El dualismo de Fe y Política es un dualismo engañoso, propio de la mentalidad burguesa cristiana. Según dicen ellos, una cosa es la fe y otra cosa es la política. Estimo que no es un problema que hay que analizar por separado. La fe no puede ir separada del compromiso político. “Creer es comprometerse”. Creer es algo más que ir a Misa los domingos y participar en las liturgias tradicionales de bautizos, bodas, comuniones, y funerales. El compromiso político tiene también una dimensión teologal. Con este dualismo teológico, la Jerarquía y los cristianos conservadores, quieren salvar a toda costa, por un lado, la “trascendencia de la fe”, que no sabemos muy bien cuál es su significado, y por otro, la libertad política de los cristianos y cristianas. Según la jerarquía hay que tener en cuenta tres cosas: la misión “espiritual” y no política de la Iglesia, la libertad de los creyentes y la unidad de la Iglesia. Es decir, se reduce la fe a un campo neutro, apolítico y abstracto; y, además, se reduce el compromiso de los creyentes a un problema de libertad individual y responsabilidad personal. Y se intenta una unidad imposible al admitir el pluralismo en el mismo seno de la Iglesia.
El resultado de este dualismo es un cristianismo desencarnado y vacío, castrado en su dimensión profética al situarse fuera de la realidad, fuera de la historia. Y, por si fuera poco, se reconoce igual carta de ciudadanía en el interior de la Iglesia a todas las opciones políticas, sean de derechas o de extrema derecha o de izquierdas, estén con el pueblo, o se sitúan al margen de él. Entonces, para salvar la “trascendencia” de la fe y la misma “libertad” de los creyentes, el dualismo crea un cristianismo “platónico” y una moral social “liberal”. Desde luego, no hay que identificar la fe con el compromiso político, ni tampoco se puede deducir de los textos del Evangelio un programa de acción social concreta. Pero, la opción de lucha por las clases populares y la clase trabajadora no es ajena al planteamiento evangélico, tiene una clara dimensión teologal: la opción de clase se traduce desde la fe como un compromiso con el Reino de Dios. No hay una historia profana y otra historia sagrada, sino una única historia, la historia de la salvación. Y en esa historia los hechos políticos liberadores pueden ser interpretados a la luz de la fe, como palabra de Dios. Dios quiere la liberación de todos los pueblos de toda opresión, quiere la vida y la dignidad para toda clase de personas y pueblos, para toda la humanidad.
Los creyentes que admiten el Evangelio como proyecto de vida, no solamente no son apolíticos, sino que son “clasistas”, han hecho una opción de clase. La opción de clase por las clases populares, las personas empobrecidas, los menos favorecidos, es una opción descaradamente evangélica. Jesús dijo claramente, “dichosos los empobrecidos”, y también “ay de vosotros los ricos” y además “los últimos serán los primeros”. Jesús nos invitó a luchar por los “últimos” de la sociedad. Se trata de una opción de clase, no de partidos políticos de izquierdas. En este análisis del dualismo, no se parte de consideraciones teológicas de textos básicos, para “aterrizar” después en los problemas concretos. Tomamos tierra en la realidad histórica. Partimos siempre de la realidad, de la constatación del hecho de la lucha de clases. Hay personas y pueblos empobrecidos, porque hay ricos, que tienen muchas riquezas y mucho poder. Es el 1 % frente al 99 %. Hay que descubrirlo, porque no está claro para la mayoría, que a veces lo niega y con frecuencia intenta “dulcificarlo”. Cristianismo y marxismo no son incompatibles. El cristianismo sí es incompatible con el capitalismo. Cristianos y marxistas luchan en un frente común, la lucha por la liberación de todos los oprimidos de la tierra. Buscamos el sentido profundo de la fe cristiana. El planteamiento cristiano y teológico no se hace a partir de principios abstractos o textos magisteriales, sino que se parte de lo