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¿A quién votamos?

Hoy primero de los dos debates electorales. Zugasti nos recomienda estar atentos el carácter revolucionario de la verdad (Orwell) y al realismo de que el verdadero cambio no es realizable con una sola elección. Habrá que seguir trabajando después. AD.

        Las encuestas nos están indicando que mucha gente se hace esa pregunta ¿a quién votamos? Realmente la imagen que presentan las fuerzas políticas en liza no es demasiado atractiva. Y entonces el riesgo es que muchos piensen que no merece la pena votar. Pero creo que esa es la peor de las alternativas.

        No sabemos lo que podrá hacer un gobierno de izquierdas, seguramente poco, bastante menos de lo que plantean en sus programas. Debemos ser conscientes de que hoy el poder político, la democracia, está sometida a los dictados del poder económico. Eso es algo que los líderes de la izquierda saben perfectamente, pero prefieren dejarlo de lado y acariciar los oídos de la gente con unas promesas que difícilmente van a poder cumplir. Sería mejor que recordaran la conocida sentencia de George Orwell: “En una época de engaño universal, decir la verdad es un acto revolucionario.” Decir la verdad, aunque sea una verdad dura. Hacer conscientes a los ciudadanos de la situación real, es el único camino por el que podemos llegar a esa sociedad fraterna, justa y libre a la que aspiramos.

        Lo que sí podemos imaginar es lo que haría un gobierno de derechas, con el apoyo complaciente del poder económico: recorte de pensiones y salarios, barrido de los últimos derechos laborales y de los restos del estado de bienestar; privatizaciones a lo bestia de todo lo que queda por privatizar en la sanidad, en la educación, en la vivienda, en las pensiones… Todo esto acompañado por un reforzamiento de la ley mordaza para dificultar al máximo cualquier protesta contra estas políticas, con una abierta manipulación de los medios públicos de comunicación para llevar la confusión y la mentira a la mente de toda la sociedad. Y, por supuesto, el carácter claramente machista que tendría ese gobierno está garantizado.

        Todo esto hay que tenerlo en cuenta, pero, además, debemos ser conscientes de que votar es importante y necesario, pero no es suficiente. La batalla política es imprescindible darla día a día a lo largo de todo el año. Si los partidos de derecha pueden ganar elecciones, a pesar de que defienden únicamente los intereses de una minoría y perjudican a la gran mayoría, es porque han ganado la batalla cultural e ideológica. Han conseguido que el imaginario colectivo de la sociedad sea un imaginario formado por valores capitalistas. Como afirmaba Gramsci, la ideología dominante es la ideología de la clase dominante.

        Pero esta afirmación de Gramsci no refleja algo inamovible. A lo largo de la historia muchas ideologías de las clases dominantes han acabado cambiando. En este momento es patente que el sistema capitalista, lo mismo desde el punto de vista medioambiental que social, es totalmente insostenible. Es nuestro gran argumento, al que sólo pueden responder con las mentiras más burdas. Tenemos que conseguir que la racionalidad humana se imponga y obligue a un cambio de sistema. Un cambio que sea realmente beneficioso para toda la humanidad. Algo por lo que tenemos que seguir trabajando sea cual sea el resultado de las elecciones.

5 comentarios

  • Asun Poudereux

     Pueblos de Murcia se ven abandonados por los políticos y deciden abstenerse en las próximas elecciones ¿Cuánto tiempo tardaran los pueblos de la España Vaciada en seguir su ejemplo?¿Y los votantes del resto de la Nación? ¿La abstención barrerá el R78? Veremos. 
    https://buff.ly/2PoWMFy 

  • ana rodrigo

     
    Hoy decía Iñaqui Gabilondo que hemos pasado del bipartidismo al bibloquismo, yo creo que es así. El o la votante, tiene una predisposición adquirida -por muy diversas causas- que “el cuerpo” le pide votar izquierda o derecha, y quienes manifiestan sus dudas sobre a quién votar, se refieren a qué partido no a qué bloque.
     
    Otra cuestión es el tema de los nacionalismos y de los independentismos, que más o menos lo tienen claro, aunque, como ha dicho el señor Junqueras, votar a ERC es apuntalar a Sánchez del bloque de izquierda. Al igual que los otros nacionalistas, le temen al 155, y no digamos a VOX y la alianza de las tres derechas. Por eso creo que el bloque de izquierdas tiene posibilidades de poder gobernar con estos apoyos.
     
