En cuanto nuestra madre nos miraba diagnosticando un “nene estás amarillo y con ojeras”, o su equivalente “más amarillo que la pajuela”, nos hacía tragar un vasico de agua de Carabaña, un purgante cuyo sabor puedo reproducir en primavera y a finales de otoño como si lo estuviera tomando ahora.
Hemos tenido el domingo pasado […]
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