Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7410 Artículos. - 112726 Comentarios.

Atrio, encuentro de seres ínfimos y efímeros, pero necesarios

Artículo Editorial

Y buzón para sugerencias y completar la evaluación que se propone

        Tras analizar en el editorial anterior qué es y quién es ATRIO, en vistas a encontrar su misión en los próximos y tensos años veinte de este siglo que se nos avecinan, he llegado a la conclusión de que ATRIO es un simplemente un blog más, un pequeño nódulo en una red digital inmensa, insignificante en sí en cuanto a cualidad e influencia, pero necesario porque está apoyando procesos personales de interiorización y realismo crítico.

         En el artículo analizaba las cosas concretas que podríamos mejorar para cumplir mejor nuestra misión. No ha habido debate ni sugerencias de cambios claros. Por lo tanto, seguiremos como estamos, con pequeñas mejoras progresivas. Atrio seguirá siendo lo que es y los atrieros seguiremos siendo lo que somos: seres ínfimos y efímeros, pero necesarios (de un poema-oración de M. Légaut).

         Para continuar decididos la marcha de búsqueda que vamos siguiendo juntos no es necesario ser más grandes y tener asegurado un largo futuro.  Atrio empezó la marcha el mismo año que Wikipedia, cuando Google tenía solo tres años. Y no marcó ningún límite a su desarrollo. Pero el no haber llegado a ser gigante mundial como sus coetáneos, no es un fracaso. Aceptamos ser tan pequeños y transitorios como una amapola. Pero eso no nos desanima a seguir cumpliendo nuestra misión de concienciar de la realidad, para intentar mejorarla, a cuantos más podamos.

         En la última reunión presencial que tuve con un grupito de atrieros (Madrid, marzo 2016) saqué claro que atrio tenía siempre que partir de hechos concretos y comprobables. Para analizarlos después con el método de análisis realista, crítica ética y compromiso de acción revolucionaria. Estos puntos de partida deberían siempre comprender dos dimensiones que se irían alternando y completando:

  • el mundo interior: espiritualidades, religiones, culturas, morales, cosmovisiones, ideologías… Pero nunca tratar todo esto en abstracto, como ideas o teorías, sino a partir de hechos en que se manifiesten problemas en esta dimensión interior a las personas y las sociedades.
  • el mundo exterior: problemas concretos de economía, política, ecología, guerra y paz. No se podrá abarcar toda la problemática del mundo, pero sí podremos dar preferencia a los puntos que la nuestra sociedad de la información olvida o desfigura más.

Tras entrar anteanoche en el equinocio de primavera-otoño (20 de marzo este año, siempre dos temporadas a la vez en ATRIO, implantado en los dos hemisferios) os invito a todos

  • a seguir las nuevas series que Atrio ha iniciado –la de exégesis los martes, por Salvador Santos y la de espiritualidad los viernes por mí– y toda la crisis de la extendida Iglesia católica y del diálogo interreligioso (dimensión interior)
  • a seguir la lucha por la verdad de los hechos en los puntos conflictivos en el mundo de hoy, sobre todo los más olvidados o deformados por las campañas mediáticas:
    • Venezuela y toda Latinoamérica
    • La política española y europea,
    • En Asia, sobre todo, el oprimido pueblo palestino, Siria y la creciente hegemonía de China
    • En África, todo lo que pasa en el continente y el olvidado (incluso por Atrio) pueblo saharaui.
    • Y después, la protección de la naturaleza, las cuestiones del medio ambiente, la salud….

Y no os olvidéis… de visitar la informaciones y demandas que se incluyen en el botón Aportaciones

 

137 comentarios

  • Javier Peláez

    Acaba el juicio del procès y conviene decir algunas que se pueden decir sin conocer su con tenido:1.Esta sentencia,cualquiera que sea su contenido,no va a contentar a nadie.Unos porque en absurdo digno de mejor causa(indepes sector Puchi) dicen que sòlo la absolución debe ser el resultado.Absurdo porque los abogados de varios acusados han reconocido la desobediencia en su alegato final.Habría que ver si se les acusò de desobediencia que no lo sé porque no conozco los escritos de acusaciòn.Otros(el macizo de la raza de España) porque esto fue un golpe de Estado y Santiago y cierra España…2.No me cabe duda que la sentencia,sea el que sea su contenido,serà extensa y fundada en derecho…Los magistrados del Supremo son expertos..3.Los tribunales no estàn para resolver problemas políticos…Error de Rajoy y de los indepes…4.Ni Cataluña,ni España se merecen paralizar su actividad política por una sentencia…5.Al punto 4 no me haràn ni caso determinados políticos porque la pereza intelectual y la incapacidad política de determinados políticos es evidente….

  • Carmen

    Ay Pilar, qué pequeño es el mundo. Sé quién es Pedro María Lamet. Ya estará mayor, como todos. Sí por casualidad lo vuelves a ver, que te cuente lo que sucedió con su presentación impresentada de un libro de Masiå Clavel, otro jesuita con problemas, este por cuestión de ética y aborto y esas cosas. Ahora anda por Japón. Es el más listo de todos los jesuitas del mundo mundial. Hace bien.

    Besos.

  • Javier Peláez

    El Vaticano acusa a la ideología de género de crear una “sociedad sin differencias de sexo…”.Es cierto que yo discutía con mi hija que era un pansexual porque se lo habían explicado en el Instituto y no lo entendía y Pepe Blanco me lo explicaba amablemente en atrio…Desde luego lo que es difícil de entender es un “eunuco por el Reino de Dios”…La Iglesia tiene poco futuro porque yo veo lo que piensa mi hija adolescente y sus amigos/as,algunos abiertamente bisexuales…y la Iglesia no es un interlocutor válido para esta generación que viene…Yo le auguro tan poco futuro como a la tauromaquia…Yo veo la fuerte conciencia animalista de mi hija y sus amigos y le auguro que los toros,los zoos,los espectáculos con animales…caput…En cuanto a la Iglesia le pasarà lo mismo como no cambie el chip…Uno en Madrid ve la desinhibiciòn con que los jòvenes y jòvenas homosexuales expresan su amor en público..y se da cuenta que caminamos hacia un mundo totalmente distinto y en esto bastante mejor…y la Iglesia catòlica tradicional en esto no tiene futuro(gracias a Dios!)

  • oscar varela

    La Esperanza
     
    En Las leyes, Platón dibuja la taxonomía de las pasio­nes, ubicadas en un terreno intermedio entre alma y cuerpo: organiza la dupla placer/dolor y sus corres­pondientes futuros, esperanza y temor. La esperanza, fuerte brújula orientada al placer o a la felicidad, es ilusión para algunos y carisma para otros. Péguy, el poeta socialista francés, en un hermosísimo poema dedicado a ella, la llama la hermana menor de las otras grandes virtudes teologales, la fe y la caridad. Compa ñera de las utopías, donde encuentra a su hermanastra, la fe en el progreso, no hay duda de que la esperanza puede también ser una pasión. Participa de la intensidad y la ceguera del amor, de la tenacidad de la envidia, de la megalomanía del orgullo; es contagiosa como la cólera y vibrante como la alegría. Y Cioran afirma “la esperanza es el estado natural del delirio”. Pero no siempre se la mira con beneplácito.
     
    La mitología griega nos habla de Pandora, nombre que significa “todos los dones”, la primera y más hermosa mujer, que por orden de Zeus fue modelada con tierra y con agua. Los dioses la habían colmado de bendiciones, pero Hermes puso en su corazón la mentira. Para proteger al género humano, los males habían sido encerrados en una vasija, pero Pandora, que estaba destinada a castigar a los mortales por la osadía de Prometeo, no pudo resistir su curiosidad, y al abrirla, todos se esparcieron volando por el mundo -salvo la Esperanza, que quedó encerrada en el fondo-. Don malévolo de los dioses, la esperanza, según una versión, impidió que los mortales se suicidaran en masa ante la propagación indetenible de los males. Desde entonces reparte sus engañosos consuelos entre los mortales.
     