    El precio que tiene que pagar el señor Sánchez es la obcecada acusación de anticonstitucionalista. No obstante, siendo realistas, aquí tenemos un tropiezo serio en que, si apartan y critican a Sánchez por este motivo, las tres derechas se lo pongan difícil a las izquierdas y afines.
     
    En fin, un rompecabezas, cuyo desenlace lo veremos el día 28A.
     
    Hay dos cosas que me cuesta trabajo entender: una, ya la he dicho, la obcecación de las derechas contra Sánchez acusándolo de anteiconstitucional, sólo porque propone que hay que buscar una solución constitucional a la cuestión independentista.
     
    Y otra cosa que me cuesta creer, es que haya tanta gente ultra entusiasmada con VOX cuando aplauden que van cerrar la Sexta, o quitar la ley de género, o decir que mueren más hombres que mujeres por cuestión de género, o el tema de los inmigrantes, y otras propuestas terribles. Y aún me preocupa más que esta tendencia esté tan extendida en tantos otros países del mundo.  
     
    Apoyo lo que dice Alberto: nuestra lucha debe ser permanente en el día a día hasta donde lleguemos para evitar lo que sería un retroceso histórico y muy peligroso para las libertades y los derechos humanos.
     

  • Carmen

    Me gusta el artículo.

    Voy a votar al PSOE. Creo que es la mejor opción.

    Veremos.

  • Juan García Caselles

    Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.

    Augusto Monterroso

     

    El próximo día 28 será la fiesta de la democracia. Ejerciendo nuestro derecho y cumpliendo con nuestra obligación de ciudadanos libres, iremos a votar, y está bien que lo hagamos, porque, aunque muchos digan que todos los políticos son iguales, eso no es verdad, y del gobierno de unos al desgobierno de otros suele haber notables diferencias.

    Pero cuando nos despertemos el día 29 iremos al mismo curro (si tenemos la suerte de tenerlo), aguantaremos al jefe o al capataz con la misma sonrisa falsa de siempre, llevaremos los niños al mismo colegio, seguiremos con la misma hipoteca y el mismo director de banco, compraremos en el súper de siempre (o en otro similar), veremos los mismos programas de siempre en la tele, compraremos el cupón o echaremos algún dinero a la primitiva a ver si así podemos liberarnos, nos quedaremos con las ganas de comprarnos algo que nos gusta por mor de la economía,.etc., etc.

    Es decir, cuando despertemos del ensueño democrático, el dinosaurio capitalista estará donde solía estar. Así ha pasado en todos los países democráticos en los últimos doscientos años y no hay motivos para creer que la cosa vaya a cambiar de momento.

    Esto es el resumen (más o menos) de lo que escribí hace cuatro años, pero ahora quiero hacer alguna puntualización.

    La primera es que el capitalismo puede convivir con regímenes no democráticos  como si nada, puede seguir perfectamente sin democracia, como podemos observar hoy en día con China, Arabia Saudí, Marruecos y tantas dictaduras o semi-dictaduras como en el mundo subsisten. También vivió tan ricamente con Franco, por si lo habíais olvidado.

    La segunda es que la democracia actual es el método preferido por el capital porque es el que le da menos problemas de control político de la sociedad. Para ello  dispone de poderosos medios de control social y, sobre todo, del dinero suficiente como para comprar cualquier obrero, cualquier mujer, cualquier científico o cualquier político (con las correspondientes y valiosas excepciones) y, además. un absoluto dominio sobre los procesos económicos mundiales (eso que llaman globalización) sin tener que echar mano de procedimientos más expeditivos pero menos convincentes.. Pero si la democracia termina enfrentándose al capital, recurre a su poder y la aplasta (Chile, República española, Nicaragua, regímenes socialistas en África, Venezuela,  Alemania pre-nazi, Italia pre-fascista, etc.)

