto que la preñez limita mucho físicamente a la mujer pero solo muy recientemente y aún no de manera universal, los hombres asumieron lo que en el hogar la mujer no podía hacer según se aproximaba el término del embarazo. Fueron otras mujeres las que solían venir en ayuda, de la familia o del vecindario. Y la institución eclesiástica, poblada por un montón de hombres con tendencias misóginas alimentadas o adquiridas antes de entrar en el seminario, pero reforzadas en éste, refleja muy bien la cultura misógina de la que emerge. En el siglo IV, en el Concilio de Elvira en españa, justo cuando la clerecía comenzaba a adquirir poder político imperial emergió un canon, una ley que prohibía el matrimonio y obligaba al celibato, aunque hasta ese momento y hoy día nadie se ha atrevido a descalificar el enorme apoyo que la patrística ofreció en defensa del matrimonio, si bien no estaba libre de misoginismo tampoco.
Todo este rollo de no ordenar mujeres y de querer que sean criadas de estola torcida, es otra manera de dominar sobre y alrededor del altar y lo que el altar genera: Pura política, gestión de poder. Las esposas de los ministros reformados o evangélicos también luchan por un mejor trato y por una igualdad de consideración en sus respectivas denominaciones pero al menos ya han logrado que regionalmente, algunas de las reformadas o evangélicas ordenen pastores o presbíteros y se denominan pastoras o presbíteras, según el caso, por propio derecho. Tan pronto como Benedicto y su corte al fin logre ir al paraíso, Francisco quizás logrará hacer lo que hacen todos cuando no tienen nada que perder y se decida a dar un golpe fuerte como el de los divorciados casados en segundas nupcias y la comunión. Quien sabe. Ojalá.
Hola, George, el que en el NT aparezcan mujeres como protagonistas o responsables de comunidades, me da bastante credibilidad, dado que son escritos hechos por hombres hijos de una sociedad patriarcal, como casi todas las sociedades de todos los tiempos, no perdamos nunca de vista este filtro masculino de los redactores del NT. No estamos hablando de contextos ni de textos feministas, sino de una consideración especial por parte de estos varones acerca de las mujeres dentro de la comunidad.
Por ejemplo, una de la manera de infravalorar a las mujeres era no darle credibilidad como testigos, y, si los evangelistas afirman con tanta rotundidad la experiencia de resurrección que tuvieron las mujeres, indica que debió ser real, sino no lo hubiesen relatado. Y este hecho, que para los seguidores de Jesús fue tan central, y ponen a las mujeres en primer plano, por algo sería.
Sobre las obispas y presbíteras de las iglesias prootestantes, no me extrañe lo que dices, precisamente por las mismas razones por las que yo no partidaria de este tipo de presbiteriado, ellas entran, pero la estructura es la misma. Pero, como tú dices, ahí están.
Ojalá tengas razón de que Francisco u otro Papa dé un golpe de efecto en este tema, yo no soy tan optimista.
Un saludo cordial.
La Iglesia no se inició por “arte de magia”…Cuando una persona “inicia” el desarrollo de una sociedad o la empieza a organizar, se le denomina “fundador”…Pensar que cualquier “movimiento” humano tiene que empezar ya totalmente desarrollado, formado y estructurado totalmente es pura fantasía…No cabe duda que Jesucristo fue el fundador de la Iglesia…claro que empezó por un núcleo pequeño de Doce “plus” adeptos fieles discípulos…sin embargo, el “legado” sacramental y eclesial de Jesús fue extraordinario y esencialmente lo tenemos, afortunadamente, en el siglo XXI..Podemos discrepar, no creer, rebelarnos, criticar etc etc. pero no podemos negar la historia…Las fuentes históricas están presente aun después de muchos siglos…
En realidad no ha habido verdaderas sacerdotisas, ni obispas en la Iglesia Católica, ni en el rito oriental ni en el latino…Cualquier “semejanza” es pura fantasía y ha estado siempre “fuera” de la comunión válida de la Iglesia…Es por eso que Antonio Piñero reconoce que tanto la cita del profesor italiano Giorgio Otranto y la autora norteamericana Karen Jo Torjesen no ofrecen “ni una sola prueba convincente”…”Sólo presenta (“sin fecha”) una inscripción de una Theodora episcopa, tomada de un volumen publicado en inglés cuyo título habla de la “hidden history”, la historia secreta (¡por supuesto jamás contada hasta el momento! de un tal J. Morris, de 1973 (Torjesen p. 23)..Como dice Piñero los títulos de episcopa y presbytis, no tienen un contexto claro y pueden significar “otra cosa” que no se relaciona para nada con una ordenación sacramental tal y como se encuentran descritas en el Nuevo Testamento claramente y que podría ser de “inspectora” y “anciana”…(Cristianismo e Historia: Antonio Piñero ¿Mujeres Sacerdotisas en el cristianismo primitivo? (164-06)
Por otro lado, siguiendo a Piñero sabemos que Epifanio de Salamina prueba que nunca existieron mujeres sacerdotes en la Iglesia (citado por E Gryson, The Ministry of Women in the Early Church, Liturgical Press, Collegeville, MN, 1976,109)…La confusión existe puesto que la secta herética montanista nombraba diaconisas y presbíteras…y aparecen en los Hechos Apócrifos de los Apóstoles, de Juan 30 y 31que hablan de sacerdotisas como simplemente “ancianas” como en el Maritiro de Mateo, 28,2 y los Hechos de Felipe (siglo IV o V)
Por otro lado, no se puede prescindir en la Iglesia Católica, del Nuevo Testamento, de los Padres Apostólicos y de toda la Tradición histórico-teológica de los Santos Padres donde no existen datos de ordenaciones y consagraciones sacramentales femeninas…Por eso, no solo Juan Pablo II declaró definitivamente que la Iglesia NO estaba “autorizada” a ordenar mujeres, sino que Francisco, recientemente, en una de sus entrevistas aéreas con los periodistas, dijo que la “bendición” antigua del obispo a las diaconisas no constituía una ordenación sacramental propiamente dicha, sino que equivalía a una instalación abacial simple…y que las funciones de las diaconisas en la antigüedad no eran sacramentales, sino consistía asesorar a los presbíteros en el bautismo por inmersión de las mujeres y de otras obras propias de la comunidad de las iglesias
Pero en esta controversia hay que pensar que nadie tiene “derecho” a las órdenes sacramentales, como nadie tiene derecho a ser médico, abogado, periodista etc..Se trata de una llamada para un ministerio…Por tanto, el que llama va a conferir una facultad especial y puede establecer condiciones…En el caso de las órdenes sacramentales no está en juego la capacidad para el desempeño ministerial…sino lo que importa es su verdadera estructura que fue moldeada en la estructura de Cristo…como que si represento en el teatro a Jesús de Nazaret pues claro que tengo que ser un hombre…No hay duda que la dignidad de la mujer está bien representada en la Iglesia, a pesar de los vaivenes y de las injusticias de los siglos…Nadie ha de sentirse discriminado…todos y todas han sido llamados al ministerio común
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Hola Santiago, cuánto tiempo sin discutir.