    Notemos entonces que en su origen, según esta leyenda que revela la irónica sabiduría de los griegos, la esperanza era un mal como todos los otros. En el Prometeo encadenado, Esquilo hace decir a Prometeo que él ha dado a los mortales, junto con el fuego, la esperanza, que es ciega, para impedirles que contemplen su destino. En tren de posibles reinterpretaciones, es curioso, en realidad, que el nombre de Pandora signi­fique todos los dones, cuando ella era la encargada de custodiar el recipiente que contenía todos los males. Otra versión señala que la vasija contenía en realidad todos los bienes, que escaparon a la morada de los dio­ses, dejando a los mortales librados al imperio de los males: esta versión rescataría el perfil benévolo de la esperanza. Puede pensarse también que Pandora, como Prometeo, es símbolo del acceso del hombre a los bie­nes de la vida civilizada, del fuego en adelante, que fueron robados a los dioses y que, desde una visión pesimista, se consideran fuente de todos los males. La existencia de distintas versiones, unas positivas y otras negativas, acerca de su naturaleza, subraya la ambivalencia que despierta siempre la esperanza, fuen­te de alienación para algunos y gaje de supervivencia para otros.
     
    No sólo los griegos, sin embargo, critican la espe­ranza. Poetas y pensadores célebres desconfían de ella: Anouilh habla, a través de Antígona, de “la sucia es­peranza”; Apollinaire la describe como violenta en uno de sus más célebres poemas. Por su parte, Spinoza in­cluye a la esperanza entre las pasiones tristes porque en su sistema metafísico ella es disminución de la po­tencia y pasaje a un estado de menor perfección, como sucede con todas las pasiones tristes. Según él, la espe­ranza es un gozo inconstante, nacido de la idea de una cosa futura o pasada, de cuyo resultado dudamos de alguna manera. La equipara antitéticamente con el miedo, ya que considera que estas dos pasiones -ne­gativas en su sistema- son particularmente relevantes por los problemas éticos, religiosos y políticos que in­tentan resolver: sometidos al imperio de la esperanza y el miedo, los hombres se vuelven crédulos y serviles.
     
    No hay esperanza sin temor, ni temor sin esperan­za: se trata de dos afectos inestables e imprevisibles, dice Spinoza, y aun cuando todos lo son, figuran entre los más violentos. Por una parte, mientras se está pen­diente de la esperanza, se teme que lo deseado no se realice; por el contrario, quien experimenta temor ima­gina una situación de exclusión, que conduce a la re­signación y a la parálisis. El individuo temeroso se en­trega fácilmente a promesas de seguridad que dan ori­gen a su utilización como instrumento de dominación política. Mientras duran, estos afectos dominan el cuer­po, la imaginación y la mente del sujeto, llevándolo a la pasividad.
     
    Como afirma Remo Bodei, Spinoza polemiza con­tra los apóstoles de la esperanza terrena y los predica­dores de la felicidad celeste, es decir, contra todos cuan­tos imaginan a los hombres diversos de lo que son, delineando sociedades utópicamente perfectas, don­de razón y libertad reinan soberanas sobre las pasio­nes. La esperanza se vuelve entonces instrumento de obediencia y se asocia fácilmente con el fanatismo. La aspiración de Spinoza, en cambio, es alcanzar la vida en una organización social cuyo sentimiento de segu­ridad la ubique más allá del miedo y la esperanza. Goethe y Nietzsche seguirán los pasos de Spinoza en este sentido: uno de los personajes dramáticos del pri­mero considera al miedo y a la esperanza los dos ma­yores enemigos del hombre; el segundo habla de la esperanza como el peor de los males.
     
    Convengamos que la noción tradicional de espe­ranza es más positiva, con todo, que la de Spinoza. “Espera de algo deseado, considerado posible o pro­bable, pero inseguro”, la definen los diccionarios. Como virtud teologal, la esperanza cierta se funda en la fe en Dios, garante de su cumplimiento. “La fe es la sustan­cia de las cosas que esperamos”, dirá San Pablo.
     
    Interesante es notar que el verbo español esperar, a diferencia de lo que ocurre en general y particularmente en otros idiomas descendientes del latín, confunde el sentido de espera y esperanza, algo que entusiasmaba a Andró Gide, originario de una lengua donde attendre y espérer tienen sentidos muy distintos. Cabe pregun­tar si tal confusión omite el sentido ilusorio de la espe­ranza, menos confiable que la espera, o bien señala que la espera, tanto como la esperanza, puede también ser defraudada.
     
    La dinastía etimológica de la esperanza, con todo, es clara y brilla en la raíz indoeuropea *spe, que signifi­ca expandirse, aumentar, y se extiende a cualquier tipo de expansión en sentido físico o psíquico: tener éxito, ser capaz de llevar algo adelante. *Spe dará en latín spes (espera de un suceso feliz), de donde nuestra esperan­za, que es tensión y despliegue afectivo hacia el futuro. Pro-spere significa prosperar en latín, es decir, evolu­cionar según lo esperado, volverse pró-spero. Esta ten­sión hacia el futuro en los términos derivados de la raíz *spe originalmente está coloreada de buen resulta­do: éxito, aumento, capacidad para algo; sólo más tar­de incluirá el matiz del temor.
     
    En sánscrito el verbo sphayate, derivado de la mis­ma raíz, se traduce como “aumenta”. En hitita ispata significa lanza, y en griego spao es sacar, extender, api i cándose sobre todo a las espadas (spathe, espada ancha y larga), ya que la espada es precisamente lo que se extiende hacia delante. También está relacionada con *spe la espátula, instrumento para expandir o esparcir algo. De la descendencia de *spe, a través de la modifi cación span, encontramos en anglosajón spowan: pros perar, y spannan: tender. El holandés actual spanning (excitación) también lo evidencia. (Notemos que, en francés, attendre, que nosotros traducimos como esperar, se forma desde el latín ad-tendere: también está aquí presente la tensión.) En antiguo inglés encontramos otro descendiente: sped, éxito, que también se relaciona con speed, prisa. En letón, spes significa poder.
     
    Como hemos dicho, la derivación desde esta raíz hacia el sentido de esperanza como espera de algo inseguro o de temor aparece más tarde, y caracteriza la noción de esperanza en sentido moderno. Diríamos en principio que la esperanza temerosa no es una noción de la cultura indoeuropea original, pero en todas las culturas y lenguas posteriores apareció más tarde la experiencia de una espera incierta, y todas crearon distintos términos para esta experiencia, pero sin una fuente común. Así, el griego elpis, además de esperanza de algo incierto, incluye otros sentidos: simple espera, temor, conjetura, creencia, pensamiento (en el sentido de “creo que”). Euelpis significa buena esperanza. En las lenguas germánicas, hope en inglés (que se relaciona con el verbo hop, ya que la imagen es la del salto con el que se trata de atrapar algo), Hoffnung en alemán, des­cienden de raíces desarrolladas tardíamente, que también contienen un elemento de inseguridad.
     
    Acaso pueda hipotetizarse una evolución de la noción de esperanza: en las culturas que concebían (y conciben) a la naturaleza y el cosmos como obra de divinidades creadoras, dispensadoras, protectoras, la satisfacción de las necesidades y la seguridad estaban confiadas a ellas, y en el caso de los indoeuropeos esta esperanza era entonces “esperanza confiada”, como la del niño en su madre, y no estaba teñida de temor: no es la esperanza triste a la que se refiere Spinoza. En culturas en las que, a partir de los griegos, el hombre pasó a ser el centro, en las que se fue acentuando cada vez más la conciencia de la propia individualidad, la propia capacidad, la esperanza de la satisfacción de ne­cesidades y de seguridad dejó de estar depositada en divinidades, que cada vez fueron desdibujándose más, y ya laicizada pasó a las manos del mismo hombre, de individuos cada vez más aislados y también más car­gados de temor. Ésta es la spes latina, tendida hacia un futuro frecuentemente inseguro.
    ……………………….
    NOTA AL PIE:
    Existe otra raíz indoeuropea que ya en el origen abarca aspectos de lo que entendemos por esperanza, pero de una esperanza aso­ciada con la fe y la confianza. Se trata de *bheidh, que significa persuadir y confiar, y de la que deriva el latín fido: tener confian­za, y fides: confianza. Benveniste señala que *bheidh representa la “noción de confianza que se deposita en alguien de quien se es­pera protección, a quien se le cree, quien a su vez tiene ‘créditos’ como para que se le crea, y por eso persuade, y por lo tanto obli­ga. De allí el gótico beidan: confianza en que se cumpla algo, un suceso esperado, con la confianza que da la convicción; creer y por eso esperar; poner la confianza en alguien o alguna cosa que se espera”. Se trata de la “espera esperanzada” de la que habla San Pablo (1“ Cor., 13,7): “el amor lo cree todo, lo espera todo, lo soporta todo”. Es ésta una esperanza sin incertidumbre, de algo que se espera sin temor de que no se realice pero no como un simple aguardar, sino el aguardar como se aguarda que salga el sol -porque lo que está en juego es la confianza, la relación perso­nal con algo o alguien de quien provendrá lo que se espera-
    FIN DE LA NOTA
    ………………………..
    Más allá del progre­sismo optimista de los tiempos del Iluminismo, la posmodernidad acentuará una actitud negativa con respecto a la esperanza.
     
