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M A R Í A (III)

   Pinceles para el Evangelio, 12

  • 1. Jesús se va de Nazaret, sigue al Bautista y luego se destapa

        Nada hay de extraño en que María y sus otros hijos pusieran pegas a la propuesta del Galileo. Él se había marchado de casa un tiempo antes para agregarse al movimiento del Bautista, un tipo sin pelos en la lengua que se presentó en público con un bando esperado, aplaudido y secundado por el pueblo. De fuerte carácter, Juan fue un hombre capaz de enfrentarse a los ultra-religiosos y a los poderosos. Unos y otros viven de aparentar, algo que el Bautista no les aguanta. De modo que les pone sobre aviso. Se acabó el tiempo. Su llamada será la última. No valen subterfugios. No tienen otra salida que comprometerse con la justicia abandonando su continuo fingimiento. El arrojado Juan no se achicó al advertirles de lo que se les venía encima: una pronta liberación que se distinguiría por hacer su entrada cortando cabezas:

Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escap
ar del castigo inminente? Pues entonces, dad el fruto que corresponde a la enmienda y no os hagáis ilusiones pensando que Abrahán es vuestro padre… …Además, el hacha está ya tocando la base de los árboles, y todo árbol que no da buen fruto, será cortado y echado al fuego” (Mt 1,7-10).

        Naturalmente, el Bautista se la jugó. Una vez entre rejas, el Galileo se destapó y lanzó a los cuatro vientos su proclama anunciando que la liberación, el Reinado de Dios tan anhelado, ya estaba en marcha Y ¡sin hachas de por medio! Su recorrido por Galilea transmitiendo su mensaje provocó que a muchos se les abrieran los ojos; algunos, derrengados ya por esfuerzos defraudados una y otra vez, lograron ponerse de nuevo en pie; otros, sordos a tantas ilusiones fanáticas, le prestaron oídos y aceptaron su propuesta. Buena parte del pueblo medio moribundo recobró los ánimos. El Galileo alcanzó cierta notoriedad en la región. Las noticias se desplegaron llegando a los últimos rincones. Las que llegaron a Nazaret, sorprendieron de manera especial por venir de quien venían. Aquellos ecos pasaron allí por el tamiz de los recuerdos y sus paisanos los recibieron con el morro torcido. A los parientes les olieron a cuerno quemado. Las habladurías agitaron los ánimos hasta formar una mezcla explosiva. Y la chispa saltó cuando el Galileo constituyó formalmente la sociedad alternativa (los Doce).

 

  • 2. La “nueva” de Jesús es una “chifladura” –piensa la familia

         Justo a continuación de la constitución de la nueva sociedad (Mc 3, 13-19) encontramos en Marcos un dato sobre sus familiares que los otros evangelistas excluyeron de sus textos. La omisión resulta comprensible. Dejaba a la familia por los suelos. Marcos escribió:

“Al enterarse los suyos se pusieron en camino para echarle mano, pues decían que había perdido el juicio” (Mc 3,21)

        La entrada de Marcos no ofrece dudas: “Al enterarse…”. La noticia les ha llegado. Normal. Por las esquinas y puertas de la aldea circulan como moscas dimes y diretes. La cosa resulta preocupante. No es para menos. Jesús ha roto con una tradición de muchos siglos. Ha cortado con la institución religiosa, con los poderes fácticos, con las creencias, las leyes y los dogmas. Incumple lo prohibido. Desprecia lo establecido. Hasta interpreta de un modo insolente y herético el AT. Ha soltado amarras y ha llegado al colmo constituyendo una sociedad alternativa que ha identificado con el reinado de Dios. Como es lógico, sus familiares se han sobresaltado. Las consecuencias pueden ser muy graves. Les pueden afectar indirectamente. Todo el pueblo les mira de reojo. Algo tendrán que hacer.

        El texto no precisa de qué familiares se trata. La expresión utilizada para aludir a ellos: “los de él” (οἱ μετ᾿ αὐτοῦ) supone que pertenecen a su círculo familiar próximo. Difiere y se distancia de la utilizada para señalar a quienes se encuentran en su círculo de seguidores: “los con él” (οἱ παρ᾿ αὐτοῦ) (Mc 3,14). Tales familiares quieren abortar el proyecto. No lo pueden permitir. Nada mejor para conseguirlo que retirar de la circulación al autor del desaguisado: “se pusieron en camino para echarle mano”. La táctica elegida es la del aislamiento social. Persiguen desconectarlo de la realidad donde está inmerso e interrumpir esa praxis peligrosa. Una práctica tan alarmante que la noticia había volado hasta el mismo núcleo del poder. Nada más describir el movimiento de los familiares, Marcos destaca acto seguido que ideólogos venidos de la capital acuden también con urgencia llevando a cabo lo que saben hacer y más efecto produce en la gente: una campaña publicitaria con datos falsos (fake news) para asustar al pueblo. Llegan condenando por malignas las perturbadas ideas del Galileo (Mc 3, 22-30).

 

  • 3. Marcos no esconde nada

        Marcos tampoco esconde nada al mencionar el motivo por el que los suyos vienen a buscarlo. Estiman que se le ha ido la olla: “…pues decían que había perdido el juicio. Consideran, de acuerdo con una gran mayoría de entonces –y también de ahora-, que declarar inútil al sistema establecido y constituir una sociedad alternativa es cosa de locos. ¿Quién puede creer que ese proyecto tendrá futuro? Solo otros locos se lanzarán a secundar esa idea tan peregrina. Los familiares que acuden a quitarlo de la vista de la gente no quieren problemas. Si logran apartarlo de la vida social que lleva y ponerlo a buen recaudo en la aldea quizá el tema se olvide y él regrese a la cordura y la normalidad.

 

  • 4. Identificando los “familiares” de Jesús

        Pero ¿quiénes son esos familiares? Marcos los identifica a continuación de apuntar el movimiento propagandístico de los ideólogos de la nación:

 Llegó su madre con sus hermanos y quedándose fuera, lo mandaron llamar. Una multitud de gente estaba sentada en torno a él. Le dijeron:
–Oye, tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera”
(Mc 3,31-32)

        Los familiares convencidos de su trastorno mental aparecen con nitidez. Se trata de María, su madre, y de sus hermanos. Vienen agrupados. Y se encajan a las puertas de la casa donde él se encuentra. Sus intenciones han sido antes expuestas por Marcos: “se pusieron en camino para echarle mano”. El Galileo se halla rodeado de quienes escuchan su mensaje. Son seguidores. Se encuentran en el espacio propio de la sociedad alternativa: “la casa”. Sus familiares, “los de él” no entran; se quedarán fuera del círculo de “los con él”.

 

  • 5. Mateo y Lucas desdibujan el texto y el contexto

        Mateo y Lucas sí recogen ahora el relato de Marcos sobre la llegada del grupo (madre y hermanos) adonde estaba Jesús, pero dulcifican sus pretensiones.

         Mateo, de entrada, elude hablar de la casa. Desdibuja el contexto. Ha desaparecido el colectivo de “los con él”. Lo ha sustituido por multitudes que le oyen. Suaviza, además, el motivo de la llegada de María y sus otros hijos. Baja el listón. Ha desaparecido la idea de “echarle mano”. Despunta la cordialidad. Indica que acuden con el deseo de hablar con él: “Todavía estaba Jesús hablando a las multitudes cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él” (Mt 12,46).

        Lucas, por su parte, coloca el suceso en un escenario diferente. También excluye la casa. El Galileo enseña a la gente con parábolas en un lugar impreciso. No expresa el motivo de la venida de los familiares. Y, para dejar en buen lugar a María y a sus hermanos, se preocupa en reseñar que la multitud les dificultó el paso: “Se presentó allí su madre con sus hermanos, pero no lograban llegar hasta él por causa de la multitud” (Lc 8, 19).

 

  • 6. María, llevada como intercesora

        Los tres sinópticos citan a María en primer lugar. El dato no significa, sin embargo, que fuese ella quien tomara la iniciativa de ir a buscarlo ni liderara al grupo familiar. María, como todas las viudas, estaba a lo que dijeran sus hijos. En especial, de la decisión de Santiago, el que por edad asumía la condición de jefe de la familia. A María la llevan. Ella aceptará ir, como cualquier otra mujer obediente a las órdenes de aquel sobre quien había recaído la autoridad y el gobierno del núcleo familiar. Pero ante Jesús, el primogénito, su hermano Santiago se halla en condiciones de inferioridad. ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer? Habría sin duda conversaciones entre los miembros de la familia. Que el Galileo había perdido el juicio lo demostraban sus palabras y actuaciones contrarias a lo establecido. También la voz autorizada de los líderes de la nación. Muchos dirigentes lo afirmaban, aunque algunos opinaran en contra:

“Estas palabras causaron de nuevo división entre los dirigentes. Muchos de ellos decían:
–Está loco de atar, ¿por qué lo escucháis?
Otros, en cambio:
–Esas no son palabras de loco; ¿es que puede un loco abrir los ojos de los ciegos?”
(Jn 10,19-21).

        De ahí que Santiago y sus hermanos decidan llevar a María para intentar convencer al hermano mayor por vía del sentimiento hacia su madre de desistir de sus locos planes y regresar a la vida tradicional en la aldea. María accederá a servir de intercesora. Lo será por primera vez. Y no tendrá ningún éxito.

 

  • 7. Pero el Galileo lo tuvo claro… y así habría de irle

        No lo consiguieron. El Galileo descubrió que la sociedad alternativa se ha convertido en la nueva familia. Los lazos de la antigua han sido sustituidos por una unión definitiva. La nueva familia se elige. En ella la relación de igualdad entre sus miembros prevalece. La igualdad acaba con la dominación. La figura del padre, el que domina la casa, está ausente. La hermandad se sitúa al primer nivel. La expresión “tu (mi) madre y tus (mis) hermanos” se repite en el texto en cuatro ocasiones. Pero hay una última en la que el Galileo no solo cambia el orden colocando a la madre en último lugar, sino que introduce el término “hermana”. La igualdad se eleva al máximo nivel:

Y paseando la mirada por los que estaban sentados en corro en torno a él, añadió:
–Mirad a mi madre y a mis hermanos. Cualquiera que cumpla el designio de Dios, ese es hermano mío, y hermana y madre
(Mc 3,34-35).

        En el Reinado de Dios, la condición de pleno derecho no se logra por consanguinidad o parentesco, sino por la ruptura con los valores del sistema y la aceptación libre de esa sociedad alternativa. El valor de María no puede estar fundado en su maternidad, sino en su libertad de opción. Su relación con el Galileo no se medirá por el hecho de haberle dado a luz; la medida la dará la aceptación o no de su proyecto.

        Que María no estuviera a favor del proyecto de su hijo resulta lógico. Cuando los hermanos del Galileo la llevan a buscarle, ella está próxima a los cincuenta años. En ese tiempo, con esa edad, harta ya de trabajar duro y después de haber dado a luz como mínimo a siete hijos, se había convertido en una anciana. Si a ello se añade que era una mujer de aldea sin formación alguna y amarrada a las rígidas ideas tradicionales, difícilmente tenía capacidad objetiva para valorar el planteamiento del Galileo.

        Además Jesús se había opuesto a leyes, creencias y tradiciones. Estaba muy lejos de ser un judío ejemplar. Ni siquiera se había casado. Es un hombre sin futuro. Ha desistido de asumir el liderazgo de la familia, el que le correspondía como primogénito. Lo ha dejado en manos del siguiente hermano y se ha marchado de la aldea. Carece de un techo propio donde cobijarse. Vive errante. No parecía judío. Incumplía de continuo hasta la ley más sagrada, la que el mismo Dios había observado, la que por esa razón, los brillantes y respetados ideólogos de la nación la consideraban como la ley de mayor importancia: la ley del sábado.

 

  • 8. María no podía seguir a su hijo

        En ninguno de los evangelios se dice que María siguiera a Jesús en algún momento de su vida como lo hicieron otras mujeres. Era normal, con su edad y condiciones, no estaba para tales trotes. Así que María siguió siendo lo que siempre había sido, una mujer de aldea, bajo la tutela y asistencia de sus hijos. Allí volvió después de recibir la negativa del Galileo a acompañarles. Él tenía otros planes. Y como era previsible, acabó ejecutado como uno de tantos rebeldes de Galilea.

        Tampoco hay referencia alguna en los evangelios respecto a que María tuviera un papel de alguna relevancia en los momentos en que María la Magdalena se lanzó con toda energía a revitalizar el proyecto del Galileo después de su muerte. Los evangelistas no mencionan a María entre las mujeres ni entre el resto de discípulos pioneros en detectar que el sistema no pudo acabar con la vida del Galileo.