Por favor. Me puede dar una razón , del siglo XXI, por la que un hombre pueda acceder al sacerdocio y una mujer no?
Insisto. Una razón del siglo XXI. No sé me vaya a hace dos mil años. Es mucho tiempo, Demasiado.
No creo que a usted le pase por la cabeza que lo digo por interés personal. Mire, ni loca. Además, no creo en el sacerdocio. Creo que dios no elige a nadie en especial. Mi dios es de esos seres extraños que nos considera a todos iguales.
Pero hay personas y no pocas , que sí creen en el sacerdocio. Personas. Mujeres y hombres. Los respeto profundamente. Así que , por fa, deme una razón por la que una mujer, hoy, en el 2019, no puede acceder a ese mundo de locos, si ella lo desea.
Porque somos libres y cada uno puede elegir sus locuras. O quizás solamente los hombres? Quizás no tenemos los mismos derechos? Quizás nuestra alma, si es que la tenemos es líquida? Somos seres humanos no tan perfectos como los hombres puesto que Jesús fue varón? Tendría entonces que haber sido mujer? No entiendo. O quizás es que ese dios extraño es misógino?
Me encanta hablar con usted. Y si lo saco de quicio, mejor.
Excelentes comentarios y
muy enriquecedoras reflexiones a mi artículo “Mujeres diaconisas: cristianas
subalternas”, que abren nuevos horizontes. Muchas gracias. Es precisamente lo
que pretendo con mis textos –artículos, libros y conferencias-: generar
diálogo, debate e incluso disenso, convencido como estoy de que la razón no es
autista, sino diálógica, como nos recuerda Jürgen Habermas.
Los comentarios de las amigas y amigos de Atrio y, sobre todo, algunos correos
personales que he recibido me llevan a hacer una auto-corrección.
En uno de los párrafos del
artículo afirmo: Sin igualdad y justicia
de género, la Iglesia seguirá siendo una de los últimos, si no el último, de
los bastiones del patriarcado que quedan en el mundo. En otras palabras, se mantendrá como una patriarquía perfecta. Y para justificar dicha patriarquía no
podrá apelar a Jesús de Nazaret, su fundador, sino al patriarcado religioso,
basado en la masculinidad sagrada, que apela al carácter varonil de Dios para
convertir al hombre en único representante y portavoz de la divinidad.
Casi todo correcto. Pero
hay una afirmación que no lo es: la que hace referencia a “Jesús de Nazaret, su
fundador” (de la Iglesia). Jesús no fundó la Iglesia, sino que puso en marcha un movimiento contrahegemónico
igualitario de hombres y mujeres que lo acompañaron por los caminos de Galilea,
compartieron su estilo de vida itinerante y asumieron responsabilidades sin
discriminación alguna por razones de género.
En
nuevo comentario lo razono.
Se agradece la autocorrección, Juanjo, no tanto porque se te haya colado la palabra Iglesia, sino porque es muy importante tener en cuenta que Jesús en lo que menos pensaba era en este tinglado llamado Iglesia, que en nada se parece a lo que él promovió, como fue una sociedad alternativa de vida, no una religión más, y menos a lo que ha llegado a lo largo de los siglos, entre otros excesos ajenos al movimiento de Jesús,como haber conformado una sociedad desigual. Mientras la sociedad avanza en este campo, la Iglesia, olvida sus orígenes, y cierra el paso a las mujeres, allí donde pueden aportar algo al igual que lo hacen los hombres.
Y, tan convencidos, que, como nos recuerda Tamayo, Juan Pablo II, zanjó definitivamente la cuestión, lo que supone amordazar a sus sucesores, como si de un dogma se tratase.
Yo también agradezco la aclaración-rectificación, porque no lo protesté porque estoy harto de la afirmación en el magisterio y la homilética y ya casi que me resbala como la lluvia. Gracias.
Hola Juanjo!
1- Gracias por re-pasar sobre algunos “términos.conceptos”.
Concuerdo con ese re-paso.
2- en cuanto a que los que compartieron y asumieron
lo hayan hecho:
-“sin discriminación alguna por razones de género”-
no le veo que tenga asidero en el evangelio,
más aun: todo lo contrario;
por ejemplo y sobre todo:
¿Dónde está María la de Magdala en los Hechos de los Apóstoles?
Parte II
Pensamiento
Sus ideas fueron influenciadas por la Teología de la liberación de América Latina, así como por el filósofo Ernst Bloch. Criticó al que denominó “fascismo cristiano” y contribuyó a la diseminación de la teología feminista.
