Gracias, Miquel, con confiarnos a Atrio esta radiografía de tu alma. He intentado editar el texto exactamente como lo has enviado, aun saliéndome de nuestro libro de estilo. Espero que interese a los demás atrieros tanto como a mí. AD.
Reflexiones a propósito del escrito de un compañero
Hola:
Ya te di, con una sola palabra, las gracias por tu escrito.
La semana pasada estuve en los Pirineos de Huesca, por aquella parte del Parque Nacional de Ordesa no visitado por las multitudes. Me parece que algún año te invité a pasar unos días de Pirineos, pero no aceptaste la oferta. Cada uno se pierde lo que quiere.
Sin necesidad de releerlo fui reflexionando sobre tu escrito. Me alegra que no seas (como alguno de mis amigos) de los que ahora descubren “nuevos paradigmas”, sino de los que nos consideramos fruto de un proceso (imparable, aunque no se haya querido reconocer), en el cual nombres como Spinoza (Deus sive natura) o Hugo Grotio (Etsi Deus non daretur) alguna participación han tenido.
Ya puedes suponer que a Hugo Grotio lo conozco a través de Dietrich Bonhoeffer, el cual, desde la prisión de Tegel, el 16 de julio de 1944 escribe a su amigo y confidente:
En el aspecto histórico se trata de una gran evolución que encamina el mundo hacía su autonomía. En teología, ante todo Herbert de Cherburgo, que afirma la suficiencia de la razón para el conocimiento religioso. En el dominio de la moral, Montaigne y Bodin, que en lugar de los mandamientos establecen unas reglas de vida. En política, Maquiavelo, que independiza la política de la moral general y funda la doctrina de la razón de Estado. Más tarde H. Grotius, muy distinto a Maquiavelo por el contenido, pero coincidiendo con él por lo que se refiere a la autonomía de la sociedad humana, quien erige su derecho natural corno un derecho de gentes, válido etsi deus non daretur, «incluso si Dios no existiera». Por último, la filosofía aporta la conclusión: por un lado, el deísmo de Descartes: el mundo es un mecanismo que funciona por sí solo, sin la intervención de Dios; por otro, el panteísmo de Spínoza: Dios es la naturaleza. Kant, en el fondo, es deísta, mientras que Fichte y Hegel son panteístas. En todos ellos, la autonomía del hombre y del mundo constituye la meta del pensamiento.
Por las sendas pirenaicas, me he ido preguntando estos días qué diferencia podía existir entre un “jesuita agnóstico” y un jesuita que se presentaba, ya hace unos cuantos años, como un “declarado apofático”.
Deja los links para una segunda vuelta,
pero si no sabes qué significa “apofático”…
Aunque sea de enero de 2001: Haz una excepción, háblame de Dios
Es verdad que el “jesuita agnóstico”, a partir de un cierto momento, ya no ha podido pensar (sin negarlo a la vez) que los atributos que los cristianos damos a Jesús, se correspondan con alguna realidad ontológica: que Jesús fuera Dios, ni el Hijo único de Dios, ni el único salvador de la humanidad. Para él, el hecho del “pluralismo religioso” desmiente viejos dogmas eclesiales. Y verdad es también que el “jesuita declarado apofático” lleva años diciendo -para algunos, de manera provocativa- que «este “un, dos, tres” del Dios trinitario es un producto “a devolver”», o que «el “Dios encarnado” es un buen ejemplo de la inculturación en el paganismo griego», o que «la “historia de salvación” es un buen montaje fílmico». Y en estos últimos tiempos ha dedicado horas y horas para una “Catequesis sobre el error del Dios encarnado”.
El recuadro provocativo
Catequesis sobre el error del Dios encarnado
Ambos, tanto el “jesuita agnóstico” como el “jesuita declarado apofático” han comprendido, cada uno siguiendo sus ritmos, que debían darle sentido a su vida, aunque Dios no existiera.
El “jesuita agnóstico” comprende a quienes afirman que ser creyente es tener experiencia de Dios y que ser jesuita supone buscar, encontrar y cumplir su voluntad, pero honestamente debe decir que esta experiencia no le ha sido dada y que ha llegado al convencimiento de que la voluntad de Dios, sea ello lo que fuere, ha sido algo irreconocible para él, como ser humano. Y el “jesuita declarado apofático” lleva tiempo preguntando a compañeros y compañeras si realmente han tenido una experiencia de Dios. Se lo preguntaba confrontándolos con dos textos jesuíticos: uno provenía del corazón de Europa (Karl Rahner); el segundo de Latinoamérica (Juan Luis Segundo).
Recuerda otro consejo: ¡No todos los links te han de interesar!
¿Una experiencia inmediata de Dios?¿La has tenido?¿Piensas que la puedes tener?
Alegróse el “jesuita declarado apofático” al descubrir, más tarde, un texto de Juan de la Cruz, unas líneas que no había sabido encontrar en las horas que, en sus cortos años de misionero en el Chad (1971-1974), había dedicado a la lectura del místico castellano:
Y espántome yo mucho de lo que pasa en estos tiempos, y es que cualquier alma de por ahí con cuatro maravedís de consideración, si siente algunas locuciones de éstas en algún recogimiento, luego lo bautizan todo por Dios y suponen que es así, diciendo: “Díjome Dios”. “Respondióme Dios”; y no será así, sino que (como habemos dicho) ellos las más de las veces se lo dicen.
Y allende de esto, la gana que tienen de aquello, y la afición que de ello tienen en el espíritu, hace que ellos mismos se lo respondan y piensen que Dios se lo responde y se lo dice.
Estas líneas están en el libro segundo de la Subida del Monte Carmelo (cap. XXIX, 3) y el descubrimiento se lo debo a Rosa Rossi y a su libro Juan de la Cruz. Silencio y creatividad (pág. 93).
Le dolió al “jesuita declarado apofático” haber irritado, con alguno de sus escritos, al bueno del Pep Vives:
…pero me irrita tu unilateralidad y tu negatividad.