político, de la situación real de la clase obrera y popular, del mundo de las personas empobrecidas, de las enormes desigualdades sociales, para llegar inductivamente al problema teológico. El mundo de las personas empobrecidas, no es mundo amorfo y sin rostro, el empobrecido no es solo el que sufre, al que se le niegan los bienes básicos para vivir, sino que es un explotado, que pertenece a la clase de los explotados. Habría que pasar de la actitud de acercarse y compartir en lo posible la vida y el trabajo de los empobrecidos, a la actitud de compartir la lucha de los empobrecidos y con los empobrecidos. La lucha de las personas empobrecidas adquiere el rostro más definido de lucha política de la clase trabajadora contra el sistema capitalista y por la construcción del socialismo. Los cristianos deberíamos estar comprometidos en la construcción de un Socialismo, como alternativa al Capitalismo. Negar este hecho de la lucha de clases, es propio de la derecha. Claro que hay que amar a todos, a los explotados y a los explotadores. Amar a los explotados significa participar en la lucha política por su liberación; amar a los explotadores significa despojarlos de sus instrumentos de explotación, exigir que los ricos dejen de ser “buenos” ricos, es decir, que dejen de dar esas limosnas que les sirven de tranquilizantes de conciencia, y que compartan más sus riquezas y sus propiedades con el mundo de los empobrecidos. Los “buenos” ricos siempre tratarán de rebajar las exigencias éticas o evangélicas para acomodarlas al nivel de su estilo de vida. Así no se sentirán tan incómodos en el cristianismo. El dualismo admite que dentro del cristianismo cabe optar por todas las clases sociales, es interclasista. Rechazamos ese “pluralismo” donde todas las opciones son legítimas dentro de la Iglesia. Es muy difícil llegar a una síntesis entre los dos polos, porque siempre habrá tensión entre los que son demasiado “políticos” y poco cristianos, y los que son muy “cristianos”, pero poco políticos.
El Papa Francisco en Bolivia, Julio de 2015:
“Necesitamos un cambio positivo, un cambio que nos haga bien, un cambio redentor. Necesitamos un cambio real. Este sistema ya no se aguanta. Y los más humildes, los explotados, pueden hacer mucho. El futuro de la humanidad está en sus manos”.
En un pasaje que puso la emoción a flor de piel, el Papa Bergoglio quiso hacer protagonistas de la salvación del mundo a los más humildes: “¿Qué puedo hacer yo, cartonero, catadora, pepenador, recicladora, frente a tantos problemas si apenas gano para comer? ¿Qué puedo hacer yo artesano, vendedor ambulante, transportista, trabajador excluido si ni siquiera tengo derechos laborales? ¿Qué puedo hacer yo, campesina, indígena, pescador que apenas puedo resistir el avasallamiento de las grandes corporaciones? ¿Qué puedo hacer yo desde mi villa, mi chabola, mi población, mi rancherío cuando soy diariamente discriminado y marginado? ¿Qué puede hacer ese estudiante, ese joven, ese militante, ese misionero que patea las barriadas y los parajes con el corazón lleno de sueños pero casi sin ninguna solución para mis problemas?” A continuación, el Papa, entre aplausos, contestó su propia pregunta: “¡Mucho! Pueden hacer mucho. Ustedes, los más humildes, los explotados, los empobrecidos y excluidos, pueden y hacen mucho. Me atrevo a decirles que el futuro de la humanidad está, en gran medida, en sus manos, en su capacidad de organizarse y promover alternativas creativas, en la búsqueda cotidiana de «las tres T» (trabajo, techo, tierra). ¡No se achiquen!”
Completamente de acuerdo con el espíritu liberador de este escrito. Ahora que Cañizares dice en “la Razón” que no se puede ser independentista y buen católico me anima a ser más instrumentalmente independentista para que con la soberanía lograda, Cataluña abandone por fin el nacional – catolicismo y devenga un país solidario de raíz cristiana y a partir de aquí abierto a a lo que de de sí el cristinismo a su posible laicidad.