Según sus propias declaraciones, sus creencias se formaron por la conciencia de vivir en Auschwitz. En un discurso ante el Consejo Mundial de Iglesias en Vancouver en 1983, hizo la siguiente declaración:
“Te hablo como una mujer que proviene de uno de los países más ricos del mundo; Un país con una historia sangrienta y apestada al gas … Rico es el mundo en el que vivo, especialmente la muerte y mejores formas de matar “.
Consideraba que la sociedad dominante no les ofrece a sus hijos que la arena de consumo. Describió los países occidentales como centros de cultura desolados, en agudo contraste con el Tercer Mundo sometido a un Auschwitz permanente.
Reflexionó muy críticamente sobre la doctrina de la omnipotencia de Dios y creía que el trabajo de Dios en este mundo depende de nuestras acciones, que Dios no tiene otras manos que las nuestras. Sus reflexiones sobre Dios han inspirado a las personas a reflexionar sobre Dios por sí mismas. Representó una teología política caracterizada por una mundanidad radical y una desmitologización de la Biblia.
Para Sölle, la condición del hombre se caracteriza por una dependencia radical (Angewiesenheit) a causa del pecado y la contingencia. Cristo, por otro lado, habría sido “dependiente”, en una dependencia voluntaria asumida y no impuesta. Concibe a Cristo como mediador entre Dios y el hombre, lugar de espera, que representa al hombre ante Dios y Dios entre los hombres8. Cristo no busca tener a Dios para sí mismo. Por el contrario, es por medio de Cristo que Dios levanta a todos los esclavos. Sölle puso a Cristo en la cruz en el centro de su reflexión.
En su libro Gegenwind (“Viento en contra”, publicado en 1995) escribió:
“La reflexión teológica sin consecuencias políticas es igual a la hipocresía. Cada oración teológica también debe ser política “.
Parte I
Este es otro caso de una de tantas mujeres excepcionales que, de hecho, como la Dra. Isasi-Díaz, fue capaz de desafiar a la jerarquía de su iglesia luterana.
Dorothee Steffensky-Sölle (Colonia, 30 de septiembre de 1929 – Göppingen, 27 de abril de 2003) fue una teóloga protestante y poeta alemana.
Estudios
Desde 1949 estudió Literatura, Filosofía y Teología protestante en la Universidad de Colonia, la Universidad Albert-Ludwigs de Friburgo y la Universidad de Gotinga. En 1954 pasó su examen estatal y obtuvo su doctorado con la disertación de Investigaciones sobre la estructura de los guardias nocturnos de Bonaventura. De 1954 a 1960 enseñó en las escuelas secundarias, y apoyó su tesis sobre vigilias Bonaventura en 1959. De 1962 a 1964 trabajó en el Instituto de Filosofía en Aachen 1964 a 1967 en el Instituto de la literatura alemana en Colonia. En 1971 defendió su tesis de habilitación en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Colonia, sobre la relación entre la literatura y la teología alemana después de la Ilustración. Después trabajó varios años como profesora de Historia de la literatura alemana, en Colonia. En 1994 que Sölle se convirtió en profesora honoraria de la Universidad de Hamburgo.
Activismo
Fue cofundadora de la llamada Oración Política Nocturna de 1968 a 1972 en la Antoniterkirche de Colonia. En 1968 fue una de las fundadoras de la Escuela de Periodismo de Colonia. Fue condenada por intento de bloqueos en el frente del depósito de misiles de mediano alcance de la OTAN en el Mutlanger Heide o el depósito de gas venenoso en Fischbach. Como activista del movimiento de paz, en noviembre de 1972, viajó a Vietnam del Norte. Enseñó como profesora de Teología sistemática en el Seminario Teológico Unido de Nueva York, de 1975 a 1987. En 1984 visitó Nicaragua y observó el proceso electoral con un grupo de paz estadounidense Testigo de paz. Durante este período, continuó su activismo en Alemania, donde ella siempre pasaba la mitad del año. Medio año antes de su muerte, el 26 de octubre de 2002, pronunció un discurso a la manifestación de paz en Hamburgo.
Parte II
La Dra. Isasi-Díaz, abogaba una reorientación radical de la teología de la iglesia. “La experiencia de las mujeres hispanas y nuestra lucha por la supervivencia, son la fuente de nuestra teología, no la Biblia, y son el punto de partida de cómo debemos interpretar, apropiarnos y utilizar la Biblia”, escribió en su muy conocido libro “La Teología Mujerista.”
El Vaticano nunca reconoció sus sugerencias. Su apoyo a la admisión de mujeres al sacerdocio la hizo una figura polémica en el círculo académico y de conferenciantes teológicos. Los administradores de las instituciones católicas con frecuencia cancelaron sus invitaciones a dictar lecciones en sus facultades de teología. En marzo de 2009, la Christian Brothers University, de Memphis, Tennessee, utilizando como argumento que la Dra. Isasi-Díaz’s había oficiado como juez civil en el matrimonio del mismo sexo de un sobrino, la suspendió como oradora a solo dos semanas del evento en el que debía hablar a los estudiantes y al claustro de profesores.
Ada María Isasi-Díaz nació en la Habana el 22 de marzo de 1943, uno de los/las ocho hijos/as de Josefina Díaz de Isasi y domingo G. Isasi-Battle, ingeniero civil. La familia abandonó Cuba en 1960, estableciéndose en Baton Rouge, La., donde el Sr. Isasi-Battle encontró trabajo como Ingeniero en refinerías de azúcar. Sus supervivientes incluyen a su madre; un hermano, Jose; y cinco hermanas: M. Lourdes Perez-Albuerne, Graciela M. Isasi-Díaz, Mari Isasi-Díaz, M. Teresita Isasi-Díaz y Gloria M. Isasi-Díaz.