    Notemos ahora la existencia de SP, una onomatopeya que sustenta a *spe y se relaciona con otras raíces y derivaciones que parecen estar vinculadas con su sentido central. Así tenemos *spen, que significa esti­rar -una manera de expandirse- y también hilar. En inglés spinncr, hilandera, y spider, araña, provienen de esta acepción. En otras lenguas indoeuropeas se de­sarrollan palabras con significados afines, como tren­zar o trabar. En griego, por ejemplo, donde se pierde la s- inicial, pene es trama o tejido, y penion se llama al copo de lana en la rueca. En alemán spinnen es hilar; notemos que se hila en la rueca, en la que el hilo pende de una vara. Es decir, habría una relación entre hilar y pender. La imagen primera es la del estiramiento del hilo que se fabrica para el tejido, y de esta imagen y esta misma raíz *spen se derivan después otras que de­signan otras formas de pender.
     
    Pendere, en latín, derivado de *spen, significa pen­der, estar colgado y da péndulo, apéndice, depender y pen­der entre otras derivaciones. También dará penis, que significa originariamente la cola que comparte el hom­bre con seres cuadrúpedos, y pincel, de penicillus, dimi­nutivo de penis. Cola es cauda, lo que cae -del verbo cadere-, y cauda y penis son sinónimos, ya que ambos significan extremidad que cuelga. La lengua parece diferenciar drásticamente entre el órgano masculino en estado de reposo y en su acción eréctil, para la que re­serva el nombre de falo, derivado de phallus, rescatan­do así el orgullo masculino. Por lo tanto, la célebre en­vidia del pene, traducida etimológicamente, represen­taría una peculiar e inexplicable envidia acerca de una cola que cuelga o cae. Es decir, el nombre apropiado para el sentimiento al que apuntaba Freud, si nos ate­nemos a la realidad lingüística, debería ser el de la en­vidia del poder fálico, teniendo en cuenta, además, que el falo -que se describe en los diccionarios etimológicos como lo erguido, floreciente y burbujeante- no desig­na específicamente al órgano masculino, sino a toda zona capaz de erección, lo que incluye, naturalmente, el clitoris y los pezones de ambos sexos. Es decir, lo fálico no está adscripto exclusivamente a los poderes viriles, sino que designa la plenitud de la sexualidad humana, cualquiera sea el género que la experimente y la demuestre. La raíz de falo, *bha, produce en todas las lenguas indoeuropeas una interesante catarata de verbos y sustantivos relacionados con verbos como brillar, florecer, que invitan a ulteriores investigaciones.
     
    Entre otras derivaciones de pendo tenemos el frecuentativo penso que significa originariamente pe­sar en una balanza: la forma primitiva de pesar es de­jando pender el objeto que cuelga de la mano, y ésta es también la forma más primitiva de balanza, la de la bandeja que se sostiene de la mano y en la que se colo­ca el objeto que se quiere pesar. Pensar es sopesar ideas. De allí proviene, probablemente, la expresión “razo­nes de peso”. Notemos que los objetos que penden pueden llegar a extenderse y a crear una cierta tensión, como lo explicita el significado originario.
     
    Es muy notable que esperanza se diga en hebreo tiqvah (que significa asimismo fe, finalidad, meta), sustantivo procedente del verbo que equivale a “estirar como una soga”, como si las expectativas se estiraran hasta el límite. (Nuestra palabra esparto está relaciona­da precisamente con las raíces citadas, que indican estiramiento.) También existe el verbo qawáh, que significa estirar, esperar con confianza. La identificación de esperanza con estiramiento y tensión aparece así como una metáfora tan poderosa que atraviesa fronteras de tipologías lingüísticas diversas. Pero notamos que, a diferencia de las lenguas indoeuropeas, la esperanza hebrea no conoce temor ni inseguridad, ya que se identifica con una noción de confianza plena. Desde el momento en que se puede intercambiar con “estar seguro” tiene una clara nota de certeza. Así en hebreo bíblico batah es confiar, estar seguro, asegurar, y betali, seguro, confiado, sin peligro; sin miedo.
     
    Una manera especial de extenderse es avanzar perforando algo, y así tenemos *spei(k), puntiagudo, que nos dará en inglés spik, clavo, y spike, eje, según el dic­cionario de Watkins. En derivaciones que se relacionan con el picar de los pájaros, woodpecker, magpie -un tipo de urraca-, cae la s inicial. También de esta raíz provienen expresiones que significan aguijón, o espina. Espiga es lo que sobresale hacia arriba después de abrirse la semilla, y espigón, una construcción que avanza sobre el mar. Espetar es clavar en la punta del asador.
     
    Otra derivación relevante es *sper, que significa esparcir. Antes de que se descubriera la agricultura -para cuyo desarrollo se requieren miles de años- los hombres se reproducían, y es por comparación con lo conocido -esperma, semen- que se llamó a la activi­dad de esparcir la semilla con la misma raíz que encon­tramos en esperma, que quiere decir lo esparcido, pero que puede significar también, simbólicamente, tensión y despliegue hacia el futuro. En griego encontramos sperma: semen, semilla, y spora: siembra, simiente, semilla. El esperma que el varón deposita y que se culti­va en el vientre de la mujer se identifica con la trayec­toria de la semilla hacia la tierra: claramente, las metá­foras agrogenitales son primarias. En prusiano antiguo, sembrar se dice semen. En griego spora, siembra y pro­creación, simiente, semilla, da en nuestra lengua espo­ra -célula que se separa de la planta y se divide reitera­damente hasta constituir un nuevo individuo-. En ger­mánico, sprut significa brote.
     
    Vemos así que SP, que probablemente en su ori­gen fue primero gesto y sonido de algo que se impulsa con fuerza desde la propia boca, expiración, o esputo, fue después desarrollándose como raíz para designar infinitas realidades con características “parecidas” (siembra, espada…); entre ellas, más tarde, la esperan­za: algo a lo que se tiende con intensidad. La expan­sión que implica SP puede ser proliferante y explosi­va, como lo demuestran espuma, escupir, esputo, todos términos relacionados con raíces colaterales. Parece pertenecer también a este grupo spel, brillar, y que apa­rece en esplendor, esplendidez. En inglés, spell, de la mis­ma raíz, significa decir en voz alta, recitar y deletrear; también corresponde a hechizo. Spreg, speg, dan en in­glés hablar y habla (speak, speech), y en holandés, spraak, que significa habla. El hablar y el resplandecer son a veces etimológicamente concomitantes, ya que son expansiones del ser, y están tendidos hacia fuera: “Ha­bla, para que pueda verte”, dice Lichtenberg. La luz (faros y semáforos) y la palabra son ambas portadoras de signos y como tal los identifica el lenguaje.
     
    El latín spec- significa ver (como lo vemos en espectáculo) y justamente el ojo es el órgano sensorial que tiene que ver con la extensión, aquel que más lejos lleva nuestra capacidad perceptiva y la despliega a la distancia: ciertas cosas que no podemos escuchar, oler, gustar ni palpar son accesibles en cambio a nuestra vista. Dentro de esta familia también tenemos espía —alguien que necesariamente mira más allá del con­texto familiar—. Probablemente no sea un azar el que en irlandés del Norte la palabra que designa al ojo, suil, sea la misma que designa a la esperanza.
     