Me admira que, listo como eres y a tu edad, todavía no hayas comprendido la dialéctica de mantener a la vez el sí y el no, y que te mantengas casi siempre en un adolescente no rebotado contra todo lo que te ha sido dado y de lo que vives.
Ningún teólogo responsable no ha dicho nunca “De Deo nihil scimus” (de Dios no sabemos nada) sin añadir dialécticamente que Dios es esencialmente “revelación” y que no podemos dejar de hablar de él y de pensarlo.
El Areopagita propugna la teología apofática dialécticamente con la catafática y la simbólica; el Cusano propugna la docta ignorantia; y tu amigo Juan de la Cruz un saber no sabiendo.
Me permito dejar constancia de que no todos los que leyeron mi escrito se “irritaran”: “Lo han leído y han dicho…”
Pero no sé si ahora, cuando ya no puede, me daría la razón:
Pep, hermano mayor, ¿estoy muy equivocado si me imagino que los primeros que te has encontrado al cruzar el “umbral” han sido el Areopagita, el Cusano y Juan de la Cruz?
¿Estoy muy equivocado si me imagino que te estaban esperando?
¿Estoy muy equivocado? …si me imagino que te estaban esperando para decirte
Pep, ya llevamos mucho tiempo y seguimos sin saber nada de él
¿Estoy muy equivocado? …si me imagino que el “socarrón” de Juan de la Cruz, agradecido por las tantas horas que le has dedicado, te ha dicho:
Entra, entra, a ver qué voz suya puedes llegar a sentir…
Los conocedores de la bibliografía de Pep Vives ya han comprendido que el “socarrón” Juan de la Cruz le está recordando su libro Si sentiu la seva veu… (1988)
Los párrafos que el jesuita agnóstico dedica a la “Iglesia” ameritan, ciertamente, que el jesuita declarado apofático también dedique al tema algunos párrafos. Veo que no ha caído en la tentación, como tantos otros (ya sean de izquierdas o de derechas), de repetir, sin conocer el contexto, la famosa frase del Abbé Alfred Loisy: “Jésus annonçait le royaume et c’est l’Église qui est venue”. (Jesús anunciaba el Reino y lo que vino fue la Iglesia).
Aunque sea de noviembre de 1999: Reino e Iglesia
Y este otro más reciente: ¿Añadir a la lista a…?
Pero la afirmación del jesuita agnóstico (“La Iglesia dejó de interesarme casi desde el principio de mi vida activa”) le parece al jesuita declarado apofático que debería ser bastante matizada, ya que éste lo conoció por primera vez (sí, hace ya muchos años) participando activamente en un amplio complejo parroquial. Y algunas de las veces que lo ha ido visitando en estos últimos años no ha podido escaparse de asistir a alguna eucaristía (ciertamente en formato de parroquia de muy de barrio o de petit comité) presidida por el jesuita agnóstico. Y alguna pequeña responsabilidad “eclesial” debe tener todavía hoy.
Al jesuita agnóstico se le podría hacer la misma pregunta que estos últimos días un amigo le ha hecho al jesuita declarado apofático.
¿Qué sentido tiene para ti celebrar la eucaristía? Y ante unos primeros intentos de escapatoria (“Bueno, celebro muy pocas veces”, “Con grupos pequeños”…), el amigo volvía a insistir: Aunque sólo celebres una vez al año y con seis personas, ¿qué sentido tiene para ti celebrar la eucaristía?
¿Se hubiera contentado el amigo con las siguientes afirmaciones del jesuita declarado apofático?
En esta “eucaristía” de esta tarde no haremos ningún “milagrito”: el pan seguirá siendo pan, el vino seguirá siendo vino.
En esta “eucaristía” de esta tarde no haremos ningún ritual de antropofagia, ningún acto de canibalismo: no comeremos la carne de ninguna persona, no beberemos la sangre de ningún ser humano.
En esta “eucaristía” de esta tarde no nos solidarizaremos con ninguna justicia divina que exija un cuerpo humano destrozado.
En esta “eucaristía” de esta tarde no ofreceremos ni una sola gota de sangre humana a un Dios sediento de ella.
En esta “eucaristía” de esta tarde daremos gracias a Dios por la vida de un hombre, de uno de sus “siervos”, por su vida, sin sentirnos obligados a recordar ni su muerte ni su resurrección.
Si quieres ver el contexto: Una eucaristía sin sangre
ni rituales de antropofagia
¿Qué equilibrios vitales ha de seguir haciendo el jesuita agnóstico para no abandonar la “secta católica” (como hizo el teólogo alemán Eugen Drewermann al cumplir los 65 años) ni para salirse de esta poderosa maquinaria eclesiástica como es la Compañía de Jesús? Buenos ejemplos no le faltaban…
Tanto el jesuita declarado apofático como el jesuita agnóstico afirman que no se arrepienten “de haber sido y de, supongo, morir como jesuita”. Quizás en aquellos años de sus juventudes no había muchas otras opciones… Parece que tanto el uno como el otro han sabido encontrar hasta ahora, cada uno a su manera, ya sea viviendo como ermitaño urbano (el jesuita declarado apofático) como viviendo en comunidad (el jesuita agnóstico), su propio modo de proceder dentro de la orden jesuítica. “Hasta ahora”, en cuanto toca al jesuita declarado apofático, mientras los superiores actuales sepan seguir el prudente consejo que el P. Arrupe dio a los Provinciales de España en la reunión celebrada en Roma, del 15 al 21 de junio de 1970, poco después de su primer viaje a España como General de la Compañía de Jesús, que incluía una visita -protestada desde diversos sectores de la Compañía- al general Franco, el dictador que parece revivir en estos días.
Existe efectivamente le peligro de que, al querer atar ahora a estos hombres que han estado muy sueltos, se vuelvan totalmente al mundo obrero y se separen de la Compañía.
Si quieres recordar esta reunión
La reunión de Roma
La Misión Obrera a juicio
No le parece al jesuita declarado apofático contradictorio con lo anterior sus actuales afirmaciones de que ahora, cuando el abanico de opciones es más amplio, muy posiblemente no volvería a entrar en la Compañía.