Después de llegar a los Estados Unidos, la Dra. Isasi-Díaz entró en el noviciado de la Orden de santa Úrsula (Ursulinas), en Santa Rosa, California, que la envió para estudios de pregrado al Colegio de New Rochelle (N. York) y más tarde la envió a trabajar como misionera en Perú.
Dejó la orden en 1969 antes de hacer sus votos solemnes y se involucró en el movimiento por la ordenación de las mujeres como sacerdotes católicos romanos.
Después de una época como profesora, se matriculó en el Union Theological Seminary en Nueva York, donde obtuvo un doctorado en teología en 1990.
Desde 2007, cuando la Arquidiócesis de Nueva York cerró la iglesia de nuestra Señora de los Ángeles en el este de Harlem, que era la iglesia parroquial a la que asistía como estudiante del Seminario, la Dra. Isasi-Díaz asumió el papel de organizadora de la congregación católica de manera no autorizada. Un grupo de feligreses comenzó a celebrar reuniones de oración en la acera frente a la iglesia. Inicialmente en forma de protesta, pero eventualmente la reunión se convirtió en una institución de barrio, con sillas plegables y carpa. Hasta unas semanas después de enfermarse, el Dr. Isasi-Díaz había pronunciado las homilías la mayoría de los domingos durante cinco años.
Parte I
No veo por qué el rol de esta mujer en la iglesia católica no puede ser considerado de naturaleza sacerdotal.
Ada María Isasi-Díaz se hubiera dejado ordenar como sacerdote católica romana, dijo a sus amigos, si no fuera por la prohibición de la iglesia de ordenar a las mujeres. En cambio, se convirtió en una teóloga disidente que hablaba por aquellas que consideraba el núcleo espiritual más descuidado por la iglesia institucional: Las mujeres hispanas como ella.
La Dra. Isasi-Díaz, murió de cáncer en Nueva York el 13 de mayo de 2012, a los 69 años. Fue ampliamente conocida en Norteamérica y Sudamérica como la fundadora principal del movimiento teológico «mujerista» —de hecho, publicó un libro del mismo nombre en 1996— que ensalzaba el papel de las mujeres hispanas, especialmente de las más pobres, que la Dra Isasi-Día creía que expresaban su fe cristiana en sus luchas cotidianas por la vida.
Su muerte fue anunciada por la Drew University en Madison, New Jersey, donde fue profesora de ética y teología desde 1991 hasta su jubilación en 2009.
La Dra. Isasi-Díaz creó el término «mujerista», (en inglés sería “womanist” theology, que significaría «teología de la mujer para la mujer» para distinguirla de la teología feminista. En 1989 lo explicaba así, ” el feminismo es una preocupación de las mujeres estadounidense, que excluye a las latinoamericanas. Esperaba que el “mujerismo”, al cual consideraba una rama espiritual de la «teología de la liberación», ayudaría a delinear la identidad especial compartida por las mujeres pobres, hispanas y católicas.
“Las mujeres hispanas coinciden ampliamente en que, aunque somos la gran mayoría participante en la obra de las iglesias, no participamos en la decisión de qué trabajo se debe hacer”, escribió en 1989 en el artículo, “Mujeristas: ¡un nombre propio!”… “Hacemos la oración, pero nuestra comprensión del Dios a quien oramos es ignorada.”
La Dra. Isasi-Díaz argumentaba que las mujeres pobres, por la naturaleza de sus funciones en sus familias y comunidades, “discernimiento su praxis moral en el mundo” y lo hacen de modo más profundo que cualquier otro grupo de creyentes. Lo hacen en las pequeñas decisiones diarias, por ejemplo: «entre gastar la tarifa del autobús o hacer una caminata de 40 manzanas para ir a trabajar, para poder garantizar un desayuno mejor a sus hijos/as. Esas decisiones encarnan un inmenso poder moral y merecen ser tenidas en cuenta a la hora de otorgarle funciones de mayor importancia en sus comunidades.
Hola, Giordano, me gustó mucho tu comentario y me quedé con la duda de si debía contestarte algo a una pregunta que tú formulabas, que era la siguiente:¿Por qué creéis que ese OFICIO os va a dar algo que vosotras no tenéis?. Es un auto engaño, un señuelo, un trampantojo¡¡¡ Vamos a ver, siempre que hablamos de este tema, digo lo mismo: no es cuestión de deseo de llegar a ser ni diaconisas ni sacerdotisas, porque, en el primer caso seguiríamos siendo subalternas del clero, como dice Tamayo, y en el segundo caso, como a mí no me gusta el tipo de sacerdocio que existe, mucho menos me gustaría que las mujeres cayésemos en esa trampa.
Por ejemplo, a mi no me gusta el ejército, pero defiendo la libertad de la mujer que quiera ser militar. Por tanto, lo que defiendo es la igualdad de oportunidades.
Por otro lado, lucho contra esta exclusión de la mujer de los cargos donde se deciden las cosas, que están ocupadas irremediablemente por clérigos.
Y, finalmente lucho contra esta lacra patriarcal de la Iglesia, lo mismo que lucho contra el Banco Mundial, o la OTAN, o cualquier poder fáctico que tanta influencia tienen en la sociedad.
Y la Iglesia patriarcal, además de dejar de privarse de la riqueza que podrían aportar las mujeres, de paso, podría dejar de tener una gran influencia negativa en la sociedad como escribí en mi último post: Influencia social de la religión contra la mujer.Ana Rodrigo, 07-marzo-2019
Así que la cuestión no es lo que el estado clerical podría aportar a la mujer que ya no tuviese, sino lo que la mujer podría aportar a la iglesia que buena falta le hace.
Querida Ana:
En algunas religiones, ya las mujeres han llegado a puestos como los hombres.
¿Qué ha sucedido? Sencillamente… ¡Se comportan igual que ellos!
Ya se, que nos comentas que ese “sacerdocio” no te interesa, pero si la iglesia diese ese paso por falta de vocaciones…por ejemplo.