    Notemos asimismo que en latín, spirare -del que los diccionarios eluden los orígenes, pero que está sin duda relacionado con una onomatopeya central SP- está involucrado en aspirar, inspirar, respirar, suspirar y sobre todo en espíritu. Sería interesante explorar, a título de hipótesis, posibles relaciones de metátesis entre las raí­ces sp y ps, significando expansión física y a la vez aspi­ración espiritual; psyché en griego es el nombre del alma. Y alma viene del latín anima, relacionada con anemona en griego, flor que se abre al menor golpe de viento. Todas estas raíces tienen que ver con gestos respiratorios.
     
    El espectáculo que implica el ver, el esplendor que nos despliega en la luz, el hablar que en las lenguas nórdicas siempre muestra la sp de speak, el respirar, el esperma que nos reproduce, la espiga que atraviesa la semilla como el espigón atraviesa las olas, son todas actividades, instancias que nos expanden en el espa­cio y en el tiempo. Y probablemente, en el mismo espa­cio se tenga una visión lingüística coherente con la física moderna, que le atribuye propiedades expansivas (ek-span-sivas). La noción común a estas imágenes parece ser: tensión, crecimiento, expansión; y como lo hemos visto, la expansión se obtiene a ve­ces a través de un crecer, un esparcir o un desparra­marse y derramarse.
     
    La prisa (speed) nos hace progresar en el espa­cio, la esperanza en el tiempo; el espacio mismo es elástico y se expande constantemente; las hilande­ras y las arañas (spinners y spiders) tensan sus hilos alargándolos; los clavos (spiks) y las espinas avan­zan a través de sus perforaciones; las esporas se se­paran de la planta y se esparcen a través de sus pro­gresivas subdivisiones; la espuma y el esperma son expansiones o derrames de líquidos contenidos; el habla –speech que es respiración, alma modulada- es la expansión más directa de la persona humana, como el esplendor es la expansión natural de la luz; la espátula esparce colores y la espada amenaza, per­fora y mata adelantándose; el ojo espía que llega a ver estrellas y planetas extiende su poder sobre los otros órganos sensoriales, a los que aventaja en al­cance y distancia, brindándonos toda clase de espectáculos; espiramos, aspiramos, inspiramos, suspiramos, respiramos integrándonos al aire que nos rodea. Y esta constante tensión, este crecimien­to, parece ser gobernado por una de las realidades básicas originales de la metáfora, el aire espirado con fuerza, es decir por el espíritu, que acaso sea esto solamente: tensión, expansión y crecimiento constan­te -como el espacio mismo- Como la esperanza.

    • Carmen

      Un señor español, jesuita , que al final tuvo problemas con su orden o lo que sea eso de los jesuitas, escribió un libro, no muy largo, que se llama Yo creo en la Esperanza.
      También yo creo.

      Un texto superinteresante.

      • oscar varela

        En cualquier momento
        un Dominico o Franciscano escribirá
        “Yo Espero en la Creencia”
        ¡Sería Genial …
        y entretenido!

      • M. Luisa

        Hola Carmen, “Yo creo en la Esperanza” De J.M Diez Alegría, fallecido hace no muchos años, planteaba allí ideas que empezaban a ser ya algo revolucionarias para la dogmática.
        Un saludo!

      • Carmen

        Gracias. Por eso tendría problemas. Supongo
        Besos

      • juan antonio vinagre oviedo

        Carmen: Ese libro “Yo creo en la esperanza” (y algún otro), que para mí fue en su día un libro muy importante (y aún lo releo a veces), le costó a Díez Alegría no sólo la cátedra en la Gregoriana, sino también la permanencia en la Compañía, por órdenes superiores (no de la Compañía, hasta donde yo sé.) Éste fue el precio y la cruz del seguimiento fiel al espíritu del Evangelio, que está por encima de las normas… Díez Alegría fue un creyente cristiano cabal, de vida coherente y ejemplar. ¿Quizá por esto, la Compañía lo mantuvo “encubierto”? De hecho, acabó su vida acogido en la enfermería que los jesuitas tienen en Alcalá de Henares. Por eso el escritor jesuita Pedro Lamet escribió un libro sobré Díez Alegría, titulándolo así: “Un jesuita sin papeles”.
        Me extiendo un poco en este caso, no sólo por admiración personal, sino sobre todo porque fue un seguidor de Jesús de Nazaret con todas las consecuencias. Díez Alegría fue uno de los grandes “misioneros” que enseñaba la necesidad de reconversión de la Iglesia en los años 60-70, y que por ello ponía al descubierto sus muchas infidelidades y distorsiones, incluso doctrinales. Por eso tuvo tantos problemas…, que le sirvieron para probar su fidelidad en el seguimiento, que está por encima de las normas… Sirva este comentario como complemento al art. de S. Santos acerca de las condiciones del seguimiento…

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        Totalmente de acuerdo con los comentarios referentes a Diez Alegría.
        Fue un gran hombre, un gran creyente y seguidor del Proyecto que el Galileo proclamó; nunca miró el precio que le hicieron pagar por su fidelidad, precisamente, los que llevan la voz cantante en la iglesia poder.

        Nunca perdió el gozo que le llenaba ese seguimiento fiel, sin palabrerías, sino con su propia vida.

        Fue un gran trabajador en esa Sociedad alternativa que tanto nos cuesta asumir; fuera de toda religiosidad … que tanto daño ha hecho y está haciendo a las personas de buena voluntad.

        Por estas personas diseminadas por todo el mundo… esa semilla … tan rica y productiva allá donde es sembrada, la Vida cambia, crece, hace que las personas se levanten y vuelvan a vivir.

        Y algún día, nos sentiremos capaces de “salir” de las dominaciones religiosas, y comenzar a pensar y optar con los ojos bien abiertos, que queremos en nuestras vidas, si una capacidad de compartir nuestra suerte con los más desfavorecidos, haciendo que dejen de serlo… no para poseer… sino para:

        ¡¡¡SER!!!
        mº pilar

      • Carmen

        Si. Creo recordar que él se definía a sí mismo como un jesuita sin papeles. Me hacía gracia la expresión.
        En el pozo del tío Raimundo lo adoraban. Diría que abandonó la compañía de Jesús, pero no me haga mucho caso. Y si, terminó en una residencia de jesuitas mayores. No creo que no le correspondiera. Se lo ganó a pulso. Muchas personas lo respetaban muchísimo, entre las que me encuentro. Porque a veces hay que tener valor para decir aquello que todo el mundo piensa, pero calla por puro temor. Y este señor fue una de esas personas.
        Ahora hay un sacerdote, no sé si es o no jesuita, lo conocerá por la prensa. El padre Ángel. Pero no es lo mismo. Su concepción de la ayuda es otra, o quizás debería decir de la justicia social, no sé.
        También me gusta el padre Ángel, pero para mí, no hay color. Estå haciendo muchísimo bien, pero no va a la raíz del problema. Creo,me parece.
        Me gustó el libro. No puedo entender por qué pagó ese precio. No lo puedo entender. Cierto que los tiempos eran otros, pero, permítame que le dé mi opinión. Hay muchísimos cobardes dentro de esa compañía. Pero es una opinión muy personal.
        Se lo quise decir a Óscar. No sé si lo conoce. Solamente le quería decir que yo también creo en la esperanza.
        Le conté un cuento donde decía que la criatura estaba llena de esperanza. Y al leer este texto, le quise decir que yo también creo en la esperanza. La que relata en la segunda parte. Porque ya se habrá dado cuenta que soy una romántica, en el mejor sentido de la palabra. Imaginativa , adorno personajes y no sé qué es la Verdad. Tampoco me importa demasiado. Hay quien dice que es imposible conocerla. También lo creo.
        En el fondo puenso que la belleza y el romanticismo salvarán al mundo. Alguna vez.
        Eso espero.
        Un saludo.

