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Ex pede Herculem

        He actuado profesionalmente en un recurso jurisdiccional contra una sanción por contrabando impuesta a uno de los nietos de “el Trabiscornao”, propietario de una barraca de madera, hojalata, cartón embreado y alambres de sujeción en el Castillo de España, el “Conchal” linense, y en tal condición feligrés de la parroquia de Santiago. No podía rechazar su petición a pesar de los miles de años que han transcurridos de entones acá.

        El abuelo de este zagal, más bien zagalón, que defiendo ante el tribunal, era uno de los esforzados veinte o treinta nenes que a diario, mediados los sesenta del pasado siglo, nadaban en la playa de Levante con Dámaso y con un servidor, destinados ambos como ayudantes eclesiásticos del padre Castilla, cura que fue de tal parroquia, hombre de bien si los ha habido, caballero erguido de dignidad y valentía pese a pasarse diez años por los campos del Malcocinado donde sustituyó por indiscutible mandato episcopal a un antecesor acusado de pederastia y escondido por diferentes jerarcas de más o menos mando para mantener incólume las bambalinas del gran teatro institucional. Tenía una preciosa Norton negra con embellecedores plateados que desmontábamos en primavera para engrasarla con primor y volverla a montar con precisa pasión resucitadora ya que lo solíamos hacer en Pascua florida.

        La hermana María Jesús, en el siglo Paqui, que pasó los últimos años de su peregrinaje en este mundo en un monasterio de El Puerto de Santa María, arrullada por los poemas de Alberti cuya casa paterna está allí junto, y que cuidaba de la casa rectoral y de los tres curas que en ella habíamos, pues era hermana de sangre del párroco, decía que cuando Dámaso y yo veníamos de la playa a las tantas del mediodía para trasegar el gazpachuelo y comer jureles, las sotanas caminaban solas sostenidas por pulgas y piojos varios amén de otras criaturas no arcangélicas sino bien terrestres que se hospedaban en ellas al dejarlas caer en la negra arena del resbalaje, pues una de las ventajas no despreciables de la veste talar era que podíamos ir honestamente a la playa en bañador sin escandalizar a nuestros queridos vecinos del inmenso arenal lleno de barracas, unas mil arriba o abajo, que se acostaba en la playa. Y volver con el bañador mojado honestísimamente velado por las sayas.

        Aquellas dos docenas de galopines han dado mucho de sí. Desde grupos de JOC, a dirigentes de asociaciones de vecinos en dos o tres barriadas linenses, alguna famosa hoy, pasando por emigrantes en Londres y marineros de petroleros en el Golfo Pérsico. Y de paso, engendrar unas retahílas de personajes variopintos dignos de la belleza mediterránea de la población al pie del irredento peñón. Dámaso murió hace unos años. El padre Castilla también. Yo hago guardia aún. Pero los Vizcaya, los Argües, los Gálvez, los Puertas, los Bazanes, los Agustines nos recuerdan, llevan dentro nuestra influencia, trabajo, ética, nuestro amor por la vida. Y nuestra fe (aunque como ocurrió en Malta cuando los ingleses de fueron por miedo a los nazis y se dejaron abandonados tres foker inservibles, pero a los que los malteses hicieron funcionar para defenderse y les pusieron al ver que mal o bien volaban, FAITH – HOPE – CHARITY, así nosotros hacíamos destripas corazón y hemos logrado ellos muertos y yo vio, volar). Y cuando hay una situación grave con jueces o fiscales o policías o civiles, hacen un fuego en la playa y con una manta, como los sioux de las del oeste en el Trimope, llaman pidiendo árnica.

        La diócesis de Montreal tomará las huellas dactilares a sus sacerdotes para proteger a los niños. Les pedirá sus antecedentes penales, les prohibirá estar a solas con los niños. Estas medidas serán obligatorias a partir de 2020 en las 194 iglesias de la diócesis. Y el Parlamento del Territorio de la capital australiana ha aprobado una ley que obliga a los curas católicos a romper el secreto de confesión cuando algún penitente revele detalles de abusos sexuales a niños. Por allí están juzgando al cardenal Pell tercero en el mando Vaticano con este pontífice. Y el mismo Papa acaba de nombrar estos días un administrador apostólico para hacerse cargo de la archidiócesis de Adelaida, cuyo arzobispo, juzgado y condenado por encubrir casos de abusos sexuales a menores y que el día 19 de este mes recibirá la sentencia condenándolo a dos años de cárcel.

        Y en medio del rapapolvo pontificio al episcopado chileno, al que ha pedido la renuncia colectiva de sus actuales destinos.

        Cuando oigo, leo y conozco esta terrible marea que afecta a la institución eclesiástica y se que entre 1998 y 2013, datos ciertos, la jerarquía eclesiástica española inscribió a su nombre 4.500 predios, propiedades, templos, ermitas, casa parroquiales, cementerios, solares, la mayor parte de ellos de mano común de los pueblos, no puedo por menos que sentarme in voto vel desiderio en cuclillas, recostado en el murete trasero de la iglesia de La Atunara mirando la mar a levante, solo, callado, con la señora Inés y el señor Salvador(1) el paralero, esperando que ex oriente lux amanezca de nuevo.

