Los dioses del Mercado, del Patriarcado y del Fundamentalismo son las nuevas metamorfosis de la creencia en el Ser Superior. Este cambio explica las tres violencias ejercidas en su nombre: la estructural, la machista y la religiosa
Es probable que Nietzsche, hijo y nieto de pastores protestantes, la conociera e incluso la hubiera cantado en el Gottesdienst. Pero ha sido su propia formulación la que ha adquirido relevancia filosófica y ha ejercido mayor influencia en el clima sociorreligioso moderno.
Dos son los textos más significativos en los que Nietzsche hace el anuncio de la muerte de Dios. En Así hablaba Zaratustra, cuando el reformador de la antigua religión irania baja de la montaña, se encuentra con un anciano eremita que se había retirado del mundanal ruido para dedicarse exclusivamente a amar y alabar a Dios, actitud que contrasta con la de Zaratustra, que dice amar solo a los hombres. Tras alejarse de él, comenta para sus adentros: “¡Será posible! Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto”. Al llegar a la primera ciudad, encontró una muchedumbre de personas reunida en el mercado, a quienes habló de esta guisa: “En otro tiempo el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y con Él han muerto también sus delincuentes. Ahora lo más horrible es delinquir contra la tierra”.
En La gaya ciencia Nietzsche relata la muerte de Dios a través de una parábola cargada de patetismo. Un hombre loco va corriendo a la plaza del mercado en pleno día con una linterna gritando sin cesar: “¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!”. El hombre se convierte en el hazmerreír de la gente allí reunida, que no se toma en serio la búsqueda angustiosa del loco y se mofa de él haciéndole preguntas en tono burlón: “¿Es que se ha perdido? […]¿Es que se ha extraviado como un niño? […]¿O se está escondiendo? ¿Es que nos tiene miedo? ¿Se ha embarcado? ¿Emigrado?”. A lo que el loco responde: “¡Lo hemos matado nosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos!”.
El loco, fuera de sí, entró en varias iglesias donde entonó su requiem aeternamdeo. Cada vez que le expulsaban y le pedían explicación de su conducta, respondía: “¿Qué son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos fúnebres de Dios?”. Nietzsche califica el anuncio de la muerte de Dios como “el más grande de los acontecimientos recientes”, pero el loco reconoce que llega “demasiado pronto”.
La del Mercado es hoy una fe “monoteísta”, con una divinidad celosa que no admite rival
¿Se ha hecho realidad el anuncio de Nietzsche? Yo creo que solo en parte. Ciertamente, se está produciendo un avance de la increencia religiosa en nuestras sociedades secularizadas y se cierne por doquier la ausencia de Dios. Pero, al mismo tiempo, asistimos a otro fenómeno: el de las diferentes metamorfosis de Dios. A modo de ejemplo voy a referirme a tres: el Dios del Mercado, el Dios del Patriarcado y el Dios del Fundamentalismo.
El Dios del Mercado. El Mercado se ha convertido en una religión “monoteísta”, que ha dado lugar al Dios-Mercado. Ya lo advirtió Walter Benjamin con gran lucidez en un artículo titulado El capitalismo como religión, donde afirma que el cristianismo, en tiempos de la Reforma, se convirtió en capitalismo y “este es un fenómeno esencialmente religioso”.
Tocar el capitalismo o simplemente mencionarlo es como tocar o cuestionar los valores más sagrados. Lo que dice Benjamin del capitalismo es aplicable hoy al neoliberalismo, que se configura como un sistema rígido de creencias y funciona como religión del Dios-Mercado, que suplanta al Dios de las religiones monoteístas. Es un Dios celoso que no admite rival, proclama que fuera del Mercado no hay salvación y se apropia de los atributos del Dios de la teodicea: omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia y providencia. El Dios-Mercado exige el sacrificio de seres humanos y de la naturaleza y ordena matar a cuantos se resistan a darle culto.
El anuncio de Nietzsche de que “Dios ha muerto” se ha cumplido solo en parte
El Dios del Patriarcado. Los atributos aplicados a Dios son en su mayoría varoniles, están vinculados a la masculinidad hegemónica y se relacionan con el poder. La masculinidad de Dios lleva derechamente a la divinización del varón. Así, el patriarcado religioso legitima el patriarcado político y social. La teóloga feminista alemana Dorothee Sölle critica las fantasías falocráticas proyectadas por los varones sobre Dios, cuestiona la adoración al poder convertido en Dios y se pregunta: “¿Por qué los seres humanos adoran a un Dios cuya cualidad más importante es el poder, cuyo interés es la sumisión, cuyo miedo es la igualdad de derechos? ¡Un Ser a quien se dirige la palabra llamándole ‘Señor’, más aún, para quien el poder no es suficiente, y los teólogos tienen que asignarle la omnipotencia! ¿Por qué vamos a adorar y amar a un ser que no sobrepasa el nivel moral de la cultura actual determinada, sino que además la estabiliza?”. En nombre del Dios del patriarcado se practica la violencia de género, que el año pasado causó más de 60.000 feminicidios.