¡Estaríamos en lo mismo… y vuelta a empezar… pero con mujeres!
En especial las religiosas, son las que más apoyan a los curas y sus acciones, y además ahora, se han convertido en sus acólitos.
Sería un mal camino… siento que muchas religiosas lo estén deseando.
mª pilar
María Pilar, tienes razón, con la mentalidad actual, si abrieran la puerta a las mujeres, en el mejor de los casos, quedaríamos igual. Religiones protestantes ya tienen mujeres y obispas, que hacen lo mismo que los del género masculino, pero está ahí, presentes.
Pero por pedir que no quede.
Por precisar, creo que debí decir iglesias protestantes en vez de religiones.
¡Hola, Ana R.! Durante los años duros finales de mi permanencia en Cuba, conocí a una pastora metodista, Eloísa, una mujer que venía de una comunidad metodista, desde luego, lejos de Pinar. Estaba casada y con hijos. Al principio tuvo dificultades de adaptación porque era muy directa al decir las cosas, pero cuando salí de Cuba en junio de 1979, ya la querían mucho y recuerdo que siempre tenía una lista de personas esperando. Era psicóloga y un amigo que era psiquiatra en el hospital provincial y miembro del partido comunista de Cuba, le refería casos para psicoterapia, aunque sabía que ella era metodista porque era una mujer muy profesional y confiable. Para mí eso decía mucho de ella. No cobraba por sus servicios porque la congregación le sufragaba sus gastos, pero si sus pacientes querían donar algo, voluntariamente, solo aceptaba hasta tres pesos cubanos que en la época era una cantidad mínima equivalente, en el cambio de entonces en el mercado negro a $0.30 dólares. Era muy abierta a la colaboración con jóvenes, y formó un grupo de muchachas para tratar de asuntos relacionados con la mujer en Cuba, en el socialismo, desde una perspectiva cristiana. Los metodistas tienen una estructura jerárquica pero las congregaciones deciden a quien reciben como pastor o pastora. Le fascinaba el teatro y formaba una especie de teo-drama para los adultos, en los que se representaban anónimamente situaciones de persecución o de dificultades con el entorno gubernamental o en la familia. He sabido que tuvo que irse porque las autoridades gubernamentales que en la época decidían a quien daban el permiso para actuar como pastor o pastora, le retiraron el permiso porque llegó a formar un movimiento notable y eso en Cuba en la época no era muy bien visto, sino objeto de sospecha.
No comprendo por qué o cómo se puede afirmar que no pueda haber mujeres de toda tendencia, unas más permeadas de clericalismo y otras lo contrario. Hay curas que son buenos como curas y como personas, lo mismo si son minoría.
Estoy de acuerdo en lo que apuntas de que la mera presencia ya es algo. En los ejercicios académicos de graduación de la Gregoriana en 2002, me parece, a los que asistí, al mirar las cabezas de los estudiantes asistentes, había muchas más mujeres que hombres y me alegró.
La mujer ordenada con el consentimiento de Roma no sería una novedad sin precedente. CF. https://evangelizadorasdelosapostoles.wordpress.com/2011/06/04/una-mujer-sacerdote-llamada-ludmila/ Este artículo tiene su origen en otro publicado en inglés por la periodista de The Tablet y del National Catholic Reporter, Christa Pongratz-Lippit que lo publicó el 6 de octubre de 2001. En su momento y a solicitud de obispos checoeslovacos, Pablo VI supo y autorizó la ordenación de mujeres para sobrevivir el acoso policíaco del gobierno checo.
De manera magistral describe Juan José Tamayo el papel que juega la Iglesia en las sociedades formalmente igualitarias: la Iglesia es el último y gran bastión del patriarcado. Si quieres que tus hijos e hijas comprendan lo que es la desigualdad, no hay mejor escaparate. Aquellos que aspiran a mantener a las mujeres en una situación de inferioridad se abrazan a un incierto catecismo con ferviente pasión.
La ideología de género patriarcal y su último gran bastión van contra los derechos de humanos ¡y humanas! Ana Rodrigo mencionaba el artículo 2 de la DUDH de un modo muy pertinente ¿Dónde se han dejado los máximo dirigentes eclesiásticos la IGUALDAD? ¿Cuándo tiempo pretenden sobrevivir dando la espalda a una sociedad que se reconoce a sí misma como igualitaria? ¿Y a los Derechos humanos? Como ciudadanas y ciudadanos ¿queremos sostener una institución que ataca el principio de igualdad y nuestros valores constitucionales?
Señores, ya no estamos para falocracias. Como argumenta Tamayo, ha llegado el momento de pasar “de la sumisión al empoderamiento; de su estatuto de dependencia a la autonomía; de ser objetos decorativos a sujetos activos”.
Pregunta de un tonto que des-conoce:
¿Por qué este Comentario de María Ávila Bravo-Villasante
tiene “fondo” (violeta diluido)?
Tal vez pertenezca al EQUIPO atrio
¡Bien por tu fina capacidad de observación y curiosidad crítica, Oscar!
Creí que ese color solo se veía en mi ordenador como administrador del sistema.
Y no he encontrado manera de eliminarlo pues sale de lo más profundo del programa.
Vas bien orientado en tu hipótesis.
María Ávila no logró enviar su comentario y me lo envió por e-mail. Yo lo publiqué cambiando después el nombre de “Equipo Atrio” por el suyo. Otras veces lo he hecho con comentarios enviados por el mismo medio. ¿Has visto ese color otras veces?
Si, ha aparecido en varias ocasiones a lo largo de los años.
Es curioso. Veo que también mi anterior, donde cambié el nombre “por defecto” sale rosa. Busqué en el hilo “Quien va despacio, llega lejos” donde algún comentario con el mismo procedimiento no lleva color. Ahora publico este sin cambiar nombre para ver. Y, tras mi breve visita de observación, me vuelvo a la cama… Que me has pillado, Rodrigo…
La cosa es muy simple de explicar.