 

  • 9. María y sus otros hijos después de la muerte de Jesús

        De María dará Lucas noticia por tercera y última vez un tiempo después de la ejecución del Galileo. María no está sola. La acompañan de nuevos sus hijos. Son instantes únicos. El grupo de discípulos se halla en plena ebullición. Los Once y las mujeres están a punto de reiniciar el proyecto de sociedad alternativa. Lucas da los nombres de los integrantes del colectivo masculino. No hace lo mismo con las mujeres. A ellas las nombra con posterioridad en conjunto, diferenciándolas únicamente por su género. Es un colectivo conocido. El artículo determinado (“las mujeres”) las identifica con precisión. A pesar de la sutil distinción hecha por Lucas, ellas están allí en los momentos cruciales. Forman un bloque. Constituyen un frente con energía propia. Demuestran que en la nueva sociedad solo hay una primera línea. Y, junto a ese grupo más significado, asoman como agregados María y sus hijos:

Entonces regresaron a Jerusalén desde el monte llamado de los Olivos, que está cercano a Jerusalén, a la distancia que se permite caminar un día de sábado. Cuando entraron, subieron a la sala de arriba donde se alojaban; eran: Pedro y Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago de Alfeo, Simón el Fanático y Judas el de Santiago. Todos ellos perseveraban unánimes en la oración, con las mujeres, además de María, la madre de Jesús, y sus hermanos” (Hech 1,12-14).

 

  • 10. ¿Qué hacen allí?

         ¿Qué hacen allí? ¿Por qué se presentan ahora con los seguidores si nunca antes estuvieron con Jesús ni participaron de su proyecto? ¿Qué motivo les ha impulsado a realizar un viaje tan largo desde Galilea hasta la capital? Algo pretenden cuando los hermanos del Galileo han traído a su madre, una mujer con tantos años ya encima. El movimiento que han hecho tiene toda la pinta de tener un propósito. Pero, ¿cuál?

        Inmediatamente después de nombrarlos, Lucas añade una repentina intervención de Pedro. La yuxtaposición de la escena al apunte sobre los familiares es intencionada. El movimiento de Pedro no es casual. Está relacionado directamente con la presencia inesperada de María y sus hijos. Al comienzo de su discurso Lucas introduce una nota aclarativa. Señala que en el lugar se encuentran algo así como ciento veinte personas unidas por un mismo objetivo. El número no está formulado desde la aritmética, sino por su simbolismo. La cifra de ciento veinte (múltiplo de doce; doce = pueblo), necesaria para formar el Consejo de una ciudad, representa a todo el conjunto de la nueva sociedad, con capacidad suficiente para restablecer la fórmula constitucional, mellada a partir de la traición de Judas:

“Uno de aquellos días Pedro se puso en pie en medio de los hermanos (había una multitud como de ciento veinte personas reunidas con el mismo propósito) y dijo” (Hech 1,15).

 

  • 11. Objetivo de los congregados: herencia y descarte de Santiago, el hermano de Jesús

        El objetivo de Pedro y de toda la asamblea no es otro que sustituir al perdido Judas. Esa es la razón que ha movido al grupo familiar de Jesús. Han llegado allí para hacer valer sus derechos como herederos del Galileo. Con toda probabilidad, Santiago, el jefe de la familia, tenía la pretensión de pertenecer a los Doce. Busca conseguir poder. No ha comprendido el proyecto de sociedad alternativa. Se mantiene en las categorías del sistema. Pedro hizo fracasar sus aspiraciones de un plumazo. Establecerá un requisito para el candidato a ser elegido como sustituto de Judas. Santiago no lo cumplía ni de lejos:

“–Por tanto, uno de los hombres que nos acompañaron todo el tiempo mientras vivía entre nosotros el Señor Jesús, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que se lo llevaron a lo alto separándolo de nosotros, uno de esos tiene que ser con nosotros testigos de su resurrección” (Hech 1,21-22).

        La función de María como intercesora tampoco dio fruto esta vez. No obstante, no se sabe cómo, Santiago, el hermano de Jesús, logró hacerse con la presidencia de la comunidad oficial y judaizante de Jerusalén (el tema se ha tratado en APARICIONES ENTRE INTERROGANTES – V).

        De María no se volverá a hablar en el NT.

 

  • 12. La real María: una mujer sometida

        En las tres ocasiones en que el NT muestra a María en situaciones reales, su figura aparece gris, sin actividad, con rasgos en tonalidad apagada. Se habla de ella, pero nunca interviene. Está en modo pasivo. Su perfil responde al de una mujer de aldea, ya mayor, sin iniciativa. Es llevada y movida por sus hijos en un papel de gancho para propósitos equivocados y algo oscuros. En definitiva, una mujer sometida, como la gran mayoría de las mujeres de su pueblo y de su tiempo.

 

  • 13.  Mateo y Lucas en la imaginaria maternidad divina

        En contra de ese perfil, la imagen embellecida que se ha creado de María es la de un ser sobrenatural, virgen inmaculada y modelo de mujer. El portentoso retoque a María se origina a partir de la creencia en un embarazo de origen divino y sin intervención de un varón. Una idea con soporte en dos textos de Mateo y Lucas escritos años después de la destrucción de Jerusalén en el año 70:

“Así nació Jesús el Mesías: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo” (Mt 1,18).
“A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea que se llamaba Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María…

…El ángel le contestó:
–El Espíritu Santo bajará sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra…” (Lc 1,26.35).

 

  • 14. José: esposo marginado. María: puesta en peligro

        Mantener como real e histórico este hecho descubre contradicciones graves y significativas en los mismos textos tenidos por sagrados. Ambos relatos afirman que María estaba desposada con José; es decir, ya se había cumplido el pacto matrimonial. Los padres del muchacho habían pagado a los de la muchacha el precio pactado por ella. Ella, María, había pasado a ser desde ese instante propiedad de José. Pasado un año, se celebraría el paso definitivo desde casa de los padres de María al domicilio de José. Pero desde el momento del pago estipulado, José se había convertido legalmente en dueño y señor de María. María no podría decidir ya por sí misma. Era a José a quien correspondía tomar las decisiones por ella.

        Según Mateo, María queda embarazada por obra del Espíritu Santo sin que medie al menos algún aviso o solicitud de autorización a José. Y, por si fuera poco, el texto no dice que se pidiera el consentimiento de la niña. En Lucas un mensajero divino actúa también al margen de José y presenta con cierta elegancia directamente a María la decisión tomada en las altas esferas. En cualquiera de los dos casos se han lesionado gravemente los derechos de José establecidos en la décima ley del sagrado Pacto Constitucional dictado por el mismo Dios (Ex 20,17).

        Por si no era suficiente, se ha colocado a María en una posición de extrema peligrosidad por las graves consecuencias sociales y penales de un embarazo de origen desconocido. Eso, sin contar que se trataba de una menor, lo que supone un flagrante abuso de autoridad con una niña exenta aún de madurez para conocer los efectos de sus decisiones. Además, la ley también sagrada del Deuteronomio llama adulterio a un acto de esta naturaleza y determina la pena que conlleva: la muerte por apedreamiento a las puertas de la ciudad de los dos actuantes:

“Si uno encuentra en un pueblo a una joven prometida a otro y se acuesta con ella, los sacarán a los dos a las puertas de la ciudad y los apedrearán hasta que mueran: a la muchacha porque dentro del pueblo no pidió socorro y al hombre por haber violado a la mujer de su prójimo” (Dt 22,23-24).

 

  • 15. Hoy, reclamando cordura y seriedad

        Los nazarenos, como hemos indicado más arriba, nada supieron acerca de una acción celestial por la que María quedó encinta. De otro modo, se habrían visto obligados a cumplir la pena impuesta por esta divina ley, ¿también contra el Espíritu Santo?

        ¿Cómo es posible una intervención de Dios contraria a sus sagradas leyes; las que él mismo estableció con solemnidad para su obligado cumplimiento por el pueblo? ¿Cómo pudo menoscabar los derechos de José y perjudicarle? ¿Por qué el Dios de la libertad interfirió en la de José? ¿De qué forma explicar que pusiera a una niña en una situación tan extrema? ¿Por qué no contó con la autorización previa de quien era su dueño? ¿No tenía otra manera de actuar? ¿Por qué no realizó la operación antes del desposorio y contando con José? ¿Por qué no se anunció a toda la aldea y evitar así las malas lenguas? Eran pocos, casi todos de la misma rama familiar. Lo habrían admitido. Tal vez hasta aplaudido. ¡Algo único en la historia! ¡Un hecho sobrenatural en una aldea como aquella!

        Estas y muchas otras preguntas surgen a raíz de las paradojas que suscitan textos sin valor histórico, inventados y escritos solo con intención de transmitir unas ideas. Plantearlos como hechos reales no resiste una mínima crítica; conducen al absurdo.

        María fue una mujer sometida. Una más. Como todas aquellas otras que fueron y son dominadas desde el nacimiento hasta el fin de sus días por leyes y normas tenidas por divinas, pero elaboradas por hombres apoderados de sus derechos que las han forzado a prestarles obediencia ciega. Como entonces el resto de las niñas que después de alcanzar su mayoría de edad ¡a los once años! eran conducidas sin remedio al pacto matrimonial sin que ellas pudieran intervenir ni decidir, Al igual que todas las mujeres que han sido y son condenadas de por vida a obedecer a su dueño, a servirle y a tener y criar todos los hijos posibles.

        María fue una aldeana, obligada a casarse y ser madre siendo todavía niña porque así estaba establecido. No tuvo estudios ni carácter suficiente para que sus opiniones fueran siquiera escuchadas. Una mujer corriente que no destacó en nada. La obsesión por elevarla a las nubes y a los altares atribuyéndole todo tipo de méritos tal vez esconda un rechazo a la auténtica María por su condición de mujer doblegada desde la infancia. Puede que hasta sea un intento de tener a la gente distraída y mirando hacia arriba entusiasmada mientras los amos del mundo siguen actuando a su antojo.

        Otorgar a María unos méritos extraordinarios por haber sido madre de Jesús; exaltarla hasta el empacho confiriéndole una forzada virginidad desconocida hasta por ella misma; embellecerla, disfrazarla y reproducirla en imágenes alejadas de su humanidad y próximas al cartón piedra; atribuirle apariciones, mensajes y milagros imaginados para atraer ilusos, sacarles hasta las lágrimas y agrandar el comercio buscando llenar bolsillos, no son sino maquinaciones que demuestran la falsedad de unas supuestas verdades gaseosas impuestas por la tradición al servicio del poder y del dinero.

 

  • 16. La importancia y el prestigio de María no dependen de su hijo

        El valor de una mujer no se calcula por el éxito, fama o conquistas de algún hombre asociado a ella. No depende sino de ella misma. Su grandeza la da su condición humana. No hay mayor cota. Resulta, pues, obligado exigir para la mujer el máximo reconocimiento a todos los niveles y a escala universal. El mejor papel representativo a dar a María será la de ser una vergonzosa muestra de la esclavitud sufrida históricamente por la mujer y un visible estandarte reivindicativo de la posición social que le corresponde.

        Que María haya servido para exaltar el celibato o para declarar la suciedad del sexo o enaltecer la sumisión de la mujer a hombres o a supuestos mensajeros divinos no es sino una burla a la razón y a la realidad humana. Su recuerdo y su figura adquieren sentido si se acogen como modelo para reclamar de una vez por todas la bondad del sexo y para demandar a gritos desde la primera fila la máxima consideración de la mujer, la que establece de forma inapelable su igualdad con el hombre, la igualdad que el Galileo, el hijo que ella parió, defendió en su propuesta hasta sus últimas consecuencias.

57 comentarios

  • George R Porta

    No trato de discutir la expresión de Salvador al emplear la palabra «excelsa» y le respeto mucho por lo que conoce para intentar una controversia personal.
    Solo deseo pensar y actuar como si fuese alguna una especie de «Abogado del Diablo» porque estaría más en línea con mi parentesco más o menos cercano con los llamados «Maestros de la Sospecha».
    Pienso en la distorsión paulina de la kénosis (no sé si lo escribo correctamente al añadir el acento) en Filipenses 2, 5-8, si al humanizarse pudo provocar la excelsitud de la madre porque más bien lo congruente hubiese sido que el vientre de ésta ayudase a su zambullida en la condición humana menos privilegiada. Pablo tuvo, posibilidad al menos, de conocer a María o de ella.
    No me molestan ni critico las preferencias devocionales marianas de cualquier advocación. N. S. de la Merced y N. S. del Carmen y N. S. de la Medalla Milagrosa fueron las más cercanas a mí y yo a ellas porque crecí en ese entorno. Hoy día no me siento cercano de ninguna, ni siquiera del Carmen a pesar de haber sido fraile descalzo por un poco de tiempo.
    Lo único que me parece importante es no proyectar necesidades sobre los o las personajes del santoral, sean quienes sean porque cualquier atribución, precisamente, se adueña ficticiamente de la realidad humana que les pertenece.

    • Salvador Santos

      Hola George

      La pregunta es a mi juicio un instrumento que abre caminos y demuestra inteligencia parta de la sospecha o venga de donde venga.

      Transcribo las frases donde usé el término excelsa:

      “la mujer ha sido históricamente, un ser doblegado. Y ella, considerada la mujer más excelsa, TAMBIÉN LO FUE. La madre del Galileo vivió toda su vida como esclava”.

      Lo que afirmo es que fue una mujer doblegada por mucha excelsitud que la tradición le haya atribuido.

      Decir que Jesús se humanizó parece significar que era un ser de condición ajena a la humana. Tal idea resulta inconcebible para la mente de quienes escribieron los evangelios. La condición que él se aplicó a sí mismo es la de “un ser humano” (“un hijo de hombre”). Jesús fue un hombre al que se reconoció como modelo de plenitud humana. Y por eso los seguidores le consideraron un hombre-dios; no un Dios-hombre. Lo que afirma Filipenses es que actuó desde esa condición, sino desde la igualdad, como un hombre cualquiera, sin alarde de superioridad.