El Dios de los Fundamentalismos. Los fundamentalismos religiosos desembocan con frecuencia en terrorismo, fenómeno que recorre la historia de la humanidad en la modalidad de guerras de religiones que se justifican apelando a un mandato divino. Tiene razón el filósofo judío Martin Buber cuando afirma que Dios es “la palabra más vilipendiada de todas las palabras humanas. Ninguna ha sido tan mutilada, tan mancillada. Las generaciones humanas han desgarrado esta palabra. Han matado y se han dejado matar por ella. Esta palabra lleva sus huellas dactilares y su sangre. Los hombres dibujan un monigote y escriben debajo la palabra ‘Dios’. Se asesinan unos a otros y dicen: ‘Lo hacemos en nombre de Dios”. Matar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino, en certera observación de José Saramago, quien lo demuestra en la novela Caín a través de un recorrido por los textos de la Biblia hebrea.
Dios bajo el asedio del Mercado, bajo el poder del Patriarcado y bajo el fuego cruzado de los Fundamentalismos. El resultado es la violencia estructural del sistema, la violencia machista y la violencia religiosa, las tres ejercidas en nombre de Dios.
Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid. Su última obra es Teologías del Sur. El giro descolonizador(Trotta, 2017).
Muchas gracias, J. J. Tamayo, por este cuestionamiento.
Lo que proviene del hombre tiene un comienzo y un final. Lo que nace a través suyo, muere. Tiene un principio y un fin. Nada creado por él es inmutable.
Sin embargo, los constructos humanos que fundamentan a la religión, constituyéndola en torno a Aquello Indefinible que decimos Misterio, – que siente inmanente el ser humano en su hondura y lo anhela más allá de él, a la vez que le trasciende en su mismidad como persona- en- interrelación – , han reforzado la cosmovisión patriarcal de toda la cultura y civilización asociadas y anexionadas a ella, la religión, acentuándola y prolongándola en el espacio y tiempo, de modo aparentemente inagotable.
Más aún. Esta cosmovisión narcisista y dual le ha ido facilitando al hombre un mecanismo de re-construcción de “verdad” y de re-creación de privilegio en distintos ámbitos y con bajos niveles de consciencia-conciencia, donde el dios constructo-acumulativo de capital y narcisismo puede ejercer y de hecho ejerce plenos poderes.
Y en cuanto al fundamentalismo tiene sus raíces en terrenos y espacios mucho más amplios. Lo veo como falsa bandera del miedo y de la inseguridad, innatos ambos en el ser humano, al ser , la radicalización extrema consecuencia inducida en la base estructural violenta, por injusta, de esta acumulación de desviaciones en prioridades patriarcales, unos mucho más influyentes que otros, y muy especialmente en sus prácticas y abusos de poder.
Por tanto, el Dios de Jesús, se ignora. Se ha enmarañado. Es decir, no existe. En realidad su comprensión sigue enmarañada. Está oculto a los ojos y a la razón del que se cree que más puede e implanta sus reglas incontestables. Su dios es narciso. Es él mismo.
Los ojos del interior del hombre, lo que llamamos Espíritu, le son cegados, pues enlosados, no pueden ver lo que les es cerrado, con tanto Dios-Mamón, Dios-Poder-de-Voluntades re-creador de sumisos y fanáticos consentidores del pensamiento y modos de vida impuestos.
Aun así y con todo, la mirada interior permanece en su más íntimo anhelo, no niega a los otros ojos, los de la vista y la razón, al saberse uno con ellos, pues sabe que los trasciende en potencialidad de bondad y verdad , también belleza que emerge y aflora en la mismidad del ser humano. Y no agotándose, se siente en un todo humilde y agradecida ¿…..? De ahí su asombro.
Resulta muy clarificador reflexionar sobre estas tres tendencias como refugio que señala J.J.Tamayo para comprender hasta qué punto a cuajado en la religión una determinada idea de Dios.
Es la idea de Dios la que ha muerto! Es a lo que se refería Nietzsche. No confundamos la fidelidad a la Tierra que él mismo proclamaba con el apego al dinero, con la fuerza como poder y con la intransigencia de los fundamentalismos.
