Son los cuatro jinetes que nos envía la historia contra el capitalismo, que parece que no va a durar ni siquiera un siglo más. Una birria de sistema, vamos.
El primero es el del ecologismo, que afirma con evidencia aterradora que el despilfarro del capitalismo (de los capitalistas) está a punto de terminarse porque las materias primas utilizables (rentables) están acabándose y que la polución del aire y el agua es de tal magnitud que ni siquiera los más poderosos podrán encontrar refugio si el consumo (la utilización como materias primas para la producción) sigue creciendo al ritmo actual. A lo que hay que añadir que, salvo que la fusión nuclear pueda controlarse, las energías disponibles irán haciéndose cada vez más escasas, lo que explica el porqué de tantas guerras irracionales tras de las que está siempre el petróleo (Somalia, Afganistán, Irak, Libia, Siria, Venezuela…)
Por otro lado, lo de la producción sostenible no es más que un puro manoseo de las palabras para ocultar la realidad incuestionable del agotamiento del planeta. Las famosas energías renovables tienen un límite que es la cantidad de energía solar que recibe la tierra, lo que es una cantidad fija (aproximadamente).
El segundo jinete es la era digital que se nos echa encima. La digitalización, la automatización, la ofimática y la inteligencia artificial van a eliminar innumerables puestos de trabajo en el aparato productivo. Los trabajadores en paro creciente inducirán una crisis sin precedentes por la caída de la demanda que solo podrá ser resuelta por la actuación de los poderes públicos creando instrumentos de renta básica para los trabajadores sin empleo y facilitando la creación de puestos de trabajo en el sector servicios para atender la existencia creciente de personas en la tercera edad y en servicios que mejoren la calidad de vida. Será necesario prolongar los periodos escolares y de formación que limiten la oferta de trabajo y permitan la presencia de sectores con mucha formación privilegiados con empleo en la producción. Pero, si os fijáis, esto ya no será capitalismo en sentido estricto porque cualquiera podrá vivir sin trabajar y sin pedir limosna.
El tercer jinete es el carácter parasitario del capitalismo, que para crecer lo hace aprovechándose de la destrucción de las economías precapitalistas. Se pudieron pagar salarios bajos porque el coste de mantenimiento y reproducción de la mano de obra era soportando en parte por el trabajo de las mujeres en eso que se llamaba trabajo doméstico (sus labores) y que aparecía en las estadísticas como “inactivo” y, además porque el coste de la alimentación y el vestido han sido tradicionalmente bajos debido a que sus materias primas prevenían del campesinado no capitalista. Como hoy el capitalismo ha inundado el mundo entero, destruyendo o subordinando los restos de antiguos sistemas económicos, tiene que empezar a remunerar la mano de obra por su coste real en el capitalismo, bien directamente, bien a través de las políticas sociales desarrolladas por los estados (salario indirecto), so capa de altruismo.
Y el cuarto jinete es el frustrante y profundo fracaso social. Este fracaso es, en primer lugar, económico, porque la distancia entre ricos y pobres no hace más que aumentar y las tradicionales recetas de desarrollo y educación, así como los distintos planes que han tratado de implantarse para acabar con la pobreza severa han resultado un total fiasco. Es también un fracaso político, porque mientras el capital ha completado la globalización campando por sus respetos por el ancho mundo, la política real sigue anclada al reducido ámbito de cada uno de los estados y se muestra absolutamente incapaz de poner cortapisas a los desmadres de la burguesía, salvo, quizá, en China. Es irracional el sistema de la no existencia de mecanismos reguladores, salvo un aparente mercado sometido a los caprichos de los grandes grupos financieros y las actuaciones de un grupo de organismos internacionales (FMI, OCDE, Banco Mundial, BIRD) que no hacen sino defender y justificar al propio capitalismo. Los intentos por superar las fronteras de momento están en embrión, como la Unión europea o son prácticamente intrascendentes como la OEA.
Y, además, ha fracasado en el terreno ideológico,. Porque mientras pregona la igualdad, practica la necesaria desigualdad para el funcionamiento de la economía, y mientras canta a la libertad condena a los pobres a la esclavitud por horas. Precisamente de este fracaso nacen los dos movimientos con mayores posibilidades transformadoras, que son la emigración y el feminismo, pero mientras el feminismo sobrevuela (con las naturales y evidentes excepciones) las graves diferencias económicas como si no existieran, la emigración nace de la misma entraña de la pobreza, por mucho que se empeñen los estados receptores en aparentar que se trata solo del derecho de asilo. Los emigrantes han venido para quedarse e imponen un mestizaje del que nadie podrá escapar y son la expresión actual de la famosa lucha de clases..