Para ello se ha de recurrir al INFALTABLE:
el hipostatizado ESPÍRITU SANTO.
¿Acaso no se canta que
SOPLA
– DÓNDE y
– CUÁNDO
SE LE ANTOJA?
¡Vaya uno a pedirle explicaciones!
Lamento ser vulgar öscar, pero no creo que el espíritu Santo o alguno otro aunque sea de menor cuantía influya en el color que va unido a la página y en Word, por ejemplo, se puede cambiar, en la versión que utilizao, llendo a un recuadro de la cinta de short-cuts en el margen superior. Si en esa misma página alguien hace un cambio genera, con ciertas limitaciones, otro color para diferenciarlo o hacer color-coded. Si copias del texto del artículo, sale primero un trasfondo amarillo que es color de los artículos de Atrio en mi ordenador y para evitarlo tengo que escoger el más directo de los modos de pegar klo copiado que es utilizando el formato mío, «default».
En el caso del correo, pues uno puede escoger el color con el que quiere distinguir para codificarla la respuesta a una pregunta y si se utiliza un proyecto en colaboración cada contribuyente puede retener un color determinado.
Nada de esto lo sé de por mí mismo, más que empíricamente, pero lo pregunté a un amigo que era hacker gubernamental en Cuba y me ayuda en algunos trabajos que hago y me lo explicó. Si me mintió o no, pues no lo sé, porque en Cuba se dedicaba a fabricar noticias falsas (fake news) que introducía en blogs y sitios de la web enemigos o contrarios al gobierno. espero que Trump no sepa que tengo esa clase de amigos, pero los tengo.
Pido mil perdones y uno extra porque me acabo de dar cuenta de que escribí yendo con «elle» o doble ele, en lugar de hacerlo correctamente con la ye.
Os veo preocupadas, más aún cabreadas. Y todo porque un papa no os admite en su club de sacralidad. ¿Que esperabais ?. La fábrica donde se troquelan los cerebros de todos ellos no puede hacer otra cosa. Es la fábrica de los pater-machos. A todos ellos les han administrado los mismos materiales para tales constructos. Y por si fuera poco esto, su prototipo es un tal Yaveh. ¡¡¡No pueden soportar la equiparación porque es como negar su propia existencia. Se les revuelven las entrañas.No salieron asi desde el vientre de sus madres. Los han hecho así, en ese trayecto de sus vidas donde la fábrica ha operado a conciencia, a fondo. Y los que se han podido librar del troquel, son “seres liberados”. Y cada día los hay más y mejores. Pero dentro de la fábrica son así.
Han deshumanizado a la madre de Jesús hasta extremos paranoicos, de tal manera que quien pueda llegar a ver todo eso, con auténtica libertad de pensamiento, puede concluir sin muchos esfuerzos :¡¡¡están locos de atar. Porque esa manera de destruirla sólo está al alcance de ellos, que en sus mentes enfermizas lo que han tratado siempre es, alejar a todas las madres que en el mundo han sido, sin piedad de ese constructo anti-madre.
Por otra parte: Vosotras, mujeres libraros de esas ataduras que os han atado a eso que han llamado, Iglesia. ¡¡¡Traducidlo de una vez y para siempre del griego, que es ASAMBLEA. ¿Que tiene que ver ese monstruo con una ASAMBLEA, donde todas y todos son IGUALES en dignidad?. No dijo acaso Jesús, el hijo de María, que TOD@s somos herman@s?. ¿Que han hecho con ese mandato toda la “sacralidad”?. ¡¡¡No es otra cosa que magia!!!. Y digo más. Nunca ha existido OTRO MILAGRO QUE LA CREACIÓN DE LA VIDA EN EL COSMOS.
¿Por qué creéis que ese OFICIO os ca a dar algo que vosotras no tenéis?. Es un auto engaño, un señuelo, un trampantojo¡¡¡.
Un cordial abrazo de hermano. Enhorabuena Oscar Varela.
Tengo un alto de ropa por planchar, y un monton de platos por lavar. Pero es mi propia mugre, no la de nadie más.
Eso deberían hacer los purpurados, lavarse su WC, su ropita, sus platitos, y no tener una cohorte de monjitas planchándoles los encajes. Y también el Papa, que es el Obispo de Roma, y por lo tanto es el Supervisor de la Eclesia de Roma, según tengo entendido.
De repente los Supervisores devinieron en Obispos, y los puestos fueron tomado por los aristócratas del Imperio romano que se estaba derrumbando, y el Obispo de Roma se tragó todo el poder y se coronaron mutuamente con algún reyezuelo bárbaro machista a requetemorir, y las mujeres se fueron a pique.
Y los reyezuelos ahora son Trump y Putin, de los cuales no veo salir una solución mundial respecto a la desigualdad en los sexos. Y el Papa no se atreve….