¿Puede llenar el vacío que dejara la muerte de Dios un dios accesible mediante el consumo desenfrenado del mercado?
¿Puede llenar este vació ideológico un dios cuya omnipotencia se basa en el poder de la fuerza como potente fuerza física y no como posibilidad latente del poder puesto en lo real? No será la idea de Dios así materializada e impuesta por el patriarcado institucional de la Iglesia Católica la que precisamente hay que matar?
¿No son todas estas ideas de dios las que hacen del ser humano un espíritu gregario?
El eje vertebrador de todas ellas es el sometimiento. Lo contrario del “superhombre” al que también se refirió Nietzsche y que ha sido tradicionalmente tan mal interpretado. Ese concepto apunta en la dirección de superarse así mismo/a con las propias fuerzas de la persona mediante el poder de su voluntad para, precisamente, huir de cualquier adaptación.
Un cordial saludo
Dios no esta ni estará muerto, los que van a morir y pronto SOMOS NOSOTROS. Y ¿después que viene? ¿nada? ¿oscuridad? ¿jamás existiremos?
Menos mal que Cristo ha vencido a la muerte.
Pues sí. Es duro de aceptar
Ha dado usted en el clavo, que de dice por mi tierra.
Nuestra vida es un regalo de La Vida. Disfrûtela
Un saludo cordial
PERO ni siquiera en la muerte en la Cruz la divinidad abandona al Hijo que ES “rescate y propiciación” por nuestras culpas debidas al mal que realizamos a pesar nuestro..
La “muerte de Dios” no fue ni ES, ni quiere decir destrucción, sino redención y vida para todos ya que Dios se revela en su Hijo totalmente.
Tomás de Aquino primeramente en su via positiva nos dice que la Creación es como una “Revelación de lo divino” y que El se manifiesta de 2 maneras a nosotros los humanos:
1,Por la infusión interior de luz con la que el ser humano puede conocer y llegar hasta El.
2. Poniendo delante de nosotros los signos exteriores de su divina sabiduría que son las cosas creadas del Cosmos. Por eso este conocimiento es similar a la visión de “un espejo”. Dios pues es pura existencia, existencia esencial, y todas las otras cosas son seres “por participación” pues han recibido el ser de Dios.
Sin embargo, Dios está por encima de toda afirmación y negación, y por encima de toda definición total. Dios es conocido a través de formas representativas a modo de similitud que se encuentran en las cosas creadas ya que es imposible a lo que ha sido “creado” abarcar en su totalidad la divinidad. La visión d e Dios ha de ser, en esencia, superabundante y súper sustancial, pero se encuentra por encima de la naturaleza del ser creado y excede todos los límites y el fin de cualquier conocimiento humano.
Dios sin embargo se define el mismo con un nombre impronunciable: YAWE: YO SOY EL QUE SOY. A pesar de su misteriosa forma de existir, para nosotros es el que ES y ESTÁ ya que el verbo hebreo del Génesis posee doble significado.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Pero el mal el ser humano se lo hace a él mismo. No se lo hace a Dios. Puedo llegar a entender que no nos entienda.Tampoco nos entendemos a nosotros mismos.
Pero todo ese jaleo tan horrible de la cruz por qué? Pobre Jesús.
No puedo entender todo eso que decía aquel padre de la iglesia que no recuerdo su nombre y no me preocupa nada, mejor no recordarlo.
Tampoco me gusta nada Agustín de Hipona. No me cansaré de decirlo. Creo que sin toda esa historia del pecado original el cristianismo hubiese sido muchísimo mejor.
O al menos si unos cuantos siglos después algún teólogos de esos importantes lo hubiese cuestionado.
Me gusta lo que dice de que Dios está por encima de cualquier negación…y de cualquier afirmación.
Un saludo cordial.
Si no fanatizamos y neurotizamos la realidad, podemos aceptar que en la libertad humana pudo existir -y de hecho existió- un Nazareno que fue acusado del crimen de blasfemia por la malicia de unos cuantos que no pudieron aceptar la humildad y simplicidad del Mesías-Dios. Por tanto, como la primera falta “al principio”,…lo que condenó a Cristo a muerte fue el pecado capital de la soberbia humana que se rebela y se rebeló contra su Creador que es el dador esencial de la vida.
La Cruz es la consecuencia de la locura y desorden sin nombre a lo que nos puede conducir, cuando abandonamos totalmente el sentido del bien y rodamos vertiginosamente por la vertiente del mal.
