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Corbetas y Derechos Humanos

Me acaba de llegar desde Puerto Real, esta reflexión de Javier Fajardo Sánchez, un viejo y querido compañero, luchador sindical en Navantia, y muchas más cosas. Creo que vale la pena darla a conocer en ATRIO, sobre todo tras la discusión suscitada en el hilo de Jose Arregi.  A. Revuelta.

Estos días están siendo muy duros para mí. Mi sindicato y mis compañeros de Navantia San Fernando están movilizándose para que no se cancelen los contratos para fabricar corbetas para Arabia Saudí y lo están haciendo mandando el mensaje de que ese trabajo debe estar por encima de todo.

Esta situación me está obligando a reflexionar todo lo profundamente que soy capaz. Y ante diferentes comentarios me siento en la obligación de poner por escrito mis reflexiones y compartirlas con amigos y conocidos. Realmente se trata de una cuestión controvertida y difícil de matizar porque afecta a cuestiones prioritarias en la vida y en la conciencia de muchas personas, en especial de trabajadores del sector naval y de toda la comarca de la Bahía de Cádiz. Y soy consciente de que cualquier opinión que discrepe o simplemente matice la opinión generalizada puede ser mal interpretada o, directamente, despreciada.

Debo empezar diciendo que mi posición no es en modo alguno equidistante de de las personas que me rodean, en especial de los trabajadores de los astilleros de la Bahía. Toda mi vida la he dedicado a defender los intereses de los trabajadores metalúrgicos de la Bahía, desde que empecé a trabajar en una contrata de la antigua Matagorda, hoy Navantia Puerto Real, antes Astilleros Españoles y antes Izar y hasta mi prejubilación en la quinta Reconversión Naval que sufrí durante treinta y muchos años. Los intereses de los trabajadores fueron siempre la orientación de mi trabajo sindical en mi astillero, en todo el sector naval español y en mi sindicato Comisiones Obreras. Y durante muchos años en primera fila, desde los tiempos de la clandestinidad a que nos obligaba el franquismo.

Nuestra lucha, muchas veces dura y comprometida y con frecuencia arriesgada, llevó el sufrimiento a muchos compañeros de todas las ideologías y aprendimos poco a poco a explicar nuestras posturas y a tratar de incorporar a todo tipo de personas y asociaciones (culturales, vecinales, sindicales, políticas…)

Recuerdo que nuestras reivindicaciones eran complejas y diversas. La mejora de nuestro salario, la lucha contra condiciones laborales peligrosas, la búsqueda de jubilaciones y el mantenimiento de los puestos de trabajo, que era la primera y principal. Pero también las incapacidades en las mejores condiciones, el cooperativismo para conseguir viviendas asequibles, las ayudas para que los hijos de los trabajadores pudiesen ir a la universidad, cooperativas de consumo…

Y por supuesto incluían medidas sociales y políticas como más y mejor democracia, justicia y libertad, participación en todos los asuntos que afectaban a la vida de los trabajadores…

 

Como anécdota recuerdo cuando en el Sindicato Vertical nos recomendaban que nos centráramos exclusivamente en cuestiones puramente laborales, olvidando temas políticos. Pero en las Comisiones Obreras, infiltradas en el Vertical, teníamos claro el mensaje de que debíamos dirigir a los compañeros: sin democracia, sin libertades, nuestros problemas no tenían solución. Y los trabajadores nos entendían y se daban cuenta que los derechos humanos también eran algo que debíamos defender.

Recuerdo también, como si fuera ayer, la lucha que mantuvimos los tres astilleros de la Bahía para no reparar el Buque Escuela de la marina de Chile, el Esmeralda, porque había servido de centro de detención, tortura y asesinato de demócratas en el golpe de estado del general Pinochet. Todos los trabajadores de los tres centros votaron en diversas asambleas por abrumadora mayoría que aquel buque, construido en Astilleros de Cádiz no se podía reparar aquí. Tuvo que ser remolcado a Portugal. Los trabajadores preferimos perder el salario de varios días antes que olvidar los valores democráticos y de solidaridad con el pueblo Chileno.

Por supuesto ahora son otros compañeros los que llevan sobre sus espaldas la lucha sindical en los centros de trabajo. Yo me dedico a otras cosas pero no soy indiferente a lo que ocurre allí donde he pasado la mayor parte de mi vida laboral.

