Este domingo es la fiesta (trasladada desde el jueves pasado) del Cuerpo de Cristo. Procesiones de la oblea consagrada, en trono de oro, plata y piedras preciosas. Con lluvia de pétalos y honores militares. ¿Como explicar al pueblo sencillo lo que hay de fundamento en todo esto? AD.
Hace unos 40 años que los hermanos María y José Ignacio López Vigil, escribieron la obra UN TAL JESÚS, escuchada primero como una serie radiofónica y luego publicada como libro. Fue tan enorme la incomprensión de algunas altas jerarquías de la Iglesia que llegó a ser prohibida “oficialmente” en los paises del continente. Pero la calidad evangélica de su contenido fue poco a imponiéndose y alcanzó una difusión inimaginada.
Me tocó participar muy activamente en ese momento y hoy me complace presentar un capítulo de su nueva obra OTRO DIOS ES POSIBLE (2 Tomos-Incluye CD), con 100 entrevistas exclusivas con Jesucristo en su segunda venida a la tierra*.
De ella ha escrito el obispo Pedro Casaldáliga:
“Hay teólogos que responden a preguntas que nadie hace y hay otros que intentan responder a las preguntas que hacemos todos. Estas entrevistas con Jesucristo son una gran respuesta a inquietudes, decepciones y también a esperanzas, abordadas con humor, realismo y libertad adulta. Imagino que no faltarán los que se rasguen las vestiduras. Pero ustedes están haciendo un bello servicio al Reino de Dios y a su propagador máximo, JESÚS de Nazaret”.
Entrevista 64
¿EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO?
RAQUEL: Los micrófonos de Emisoras Latinas regresan a Jersusalén y están instalados hoy en el Cenáculo, escenario de los hechos maravillosos de aquel Jueves Santo. Con nosotros, Jesucristo, protagonista de aquella noche memorable. En este lugar, usted celebró la Ultima Cena y la Pascua.
JESÚS: Bueno, aquí comimos la Pascua. Todos los años, con la luna de primavera, hacíamos lo mismo. Es la gran fiesta de mi pueblo, un memorial del éxodo, cuando Moisés liberó a los esclavos del faraón.
RAQUEL: Sí, pero aquella Pascua fue especial. Reconstruyamos los hechos. Estaban todos reunidos cenando. Usted tomó el pan y dijo: “cómanlo, esto es mi cuerpo”. Después, la copa de vino: “bébanla, es mi sangre”. Tal vez, las palabras más sagradas de la historia de la humanidad. ¿Fue así?
JESÚS: Sobre el pan y el vino yo dije una bendición. No recuerdo las palabras exactas, pero… no sé a dónde quieres llegar.
RAQUEL: A la transubstanciación. Cuando usted pronunció esas palabras Mágicas, en aquel pan estaba la presencia de Dios, ¿sí o no?
JESÚS: Sí, en aquel pan estaba Dios.
RAQUEL: Me alegra escucharlo. Llegué a pensar que usted echaría abajo otro dogma….
JESÚS: ¿De qué te asombras, Raquel? En Dios vivimos, nos movemos y somos. ¿No lo sabías ya? Levanta una piedra, ahí está Dios. Parte un trozo de madera, ahí lo encontrarás.
RAQUEL: Un momento. No se me vaya por los trozos, digo por las ramas. Los oyentes saben que usted consagró aquella noche el pan y el vino.
JESÚS: El pan y el vino, y el aceite son sagrados. La comida con que nos alimentamos es un don de Dios y por eso sagrada. ¿A eso te refieres?
RAQUEL: No. Yo me refiero a la transsubstanciación. Que por aquellas palabras suyas, el pan dejó de ser pan y el vino dejó de ser vino.
JESÚS: ¿Cómo el pan va a dejar de ser pan y el vino de ser vino?
RAQUEL: Quedaron las apariencias, pero cambió la sustancia. En aquel pan estaba su cuerpo, en aquel vino estaba su sangre, usted mismo, Jesucristo, transsubstanciado.
