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El expapa que no supo ser ínfimo

George, modestamente, publicó este precioso artículo en dos comentarios al editorial que está fijado al principio de esta columna. Pienso que pocos lo habrán leído y regustado. Como yo le he hecho, invito a otros atrieros a hacerlo aprovechando este fin de semana para desintoxicarse de política. Aunque el artículo de George va al corazón de la política global, las tretas del Imperio para reconquistar a la católica y congelar los desvaríos de Francisco. Ve si no lo último publicado en www.iviva.org y este editorial de NRC. ¡Vamos pues! AD. 

¿Qué ocurre a la existencia de alguien que quizás desea seguir siendo ínfimo y de repente se lo impiden y se convierte en necesario, pero para propósitos que nunca imaginó ni deseó? Por siglos los jesuitas no tenían que preocuparse de ser elegidos en cónclave.

Imagino que Francisco, cuando Benedicto fue elegido Papa (2005) si lo que se rumora es cierto, ya supo que nunca sería él. Lo mismo Martini, aunque éste con más certeza que Bergoglio porque su enfermedad neurológica ya estaba declarada y la de Bergoglio no era apremiante, excepto por la edad.

Pasan unos años, poco menos de ocho, y de repente, Benedicto no tolera la situación y escurre la espalda: Bergoglio es traído de nuevo a la palestra (2013).

Yo le creo sincero. Por lo tanto, pienso que cuando estimaba que su estadía en el Vaticano sería de unos cinco años, no mentía, aunque quizás bromeaba. Sus últimos años no habían sido muy romanos y parece que había sido muy diocesanos.

Benedicto desbrozó un poco el camino, pero más bien demostró el peso de la culpa por la suciedad que había en los apartamentos Borgia. Quizás tenía prisa por limpiar los fantasmas del closet. Hay un par de videoclips en los que se ve a Sodano acercándose y Benedicto esquivándole. Otro en el que se ve a Bernard Law, el infame de Boston, y lo mismo.

Bergoglio quizás se alegró de no haber sido electo, si es cierto que él era uno de los papables finalistas. Pero poco dura la alegría en casa del pobre, porque cuando Benedicto como Don Quijote ―con perdón de Don Alonso y de Sancho que eran buenas personas― topó con la Iglesia, pues eso, se escapó por el foro y saltó fuera del escenario a la vida muelle y segura de los jardines Vaticanos.

Bergoglio quedó preso, pero debió tardar en saberlo porque Georg Ganswein, el secretario privado de Benedicto, no se apartó de su lado (aún sigue: Es el prefecto de la casa papal y secretario personal del Papa emérito Benedicto XVI, aunque no sé qué es primero y en mayor proporción). Benedicto quedó en las sombras sin cumplir su promesa de callar y orar y nadie sabe exactamente cuál es su papel de espina en el costado de Francisco.

Bergoglio llega a ser Francisco. Pienso que haya sido sincero al escoger el nombre que nadie había pensado escoger, que se sepa. Apenas el indígena de allende los mares intenta escribir, «el abuelo sale con que una encíclica se le había quedado en el tintero» [referencia a la encíclica Lumen Fidei, firmada por Francisco a los 3 meses de su elección]..

Benedicto pudo haberla publicado antes de renunciar, incluso pudo haberla guardado porque ahora ha publicado en una oscura revista alemana. De todas formas no tuvo un éxito tremendo, ni ha levantado mucho vuelo. Francisco se comporta bien y le pone una fecha, alguna que otra puntuación y la firma. Apenas se leen unos pocos párrafos y enseguida se comprende que Francisco no sea el autor. ¡Sobre todo, cuando se lee «Laudato Sii!» la cual seguramente Francisco tampoco escribió de su puño y letra porque los Papas como toda la gente importante tienen escribanos o escribientes que hacen ese trabajo. Eso sí, cuando se la lee, uno siente que huele y suena a Francisco.

Y entonces, pasada la obertura, comienzan a sucederse los actos.

¿A quién o a qué dedicarle más o quizás menos atención? ¿Cuál es la prioridad más urgente y cuál la segunda o la tercera?

Imagino que hablar de prioridades en el Vaticano no sea posible como no lo es en ninguna organización de solera, con tantos intereses creados, tan corrupta, tan vituperada y maldecida, bendecida y celebrada, todo a la vez, con toda razón unas veces, sin ella otras…

En fin, que dejar de ser ínfimo y no saber con certeza para qué se es necesario o, mejor, para qué le hacen sentir a uno que sea tan necesario e importante, cuando en realidad es tan difícil confiar en quienes lo repiten a cada momento.