      Te mando un abrazo

      • George R Porta

        Confieso gustosamente mi error de lectura: Lo que leí en la frase que citas, aunque no hubiese discutido lo que quisiste decir: «También lo fue, lo atribuí a la condición de excelsa» y no a la condición de mujer doblegada. Me confío a tu generosidad para que no te extrañes de estos errores míos, que más bien parecen y son frecuentes.

        En cuanto a la cita de Pablo, me cuesta pensar que Pablo no estuviese pensando en la divinidad del Galileo de una forma u otra. Pero no es una figura a la que he dedicado tanto tiempo como quizás debí. Gracias por la explicación en ambos casos.

        Un asbrazo fuerte.

    • Salvador Santos

      Buenos días George

      Confundirse entra dentro de lo normal. Nos pasa a todos. Es humano. Jesús también se equivocó al pensar que su proyecto iba dirigido exclusivamente al pueblo judío. Cambió su posición al entrar en contacto con la cultura griega. Marcos lo describe hablando incluso de metedura de pata en el relato de la sirofenicia (Mc 7, 24-31). Resulta curioso que en ese relato el evangelista hiciera uso de la figura de una mujer para corregirle su error con dulzura. Esto encaja con la elección de doce hombres y ninguna mujer por parte del Galileo. Algo coincidente con la cerrada y machista cultura judía. Las mujeres no se conformaron. Serían ellas qiuienes tomaran la iniciativa de incorporarse al proyecto. A la igualdad dentro del colectivo de seguidores y a la universalidad del proyecto contribuyeron de modo decisivo las mujeres. Y Jesús lo aceptó ¿Por qué ocultarlo? ¿Por qué no se acepta ni se dice? ¿A qué se tiene miedo? ¿Es cuestión de mantener poder? ¿Por qué mantener la equivocación por la que pasó también Jesús? Confundirse es humano; mantenerse en el error, demuestra ignorancia y obcecación; rectificar y preguntar, habla de inteligencia.

      Pablo fue recalcitrante en cuanto a la defensa de la ideología judía. No fue consciente que el aire olía a libertad hasta que logró zafarse de la tela de araña tejida por el hermanísimo Santiago. Desde su aceptación del proyecto del Galileo los seguidores (Santiago, no) consideraron a la religión como la etapa infantil de la humanidad. A partir del Galileo, nadie dicta; no hay poder; ni una única forma de organizarse o un código al que seguir; la actividad surge de la libertad y la cabeza toma las riendas de las decisiones humanas. En Colosenses 4,18-19 aparece una afirmación en este sentido:

      “Que no vaya a descalificaron ninguno que se recrea en humildades y devociones a ángeles, que se enfrasca en sus visiones y se engríe tontamente con las ideas de su amor propio; ese se desprende de la cabeza, que por las junturas y tendones da al cuerpo entero alimento y cohesión, haciéndolo crecer como Dios quiere”.

      Un fuerte abrazo, George, amigo.

  • Carmen

    Pues no veo ninguna originalidad en eso de la concepción virginal. Se empeñaron en que Jesús era hijo de Dios. Pues no les quedaba otra. Eso está copiado de otros dioses. Porque a ver si no como lo explican. Y luego claro, unos decían que de hijo de Dios nada y convirtieron a su madre en virgen hasta después del parto. Eso es grandioso. Y se cargaron a sus hermanos de Jesús de un plumazo. Y los convirtieron en primos y demás familia

     

    • Carmen

      Es que inventar una religión así, de golpe, no debe de ser fácil.
      Pero de lo que no me cabe duda es de que María fue la madre de Jesús. Pues olé por ella.

      • Carmen

        Y este móvil me borra tooooooooodo lo que escribo. Por lo visto no le gusta. Pero al final he conseguido decir algo. Pero a trocitos. El pobre ya ha llegado a su fin

      • Carmen

        Por mí parte y la de mi móvil, fin del tema.
        Besos a todos.
        Que la virgen del carmen les libre de todo mal y mi virgen de la Fuensanta les acoja bajo su manto.
        Amén

    • Santiago

      Pues tiene razón, en que lo de inventar esta doctrina cristiana, particularmente la mariana, es difícil…Es mucho mas fácil, sin duda, dejarla como fue, y como ha sido, y como es…puesto que es mucho mas complicado desenredar la madeja que existió desde el principio…Las llamadas “reconstrucciones” actuales son tan diversas entre sí y claramente presentan “la subjetividad” del autor que ya no son creíbles…

      Es por tanto poco probable que a aquellos pescadores que no habían tenido mas horizontes que lo que se encontraba alrededor del Lago de Galilea -2089 m. bajo el nivel del mar- ..pues se les ocurra un día ponerse de acuerdo sobre el mito de Jesús y su madre María y se decidan fundar un movimiento o religión basada en la divinidad de un obrero de la piedra y madera y de un crucificado, salir de su entorno, cruzar los mares y predicar lo que para sus compatriotas era un “escándalo” y para los griegos y romanos una locura total. Pero nadie en su sano juicio, unánimamente, da su vida entera por una causa falsa, por un engaño, por una mentira…Ellos tenían que estar convencidos que lo que ellos escribieron e interpretaron era totalmente cierto…Les iba en juego la vida de aquí abajo…y la eterna…

      Las hipótesis de los que “reconstruyen” y “re-interpretan” el Nuevo Testamento son difíciles de probar, casi imposible, puesto que difieren esencialmente unas de otras…Las “figuras” y “personajes” que ellos pintan se desdibujan y no “enmarcan” con la época…puesto que solamente son conjeturas y especulaciones..
      Sin embargo, se puede probar históricamente la geografía y el marco cultural y los personajes que relatan los escritores neotestamentarios LA prueba testifical es la mas contundente..Los testigos vivientes del siglo I que dan fe de…que Jesús existió y nació bajo Tiberio…que Su Madre se llamaba María, que fue único Hijo de María, que Santiago el Menor, José, Judas y Simón no son hijos de la madre de Jesús, que la virginidad de María fue ya profetizada por Isaías siglos antes del nacimiento de Cristo y que la Iglesia primitiva siempre sostuvo esta misma doctrina que profesamos en el siglo XX

      Por mas que demos vuelta al asunto, siempre nos quedaremos con la verdad. Es la que recibimos y que todavía no ha podido ser destruída, ni siquiera en nuestro avanzado siglo XXI.

      Gracias por sus interesantes y variados comentarios.

      Un saludo cordial

      Santiago Hernández

      • Carmen

        Hola Santiago.
        Me alegra leerle. Creía que se había cansado ya de mis pullicas.
        Sabe perfectamente como pienso porque ha tenido la paciencia de leerme y contestarme.
        Sabe que no creo que Jesús fuese hijo de Dios biológicamente hablando. No me importa en absoluto. Me gusta lo que dice. Tampoco me importa que otros piensen que si lo es. Es más, alguna vez se construirá una comunidad de creyentes o seguidores de las ideas de Jesús en la que esa cuestión no tendrá importancia.
        Solamente he tratado de defender la grandeza de la maternidad. Porque no sé quién pudo ser el padre de Jesús, pero sí sé quién fue su madre.
        No sé puede imaginar hasta qué punto estoy convencida de que la maternidad es algo totalmente mágico. Tengo infinidad de amigas y conocidas. Discutimos a veces a muerte. Pues hágase una idea , cuando me empeño en algo, no vea. Pero ahora que estamos todas mayores y muchas con nietos, hay un acuerdo general. Lo más grande, lo que más nos llena, lo que más nos satisface son nuestros hijos. Y hay de todo. No sé vaya usted a pensar que todos son de concurso.
        Así pienso, así siento, y es lo que me lleva a decir que la madre de Jesús tuvo mucha suerte. Muchísima. Y si su hijo tuvo problemas con ella, deseo con todas mis fuerzas que cuando estuviese en la cruz, a puntito de morir, igual que se acordó de su dios, se acordase de su madre. Y si no. Lo siento por él. Porque si el padre no lo tenía claro y su madre era simplemente una mujer más, pobrecico. Me da lastimica. Por muchas cosas y por esta también.
        Solamente he tratado de defender la maternidad. Es algo mágico que tenemos las mujeres. Pero mágico y es nuestro. Tan es así que en las leyes de las primeras semanas de embarazo, cuando aún no está formado ni tan siquiera el feto, la decisión de seguir adelante o no es asunto de la mujer. Y créame que no quiero entrar en discusión con este tema. Sé lo que piensa.
        Pues eso ha sido todo. Una defensa a ultranza de la maternidad.
        Me alegro de que me haya escrito.
        Un abrazo
        Carmen

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        Esa es su ideología.

        Pero hay muchas personas, que estamos recibiendo como agua clara de Mayo, la verdad, tal y como el más antiguo escrito, y el apóstol más cercano en el tiempo escribió, Marcos.

        Tuve el gozo de escuchar directamente en sus clases, a Juan Mateos y Luis A. Schökel con este mensaje aclaratorio, de como se deberían leer los Evangelios, de hecho, su Biblia y su N.T. son los mejores en explicaciones; no son cualesquiera personas, son letrados en la busca de los escritos encontrados, y han compartido sus estudios, junto a rabinos expertos en la propia tierra del Galileo.

        Para mí, es un gran gozo volver a la fuente y desmontar todo el tinglado que a la iglesia poder… y sus seguidores… les interesa para sus propios bienes y ganancias.
        mª pilar

      • Santiago

        No creo que pueda cansarme de un diálogo sincero e interesante…Cuando uno lee -por lo menos en lo que a mi se refiere- se centra en el debate ideológico, no en una guerra personal, sino un intercambio que enriquece…Además vamos viendo a nuestro interlocutor o intercorrespondente que es la persona y en ese sentido podemos empatizar en nuestro base humana…Por eso, existen grandes amigos, como fiscales y defensores, fuera de la “corte” legal, aunque “dentro del ruedo” son antagonistas en razón de la “idea”..Por eso siempre siento admiración por los que se interesan en este intercambio de letras…sin enfado alguno…

        Por otro lado, hay muchos puntos de coincidencia….Y no faltaba mas…que la maternidad es la dignidad mas excelsa de toda mujer, es innegable..Aún a pesar de las desfiguraciones evangélicas intencionales…si Jesús tuvo madre, como lo tenemos que presumir, y aun sin Las Memorias de los Apóstoles (Evangelios),…. y si también tenemos noticia que fue El fué crucificado ignominiosamente y cruelmente entre malhechores,…pues presumiremos también que Su madre tuvo que correr hasta situarse cerca de la Cruz…Tenemos, pues, que darle validez a las palabras de San Juan Apóstol, único discípulo que fue testigo presencial de la crucifixión, tal y y como el lo afirma en su Evangelio donde dice: “Estaban junto a la cruz de Jesús su Madre, y la hermana de Su Madre, María de Cleofás y María Magdalena”…Como especulan algunos que no era posible acercarse a la Cruz del Salvador ya que lo solían prohibir los romanos, sin embargo, hay que pensar que Jesús era un hombre ya muy popular a la hora de Su suplicio…y que tenía amigos y discípulos en el Sanedrín como Nicodemo y José de Arimatea que fue el que le pidió el cuerpo de Jesús a Pilato para enterrarlo dignamente en una “tumba nueva” cerca del Gólgota…Por tanto, fue posible que la Madre estuviera “junto” a la Cruz o suficientemente cerca para oír Sus palabras que según “el testigo” evangelista fueron doblemente dirigidas a Su madre y a el mismo: “Mujer he ahí tu hijo”…y al discípulo amado: “He ahí a tu Madre”…En este punto, es más válido el testimonio de Juan puesto que “el estaba allí” y vio que “uno de los soldados con una lanza le traspasó el costado y salió al punto sangre y agua”..puesto que que “el agua” era debida a la rotura del pericardio inflamado por la grave insuficiencia miocárdica y el trauma experimentado por el Crucificado..

        ES por eso que San Juan, saliéndole al paso a la duda, escribe: “Y el que lo había visto lo ha testificado, y su testimonio es verídico, y el sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis”..No hay duda que Juan nos hablaba a los humanos de “todos los tiempos” en Juan 19: 33-35..

        Por eso, la exégesis no se basa en “la autoridad” de los exégetas sino en los “hechos acaecidos” entre los Apóstoles, discípulos, seguidores y no seguidores de Jesús, y va siendo difícil, ya por mas de 20 siglos “desmantelar” y “re-interpretar” la verdad del Nuevo Testamento…
        La única ganancia de Juan Apóstol, creando una escuela evangélica en Efeso y predicando oralmente y por escrito Su Evangelio, cuando cuidaba de la Virgen María a la que había sido el mismo encomendado para su cuidado por Cristo, era completar a los Sinópicos proclamando “la verdad” de lo que el mismo Apóstol había “oído y había visto”…

        Claro que cada uno tiene “libertad de expresión” y de “opinión”…y aunque hubiéramos vivido en el siglo I y junto a Jesús pudimos “creer o no creer”…ES una cuestión de decisión..