Cuando alguien inculca culpa a los demás, como así ha ocurrido y ocurre en el caso de la mujer, considerada por debajo de lo que es de esperar y desear de ella, está diciendo mucho más de lo que esconde y expresa de sí mismo como autoridad que juzga y prescribe lo que es correcto e inmutable, puesto que parte de supuestos, que de ningún modo y en ningún caso se sitúa en el lugar de la otra persona, la mujer. Imposible. Y además desea ignorarla, olvidando los derechos de todos los seres humanos, como también ignora su extrema dependencia de ella, a la que critica y menosprecia en hechos, aun a pesar de servirse de ella, la mujer, en todo lo que es base estructural de la vida y todas las necesidades que entraña vivir en cualquier sociedad. Desde la más tierna infancia la necesidad de ser escuchado y estar atendido, ser y estar reconocido, y por todo ello respetado y amado. Y aún más confirma tal cosa, si nos ajustamos al campo religioso y es el hecho de quedar limitado y sacralizado, ese no saber hacer y amar, en María. Cuanto más lejana la figura de mujer y madre, mucho más fácil, y mejor el magnificar de vuelta aún más al Jesús que engendra, y a los que dicen “seguirle”, siendo y estando incapaces de verlo reflejado en su vida práctica por la separación que edifican consciente e inconscientemente entre dos mundos: el humano y el divino, el de la mujer y el hombre. Una huída constante de la realidad que requiere con urgencia reflexión, ser atendida y con pies firmes en tierra respetada en todo lo que es. Dicho todo lo anterior, tengo que admitir que no sé porqué seguimos enganchados en este tema. Habría que dejarlo pasar, ya parece evidente que se ha decidido el repliegue en un mundo de poder que establece una “realidad” que nada tiene que ver con la vida aquí y ahora ni con lo que intentan hacernos creer. ¿Es que se han vuelto locos? ¿Adónde han dejado a Jesús y su Proyecto de Vida? ¿Acaso es simplemente miedo?¿Cuántas contradicciones? Y tienen camino libre. Los hechos no engañan a todo aquel que quiere ver. Ahí están.
Pues me temo que la cosa está jodida.
Si uno lee la Wikipedia y se dan por buenas las condiciones que expone para la declaración de un dogma, resulta que la afirmación de JPII respecto a la imposibilidad del sacerdocio femenino, las cumple todas:
– Se refiere a un asunto de fe o de moral
– Se dirige a todos los obispos del mundo
– Declara la cuestión como definitivamente resuelta y decidida
Es decir, según la Wikipedia, la imposibilidad de las mujeres de acceder al sacerdocio es un dogma, aunque no se le suela llamar así, con esa palabra. Y si alguien se salta ese dogma será un hereje. Y si toda la iglesia, o una mayor parte de ella, se lo salta, aparecerá algún Lefevre, como sucedió tras el CVII. En fin, un lío. A veces me pregunto cómo los cardenales han elegido a ciertos papas tan burros. Sería que el Espíritu Santo andaba de vacaciones, supongo.
1- Año 1992
Ante la ONU la niña que dejo en silencio a todo el mundo
https://www.youtube.com/watch?v=x9ZiI6Y0CpA
2- 27 años después:
Otra niña, también ante la ONU
http://www.comunidadism.es/video/discurso-de-greta-thunberg-en-la-cop24
3- ¿Cambió el PARADIGMA?
Ahora la nueva Generación, heredera de aquella otra, nos dice:
a) No hemos venido aquí a rogar a los líderes mundiales que se preocupen.
– Nos han ignorado en el pasado y
– nos volverán a ignorar.
b) “Ustedes, las personas adultas, se cagan en nuestro futuro”-
4- ¿Y todavía seguimos hablando de:
– “otra Iglesia es posible”?
– Reforma del Vaticano?
– El Espíritu Santo?
5- El Nuevo tiempo es:
¡BASTA!
¡BASTA de MENTIR!
¡Nunca cambiarán!
A no ser… que esta iglesia… caiga por su propio peso.
Pero eso, no debe frenar nuestras ansias de vivir el Proyecto que proclamó el Galileo en nuestra vida personal.
Cada cual es libre de hacer lo que de verdad sienta en su interior; sea cual sea el precio a pagar:
¡Hay que defenderlo, haciéndolo…Vida… cueste lo que cueste!
pili
¡Espléndidos los dos vídeos!
Y tienen razón ambas dos… ¡Todo sigue… peor!
Y no hacemos nada, y esto será el fin de este hermoso planeta… por eso los ricos y poderosos, ya están invirtiendo, para encontrar otro lugar donde saciar sus deseos imparables de poseer.
Cuando quieran frenar tal desenfreno:
¡Será tarde para todos!
pili
No se creen lo de la Providencia ni aquello del Espíritu renovando la faz de la tierra. Pero hay un proverbio árabe que dice que “cuando Allah quiere perder a alguien, primero lo ciega”
Pienso que la Iglesia vaticana ha vivido sus horas de oro con el uso de lo que Jesús dijo a Piedro: “Y á ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. »Mt.16,19 Una Iglesia que se había olvidado del poder que Jesús había dado a las comunidades cristianas.
Le toca, ahora, a la comunidad cristiana vivir por su cuenta lo que Jesús les dijo : “De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo.Mt.18.18
Lo que pasa hoy, es la toma de consciencia de ese poder que llama a las comunidades a tomar sus propias decisiones al respecto de los servicios que necesitan. Pueden hacerlo por su cuenta, informando Piedro de sus decisiones y acciones.
La Iglesia no es mas una institución que anda con una cabeza única, el Papa. Ella tiene como columnas a los profetas y apóstoles, al igual, tiene como actores las comunidades cristianas a múltiples facetas, las cuales tienen poderes autónomos. El Vaticano no es mas el centro de la catolicidad, sino un poder compartido con muchos otros que componen la fe cristiana. Para utilizar una expresión conocida, la Iglesia-Vaticano no es mas un poder Unipolar, sino multipolar. Así la quiso Jesús. Unidos, los somos en la diversidad y en el respeto, viviendo los mandamientos de Jesús.
Parece que hago honor a mi tierra, y soy:
¡Testaruda-cabezona-no logro comprender!
Llevamos diciendo años a… que la iglesia clerical, lo ha amañado todo, para poner las “cosas” a su antojo, para que ellos tengan el absoluto poder.
Y no solo eso; lo más triste y humillante es:
¡Como nos “miran”… y no digamos… como piensan de las mujeres!
Y aun así ¿luchan por poder ser sacerdotisas, obispas, diaconisas?
¿Para qué?
Si los que de verdad sobran…
¡Son ellos, sus vestiditos de Prada, sus joyas, sus pupúreos gorritos… que solo el cierzo de la tierra que me acogió al nacer, es capaz de llevárselos volando!
¿Es que las comunidades no pueden vivir sin curas y otros cargos?