¿Qué parte del planeta, no digo ya de la cristiandad católica, merece estar a cada momento en el centro de la atención del Papa cada día que nace el sol? ¿Estos pobres? ¿Quizás aquellos? Y ¿qué decir o hacer con quienes los empobrecen y si se dice algo de o a estos últimos que ocurrirá si de repente ejercen su poder y comienza una campaña destructiva como la de WikiLeaks, o Vatileaks o cualquier clase de @leak?

Al final, aunque quisiera que desapareciera toda esa estructura vaticana, al final me apena que, si de repente se desplomase, como ocurre a menudo, sabríamos lo que realmente significaba después de haberla perdido. No puede ser que todo sea malo en la Iglesia, aunque ciertamente hay mucho que lo es.

Eugene Drewermann escribió un ensayo extraordinario sobre la condición del clérigo. Cuando salió a la publicidad en 1989 nadie sospechó que algo tan denso en realidad sería traducido a tantos idiomas tan pronto y fuera en realidad profético. Esta semana pasada me quedé en casa solo y decidí repasar el libro de Drewermann porque el Galileo no era clérigo y es más fácil saber qué no era que lo contrario.

21 comentarios

  • Asun Poudereux

    Si la Iglesia además y sobre todo es Poder,  difícil veo que sepa prescindir de su influencia más que milenaria en el espacio y tiempo. Y esto ha ido y está echando atrás a muchísimas personas, porque el tema tan reciente que se ha desvelado en la Institución es un ejemplo claro de lo que el Poder es capaz de hacer en todos los ámbitos que ha ido ejerciendo y sigue ejerciendo a lo largo de la historia, trastocando hechos, tergiversarlos, magnificarlos sirviéndose de condenas. Es decir,  no  es diferente a cualquier otro poder, que se aferra a él.  Miradas hacia otro lado, allá donde no hay el encuentro directo y cercano con el ser humano. Jesús no tiene nada que ver con esto. El ser humano no es tan miope como intentan hacernos creer.

    Veo en el nombramiento de Franciscos una estrategia, no tanto de consolidación, cuanto más y más  me es claro de  confusión.  Recursos de altura.

     Si son personas humanas las equivocaciones y errores vienen consigo, es natural, pero no lo planificado al detalle creando confusión y una imagen diferente a la realidad, perpetuándose en ello insistentemente.  El comportamiento del Poder, si es que así puede llamarse,  sigue siendo el mismo, poner trabas a todo lo que moleste, lentitud y demora, ignorar a personas humanamente y oficialmente, a toda clase de seres humanos excluidos e incluidos.

    No me convence. Mucho habría que cambiar y sin pausas.  Hay mucho escrito de buenas intenciones y deseos.  Otra cosa es la realidad y las personas que desde su interior, y a pesar de, actúan en consciencia y fidelidad  a Jesús,  a su propia conciencia-consciencia, ya que no le desmienten  en sus hechos, sabiéndose efímeros,  y a la vez necesarios en su silencio.

    De esto encontramos en muchos ambientes fuera de la Iglesia Institución,  en donde no hay afán de méritos póstumos.  Siendo incondicional el  impulso que mueve a dar y  recibir  vida. La Vida  es lo único  que permanece,  aunque no podamos dar,  de sus  inesperadas formas y manifestaciones,  todo por cierto y real.
    Muchas gracias, George. Un abrazo.

  • George R Porta

     

     

    Parte II

     

    En el caótico contexto que vivió el templo durante el segundo exilio (el babilónico)  la idea de una revelación «divina» (un libro profético encontrado por casualidad, etc.) era más que plausible y necesaria con miras a la restauración (o redención) de una identidad nacional hebrea que no debía o podía estar dividida por el sentimiento de infidelidad a Dios y la percepción del exilio como castigo. Solo las castas del templo, en ausencia de un monarca, podían realizar de cara al regreso a la «tierra prometida» esa labor unificadora que es siempre el rol de lo religioso, dar mágicamente una experiencia paliatoria del pecado y la culpa que engendra.

     

    La idea de una Iglesia «católica» sin fracturas muy bien que pudiera ser un ideal que emerge del sentimiento de culpa o de división interna, grupal o individual y pudiera hundir sus raíces prehistóricas en estas nociones bíblicas que son además universalmente antropológicas (Cf. La versión de Carlos Fuentes, en «El Espejo Enterrado», de cómo Quetzalcóatl cediendo a la tentación de Tezcatlipoca (el espejo humeante) perdió la inocencia, i.e., el sentimiento de integridad adquiriendo el de culpabilidad). Sobre todo, mirando a la influencia del exilio babilónico en la formación de estos textos y nociones cristianas que son pre-bíblicas.  