      • Mª Pilar García Martímez de Aguirre

        Carmen: En la compañía de Jesús, hay personas con distintas maneras de ver la realidad que les rodea, y es normal; son personas como todo hijo de vecino; los hay con miradas evangélicas al ciento por cien… pero también los hay “carcas al máximo” y así se comportan.

        No solo en el Pozo del tío Raimundo le querían de verdad; en mi querido C. Pignatelli, también se estaba con su manera de hacer y sentir, y sobre todo de vivir.
        Personalmente doy fe de ello; fueron unos tiempos de gozoso recuerdo.

        Cuando presentó su libro Pedro M. Lamet, lo hizo con tanta fuerza y convicción, que fue un gozo escucharle. Mucho jesuitas lo querían y admiraban de corazón.

        Pero los humanos somos cada cual… como decidimos ser… y creer, aquello que nos es más cómodo y bueno para nuestros intereses.
        Un abrazo entrañable.
        mª pilar

      • Carmen

        Por supuesto. Hay de todo. Pero por mí experiencia personal creo que hay muchos cobardes. Pues como en todos sitios.
        Mis monjas , no sé cómo se dice, están como bajo su tutela, eso me ha permitido conocer a muchos.
        En Murcia no había colegio de jesuitas, no teníamos la talla suficiente, el más cercano estaba en Alicante. Allí fueron amigos míos. Mis hermanos fueron a capuchinos.
        Pero tenían y tienen una iglesia, en santo domingo, centro de la Murcia antigua. Había en tiempo de mis hermanos un señor , lo conozco como el padre Solís. No sé ni su nombre, era muy pequeña. Mis padres lo adoraban, pero del todo. Llevaba lo que se llamaba la congregación Mariana de chicos. Te podría contar mil cosas. Había una especie de cargo , que no sé si se inventó el padre Solís: duende. Era el que llevaba los recados. Mi hermano Perico lo fue. Era un señor con una inquietud social muy grande
        Sé que hay buena gente. Lo sé. Tengo amigos jesuitas y jesuitas que no logro entender.

        Alguna vez me explicará alguien, como con un jesuita en el papado y toooooooda la compañía detrás, la iglesia siga igual. Es como para perder la Esperanza. Pero no la pierdo. Alguna vez llegará alguien sin miedo al papado. Alguna vez. Y hará una transición. Con los jesuitas o sin los jesuitas, con los dominicos o sin los dominicos, con los cardenales o sin los cardenales, porque el Papa es el monarca absoluto de la iglesia.

        Tuviste mucha suerte Pilar. Descubriste ese centro. Muchísima. Me alegro por ti.

        Besos

    • George R Porta

      Gracias, Oscar, esa es la «historia» la etiología, el pedigree de la palabra esperanza, pero ¿cuál es la situación de la palabra misma hoy dúa y la de la noción que representa? Imagino que un estudio tan amplio y retroactivo como éste debió tener alguna clase de proyección, alguna clase de «esperanza», quizás. ¿O no?. Ojalá te entusiasmes y escribas otro reporte sobre el futuro de la noción y de la palabra misma… fuera profético.

      • oscar varela

        George!
        Este (LA ESPERANZA) es un item de un librito,
        del que extraje para ofrecérselo a Juanjo Tamayo
        que anda por las UTOPÏAS y la ESPERANZA de Ernst Bloch.
        A Juanjo le gustó.
        La Autora es argentina.
        Te paso el Índice.
        ETIMOLOGÍA DE LAS PASIONES
        Ivonne Bordelois

        Í N D I C E

        Prólogo

        1. Entrada en la materia

        1. El lenguaje: ¿un nuevo oráculo?

        2. La etimología como nueva hermenéutica

        3. Un poco de historia

        2. Las primeras pasiones

        1. De la cólera en los tiempos del amor
        * Eis

        * Men

        * Furor

        * Werg

        2. De la ira al sufrimiento: el linaje de la pasión

        3- El amor

        Del amor en Roma y sus alrededores; raíces latinas del amor
        Una excursión onomatopéyica
        El amor griego. Intermedio platónico
        Love, Liebe: libido y alabanza en lenguas germánicas.
        Amor, onda germánica
        Deseo, concupiscencia y voluptuosidad
        Anatomía del placer

        3. Las pasiones oscuras

        1. Codicia y avaricia

        2. La mirada de la envidia Una digresión relevante

        3. Celos

        4. Tristeza

        4- Las pasiones claras

        1. Alegría

        2. Felicidad

        3. Esperanza

        Epílogo

        Agradecimientos

        Bibliografía

      • George R Porta

        Gracias, Oscar. Me interesa el libro y no sé si estaré a la altura pero puedo intentarlo. El «Principio» de Bloch lo lei en Cuba, en un grupo de universitarios de Filosofía que me toleraban en el grupo porque yo era de Ciencias, aunque solo pude leerlo completo cuando salí. Curiosamente en Cuba era prohibido. A esta autora argentina no la conozco. Buscaré. Un abrazo cordial.

  • George R Porta

    Parte II
    La existencia, el existir, ocurre sobre una propuesta ya dada, sobre todo por el efecto reductor o limitante de la socialización o crianza en el contexto de una cultura, aunque sea interactivo o dinámico ―quizás Freud no anduvo descaminado cuando rectificó para reconocer que la civilización causa descontento (1929)― es destructiva en el sentido que podar los árboles para estimular su crecimiento lo es. Así el crecimiento dirige la existencia en direcciones progresivamente específicas, opción tras opción, reduciendo el espectro de posibilidades y predeterminando otras hacia la opción final que cierra toda otra opción cuando ocurre el último respiro (Ladislao Boros, 1977). Entonces, en un instante repentino la existencia se solidifica y solo continúa la desnaturalización material, el cuerpo ya no es capaz de sostener la adaptabilidad, la versatilidad de la existencia de la persona que concluye la suya.  Quien llegó a este punto final ya solo puede «ser» el ser que haya devenido y, si bien resulta cada vez más incompleto, ya solo puede continuar aceleradamente su degradación material.  
    La humildad permitiría ver esto con gratitud y benignidad. Darwin quizás erró al pensar que sobrevivía el mejor equipado o el más capaz de sobrevivir. La experiencia demuestra que todas las existencias mueren, todas concluyen, las más débiles y las más fuertes, las mejor equipadas para existir y las demás.
    El punto de origen de cada existencia puede ser muy diverso, a pesar de los elementos comunes. La prolongación en el tiempo de cada una puede ser muy diversa. El punto de arribo, de destino es el mismo. Es la desaparición de todo potencial de cambio. Si ese punto marca en la creencia de alguien el comienzo de otra cosa, aunque se trate de un recomienzo como en el caso de quien cree en la reencarnación o en la resurrección del cuerpo, está por probarse. La ciencia arde por poder probarlo cuando es más imaginativa y soberbia y se niega a imaginarlo cuando es incapaz de tolerar un nivel alto de ansiedad y de flexibilidad. Solo la humildad ofrece la alternativa de no negar ni afirmar aquello que aún no se sabe evidentemente.
    En estos múltiples contextos que se entrelazan es obligatorio mirar al aborto como violencia contra la propia mujer y contra la criatura, en primer plano, y en un segundo plano contra el padre si ha tenido el coraje de desear su descendencia a punto de serle arrebatada, y en un plano más lejano, más hacia lo exterior, de la comunidad que no se puede determinar qué perderá. Aquí incluyo el sufrimiento ajeno como invitación a la compasión auténtica, no a la que deja ganancias secundarias, sino a la esté fundamentalmente orientada a otra persona o situación, o cosa, aunque siempre implique un tanto necesario de egoísmo, activo o pasivo.