El problema que se plantea en estos días es suficientemente conocido por todos: a raíz del anuncio de la ministra de defensa de nuestro país de anular la venta de 400 bombas-misiles de alta precisión y capacidad de destrucción a Arabia Saudí, se filtra la posibilidad de que, en represalia, ese país anule el jugoso contrato para la fabricación de cinco corbetas que, según lo firmado, se construirán en Navantia San Fernando dando trabajo a más de cinco mil trabajadores (entre personal fijo y trabajadores de industrias auxiliares) durante un tiempo considerable.

Arabia es un país que está masacrando a otro país, Yemen, sin ningún tipo de escrúpulos, bombardeando hospitales, colegios, entierros, bodas y todo lugar donde se puedan acumular personas civiles, hombres, mujeres, ancianos, niños… Lo último conocido ha sido la destrucción de un autobús repleto de escolares que fueron masacrados sin compasión. Yemen está sometida a un boicot que hace que no puedan llegar al país ni alimentos ni medicinas imprescindibles. Arabia es además un país protector de terroristas musulmanes que siembran el terror en el mundo. Para más inri es un país aliado de Israel y de EE.UU.

Hasta tal punto sus barbaridades son tan tremendas que países civilizados como Francia y Alemania se han negado a venderle armas susceptibles de ser utilizadas para provocar el terror. Muchas barbaridades que comete Arabia Saudí son silenciadas por las agencias de información pero, aun así, las que sí llegan nos llenan de horror. Y algunas O.N.G., entre otras, Médicos Sin Fronteras, que cuenta con personal español, nos comunica sin pelos en la lengua lo que ellos y ellas contemplan a diario con sus propios ojos.

Así pues el dilema que se plantea como ineludible es el siguiente: o trabajo o dignidad y derechos humanos. O se olvidan los derechos humanos o se pierde el trabajo.

Este dilema no es nuevo sino recurrente.

  • -O te olvidas de esa zona verde en la que yo pretendo construir un hotel para el que pienso contratar a cincuenta personas como tú o no hay trabajo.
  • -O aceptas el contrato de cuatro horas, trabajando doce y cobrando ochocientos euros al mes, o no te contrato.
  • .O aceptáis esta fábrica con chimeneas sin purificación de humos y con vertidos a la red de saneamientos o la pongo en otro pueblo con menos remilgos.
  • -O te olvidas de que estas prendas están fabricadas por niños en un país empobrecido, a un euro la hora, o lo compras al doble del precio, el que te ofrecen otros fabricantes con más escrúpulos.
  • -O modificas la legislación laboral a la baja, rebajando la capacidad negociadora de los sindicatos o me llevo la fábrica a otro país más comprensivo con el capital.

Podríamos seguir con muchos ejemplos que todos conocemos y que persiguen que las personas, especialmente los parados y sus familias, acepten lo que les echen por tal de tener empleo.

Esto está sucediendo en estos momentos en la Bahía. “No quiero bajo ningún concepto que los niños de mi alrededor pasen hambre. Si otros niños de países que ni conozco ni quiero conocer son masacrados, yo ni tengo la culpa ni quiero saber nada. Que no me pongan por televisión imágenes truculentas. Yo con cambiar de canal tengo bastante. Siempre habrá otro programa de cotilleo, o de deportes o de animalitos que son muy instructivos. Pero a los míos y a mis vecinos que no los toque nadie, que yo soy muy solidario”. Cosas parecidas se oyen en los programas de radio y de televisiones locales.

O trabajo para mí y los míos o derechos humanos para extraños que no conozco de nada. Esa es la única alternativa. O como dijo aquel: “barcos sin honra o honra sin barcos”.

En realidad es un dilema falso. En el sindicato que yo conocí, que yo fundé junto con otros pocos en Matagorda en los primeros años de la década de los setenta, pensábamos: Trabajo, sí por supuesto, sin él no se puede vivir, pero trabajo con derechos en el cual se pueda vivir con dignidad y con la frente muy alta y en solidaridad con todos los trabajadores y personas del mundo.

Sé muy bien que es difícil, pero cualquier otro atajo es un crimen y un error.

Javier Fajardo Sánchez, Puerto Real.