     

    Saltando al presente reciente, si uno coloca el nazismo en este contexto de pulsión por eliminar la diversidad quizás se puede apreciar cuan «diabólicamente» claro queda que la idea de una Iglesia diversa en lo teológico o en lo social o en lo que sea, no tiene que ser necesariamente ni santa ni sana. Después de todo, la física y la filosofía cuántica han venido aclarando que lo caótico (o el caos mismo) no es necesariamente un misterio malévolo y carente de su propia estética placentera, sino que, por el contrario, pudiera tener un cierto ordenamiento interno y hasta su propia y diferente belleza. La unidad muy bien que pudiera ser compatible con la división, el error con la verdad. Es a esta relativización a la que tanto ha temido Benedicto con su necesidad extrema de orden (liturgia), a la que Rahner no temía y que sigue siendo una profunda y poderosa fuerza antropológica después de ambos.

  • ana rodrigo

     
    Querido George, tengo que reconocer que me resulta difícil hacer un comentario fácil y simple de tu texto. Creo que los temas que propones. sobre todo en relación a la Iglesia, son bastante poliédricos.
     
    Comenzando por el título y relacionado con los dos Papas actuales, hay dos cuestiones, una, la existencia del Papado como monarquía absoluta, la única que queda en Occidente, y dos, lo anómalo de que haya dos Papas a la vez, uno con todos los poderes y la voz oficial de la Iglesia, y otro en la sombra al que es muy difícil mantenerlo callado como Papa que sigue siendo.
     
    Por otro lado, está, la Iglesia, fenómeno histórico-social, aún más complejo. Por un lado, están los componentes individuales, personas tan variadas, con tal grado de implicación o de despreocupación personal como miembros la componen o la han compuesto a lo largo de dos mil años. Con ejemplos maravillosos lo más próximos al mensaje que se deduce de los escritos que nos hablan de la vida y mensaje de Jesús, junto a otras personas llamadas cristianas, pero que han vivido por libre, a veces sin que su vida tenga nada que ver con el Evangelio.
     
    Por otro lado, tenemos a la Institución-Iglesia que, ha conservado los escritos de los primeros cristianos acerca de Jesús, y de las primeras comunidades y cómo mantenían la memoria viva de Jesús.  Y es lo que más debemos agradecer, el que haya sido fiel a esta responsabilidad de transmitir y ofrecer las mismas fuentes del cristianismo, los Evangelios y el NT en general. Pero, como institución humana que es, ha dejado mucho que desear a lo largo de su historia y deja mucho que desear en el momento actual.
    Como es un tema recurrente en atrio, no voy a entretenerme en hacer un listado de lo que la Iglesia debería desechar como obsoleto y hasta dañino y antievangélico, y lo que debería rescatar como originario del Evangelio y del mensaje que tendría que ser la esencia de la Iglesia. Deseo poco realista dada la mastodóntica estructura jerárquica, clerical, dogmática y nada adaptada a la sociedad actual que, con su fundador Jesús pobre y dedicado a estar al lado de los más vulnerables de la vida, esta nuestra Iglesia deslumbre por sus riquezas materiales en un mundo donde tantísimos millones de personas viven en la extrema pobreza. Es cierto que Jesús solamente pudo atender a quienes le estaban próximos y no pudo hacer nada por inmensa desigualdad social y la injusticia de aquella sociedad, pero los medios a su alcance no son los que ahora tiene la Iglesia como posibilidad (tampoco vivía en palacios), no de arreglar el mundo, pero sí de no enviar un mensaje de justicia social desde palacios imponentes, contradictorios con su mensaje, que van desde el Vaticano hasta los palacios arzobispales o episcopales de cada lugar, o desde templos llenos de riqueza material innecesaria, con un boato único aunque totalmente obsoleto ya casi ridículo en estos tiempos.
    Tengo que reconocer que este tipo de Iglesia satisface emocionalmente la fe de tantísima gente que sin este tipo de Iglesia se quedarían a la intemperie. Por ejemplo hoy se celebra en Jaén la Virgen de la cabeza y dentro de poco se celebrará la Virgen del Rocío en Almonte donde acuden millones de personas con su fe y su devoción inquebrantable y ¡que nadie se la toque!

    En fin, yo sí veo dualidad en muchas cosas, como esta doble Iglesia, la que se aproxima lo más posible al movimiento de Jesús, y la que nada tiene que ver con la intencionalidad de El Galileo.