Reconoce el jesuita agnóstico que, a partir de un cierto momento, se ha encontrado carente de mística, afectividad, devoción… Lejos está de otros compañeros jesuitas que se declaran “enamorados de Jesucristo”. A uno de estos, que ya había superado suficientemente el “només teníem quinze anys” de “paraules d’amor” de Serrat, el jesuita declarado apofático le respondió que no estaba enamorado de Jesucristo, sino de sí mismo, de una imagen que él se había fabricado de Jesús. Porque ¿de cuál de los veinte “Jesuses” que puede haber se había enamorado?
Y así, el jesuita declarado apofático se alegra de la pequeña autocorrección que el jesuita agnóstico introduce en su escrito. “En cambio, las parábolas de Jesús, las palabras que se le atribuyen sobre…”. Ya hace tiempo que el jesuita declarado apofático dice que honestamente sólo podemos llegar a decir: “Tal documento evangélico dice que Jesús…”.
Si quieres recordar
Las “deshonestidades” de un teólogo “honesto”
Y, para acabar ya, ambos, tanto el jesuita agnóstico como el jesuita declarado apofático, coinciden en una cosa: no sienten ningún deseo de cambiar de religión, aunque el segundo quisiera concretar un poco más: “ningún deseo de cambiar mi tradición judeo cristiana en la que he nacido y he ido viviendo”, de la cual Jesús de Nazaret (Rabbi Ieschouah ben Joseph) no tuvo oportunidad de participar.
De finales del año pasado
¿Qué nos puede decir un judío del siglo I
a los hombres y mujeres del siglo XXI?
Pero tanto el jesuita agnóstico como el jesuita declarado apofático se han despertado un poco tarde. Estos últimos días, buscando otra cosa entre mis viejos papeles, he encontrado una carta de mayo de 1976 de un jesuita a Paco Cuervo, escrita después de la lectura de “Yo creo en Jesús de Nazaret”, el libro que Paco publicó en la colección “El credo que ha dado sentido a mi vida” (nº 10), editado por Desclée de Brouwer.
Este jesuita de 1976 le dice:
Hay dos cosas que recuerdo ahora fijamente de tu libro: todo lo de María Pilar en la que he intentado alegrarme contigo y la última línea de todas: “¿Quién es para mí Jesús de Nazaret?”.
Vivo muy afligido con esta pregunta, pues yo digo y mis amigos lo saben que yo no creo en ese Jesús, aunque por otra parte me confieso seguidor de su evangelio, de su doctrina.
¿Será un problema de fe y creencia? ¿Será una tremenda confusión intelectual, pago de una teología mal estudiada? No lo sé, pero sigo buscando… Y en esta época vivo de nuevo este problema como algo vital para mí. Espero el día en el que vuelva a creer en el Jesús de Nazaret, pero por otra parte mi incredulidad la veo como irreversible.
A través de muchas dudas he decidido seguir, a pesar de todo, como sacerdote y jesuita. Me atrae más lo segundo que lo primero. Quizás para ello me convenció Unamuno con su “San Manuel Bueno, Mártir”.
Me tranquiliza pensar que es más importante la “ortopraxis” que la “ortodoxia”. Por ello busco el contacto con el mundo pobre. Es ahí, en estos núcleos, como en algunas misas muy populares, donde siento la cercanía de Dios y los hombres, mi fe. Me siento el hijo pródigo, ciertamente alejado de algo y a veces muy humillado, pero con su credo: que al fin de mi historia Dios me abrazará.
Días más tarde este jesuita de 1976, que sigue siendo jesuita, seguía diciendo:
Me pides que te explique quién es para mí este Jesús, y que te lo explique poco a poco. Estoy preocupadísimo por él, a decir verdad, por cumplir y vivir su doctrina. Me hace daño decir y decirte que no creo en él como Dios, pero mi sentido de verdad y de honestidad me empuja a decirlo abiertamente ya que me lo preguntas.
El jesuita de 1976 no había leído todavía The Myth of the God Incarnate (El mito de Dios encarnado), publicado en Inglaterra en 1977, un conjunto de artículos de diversos autores de la iglesia anglicana (teólogos, exegetas, especialistas en el Nuevo Testamento).
Su editor, John Hick, teólogo presbiteriano de Birmimghan, al publicar años más tarde (en 1993), calmada ya la tempestad, The Metaphor of God Incarnate. Christology in a pluralistic Age (La metáfora del Dios encarnado. Cristología en una época pluralista), escribía en el prólogo:
La principal tesis del libro (que Jesús no había enseñado nunca que él fuera el Dios encarnado y que esta idea había sido un invento de la iglesia) no era una novedad: era una cosa ya conocida y aceptada en los círculos cristianos de la investigación teológica y bíblica. La novedad era la aceptación pública de esta tesis por diversos miembros importantes del “stablishment” de la iglesia anglicana. Y era también una novedad la reivindicación de que la doctrina de la encarnación pedía una discusión pública.
No conocía, pues, el jesuita de 1976 las 14 tesis de John Hick, publicadas hace años en esta web.
Reconocía también John Hick en el prólogo que…
…el fuerte debate que se originó no llegó en la Gran Bretaña a superar lo que catorce años antes había sucedido con la publicación de Honest to God (Sincero para con Dios) del obispo John A.T. Robinson
El libro de este obispo muy posiblemente el jesuita de 1976 ya lo había leído y, quizás, algún provecho le había hecho.
Si quieres recordar
¿Qué hemos asimilado del “Sincero para con Dios?
* * *
Resulta sorprendente comprobar, aun emprendiendo caminos distintos, la semejanza encontrada al final de ellos entre quienes por su incansable inquietud se lanzan a la búsqueda de la verdad
A mí se me ocurrirían decir al respecto muchísimas cosas pues mi periplo ha sido largo y tortuoso, sin embargo, un vistazo general sobre el escrito de Miquel y con enlaces incluidos, me ha bastado para cerciorarme una vez más de que el problema proviene, claro está, según mi opinión, del hecho de haber prevalecido en filosofía el estudio del “ser” y del “ente” en detrimento de la realidad.