JESÚS: ¡Qué locura estás diciendo, Raquel! … Si yo estaba sentado en medio de todos… ¿cómo iba a estar metido al mismo tiempo en una hogaza de pan o en una copa de vino? ¿Qué truco sería ese? … ¡Ni que fuera mago!
RAQUEL: ¿Qué había en aquella copa que usted dio a beber a sus discípulos? ¿No era su sangre?
JESÚS: En mi pueblo no se toma la sangre de ningún animal, menos de una persona. Me estás hablando de una cosa… horrenda.
RAQUEL: Pero, entonces, ¿qué hizo usted de aquel Jueves Santo?
JESÚS: Yo hablé de unión, de comunidad. Luego, compartimos el pan. Yo brindé con la copa y, según la costumbre, todos bebimos de ella.
RAQUEL: Usted dijo que hicieran eso en memoria suya.
JESÚS: Sí, tenía miedo de que me apresaran. Entonces, les dije: hagamos una alianza. Pase lo que pase, sigamos unidos, como los granos de trigo en la espiga, como las uvas en el racimo. Si yo falto, reúnanse para recordar el compromiso del reino de Dios.
RAQUEL: A ver si nos entendemos. ¿Usted no instituyó aquella noche el sacramento de la eucaristía?
JESÚS: No.
RAQUEL: Y cuando un sacerdote repite las palabras que dicen que usted dijo aquella noche, ¿qué pasa con el pan y con el vino?
JESÚS: Nada… porque ya pasó.
RAQUEL: ¿Cómo que ya pasó? ¿No ocurre ningún milagro?
JESÚS: El milagro no está en el pan ni en el vino, Raquel. El milagro está en la comunidad. Cuando un grupo de hombres y mujeres que se quieren, que luchan por la justicia, se reúnen y dan gracias a Dios y recuerdan mis palabras…- ahí está Dios en medio de ellos.
RAQUEL: Y aquí estamos nosotros, en medio de nuestra audiencia y con demasiadas preguntas pendientes. Una pausa y regresamos. Raquel Pérez, Emisoras Latinas, Jerusalén.
Esta recreación ficcional de lo que razonablemente pasó en realidad en la última cena de Pascua de Jesús y su grupo, en comparación con los resultados a los que condujo el literalismo de unas frases y la especulación delirante, es el pan nuestro de cada día, mires donde mires de la doctrina eclesiástica. Y a mí ya me cansa.
Me recuerda a ese chiste, que ya he contado otras veces. Va un paciente al médico y le dice: -“Doctor, cada vez que me toco con el dedo las orejas, me duele. Y si me toco la barbilla me duele, y si me toco los pies, me duele…”. – Y el médico le interrumpe: -“Eso es que tiene usted, el dedo roto”.
No hace falta ir tocando cada parte del cuerpo, notando dolor. Lo que hay es que curarse el dedo. Pues con la Iglesia, pasa lo mismo.
Mientras no se ataque el problema de raíz, yendo a una revisión razonable, de la historia de lo sucedido en el siglo I, en Judea, con una lectura razonablemente simbólica de las supuestas palabras de Jesús, interpretadas a la luz de nuestros conocimientos científicos actuales, estaremos sintiendo dolor en el dedo. Y ya uno se cansa de andar tocándose todo, (releyendo cada aspecto doctrinal), y notando malestar.
Excelente Comentario, Isidoro!
trazando el “Cuadro de Situación”.
Has pintado el “gatopardismo”!
Isidoro, te digo lo mismo que Oscar, buen comentario.
Por otra parte, pienso que con estas pequeñas cosas la gente va cambiando el chip de que cuando se señala a la luna, lo importante no es el dedo que la indica.
Pero pensar que Papa alguno, ni obispo y ni autoridad eclesiástica alguna va a mover una tilde, hay un abismo. En días pasados salió una noticia de que más de 200 sacerdotes de todo el mundo pedían pararle los pies a este Papa por reconocer no condenar a los homosexuales, dejar que los divorciados comulguen, y cuatro estupideces más.