El hecho de que Dios esté por encima de todas nuestras definiciones, afirmaciones y negaciones es porque solamente podemos percibir “sus huellas”,no su esencia, ya que aquéllas son las consecuencias y efectos de su acción misericordiosa al decidirse por crear el Cosmos y nosotros en el.
Pero aunque nuestro conocimiento e interacción con Dios sea imperfecto, limitado y parcial, es un conocimiento REAL de SU Revelación inmanente ya que El es el objeto último, supremo y único de nuestra verdadera y eterna felicidad, y por tanto la puerta hacia nuestra salvación. Y Dios “quiere que todos los seres humanos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad”…que solo se encuentra en El.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
No sé si era muy simple entender que era el Mesías que esperaban los judíos. A lo mejor si. O no.
Pero bueno, supongo que es cosa de fe y ante eso, pues que cada cual resuelva como pueda.
A veces pienso que tengo suerte, porque con esta vida, que no es fácil para nadie , tengo suficiente. Lo que haya después, dios dirá, nunca mejor dicho. Pero , y si no me gusta ese dios? Nos va a gustar a todos porque todos vamos a pensar igual? Pues vaya… Porque a día de hoy, el paraíso de los musulmanes con las no se cuantas vírgenes me saca de quicio.
Bueno, veremos. O no.
Me alegro que haya personas que tengan ese tema claro. Pero mire, cuando estaban embarazada de mi segundo hijo, empezaba todo el lío de las ecografías, podías saber el sexo antes de que naciera el bebé.
Cuando me preguntó el ecógrafo quiere saber si es niño o niña? Le dije: no, es la única gracia que tiene el parto, preguntar Qué es?
Pues con la muerte me pasa lo mismo. Habrá otra vida o no?
Un saludo cordial.
NO hay duda que una de las mayores sorpresas alegres para los que nacimos antes de las nuevas técnicas ecográficas modernas era saber a qué género pertenecía el nuevo bebé. Es algo importante pero no encierra en sí una trascendencia vital.
Sin embargo, ante la incógnita de nuestro futuro “post-mortem” estamos ante “la pregunta existencial”. Pregunta acuciante, constante e inherente a nuestra racionalidad trascendental. Porque solo NOSOTROS los humanos podemos hacernos la pregunta de si nuestro destino final será naufragar irremediablemente en la nada aparente cuando cesan totalmente las constantes vitales. Sin embargo, hay algo que nos hace pensar que jamás podríamos formular semejante pregunta si fuéramos simplemente “entes biológicos” ya que la muerte significaría la destrucción total y no tendríamos ni siquiera la capacidad de preguntarnos por la posibilidad de una “supervivencia ultraterrana” ni por qué revelarnos ante nuestra supuesta vuelta “a la nada”. Si nuestra naturaleza careciera de la vitalidad del espíritu no podríamos siquiera pensar “en otra vida” después de ésta. Sería una contradicción total inherente a nuestra persona. Pero la pregunta acuciante para la mayoría de los seres humanos que experimentamos “la dureza” e “injusticia” de la vida humana se encuentra siempre presente como que para muchos existencialistas como JP Sartré la vida llega a ser una “náusea” y algo “absurdo” etc
Es por eso que JESUS que nos vino a dar la verdadera PAZ como solo Dios puede dárnosla y nos tranquiliza ofreciendo El mismo su vida como rescate y diciendo que El mismo es la “vida” y la “Resurrección” y aunque muramos “viviremos eternamente” en El.
Es por eso que curando al “ciego de nacimiento” le pregunta ¿CREES en el Hijo del hombre?…Pues solo la fe en Cristo, ya sea tácita o explícita, consciente o inconsciente, nos da acceso a resucitar a “la vida” puesto el que cree “en Mi aunque muera, vivirá”
Jesus pues nos da la respuesta más simple y nos indica el camino más seguro que ES seguirle a El. Puesto que la vida solo es trascendente en cuanto se dirige a El y solo a El. Todo lo demás desaparecerá. Solo permaneceremos en la “r e s u r r e c c i ó n” de vida los que aceptamos la Cruz junto con El
Un saludo cordial
Santiago Hernández
No sé yo, creo que todos tenemos deseos de que se cumplan determinadas cosas y no por eso se cumplen, pero es que a veces, si se cumplen es un desastre.
Mire, creo que el problema de la resurrección es que se desea una resurrección individual, es decir, se desea la vida eterna. Hace muchísimos años que leo todo lo que está a mi alcance relacionado con la resurrección, cuando tenia ,creo que menos de veinte años leí san Manuel Bueno y…
Desde hace mucho tiempo hay una tendencia a explicar la resurrección de otra manera, no exactamente conservando la individualidad. Y francamente, no me interesa.