Por ejemplo, me remito a algunas de las frases seleccionas en el enlace de Miquel.
“Cuando Tillich habla de Dios en “profundidad”, no habla en modo alguno de un Ser totalmente otro, sino que habla de la “infinita profundidad y el fondo inagotable de todo ser”.
Es decir, existe el “ser” porque “hay” realidad. La profundidad si la hay, parece que sí, será de realidad y de una realidad abierta en su profundidad misma.
Incluso Heideger, el estudioso del ser por antonomasia, al final, en su comprensión del ser tiene que invocar a la realidad última. Y es que el ser no tiene independencia sustantiva propia.
Tillich “La palabra “Dios” denota la profundidad última de todo nuestro ser, el fondo creador y el sentido de toda nuestra existencia. En palabras de Kierkegaard, “una más profunda inmersión en la existencia”.
La cual cosa si esta profundización nos está dada posible a nosotros los humanos es porque donde, por nuestra inteligencia estamos es en la realidad. En la realidad de las cosas mismas llevándonos con nuestra vida a una humanidad más plena.
Tillich, insiste en la necesidad de abrirse paso hasta “más allá del naturalismo y del supranaturalismo, advirtiéndonos del peligro de intentar suprimir las “profundidades”.
Claro está porque si las suprimimos, si suprimimos la profundidad de las cosas es cuando, para que ellas “sean”, es decir, tomen sentido para nosotros, el ser entonces como afirmación coge relevancia o prioridad sobre la realidad de ellas y lo que hace es comenzar por calificarlas.
Tillich “El problema de Dios es el problema de saber si esta profundidad de ser es una realidad o una ilusión, pero no si un Ser existe más allá del “brillante cielo azul” o en otra parte cualquiera. La creencia en Dios atañe a “lo que os tomáis en serio sin la menor reserva”, a lo que para vosotros es la realidad última.
Totalmente de acuerdo porque no se trata de “Ultra física” de un más allá sobrenatural sino de “intra” es decir, de una filosofía- metafísica intramundana, cuya posibilidad no se ha dado más que en nuestra contemporáneidad científica.
Pero ciertamente el Misterio de Dios nos trasciende..y se encuentra mucho mas allá del fragmento de realidad donde nosotros vinimos a existir por misericordia..Pero el hecho del Misterio no es motivo para que callemos…así como no callamos -y hablamos bastante- del misterio del Cosmos y de la vida…No debemos callar…ante el Dios apofático…que es solamente una ¨vía” negativa, pero válida de encuentro tanto como la vía positiva lo es..
Por eso, somos nosotros los únicos seres de la Creación que tenemos la capacidad de “pensar” a Dios en exclusiva…NO existiría esa prerrogativa si fuéramos mera biología animal…Pero “funcionamos” mas allá de lo que es físico-matemático y de lo que es puramente concreto…porque no solo deducimos, sino que también intuímos…Nuestro conocimiento no se limita a lo especulativo, sino también a lo experimental…no solo es subjetivo sino también objetivo, y es además externo e interno…y espiritual…Nos escapamos, pues de lo simplemente material…No podemos pues reducirnos a lo concreto cada vez mas, puesto que podemos abstraer conceptos.. NO es posible callar cuando la pregunta sobre Dios se ha encontrado siempre a la vista, universalmente, y desde el principio…No vale la pena escapar con sutiles subterfugios..y racionalizaciones…
Antropomorfo es lo que posee forma y apariencia humana…como se concebía a los dioses paganos..Pero al Dios nuestro le asignamos mas las características divinas, que son infinitas, que las humanas que son finitas…Sabemos distinguir la diferencia…Por eso la suma perfección divina escapa, sin duda, a nuestras definiciones humanas, y no podemos abarcar el concepto totalmente,… pero aún imperfectamente podemos llegar a atisbarla…Los filósofos griegos llegaron a Dios por la vía ascendente de la razón, y los teócratas israelitas por la Revelación de la fe. Del mero concepto se pasó al Dios que ES y ESTÁ porque YO SOY EL QUE SOY también es EL QUE ESTÁ , que es inmanente a Su creación y que no se separa de ella un solo instante puesto que sin EL ella desaparecería, ya que constituye su fundamento, equilibrio y estabilidad..
PERO la FE va mas allá de la razón…Esta por si sola no puede pasar del “encuentro”…NO se trata de un impulso ciego. En la fe damos nuestro asentimiento por lo que consentimos en lo que el Evangelio predica y que se nos ha trasmitido…La FE es pensar dando nuestro libre consentimiento.
Pero sin la gracia de Dios no podemos asentir a lo que se nos presenta como la Verdad revelada, aunque no podamos abarcarla en su totalidad. Por eso el acto de fe no es irracional, de la misma manera que no es irracional tratar de acceder a una verdad científica que no comprendemos en su totalidad, a pesar de nuestros múltiples experimentos..
Un saludo cordial
Santiago
Para un clérigo que todos los días, si dice misa repite el milagro de la transustanciación.
La bodas de Caná. Aquel día había sido elegido por la pareja y habían comprado el vino como parte fundamental. Pero llegado un momento, María, la madre de Jesús se acercó a él y le dijo: Se ha acabado el vino, hijo. ¿Que hacemos?. ¿Que vamos a hacer?. Sacaremos el nuestro. Y efectivamente, como era el de su cosecha era mucho mejor. Y la extrañeza cunde.
La extrañeza hace que comenten los invitados. ¿Cómo nos das el mejor vino al fina?. Y Jesús les cuenta lo sucedido. Y todos lo comprenden.
Pero los que quieren a toda costa,muchos, más tarde encuentran un motivo adornado con su correspondiente fantasía.en un milagro. Y además es que aquella boda era la del Propio Jesús. ¿Quien podía estar al tanto de aquel inconveniente sino el novio. ¿Y quien podía ser la novia sino Maria de Magdala, aquella que según los “Dichos de Tomás”a la que Jesús besaba en la boca?.
Diferencia el amigo Gonzalo entre el suelo del puente, (“la vía emocional”, la conciencia), y las barandillas del puente, (las explicaciones racionales de la vía).