        Un saludo cordial

        Santiago Hernández

  • Carmen

    Otra cosa es la historia impresentable de la virginidad de una madre. No sé si me explico. Que eso nos ha machacado a las mujeres, bueno, eso no se puede ni cuestionar.

    Pero anda que el célebre pecado y la culpa ni te cuento. Y el infierno ni lo voy a nombrar.

    Y que lo del machismo es de locos, lo es.  Y que la figura de la madre de Jesús se ha utilizado como arma machista, por supuesto. Y que hago responsable a Agustín de Hipona porque no lo puedo resistir , eso también es cierto. Y que la iglesia católica, la oficial, tiene una enfermedad gorda con respecto al sexo, pues creo que lo cantan los ciegos por las esquinas.

    Es que hablo de otra cosa. Hablo de un mito. Y es un mito que tengo en el fondo de mi alma. Y me da exactamente igual la utilización que de la madre de Jesús haya hecho la iglesia. Me refiero para la idea personal que puedo tener de ella. Allá la iglesia y sus cosas.

    Y lo que digo lo pienso. Es posible que no se entienda. Sorry. Pero lo pienso y lo digo. Y lo digo porque lo pienso.

    Contradictorio? Pues será cosa de mi cabecita de mujer. Aaaaaaayyyyyyyyy. Cuannnnnto tengo que aprender…

    • Carmen

      Y me voy a dar un paseo por mi playa . Eso me encanta y me suele aclarar alguna idea que otra y a pensar lo que digo. Bueno, eso ya …eso es realmente difícil.

  • ana rodrigo

     
    El otro día escribí un comentario para este post y, cuando hoy voy a revisarlo in situ, veo que no lo copié. Así que voy a ello.
     
    Yo me identifico más con esta María que nos presenta Salvador que con una mujer irreal e imposible y, por tanto, inexistente. Creo que la experiencia de resurrección que vivieron los evangelistas, después de haber vivido con un hombre fuera de serie, les llevó a escribir cosas contra natura como la virginidad física de María antes del parto, durante y después, sin participación humana por parte de un hombre en su gestación. De lo demás se ha encargado la Iglesia a lo largo de los siglos con sus dogmas sobre su inmaculada concepción o su asunción en cuerpo al cielo. A esto hay que añadirle los kilos de oro, plata piedras preciosas o terciopelo, cuyo resultado ha sido crear cosas extrañas y ajenas a cualquier mujer, haciendo imposible el que las mujeres tengamos como referente a este tipo de mujer. Mientras que el referente religioso para los hombres sea un hombre identificado y valorado por su vida, sus obras y su mensaje.
     
    Por otra parte, no sé si es feudiano o no, pero el tema y la exaltación de la virginidad de María y de las mujeres en general, tiene bastante morbo insano para los hombres que son los que han marcado los senderos para andar por la vida en cuestiones de moral, de costumbres de normas y de todo en general, porque la historia ha sido obra de hombres, y son ellos los que la han escrito. Aparte de que en la antigüedad la mayoría de los dioses eran hijos de vírgenes, pienso que los evangelistas, hombres de su tiempo, estaban contaminados por esta visión óptima de una mujer en el caso de que fuese virgen.
     
    Y pensar que Jesús, verdadero hombre, fuese más que nadie porque en su concepción no hubiese habido acción masculina, es otro montaje añadido a lo que ya he dicho. Si Dios creó la relación hombre-mujer para procrear, y, como diría el Génesis, “y vio que era bueno”, ¿por qué maldecir una cosa buena por alguien que dice ser Dios, es decir el mismo que lo inventó? ¿Por qué aún el sexo sigue siendo estigmatizado como algo no bueno en sí mismo?
     
    Y la pobre María metida en este batiburrillo de absurdos.
    Ah, y después está la genealogía de Jesús, descendiente de David vía masculina.

    • George R Porta

      Gracias Ana por tu comentario. Me parece extraordinario que no lo hayas colgado en el foro cuando lo escribiste, pero me alegra mucho más que lo hayas hecho al fin.
      No es freudiano esto de la obsesión con la virginidad. Freud no pudo dedicar mucho tiempo de su análisis a la mujer porque mucho de su trabajo está teñido o transido de autoanálisis. Su rollo era romper con la antropología en la que se había formado y romper la imagen religiosa del hombre contrapuesto a la mujer. No lo logró. Muy pronto tuvo que dedicar demasiado tiempo a defender su pensar y su sentir de quienes lo acosaban.
      Tampoco pudo dedicar mucho tiempo a la maternidad. Al parecer le cautivaba su poder, si bien siendo de procedencia judía en la diáspora no supo mucho de la situación de la mujer en su propia cultura originaria. Era hijo de familia acomodada, no practicante desde el punto de vista religioso y él mismo no creyente. Coleccionaba arte mitológico, si bien, a diferencia de Jung, buscaba una base neurológica, fisiológica a la insania y por eso consideraba a los sueños y al mito como meros mecanismos «mágicos» del cerebro para resolver, sin el permiso de la intencionalidad o la consciencia, la ansiedad flotante, aquella que en diario vivir se quedaba sin resolver: Lo neurótico.
      Nunca, por esto, superó su percepción de la mujer, aunque por la libertad que su hija le demandó y él no obstruyó, permitiéndola volverse su colega y que se separase de sus teoría o hipótesis originales y hasta modificándolas en Tavistock, tampoco tenía Freud una noción de la mujer demasiado estrecha, al menos no de Anna.
      Hay algo que leo en lo que escribes que me parece extraordinario. Es esto: «Y pensar que Jesús, verdadero hombre, fuese más que nadie porque en su concepción no hubiese habido acción masculina, es otro montaje añadido a lo que ya he dicho.» (Énfasis añadido). La malignidad narcisista de explotar la autoridad para inculcar unas ideas, arbitrariamente declarando la inaceptabilidad de otras, a fin de sostener la hegemonía masculina y por lo tanto el aparato social controlado por el hombre, no puede no haber tenido una función redentora de la masculinidad misma porque nadie se defiende agresiva o violentamente, como lo ha hecho el hombre imponiendo la predominancia masculina, si no se sintiera amenazado. Esto no es una hipótesis sino un hecho observable. En sano juicio, solo se defiende quien se imagina o siente bajo amenaza.
      La pregunta correspondiente no es acerca de si la mujer es o no amenaza o si deseaba o desea serlo, sino ¿cuál puede ser el origen de esta neurosis de ansiedad que ha causado la desigualdad manifestada en la opresión de ella? Y sin intención de ofender a ninguna mujer, solo con el propósito de comprender, formularse la otra pregunta, ¿cómo esta opresión masculina autoinfligida persuadió a la mujer a posponer su liberación? La respuesta posiblemente viene del lado que concibe la auto-represión por parte de ambos, mujer y hombre, a la luz de la misma lámpara oscura que alimentó la sospecha de que la sexualidad podía ser maligna, pecaminosa, criminal, cuando lo único que puede ser tal es el uso o ejercicio que se haga de ella. Y a mi modesto parecer, esclavo yo también de la antropología en la que he crecido y contra la que lucho (lo cuál en sí mismo es cuestionable), es que ambos, hombre y mujer se pueden sentir sobrepasados por el poder de producir la vida en la intimidad, una intimidad que tienen el derecho de disfrutar a solas, en perfecta soledad, sin interferencias. No se trata de la genitalidad animal que no tiene que ser escondida, sino de la ternura que puede fluir y que me parece que hay derecho a no compartir sino en el seno de la pareja, a exclusivas.
      Un abrazo cordial y perdona la extensa palabrería.

  • Carmen

    Es que, claro, cada persona es como es y cree en lo que cree. Y no sé el porqué de por qué pensamos de una manera u otra.

    Creo muchísimo en la genética. A lo mejor le doy un valor superior al que tiene. Cuando leí lo de que Jesús podría ser producto de una violación, le monté un número gordo al que lo había escrito. Su indignación no tenía límites. Si te crees que me lo he inventado es que no tienes ni idea , y me dió nombres de personas muy importantes que lo habían sugerido. Y hasta el nombre del ser que la violó. No puedo con las violaciones. No puedo. Mi alma entra en efervescencia , como el magma fundido dentro de un volcán que lucha por salir al mercado exterior. Y acaba saliendo , claro, formando un río de lava que no hay quien lo pare.

    Y qué hacemos con los genes? Me preguntaba desolada. Mi Jesús, lleva el cincuenta por ciento de los genes de un violador? Imposible.

    Entonces pasé a otra fase. Y por qué no pudo ser una historia de amor de esos imposibles , que los hay, entre el padre de Jesús y su madre? Porque a nadie le gusta que la lapiden. No era como para contarlo. Y esa idea me tranquilizó. Sus genes no eran forzosamente los de un violador. Uf, menudo alivio.

    Y con esa idea me quedé. Porque me gusta. Así como suena, porque me gusta. Y todo empezó a encajar. Un niño nacido de un amor imposible tiene que tener una tecla gorda con el amor. Tiene que ser el fundamento de su vida.

    Y en cuanto a su madre, pues una madre normal, de las de entonces. No entendería nada, como casi nadie que tuvo relación con Jesús, porque menudo personaje, no era fácil de entender y para muestra, la iglesia.

    Me gusta creer que su madre tuvo tiempo para darse cuenta de qué hijo tenía, una vez muerto, claro. Sus peores presagios se cumplieron: a este hijo mío, me lo matan. De ahí su preocupación.

    Pero, pero, pero, lo que no cabe duda es que el cincuenta por ciento de los genes de Jesús, eran de su madre, María. Tampoco cabe duda de que lo crío lo mejor que pudiera. Y le estoy profundamente agradecida, porque si la cabeza de Jesús estaba llenita de amor y no de odio, ya digo, creo mucho en la genética.

    Hay por ahí un dicho , viva la madre que te parió. Pues eso pienso . Y, sorry, pero jamás veré a María como ejemplo de mujer sometida, aunque lo estuviese como todas las de su tiempo. Y aún ahora. Prefiero verla como madre de mi Jesús imaginario. Tiene una cierta lógica. Si mi Jesús es imaginario, pues su madre también.

    Hay muchísimos ejemplos de mujeres sometidas y manipuladas hasta el extremo. Montones, pero montones. No la voy a escoger a ella para eso. Porque además, fue la madre de mi Jesús, al que crío y cuidó de pequeñico. Solamente por ello le estoy agradecida,  no nacemos de la nada, tenemos una herencia genética gordisima, porque ya he dicho, cada uno cree en lo que cree y sin grandes explicaciones, sencillamente pondera las cosas según su estructura mental.

    Así que, hago mía una vez más eso de: viva la madre que te parió.

    Y que le pongan los collares y sortijas que quieran,  personalmente no me molestan. Mi abuelo era joyero, por lo visto lo llevo en la sangre. Ven ? Otra vez la dichosa genética.

    Salvador, te adoro, pero si no digo lo que pienso, me muero.

    • oscar varela

      Hola Carmen!
      En tu Oficio-Carrera de “Profe-Maestra”
      te habrás encontrado muchas veces con alumnes que
      “DECÍAN LO QUE PENSABAN”
      ¿ok?
      ¿Les has preguntado alguna vez si:
      “PENSABAN LO QUE DECÍAN?”
      Gracias!

      • Carmen

        Pues si.
        Y te aseguro que hacían unos razonamientos que me sorprendían. Y te aseguro que he aprendido de ellos muchisimisimo más que ellos de mí.
        Pero eso va en opiniones.

    • Asun Poudereux

      ¡Hola, querida Carmen! Te admiro en tu espontaneidad y en tu saber no ser conformista. Y porque me da confianza toda tu persona intervengo aquí precisamente.

      Me llama la atención la carga determinante que das a la genética en cuanto al comportamiento y el sentir de las personas. Por supuesto que es base de información y funcionamiento de nuestro cuerpo.

      Ahora bien, hay otros determinantes que más que serlo de modo fijo actúan en el despliegue de conciencia-consciencia a lo largo de la vida, como la inteligencia en actitud abierta que roza con lo transpersonal y que va reintegrando lo conocido con lo que siempre está por conocer, dejando espacio a lo nuevo al transcender lo anterior, por ya experimentado y conocido.

      Y aun siendo condicionados y limitados, unos más que otros, cierto, no veo impedimento a este resurgir que por contra no cesa de emerger en el ser humano, haciéndole estar alerta y que está alerta a lo que acontece fuera y dentro de él, en crecimiento integral e integrador continuo de la mano de la formación,la educación y fundamentalmente la experiencia en la vida.

      Con lo cual, lo genético cumple su función alineándose con todo lo demás. Ya no vale tanto decir es que me han parido así. Lo hemos dicho mimetizando como excusa facilona y demasiado recurrente, al oírlo decir a otros desde la infancia.

      Besos y mucha paz en este caminar. Atriero o no.