Hoy me han dejado a mi nieto pequeño, un bebé de seis meses, agotador. En uno de los ratitos que dormía, mirándolo he pensado: pero ¿ hay mayor resurrección que ésta? si es igual a su padre… Quiero decir que me conformo con ver a mis hijos adultos y ver a mis nietos crecer . Creo que la especie humana seguirá evolucionando y poco a poco seremos más humanos y estoy feliz de haber aportado individuos nuevos y que estos a su vez sigan aportando otros. Porque, a lo mejor inexplicablemente, sigo creyendo en el ser humano.
Si me preguntaran: qué te gustaría que sucediera cunado mueras? diría: que la parte de energía que corresponda , suba y se acumule formando una especie de estrella rosada, para que mis hijos y mis nietos cada noche que quisieran pudieran mirarla y sentir que desde arriba los estoy protegiendo. Hasta cuando? pues como diría Juan Ramón Jiménez, hasta que murieran aquellos que me amaron.
No me interesa la vida eterna. Desde luego no al precio de comprometerme con una determinada forma de entender a Dios. Porque jamás lograré entender determinadas cosas, así que voy a mi aire.
Un saludo cordial.
Yo creo que es una gracia concebir así la vida y tener el don de lo poético que no es más que ver la belleza de Dios en el mundo, principalmente en nosotros los seres humanos..
Somos libres -esto es el principal privilegio que se nos concedió- de decidir el camino que nos parece que es el mejor. Todos participamos de este misterio de la vida y estamos rodeados de muchos otros que nunca llegamos a descifrar..No importa tampoco ésto, puesto que todo se cumplirá a su debido tiempo y es independiente de lo que pensemos o creamos pues tampoco nosotros fuimos “autores” del Cosmos y no pudimos -y tampoco podemos ahora- controlar todos los acontecimientos de la vida…porque sólo somos meros receptores, seres contingentes..
Jesús vino, en mi opinión, a ofrecernos un camino mejor en nuestro deseo infinito de felicidad, dándonos un mensaje sacramental universal gratis que nos conduce a su misma eternidad junto con El. Sin embargo somos libres de aceptar su proposición revelada o dejarlo donde queramos y nos sintamos mejor. Por eso la fe siempre es un acto libre, no se puede imponer, ha de ser voluntaria y sin coacción ya que pertenece a una característica esencial del ser humano y por eso es meritoria. Jesús nunca “forzó” a nadie pero dijo que en El estaba la clave de la vida, el alivio a las penas, y la misma felicidad que solo puede ser eterna para colmarnos plenamente.
Un saludo cordial de
Santiago Hernández
Bueno, está claro que ni para usted ni para mí Dios ha muerto.
A ver si al final tenemos suerte y usted encuentra su vida eterna y yo mi estrella. Y si no es así, pues la paz eterna, tampoco está mal.
Un saludo cordial y hasta la próxima.
LA PAZ solo puede estar en la vida eterna. Ésta no sólo es asequible a mi, sino a todos, pues Cristo dice: Venid a Mi todos..todos..Todos podemos tener ambas cosas: la estrella y la vida perdurable.
Por La Paz
Santiago Hermández
Hay un otro planeta dentro de nuestro planeta artificial que nos hemos montado los occidentales herederos de Grecia, Israel y el imperio carolingio, que empieza dicho planeta el Tibet y los Urales y parece desconocer hasta el nombre de Dios. Otro planeta o subplaneta heredero de Confucio cuyo Dios, si es que tienen alguno, solo figura en el Segundo Mandamiento de la Ley de Moisés: “No tomarás su Nombre en vano”. La Roma de ese planeta o subplaneta debe ser Pekín.
Pero parece que no nos damos por enterados de esa idea de Dios oculto en el silencio, un silencio quizá cargado de supremo respeto, y en un sentido de altísima responsabilidad de los hombres respecto a la construcción de un planeta habitable para todos los humanos.
Porque es que a los de este planeta nuestro se nos va la fuerza y la voluntad de hacer un mundo habitable por las vías de escape de la oración, el culto, y la Providencia. Que ya nos dijo un tal Jesús de Nazaret que “no el que dice mucho Señor Señor entrará en el reino de los cielos, sino el que hace su voluntad”, que no sé si el tal Jesús tenía algo de confuciano y de chino, y muy poco de occidental…
Y así se explica uno cómo en nuestro país los muy creyentes y rezadores fusilaron sistemáticamente a todos los que querían hacer un país habitable para todos los humanos allá por 1936
A ver si soy capaz de expresar lo que pienso.