Así que el dogma ni tocarlo.
Cuando se habla así de Jesús de Nazaret, uno se siente reconfortado. Porque esa “emisora” está emitiendo contínuamente y en la búsqueda se siente por un momento que ha sintonizado con ella, sin saber explicarlo bien, pero ¡¡que a gusto!!. Y es que hay tanto ruido alrededor de uno que se pierde la sintonía, mientras la vida pasa sin cesar. Es aquello del filósofo de que “nunca te bañas en las mismas aguas”…..
No sé a los demás, pero a mi me ha pasado: Cuanto más cerca me he sentido de Jesús, más lejos me he sentido de la iglesia. O al menos así lo he sentido yo. Y no es algo que ha pasado de un año para otro. Han pasado 50 años, medio siglo. El tiempo se ha llevado muchas cosas, ya lo sé. Pero ha traído otras que no tenía. Sobre todo, claro, madurez y sosiego, y mirar mucho hacia fuera. Y sobre todo una depresión, algo que yo había estudiado en Psicología y ¡¡que distinto es curarla a los demás y padecerla….Ahora me digo muchas veces: ¡¡¡Que bien se está, cuando se está bien!!!.
Y la depresión me la causó la famosa gripe A, una secuela de su vacuna¡¡¡¡. Aquel día me encerraron en una habitación y cerraron la puerta. Intenté mover la mesita de noche ¡¡¡y estaba clavada al suelo¡¡¡. Y los cristales eran opacos, gruesos. Mi mujer ¡¡¡que mujer!!!. Y la cercanía, creo, de Jesús humano, sin mediaciones, hermano….como te siento.
Hola!
Pan y Vino: Ok!
En Argentina hubiera sido: UNA MATEADA
………………….
Un ejemplo en Versión Radiofónica:
1 Programa “Lalo Bla Bla” Radio Mitre:- EL MATE
2 El mate no es una bebida…
Bueno, sí… Es un líquido y entra por la boca…
Pero no es una bebida.
– En este país nadie toma mate porque tenga sed.
-Es más bien una costumbre, como lo es rascarse…
El mate es exactamente lo contrario que la televisión:
– te hace conversar si estás con alguien, y te hace pensar cuando estás solo…
3 Cuando llega alguien a tu casa
– la primera frase es “hola” y
– la segunda …”¿unos mates?”.
Esto pasa en todas las casas.
– En la de los ricos y en la de los pobres.
– Pasa entre mujeres charlatanas y chismosas, y
– pasa entre hombres serios o inmaduros.
– Pasa entre los viejos de un geriátrico y
– entre los adolescentes mientras estudian o se drogan.
Es lo único que comparten los padres y los hijos sin discutir ni echarse en cara.
Peronistas y radicales ceban mate sin preguntar.
En verano y en invierno.
Es lo único en lo que nos parecemos
– las víctimas y los verdugos;
– los buenos y los malos..
4 Cuando tenés un hijo,
– le empezás a dar mate cuando te pide.
– Se lo das tibiecito, con mucha azúcar, y se siente grande.
Sentís un orgullo enorme cuando un esquenuncito de tu sangre empieza a chupar mate.
– Se te sale el corazón del cuerpo.
– Después ellos, con los años, elegirán si tomarlo
– amargo,
– dulce,
– muy caliente,
– tereré,
– con cáscara de naranja,
– con yuyos,
– con un chorrito de limón…
Cuando conocés a alguien por primera vez, te tomás unos mates.
La gente pregunta, cuando no hay confianza:
– “¿Dulce o amargo?”.
– El otro responde:
– “Como tomes vos”.
5 Los teclados de Argentina tienen las letras llenas de yerba.
La yerba es lo único que hay siempre, en todas las casas.
– Siempre.
– Con inflación,
– con hambre,
– con militares,
– con democracia,
– con cualquiera de nuestras pestes
– y maldiciones eternas.