      • Carmen

        Si. Es cierto. Tienes razón. Le doy mucho valor a la genética. Y a la educación y al ambiente. Piensa que soy maestra.
        Pero he conocido a tres generaciones , los niños , sus hijos y a los padres de mis primeros alumnos. Es decir, dos generaciones de alumnos y a los padres de los primeros. Calculo que he tenido cerca de tres mil alumnos. No es que sea una investigación científica de un grado de fiabilidad de esos que dices…no.
        Pero si he sacado alguna conclusión. La carga genética es tremenda. Pura herencia.
        Piensa que heredamos hasta el color de ojos. Por miles de combinaciones distintas, pero todo sale del ADN que se ha entrecruzado a lo largo, pues de infinitas combinaciones.
        No sé ni cómo funciona nuestro cerebro, ni creo que nadie lo sepa, gracias a dios. El día que lo descubran perderemos nuestra libertad. Pero estoy segura de que tiene que infuir nuestro ADN. No sé cómo ni cuánto.
        No sé. A lo mejor estoy equivocada. Por un argumento que diga habrá tres que lo rebatan. No hay acuerdo. Es una pregunta recurrente en la enseñanza. Ambiente o ADN.
        Miles de discusiones, a veces muy divertidas.
        No tengo respuesta. Pura intuición. Por lo que observo a mi alrededor.
        Lo que sucede es que con el mismo potencial genético te puedes mover en una dirección u otra. Dicen que eso es por el ambiente. No lo sé.
        Si lo dices por aquello que he dicho de la paternidad de Jesús, es mucho más sencillo. No me gusta. No me lo creo. Prefiero creer algo que me guste. No creo que haya pruebas. Y si las hay, tampoco las voy a aceptar. Te lo prometo. Ya pueden venir. Necesito mis mitos para sobrevivir. Porque quien sabe, a lo mejor tenía razón Platón con aquello de que no podemos conocer la realidad, o Calderón, con aquello de que la vida es un sueño. Pues escojo mi realidad y mis sueños. Sobrevivo.
        Besos.
        Gracias por lo que dices. Pero ya casi no puedo más. Estoy cansada. Ya no puedo con la corriente en contra. Y francamente, siempre gana la corriente fuerte y uf.

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Carmen cielo: Conozco personas con padres desastrosos los dos… y son geniales… precisamente por tanto como han tenido que sufrir.

      También he conocido mujeres, que siguen al lado de un “compañero” difícil, y no lo hacen sometidas, lo hacen para evitar un mal mayor.

      Ya se, que esto hoy no se lleva, pero las he conocido, y la imagen de familia casi modélica, era el fruto de su opción personal.

      Cierto, no eran violadores, pero tenían un concepto de la mujer, muy de tiempos pasados.

      No todo es blanco o negro, entre esos colores y sus mezclas, salen un panel maravilloso de color y comprensión de las cosas de..:
      ¡La Vida!
      mª pilar

  • George R Porta

    Leyendo este otro fragmento del artículo me siento incómodo: «Resulta, pues, obligado exigir para la mujer el máximo reconocimiento a todos los niveles y a escala universal. El mejor papel representativo a dar a María será la de ser una vergonzosa muestra de la esclavitud sufrida históricamente por la mujer y un visible estandarte reivindicativo de la posición social que le corresponde.» (Énfasis añadido).
    No sé si debe ser exigido un reconocimiento exógeno. Me parece que debe ser exigido que cese la devaluación la opresión de la mujer y el artículo ofrece más que evidencia de esa necesidad. Todo reconocimiento de fuera es necesariamente ajeno y posesivo, impone ropajes, posturas, trasfondos, algo similar quizás a lo que hace la música a la letra de las canciones o la entonación al poema que es recitado. Siempre quedan ajenos.
    En cambio, la de María como icono de lo que no debe ser, icono de la injusticia de la opresión sufrida por la mujer incluso, como ocurre a menudo con las víctimas, con la cooperación más o menos consciente de la propia mujer. Muy pocas veces podemos los hombres despertar a esta realidad del carácter autoinfligido del machismo como victimización. Me parece que haya mucho de razón en la hipótesis de que el maltrato o el odio del victimario de alguna mujer, en lo más profundo, es solo una máscara del «terror a» y del «odio contra» su propia feminidad, la del victimario.
    Durante las prácticas para obtener mi licencia profesional trabajé en el departamento de prevención de abuso infantil y en dicho departamento existía una clínica llamada de «alto riesgo» a la que el hospital universitario refería a las mujeres embarazadas que llegaban al departamento de emergencias por adicciones, enfermedades venéreas y otros problemas que muy probablemente afectarían a la criatura que llevaban en sus vientres. En los grupos de apoyo emocional o de psicoterapia era casi una constante la aversión contra la propia condición de mujer y el rechazo por el embarazo porque casi en su totalidad aquellas mujeres sentían terror por no poder escapar a la opresión de la miseria, de la soledad, del maltrato en la intimidad y todas esas plagas. Al mismo tiempo que ellas mismas lo expresaban, aunque no explícitamente y con esas mismas palabras, demostraban una resistencia muy difícil de iluminar porque la culpabilidad típica de la víctima, más bien inconsciente, se expresaba precisamente en la aversión contra la condición de mujer y en el rechazo por el embarazo. Huelga decir que los hombres participantes en aquellas sesiones terapéuticas éramos los más necesitados de la cura y nos costaba reconocerlo más que a ellas. 

    • Asun Poudereux

      Es de agradecer todo esto que nos compartes, George. No es cualquier cosa. Mueve a la reflexión.

      Un abrazo con mucho cariño.

    • Salvador Santos

      Compruebo que choca e incluso molesta la frase expresada en el punto 16:

      “El mejor papel representativo a dar a María será la de ser una vergonzosa muestra de la esclavitud sufrida históricamente por la mujer”.

      Un apunte complementario:

      A María se le han dado papeles de todo tipo (a la llamada Virgen del Pilar se le concedió en tiempos del nacional-catolicismo el título de Capitana General del ejército español). A María la han atiborrado de papeles celestiales muy alejados de lo que la mujer ha sido históricamente, un ser doblegado. Y ella, considerada la mujer más excelsa, TAMBIÉN LO FUE. La madre del Galileo vivió toda su vida como esclava. ¿No será, entonces, la que mejor muestre hasta qué punto ha llegado la deslealtad del hombre hacia su compañera de viaje? ¿No servirá hacernos reflexionar llenos de vergüenza y exigirnos sin más demoras cambiar por completo nuestra manera de comprender y actuar en relación con esa compañera nuestra?

      Marcos denunció la situación denigrante de la mujer con su forma acostumbrada: haciendo uso de personajes figurados y con un ritmo poético de alto nivel. Se trata del relato de la mujer que se desangra sin remedio (Mc 5,24-34). Está explicado en el destilado que hizo Oscar de Un paso, un mundo en ATRIO (Leyendo a Marcos 19 y 20).

      Abrazos

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        Totalmente de acuerdo Salvador:
        Y gracias mil, por ofrecernos la oportunidad de comprender de verdad:

        “Por que caminos ha bregado duramente la mujer… y sigue sufriendo en muchas partes del mundo el mismo trato, y en aquellos que parece son más avanzados, de manera hipócrita también”.

        Un abrazo hermano.
        pili

      • George R Porta

        Me pregunto, Salvador, si María fue sencilla y supo que era excelsa y si lo necesitó, o si estuvo contenta de que la colocaran en una tal situación en la que imagino que habituada a ser una más, de repente la situaban en un pedestal como a la Pilarica, atada con trapos, enfundada en una especie de capa pluvial, dura y estrecha.

        No me opongo a que María sea considerada o llamada excelsa si alguien necesita considerarla o llamarla tal.

        Solo que me pregunto cómo encajan los trajes no que nos ponemos por propio gusto o deseo o necesidad, sino aquellos que por otras razones nos son impuestos para satisfacer expectativas. A mi abuela la colocábamos, hace muchos años, en mi infancia, una coronillas que hacíamos de flores cuando jugaba con nosotros. No recuerdo por qué o para qué lo hacíamos. Ella solo se dejaba hacer y sonreía con nosotros y sus nietos lo disfrutábamos mucho. Al cabo de un rato ella se la quitaba y la ponía a un lado, se arreglaba su pelo que lo anudaba en forma de ocho en la nuca. Era solo por un rato y cuando le parecía, pues eso, volvía a sentirse cómoda, siendo quien era.

        Como desconfío de mis castellano no espaõl, o de mi español no castellano, no sé cómo será mejor decirlo, busqué el significado de «excelsa» y es elevada. No sé si María se sentiría otra «estilita» y si alguna vez deseó estar por encima. Al mismo tiempo, si bien no siento la necesidad de elevarla, prefiero dejar que otras personas lo hagan. ¿Que puede haber de no-bueno en ello, en sentirla excelsa y en abstenerse de ello en nombre de la sinceridad?

        Como siempre agradezco mucho tus pinceladas y te aseguro mi abrazo cordial.

      • Carmen

        Pues la virgen de la Fuensanta es generala. Lo que no sé es quién le dió el título. Ni tampoco de qué ejército.
        Pero me enteraré.No veas lo que echo de menos a mí madre en este momento. Me lo diría. Fijo. Adoro a mi madre. Cada vez que veo a la virgen de la Fuensanta, se me saltan las lágrimas. Veo a mi madre. La siento cerca. Eso del mundo de los sentimientos, no hay quien lo entienda.
        Y la manipulación y la extorsión y la explotación y el mundo este absurdo en el que vivimos donde el hombre ha sido dueño y señor de la mujer, esa, para mí, es otra historia.
        Que se ha utilizado la figura de la madre de Jesús, sin duda. Lo mismo que quitaron de un plumazo a todas las mujeres del evangelio. A ella la ensalzaron porque necesitaban utilizarla para que la Encarnación de Jesús, como la llaman algunos, tuviese un origen divino. Si no, no la hubiesen nombrado. Lo tengo clarísimo.
        Pero, viva la madre que parió a Jesús. Sorry.

        Y lo digo con toda mi alma. Se puede compartir o no lo que digo. Tan sencillo como eso. El personaje de la madre de Jesús ha superado por sí misma toda la manipulación de la iglesia. Muchas, infinitas personas ante una imagen de la madre de Jesús, no pensamos en que fuese o no virgen, es que no nos importa. La sentimos como una presencia del sentimiento de maternidad. Y de verdad, de verdad, soy la única persona que así siente. No es la reina del cielo, no es eso. Es otra cosa.

        Y que cada cual sienta como pueda, que no es exactamente como quiere, es como pueda.
        Hay otra opción. Y es el silencio. No decir lo que piensas o sientes
        Prometo que estoy a punto de lograrlo. Me falta muy , muy poquito.

      • Salvador Santos

        Hola George

        A la pregunta que te haces:

        “Me pregunto, Salvador, si María fue sencilla y supo que era excelsa y si lo necesitó”,

        Me parece que María fue una más de las mujeres de su tiempo y no supo más que lo que vivió, seguramente pasando muchas penalidades. Las palabras que Lucas le atribuye: “Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones” (Lc 1,48) las puso muy pronto el Galileo en su sitio, según el mismo Lucas:

        “Una mujer entre la multitud alzó la voz y le dijo:
        -¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
        Pero él repuso:
        -Mejor: ¡dichosos los que escuchan el mensaje de Dios y lo cumplen!” (Lc 11,27-28).

        La lealtad al proyecto supera a todas las alegrías.

        Un fuerte abrazo, George

      • Carmen

        Pues no sé yo esa contestación. Será que para mí madre ha sido súperimportante . No sé. Pero si mi hijo dice eso delante de mí me hace polvo. No sé. No sé qué necesidad había de ponerla en su sitio. Ya lo sabría ella. Se lo habrían hecho saber mil veces. O dos mil.
        Pero es mi opinión.

  • George R Porta

    Siempre me gustó la soledad del «sábado santo» de la liturgia vieja. Entrar en cualquier iglesia por pequeña o insignificante que fuera implicaba dejarse sobrepasar por la presencia de la muerte: La «no-palabra» después del enorme ruido de la semana que precedía, de los parloteos no siempre sinceros, no siempre auténticos, en los que los predicadores trataban de lucirse, al fin descendía de los púlpitos.
    La silenciosa soledad del sábado me parecía en mi niñez ―aún me lo parece― una forma más que apropiada de mirar a María sin los ropajes deformantes y la prefiero.
    Esta María que se queda en su soledad existencial de mujer oprimida que solo conserva su «ser mujer» por todo vestido no puede ser popular porque no es por gusto que los pueblos crean sus mitos.
    Me parece extraordinaria la poderosa sencillez de estas frases del artículo:  «La obsesión por elevarla [a María] a las nubes y a los altares atribuyéndole todo tipo de méritos tal vez esconda un rechazo a la auténtica María por su condición de mujer doblegada desde la infancia.» (Énfasis y corchetes añadidos). Y al leerlas despacito me resulta imposible desconocer que el rechazo venga precisamente del sufrimiento no de quienes manipulan el culto, sino de aquellos que son atraídos a éste, que necesitan identificarse con el poder imaginario de la Reina de los Cielos porque sin ella se quedarían completamente a solas como en un cuarto de espejos distorsionados, contemplando su propia impotencia.

    • M* Pilar García Martínez de Aguirre

      George, comparto tu sentir plenamente…pero… fuera de los templos en mi caso.

      Lo siento en el silencio de las calles…sin tambores, sin prédicas, sin vestimentas extrañas; en la verdad del vivir cotidiano, en la cruda realidad, de la madre que le han asesinado a su hijo por defender a los oprimidos… aunque ella no lo comprendiera.

