Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7446 Artículos. - 113037 Comentarios.

¡Feliz Pascua!

        Desear una “Feliz Pascua” es -hablando bíblicamente, según el capítulo 12 del Éxodo– desear que el Señor “pase de largo” de vuestra casa, que no se detenga, que no entre.

        De una carta mía del año 1999 a un sacerdote amigo:

La Pascua es algo terrible: es el paso del Señor. No sé si eres de los sacerdotes que en sus sermones pascuales hablan de la “alegría pascual”, de la alegría del paso del Señor. Ya sé –y lo defiendo- que los sermones no son para ir repitiendo la Biblia. Y así alabo a aquellos sacerdotes que, sin miedo,  se atreven en público a contradecir el texto bíblico. Este texto repite –y más de una vez- que la “alegría pascual” de los hebreos estuvo motivada por el hecho de que el Señor “pasó de largo”, “pasó de largo delante de las casas de los israelitas”.

        Aquellos cristianos, que siguen pensando que la Biblia es todavía fuente de su plegaria personal, estos días deberían ir repitiendo: “Señor, pasa de largo de mi casa”.

        Si estos días no teneis tema de lectura:

6 comentarios

  • George R Porta

     

    ¡Hola, Sr. Sunyol! ¡Pues eso, Bona Pasqua!

    Hay algo que me irrita en estas líneas suyas: «Aquellos cristianos, que siguen pensando que la Biblia es todavía fuente de su plegaria personal, estos días deberían ir repitiendo: “Señor, pasa de largo de mi casa”.»

     

    Ciertamente ser irritable es mi problema y no el suyo. Por eso no le escribo en plano de reproche o de queja o crítica. Más bien quiero comprenderle ahí en donde usted se encuentra y por esto termino con un par de preguntas.

    Me parece que mi irritación sale a la superficie con el «siguen pensando». No creo que sea noticia para usted que cada persona tiene su propia experiencia de fe. Me parece usted alguien conocedor de lo humano. Quizás usted también en algún momento intentó orar con la Biblia y quizás, después, encontrándose en otro punto de su existencia, haya dejado usted de hacerlo o, por el contrario, haya llegado a ello.

    Más aún, llevo muchos años, más de la mitad de mis 76 escuchando personas que creen, no creen, no saben creer, no pueden creer y hasta no quieren creer por las más diversas causas y circunstancias y, me consta, que, incluyéndome, se existe como en los movimientos de una espiral metálica, al ser comprimida y liberada, unas veces dejándose llevar helicoidalmente hacia arriba y afuera o hacia abajo y adentro o lo contrario en ambos casos, porque la vida no es pronosticable sino más bien sorpresiva.

    Alguna vez he contemplado a alguien derramar lágrimas silencioso, dolorosa quizás, no aspaventosas, mientras toca los pies del crucificado pendiente de la pared en la sala de orar de cierto hospital. Se trata de un hospital católico y pronto removerán el crucifijo para atraer público no católico o clientes iconoclastas, intentando atraer el dinero de ellos. Si el crucificado es un estorbo, pues eso, se le remueve, aunque ahora aquella persona que antes encontraba consuelo en besar o tocar los pies mientras celebraba su ritual, esencialmente animista de orar, pedir un milagro, a un trozo de madera y yeso, ya no podrá traerle ningún consuelo.

    En esta súplica de que el Sr. «pase» de largo y no «entre» a la casa no necesariamente está escondida la ilusión animista de que, en efecto, el Señor pasa por ningún lugar, y menos de que se quede allí donde le inviten. ¿Realmente piense usted que haya tanta gente tan tonta? ¿Hay realmente un «señor» representado en la estatua de alguien que parece que deseaba servir y no señorear? ¿Miró usted alguna vez en el interior de algún sagrario? ¿Qué encontró? Desmitificando las cosas, no pudo haber encontrado mucho más ni muy diferente de lo que encuentra un esquizofrénico psicótico del hospital que visito, cuando me asegura que desde detrás de la pantalla emerge una voz que le exhorta a que se suicide. Pero es eso, precisamente, la imaginación, la que no hay ninguna evidencia de que Teresa de Jesús la llamase «loca de la casa» (Cf. https://www.revistaecclesia.com/santa-teresa-de-jesus-las-moradas-moradas-cuartas-capitulo-1-revision-del-texto-notas-y-comentario-tomas-alvarez-o-c-d/) que lo concedo, unas veces es beneficiosa y otras no. Nunca lamentaré que haya poesía que no la hubiera si no hubiera imaginación.