Soy buena lectora, me gusta leer, sobre todo novela, la del siglo XIX y casi todo el siglo XX . Pero filosofía, pues no. Así que llevo un retraso gordo en ese tema. Leí a Nietzsche hace pocos años, y también una biografía suya. No entendí que dijese que había muerto Dios, entendí que quería decir que había muerto el dios cristiano que nos habían transmitido. Y también tuve la impresión de que el Jesús de los evangelios le gustaba, aunque no creyese que era dios. Pero claro, es lo que entendí. Vaya usted a saber.
Y , es que… pienso igual, eso sí, con algunos años de diferencia, pero no tantos como diferencia de talla intelectual.
Pero es que además creo que eso es positivo para la espiritualidad, si esa es la palabra adecuada, aunque no lo sea para la religión cristiana.
Y por si faltaba algo, pienso que el cristianismo no debería intervenir en la vida política de un país, sino que a consecuencia de creer que la visión de Jesús de la sociedad, eso que él llamaba el reino de Dios, es la correcta, pues la sociedad, efectivamente sería distinta a la que tenemos
Pero el Dios de Jesús no es el mío. Lo siento. Quiere decir eso que no creo en Dios? No.
Las personas que vivimos actualmente creemos en dios menos que las de siglos pasados? Pues habría primero que decir de qué dios estamos hablando, es decir, habría que definir a Dios. A ver quién se atreve, desde luego sé de una que no.
De todas maneras estoy deseando que pase el sábado, no me gusta nada esto de la muerte de Jesús.
Un saludo cordial
Por favor, no vuelvan a poner el infierno.
“¿Qué son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos fúnebres de Dios?”.
Segun Ken Wilber cuando el hombre se convirtió en pilar insustituible en la producción de alimentos, porque este era el que podía ir detrás del arado, ya que este trabajo era excesivamente duro para la mujer y ademas sufría abortos, la divinidad paso de ser madre a ser padre, y comenzó el patriarcado.
Hoy ya no se usa prácticamente el arado…, hoy prácticamente ya no se necesita fuerza para la consecución de alimentos, lo hacen las maquinas, y este y otros factores es lo que ha determinado la meteórica emancipación de la mujer, aunque sabemos que aún en proceso.
Si desaparece el patriarcado, desaparece todo lo construido desde esta base, incluso la religión…
Es antiguo el Dios Padre pues, con todo su paradigma cosmogonico, ha muerto. Luego certeramente, lo diga quien lo diga. Los templos al Dios Padre, son sus tumbas. Grandiosas tumbas al Dios que se ha adorado en la Tierra por milenios. Descanse en paz pues el Dios Padre.
“Asistimos a otro fenómeno: el de las diferentes metamorfosis de Dios. A modo de ejemplo voy a referirme a tres: el Dios del Mercado, el Dios del Patriarcado y el Dios del Fundamentalismo.”
A modo de ejemplo, yo puedo citar la enorme corriente espiritual que veve de las fuentes de la Red, que es transversal y mundial. El impulso hacia la trascendencia es una sed que tiene el humano que veve de cualquier fuente que considere aceptable. En la Red, hay mucha ganga pero también hay oro para el que lo sepa encontrar. La informática y la cibernetica se está introduciendo en nuestra vida a tornillo. Tiene sus cosas buenas, una de ellas es que podemos fácilmente comparar, y quedarnos con el camino espiritual que mas se adecue a nosotros. Libremente…
Dios recibe pues el nombre que elijamos nosotros para El, según la “religión” que nos cuadre y no la que hagan que nos cuadre.
Dios-Mercado es el materialismo simplemente. Abandonamos un Dios que no nos satisfacía, al contrario que nos metía en un corsé llamado doctrina, sin “vistas al exterior”, y como en siglos pasados, los de la Ilustración, no existía el Internet…, pues quedamos huérfanos de camino espiritual, por mas que el que teníamos era insatisfactorio. ¿Que nos quedó? el materialismo.
El fundamentalismo: ¿Es conservador,no?. Con ser va dor. Gente que se aferra a lo conocido, porque por el motivo que sea, no se adapta a su tiempo.
Dice un amigo mio argentino. “El mundo es un loquero organizado.” Estamos aquí para aprender, y cada cual tiene su camino, pero por favor, sacudamonos el peso de las catedrales de encima de nosotros. Esto se traduce en condicionamientos seculares en nuestro subconsciente, que vienen hasta de nuestros ancestros, y en base al miedo. Alguien dijo. “Ama y haz lo que quieras”.
Luego para hacer lo que quieras, antes has de aprender a amar. Ahí, ahí, esta el nudo gordiano.