      Un abrazo.
      pili

      • George R Porta

        No sé Pili como comprender bien tu comentario, pero lo agradezco. Yo no voy «al templo», nunca, desde hace mucho, pero no se me ocurre decir nada a quienes van.

        Hace años, fui al templo porque entonces era parte de mis necesidades y en medio de la persecución ir a media mañana a la catedral vacía de mi pueblo, que era un espacio amplio, fresco, callado, con olor a velas de cera, de las buenas, de las que traía de España la nunciatura para las catedrales, me hacía sentir pequeño no de humillaciones y miedos, sino de protección y acogida, físicamente y emocionalmente. Allí no tenía que disimular para no angustiar a mis padres o a mi tía. Ni tenía que quedarme porque el cura desconfiaba de mí también, sobre todo después de que me botaron del seminario por desconfianza. No rezaba. A menudo me quedaba medio adormilado. Ya no lo hago, me parece que no lo necesito, Eso sí voy a la costa del Atlántico que me queda muy cerca de casa de vez en vez: Me gusta el amanecer y me parece igual que entonces, un lugar freco, acogedor, silencioso. Nunca espero a que comienc el calor, ni el tráfico que en cambio me recuerdan los espacios estrechos.

        Comprendo tu sentir, también, pero no comprendo por qué puede ser tan malo que otras personas, no hablo de mí, encuentren lo que encuentren en el templo? ¿No tenemos cada uno nuestro propio nivel de fe o de esperanza o de creencia, o de distorsión en cualquier cosa que sea que lo tengamos?

        Ya sabes, mi abrazo cordial.

    • Carmen

      Me reconozco una mitómana. Es cierto. Lo soy. No lo somos todos un poquito? Alguien sabe la verdad absoluta acerca de cualquier hecho? Todos hacemos interpretaciones subjetivas, todos. Y en esto de las religiones, no veas, contienen un tanto por ciento altísimo de mitos.
      Pues bueno.
      Así que cada cual elija los suyos, aquí los contamos y todos tan contentos. No hay por qué compartirlos. Unos compartiremos y otros, pues no . No veo el problema.
      No me puedo imaginar mi vida sin mitos. La realidad , aún siendo desconocida, uf, a veces es insoportable. Nuestra cabeza busca una salida. Y entonces creamos los mitos. Bueno, no solo los mitos. Y cada uno de nosotros buscamos los nuestros, los que nos ayudan a sobrevivir.
      Para mí un mito es algo sobre lo que no estás dispuesto a negociar porque entonces una parte de tu universo se derrumba. Pero no soy psicóloga ni filósofa y mucho menos exégeta o teóloga. Sencillamente , a ratitos pienso un poco. Tampoco demasiado.
      No se trata de imaginar a la figura de la madre de Jesús como la reina de los cielos
      Somos muchísimas las personas que ya no creemos ni en el cielo ni en el infierno que nos han contado. Pero la figura de la madre de Jesús se ha convertido en un mito con valor por sí misma. Vemos su imagen, y tenemos la sensación de que nos protege.
      No es un sentimiento personal mío de esos raros, es como universal. Y ya me pueden decir que no, que no es eso, que no. Que fue una mujer maltratada por la sociedad como así era la realidad de su tiempo. Anulada, manejada…es cierto. Pero…los mitos son como el aceite, siempre acaban saliendo por encima del agua.
      Y eso me pasa a mí con mi virgen del carmen y mi virgen de la Fuensanta. Y francamente, no estoy dispuesta a negociarlo. Bastante tiene que negociar la historia con el personaje de Jesús, que es el principal en esto del cristianismo.
      Irracional? Totalmente irracional. Nunca he dicho que no lo sea. Pero… Aquí cada uno sobrevive como puede.

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        Carmen una pregunta: Respetando ante todo tus mitos y tus decisiones.

        ¿Que consigues mirando a tus vírgenes… que son dos…sus favores?

        Y si compruebas que has conseguido lo que pedías… y son un mito.

        ¿No se te ocurre preguntarte, que en ti, y solo en ti, reside toda la fuerza que necesitas para conseguir lo que crees que te conceden los mitos?

        No es necesario que me respondas, solo es para ti, para tu pensar.

        ¡Gracias por ser una mujer con los pies en el suelo, con un corazón, que salta a borbotones y se acerca a las demás personas para apaciguar sus anhelos y luchas.
        mª pilar

      • Carmen

        Consigo la paz que no me da la contemplación de un crucifijo.
        Y no. Nunca me ha concedido nada. Tampoco se lo he pedido nunca. Pobrecita. No . No. Nunca le he pedido nada. Ni se me ha ocurrido.
        Sencillamente me gusta. No es tan difícil de entender. Me parece. Me gustan muchísimas cosas. Y muchas me producen paz ,y otras desasosiego, como la imagen de un crucificado. Uf. Horrible.
        Pero vamos. Tampoco es demasiado importante lo que piense o deje de pensar sobre la virgen de mi pueblo. No sé.
        Besos

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Carmen cielo: Conozco personas con padres desastrosos los dos… y son geniales… precisamente por tanto como han tenido que sufrir.

      También he conocido mujeres, que siguen al lado de un “compañero” difícil, y no lo hacen sometidas, lo hacen para evitar un mal mayor.

      Ya se, que esto hoy no se lleva, pero las he conocido, y la imagen de familia casi modélica, era el fruto de su opción personal.

      Cierto, no eran violadores, pero tenían un concepto de la mujer, muy de tiempos pasados.

      No todo es blanco o negro, entre esos colores y sus mezclas, salen un panel maravilloso de color y comprensión de las cosas de..:
      ¡La Vida!
      mª pilar

      • Carmen

        También conozco muchas cosas. Y no .No son blancas o negras. Qué va. La inmensa mayoría son difíciles de resolver. Ya. Lo sé. Te lo aseguro.
        Pero hay cosas que son negras. Definitivamente negras.
        Lo difícil es encontrar cosas absolutamente blancas, Superdificil.
        Y si. La mayoría son grises.

        Besos

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Pues es muy sencillo amigo George:

      Tú, recuerdas el templo, yo lo vivo con la misma intensidad, en el silencio de las calles.

      No he querido decir nada más, solo lo que pone, sin intención alguna.

      ¡Comparto tu sentir!
      pili

    • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

      Rumiando mi querido George; mientras me preparaba la verdurita para comer; sin comprender porque te habías sentido aludido, me vino a la mente un recuerdo de mi niñez, como tú nos has expuesto el tuyo.

      Yo vivían muy cerquita de un templo, casi pegados pared con pared, donde, durante toda la semana santa, recibían en el, a todas las cofradías cada día, a cualquier hora de la tarde, y la noche, y la última, el viernes santo por la mañana; la cofradía se llama: “Las siete palabras” y su paso son, las tres cruces en el calvario.

      Durante la semana, los tambores, las prédicas, las procesiones, todos las cofradías, encerraban sus pasos en S. Cayetano, así se llamaba la iglesia; los ponían en orden según nos cuentan la pasión; y el jueves, era de visita obligada.
      Era impresionante, en el altar mayor, yacía en su urna el cuerpo sin vida del nazareno, y a su alrededor por orden, todos los pasos… la cama mortuoria la custodiaban soldados romanos, que durante todo el día, resonaban los toques suaves y acompasados del tambor que tres de ellos llevaban.

      El silencio era total… mientras en las calles adyacentes sonaban los tambores hasta romper los tímpanos; el viernes a las cinco de la tarde, comenzaba el entierro… empezaba el paso de la entrada bajo las palmas en Jerusalen.

      Quizá por eso, al leer tu comentario, sin pensar, salió de mi interior el fragor de los tambores, que durante tantos días y a cualquier hora sonaban sin descanso.

      Ahora también pasan muy cerquita de casa los redobles de tambor… quizá por ello, compartía contigo el deseado silencio, la paz, el pensar… en todo lo sucedido y como se vive.

      De verdad, no había crítica alguna hacia nadie.

      ¡por favor George, cada cual es dueño de su vida!

      Un abrazo entrañable.
      pili

      • George R Porta

        Esto es. Recuerdo cosas y me parece que fue bueno vivirlas. recuerdo otras no tan agradables de recordar y me parece que fue bueno vivirlas. Y claro que cada cual siente que sea dueño de su vida, pero me pregunto si ese sentimiento es válido, si corresponde a la realidad. Imagino que en aquellos tiempos, hace mucho, que yo encontraba paz en el templo, había quien rechazaba cualquier contacto con él. Mi padre, por ejemplo, o mis amigos de juegos, los únicos hebreos que vivían en Pinar del Río y a dos casas de la mía. Sus padres se los llevaban a La Habana y allá tampoco iban a la sinagoga en El Vedado, porque no eran muy observantes. Me gustaban las burrecas y los escabeches que preparaban y berta, la mamá de ellos o Mariana la abuela, siempre nos regalaban para compartir. Me pregunto si mi vida no era ocasión para ellos compartir y de mi parte ocasión para reconocerles aceptandoles.
        Lo que no comprendo en tus comentarios es que de vez en vez me parece escuchar una especie de crítica intensa y me pregunto por su significado profundo porque eres amiga y una amiga que mucho aprecio.
        Sé, no me imagino, que la crítica expresa dolor más que aversión y sé que puedo estar proyectando mis propios sentimientos y atribuyéndotelos.
        pero no me ofende lo que me digas. Solo me gustaría comprenderte en ello. de cualquier modo, mi amistad es definitiva. Un abrazo cordial.

  • Santiago

    Sin embargo, está claro que María no se puede separar del Hijo, si creemos que Jesucristo no es simplemente un hombre, sino el Hijo verdadero de Dios, tal y como El mismo se proclamó ante Caifás durante su Pasión…

    Está claro también que sin la Madre, pues no tendríamos al Hijo…Esta manera de venir al mundo que es “ordinaria” para nosotros fue “extraordinaria” para El en la manera que Jesús Hijo  asumió en la Encarnación nuestra propia humanidad…Lo notable es que Lucas pudiera inventar cambiarle el nombre a María y llamar como nombre propio “gracia plena”, “Agraciada” o “Graciela” empleando la palabra griega Kejaritómene..Un poco imaginativo este Lucas que se dedicó a “coordinar la narración de las cosas verificadas entre nosotros según nos las transmitieron lo que desde principio fueron testigos oculares y después ministros de la palabra” y además es raro que su invención pudiera sobrevivir las críticas naturales de los discípulos de Cristo y de su maestro Pablo que todavía vivían cuando el escribió su Evangelio…

    Sin embargo, la Virgen que concebiría y daría a luz un Hijo cuyo nombre sería Emmanuel según Isaías, Miqueas y Mateo aceptó la oferta del Ángel y creyó en la promesa divina…Y sobre esa FE descansa la Iglesia desde el comienzo…pues allí empezó nuestra historia en orden a la salvación…”Así María hija de Adán aceptando la palabra divina, fue hecha Madre de Jesús y abrazando la voluntad salvífica de Dios con generoso corazón y sin impedimento de pecado alguno, se consagró totalmente a si misma, cual esclava del Señor, a la persona y a la obra de su Hijo, sirviendo al misterio de la Redención con El y bajo El, por la gracia de Dios omnipotente (Conc. Vatic II Constitución de la Iglesia, La Virgen María)

    Los Santos Padres conciben a María la cual “obedeciendo fue causa de la salvación propia y de la del género humano”…no como un instrumento pasivo sino cooperadora a nuestra eterna salvación…Es por eso que María visita a Isabel y “conservaba en su corazón, meditándolas, todas estas cosas”..es Lucas quien escribe….

    Y en la vida pública de Jesús su Madre aparece significativamente en la bodas de Caná de Galilea, recibió las palabras de Jesús que “proclamó bienaventurados a los que oían y observaban la palabra de Dios como ella lo hacía fielmente”..Avanzando en la peregrinación de la fe “mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz”….Y después de la Resurrección vemos a los Apóstoles “perseverar unánimamente en la oración” junto a María….

    ES la historia de la Iglesia

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

    • Román Díaz Ayala

      Santiago:
      Agradezco sinceramente tus continuos esfuerzos los cuales resulta relativamente fácil encapsularlos en “opiniones teológicas” dado que tu lenguaje tiene el fiel reflejo de la enseñanza tradicional de la Iglesia de Roma. Yo no quisiera caer también en tal simplificación de enjuiciamiento.
      Acepto de buena gana que tanto la teología tradicional como la espiritualidad popular alimentada por la catequesis y las homiléticas parroquiales han sido cultivadas y vividas muy al margen de los textos biblicos novotestamentarios. En ese sentido la tradición protestante, que lleva ya más de quinientos años, ha mantenido el “Cristo de la fe” alimentándose de las Escrituras aventajándonos a la hora de un reencuentro con la verdad histórica de los evangelios canónicos. Una inmensa mayoría del pueblo católico empezó a descubrir la Biblia ( y ya no la Vulgata) con los aires del Concilio Ecuménico (1963-65)
      Para ello han sido elegidos diversos caminos, pero muchos de ellos partiendo de premisas previas, tales como el abandono de la filosofía tradicional de la Iglesia Católica explicativa de su doctrina, el encuentro con la teología liberal del siglo XIX, el cientificismo que ha impregnado todas las ramas del saber desde los enciclopedistas, etc)
      Todavía dentro de la Iglesia Católica también existió un redescubrimiento de las Escrituras que dió pie a varios movimientos llamados “de renovación”, algunos de los cuales han sido ayudados en sus orígenes con el esfuerzo ecuménico alentado por Roma. Hoy todavía persisten, por ejemplo, el movimiento carismático y los quicos que se fueron amoldando con más o menos fortuna a las directrices tutelares que venían del Vaticano.