  • George R Porta

    Parte I
    Algo sobre la «rotura» natural humana. En el sentido que aquí lo utilizo el término está en desuso, pero no por ello deja de ser aplicable. La naturaleza humana necesita ser recompuesta y esta necesidad es la que quizás creó el espacio a la idea de una redención necesaria en el pensamiento mágico de los compositores originales de los escritos bíblicos, según que iban copiando de las culturas circundantes. No es punto para tratar aquí, pero los llamados «textos terribles» de la Biblia (Phyllis Trible, 1984) hunden sus raíces en esta consciencia del mal, lo malo y la malignidad porque a la soberbia humana religiosa le molesta su rotura, su imperfección o incompletitud, y prefiere hacer capaz del terror a la propia divinidad para salvar su propia apariencia.
    No se trata de una necesidad de redención retributiva, sino de completamiento, de acabar de llegar a donde pudiera si todos sus potenciales se realizaran. Esta incompletitud, aunque sea vista como rotura es el espacio del crecimiento, del mejoramiento, de la superación. Por otra parte, una muy difícil ansiedad por acabar de llegar puede aumentar la incompletitud a base de optar destructivamente.
    Muchas veces mirando a la breve existencia del Galileo, parece obvio que hiciera opciones autodestructivas que los demás cercanos a él trataron de impedir. Las narraciones evangélicas sugieren un cierto proceso de advertencia un clímax de agresividad, por ejemplo, en el asalto a los cambistas del atrio (Juan 12, 35), y una realización muy angustiosa de que al final se cerraban las puertas sobre él y la muerte ominosa se acercaba a paso agigantado (Lucas 22, 44). Incluso sugieren un momento de profunda humildad al sentir una especie de desengaño con respecto a su padre y, pensando como pienso, quizás haya trazas por lo menos de lamento por el abandono temprano de su padre cuando en la cruz tras horas de intenso sufrimiento (Mateo 27, 46; Marcos 15, 34) expresa su profundo sentimiento de abandono ―físicamente no fuera imposible que alucinara―que, teniendo en cuenta que alguno de los narradores evangélicos pudo recoger tradiciones orales no completamente auténticas, esta sección que incluye el voto de confianza final al encomendar su propio espíritu no sea completamente «histórica» más que como metalenguaje.  
    El poeta Machado, me atrevo a afirmar, quizás cometió un error imaginando que al andar se hace el camino ―la imagen es bella y por lo tanto más que perdonable― pero acertó si quiso decir que el andar hace la andadura, el recorrido del caminante. El camino mismo, el suelo sobre el que la andadura ocurre, ya existe y se hace más accesible porque los pies del caminante lo van encontrando.

  • George R Porta

    Parte III
    El derecho a tener descendencia, no por mandato de alguna divinidad sino por el mero placer de originar la existencia y hacerla sostenible hasta que pueda por sí sola causar su propia sostenibilidad no me parece irracional, menos discutible. La mayoría de las personas ha podido experimentar el muy humano sentimiento de ternura al cargar a una criaturita recién nacida.
    Este derecho del que hablo, el derecho fundamental a procrear es el que cuestiona con mayor vigor la injusticia social que puede hacerlo imposible de ejercer. Todos los demás derechos fundamentalmente humanos están orientados a que el ejercicio del derecho a procrear sea ejercido de manera sostenible y segura. Cualquier limitación impuesta a este derecho constituye violencia y es por lo tanto injusta. Esto no es difícil de comprender: Las mujeres y los hombres que opten por ejercer el derecho a procrear, al hacerlo, simultáneamente optan por proveer a su grupo social de futuro porque engendrarán a quienes durante su existencia podrán sostener el mismo esfuerzo de sostenibilidad de la comunidad, generar de manera constante, sucesiva, el bien común. Estas familias tienen por tanto el derecho a ser sostenibles, autosostenibles, cierto, pero también a que la comunidad no les niegue el apoyo que les puede y debe brindar. Por lo tanto, la justicia social es un derecho fundamental de los miembros de cada comunidad y, por extensión de los miembros del conjunto de todas las comunidades.
    Cualquier desviación que reste o sabotee la sostenibilidad de una familia constituye un crimen contra la misma y no puede no ser considerada un acto de violencia.
    Si esto que afirmo puede constituir, al menos en general y en teoría, una premisa válida, la gestación tiene que ser un proyecto asumido con el mayor sentido de responsabilidad y con la mayor proporción de intencionalidad porque, a largo plazo, la gestación es un proyecto comunitario, una contribución a la prosecución del bien de la comunidad a la que pertenece la familia y, desde luego, al conjunto de comunidades en relación con ella, porque a medida que cambiar de localización se hace más posible, la posibilidad de que personas nacidas en un contexto cultural puedan hacer contribuciones a y beneficiarse de la vida en otras comunidades muy diferentes a la original y con absoluta imposibilidad de predicción, solo pueden aumentar.

  • George R Porta

    Parte II
    Es cierto que somos ínfimos, efímeros y necesarios y también es cierto que somos «rotos». Esta condición de ruptura, de vulnerabilidad a la comisión del mal es la que causa la opción o el recurso a la violencia.
    La gestación no puede ser objeto de violencia en un sentido u otro, pero sobre todo en el sentido de ser impuesta contra la voluntad de la mujer. Si ella decide abstenerse ha de tomar en cuenta que privará a la humanidad de su contribución que es única y no solo genéticamente sino la que puede hacer a lo largo de su existencia cuando haga fructificar sus muchas riquezas personales. Con todo ella tiene la última, quizás la única palabra en cuanto a dejarse impregnar por el hombre y hacerse embarazar.
    La inferioridad del hombre en este sentido puede ser injusta, porque el hombre tiene el mismo derecho a tener descendencia, pero la naturaleza ha dirimido la cuestión: Sin el consentimiento de la mujer con la cual quiere tenerla no puede ejercer ese derecho. Tal y como sigue concebida la naturaleza de la pareja familiar hay una cierta exclusividad. Los Mormones, en el Estado de Utah (EE. UU.) hasta hace muy poco tuvieron leyes que protegieron la poligamia. La evidencia demuestra cuán desastrosa puede ser porque no solo la mujer no podía escoger varios hombres con quienes intimar. Solo el hombre podía escoger varias mujeres y hasta escogerlas menores de edad y de determinadas características para planear su descendencia por medio de ellas.
    Si se trata de eliminar la violencia, parece imprescindible que ambos, hombre y mujer puedan de mutuo acuerdo causar la gestación para llevarla a término, no para interrumpirla. Esto no era posible en un pasado no demasiado remoto, pero los avances de la genética permiten anticipar cuando es preferible renunciar a tener descendencia para no engendrar conscientemente individuos defectuosos o incapaces de autosostenerse como adultos o condenados a sufrir hasta su muerte carencias y limitaciones realmente tormentosas.
    Por lo tanto, la mejor y más plausible opción es poder decidir cuando el embarazo deba ser causado y cuando deba ser evitado. No llevarlo a término una vez causado no es una opción igual o mejor, sino es siempre una opción menos deseable.
    Es esta circunstancia de que sea siempre menos deseable la que contiene respuestas a algunas profundas preguntas que en lugar de simplificar la cuestión solo le añaden complejidad.

  • George R Porta

    Parte I.
    «Me parece que la cuestión fundamental es el derecho de la mujer y, secundariamente del hombre, inalienable e inviolable, a tener descendencia.» (Énfasis añadido). Esta frase es de mi primera entrada en el hilo «Iglesia y Vida Humana». Porque estas líneas tratarán de la cuestión de la sostenibilidad de la existencia humana como proyecto, he pensado mejor postearla no en aquel hilo, sino en la columna central.
    Sinceramente pienso que este es el verdadero contexto en el que la cuestión de iniciar el embarazo, concebir, o de terminarlo tiene que ser tratado.
    Crear la existencia es un derecho universal fundamental. Sin el derecho a originar la vida el resto de los derechos humanos carece de sentido. No se puede llegar a anciano/a sin contar con las generaciones más jóvenes sosteniendo el funcionamiento de la sociedad y sin ellos no se puede hablar de sostenibilidad de la ancianidad. Por lo tanto, no se trata de una obligación sino de un derecho.
    Si todas las mujeres del mundo se negaran a concebir estarían cometiendo suicidio porque solo las mujeres jóvenes, las de las sucesivas generaciones pueden modificar la realidad de manera que la condición de mujer sea debidamente sostenible. Solo la mujer puede impulsar el progreso de la mujer uno, dos, tres pasos hacia una mejor y mayor sostenibilidad de la existencia de las mujeres.
    No es que los hombres no podamos contribuir. Es que los hombres no podemos liderar el progreso hacia un mundo en el que tanto las mujeres cuanto los hombres existan con igual consciencia de su igual dignidad. Si estas mujeres se hubiesen declarado en abstención de preñez en los tiempos de la vida en las cavernas, allí, entonces hubiese cesado el progreso de la humanidad.
    Por otra parte, no hay dos mujeres idénticas. No las habrá nunca, cada una puede aportar al progreso de la humanidad en exclusiva, aquello que la caracteriza como persona. Una buena parte de ello está contenida en el material genético que puede traspasar a otros seres humanos y por lo tanto esa exclusividad le otorga el derecho de que le sea posible hacerlo en las condiciones que ella misma escoja.