     

    • Gracias Ana por el contenido de su articulo que comparto plenamente. No podemos ignorar o silenciar esta doble Iglesia: la del anonimato que vive en el cotidiano el Espiritu de Jesus y la del Poder que vive en los tronos y en complicidad con los otros poderes del mundo.

    • Carmen

      En la vida normal le llamamos contradicciones, o las dos caras de una moneda o algo por el estilo. El concepto de dualidad en filosofía y teología me cuesta entenderlo, a no ser que quiera decir una idea contra la opuesta. Pero no sé si es eso. Tampoco creas que me importa demasiado no entenderlo. Hay millones de cosas que no alcanzo a entender. Y después de dos mil años no me extraña nada que haya dualidad. Diría que hay mil iglesias diferentes en el cristianismo. Luego en realidad sería , pluralidad?
      Pero si hablamos de la católica, la Romana, la nuestra y por lo tanto la auténtica, pues están las dos que tú dices.
      Me ha gustado. Me faltan recursos para contestar a la altura de las personas que aquí escribís. Pero sé que me entendéis.

      • George R Porta

        Estimada Sra. Carmen: Agradecería que elaborara usted un poco en su afirmación de que a las dos caras de una moneda lo llamemos contradicciones en la «vida normal» contradicciones. ¿No pudieran ser inevitablemente o necesariamente complementarias ya que no puede haber una moneda de una sola cara? Ya sé que estos mis rollos lingüísticos no necesariamente merezcan atención o respuesta, pero agradeceré su respuesta a mi pregunta. Igualmente interesante es la expresión «vida normal» porque no sé como pueda haber más de una vida. Sé que son expresiones coloquiales que yo mismo puedo haber utilizado o utilizar, pero ese tema de la vida normal lo dejo para otra oportunidad si a usted le parece.
        Como siempre un abrazo cordial a usted.

      • Carmen

        Aaaaaaayyyyyyyyy.
        Quiero decir que los filósofos y teólogos, dicho esto con el mayor de los respetos hacia lo desconocido, que por principios lo tengo, utilizan un, digamos vocabulario específico , que a veces, los legos en la materia , como mi persona, no alcanza a entender, pero soy una persona intuitiva, lo soy, otros son artistas, pues mi intuición me dice que en realidad buscan respuestas a las preguntas que cualquier persona a la que le gusta pensar, se hace
        Pero me pierdo en su lenguaje específico. Bueno, a veces entiendo cosas.
        Y luego me hago la traducción a lo que llamó lenguaje normal, el que sigue la norma, en estadística es lo más frecuente. El que no es exclusivo de ninguna disciplina concreta. El que podemos entender todos. No lo sé explicar mejor.

        En cuanto a la moneda, eso que dice de que no hay monedas de dos caras, perdone, pero en el mundo lleno de trileros en el que vivimos, hay a montones. Pero me refería a que nada es absolutamente bueno , porque miras la cara, o absolutamente malo porque miras la cruz. Todo tiene matices . Pero, querido amigo, en esta vida hay que elegir.

        En esta vida, la única que sé con certeza que voy a vivir porque la otra , mire, si algo sé es que si hay , ya no seré yo misma, porque no me voy a reconocer sin cuerpo, sin mis limitaciones, sin mis sentimientos, sin mis ataques de ira y sin fumar. Porque, a la resurrección de los cuerpos , le prometo que no llego.

        No sé si le he aclarado algo. Pero si algo me caracteriza es mi divagación a la hora de hablar. Pero claro, hablando me pueden preguntar, qué? Con voz de asombro, pero escribiendo, uf, se nota un montón.

        A ver si la izquierda puede formar gobierno en España… A ver si hay suerte.

      • George R Porta

        Gracias Carmen por lo que escribió, pero no dije que no haya moedas de dos caras, lo que escribí es que no haya monedas de una sola. por eso le propuse mirar a las caras de las moedas no como contrarias o incompatibles sino lo contrario, como complementarias. Lamento no haberme expresado bien.
        Sobre política en españa no opino y realmente no lo hago porque no sé nada de ello, pero deseo que el pueblo español haya elegido el gobierno o los gobernantes que mejor le convengan. Un saludo cordial.

