Trabajadores esclavos orientales entre los escombros de México

Amigas, amigos

Me llega esta reflexión, que les comparto. En el edificio de Chimalpopoca había 4 pisos, en 3 de ellos había fábricas precarias y casi seguro que ilegales.

Rodrigo

Lo “desconcertante” es cuando llegas a una zona de desastre como la fábrica de Chimalpopoca y un policía mexicano, en nombre del Estado mexicano, te dice groseramente que no puedes pasar a ayudar, y acto seguido, en nombre del mismo Estado mexicano se pone a repetir que se necesita adentro diesel, porque obvio, el Estado mexicano no ha sido capaz de sacarlo de sus bodegas, mucho menos de comprarlo.

Por supuesto que alguien terminó llevando el diesel, porque lo compró, a algún mexicano que se lo vendió y que alguna ganancia obtuvo. Y esa es la historia de todos los recursos empleados en esta tragedia. Porque lo que yo he visto es que mis familiares y amigos, asalariados, han diluido sus quincenas en la compra de equipos y víveres, que han comprado en tiendas de empresarios mexicanos y extranjeros que no han “donado” una sola pala y cuyas ganancias a esta altura deben ser estratosféricas.

Y las palas compradas por los asalariados  son usadas por ellos y por asalariados menos afortunados a los que sus patrones mexicanos no les han dado ni un día: carpinteros, electricistas, albañiles, basureros, etc. que al término de su jornada se van a seguir trabajando a la zonas de desastre, en las que son tratados como basura por el ejército mexicano y la policía mexicana.

De nuevo en Chimalpopoca ¡sorpresa! esos asalariados mexicanos no están rescatando solo a mexicanos, sino a las asalariadas asiáticas ilegales superexplotadas por una patronal coreana bien arreglada con el Estado mexicano, el mismo que a través del ejército mexicano y la policía mexicana les ordena a los brigadistas que tienen absolutamente prohibido decirle a la prensa lo que han visto en la zona de desastre. Y mientras los cuerpos de las obreras que nadie reclamará porque son migrantes, se pudren entre los escombros, lo dueños de las inmobiliarias cobran los seguros y quedan tablas ¿en verdad no pueden ver la disparidad que hay ahí?.

¿Y los ricos mexicanos que dan dinero? ojalá dieran el suficiente para que los brigadistas pudiéramos comer otra cosa que tortas del jamón más barato, porque los asalariados que las hacen tienen que hacer tantas que obviamente no pueden hacerlas de otra cosa, pero ¿qué más da? que los brigadistas seudo coman, los ricos mexicanos darán algunos pesos y lavarán su conciencia, y los incautos aplaudirán la lección de “#unidadnacional”.

¿Hace falta hablar de los pueblos de Xochimilco? joder, si a los mexicanos les importaran los mexicanos, esas casas habrían tenido más de cuatro paredes de ladrillo ligero y un techo de lámina ¿pero a quién le importan esos pinches indios cuando no hay prensa? lo que ahí hace falta es una reconstrucción total, reconstrucción que ningún mexicano está dispuesto a financiar por muy pinche masiosare que sea. Así que nada nuevo bajo el sol, después de esta catástrofe, los pobres serán más pobres y los ricos serán más ricos.

El heroísmo de los trabajadores no bastará para que se les perdone una sola reforma: seguirán ganando una miseria y seguirán sin tener el futuro asegurado, cuando ellos o sus hijos enfermen o tengan algún accidente laboral, ningún mexicano irá en su ayuda, de hecho es probable que si protesta, la mayoría de los mexicanos le llame huevón y pidan a la policía una paliza para él.

Lo mismo para los miles de estudiantes que vi antier en Xochimilco, nada de esto modifica el hecho de que la mayor parte de ellos morirá en la pobreza. Y es obvio que nadie hizo nada de esto porque esperara algo a cambio, pero insisto, aquí hay quienes ganaron y quienes perdieron y la línea que los separa es la línea de clase. La falacia de la unidad nacional está ocultando ese hecho.

Compartido del muro de Txalo Aquelarre