El cardenal Cañizares es un excelente tergiversador de la realidad poniendo en “La Razón”, palabras al vicepresidente Junqueras que no dijo.
Qué dijo Junqueras realmente frente a la Audiencia Nacional ? “ estoy en contra de la violencia porque soy cristiano” Se lo oí decir en directo.
Qué dijo Cañizares que había dicho Junqueras?
“estoy en contra de la violencia porque soy muy creyente”
Qué ridiculez, esto de “muy creyente” o “muy católico” son frases que siempre me han producido alergia.
Lo que intenta con esta tergiversación Cañizares es crear una interpretación distinta que penetre instintivamente y genere odio.
Cañizares es el menos indicado para hablar del odio que generan las divisiones porque él mismo lo puso en práctica creando división entre dos mundos, cuando opinó, por ejemplo, sobre la restricción en la acogida de emigrantes sobre todo en aquella masificación de personas que llegaban a Europa huyendo de la guerra de Siria.
Y esto sin hablar de la capacidad que ha tenido la iglesia en dividir matrimonios y familias que por la ideología que ellos inculcan fomentan entre sus mienbros la separación y el odio.
Lei hace poco este excelente articulo de Jose Ma Castillo que da para reflexionar sobre este mismo tema.
http://www.periodistadigital.com/religion/opinion/2017/11/25/como-apoyar-al-papa-francisco-mis-propuestas-para-resolver-la-confrontacion-que-estamos-viviendo-en-la-iglesia.shtml
Hola: No le conozco, me llamo carmen.
No creo queentienda lo que le voy a decir porque vivimos en universos paralelos.
En este momento tengo uan profunda desazón. Leo lo que ha dicho el señor Castillo y me parece incríble lo que leo. Quien haya leído lo que decía este señor sobre el papado estando en el podor Juan Pablo II y Benedicto XVI, quizás me entienda.
No creo que este papa haya puesto de manifiesto la contradiccioón que existye en la Iglesia, Si alguien la puso claramente sobre lamesa fué Benedicyto XVI. Se fué. No lo sorportaba como PREFECTO PARA LA FE O COMO QUIERA QUE SE LLAME ESE CARGO HEREDERO DE LA SANTA iNQUISICIÓN. Por lo visto un gran teólogo pero suoperconservador. No me gustaba su línea. Pero como papa le tengo que recobocer su honestidad. No se daba cuenta de que criaba cuervos y decidió irse antes de que …
El Papa actual es un obispo magnífico. parece una buena persona, seguro que tiene una visión del mundo muy evangélica y acertada, me alegro pr él. Pero a todas luces es insuficiente.
No estoy en absoluto de acuerdo que toda persona que no esté de acuerdo con loque hace esté atentando contra la ifglesia. Es más, no llogro entender como puede decir esto elseñor castillo. Porque si elproblema era elpapado, loo sigue siendo, nios guste o no el Papa.
Creo que este señor tiene una imagen fantástica, a lo kejor eso es suficiente para muchos, pero no lo es para mí, por la sencilla razón de que la Iglesia no ha variado nada en los años
lo siento, se ha mandado solo. Perdone los errores,Incluídas las mayúsculas, a veces salen solas y no lo he repasado.
Le decía que la iglesia sigue igual. Nada ha cambiado.
No sé de los jaleos que se puedan traer en la curia y en los dicasterios y en esas estructuras tan extrañas de poder que tiene la iglesia. Pero si sé que hay una desconexión total entre la iglesia y los que intentamos ser cristianos y no podemos porque todo nos chirría. Antes más o menos se podía manifestar tu desacuerdo con mil cosas, pero ahora, resulta que si no estás de acuerdo con el Papa eres una persona , como decir,ultraconservadora, que no quieres que nada cambie. Bueno, pues no es así. Aquí está usted leyendo a una persona que cree que el cambio del papa actual es únicamnete de imagen y que de alguna manera ha hecho que el sector más progresista de la iglesia, sencillamente no pueda custionar nada de lo que No hace, porque si elevas la voz, automáticamente te conviertes en un fundamentalista de la religión.