    En fin, ¿no es cierto que cada cual deba poder encontrar consuelo tan pronto crea que pueda? ¿Para qué hay que vivir sentado sobre una brasa, aunque sea rescoldo residual de un viejo amor, por ejemplo, cuando por una razón o por otra ya no se puede orar de un modo o no se pueda orar de ninguno?

  • Gonzalo Haya Prats

     
    Curiosamente el lema del PSOE para estas elecciones es “Haz que pase”, aunque no tiene nada que ver con la Pascua judía ni cristiana. La Pascua era liberación para los israelitas, aunque a costa de un brutal castigo a los opresores egipcios. Con los años, aquel acontecimiento (más o menos novelado) perduró como símbolo de liberación, siempre en sentido nacionalista político-religioso. Desde el siglo X ó VI antes de Cristo hasta ahora la conciencia humana ha afinado mucho, y todavía le falta mucho más.
     
    No creo que para Jesús la Pascua tuviera ese mismo sentido, porque no se ven rasgos nacionalistas en el Jesús que nos han transmitidos los evangelios. Habría que cambiar quizás el 80 % de los evangelios para hacer de Jesús un celote. Las bienaventuranzas y el amor a los enemigos no era moneda corriente ni entonces ni ahora.
     
    Incluso es dudoso que la Última Cena fuera una celebración de la Pascua judía; El Jesús de Marcos no la considera cena pascual, Lucas sí se lo atribuye a Jesús, Juan prefiere relacionar la Pascua con la crucifixión: “no le quebraréis ni un solo hueso”.
     
    En lo que estoy muy de acuerdo es en que la liturgia tiene que cambiar, aunque es muy difícil reconstruir lo que se ha construido durante veinte siglos, pero al menos hay que evitar lo más “terrible” y explicar bien los antiguos símbolos mientras que éstos se mantengan. No se puede cambiar en poco tiempo las costumbres de mil millones de cristianos, ni de unos miles de obispos. pero se podría comenzar en algunas iglesias locales. Por ejemplo el viernes santo se podría comentar la crucifixión a la luz de otros mártires de la Historia, y comentar la pascua con la liberación de la esclavitud, la declaración Universal de los Derechos Humanos y la conquista del voto femenino.
     

     

    • Carmen

      Pues si. Dos mil años son muchos años.
      Pero por algo habría que empezar, ya. Pero no en declaraciones de paz y amor ni de lavado de pies. Sino a pie de obra, en las parroquias. Para eso tienen que los párrocos saber cosas nuevas y una vez conocidas, poder contarlas. Si les parece oportuno . Porque si se la van a cargar por dar un enfoque nuevo, pues seguirán diciendo lo mismo, por lo siglos de los siglos. Ya llevan veinte. Eso para la vida humana es muchísimo tiempo.

  • GIORDANO BRUNO

    ¡¡¡Pues claro, no en vano el refranero español dice acertadamente: Me has hecho la Pascua¡¡¡. ¿Como no iban a celebrar aquellos judíos la Pascua, la suya, que aquellos ángeles pasaran de largo si eran dos sicarios de su dios, que venían a ajustarles las cuentas a los egipcios,en sus hijos primogénitos, que habían pecado contra su pueblo elegido.?.Lo más curioso de este asunto es que se nos dice que históricamente, los judíos descubrieron los ángeles buenos y los ángeles malos cuando fueron deportados a Babilonia, al ponerse en contacto con la religión que practicaban los sacerdotes babilonios, Impero del centro sur de Mesopotamia. Y que al volver de nuevo a su tierra, desde el exilio,finales del siglo VII a.c. Josías rey, su sumo sacerdote Helcías y su escribano Safán, encontraron en el Sancta Santorum en el arca de la Alianza un manuscrito, la Biblia.

    • Carmen

      Te gustaría la película Dogma. Es de hace años. Causó bastante revuelo. Es de humor un poco negro. Los actores son Matt Damon y Ben Afleck. No sé si están bien escritos los nombres. El director no me acuerdo.

  • Carmen

    A ver si no es para celebrarlo, menudas cosas se le ocurría a ese dios. Que si llueven ranas, que si el agua se convierte en sangre, que si un montonazo de saltamontes… pero ya, lo de los primogénitos, eso ya clama al cielo. Menuda obsesión con los hijos en general y con los primogénitos en particular. Terrorífico.

    Y claro, como somos herederos de esa cultura religiosa, pues vemos tan normal que dios mandase a su hijo para que viésemos que nos quería tantisimo que se ofrecería en sacrificio por nosotros.

    Pues bueno.

    Pues no me gusta nada ese dios. Me aterroriza

    Además, no soy judía.

    Que pases un buen día. Un abrazo.