    • George R Porta

      Parte I
      Como siempre, agradezco tu comentario, amiga Ana.
      Deseo aclarar de inicio cuánto me cuesta creer en la imagen de una Iglesia que excluye toda fractura interna cuando la realidad histórica apunta en otra dirección. Baste mirar a un ejemplo en los inicios a pesar de lo paradisíaco y efímero de la descripción de Hechos 2, 41-47.
      Por ejemplo, el canon 28 de Calcedonia (AD 451) dice que «justamente» los padres atribuían el primado a la sede de la antigua Roma porque esta ciudad era la capital del imperio romano, y de ahí deducían que la sede de la «nueva Roma», i.e., Constantinopla, debía gozar de las mismas prerrogativas que la antigua Roma y ocupar el segundo lugar después de ella. El papa León I nunca aceptó este canon que fue aprobado en ausencia de sus legados y, consecuentemente, a pesar de que el Concilio de Calcedonia se dio por terminado y sus definiciones, incluida la del canon 28, materia obligatoria de fe, este tema político continuó a debate en una serie de gestiones e intercambios epistolares entre el emperador, el papa y algunos obispos, patriarcas etc.
      Las principales consecuencias históricas del Concilio fueron: a) el cisma de los monofisitas y b) el período de discordia y división entre las principales sedes apostólicas del Imperio Bizantino, durante el cual se originaron las muy antiguas iglesias orientales, que aún hoy rechazan los resultados del Concilio: La Iglesia Copta que nació de la ruptura del Patriarcado de Alejandría con el resto de la Iglesia, la Iglesia Apostólica Armenia, la Iglesia Ortodoxa Siríaca y la Iglesia Ortodoxa Malankara, de la India; nada de esto, desde luego, ajeno a la política imperial de la que el propio Papa león I no estaba ausente.
      La percepción de la Iglesia como inaceptablemente dividida, no solo ideológicamente sino también moralmente, me parece otra evidencia de que la percepción de «lo otro» como diferente y la atribución de «separado» hunda sus raíces en una experiencia cognitiva que pudiera ser explicada desde el narcisismo primario en cuyo contexto ocurre el aprendizaje de la división moral interna, tanto de parte del individuo como de parte de los grupos que forma y no necesariamente en este orden porque en realidad solo es observable en una especie de espiral dialéctica cuyo punto de origen, si es que existe, no es determinable.
      Así, la leyenda del pecado original, por lo tanto, de la separación del bien y del mal en el individuo y en el grupo, muy bien que pudo ser solamente la proyección de la experiencia común de la autoridad como agencia de castigo, o de crimen y ley que lo redime, que han sido fundamentales en la andadura antropológica porque han puesto y ponen fronteras materiales a la conducta, individual o social, que de otra forma se puede salir de madre muy fácilmente.

  • El tema de la Iglesia, en su forma institucional y de poder, interpela al creyente pegado a los Evangelios y a las grandes valores humanas, como las de justicia, de verdad, de solidaridad, de compasión y de misericordia. Una situación parecida a la cual se encuentro el Galileo Jésus con los grandes sacerdotes que se imponían en las sinagogas y vivían mas del culto de sus personajes que del compartir de la vida humilde de los pueblos.

    Sabemos como Jesus, siendo de fe hebraica, actuó  a la vez con esos grandes sacerdotales y doctores de la ley y con el pueblo en su vida cotidiana. Su misión no fue de salvar la sinagogas, tampoco los que vivían de ellas, sino salvar a las personas de buena fe. El Padre de que nos hablo era un Padre que se reflejaba en la parábola del hijo prodigo. Un Padre de bondad y de misericordia.  El Templo se había puesto como una barrera, una cortina que disimulaba  ese vivido del cotidiano de los pobres, humildes y pecadores en búsqueda de la verdadera paz. A estos últimos, Jesus dio mucha atención y presencia de consuelo.  La simbólica de la cortina del templo que se quebró al momento de sus últimos soplos nos recuerda que el verdadero templo  esta en el pueblo y que su Padre se encuentra dentro de ese pueblo. Su intervención en el templo de Jerusalem, echando por afuera los vendedores del templo y su otra intervención dando toda una lección a los doctores de la ley, a los grandes sacerdotes etc. nos coloca en una situación en que se necesita romper con esos cultos centrados en el poder y en su persona.

    Lo que vivimos tiene mucha semejanza con aquel tiempo. Hay los que se quedan pegados a la Iglesia institución y a sus códigos canónicos, hay los que se pegan a la realidad de los pueblos, acompañándoles con el Espiritu del Resucitado que distribuye sus dones de la manera que quiere y a quienes quiere. Este Espiritu esta muy presente en los tiempos que vivimos y sigue realizando maravillas en nuestro mundo que la Iglesia institucional tiene pena a reconocerlos. Esta presa, esa Iglesia, de la cortina que le impide ver al mundo que tiene sed y hambre de justicia, paz, verdad. compasión y esperanza etc.

    No sé si mi reflexión cuadra con lo dicho en el articulo de George. Lo entendí un poco como la dualidad entre una Iglesia institucional que quiere mejorarse sin conversion a la vida de los pueblos. Hay que reconocer que muchos se convirtieron y siguen viviendo su fe fuera de esa institucionalidad. Se hacen mas cerca del Galileo Jesus al compartir con sus pueblos.