  • George R Porta

    Parte II
    Este aspecto de la sexualidad es mucho más importante que el de la culpabilidad religiosa, pero la práctica sexual mucho más que otras conductas merece ser tratada respetuosa y responsablemente.
    La definición de parafilia en el Manual de Estadística y Diagnóstico psiquiátrico, edición 5 (DSM-5), cuyo uso está generalizado (incluyendo a España), el nombre parafilia «denota cualquier interés sexual intenso y persistente distinto del interés sexual por la estimulación genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas consentidas y con parejas físicamente maduras y fenotípicamente normales» (pág. 685) (Énfasis añadido)
    La condición sine qua non para que se pueda hablar de trastorno parafílico según el DSM-5 es doble, a saber, que «cause malestar o deterioro en el individuo o que su satisfacción conlleve a un perjuicio personal o riesgo de daño a terceros» (pág. 685). La parafilia es por tanto una condición necesaria, pero no suficiente para tener un trastorno parafílico, y por sí misma no justifica necesariamente la intervención clínica. Los trastornos parafílicos se pueden evaluar en sí mismos o en términos de la gravedad de sus consecuencias.
    Un problema evidente con respecto a darle credibilidad o importancia al DSM-5 es que la psiquiatría es una disciplina estrechamente relacionada con la ley y con la moral imperante en el grupo (hegemónica). Hay quien defiende en nombre de la libertad el libérrimo ejercicio de los deseos sexuales, pero en ese debate es bueno no excluir el hecho de que no todas las personas que consienten en participar en una actividad sexual tienen el mismo conocimiento de su significado y de sus consecuencias. Personas adolescentes las primeras.
    Debieran ser los progenitores quienes educaran a su prole en materia de sexualidad. Desafortunadamente eso no ocurre siempre, pero antes de que los hijos alcancen la edad en la que será necesario enfocar el tema, las madres y los padres deberían buscar la ayuda de profesionales debidamente informados y acreditados para educarse en cómo hacerlo para hacerlo benigna y efectivamente.

  • George R Porta

    Parte I
    Una nota sobre el tema de la «parafilia». Esta palabra tiene en los varios diccionarios que he consultado, incluido el DRAE, una mala connotación que no solo influye, sino que refleja la percepción moral hegemónica. Porque se trata de una percepción hegemónica, es decir, dominante y opresiva, sea o no sea constructiva o benigna, obviamente obliga a recurrir a la duplicidad cuando se desea desobedecerla. La mayoría de las personas trata de conformarse, al menos en apariencia, con el sentir o el saber que se tiene por mayoritario. En la privacidad, por otra parte, casi toda persona se permite una libertad que muy a menudo no osaría ejercer en público.
    Las parafilias son prácticas sexuales o eróticas que pueden ser perfectamente aceptables en el contexto de la intimidad, pero que también pueden ser considerados nocivos.
    Por ejemplo, la masturbación es desaconsejable si bien es inútil prohibirla, porque puede muy fácilmente convertirse en adicción si la persona que la practica tiene dificultad para permitirse o lograr la intimidad sexual con otra persona.
    El orgasmo es gratificante, entre otras causas, porque reduce la ansiedad a cero o casi cero. Esa es posiblemente la causa de que el orgasmo vaya seguido, de diversas formas, por la somnolencia o la inducción del sueño.
    La mayoría de los mamíferos, si no todos, la practiquen y quizás no solamente los mamíferos.
    Una consecuencia negativa que tiene es que quien se habitúa a la facilidad de lograr el orgasmo a solas, no llegará a aprender a demorar su gratificación en aras de alcanzarla con otra persona para disfrutar simultáneamente, lo cual le puede exigir regular el propio disfrute, demorarlo o apresurarlo.
    La pornografía, por ejemplo, sobre todo videográfica, puede condicionar el orgasmo a varias personas simultáneamente, pero de manera «virtual», imaginaria, y eso puede igualmente impedir el desarrollo de una sexualidad madura en la que entre a jugar su rol la autorregulación como expresión precisamente de autonomía personal.
    El sexo libre puede ser necesario para que una persona se prepare para poder crear una pareja, pero si alguien prefiere abstenerse, igualmente merece respeto. La educación es la que tiene que advertir de las consecuencias cuando se es imprudente en la práctica irresponsable del sexo.

  • George R Porta

    Sobre Jualian Assange.

    1. Ya fue formalment acusado de violar la Ley Contra el Espionaje que es una ley que casi la puede violar hasta un sordo, mudo y manco, atado a una cama e inconsciente de tan general y amplia que es en su formulación y alcance.

    2. Tiene sus ventajas convertirse en una «vaca sagrada» aunque no sea en la India. El público demanda más información sobre estos personajes. Aunque los reyes de la noticias falsas no están todos dentro del territorio de los EE. UU., si estánconcentrados en los medios de información y la Internet es un coto de caza libre porque de lo que se trata es de enganchar gente para ordeñar clandestinamente información individual, concentrarla y venderla al mejor postor. Así, Assange puede contar con que al menos por un tiempo, los medios de información combatan para desmentirse unos a otros y exponer la situación en la que se encuentre. eso le puede dar un poco de protección personal, al menos física.

    3. La confusión que ha generado en el país una publicación tan masiva de mensajes que van desde una línea de contenido hasta cientos de páginas, y desde cosas actuales, hasta cosas fechadas hace años, sirve de justificación para que se tarde su proceso, aunque lo lleven a juicio y dicten sentencia. Y ese es el verdadero peligro, que termine en una prisión federal y se le saque de la primera plana de la atención pública  con el propósito de protegerle. Si llega a ser olvidado, entonces muy bien que puede ser desde asesinado hasta utilizado en los servicios de espionaje oficiales a cambio de una reducción de la sentencia o de mejoría en las condiciones de prisión.

    Penoso o no, esta es una brevísima muestra de la corrupción judicial de los EE. UU., aunque no sé si realmente se puede decir que sea algo exclusivamente estadounidense como la CocaCola. La muerte de J. Kashoggi en la embajada Saudí en Ankara, los asesinatos de periodistas y exiliados rusos por medio del plutonio o simplemente las balas, etc., por citar un par de casos, demuestran que la justicia anda corrupta do quiera que la seguridad nacional puede ser manipulada para propósitos políticos o económicos.

    4. Si el gobierno ecuatoriano realmente entregó la totalidad de la información en posesión de Assange y si Assange no se ocupó de quedarse con lo que pudiera utilizar para seguir chantajeando a los gobiernos, son cuestiones importantes. Me cuesta creer que con todo el tiempo de antelación que ambos supieron que Assange sería extraído de la embajada, no hayan tomado precauciones. Assange para protegerse y el gobierno ecuatoriano y quien sabe si el del Reino Unido para echar un vistazo discreto a las pertenencias de Assange y quedarse con lo que fuera interesante.

    • ana rodrigo

      George, gracias por informarnos de primera mano, porque aquí sí llegan noticias de lo mal que funciona la justicia por ahí, pero nunca sabes hasta qué punto.
      Aquí sí se nos ha informado un español con nacionalidad estadunidense, Ibar que ha estado 25 años de prisión, 16 en el corredor de la muerte, un nuevo juicio lo ha liberado de la pena de muertes pero para demostrar que es inocente (cuyos datos de defensa así lo acreditan), necesita, por lo menos otros ocho años y mucho dinero. Es decir, toda una vida, y una ruina para su familia. Creo que esto no es justicia.