Naturalmente lo esencial es que el suelo por el que caminemos sea lo suficientemente sólido para no despeñarnos. Y las barandillas, solo son algo que hace más cómodo y llevadero el tránsito por el peligroso puente.
Ahora bien, mucho me temo, que aquí el amigo Gonzalo, como todos nosotros, cae presa del sesgo de confirmación, del que hablaba en el comentario anterior, razonando unas cualidades del suelo que en realidad no tiene.
El tema de la conciencia o ideal moral, es un tema muy subjetivo. (Lo primero, es que deberíamos tener cuidado de no confundir, la conciencia religiosa = ideal moral personal, con la conciencia psicológica = a la parte consciente de la mente humana).
El ideal moral personal, es muy subjetivo. Excepto del 5 % de psicópatas, a los que ese tema les es ajeno, el 95 % del resto, todos sin excepción nos consideramos “buenas personas”. ¿Qué significa ser “buenas personas”?. Pues cada uno tiene ideas distintas y muy variopintas.
Por eso la vieja Iglesia, que está de vuelta de todas estas controversias, habla de libertad de conciencia, pero eso sí, de conciencia bien formada.
Esta desesperante pluralidad y diversidad del discernimiento de la mente humana, proviene del despliegue individual y casuístico de una naturaleza humana común y simular en todos los humanos, (cifrada en el código genético humano).
El proceso de despliegue y conformación del ser humano, fetal, natal, perinatal e infantil, desde un modelo latente, transcrito de una forma comprimida, en un lenguaje biológico-genético, de 4 letras-nucleótidos), es en sí un proceso complejísimo y maravilloso.
Pero ese despliegue tan complejo está sujeto a múltiples errores y variantes de transcripción, que luego se reflejan por ejemplo, en toda la enorme variedad y pluralidad que se veía en el reciente artículo sobre la ideología de género.
No hay que olvidar que además del desarrollo del hardware fisiológico, (donde se dan malformaciones de mayor o menor importancia), se transmite un software comportamental humano también muy complejo, que se tiene primero que retraducir de lenguaje bioquímico-genético a lenguaje neurológico, un lenguaje también bioquímico de contactos y sinapsis neuronales y de impulsos eléctricos).
Y luego hay que implementar neurológicamente dicha naturaleza humana comportamental instintiva, en toda una complejísima estructura neuronal repleta de billones de neuronas individuales y agrupadas en circuitos o clusters de neuronas.
Todo ese despliegue tan complejísimo, (que aún ahora estamos empezando a conocer un poco), desde una información contenida en el conjunto de cromosomas de un simple óvulo fecundado, ya de por sí, es fuente de una enorme pluralidad y diversidad de organizaciones mentales personales, con su correspondiente erraticidad y dispersión de discernimientos.
Si a esto le añadimos, que para desarrollar ese inmenso potencial cognitivo que contiene la mente cerebral, hay que completarla y estimularla, con una enorme cantidad de conocimientos y experiencias adquiridos vía cultural, (aprendizaje y vivencias personales que completan nuestro mapeo cognitivo y emocional), y esos conocimientos y emociones adquiridas son vivencialmente distintos en cada individuo, hace que la pluralidad mental sea algo inevitable, y a tener muy en cuenta.
Total, que cuando hablamos de conciencia, ¿de qué conciencia hablamos?. ¿De la mía, de la tuya o la del Papa?.
Es verdad que hay unas línea generales, (muy generales), en que casi todo el mundo, (el 95 % cifraba yo antes), queremos la paz en el mundo, la eliminación del hambre el mundo, el bienestar general, y tal. Pero cuando pasamos a cómo conseguir todo eso, ya unanimidad desaparece. Unos pensamos que de una manera y otros de otra.
Esto a muchos idealistas les puede sonar a cinismo. Pero leía en Twiter hace poco que “quizás el cinismo, sólo sea romanticismo que lleva demasiado tiempo en el horno”, y que por ello algunos hemos aprovechado ese tiempo a pensar seriamente en lo que teníamos en el horno, añado yo.
Esa es la cruz obscura de las utopías.
Machado en su Juan de Mairena advierte: “Decía mi maestro: Pensar es deambular de calle en calleja, de calleja en callejón, hasta dar en un callejón sin salida. Llegados a este callejón pensamos que la gracia estaría en salir de él. Y entonces es cuando se buscan las puerta del campo”. Y caemos en los sesgos cognitivos, diría un psicólogo.
Los conocimientos científicos hay que valorarlos caiga quien caiga y lo que caiga. La reflexión y el conocimiento científicos, no debe servir solo para confirmar acríticamente nuestras intuiciones, sino para ponerlas a prueba verdadera, y comprobar si realmente el suelo del puente que vamos a cruzar está en buenas condiciones o no.
Desgraciadamente no todo lo que intuímos, y que “suena muy bien y muy bonito”, es válido, y la conciliación de opuestos, que al final es ese callejón sin salida machadiano, ha de superarse subiendo de nivel y de perspectiva, sin apriorismos ideológicos o de fe.
Hay que ir con la esperanza de que “Dios” es la verdad, y la verdad nunca nos alejará de “Dios”, aunque a veces, (por falta de elementos cognitivos suficientes en el momento histórico en el que estamos), lo parezca.
A ver si soy capaz de expresar lo que pienso.
La fe no es una opción. Ninguna fe en algo lo es, es algo que te supera. No depende de ti.
Y ahora vendría a cuento decir que es un don, pero desde que el Papa actual ha dicho que el celibato es un don, jamás volveré a utilizar esa palabra en nada referido a cosas de religión.
Y recuperó algo que pensé una vez al leer un artículo de alguien que hablaba de algo relativo al funcionamiento del cerebro. Le pedí un artículo sobre el amor ese profundo, eso que llaman estar enamorado, in love, que dicen los ingleses.
Los místicos españoles, Teresa de Ávila, Juan de la cruz y demás, utilizaban esa, quiero creer que metáfora para hablar de la fe, porque si no tendrían personalidades preocupantes. Trataban a Dios como a su amado.