16 comentarios

  • Honorio Cadarso

    Perdonen que copie aquí unos párrafos de Nazim Armanian, que quizá responden un poco a lo que comentaba Pilar en el texto de Arregui. Ella me decía que qué puede hacer un ciudadano de a pie, y yo ahora le recuerdo que quizá podrías decir a todo el país cuál debe ser la solución al problema de Cadiz y a los tres millones de desempleados que dicen que tenemos…

    “El Instituto de Asuntos Internacionales y Públicos Watson de EEUU asegura que “el gasto en energías limpias y cuidado de la salud crea un 50% más de empleos que la cantidad equivalente de gasto militar, y la inversión en educación genera más del doble de empleos en EEUU donde la industria militar emplea a 3,5 millones de personas.”

    Y a renglón seguido ese mismo Instituto hace unas recomendaciones muy válidas para el actual Gobierno de Pedro Sánchez: “A corto plazo, los gobiernos democráticos podrían empezar una reconversión industrial mientras indemnizan a los trabajadores de estas empresas y los emplean en la fabricación de maquinaria para otras industrias: desarrollar fuentes de energía renovables para cortar esa dependencia del petróleo y sus dueños; invertir en investigación e innovación no militares; e incluso Arabia saudí podría fabricar desaladoras de agua para que en vez de hidrocolonialismo y saqueo de agua y tierras fértiles de Africa Arabia Saudí pudiese sembrar en su propio desierto.

    Amiga Pilar, quizá sabes que el gobierno anterior estaba obstaculizando y cargando de impuestos a las fuentes de energía como la solar, algo tan abundante y barato que tenemos en España, y la industria puntera de maquinaria y torres para crear energía eólica está siendo infrautilizada, según tengo entendido.

    A ver, Gobierno de Pedro Sánchez, Kichi alcalde de Cádiz, trabajadores de Navantia, Podemos y todas las fuerzas de izquierda, !muévanse, carajo!

    Y concluye Armanian: “Los objetivos honestos, y crear empleo lo es, deben ser conseguidos solo con medios honestos”

    Y yo digo: Palabra de Dios. Y me extraño vehementemente de que estas reflexiones no hayan sido hechas por el Gobierno de Pedro Sánchez y por los operarios de Navantia y Kichi el alcalde de Cádiz y por los grandes y sabios pensadores que tenemos en España.

  • Honorio Cadarso

    Carmen: En política los hay y las hay que juegan sucio, y los hay que intentan jugar limpio, cambiar las cosas, aguantar fracasos y seguir adelante contra viento y marea.

    Tus hijos y los míos son libres de escoger su camino, el suyo, nosotros de seguir el nuestro, que desde luego les ha de servir de guía y de referencia.

    A mí la política me ha dado disgustos, fracasos y desempleo, pero en conciencia siempre me he sentido obligado a ocuparme de ella. A los buenos políticos les suele ocurrir eso mismo. Hay quienes viven de la política, y los hay que su conciencia les empuja a implicarse en la política

  • Cuando todo  aquel jaleo con Grecia, cuando su primer ministro tuvo que arrodillarse ante Europa, entendí que una cosa es el deseo de hacer determinadas cosas porque estás convencido de que es lo que hay que hacer y otra es lo que en realidad puedes hacer cuando llegas al poder.

    Hasta ahí llegó mi fe en los políticos. Ya no tengo fe en ninguno , porque se que por muy convencidos que estén y digan la verdad en su campaña, luego no lo podrán hacer.

    Uno de mis hijos es de esas personas brillantes, mi miedo es que algún partido lo quiera cazar. De vez en cuando le digo: por favor, nunca te metas en política, acabarás traicionåndote a ti mismo.

    No, el fin no justifica los medios, no. No me gusta en absoluto Maquiavelo.

    Creo que Kichi, en este momento estará hecho polvo. El sabrá por qué ha tenido que apoyar esa postura. A lo mejor ha pensado que  no todas las personas tienen obligatoriamente que ser héroes y heroínas. No lo sé. No juzgo.

    Pero sé que en este momento, la única esperanza de mejorar las cosas en España, viene de la mano de la izquierda. Con una alianza entre PSOE y Podemos. Y estoy convencida de que interesa más que el PSOE esté al frente. Los pactos de entre los partidos serán más sencillos, dentro de mi país y en Europa, donde la ultraderecha no para de crecer.

    Y no me gusta la campaña contra Pedro Sánchez. No veo otra alternativa inminente.

    Eso quiere decir que me gusta la venta de armas a a algún país?  Por favor, ya estoy muy mayor para jugar al todo o nada. El cambio  que necesitamos en este mundo globalizado actual es mucho más, muchísimo más profundo que todo eso. No valen las políticas tradicionales, hay que reinventar la sociedad global, robotizada e informatizada en la que vivirán nuestros hijos, nuestros nietos y los hijos de sus hijos.