      • George R Porta

        Hola, Ana R. Estoy de acuerdo contigo. La politización de la justicia la está desnaturalizando. trump ha nombrado más jueces en su tiempo que ningún otro preisdente anterior gracias a la mayoría republicana del Senado y al poder del dinero invertido en política por el mismo grupo que ahora sostiene el trabajo de Steve Bannon en Italia tratando de restaurar el fascismo, aunque esa no sea la única causa. Ruth Bader Gingsburg una brillantísima miembro del Tribunal Supremo estadounidense es sobreviviente de cáncer por varias veces. Si ella se retirara o muriera durante la actual administración, con toda certeza el Tribunal Supremo perdería por muchos años su equilibrio y la jurisprudencia resultante sería la más distorsionada en la historia. Quedarían tres magistrados (dos mujeres y un hombre) del lado de la izquierda o más liberales y seis magistrados en la derecha. Trump nombraría con toda certeza una mujer de etrema derecha, joven, para asegurara esa configuración del tribunal por mucho tiempo. Hay un movimiento fuerte en favor de cambiar el carácter vitalicio de esas magistraturas, pero de cualquier modo, reformar la Constitución no ocurre en este país sino a través de vencer muchas resistencias. Leyes como la que concede a la mujer el derecho a decidir la terminación de un embarazo, con toda certeza serían derogadas. La redistribución geográfica de los distritos electorales en favor de los políticos republicanos volvería a ser utilizada para asegurara la preponderancia de los candidatos republicanos o de derecha. La desaparición de las restricciones para utilizar privadamente armamentos de asalto volvería a prevalecer. Todo esto en nombre de un libertinaje que se apllida a sí mismo cristiano y constitucional qpero que no es ni lo uno ni lo otro.
        Ya sé que a cada imperio le llega su ocaso y el de este ha de llegar. La tendencia es a pensar que este país y todo lo que representa es eso que es decadente pero la realidad es que la población afroamericana también viene ganando poder a pesar de todo lo que trata de detenerla y con ella la lucha por la igualdad de derechos civiles. La mujer en estas últimas elecciones ganó un número sin precedente de escaños en la Cámara de Representantes y muchos tenemos la esperanza de que si en estas elecciones del 2020 Trump es reelegido, quizás los republicanos perderán el control del Senado y continuarán siendo minoría, quizás una aún mayor, en la Cámara de Representantes, y más mujeres entrarán a ambas cámaras congresionales y eso puede detener o ralentizar la fascistización del gobierno y por lo tanto la corrupción ideologizante de la jurisprudencia y de los tribunales que deben impartir justicia. Un abrazo cordial.

  • Javier Peláez

    Voy a conectar varias cosas aparentemente inconexas, pero bastante conectadas salvo que yo tenga una empanada mental(cosa no descartable) o una capacidad de conectar cosas…

    Leía artículo de Aradillas que ponía a parir la justicia canónica… Yo no la conozco muy bien, luego no puede hacer un juicio tan dràstico… Lo que sí conozco porque tuve que asesorar a una amiga mía que iba a un juicio eclesiàstico de nulidad matrimonial canònica de testigo (no digo testiga porque, como dijo alguien en atrio, es un gargarismo, parece eufónico), conozco la nulidad matrimonial canónica… A mí estos procedimientos canònicos, vista la jurisprudencia canónica que estudié, me parecen una invasión notable de la intimidad de los contrayentes… Nada que ver con el divorcio civil, a mi juicio más civilizado  y menos invasor… La misma impresión me llevé cuando estudié derecho matrimonial canónico que el profesor de la Universidad de Navarra nos enseñó todas las perversiones sexuales que invalidan en el matrimonio…

    Viene esto a cuento de la obsesión de determinados políticos de VOX (Monasterio, el juez Serrano) procedentes del fundamentalismo catòlico más rancio con que si enseña en las escuelas zoofilia (cuando como todos sabemos, como dice un amigo mío salvajemente, el único que monta caballos es Abascal), a masturbarse mutuamente, etc. Creo que el catolicismo màs rancio que lucha contra lo que llaman “ideología de género” tiene una tendencia bastante notable a lo soez o digamos a invadir la intimidad ajena… No es que yo crea que no existen las parafilias y el sexo no convencional… No soy un pardillo, sé en el mundo que vivo… Tampoco ignoro (cosa mucho más grave para mí) el acceso de muchos adolescentes y jóvenes a la pornografía a través del móvil; grave por la frecuencia y por los valores que subyacen a la pornografía… Tb lamentable el acceso de los jòvenes al juego… Por eso es más necesario que de eduque a nuestro hijos en educación sexual contra lo que mantienen los de VOX…

    Estas ideas inconexas tienen mucha más conexión mucho más profunda de lo que se cree: en el modelo moral católico tradicional, básicamente hipócrita, uno puede ser un putero compulsivo (a mí me sorprendió cuando me casé la chapa que me echo un cura sobre la prostitución con ocasión de las amonestaciones, sin duda producto de sus conocimientos por la confesión de sus fieles), un consumidor habitual de pornografía… (simplificando), al fin y al cabo,hasta eso pueden ser causas de nulidad del matrimonio católico por desconocer los fines del matrimonio… Pero de estas cochinadas no le hablemos a nuestros hijos que esas cosas se ventilan con el cura en confesión… Como ya nadie va a ir con los curas, ni menos en la confesión,no será mejor que nuestros hijos les eduquen los que saben de esto en lugar de los curas que resulta difícil pensar que sepan de esto, que hable con ellos de los peligros de esta sociedad tan compleja en que vivimos, que les hablen del respeto a la mujer y del autorrespeto… y que nos eduquen también a los padres que la verdad es que no fuimos educados en estos temas y que no nos enteramos de la misa la media de la vida de nuestros hijos… Vaya rollo,perdón…

    • oscar varela

      Bien Javier!

    • Antonio Duato

      Magnífico comentario, en fondo y forma. Me voy a permitir darle un poco de brillo en la puntuación para que su esplendor haga indispensable la lectura.

    • ana rodrigo

      De acuerdo contigo, Javier, falta más educación y menos estupidez por parte de políticos para conseguir unos votos.
      Es tremendo que la gente de VOX no se quite de la boca la palabra Dios y consideren que tienen la exclusiva en moral cristiana, que no seja de ser la suya, o quizá ni siquiera la suya, vaya usted a saber.

    • M* Pilar García Martínez de Aguirre

      ¡¡¡Muy lúcido y veraz!!!

      Totalmente de acuerdo y cada día… ¡Más necesario!

      Sin abejitas y florecitas, las cosas claras, con un lenguaje natural y pegado a la realidad de nuestro cuerpo, porque esto, ayudará a conseguir una mente sana y respetuosa con la otra parte.

      Gracias por esta propuesta tan necesaria.
      m* pilar

    • Carmen

      Es que tienen una obsesión gordisima los católicos profundos con esto del sexo. Es horrible. Dan miedo. Son oscuros y tenebrosos.
      Quizás esa sea una de las razones por las que han montado este número impresentable con la pedofilia en la iglesia y tantísimas personas se han convertido en encubridores. Esas cabezas no están bien.
      Vox quiere el voto de los católicos ultraderechistas, quieren en voto de todos los ulradetechistas, esos que no reconocen ningún tipo de libertad porque la temen, no saben qué hacer con ella, necesitan a alguien que les diga de qué forma tienen que respirar.
      Y para conseguir su voto recurren a las cosas de siempre. Y la sexualidad no es que esté presente, es que es una obsesión.
      Pero diría que esas cosas ya no las piensa nadie o casi nadie. La inmensa mayoría de padres quieren, desean una educación sexual para sus hijos. Está campaña está siendo de traca. Se están oyendo cosas realmente de carcajada.

      Pero aquí, de momento, no tienen nada que hacer. Apostamos?

      Me ha gustado mucho . Un tema muy interesante. Muchísimo. Hay que educar , informar, a los chavales. Esto de la pornografía está causando verdaderos estragos. Es otro extremo, pero es un extremo. La verdad es que ya me pierdo. La educación se debería de centrar en cosas verdaderamente importantes.
      Que no se te olvide votar mañana. Madrid es muy importante. Y Europa también.

  • Carmen

    Luis Troyano. Sigues enfadado?