Busca tu camino hacia el amor en el Internet…, que lo hay… pero cuidado, también hay trampas…
¡¡Y se armó la de Dios es Cristo!!!. No me extraña. Para mi el Cristo de Saulo el converso, no tiene nada que ver con Jesús de Nazaret. Cristo cuyo significando UNGIDO, es un invento de Saulo porque ese ungimiento se aplicaba a los Sumos Sacerdotes y a los Reyes judíos, y Jesús, no era, ni una cosa ni la otra. Pero la predicación de Saulo lo impuso después de su conversión, en la famosa caída a las puertas de Damasco, donde lo vio en el Tercer Cielo, como Sumo Sacerdote, a la manera del famoso Melquisedec. Fruto de esa predicación a partir de su conversión ¿cómo extrañarnos que, como este Saulo reconoce,” que fue en Antioquía donde primero empezaron a llamarse así sus seguidores,”cristianos? Naturalmente. Sólo faltaba un teologuema más, Jesucristo, o Cristo Jesús. ¿Acaso no sabemos que él dice haber recibido un Evangelio, “de ningún hombre”?. ¿De quien?. De Jesús de Nazaret no, desde luego. Pero tenemos la prueba que en sus cartas, sólo cita a Jesus de Nazaret, dos veces?. Y es que sólo le interesan para su propia teología “que nació, murió en la cruz, y resucitó”. Pero, además esa muerte es interpretada como elemento fundamental, como sacrificio sangriento, para tener la potencialidad de redimir al mundo.¡¡¡Sólo así el mítico pecado original sería perdonado por su dios, del que dice en Hebreos “Terrible cosa es caer en las manos del Dios vivo¡¡¡ Hebreos (l0-31). Así mismo asegura, que” si por un hombre,Adam, entró la muerte en el mundo, por un hombre Cristo, entró la salvación……¿Aquel asesinato de Jesús de Nazaret en la cruz fue eso?. Pero de su Cristo sí, y del dios de ese Cristo también. Ese es el dios que ha muerto y del que hablan los “maestros de la sospecha”. Y el de esta iglesia por supuesto. Pero Dios no puede morir. Aunque lo hayan predicado durante tantos siglos. Esa es, para mi la prueba más evidente de que Jesús de Nazaret era hombre, nacido de mujer, a la mayor gloria de todas las mujeres, que nos han llevado en su seno ese tiempo en el océano pacífico de su vientre.Ni siquiera si admitimos como dicen en Nicea que tenía dos naturalezas. ¿Sólo murió lo humano, y lo divino no?. ¿No es la muerte la consecuencia del pecado?. Cual había sido el de Jesús de Nazaret.?. ¿O volvemos a sacar la teología de Saulo, el converso?. Juánjosé un cordial abrazo, y gracias a todos los atrieros.
Es cierto que el ser humano desde siempre ha necesitado explicarse cuestiones inasequibles a su capacidad intelectual, algunas cuestiones propias de otros tiempos, como las cuestiones científicas, y muchas, más intrínsecas e inexplicables con la razón, en todos los tiempos. Por ejemplo, ha necesitado seguridades ante la vulnerabilidad a la que le enfrenta la vida misma. Ha buscado sentido al porqué del sufrimiento. Y, sobre todo, ha necesitado una esperanza en que la vida no se termine con la muerte física.
La especie humana, desde los tiempos más remotos nos ha dejado signos rituales de que ha buscado respuestas a estas dudas tan importantes y que, como no las ha encontrado en la dimensión terrestre las ha buscado en el más allá. Un más allá que una vez estructurado con la lógica del misterio, se ha aceptado en sus diferentes maneras a nivel universal y eso son las religiones. Los hombres (varones siempre) crearon las religiones, religiones que le añadían a su vez un poder superior al ser los intérpretes e intermediarios de los dioses. Este hecho le ha sido muy útil al poder a la hora de cohesionar las sociedades respectivas sobre las que gobernar-dominar.
El hecho de que la ciencia haya explicado muchas cosas, el hecho de que las democracias se generalicen restando poderes superiores a los gobernantes, el hecho de que la sociedad haya adquirido una cierta madurez y abandone ciertas creencias religiosas, no impide el que el ser humano siga con sus vacíos y sus necesidades de razones, de seguridades, de dependencia de algo-alguien que le dé lo que las religiones ya no le dan por la dificultad de convencer a una sociedad racional.
Por tanto. Si mueren unos dioses, el ser humano buscará otros, como los que señala Tamayo en este artículo.
Hola!
Ok!
Ahora le preguntaría a Juanjo:
¿Dónde mete la “NOOSFERA” atisbada
(aunque tendenciosamente “triunfalista”)
de Teilhard?