No me va la idolatría en ninguno de sus aspectos, salvo en el cine y en la literatura.
No creo que me entienda, pero ¿ sabe qué? llega un momneto en que ya da igual. Me paso al grupo en el que están millooooooooooooooooooooooooones de católicos. Es inútil. Y una pena.
Un saludo cordial.
La cuestión tal como la plantea Oscar Fortín en un comentario anterior se me antoja que se acerca muy mucho a la lógica de las cosas. El Vaticano como un poder temporal se vincula necesariamente a determinadas opciones políticas que cierran el paso a otras.
Pero yo me atrevería a añadir, con su pemiso, que la cuestión misma desde la óptica de una mentalidad española (de España y de países que tienen por herencia lo mismo) resulta un poco más complicada.
El catolicismo español, nacido al final del siglo XV, con la nación española, convertida en imperio en el siglo XVI, fue muy original, y no del todo europeo, entonces desgarrado en guerras de religión.
En su lucha contra el moro los anteriores reinos cristianos crearon su propia identidad en la religión y en una sola casta. La convivencia de las tres religiones en las sociedades que conformaban sus reinos fue anulada por decisión más política y de ideosincracia que religiosa.
Una cuestión de atavismo cultural.
Hace mucho que preferiría que el Vaticano no existiera como Estado, no obstante, repasando la publicación de la sede del mismo en las NNUU que divulga los discursos del representante permanente y del Papa en sus visitas a lo largo del tiempo y algunos documentos de los representante ante la FAO, UNICEF y otros organismos, permanentes o no, tampoco es justo no reconocer alguna que otra función efectiva (tan efectiva como las NN UU puedan ser en su labor con respect a otros estados) y buena.
Por otra parte, es tan costoso mantener estas representaciones que comparando la efectividad de las mismas en general y los costs, pues fuera mejor que no existieran.
Particularmente, a pesar de lo criticada que ha sido la actuación de Cesare Zacchi en Cuba, yo personalmente le agradezco la intervención con respecto a la cesación de las ZUnidades Militares de Ayuda a la Producción que eran campos de concentración y de trabajos forzados en los que el gobierno de Castro recluía a los jóvenes que deseaba reprimir por in amplio espectro de causas que iban desde ser religiosus de cualquier religion menos santeros hasta ser gays, masones, o simplemente porque alguien les denunciaba como «molestos» en condiciones realmente deplorables. Y eso no fue lo único que hizo en defensa de los derechos humanos porque también intervino en favor del maltrato a reclusos, la asistencia de cubanos laicos a los eventos de los Cristianos por el Socialismo en Chile, en defensa de la represeión a Estudiantes protestantes por serlo,,, Todo esto valiéndose de la Amistad que supo desarrollar con Fidel Castro por razón de ser diplomático. Esto ultimo se le reprocha porque la nunciatura no ofrecía asilo ni siquiera a los curas. Pero gracias a esa relación de amistad personal pudo obtener algunas de las cosas que obtuvo.
Como en todo, las generalizaciones son complejas y de cualquier modo el balance, mirando a la complicidad con otros regimens, me parece que fuse preferable que no tuviera personalidad de gobierno la Santa Sede, que después de todo no es más santa que el resto de los estados. Es justo reconocerle a Francisco el esfuerzo por desmantelar alguna porción de ella.
Tambien, podemos el ejemplo de Venezuela donde la revolución bolivariana va directamente en la linea de la doctrina social de la Iglesia, como la expresada en Mater et Magistral y en Paz en la tierra de JuanXXIII, Populorum progresismo de PabloVI y la Exhortación apostólica del papa Francisco sobre el capitalismo salvaje Evangelii gaudium. En este caso, el episcopado venezolano se olvida de la doctrina social de la Iglesia y se identifica a una oposición neoliberal y violenta. En Venezuela el pueblo esta presente y se expresa ampliamente a través las elecciones. Allí, mas que en cualquier otra parte, podemos hablar de una democracia que significa el poder del pueblo. Con todo mi respeto.