– Y si un día no hay yerba,
– un vecino tiene y te da.
– La yerba no se le niega a nadie…
Éste es el único país del mundo en donde
– la decisión de dejar de ser un chico y
– empezar a ser un hombre
– ocurre un día en particular.
– Nada de pantalones largos,
– circuncisión,
– universidad o
– vivir lejos de los padres…
6 … Acá empezamos a ser grandes
– el día que tenemos la necesidad de tomar por primera vez unos mates, solos.
– No es casualidad.
– No es porque sí.
– El día que un chico
– pone la pava al fuego
– y toma su primer mate sin que haya nadie en casa,
– en ese minuto, es que ha des cubierto que tiene alma.
– O está muerto de miedo,
– o está muerto de amor,
– o algo: pero no es un día cualquiera.
Ninguno de nosotros nos acordamos del día en que tomamos por primera vez un mate solo.
– Pero debe haber sido un día importante para cada uno.
– Por adentro hay revoluciones…
7 El sencillo mate es nada más y nada menos que
– una demostración de valores…
Es la solidaridad de bancar esos mates lavados porque la charla es buena…
– La charla, no el mate!
Es el respeto por los tiempos para hablar y escuchar,
– vos hablás mientras el otro toma…
– Es la sinceridad para decir: “¡Basta, cambiá la yerba!“…
8 Es el compañerismo hecho momento…
Es la sensibilidad al agua hirviendo…
Es el cariño para preguntar, estúpidamente, “¿está caliente, no?”…
Es la modestia de quien ceba el mejor mate…
Es la generosidad de dar hasta el final…
9 Es la hospitalidad de la invitación…
Es la justicia de uno por uno…
Es la obligación de decir “gracias”,
– al menos una vez al día…
Es la actitud ética, franca y leal de encontrarse
– sin mayores pretensiones que compartir…
10 Te sentiste incluido?…
Compartilo entonces con quienes alguna vez tomaste un mate…
El pueblo sencillo es el que hace que una iglesia sea o no fuerte. Interesa el número de personas que forman el pueblo de dios. Somos números. Las letras son los de arriba.
Pero no sé preocupen por nosotros. Hemos cambiado de sistema de numeración. Ya no nos hace falta pensar en base diez, mucho menos en base sesenta. Ahora nos gusta más la base dos.
Si les seguimos interesando para fortalecer su iglesia, cambien de base. Y si no les interesa, pues adelante con sus dogmas y sus profundos y elevados pensamientos.
Ustedes mandan, o al menos eso creen, pues ustedes decidirán.
Quizås este pensamiento no esté a la altura que se espera de alguien que escribe en Atrio.
Sorry
Hola, Carmen.
Nada de sorry. Bien por lo que dices de la base dos. Y sin tener conocimientos matemáticos, pues ahí va mi atrevimiento, quizá no lo es. Lo reduciría aún más, lo dejaría en base uno, donde el cero igualaría a todos sus miembros, de hecho, independientemente de las responsabilidades de cada persona en la comunidad que le toque vivir.
La obcecación del poder no sé si entiende de las matemáticas, cuando se trata de compartir y no de acumular para sí.
Difícil sí, pero no imposible. El retraso a su comprensión y práctica ha hecho mucho daño a las personas que experimentan a Jesús en sus carnes en el hoy de cada día. Quizás no.
Lo que no se puede imponer es la creencia y la norma, y sin embargo, es lo que hay más vigente en el poder.
Felicidades, a los que abrieron las puertas de par en par en sus corazones y dieron el paso de la liberación, la propia, la de los próximos y más lejanos. Ahí caben todos.
Un abrazo grande.
Gracias. Eres muy bonica.
Es que a veces pienso que digo obviedades. Y otras veces pienso que lo que es obvio para la gente de a pie, es desconocido para las personas saben mucho de estas cosas.
Quizás un bañico de realidad no venga mal.
Va por días.
Besos