………………….
Con “NOOSFERA” me refiero, en concreto,
a la manipulación de
los MEDIOS AUDIOVISUALES DE COMUNICACIÓN,
cuyo soporte y resultado
se encuentra en la llamada OPINIÓN PÚBLICA
como CREENCIA BÁSICA
(BÁSICA porque funciona automáticamente)
………………….
Con esto último que he dicho de (CREENCIA BÁSICA)
develo mi percepción de que es en ese Estadio “noosférico”
que se dirime la lucha entre Religión y Evangelio.
………………….
Por lo tanto:
está bien que se hable de esas tres “Religiones” de:
1- dios – MERCADO
2- dios – PATRIARCA
3- dios – FUNDAMENTO
¿No convendría inspeccionar su Base-Fundamento:
que es la Historia concreta que entre-tejemos los humanos en el mundo?
A mí, sinceramente, este artículo del gran Tamayo, me parece un poco de brocha gorda y un pelín tramposo. Son de esos en los que ya se viene con la tesis del sermón preparada, y luego al final se saca a capón, sin mucho miramiento y con poca hilación lógica.
La “muerte” de Dios, sabemos que es un proceso de maduración humana, por la que pasamos de la heteronomía a la autonomía. Pasamos de niños a hombres/mujeres maduros. Pasamos de que la vida nos la organice “algo o alguien” exterior, a que nos la tengamos que organizar nosotros mismos.
Y en ese sentido, esa maduración supone que tendremos que crear trabajosa y lentamente unas instituciones y modos, de organizarnos la comunidad, siendo así que en realidad, esa comunidad humana está compuesta por miles de millones de mentes independientes.
No se pasa de la infancia a la madurez en un rito de iniciación. Esa lenta metamorfosis se pasa trabajosamente, pasando por una adolescencia, una primera juventud, (una difícil, errática y azarosa “edad del pavo”), y una segunda juventud, en la que vamos asentándonos poco a poco.
La crítica despiadada a esas etapas etapas intermedias de la evolución del humano, es algo tan inútil como facilona y oportunista. Suena más bien a que como no sabemos qué cosas realistas proponer, (más que utopías irreales e irrealizables), nos negamos a aceptar lo presente, gastando nuestro tiempo y energías en criticar lo presente, en vez de en pensar propuestas efectivas y viables.
Un episodio más de la imperante y estéril “cultura de la queja”, que nos entretiene creyendo que hacemos algo sin hacer nada práctico.
Y el que a ese sistema de autoorganización que la Humanidad tiene que darse, le queramos dar el nombre de “Dios”, es un argumento dialéctico un poco tramposo, y más cuando para descalificar, se utiliza el concepto más primitivo y antiguo de “Dios”:
“Es un Dios celoso que no admite rival, proclama que fuera del Mercado no hay salvación y se apropia de los atributos del Dios de la teodicea: omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia y providencia. El Dios-Mercado exige el sacrificio de seres humanos y de la naturaleza y ordena matar a cuantos se resistan a darle culto”. (Que no se si lo dice Benjamín o Tamayo, que en todo caso lo asume).
Es claro que en este proceso de maduración, caeremos y caemos en imperfecciones, errores, y abusos, (con el sistema capitalista económico), en atavismos como el patriarcalismo, o en reduccionismos y regresiones infantiloides como los fundamentalismos, pero eso no es señal de que estamos en el camino equivocado, sino que es señal de que el proceso de evolución es largo y tortuoso, y que queda mucho trabajo aún por realizar. Y ese trabajo no se realiza solo con piqueta y dinamita, sino con todos los instrumentos del buen y laborioso albañil constructor, que poco a poco, y casi imperceptiblemente, con dudas y errores, día a día, levanta al final catedrales y grandes edificios.
Y ya en un plano cristiano, como cabría esperar de un teólogo como Tamaño, cabría pensar que quizás esa autonomía humana que hemos alcanzado, (porque le ha llegado su “kairós” oportuno), no es huérfana, sino que quizás sea una autonomía, con tintes de teonomía, esto es que dispongamos de unos planos que subconscientemente nos dirigen, mediante la huella de “Dios” en la realidad más cotidiana, de tal manera que “se le invoque o no se le invoque, “Dios”, (o quien o lo que sea), está presente”.
Ese para mí es el mensaje de la muerte de Jesús, (que representa la humanidad y su proceso de sufrimiento y martirio), y sobre todo el de la próxima resurrección, que representa el triunfo final de la futura, esperada y añorada maduración plena, de la humanidad.