Soy mal profeta, pero los signos de corrupción y deterioro del sistema son evidentes: la corrupción, los nacionalismos, los fascismos, la necesaria colaboración del estado para conseguir el beneficio (lejos de aquel “laissez faire, laissez passer”), la lucha feroz de los grandes grupos económicos, la necesidad imperiosa de nuevas guerras y de conflictos de baja intensidad, las crisis profundas que terminan siempre con el triunfo de los capitalistas pero que dejan siempre unas sociedades cada vez más inestables, no hablan precisamente de la salud del capitalismo.
Eso sí, habrá que esperar a la próxima gran crisis, que a mi parecer, casi siempre equivocado, toca hacia mediados de la cuarta década del presente siglo XXI.
Leo: «¿Cuál es el pasaje que nos invita a leer Juan [García Caselles]?¿El texto sobre los Jinetes del Apocalipsis? No. Se habla de ellos en el capítulo 6. Pero el capítulo 18 es la visión de la Gran Ramera. ¿Roma? ¿La imperial o la católica? ¿O las dos en sucesión histórica?» (Énfasis y corchetes añadidos).
Hoy ha sido un día suave en mi trabajo y tomándolo con un poco de más sosiego hasta he buscado en mi versión del NT de Luis A. Schökel y Juan Mateos, et al., el capítulo 18 y resulta que en la versión Schökel-Mateos es el 17. De cualquier modo, los textos varían muy poco.
Lo que me llamó la atención es la continuidad histórica, en el sentido de continuidad posiblemente intencional que alcanzó fruición en el siglo iv n. e., entre la Roma imperial y la Iglesia Católica.
Cuando este texto fue compuesto, suele ser fechado a fines del siglo ii n. e., dicha continuidad o maridaje solo podía ser anticipado proféticamente y para quienes sucumbían como mártires, que debieron ser muchos y dispersos sus grupos por el territorio del Imperio, tan visionario cuanto puede ser ahora para muchos creyentes la vida después de la muerte.
Pues resultó que quienes tanto atacaron la corrupción imperial ellos mismos con el pasar del tiempo se corrompieron y han causado el mismo escándalo que reprochaban y, como los seres humanos no cambiamos tanto, en general, por causas muy parecidas, el poder político, el dinero, la dominación, la codicia, etc.
Por lo tanto, a la pregunta de Antonio de si se refería a la Gran Ramera imperial o a la Gran Ramera católica, mucho me temo que debió referirse desde entonces, proféticamente, a la segunda, porque la primera hace mucho que sucumbió a sí misma. Desde luego, es notable que parece resucitar otra vez vistiendo camisas negras bajo el liderazgo del Matteo Salvini al cabeza asesorado por Steve Bannon, y, como en el siglo iv, incluida de alguna manera en este triángulo obsceno por fascista, la venenosa figura del cardenal Raymond L. Burke, que sigue haciendo de las suyas.
No soy un biblista, ni un teólogo. La gran ramera, Babilonia, Roma, el feudalismo, el capitalismo, todas las formas conocidas del poder, todas las que han existido han ido desapareciendo y todas las que existen desaparecerán y las que les sigan, también. El apocalipsis no es un libro de consolación, sino un canto de liberación y nos avisa que todas las formas de poder desaparecerán al impulso liberador del Galileo, Jesús, que fue el primero en afirmar la victoria definitiva de los pobres, o sea, del no-poder, que solo es posible por el triunfo definitivo del amor. Y entre los poderes que se hundirán, aparte del capitalismo, está el de las Iglesias, incluida la católica. Al menos eso es lo que yo creo.
Me encanta su esperanza, y veo ese futuro… Quizá, el ser humano no ha madurado lo suficiente para llevarlo a cabo todavía.
Pero llegará esa calidad humana que lo llevará adelante. Yo he podido ser testigo de:
¡Que es posible!
Pero… para llegará a ello, hay que ser profundamente humanos, hermanos, servidores; para hacerlo posible, y conocer la verdadera fuerza, del Amor que se entrega sin condiciones, ni pagas, ni honores.
El verdadero honor sera:
¡Darse, amando!
m* pilar
Amén
Ok Juan!
No eres ni biblista ni teólogo.
(Yo no soy “biblista”, pero soy “teólogo” -en la forma de “haberlo sido”).
Y te leo:
– “El apocalipsis no es un libro de consolación, sino un canto de liberación”.
Lo que no tengo en claro es la cantidad de marihuana
que se habrá olisqueado su Autor.
O quizás se haya inspirado en el dicho “cuanto peor, mejor”.
O se haya adelantado a Carlos Menem (expesidente argentino),
que nos convencía diciendo: “¡Estamos mal pero vamos bien!”
Me alegro por usted, Sr. García-Caselles, de que tenga la certidumbre de como será el futuro. A este documento del Apocalipsis no lo tengo por un himno y hasta me parece lujuriosamente terrible al imaginal afinal hasta la muerte de la propia muerte que me parece más una especie de deseo hyperbólico. Prefiriría que cantase a la vida que no muere solamente, sin tener que especificar que su contrapartida desaparecerá, como si las Walkyrias de los mitos nórdicos tuvieran que unirse (quizás son lo mismo) a las legiones angélicas y librar una última batalla abusiva porque se supone que los ángeles no son susceptibles de la muerte y en cambio los infelices diablitos, pues eso, perecerán y el triunfo no podrá evitar este tinte sangriento y tan lleno de la alegría de la derrota ajena, algo tan opuesto a aquello de amar al enemigo a pesar de su enemistad.