    No, el fin no justifica los medios. La demagogia tampoco

    Un abrazo a todos y a todas .

    • No sé por qué ha salido tan raro. He escrito directamente, como siempre hago
      No entiendo ese fondo blanco

      • Antonio Duato

        Ya está solucionada, Carmen, y tu comentario aparece normal.

        ¡Ojalá fuera tan fácil resolver esos problemas de forma, como los problemas de fondo de que aquí se trata! Ahí sí que me siento impotente y comprendo otras opciones. La radicalidad cristiana estaría clara. Pero es para hacerla libre opción personal, que ya es difícil. Pero imponerla… A mí me ha gustado mucho la carta del obrero de Novantia amigo de Revuelta. Y la referencia de Nacho a otras épocas. Si sirviera algo ATRIO para crear y difundir conciencia…

      • A mí también me ha gustado mucho la carta del amigo de Alberto Revuelta. Mucho.
        Rezuma puro idealismo y verdad.
        Pero los tiempos han cambiado. Hay que pensar por lo menos una jugada más, como en el ajedrez. Hay quien piensa cuatro o cinco. Es todo tan, tan distinto. Nada tienen que ver los años setenta con la década del 2010. Ha cambiado todo muy deprisa. Vivimos en otro mundo. A veces me asusta, pero quiero pensar que las nuevas generaciones harán lo necesario para que el planeta sea lo más justo posible. Porque ya no podemos hablar de países, eso pasó
        Da miedo pensarlo
        Da miedo todo
        Pero supongo que mis abuelos pensarían como yo pienso ahora sí hubiesen llegado a los años setenta, nacieron a finales del XIX
        En fin.
        Lo haces muy bien. Un día te darán el Nobel a la paciencia.
        Un abrazo.

      • Rodrigo Olvera

        Querido Antonio

        Estoy convencido que Atrio sirve para ello.

  • Nacho dueñas

    Queridas amigas:

    ¿No era un consenso ético eso de que “el fin no justifica los medios”?. La bahía de Cádiz, en otro tiempo, se negó a trabajar para la Armada chilena, en tiempos de Pinochet. Y Pinochet, por muy represor que fuese (que lo era), es Gandhi al lado de la dinastía Saudí, por cierto, amiga del anterior Borbón, y que veraneaba en Marbella sin que nadie dijese nada (poderoso caballero…). Qué razón tiene mi buen amigo Javier Fajardo…

    Me figuro que cualquier obrero de Cádiz, y el bueno del Kichi (que esta vez no ha estado a la altura de su propia valía), me podrían decir: “se ve que tú no eres uno de los que vives de las contratas de astilleros”, a los que se les podria responder; “se ve que tu no eres el papá de uno de los miles de niños masacrados por las armas que España le vende a Arabia Saudí”.

    Un abrazo a todas.

    Nacho.

  • No entiendo ya nada. Tampoco me importa demasiado. Me rindo. A estas alturas creo que lo único que me puede salvar de una visión negra del futuro es vivir con una coherencia aceptable con lo que pienso , y relacionarme con mi entorno siguiendo ese esquema de pensamiento . Estoy jubilada.

    Pero… no puedo evitar seguir haciéndome preguntas, no lo puedo evitar. Hace poco se decía en este mismo foro, o blog, que en determinado asunto había que elegir el mal menor. Y me pregunto. Eso se vale para todo o solamente para determinados asuntos?

    Me parece muy bien todo lo que digan todas las personas, por supuesto. Solamente quiero recordar que Felipe González nos metió en la OTAN, previo referéndum, es cierto. Voté en contra pese a que lo adoraba. Y si hubiese elecciones mañana, votaría a Pedro Sánchez. No lo adoro, ya no adoro a nadie. Pero si la alternativa es Pablo  Iglesias, francamente, no lo puedo resistir.

    El adherirse a un escrito es voluntario. Las votaciones también , pero me gusta votar. Ha costado mucho esfuerzo en España y creo que debo hacerlo.

    Que estamos en precampaña electoral, para mí está claro. Y esto empieza ahora. Está muy bien traído el ejemplo de las treinta monedas de plata en este blog. Lo que no me encaja es ese ‘ por lo menos’ y el después se ahorcó.