      Aquí, en este foro, cinéndome a los comentarios que complementan los hilos, persiste la tensión entre el Jesús y su entorno histórico incluyendo a su madre María, y el Jesús, el Cristo a quien hemos conocido y con quien nos relacionamos por medio de la fe. Algo que necesariamente tendremos que abordar en un momento dado.

      • Santiago

        Gracias Román por tu acertado comentario…No hay duda que la tensión entre el Jesús de la historia y el de la fe es el fundamento de todo debate actual…No es que lo tengamos que abordar sino que ya lo estamos tratando continuamente…Y es que la fe, para ser coherente, tiene que tener una base histórica…Sin ella andaremos perdidos…No podemos creer en falsedades…Por eso mientras mas profundicemos en la naturaleza humana mas vamos a poder penetrar en el misterio de Cristo ya que El mismo asumió nuestra íntima humanidad que no se reduce a lo meramente biológico y animal, sino que tiene una compleja y abundante vida espiritual…Al negar esta vida que siendo invisible se enmarca en nuestra humanidad visible, estamos reduciendo cada vez mas la posibilidad de abrirnos paso a la Verdad…

        Un abrazo
        En la amistad
        Santiago Hernández

    • Carmen

      Es que cada uno necesitamos una cosas, según nuestras cabezas. Hay quien necesita creer en la divinidad de Jesús y a otros nos da lo mismo. Eso allá Jesús y su padre. Es un asunto de familia. A mí juicio lo verdaderamente importante es que el personaje de Jesús tiene un modelo de sociedad y de ir por la vida que nos gusta a un momtonazo de gente. Eso es lo que nos une a todos.
      Hay quien necesita asegurarse la vida eterna, lo necesita para que su vida tenga sentido, porque con esta vida no tienen suficiente. Otros no necesitamos eso. Nos sentimos afortunados por haber llegado a nacer y día a día disfrutar del milagro de la vida.
      No es cuestión de quien tiene o no razón. Nada ganamos o perdemos con tenerla o no. Las respuestas, después de la muerte.
      Pero la visión de la vida que tenía Jesús nos puede venir bien a todos. Incluso a los que ni siquiera creen que haya existido realmente.
      Y lo que más me gusta de todo, es que su modelo utópico de la sociedad no lo sitúa en ningún lugar concreto como Tomás Moro . No hace falta una sociedad ubicada en ningún lugar geográfico y apartado de todos para no contaminarse. Sino que es una opción personal, que está dentro de cada uno de nosotros. No es necesario nada más. Es una forma de vivir. Y que si fuese posible alcanzarla , nos iría mucho mejor a todos. Porque todos somos iguales.
      Me parece una idea genial. Utópica? Sin duda, pero a nivel personal quizás no lo sea tanto.
      No creo que nunca lleguemos a construir esa sociedad alternativa que dicen unos o el reino de dios que dicen otros. Pero si podemos ir avanzando en esa dirección. Lo que alcances o no depende de ti mismo.
      Lo encuentro una idea genial. Pero claro. Somos como somos y hay tantísimos intereses por en medio que, pues nos ha salido la iglesia. Pues bueno.
      Pero hay muchísimas personas que se están replanteando cosas. No hay que tener miedo. La verdad absoluta no existe. Eso es pura entelequia. Pero si podemos entre todos construir un mundo mejor, más justo, más solidario.
      Y si hay vida eterna, pues estupendo para los que la necesiten. Me alegro por ellos. Pero, vamos a discutir por eso? Me parece de locos y creo que no conduce a nada. Lo que me parece importante es hacer la vida en nuestro precioso planeta lo mejor posible para todos y cada uno de nosotros. Y eso se empieza por la gente que nos rodea y no por leer a Agustín y a otros padres de la iglesia. Que digan lo que quieran, en su derecho estaban. Pero la época de los dogmatismos ya pasó. Afortunadamente.
      Un abrazo

    • Román Díaz Ayala

      El judío David Flusser en una entrevista para “2000 años de cristianismo” que yo leí en su edición castellana:
      “”La existencia de Jesús es un dato histórico. Es verdad que se puede conocer a Jesús por la iluminación del Espíritu Santo (se sonríe), pero ello no nos dispensa de aprender a descifrar los textos. No caben dudas de que se pueden leer los comentarios de los Padres de la Iglesia, y…¡hasta los Evangelios! Un día me dijo Buber: “Si escuchamos bien, podemos incluso oír la voz de Jesús en los Evangelios.” Así, con un poco de esfuerzo y un buen método crítico, podemos saber lo que Jesús pensó de sí mismo y lo que quiso hacer.””
      Lo que en boca de este profesor que fuera donde tantos años de la Universidad Hebrea de Jerusalén y especialista del judaísmo post-exílico y del cristianismo primitivo, puede parecernos una ironía sobre la presencia del Espíritu Santo en calidad de agente de nuestra fe en el descubrimiento de la Persona de Jesús, en el pueblo creyente es una gozosa realidad participativa.

      • Santiago

        Gracias Román por tu magnífico comentario…Sin duda la talla de David Flusser lo eleva a una altura singularmente profesional y moral por el hecho de ser judío…Se puede aplicar a nosotros si buscamos con sinceridad la verdad…Si vamos a las fuentes verdaderas ahí encontraremos la verdad sobre el Jesús histórico que es el que coincide con nuestra fe cristiana.
        ES un trabajo importante para todos, creyentes o no.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernández

  • Carmen

    Hay que ver cómo se nota el retraso teológico que tengo. Eso por una parte. Y por otra el trabajo que me cuesta aceptar una idea nueva , así, de pronto.

    A ver si me explico. Nadie cree ya en lo de la virginidad, no es eso. Y por supuesto eso trae consigo que todo el relato de los evangelios de la Anunciación y tal, pues como que no.

    También he oído que el embarazo de María de su hijo Jesús puede ser producto de una violación de un legionario o no sé quién que hasta tiene nombre propio, el cual me negué a registrar en mi cabeza.

    También sé que ,  como que la madre de Jesús estaba preocupada porque creía que su hijo , en fin. Ya saben.

    Pero claro, lo que propone Salvador es otra vuelta de tuerca, al menos para mi cabeza con escasos conocimientos teológicos. Sin duda alguna las mujeres tenemos el valor que tenemos al margen de los hijos que parimos. Por supuesto. Exactamente igual que los hombres tienen el valor que  tienen al margen de los hijos que tengan. Eso es así.

    Pero claro, mi pregunta entonces es. La madre de Jesús es exactamente qué? Simplemente una mujer que le tocó vivir determinada historia y se comportó como una mujer más? Sin nada especial. Porque entender a su hijo no lo entendió, entre otras cosas porque no era fácil entenderlo. A sus discípulos les costó lo suyo también.

    Lo veo absolutamente rompedor. Quizá debería de haber llegado solica a esta conclusión, porque datos tenía. Pero por dios que no he llegado. Porque claro , entonces la figura o la imagen o el personaje de la madre de Jesús se me diluye como un azucarillo.. Cosa que no me sucede con otras mujeres. Incluso de los evangelios. Ahí está María Magdalena. A esa mujer no la diluye ni el diluvio universal.

    Y claro. Estoy boquiabierta, sorprendida, desconcertada, descolocada…en fin, hay montones de adjetivos que me podrían describir en este momento. O serían adverbios?

    Pero claro, los que suelen escribir aquí están a años luz en cuanto a preparación teológica se refiere respecto de mi cabeza. Por eso el único comentario que refleja asombro es el mío.

    Y claro, también han leído mucho más a Salvador y lo conocen más y no les sorprende como piensa ni lo que dice. Pero Salvador, a mí me has dejado fuera de combate. Necesito tiempo para pensar el alcance de lo que has dicho. Pero me temo que dada mi tendencia a formarme personajes a la medida de esta cabeza que tengo con un fondo romántico absurdo e infantil, nunca lograré verla como una mujer más a la que le tocó vivir una historia realmente dura. Porque , sabes qué? Me hubiese encantado que Jesús fuese hijo mío. Pero encantado. Y es esta cabeza que tengo tan, tan infantil.

    Un abrazo fuerte.

  • Juan García Caselles

    Primero: ¡Enhorabuena! Tu visión de la sociedad en que vivió Jesús es, hasta donde yo sé, la más acertada de todas cuantas he leído.

    Mirando el Pantócrator de Tahull, que no es el original, sino una copia, en la propia iglesia, me vino hace años a la mente que visto el talante de tal señor, imponente, emperador, lejano, duro, terrible, era inevitable que alguien (seguramente la iglesia toda) buscara un personaje cercano y tierno, una diosa madre, que aligerara lo aplastante del poder.

    Aún así, sabiendo que María había sido una pobre niña embarazada en una sociedad despiadada, en la que nadie se atrevía a preguntar el autor del embarazo, probablemente porque lo conocían y les daba miedo acusarle, a mí me seguía entusiasmando por su oración, el Magnificat. Para ayudar a un amigo que estaba en el cárcel por pertenecer al PC , cuando aún vivía el ominoso dictador, le encargué un cuadro de la Virgen del Magnificat y me pintó una hermosura de una mujer del pueblo, joven, embarazada, encabezando una manifestación de trabajadores mientras enarbolaba una gran bandera roja.

    Gracias, y sigue con los pinceles.

  • George R Porta

    Gracias, Salvador por otro extraordinario trabajo.
    Nunca he sido «mariano» a pesar de que, en mi familia, allá en Cuba, mi abuela, mientras vivió, fue «camarera» del altar de la Virgen del Carmen de la catedral, por herencia, y a los tres nietos nos envolvieron en lo que ella hacía en ese rol. También fue ejemplar en su dedicación durante muchos años, hasta 1959 cuando ya no fue permitido por el gobierno, a visitar cada sábado a los presos de la cárcel local. Hacía ella misma con estameña, bordándolos a mano, los escapularios (carmelitas o mercedarios) que les llevaba.
    El rol de intercesión en el contexto religioso no lo comprendo y me parece absurdo. Me parece una proyección o extrapolación del sentimiento gregario y de solidaridad naturales. Además, si existe alguna divinidad de la que todo proceda y no sabe qué puede serme necesario, más bien tuviera que reprocharle injusta negligencia.  
    Durante mi paso por la Acción Católica y la forma de trabajo «apostólico» que la sustituyó, hasta que salí de Cuba en 1979, mi afinidad fue con Jesús y ha evolucionado a través de momentos muy difíciles hasta sentirme mejor llamándolo «El Galileo», lo cual ahora debo a los escritos de Salvador.
    Hay otra escuela espiritual jesuánica e importante en mi vida: Mis pacientes, tanto en mi estudio profesional cuanto en mi trabajo en hospicio. En retrospectiva ahora puedo agradecerles mejor aquella sumisión impotencia aprendida en la desesperanza contemplándoles morir y que me parece leer en la imagen de María que ofrece Salvador. En esta última puedo reconocer aquella impotencia serena pero acompañante que sentí ante la muerte en instancias demasiado a menudo terribles, entre aquellos pacientes.
    Agradezco mucho esta imagen desmitificada y remitificada de María que ofrece Salvador.
    La desmitificada me trae paz porque siendo hombre aprendí ―y desaprendí a solas y con inseguridad― la percepción de la mujer que me fue inculcada. Ahora siento que hice bien en luchar contra ella y acoger aquella que recibí de mis pacientes mujeres. La remitificada porque actualiza afirmándola la autopercepción «mujerista» (Ada Isasi-Díaz) de hoy. Esta de Salvador es una imagen de María hecha por un hombre y me ayuda a completar, aunque filtrada por mis buenos o menos buenos rollos, aquella recibida de mis pacientes, aunque incompleta porque no soy mujer. También las agradezco porque facilitan mi resolución de algunos baches de mi relación con mi madre y mi comprensión de su sumisión a mi padre. De paso, me ayudan a resituar a mi padre en su matrimonio con mi madre y en su ausencia con respecto a mí. Algunas piezas nunca las encontraré. Paradójicamente son y serán esas piezas perdidas las que me hacen confiar, sin buscar certidumbres, esperanzadamente, pero sin evidencias: Quizás tenga propósito esta existencia que a regañadientes siento que debo dejar que concluya cuando ella misma lo haga. No antes.

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    ¡¡¡Gracias Salvador!!!

    Leído lentamente, repitiendo aquellos pasajes que son como la liberación, de tanta “beatitud” que se nos metió sin piedad.

    Es extraordinario el final, donde María, toma toda la fuerza que cada mujer debe admirar, desear y cambiar ante una sociedad… que no le interesa preguntar, ni dudar, ni exponer… aquello que por encima de todo,  se le quiere meter en la cabeza, para que no piense, no busque, y obedezca sin fisuras.