Estoy segura de que a lo largo de la vida casi todas las personas han tenido eso que se llama un amor imposible. Te gustaría quitårtelo de la cabeza, pero no veas el trabajo que cuesta y aunque llegue un momento en que das el tema por superado, por cerrado, de vez en cuando algo te hace recordar. No sé qué mecanismo cerebral rige esto. Supongo que no se sabe, pero me apetece saberlo, por eso pedí el artículo.
Bueno, pues creo que la fe en algo, tiene un mecanismo similar, la fe en Dios, también.
Luego la fe no es un don, la fe lo que es es un misterio, al menos para mí.
Enhorabuena a las personas que la tengan, pero permítannos que otras personas nos cuestionemos cosas y vayamos hasta donde nuestro razonamiento nos lleve. Eso no es anticristiano, . Jesús también lo hizo. El tenía una visión distinta del dios de su religión. Decía que era como un padre amoroso y no como un rey.
Pues ahora, veinte siglos después, somos muchas las personas que pensamos que no sabemos lo que es Dios, y como no lo sabemos, hay quien piensa que no sabe si existe, puesto que no sabe lo que es. Eso para mí es el agnosticismo. Que me parece lógico, pero no es mi postura ante este asunto de Dios . No sé qué es, pero existir, creo que existe.
Y volvemos a lo de antes. Por qué pienso que existe? Pues no lo sé. Supongo que por el mismo mecanismo mental que hace que te enamores, o te hace creer que la auténtica verdad la tiene la iglesia católica, apostólica y romana, sobre todo romana.
Pero lo que es absurdo es entrar en litigio por esto. Que cada uno exponga lo que piensa, si es que le apetece, pero aquí no hay buenos ni malos.
Otra cosa muy distinta es la manipulación a las personas esgrimiendo argumentos sobre lo que quiere dios y su plan para nosotros. Eso es impresentable , aborrecible, indignante.
Y no lo sé explicar mejor.
Sorry.
Que digo que eso de Romana ya se ha quedado anticuado. Se podría sustituir por iglesia católica, apostólica y Vaticana.
Y me voy a dar un paseo por mi playa . No vean el día que hace y después del frío apetece un montón.
Como dice Gonzalo H., Jesús convenció por su misericordia y por sus explicaciones sencillas…pero no solo a la gente sencilla sino a judíos mas cultos como a Nicodemo y José de Arimatea, miembros del Sanedrín, tanto a Zaqueo como al ciego, a Lázaro como a Mateo, y ha convencido a muchos de todas las clases a través de los siglos…Cierto grado de agnosticismo existía entonces como ahora, en el siglo I como en el XXI puesto que a nosotros nos es difícil tratar de “el Absoluto”…Para los judíos del siglo I Dios estaba bastante lejano…a pesar de la milagrosa existencia y persistencia de Israel y de la acción divina en ese pueblo…
La fe se define como don, como regalo…que puede aceptarse o rechazarse…Nadie puede acceder a ella si no queremos de antemano…Es una proposición intelectual pero un acto de la voluntad…Pablo dice que Dios mueve “el querer creer, tanto como el acto de fe en si”…Pero no es cierto que Jesús no tuvo conciencia de su divinidad encarnada…No solo se identificó como Mesías a la samaritana sino que se reveló como Hijo de Dios al ciego de nacimiento y dice el Evangelio que el ciego “le adoró”…Y Marcos nos dice que Jesús proclamó su filiación divina ante Caifás y le habló de su segunda venida “entre las nubes del cielo”…y que Caifás declaró por eso la blasfemia y se “rasgó sus vestiduras”…
Jesús dice que todo lo que hace el Padre lo hace también el Hijo….y que su Padre y El eran una misma cosa..y que ante la duda de los judíos les afirma de que “antes que Abraham existiese, EXISTO YO”…
“Por esto, pues aún mas querían los judíos matarle (a Jesús) porque no solamente violaba el sábado, sino que también decía ser DIOS el Padre suyo, haciéndose así igual a Dios” (Juan 8, 57-58)
Estas palabras recogidas por los discípulos de Cristo y puestas por escrito han sido avaladas por la crítica mas severa como auténticas. Como dice Juan el Apóstol fueron oídas y presenciadas por ellos que fueron mártires por defenderlas.En realidad era una blasfemia que un judío se proclamara Dios, el Dios hecho hombre…El profesor de griego del N. Testamento Harold Greenlee en su libro El Texto del Nuevo Testamento demuestra que el texto del Nuevo Testamento, a pesar de las variantes, no ha cambiado en su forma esencial. La crítica textual siempre ha sido favorable a la Escritura, a pesar de todos los ataques e intentos de destruirla y cambiarle el sentido…El sentido verdadero del NT todavía es actual…puesto que contiene la verdad de los hechos ocurridos durante la vida de Jesús de Nazaret y después de su muerte.
Por eso nuestra fe, la fe de la Iglesia, no se basa en historias nebulosas e inventadas como han querido hacer los sus enemigos mas encarnizados, sino que el NT y particularmente los Evangelios son los libros mas documentados históricamente y con mas referencias como ningún otro libro de la Antigüedad. Jesús fue un personaje real e histórico, cierta fue su vida y auténticos son los documentos que la relatan, no solamente su vida, sino su muerte y resurrección.
DE cualquier manera, tanto en el siglo I conociendo a Jesús personalmente, y conviviendo con El, pudimos creer en El o no….tanto entonces como en el actual siglo XXI….La respuesta de la fe ES una respuesta nuestra…y, no cabe duda que es una respuesta libre.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
SOLO PIENSO Y CREO EN UN CRISTO…HECHO CARNE Y MISTICAMENTE PARTES NOSOTROS MISMOS DE ESE HIJO DE DIOS. TRINO Y UNO.
Si echaran raíces en mi libertad, y si de mi libertad surgiera Su voluntad, yo me
convertiría en el amor que Él es, y mi cosecha sería Su gloria y mi gozo.
Y yo crecería junto con millares y millones de otras libertades para convertirme en el
oro de un enorme campo en alabanza de Dios, cargado de aumento, cargado de trigo.