    La tercera y fundamental es que si somos conscientes de como está la cosa del poder, al conocer lo limitado del poder político dentro de la democracia, no nos desilusionaremos porque los políticos no lleguen nunca cumplir lo que prometen. Es lo que hay. Y si sabemos donde está el poder de verdad, no perderemos el tiempo y las fuerzas en luchar por poderes políticos pequeñitos y cada vez más débiles (nacionalismos, autonomías, y demás políticas de campanario) que le saben al capital a gloria pura..

    Esto no significa que el capital sea eterno. En el momento actual ya tiene bajo su control la tierra entera, subyugando y subordinando todos los procesos económicos precapitalistas o no enteramente capitalistas, lo que significa que su capacidad de expansión, de crecer a costa de los otros sistemas económicos, está acabándose. A partir de ahora, y ya lo estamos viendo, los distintos grupos de capital solo podrán crecer a costa de otros grupos. Esto es lo que está debajo de cosas como el brexit o el enfrentamiento de Trump con China. Esto aparte del agotamiento de los recursos (desastre ecológico), la inadecuación de un poder político disperso e incapaz de manejar una economía global y la dificultad para justificar que después de tantos años, el famoso “desarrollo” siga sin llegar a la mayor parte de la población mundial.

    Caerá, más pronto que tarde, porque su capacidad expansiva está agotándose. La próxima gran crisis, para la que deben faltar de diez a quince años, pondrá las cosas más claras. Espero.

  • Alberto Revuelta

    Antonio invita a utilizar la racionalidad. No estoy seguro de que la mia esté en demasiado buen estado de funcionamiento. Pero acepto la invitación. Cuando el hoy denostado Juan Carlos I encargó el gobierno del Estado a don Adolfo Suárez y aceptó los consejos de don Torcuato Fernández Miranda para diseñar la estrategia y los pasos de un cambio de régimen, se produjo silenciosa pero eficazmente una aceptación de los poderes facticos, dinero, armas, bendiciones y funcionarios del franquismo de la propuesta de transformar una dictadura orgánicamente estructurada con ramificaciones hasta al última aldea del país en una democracia básicamente homologable a las europeas más cercanas. Se llevó a cabo tal transformación. Bien es cierto que la alternancia de los partidos en el poder jugó entre la socialdemocracia sin tradición de lucha contra la dictadura y una derecha que procedía de ella, (Fraga et alía) pero hemos llegado hasta aquí.

    Ahora tenemos frentes abiertos que exigirían propuestas imaginativas, valientes, sabias y prudentes. El paro existente y el que pueda venir con los cambios tecnológicos a los cuales no se están previendo preparación y salidas y soluciones. La anunciada a media voz próxima crisis económica. Las pensiones, su evolución y su repercusión en la Seguridad Social. La integración de inmigrantes con residencia legal y la acogida a los que se encuentran sin permiso de residencia. La despoblación de amplias zonas del territorio. Cataluña y los dos millones de habitantes de la misma que se declara independentistas y quieren una solución viable a sus deseos. Vascongadas y sus posiciones de mayor autonomía y poder politico. El soterrado pero bien concreto poder de los. eclesiasticos que dirigen y manejan la comunidad católica española. La redistribución de las rentas para evitar los niveles de pobreza escandalosos. Los enquistamientos franquistas aún existentes de modo sutil, pero eficientes, en los entresijos funcionariales, militares , policiales y judiciales que retienen y dificultanla terminación democrática del diseño del propio régimen constitucional de 1978.

    No me atrevo a poner a los pies de los caballo a la clase política, no me parece que con ello contribuya a intentar soluciones. Tengo claro que a los cerriles que ocupan puestos de responsabilidad e insultan sin medidas al resto de los que no piensan como ellos no solo no voy a votarlos, sino que haré todo lo posible, ya lo estoy haciendo, para que no les voten las gentes con que me relaciono y trabajo. Por tanto excluyó al PP del señor Casado, al C’s del señor Rivera y a Vox  del señor Abascal, así como a los señores Rufian, Puigdemont, Torra, la señora Borràs et alía similares.

    Quiero que mi voto sirva para que pueda trazarse un proyecto de cambio de régimen político en el que el actual Reino de España se transforme en la Republica Federal Española, que integre como tales a las entidades nacionalidades históricas, que en la línea que don Felipe González ha sugerido hace unos meses pudiéramos pasar a una estructura política federal.