Espero que no me interprete mal, no me molesta que usted esté seguro de cómo han de acabar las cosas para que acaben bien. De lo que se trata es de que prefiero tener la confianza vacía de certidumbre, pura esperanza llena de la posibilidad de ser y de no ser casi a partes iguales.
Si el destino está decidido, me parece aún más sádico el drama del calvario, las guerras que nunca han cesado, las catástrofes naturales, la mala uva de tanta gente que hace que otros le sean esclavos y ni pestañean por ello y toda esta basura de la hipocresía de la pureza y del valor del amor sacrificial. Si la predestinación es como usted la describe, vaya entretenimiento sádico el de estas divinidades que se entretienen jugando con la vida humana. Hubiese sido mejor que no existiese la libertad y que las cosas ya vinieran listas para comer, sin necesidad de cocinarlas a tanto fuego.
De cualquier modo, le ofrezco un abrazo cordial y respetuoso.
El título de este artículo incluye una cita del Apocalipsis. ¿Cuál es el pasaje que nos invita a leer Juan?
¿El texto sobre los Jinetes del Apocalipsis? No. Se habla de ellos en el capítulo 6. Pero el capítulo 18 es la visión de la Gran Ramera. ¿Roma? ¿La imperial o la católica? ¿O las dos en sucesión histórica? Para que no busquéis os dejo el enigmático texto según la Biblia de Jerusalén:
1.Entonces vino uno de los siete Angeles que llevaban las siete copas y me habló: «Ven, que te voy a mostrar el juicio de la célebre Ramera, que se sienta sobre grandes aguas,
2.con ella fornicaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se embriagaron con el vino de su prostitución.»
3.Me trasladó en espíritu al desierto. Y vi una mujer, sentada sobre una Bestia de color escarlata, cubierta de títulos blasfemos; la Bestia tenía siete cabezas y diez cuernos.
4.La mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y también las impurezas de su prostitución,
5.y en su frente un nombre escrito – un misterio -: «La Gran Babilonia, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.»
6.Y vi que la mujer se embriagaba con la sangre de los santos y con la sangre de los mártires de Jesús. Y me asombré grandemente al verla;
7.pero el Angel me dijo: «¿Por qué te asombras? Voy a explicarte el misterio de la mujer y de la Bestia que la lleva, la que tiene siete cabezas y diez cuernos.
8.«La Bestia que has visto, era y ya no es; y va a subir del Abismo pero camina hacia su destrucción. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue inscrito desde la creación del mundo en el libro de la vida, se maravillarán al ver que la Bestia era y ya no es, pero que reaparecerá.
9.Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. «Son también siete reyes:
10.cinco han caído, uno es, y el otro no ha llegado aún. Y cuando llegue, habrá de durar poco tiempo.
11.Y la Bestia, que era y ya no es, hace el octavo, pero es uno de los siete; y camina hacia su destrucción.
12.Los diez cuernos que has visto son diez reyes que no han recibido aún el reino; pero recibirán con la Bestia la potestad real, sólo por una hora.
13.Están todos de acuerdo en entregar a la Bestia el poder y la potestad que ellos tienen.
14.Estos harán la guerra al Cordero, pero el Cordero, como es Señor de Señores y Rey de Reyes, los vencerá en unión con los suyos, los llamados y elegidos y fieles.»
15.Me dijo además: «Las aguas que has visto, donde está sentada la Ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.
16.Y los diez cuernos que has visto y la Bestia, van a aborrecer a la Ramera; la dejarán sola y desnuda, comerán sus carnes y la consumirán por el fuego;
17.porque Dios les ha inspirado la resolución de ejecutar su propio plan, y de ponerse de acuerdo en entregar la soberanía que tienen a la Bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios.
18.Y la mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra.”
Recuerdo que en aquellos tiempo de represión franquista, González-Ruiz no decía que el Apocalipsis era un texto en clave para animar a los cristianos que tenían que vivir en clandestinidad la época de persecución del sistema-bestia. Hoy muchos políticos de izquierda han seguido utilizando las imágenes de Juegos de Tronos para plasmar sus esperanzas…
Pues si.
También pienso que el modelo capitalista ha tocado techo.
Pero también estoy segura de que si Marx tuviese ahora veinte o treinta años, su discurso sería adaptado a nuestra época. No sé cuál sería, probablemente su crítica al capitalismo básicamente sería el mismo, pero quizás las alternativas que propusiera serian otra. El trabajo del siglo XIX , principios del XX, es totalmente diferente.
Pero no sé. Pura intuición.
Un abrazo