Si en todas las cosas considero sólo el calor y el frío, la comida o el hambre, la
enfermedad o el trabajo, la belleza o el placer, el éxito o el fracaso y el bien o el mal
materiales que mis obras han logrado para mi propia voluntad, sólo hallaré el vacío, no
la felicidad. No seré nutrido, no hallaré plenitud. Pues mi alimento es la voluntad de
Aquel que me hizo y que hizo todas las cosas para darse a Sí mismo a mí a través de
ellas.
Mi principal cuidado no debería ser encontrar placer o éxito, salud o vida, dinero o
descanso, ni aun cosas como la virtud o la prudencia, ni mucho menos las opuestas:
dolor, fracaso, enfermedad, muerte. Sino que, en todo lo que ocurre, mi único deseo, mi
único gozo debería ser el saber: “He aquí lo que Dios quiso para mí. En esto se halla Su
amor y, al aceptarlo, puedo devolverle Su amor y con éste entregarme a Él, y crecer en
Su voluntad hacia la contemplación, que es la vida eterna”.
Y recibiendo Su voluntad con gozo, y cumpliéndola con alegría, tengo su amor en mi
corazón, pues mi voluntad es ahora lo mismo que Su amor y estoy en camino de llegar a
ser lo que es Aquel que es Amor. Y aceptando de Él todas las cosas recibo Su gozo en
mi alma, no porque las cosas son lo que son, sino porque Dios es Quien es, y Su amor
ha querido mi gozo en todas ellas.
Sé que me faltan conocimientos, vivencias, reflexiones y esas cosas que otros muchos tienen y han dedicado una parte importante de la vida.
Pero creo que no se vale ni ser católico o agnóstico, o evangelista ni tampoco god’spower. Cuando somos jóvenes todos apostamos por algo y la gran mayoría perdemos. Las cosas nunca son lo que esperas. La salida, entonces es seguir andando en la dirección que crees la correcta, sin detenerte, porque si vuelves a pensar que estás en el lugar correcto, vuelves a perder. Porque no hay verdades absolutas, porque nada es lo que parece, la única salida es seguir el camino y no detenerte nunca.
No sé. Me gustó un montonazo leer esa frase en el libro: hasta donde la verdad me lleve. Recuerdo perfectamente, iba en el tren y dejé de leer. Me impresionó. Quizás no es un camino fácil. Con el tiempo he sustituido la palabra verdad por razón. No en el sentido de tener razón, sino a donde mi razonamiento me lleve, que no es lo mismo.
No sé. Tampoco es que sea una pensadora de esas que te deja boquiabierta, pero no hace falta. No voy a escribir ningún libro. Creo que no existe la verdad, así en abstracto. Como mucho podrá existir la ausencia de falsedad, la ausencia de mentira contigo mismo, pero la verdad? No sé.
Quizás ustedes ya puedan detenerse o se han detenido hace tiempo. Tienen suerte. O no. Vaya usted a saber.
De momento sigo caminando.
God’spower. El tercero, dos años, se llama God’spower. Miércoles 6 de febrero de este año bendito. Su madre, nigeriana de las que vino con vudu y se casó aquí con un nigeriano sin vudu, que le ha hecho tres hijos, de 7, 4 y 2 y se fue con otra antes de que nciera el tercero. Al norte, se fue al norte. Y ella cuando nació le puso God’spower. No tiene ingresos. Tiene tres criaturas. La parroquia, no su iglesia, le pasa 50€ cada veinte o veinticinco días. Los niños comen entre semana en colegio y guardería. El del no vudu nada le manda desde que se fue. Hablamos de tramitar el divorcio para que cuando tengamos convenio poder solicitar la renta básica. Hay que localizar al del no vudu. ¿Y mientras?. Trabajo no hay. Una escalera por semana son 25 €. Alguna salida al puente cuando no hay nada más. ¿Y mientras?. “¿Se ha fijado usted cómo se llama mi niño chico?”. God’spower. “Pues eso”.
¿Apofanico?, ¿agnóstico?, ¿ateo?, ¿catolico, apostolico y Romano?, ¿pentecostal?, ¿bautista?. God’spower.
Respecto al artículo-carta-autoconfesión, del amigo-maestro Miquel Sunyol, ¿qué decir?. Está en la línea de todos sus escritos-diarios de una búsqueda constante y honrada, desde un punto de partida cultural-religiosa, (el catolicismo preconciliar), común a casi todos de nosotros.
Cada uno, en ese envite hemos realizado apuestas personales diferentes. Hay muchos que como Miquel, ha envidado toda su vida en un órdago, que al final, tiene todos los visos de fallido.
Muchos de ellos, defienden el fuerte de sus ideas iniciales, con uñas y dientes, víctimas del “sesgo cognitivo de “anclaje”, que es la predisposición a dar más peso a la información obtenida en primer lugar que a una información nueva que la contradice. Su denominación se debe a que esas ideas previas en ocasiones suponen verdaderas anclas difíciles de soltar”.
También, todos somos víctimas del sesgo cognitivo de la aversión a las pérdidas. Este sesgo hace referencia a la tendencia a considerar que las pérdidas pesan más que las ganancias. Es decir, el miedo a perder algo supone un incentivo mayor que la posibilidad de ganar algo de valor semejante.
Y también del sesgo de confirmación. La tendencia (a la que todos somos propensos) de buscar evidencias que confirmen nuestras creencias y de evitar, ignorar o distorsionar la evidencia contraria.
(Los sesgos cognitivos, son muy útiles para el día a día, pues nos evitan laboriosas reflexiones, y muchas veces aciertan, pero son muy peligrosos de autoengaño en las decisiones importantes).
Otros, como yo, mas cobardes, o con menos fuerzas, nos plantamos, tirando las cartas sobre la mesa, muy al principio de la jugada, (yo lo hice a los 25 años, justo el día de mi boda: ese día abandoné la práctica religiosa).
Y entonces esos menos animosos, como yo, (convertidos en “mirones” del mus), vemos la jugada de los demás, ya solo casi por interés intelectual, pero sin haber puesto toda nuestra existencia encima de la mesa.