Nuestra reflexión sobre lo religioso y lo politico tiene a menudo como base un concepto de la religion que no cuadra con la fe en los Evangelios y en el testimonio de Jesus y un concepto de lo politico que se encuentra en ideologías diversificadas. El problema de la Iglesia católica se radica en gran parte en su institucionalidad que se presenta a la vez como religión con pastores y como Estado politico con sus funcionarios.
El Estado del Vaticano representa un poder político que responde a alianzas y ideologías que andan juntas. Es lo que sucedió con los pactos firmados entre el Vaticano y Washington en la lucha contra el comunismo y a todo lo parecido como al socialismo Se trata., en estos casos, de dos poderes políticos reconocidos como miembros de la Asamblea nacional de las Naciones Unidas.
La Iglesia representa la comunidad de los creyentes que comparten la vida y la enseñanza de Jesús de Nazaret. Ella, no tiene ninguna frontera política tampoco ideológica que pudieran impedirle testimoniar de las bienaventuranzas, del amor al prójimo, de la solidaridad humana expresada a través la justicia, la verdad, la compasión, la misericordia y el perdón ante todos los de buena fe que saben arrepentirse de sus errores y pecados. Esta Iglesia puede testimoniar en todos los países del mundo y en todas las culturas del mundo.
Lo que sucedió a través de los siglos fue la recuperación de esas comunidades de fe sustituyéndolas por una institución de carácter a la vez política y religiosa. El testimonio, integrado a la vida cotidiana, fue transformado en rituales y sacramentos que se impusieron a lo largo de los siglos como autentica Iglesia con una doctrina modulada según los acontecimientos y los intereses conjeturales. Que se transforme en un Estado iba en la lógica de esta institución eclesial que tenia ya todo de los reinos de los reyes, envueltos en sus largos vestidos y acostumbrados al protocolo de los grandes de aquel mundo. Me permito decir que la Institución de los siglos pasados como la del Estado del Vaticano sirvieron y siguen sirviendo como apagadores de la comunidad de fe como expresión de testimonio de las Bienaventuranzas y de Jesús de Nazaret. La Iglesia, comunidad de fe y de vida, esta presa del Vaticano que tiene control sobre todo la vida de esa Iglesia. Por sus alianzas y ideologías, trata de orientar el comportamiento de los creyentes en conformidad con ellas.
El cristianismo es ciertamente compromiso; compromiso con la Polis, con la gran política, no necesariamente con la política de partidos (que sólo son medios, más o menos discutibles, en cada situación para el bien público). El evangelio es compromiso con la liberación de los débiles y de los oprimidos por los egoísmos de los fuertes. ¿Significa eso una opción de clase? Es una acomodación a un lenguaje más o menos actual, y creo que depende de cómo se entienda ese término y de cómo se ajuste a la realidad social de cada tiempo y situación. ¿A qué clase social pertenecen los obreros manuales europeos si incluimos en la escala social a los obreros (o los sin trabajo) de otros países de nuestro mundo? ¿Quién los defiende desde nuestra sociedad?
Pues no sé yo esto…
Creo que no estoy de acuerdo en casi nada de lo que he leído. Claro que no soy una mujer de Iglesia. Tampoco me interesa demasiado todo esto de la política porque siempre acabo no entendiendo. Y Ya si, como en este texto, se fusionan los dos temas, mis neuronas apagan el interruptor. Es un acto reflejo.
Y en cuanto a lo que dice el texto que dijo el Papa en Bolivia, no sé como decir… así que no digo nada.
Mi cristianismo es otra cosa.O mi Jesuanismo, que no sé muy bien lo que es, pero me gusta la palabra.
En fin
Un saludo cordial.