 

(1) La señora Inés, alta, espigada, quemada y requemada por el salitre y el sol, madre de once hijos, dos habitaciones en la calle Norte, sin agua, era camarera de la Virgen del Carmen de La Atunara, sin dinero, sin lustre. El señor Salvador, paralero, o sea el que ponía los parales de madera para que las barcas al llegar pudieran ser subidas a lo alto de la playa y llamaba a las tres de la madrugada a los pescadores casa por casa, cada día de mar. Con ochenta y cuatro años seguía haciendo su tarea. Solo tenía lo que le daban las barcas para vivir. Tomábamos té en cá Diego a las cuatro de la mañana. Con mucha azúcar y yerbabuena como los moros, con perdón por no hablar con corrección política.

 

 

5 comentarios

  • Pascual Pont

    Ahora ya lo tengo claro. Gracias.

    Cuando tengas un rato le echas un vistazo a mi trabajo sobre la Verdad de Jesús y de Machado, pues he colgado dos comentarios

    Los besos a Rosa se los daré ahora luego.

  • Pascual Pont

    Mi muy querido Alberto,

    No llego a imaginar por qué pones en latin (porque supongo que es latin) los títulos de tus escritos, cuando en éstos utilizas un lenguaje popular totalmente encarnado en la vida de los humildes como ya hacías hace bastantes años en el “Juventud Obrera”.

    Siento un gran placer en leerte, pues aunque cuentes miserias, lo haces de forma que claramente se manifiesta que allí está la vida, con toda su injusticia y toda su grandeza.

    Un fuerte abrazo

     

    • Alberto Revuelta

      Pascual, querido y añorado, en Betanzos el pueblo está divido en dos núcleos:Betanzos de arriba y Betanzos de abajo. Estaba en agonía un paisaniño y mandó llamar al cura. Tras ponerle la unción, le pregunto donde quería enterrarse. “Mire señor, mire, si muero en Betanzos de abajo que me entierren en Betanzos de arriba, y si muero en Betanzos de arriba que me entierren Betanzos de abajo”. “Y por qué, Pepiño?”, dijole el cura. “No, por nada…..por joder”. Pues, mi querido Pascual, yo creo que a mi lo del latin me sale por lo mismo. Un beso a Rosa y un abrazo fuerte para ti.

  • m. pilar

    Ante este rt. pienso…¡hay tanto que limpiar!… quitar, destruir… con lattigo en mano… como hizo Jesús, ante tanto negocio sucio, que nada tiene que ver con lo que Él sembro, que, o se hace de vedad, o no hay por done empezar tanta mala praxis.

    Por algo dijo el Maestro:

    ¡¡¡ A vino nuevo…Odres nuevos!!!

    No hay otra manera, habrá que despojarse de toda esa costra que hemos acumulado durante siglos, ser valientes y auténticos… y:

    ¡¡¡Adelante!!!

    Ahi se comprende con claridad:

    Si tu ojo… si u brazo… si tu mano…(y añado) si tu corazón, te pone en peligro, y te aparta del Camino..:

    ¡¡¡Arrancatelo!!!

    m* pilar

  • Román Díaz Ayala

    Al autor le duelen los escándalos del clero mundial. A mí también, porque es un escándalo en el seno de mi propia familia. Podemos remontarnos a otros siglos, otros momentos históricos, pero nos ha tocado vivir en el aquí y en el ahora y necesitamos más que respuestas, porque las preguntas nos las sabemos todas, las que nos hemos hechos y las que se puedan hacer. Y todo insiste en lo mismo: la urgencia de la conversion y…

    Otro modelo de Iglesia. No me estoy refiriendo al clero ni a todos los estamentos revestidos de poder e influencia dentro de ella. Ni tampoco se me ocurre pensar que haya existido un “vicio de origen” por lo que la deconstrucción nos llevaría a un Viernes Santos sin domingo alguno para entonces reinterpretarlo todo en la construcción de un Iglesia “New Age”. (¡Viva lo profano!)

    lo que digo es que hace falta “otro modelo organizativo”, lo que es de la utonomía humana porque obedece a la cultura, a nuestra ideosincracia, pero que hemos hecho de ello “nuestras esencias” habiendo arrinconado el suave influjo del Espíritu Santo.

    Personas como Alberto Revuelta, Carlos F. Barberá, y hasta José Mª Castillo y todas las demás que no menciono para no alargar este comentario innecesariamente, que una vez fueron ordenados sacerdotes de la Iglesia Católica nos enseñan con el testimonio de sus vidas y sus enseñanzas la existencia de una realidad espiritual más fuerte que los vientos fuerte de los tiempos, más permanentes que la furia de los huracanes que de vez en vez azotan la historia.

    Los abusos y escándalos sexuales se concentran en el clero porque ha existido un desorden organizativo que ha producido un celibato impuesto, imposible para muchos, que se vivido como una soltería reprimida. Porque se ha establecido sobre la premisa de “estados de perfección” (¿Quién no aspira a lo más excelso, a lo mejor?) que no corresponden al mandato evangélico. Porque se le ha dotado al clero de unos poderes ficticios, pero efectivos, poderes de sacramentalización, de mediación y de autoridad moral e intelectual.

    Eso lo sabe mucha gente, ¿pero quién le pone el cascabel al gato?