    Fui a Lourdes como a los 10 años, con las religiosas a las que acudía cada día después de salir del colegio. Cuando íbamos a la gruta, y contemplaba aquel espectáculo de enfermos suplicando, aquellos pies, manos, muletas… y sobre todo, los chiringuitos… donde se vendían de todo, hasta el agua que corría libre.

    Miraba la pequeña imagen de María, y le preguntaba:

    ¿Que te estamos haciendo… que están haciendo en tu nombre? 

    Y sentía una gran pena, que me llevaba a pedir perdón; lo mismo me sucedió en Fátima y en el Vaticano… tuve que salir y seguir pidiendo perdón.

    He sido una mujer muy afortunada; porque desde niña, he tenido el gran gozo de conocer a personas extraordinarias, que vivían el Proyecto del Galileo de otra manera, y allí, también entraba la figura de María.

    Pero nunca nadie, fue tan claro y valiente para decirlo como tú lo haces; así que, salto de alegría por poder… llamarte amigo, hermano muy querido… que cada día me presenta buenas nuevas en las que perderme, pensar, revisar, y seguir poniéndome en marcha.

    Me captaste con tu libro:

    ¡Un paso un mundo!

    Y desde entonces, no he dejado de escucharte, como siempre a lo largo de mi vida he hecho, con aquellas personas que me hablaban de manera tan distinta a lo que hace la iglesia.

    Y hay una imagen que me viene a la mente cuando presencio esos espectáculos de poder y riqueza:

    “Contemplo al Galileo Jesús, entrando en el templo látigo en mano, destruyendo las mesas de los cambistas”.

    Nos han preparado para ser cortos de mente y espíritu, nos han llenado la cabeza con la condenación eterna, nos han repetido hasta la saciedad, que es “voluntad de dios” y que ya gozaremos en la otra vida.

    El momento es:  ¡Ahora y aquí!

    Todo lo demás… nadie sabe como, ni donde, ni que.

    Gracias por estos hermosos pinceles, para comprender cada día mejor, el hermoso Mensaje del Galileo Jesús. Gracias infinitas.

    Un abrazo entrañable y siempre agradecido.

    pili

  • Asun Poudereux

    Muchas gracias,  Salvador. Por fin alguien que no es mujer hace esfuerzos por ponerse en toda su realidad.  No es hija de,  ni madre de, ni esposa de, sino lo que en sí  misma encuentra y está haciéndola posible ser ella misma en su estar en el mundo.

    Esta gran contradicción es el germen de las innumerables contradicciones, que no paran de surgir y  que acosan por todos los flancos a la Humanidad,  concentrándose en las mentes de quienes vetan y se vetan mirar de otro modo lo fuertemente establecido y enraizado en costumbres y pre-juicios, no demandados, sino impuestos a los demás.

    El ser antisistema,  por ejemplo, no da cabida más que a ser despreciativo y rechazable, ya que tal visión viene de donde viene. Lo cual no deja espacio para profundizar en lo que ciertamente puede indicar de fondo.

     Se nos ha inducido a enaltecer y magnificar figuras y personajes,  para extraviarnos de lo que es urgente mirar de frente con pies en tierra: la injusticia escondida que germina con la ausencia  de libertad,  la presencia del dolor y  sufrimiento de muchos, muchísimas personas de carne y hueso,  y de entre ellas abundan especialmente  las mujeres y los niños.

    Tendencia que se ve reafirmar  últimamente,  con nuevo intento de consolidar más y más, en el espacio religioso. Y en esto observo que desde el poder se apuntan todos.  No parece que haya mejor sustituto para mover incondicionalmente a las masas.

    Ahora, me pregunto, si para creer y llevar una vida consecuente y coherente es tan importante magnificar, divinizar dogmatizar y consagrar desde lo más alto e inimaginable, desequilibrando y desigualando, desarmonizando  la realidad. ¿A quién le hace falta tal cosa? ¿Dónde se ubica y es lo que llamamos la fe, si no es en el sí mismo?  

    Sí, la educación y formación son fundamentales para  aterrizar en tierra firme.  Tiendo a ser optimista, porque en lo más humano está lo que llamamos divino, lo que no hace falta tampoco separar ni poner  en relieve, porque  nada hay fuera de la Conciencia-Consciencia, de la que emerge y va surgiendo todo.

    Mi Enhorabuena.  Salvador tú mismo te quitaste  miedos,  tuviste mucha paciencia contigo,  como hombre, me figuro.  Claramente y de modo no impositivo,  sino respetuoso,  muestras la verdad que quedó velada,  dejando que otros descorran el velo. Y, al fin, con paciencia y  sin miedos, puedan  mirarse de frente a sí mismos, a los demás y a toda mujer y mujeres con las que se cruzan en la vida.
    Dado este paso crucial,  toda presunción de verdad en los demás ámbitos de la vida iría diluyéndose al ir viendo sus incoherencias.  El Proyecto de Jesús no es un imposible.

  • Alberto Revuelta

    Pues, querido Salvador, he leído las tres tablas del icono mariano que tan brillantemente has pintado con oro de tus pinceles. Y me siento feliz, pues tu Maria, es probablemente la Maria real que vivió en Nazaret y alumbró a Jesús. La exaltacion interesada de María puede caer, aunque lo dudo. Pero la profunda meditación que tú haces sobre ella y su vida y su pueblo y lo que nos transmiten los evangelistas, me parece a mí que es una tabla de Fra Angélico, luminosa, venerable, lúcida, atrayente, magnífica.

    ¿A quien salió Jesus?. Admitiendo que fuera fruto de una relación anterior a la presencia de José, la impronta mayor y, visto lo que sabemos de las mujeres que, como ella, han vivido situaciones así, y decisiva sobre el modo de ser y de vivir del Nazareno la reflejaría íntimamente.

    Yo me quedo con esa marca. Como fiel devoto de Maria que soy, y siempre he sido, no tengo duda de que tienes razón en tu pintura. Pero esa pintura me permite desde la vedad, mantener esa relación con la niña embarazada, la madre de muchos brotes de olivo, la dolorida y dolorida por el ajusticiamiento de su hijo y el espejo de tantas mujeres que he conocido, iguales a ella.

    Asi que gracias, frater.

  • GIORDANO BRUNO

    ¿Puedes creerme Salvador que he sido un rebelde toda mi vida de algo que tu lo expones con sencillez y verdad, pero que el miedo, aún a pensarlo, me producía angustia?. Y miedo, tu lo entiendes, y ya veo que muchos más, a la Iglesia católica y a su infierno?. ¡¡¡Que fácil es verlo ahora!!!

    ¡¡¡Cuantísimos años, además, bajo la férula del franquismo, pues los dos poderes han estado tan unidos e impuestos, que no había escapatoria!!!Y uno por dentro se decía, como Galileo Galilei “Eppur si muove”.

    Hubo sí, un día, al cabo de tantísimo tiempo en que uno quedó fuera de aquello que ese papa, que murió como un perro, dijo, como dogma, “Fuera de la iglesia no hay salvación” Inocencio III, Bonifacio VIII…

    Cuantos millones de seres humanos han vivido bajo tal aberración hasta el dia de su muerte. ¿A quien pedirle cuentas, de tantísimo daño moral y material?. Tuve un hermano (ya fallecido) que a las mismísimas puertas de la muerte, hablando conmigo me preguntaba :¿Y si el infierno?. Y había estudiado en Roma, y a punto de cantar misa, se salió dudoso de su vocación clerical…..Y yo le dije: Hermano, ¿te parece poco infierno lo que has sufrido?.  Un cáncer cerebral y una operación terrible……

    En fin, triste, muy triste todo. Pero ha pasado. Y visto a distancia, casi medio siglo, tuve suerte, eso si, después de larga búsqueda de encontrar otro Jesús, otro Dios tan distintos, tan distantes a aquellos saberes heterónomos que nos clavaron en la conciencia…Pero, entiendo que es difícil salir indemne….de la deconstrucción ….pero la libertad merece la pena.

    • carmen

      No sabes hasta qué punto te entiendo. Antes pensaba que mi cabeza era rara y distinta y que no quería atender a razones y que mi lucha contra todo era producto de mi cabezonería. Pero me he dado cuenta de que no era así. Me dí cuenta cuando en el 2010 entré en un blog que se llamaba Lamiarrita y que ya no funciona porque el señor que lo llevaba murió. Solamente subía artículos de un montonazo de personas distintas, libros, canciones… espectacular. No admitían comentarios pero estuve comentando toodo el tiempo , no lo sabía. No me extrañaba que nadie comentase porque estoy tan acostumbrada al silencio cuando toco algún tema de estos que lo veía normal

      Pero al final de esa lucha está la libertad.

      Cuando era muy , muy joven, alguien queme escuchó decir los disparates que decía y sabía que tenía un jaleo en la cabeza enorrrrrrrrrrme, me dió una frase escrita en un folio, no logro recordar quien es, decía : fue grande quien luchó contra sí mismo pero fue el más grande de todos quien luchó contra Dios. No sé por qué pienso que es de Kieerkegard, a lo mejor no lo es. La entendí perfectamente. No era contra Dios, era contra la imagen de dios que nos habían metido en la cabeza a martillazos. No podía entender nada, ni me gustaba ni quería entender. Pero esa frase de un señor desconocido y que alguien me dio a leer la he tenido siempre en mi cabeza.
      No eres el único. Tampoco soy la única. Somos un montonazo de personas las que nos hemos pasado gran parte de nuestra vida luchando contra esa idea de dios. Hemos tenido suerte, Al final hemos logrado desembarazarnos de ella. Y nos hemos dado cuenta de que no somos raros. Sencillamente no sabíamos que existían otros que pensasen así. Al menos mi persona no conocía a nadie que lo reconociese abiertamente, bueno, ni cerradamente. Soledad absoluta frente a esa idea.

      Mi enorme queja es ¿por qué no me enteré que esa corriente de pensamiento existía dentro de la iglesia? Por qué solamente la conocían determinados grupos? ¿ por qué no nos a hicieron llegar a todos? Esa es mi queja infinita ¿ por qué?
      Tanto es así que estoy dándole vueltas a la idea de encontrar una forma que pueda tener acceso la gente joven, pero joven joven, a esta nueva teología. Porque sé donde no la van a oír. Ni en las iglesias, ni en las parroquias, ni en los colegios religiosos. Eso lo tengo clarísimo. A ver si dejan de buscar respuestas en otras culturas, Creo que nosotros tenemos una respuesta preciosísima pero absolutamente desconocida para casi toda la población y me parece una injusticia brutal, porque la he sufrido en primera persona.

      Te voy a decir una cosa que a lo mejor no te gusta y posiblemente no sea cierta, pero si no te lo digo me muero. Me parece percibir como un , no encuentro la palabra,una especie de ¿ira? en lo que dices. No merece la pena. La ira destruye. Tengas o no tengas toda la razón del mundo mundial, la ira destruye. No te enfades, a lo mejor no es cierto lo que digo, pero si cambiando la palabra ira por otra lo fuese, te aseguro que eso no trae nada bueno. Al fin hemos conseguido la libertad, No? Suficiente. Y recuerda, según este señor has sido el más valiente de todos.
      Un abrazo.

    • Salvador Santos

      Hola Giordano Bruno

      Se me han removido las entrañas con lo que cuentas. En especial con lo referente a tu hermano. Al transmitirlo en tu comentario empiezas con esa palabra que tanto me emociona: “Hermano”. A mi juicio, es una palabra liberadora. Para quien la pronuncia y para aquel a quien se dirige. Gracias Giordano Bruno.

      Para los evangelios la fe no se opone al ateísmo. La fe, adhesión al proyecto de Jesús, se enfrenta al miedo. El miedo es lo opuesto a la fe. La religión asusta. Ha asustado y sigue metiendo miedo con el infierno. Mediante el miedo pretenden evitar que nadie salga del redil. Pero en el proyecto de Jesús no hay ningún redil. Y quienes aceptan ese proyecto se distinguen no por el miedo, sino por la libertad y la vida.

      Te mando un cordial abrazo

  • Carmen

    Uf.

    En el punto 16 es tremendo lo que planteas. Tremendo. Y no lo digo porque no esté de acuerdo en que el ‘ valor’ de una mujer no depende del ‘ valor’ de los hijos que engendre. Eso lo tengo clarísimo. Que la mujer tiene la misma dignidad que un hombre es algo que no he dudado en mi vida. No es eso.

    Tampoco me extraña su postura ante el movimiento de su hijo. Puro miedo a que terminase como terminó y a lo que le pudiese sucede a toda su familia. No es eso.

    Es que das un giro de 180 grados a los motivos por los que se tiene que dar importancia a la madre de Jesús. Se debería de tomar de referencia como mujer sometida , manejada hasta en nombre del mismo Dios. Es tremendo esto. Nunca he leído nada parecido.

    Nunca se llegará a eso. No sé si tienes toda la razón. No lo sé. Me has dejado fuera de juego. No creo que se llegue a tomar de referencia a María en el sentido que propones. Pero a lo mejor me equivoco.

    Es lo más rompedor que te he oído o leído. Y mira que has dicho cosas. No dudo de que el personaje de María fuese tal y como lo planteas. No es eso. Es lo que dices en el punto 16. Tremendo.

    Un abrazo.