    Mi nombre es Carmen cárceles Molina y mi DNI 22440857- X.

     

  • Equipo Atrio

    Recibido como “Carta del director”

    El PSOE nos vendió barato.

     Señor director.

             Judas, al menos, vendió a Jesús por 30 monedas y se arrepintió pronto y se ahorcó. No creo que lo haga Sánchez tras vendernos también, pero por una cantidad mucho menor; porque 2.000 millones no es nada para un Gobierno que gasta mucho más en “salvar” empresas necias o corruptas. 2.000 millones de lo que no nos quedarán, en “limpio”, casi nada, pero crearán en el Yemen muchos más” campos de sangre” que el terreno así llamado que se compró con las 30 monedas de Judas.

              Este será el triste negocio que confirma que la “marca España” se ha convertido en una más de los infames países judaizantes, cómplices de asesinatos masivos de inocentes. Porque la traición del PSOE es compartida por los principales partidos de todo color.  ¡Qué lejos estamos de la época, hoy ridícula para un capitalismo tan inhumano, en la que al menos podíamos afirmar que “España prefiere honra sin barcos que barcos sin honra”!

     

    Martín Sagrera Capdevila. DNI 27951350.

    • Mª Pilar

      Cierto..:

      ¡Comparto su sentir, y siento vergüenza de la fuerza que tiene el deseo de poder, por encima de todo el dolor que sufre este mundo, guiado por el tener y el poseer!
      mª pilar

  • Mª Pilar

    Me uno totalmente, porque comparto su sentir, al lamento-grito… de Javier Fajardo.

    Y junto a Ana, me siento avergonzada de las respuestas del gobierno.

    En castellano paladín diríamos:

    “Se han bajado los pantalones”

    Tomar decisiones justas y valientes… pueden quitar votos.

    ¿Y nos extraña proclamar a voz en grito La Buena Noticia que Jesús proclamo?

    Porque algunas personas, lo hacemos fuera del amparo de la iglesia poder, que todo lo ha podrido hasta la saciedad.

    mª pilar

  • ana rodrigo

    A mí lo que me avergüenza son las respuestas dadas primero por la ministra portavoz sobre que la alta precisión de las bombas no iban a matar yemeníes, y, en segundo lugar, las declaraciones del Presidente de gobierno con eso de que la responsabilidad de España termina en las fronteras, máxime cuando hay ley respecto a la venta de armas.

    Entiendo que la herencia de unos compromisos con un país tan despreciable como Arabia Saudí, es muy difícil de borrar de un plumazo por el efecto dominó que tiene el mover cualquiera de las piezas de la relación de España con un país que aporta tanto trabajo y dinero a España.

    Pero, es tristísimo que aparenten tanta ingenuidad los responsables políticos al pensar que las bombas que se fabrican y se venden pueden servir para otros fines que no sea matar y destruir. Y más triste aún resulta vender la dignidad y la vida humana a cambio, nada más y nada menos que por instrumentos de muerte.

    Como digo estoy avergonzada e indignada con tanta falta de humanidad, no sólo en España, sino con el comercio de armas en el mundo, solamente por los réditos económicos que producen, sin importar la vida ni el sufrimiento humano. Vivimos en un mundo de locos ¿o qué? Toda la historia de la humanidad sembrado de guerras, y no aprendemos, al contrario, cada vez peor.

    Cuando la guerra de Irak, estuvimos muchos meses manifestándonos en todo el mundo contra la guerra, no sirvió para nada más que para destruir vidas, bienes materiales y crear un polvorín social en esa zona. Todo basado en mentiras e intereses inconfesables.

    Yo no sé qué podemos hacer ante un mundo tan deshumanizado en esta cuestión bélica.

    ¿Podríamos hacer un mundo cuya economía pudiese prescindir del negocio de las armas? Soñar es gratis.

  • Equipo Atrio

    Un artículo muy importante, de una periodista persa, sobre venta de armas a Arabia Saudí:

    ¿Saben qué es lo más grave en el asunto de venta de armas a Arabia Saudí?

    Y no dejéis de volver a esta entrada anterior de Juan Caselles:
    Gravísimo problema: las armas a Arabia Saudita
    Juan García Caselles, 13-septiembre-2018

  • Alberto Revuelta

    Mil gracias, como siempre, al avisado y acogedor moderador de Atrio, por poner “cada cosa en su sitio”. Un abrazo.