Celebramos la venida del Año Nuevo con
uvas, champañ y alegría, y hacemos bien en
celebrar el haber sobrevivido un año más, el
estar vivos todavía. Con todo esto tratamos
también de olvidar todo lo que no llegamos a
hacer el año pasado, nuestros errores y fracasos
y que hemos consumido un año entero de
nuestra corta vida. Hacemos bien en olvidar.
Aún así, como seguimos teniendo fuerzas
para hacer grandes cosas, alegrémonos, pues,
mientras somos jóvenes, o, por mejor decir,
mientras estemos vivos.
¡Que la Felicidad os sea propicia los 365
días que, a partir de mañana, te esperan!
Juan
Gracias entrañable Juan.
Esos deseos que nos regalas, también los quiero para ti, para seguir caminando… Aunque duela el alma.
Un abrazo entrañable, profundo, cercano.
m* pilar
Gracias sentidas, querido Juan, y ánimo y esperanza para el hoy y el mañana, ya que el ayer se nos escapó ante nuestra impotencia.
Muchas gracias, Juan, por estos buenos deseos de superación. Nunca es tarde para empezar de nuevo.
Y puestos a ello, ¿Crees que la Felicidad tiene que ser propicia para que realmente lo sea? ¿Quién está hablando la Felicidad tal cual, o lo que tomamos por Felicidad?
Como te siento aún bastante joven, lleno de lucidez y esperanza, tras haber vivido bastante, creo que puedes decirnos mucho.
Un abrazo atriero.
Menudo lío. Yo no sé lo que es la felicidad, aunque quizá la he rozado con la punta de los dedos. Pero puedo hablarte de mi experiencia.
Si te esperas unos días, cumpliré los ochenta y cinco, o sea, que no es que vaya para viejo, sino que soy un viejo que no renuncia a serlo aunque se empeñen en venderme la burra de la tercera edad y otras lindezas con que quieren mantenernos en el gueto de los no productivos.
Desde esta altura de mi edad puedo decirte lo que creo, a sabiendas de que no sé si mi creencia se acerca a la realidad, o si solo es algo válido para mí y que difícilmente puede traspasarse a otras experiencias o que quizá solo son fantasías sin fundamento.
Creo que felicidad es equivalente, o casi, a la plenitud (cosa que no se da en esta vida porque la vida es el camino de lo imperfecto y no acabado a lo perfecto, a lo que nunca se llega, que yo sepa) y en mi caso concreto está hecha de dos clases de cosas.
Una es la paz, eso de poder dormir a pierna suelta, y tiene mucho que ver con la justicia y la sensación del deber cumplido, al menos en lo que me alcanzaron mis fuerzas y me dejaron mis miedos.
Otra es el amor, la sensación de amar y ser amado, de muchas maneras posibles, siempre con las correspondientes limitaciones que es necesario aceptar. Esa sensación se transmuta el el sentimiento de ser amado por el Padre, a quien tanto debo por las muchísimas cosas que me ha dado, sentimiento que también es de gratitud y que va unido al convencimiento de que todo lo bueno que yo haya podido hacer no es más que el puro e inevitable reflejo del amor que el Padre me tiene, que no sé quien es, ni falta que me hace el saberlo.
Tengo claro que la felicidad (o la parte de ella de la que podamos disfrutar) no se alcanza ni con el poder, ni con el dinero, ni con el éxito, ni con ninguna de nuestras aspiraciones más comunes.
¡Ah!, y mi ignorancia sobre la felicidad no me impide deseársela a mis amigos. Y, si pudiera, a mis enemigos
Agradezco especialmente este compartir con sinceridad y serenidad las experiencias de la vida, con nuestras búsquedas, dudas, y logros más o menos limitados. Gracias, Juan, y feliz año para ti y para todos.
Con una enorme sonrisa te agradezco, Juan, tu sincera respuesta. Llena de alegría y plenitud. Tu Paz también. Lo que sea la Felicidad ya no importa tanto. Lo que llamamos Padre-Dios tampoco, quizá y seguro también, por lo que tú mismo nos dicesexperimentas y vives.
Con el corazón desde Atrio te deseo lo mejor, porque crecer en el Amor no hay límites.
Feliz día. Besos.
Ok
También he creído tocar el cielo con la punta de los dedos de las manos y el infierno con la de los pies.
A mí tampoco me hace falta saber qué es eso que llaman dios padre, solamente sé que cuando no puedo más , me ayuda a seguir. Suficiente.
Y es cierto, la felicidad ,creo, pasa siempre por el amor. Porque creo que es una necesidad básica del ser humano.
Yo también puedo identificarme contigo Juan en ese camino hacia la felicidad plena donde l a paz y el amor son ingredientes esenciales.
Creo que por ese camino debemos ir todos, o al menos intentarlo, pues la vida, en realidad, es un comenzar de nuevo cada día en la esperanza, y en la lucha por salir de nuestro encierro personal y ofrecer la vida a todo lo que es verdadero, y real, lo que es bueno, cuya identidad última es el Bien trascendente.
Un saludo especial y sin quedarme atrás, os deseo a todos un
¡Muy Feliz Año 2019!
Santiago Hernández
Gracias Juan. Lo mismo deseo.
Perdón por tutearte , pero es un nombre tan familiar para mi, que me resulta imposible no hacerlo.
Si eres el mismo Juan que pienso, ha sido un año duro para ti. Pero bueno. La vida , a veces, lo es.
Un abrazo
Gracias, Carmen. No solo puedes tutearme, también puedes reírte de mí, si llega el caso. Efectivamente ja sido un año durísimo y la felicitación forma parte de mis esfuerzos por superar el dolor. Besos