    • George R Porta

      Parte I.
      Estimado Sr. Fortín: Lamento mucho expresarme deficiente o confusamente, como bien ha sugerido con esas u otras palabras la Sra. Carmen en otro lugar. Precisamente lo que quiero expresar es lo opuesto a la dualidad, incluso en lo dialéctico donde la síntesis es efímera porque inmediatamente encuentra su contradicción y según que la escala empequeñezca aumenta la sucesión de síntesis y nueva antítesis.
      Precisamente lo único que me atrae de la formulación de Calcedonia es la admisión no articulada con palabras, manifestada precisamente en el intento de formulación, de la imposibilidad humana de comprender. Por ejemplo, aquello que ocurre entre la ofensa y el perdón porque donde éste ocurre no elimina la ofensa, sino que la engolfa, la engulle, la integra a sí y por lo tanto se arriesga a ensuciarse con un poco de ella y lo hace con mayor o menor timidez, pero si no lo hace falla. Si el ofendido no se abaja a abrazar al ofensor en la ofensa, no en otro momento, siempre quedará algún rescoldo del deseo de la venganza.
      No pretendo sino expresar lo que siento.
      Solo existe el Galileo y atribuirle sentimientos, unos u otros es dividirlo.
      Solo existe el individuo y su carne está hecha de bien y de mal ―lo del alma lo dejo aparte que me parece demasiado bizantino.
      Esta imposible realidad del amor abrazando (o abrasando) la ofensa es la que hace fracasar toda teodicea que se plantea como una divinidad-amor puede crear un espacio o una realidad vulnerable al mal sin haberlo previsto y resuelto.
      La alternativa es que no toda realidad ha de ser comprensible. Esa es pretensión exclusiva de la soberbia humana que se propone comprender, explicar, desentrañar todo y recomponerlo un segundo después en alguna forma de explicación o sentencia.
      No digo tampoco que esté usted errado. Quizás, seguramente yo lo esté, pero veo una belleza casi sin límites o hasta donde mis ojos ya no pueden distinguir, en la posibilidad de la integridad, lo comprenda o no mi razón. Me gusta leer las oraciones poemas que compuso Tomás de Aquino al final de su vida cuando solo deseaba que se destruyeran sus escritos, según va la anécdota.

    • George R Porta

      Parte II.
      La belleza de esos poemas no reclama sahumerios de incienso, canto gregoriano, solo reclama silencio y quietud, como la del fiel de una balanza protegida del aire; como cuando se impone la voz del galileo en la balsa increpando al ruido que viaja arropado en el viento que alza las aguas: «¡Silencio, estate callado!» (Marcos 4, 39), un texto que recuerda los otros encuentros del Galileo con el mal (Juan Mateos, Federico Camacho, et al.).
      Me parece que la Iglesia sea una sola cosa, forme una unidad indivisible con la condición humana, y en ella como en el viento de la tempestad del Mar de Galilea, hay más que el mal y cuando el galileo impone su voz, solo queda «lo otro» el mal queda sometido. Los que vamos en la barca solo podemos esperar confiados.
      Aplicado esto a la realidad, no me atrevería a censurar o criticar la rebeldía contra el mal o lo malo, en o fuera de la Iglesia, pero no me olvido de que ,si no quedara más que yo sobre la faz de la tierra aún quedaría en la Iglesia mi propio mal. Desde luego no puedo prescindir de él porque es parte de mí y solo soy con él: «en dos naturalezas, sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación, en modo alguno borrada la diferencia de naturalezas por causa de la unión, sino conservando, más bien, cada naturaleza su propiedad y concurriendo en una sola persona y en una sola hipóstasis, no partido o dividido en dos personas, sino uno solo y el mismo» y es que no es posible expresar verbalmente esta realidad de lo bueno y lo malo unido, inseparable.
      Tampoco abogo por alguna forma de quietismo permisivo. Cada cual ha de hacer lo que siente que deba hacer y discierno como bueno.
      Ya sé que es legítimo esperar actitudes inequívocas de parte de los líderes de la Iglesia, pero solo esperarlas si no se quiere aceptar que son tan humanos, simultáneamente, como el que más y como el que menos.
      La Iglesia en cambio es la totalidad, incluyendo aquellos a los que Rahner llamó «cristianos anónimos» (Curso Fundamental sobre la Fe) dizque tratando de defender la posibilidad real de salvación para todas las personas.
      No le reprocho que no me comprenda; más bien me reprocho no expresarme mejor, pero en estos temas, me pregunto si alguien puede con derecho reclamar la inerrancia o siquiera la última palabra.