¿Es que una persona íntegra, enamorada del Proyecto de Vida del Galileo, elegida por la comunidad, no puede llevar adelante esas responsabilidades?
Así es como lo puso en marcha el Galileo…
¡Ah! Pero es que ahora, tenemos una visión más acertada… ¿No han hecho ya suficiente daño durante estos siglos?
Los hombres buenos, salieron de ese camino, para poder hacer aquello que les llamaba del Mensaje de Jesús, porque dentro:
Esta viso… ¡Es imposible!
Muchos han caído en el camino, otros han sido silenciados, y otros desterrados de sus lugares donde llevaban a cabo, trabajos de resurrección de las personas que allá vivían.
Quienes quieran ser célibes ¡que lo sean! pero sin privilegios, codo a codo, con quienes llevan adelante una comunidad.
Cierto habrá distintas responsabilidades, y tendrá que existir un lugar central, que unifique a todas ellas; donde todos puedan acudir si se expandiera como lo ha hecho la iglesia clerical; todo sería similar, pero sin privilegios.
Dentro del Proyecto del Reino… no hay categorías, hay entrega, servicio, amor, dedicación; y cada persona que se le adjudique una responsabilidad especial, por supuesto tiene que estar preparada para dar el mayor fruto.
Los deseos de medrar… no tiene lugar dentro de ese hermoso Proyecto.
Y si alguna persona, perdiera “los papeles”… habría que hacérselo ver, y actuar en consecuencia.
¡¡¡Algún día, ese Reinado-nueva experiencia de Vida- se hará realidad!!!
mª pilar
Viendo las cosas como están, se pueden sacar varias conclusiones. La primera es lo que dice Tamayo, no hay voluntad de cambiar las cosas. El poder sagrado es absoluto, quienes tienen que dar el visto bueno están anclados en otro mundo, muy alejado y totalmente ajeno a cuestiones fundamentales totalmente aceptadas teóricamente por la sociedad actual.
Comenzamos por la Declaración Universal de los DDHH, artículo 2: “Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.”
Si nos remitimos a los relatos evangélicos, como afirma Tamayo:” Jesús de Nazaret formó un movimiento contrahegemónico igualitario de hombres y mujeres que lo acompañaron por los caminos de Galilea, compartieron su estilo de vida itinerante y asumieron responsabilidades sin discriminación alguna por razones de género.”
Y si vamos a los orígenes del cristianismo, afirma el autor: “En los primeros siglos del cristianismo hubo mujeres sacerdotes, diaconisas y obispas que ejercieron funciones ministeriales y tareas directivas hasta que la Iglesia se jerarquizó, clericalizó, patriarcalizó y las mujeres fueron reducidas al silencio.”
Pero a estos varones no los convence ni Dios.
Y, si observamos el detalle, no menor, de la exclusión en la Comisión creada por el Papa de cuatro de los cinco continentes que hay en el planeta tierra, nos daremos cuenta de la miopía con la que actúan estos hombres.
Resumiendo, detrás de esta resistencia a considerarnos a las mujeres sujetos de derecho, no hay otra cosa más que un machismo muy sofisticado y adornado de palabras y hechos adjudicados a Jesús como que sólo cenó con los doce, y que instituyó el sacerdocio solamente para ellos, o que solamente seguían a Jesús doce hombres. Y, como ellos se han autoadjudicado la exclusiva de la portavocía de la voluntad de Dios, así estamos. Y nada ni nadie les va a convencer de otra cosa, la verdad es su verdad, y punto.
Mientras la mujer va avanzando en igualdad en todos los campos de la vida social, la Iglesia tardará varios siglos, como de costumbre, en ponerse al día.
Creo que la solución está en nuestras manos, las de las mujeres, como está ocurriendo en Alemania, donde las mujeres católicas han plantado cara con una huelga y con manifestaciones muy rebeldes al orden establecido. No creo que en España se pueda dar esta situación puesto que las mujeres que asisten a los templos, aún no se han planteado la cuestión de su insumisión, y las que tenemos las cosas claras, no nos echan en falta porque ya hace tiempo que no estamos para apagar velas o lavar manteles.
Estamos hablando de igualdad, de sujetos, no de objetos, como personas y como bautizadas, no nos dejemos obnubilar por alucinaciones patriarcales o machistas.
-“Creo que la solución está en nuestras manos”-
Ok!
-“Lento viene el futuro,
pero viene!
Cada vez más nosotres
y menos el Azar!”-
“Que la Vida te sostenga
en la palma de TU mano”-
Qué gusto me da conectar contigo de nuevo, querido Oscar.
Digo que la solución está en manos de las mujeres, porque, en manos de los hombres hemos estado toda la historia y ya vemos que no se mueve nada. Ni siquiera con el diaconado que, como dice Juanjo, no dejaríamos de ser subalternas al servicio de los señores clérigos. Así que del sacerdocio, ni te cuento, y en responsabilidades directivas, se nos exigiría el doble (como ocurre muchas veces en la sociedad civil) en todo, en conocimientos y en ortodoxia, siempre bajo la atenta vigilancia de algún clérigo. Hace poco tuvo que dimitir una mujer en algún medio de comunicación vaticano, no sé dar más datos, perdón, porque no gustaba lo que decía sobre la pederastia, creo.
Nos prefieren calladitas, y se ponen a temblar cuando, como las católicas alemanas, buscamos nuestro sitio. Pero es el único camino, de ellos no podemos esperar nada. Eso sí, que en el Vaticano el servicio esté totalmente en manos de mujeres. El único estado del mundo donde las mujeres solamente tienen esos quehaceres: lavar, planchar hacer y servir la comida, coser, limpiar, cuidar… Creo que hay o hubo alguna mujer en responsabilidades económicas, una rara avis.
Perdón por tanta imprecisión, pero creo que no ando muy desviada de la realidad.