Pero Miquel, no te quede mal sabor de boca por el envite existencial realizado. Al final, todos estamos en el mismo sitio, y ni unos habéis perdido nada tan especial, ni los otros hemos ganado nada extraordinario. Al final, la ida se va igual para todos, y a todos se nos queda el amargo sabor de boca de no haber sabido jugar bien nuestras cartas. Tú lo has intentado muy bien, y has servido de ayuda a muchos.
En estos momentos históricos, en los que el terreno que pisamos, se mueve debajo de nosotros a toda velocidad, permanecer en pie ya es todo un milagro, e intentar hacer algo valioso de verdad, es casi imposible.
Lo primero que he hecho es imprimir todo, y aún las respuestas (4) hasta esta hora de la mañana (l3,l6) que también tienen su miga, por si acaso se pueden diluir, desparecer las palabras escritas por este gigante del espíritu rebelde y tan certero. Y a ti, Antonio por servirnos este plato tan sano y nutritivo que a mi me reconforta la vida, el pensamiento, y, terminar este inicio, con palabras de Miguel Hernandez, aunque este se las dedica a Ramon Sijé ,que no es el caso;” A las aladas almas de las rosas, del almendro de nata te requiero, que tenemos que hablar de muchas cosas, COMPAÑERO DEL ALMA,COMPAÑERO. Me imagino que este chirimiri, orballo, ha calado tan profundamente en los asistentes de esa Lamiarrita vuestra. ¡¡Que envidia¡¡¡
Es muy de agradecer la sinceridad de este artículo de Miquel, y creo que es una situación que se va extendiendo entre muchos cristianos, que tratamos de repensar a fondo nuestras creencias y actitudes vitales. Ya nuestro estimado Díez Alegría (creo que no necesita presentación) reconocía que él podía considerarse como “un agnóstico positivo” a diferencia de otros intelectuales españoles que se confesaban como agnósticos (no tan positivos).
Creo que estoy de acuerdo en el fondo de lo que aquí y en otras ocasiones expone Miquel, y también en muchas de sus explicaciones. Quizás yo sea tan “irritante” como él y no puedo evitar expresar algunas discrepancias. Yo tendría más en cuenta las observaciones de su amigo Pep Vives (al que no conozco) sobre “la dialéctica de mantener a la vez el sí y el no”. No hay soluciones fáciles a problemas complejos. Si la explicación está muy clara, desconfiemos de que sea la correcta.
Cada vez me convenzo más de que “la vía intelectual” tiene que ser complementada con “la vía emocional” (connaural, via sentientis). Y vuelvo a mi “teoría del puente” (expresada en “Lo que creo que creo”). Todas nuestras explicaciones son como las barandillas del puente; necesarias para darnos seguridad, pero en realidad lo único necesario para pasar al otro lado son las tablas del suelo (“la vía emocional”, la conciencia). A las personas sencillas le basta su conciencia y muy poquitas (y dudosas) explicaciones. Jesús convenció por su compasión práctica y su lealtad hasta la muerte; y sus parábolas suscitaban estos sentimientos en los oyentes, sin más explicaciones teóricas.
Gracias, Miquel, por saber expresar lo que mucha gente cristiana pensamos y quizá no sabemos elaborar un texto tan coherente.
Yo personalmente me identifico con muchísimas cosas de las que dices. El Jesús que nos ha llegado y que tantos ríos de tinta ha hecho correr a lo largo de la historia, de la teología y de la Iglesia, es un referente humano único y válido. Quien lo asocie a que todo fue por ser Hijo único de Dios, ya es cuestión personal de cada cual.
Y sobre Dios, hasta donde la razón nos llegue.
Madre mía Miquel.
El otro día entré en tu página, pero estaba cansada y no lo leí.
Madre mía Miquel. Esto es bestial. Y precioso. Eres un valiente. No por lo que dices, que también, pero estas cosas las has dicho siempre. Eres un valiente por haber sido coherente toda tu vida.
Habrá quien piense, y este señor, por qué sigue siendo jesuita con las cosas que dice? Pero es que no se paran a pensar que lo importante es lo que se hace. Estoy segura, pero segura de que hay muchos jesuitas que estando en tu línea de pensamiento o parecida, siguen manteniendo posturas ortodoxas en sus manifestaciones públicas, aunque entre amigos o cuando estén en soledad su idea es otra muy distinta. No puede ser de otra manera. Porque los libros que citas y de los cuales conozco alguno, no dejan a nadie indiferente y te hacen pensar. Y habrån leído si no esos, otros parecidos. Y sin embargo no se oye una sola voz procedente de ningún jesuita cuestionando nada de lo que dice el Papa actual. Es increíble, es desilusionante, porque el buen señor dice a veces cosas alucinantes que si hubiese dicho el Papa Benedicto o San Juan Pablo, hubiesen puesto el grito en el cielo.
Eres honesto para con Dios, como dice el título del libro y el libro entero.’ Hasta donde la razón me lleve’ menuda frase tan mágica, tan liberadora. Lo tengo en casa, pero te dije una vez que nunca devuelvo libros prestados. Sorry.
Me ha gustado un montonazo. Es Miquel Sunyol en estado puro.
Un abrazo
carmen.
¡¡¡Gracias Antonio por este sustancioso artículo, gracias; para mí, es como sabía que alimenta la búsqueda constante, a través de las experiencias personales y profundas, nacidas de una vida de constante búsqueda de todo lo aprendido desde la niñez!!!
Me siento acompañada y serena, al confirmar, que hay personas que siguen buceando y experimentando el paso por este mundo del Galileo Jesús, mirándolo desde su vivir y desde su Palabra sin “añadidos” que están llevando a la iglesia poder, a una caída triste, y envuelta en muy tristes acontecimientos causados por unas normas fuera de toda razón.
¡Gracias! Ha sido muy esperanzador para un futuro con los pies en el suelo… Y sobre todo… la cabeza sobre los hombros y bien pertrechada para la vida, que tan dura se presenta.
m* pilar