      • Comparto lo de Rahner relacionado a esa Iglesia que se ignora, de esos cristianos anónimos. Era un poco lo que expresaba en mi texto: hay los que se pegan a la realidad de los pueblos, acompañándoles con el Espiritu del Resucitado que distribuye sus dones de la manera que quiere y a quienes quiere. Este Espiritu esta muy presente en los tiempos que vivimos y sigue realizando maravillas en nuestro mundo que la Iglesia institucional tiene pena a reconocerlos.”

        Gracias por sus observaciones que confirman que no he bien entendido la problemática tratada en su texto. Al escuchar el apóstol Pablo (Rm:11,32, “Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos.” Al final y a cabo de todo, la misericordia de Dios sera la salvación de los unos y de los otros.”

        Con todo mi respeto

    • George R Porta

      Parte III
      La traducción al Inglés del Salmo 46,10 es bellísima y me parece que va muy bien y alude a lo que cito de Marcos: « He says, “Be still, and know that I am God; I will be exalted among the nations, I will be exalted in the earth.”»

  • Carmen

    Si George, si. A la iglesia le debemos todos mucho. A las personas que se han entregado a paliar el dolor de los que le rodeaban. A los que de buena fe han transmitido el mensaje de Jesús, de su proyecto de una sociedad más justa. Sin duda. Las personas que buscan consuelo en la iglesia y lo encuentran le deben mucho también.

    Y luego está la cara B. Esa es la que muchas personas deseamos que cambie. Pero no va a cambiar sola. Por inercia seguirá igual. Hace falta aplicar una fuerza a un cuerpo para que éste cambie su movimiento. Al menos eso dijo Newton. Pues en esas estamos.

    Si se derrumbarse la catedral de Murcia, creo que me moriría de la tristeza. No se trata de eso. Se tratad de que la iglesia como organizaciøn, como fundación, como empresa o como se le quiera llamar, necesita un cambio , pero ya. Porque dos mil años es mucho tiempo y muchas cosas han cambiado.

    Pero no sé quién o quiénes o qué sería capaz de aplicar una fuerza capaz de modificar la trayectoria del inmenso portaaviones, como hay quien la ha calificado, que es la iglesia. No lo sé. No sé me ocurre. Por eso hay quienes pensamos que la única salida es empezar de cero. Pero claro. Cómo se empieza de cero? Quién o quiénes empiezan? Hay voces que dicen que las comunidades de base. No lo sé. No pertenezco a ninguna. Eso de pertenecer a una comunidad con sus normas, no está hecho para mí. Así que , ni idea .

    Y aunque pueda parecer a veces una demonios roja, me encanta la salve el latín. Nada tiene que ver una cosa con la otra.

    Tengo mucha mano para dormir a los bebés. Como lo haces? Me preguntan a veces. Pues les canto canciones de esas que aprendí de niña y de adolescente en el colegio. Los dejo fritos.

    Nada tiene que ver una cosa con la otra.

    Me ha gustado mucho el artículo.

     

    • George R Porta

      Gracias, Carmen, aprecio mucho su opinión y la agradezco. Un abrazo cordial.

  • Alberto Revuelta

    El penúltimo párrafo del escrito de George me sugiere no solo apoyar el fondo y su forma, sino alabar la lúcida intuición del análisis de nuestro amigo cubano. Dos mil años han permitido ataques y loas a la Iglesia conteniendo toda clase de invectivas y alabanzas desmesuradas. Como me he criado en ella y me he hecho hombre en ella y lo que espero de la vida ésta y de la del futuro cuando pueda integrarme en el Sustentador tras abandonar este mundo se lo debo a ella y las gentes con quienes he crecido y vivido y ayudado a morir y a vivir, en ella. Consideró una catástrofe el desplome de la Iglesia especialmente para aquellas personas que han conocido por ella y en ella a Jesús. Y también a quienes han encontrado en ella consuelo a sus penas y amargosavatares del vivir. Me espanta la agilidad con la que tantos doctos entran sin pudor a calificar de lerdos y ciegos a aquellos que buscan amparo en los atrios y templos reales o imaginarios donde buscar asilo a los males que nos causan los poderosos, los sin entrañas, los mentirosos y la naturaleza. Veo y vivo entre tantas personas que sufren y que rezan para respirar que me alejo sistemáticamente de  quienes consideran que sólo vivir a la intemperie del silencio de los planetas y de las fauces de los leones es digno del ser humano del siglo XXI. Canto a diario al anochecer el salve Regina en latín por todos los que entre oscuridades y penas, entre alegrias y belleza, buscamos respirar y confiamos en tras la muerte respiraremos al entender y suspiraremos al ver. Me gusta disfrutar leyendo a George y sus saberes.

  • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

    Amigo George:

    ¡No pasaría nada, si el Vaticano quedase para la posteridad, como hermoso Museo para disfrute de millones de personas, ni siquiera como templo!

    Para muchas personas, que sus funcionarios buscasen un lugar sobrio, pero alegre y acogedor… el Vaticano ¡no lo es! al menos no lo fue para mí; lo que si sentí, fue… un gran dolor, por como se había convertido, un esperanzador Mensaje de Vida nueva, en un centro de negocios.

    No desaparecería el centro; pero ya no sería un país… sería una casa Madre, donde convergieran todos los estados y rincones, que tiene que ver con el seguimiento de lo que de verdad proclamó el Galileo Jesús.

    ¿Acaso el papa Francisco, ha dejado de vivir en el Vaticano por un capricho?

    Todas las personas de buena voluntad… sabemos que no.

    Nada pasaría amigo; para Cristianos, y para muchas otras personas que encuentran en el Mensaje de Jesús, una manera de vivir haciéndolo Vida en cuanto les rodea, sería un ejemplo de Vida extraordinario.

    Y… aquellas personas, para las que cuenta el bombo,  la opulencia, el poder y otras zarandajas… pondrían el grito en el cielo… y …seguirían su camino, haciendo, todo lo que los poderes de este mundo saben hacer, para no perder su prerrogativas.

    Entonces sería, como una nueva era, un nuevo renacer, como vaticinaba el C. Vaticano II… y que poco a poco, fueron convirtiéndolo… en agua de borrajas… que se dice en esta tierra donde me tocó nacer.

    No sufras, hay que volver a la cuna… de verdad… sin añadidos baldíos, y con la fuerza que el Proyecto de Jesús posee; porque allá donde se abre camino:

    ¡¡¡La Vida crece a manos llenas!!!

    Un abrazo entrañable amigo.

    pili

     

     

     

    • George R Porta

      Una nota para aclarar, al referirme a la implosión de la Iglesia no me refería solo a la llamada institución que es como su esqueleto, sino al espacio, con o sin techo, con o sin paredes, que acoge el lamento de tanta gente, incluso si no cree. He tenido presente, mientras leía tu comentario, que muchas veces ví en el Leprosorio que llevan las Hijas de la Caridad de S. Vicente de Paúl, hace más de un cuarto de siglo en La Habana, como los enfermos que desesperaban al ahogarse en sus propios fluídos interiores increpaban a Sor Esperanza Ajef o a otra cualquiera (trabajé más con ella, con sor Isabel y con sor Soledad) y ella con una dulzura inmensa, callaba y trataba de confortarles como podía porque allí no había cuidados paliativos en la época. Esa Iglesia que quizá sea espacio pero no es edificio o estructura material me refiero.
      Gracias, como siempre, amiga mía por tu paciencia y tolerancia.Un abrazo.

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        Pero esa manera de comportarse, George, no es solo porque se pertenece a la iglesia, sea esta cual sea; tiene mucho que ver como es cada persona; no siempre… y tú lo sabes muy bien… las personas de iglesia han sido ejemplares.

        Personas buenas, las hay en todo el mundo, y muchas, nada tienen que ver con la religión de las iglesias.

        Y si en lugar de formar a las personas, repitiéndolas hasta la saciedad, que todo el mal que padecen es voluntad de “dios” e hiciésemos como hacia Jesús… que sientan… que pueden luchar, que su espíritu, su fuerza, siempre está en cada persona que de verdad lo sienta en su interior; entonces se sienten capaces de levantarse, de quitarse de encima pesadas cargas, que las hunden en un infierno de culpabilidad constante, o de necesidad incansable, de peticiónes de ayuda.

        Solo hay que leer… con ojos abiertos… muchos pasajes del Mensaje… de La Buena Noticia… para comprender donde se puede encontrar la fuerza, sin tener que esperar, a la eternidad, para ser felices.

        Somos finitos, y hay que pensar, que la muerte no es nuestra enemiga, sino el fin de nuestro camino; nuestro deseo sería… hacer lo mejor posible aquello que nos “toca” y luchar por un mundo más justo.

        Pero esto que te comparto, es solo:
        “Mi manera de mirar cuanto me rodea”

        No necesito paciencia ni tolerancia, me basta saber como eres, esto es suficiente para mí.

        Un abrazo entrañable.. y disculpa mi atrevimiento.
        pili