Así grita hoy un viejo luchador por la liberación de Nuestramérica
“Sé que no participaré de la cosecha, pero me empeño en morir semilla”
“Si ya no alberga sueños de un futuro mejor ni se inyecta utopía en vena, le robaron la esperanza”
“Sé que el futuro será lo que hagamos en el presente. No espero milagros”
“Me gusta el verbo esperanzar: desenrollar el hilo de Ariadna que nos conduce a todos hacia afuera del laberinto. Es un esfuerzo colectivo, una acción comunitaria”
Frei Betto en Religión Digital
- Si ya no avista perspectivas de futuro, desprecia a los políticos y la política, se retira a su esfera privada, es señal de que le robaron la esperanza. Si ya no soporta el noticiero, cree que la especie humana fue un proyecto fallido y que todas las liberaciones terminan en opresiones, sepa que le robaron la esperanza.
- Si destila odio en las redes digitales, desconfía de todos los que pronuncian discursos sobre la ética y la preservación del medio ambiente y solo confía en su cuenta bancaria, no le quepa duda, le robaron la esperanza.
- Si ya no alberga sueños de un futuro mejor, no se inyecta utopía en vena y no asume su protagonismo como ciudadano, sino que prefiere aislarse en su redoma de cristal, es señal de que le robaron la esperanza.
Los amigos de Job utilizaron todos los argumentos para que abandonara la esperanza. ¿Cómo se obstinaba en mantenerla si había perdido tierras, riquezas y familia? Job no introyectó la culpa, no arrojó sobre hombros ajenos los males que lo afligían, no abominó de los reveses que le ocurrían.
Reza el poema de Franz Wright, inspirado en la plegaria del poeta persa Rabi’a al-Adawiyya:
“Dios, si proclamo mi amor por ti por miedo al infierno, incinérame en él; / si proclamo mi amor porque ansío el paraíso, ciérramelo ante la cara. / Pero si hablo contigo porque existes, deja / de ocultar de mí tu / infinita belleza.”
Fue en esa gratuidad de la fe, la esperanza y el amor que Job se sintió recompensado al contemplar la infinita belleza: “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (42, 5).
Como escribió Spinoza en su Tratado teológico-político, “un pueblo libre se guía por la esperanza más que por el miedo; el que está oprimido se guía más por el miedo que por la esperanza. El uno ansía cultivar su vida. El otro, soportar al opresor. Al primero le llamo libre. Al segundo le llamo siervo.”
Usted, como yo, es víctima de promesas que se trasformaron en espejismos y desembocaron en frustraciones. Ni aun así admito que me roben la esperanza.
¿El secreto? Sencillo. No me aferro al aquí y ahora. Miro las contradicciones del pasado, marcado por retrocesos y avances. ¿Cuántas batallas perdidas no terminaron en guerras victoriosas? ¿Y cuántos emperadores, señores de la vida y de la muerte, desde los césares hasta Atila el huno, desde Napoleón hasta Hitler, no acabaron deshonrados por la historia?
Encaro el futuro a largo plazo. Sé que no participaré de la cosecha, pero me empeño en morir semilla.
No creo en discursos ni ato mi esperanza al paracaídas de algún ser superior que promete salvación a corto plazo. Exijo programas y proyectos, y juzgo a sus portadores según criterios rígidos. Trato de conocer su vida pasada, su compromiso con los movimientos sociales, su ética y sus valores.
Sé que el futuro será lo que hagamos en el presente. No espero milagros. Me arremango la camisa, convencido de que “quien sabe hace ahora, no espera lo que acontezca”.
La esperanza es una virtud teologal. La fe cree; el amor acoge; la esperanza construye. Así como se hace camino al andar, la esperanza se teje como el alba en el poema de João Cabral de Melo Neto:
“Un solo gallo no teje la mañana; / siempre necesitará de otros gallos. / De uno que tome su canto / y lo lance a otro; de otro gallo / que tome el canto que antes lanzó otro gallo / y lo lancé a otro; y de otros gallos / que con muchos otros gallos se cruzan / los rayos de sol de sus cantos de gallo / para que la mañana, desde una tela tenue, / se vaya tejiendo entre todos los gallos.”
Me gusta el verbo esperanzar: desenrollar el hilo de Ariadna que nos conduce a todos hacia afuera del laberinto. Es un esfuerzo colectivo, una acción comunitaria, un trabajo común que nos hermana en la certeza de que de dentro de la piedra mana el hilo de agua que forma el arroyo, hace el riachuelo, se convierte en río y rasga la tierra, riega los campos, alimenta a los pobladores de las riberas, hasta sumarse al lecho del océano.
Como dice Mário Quintana en “Das utopias”:
“Si las cosas son inalcanzables… ¡caramba! /No es motivo para no quererlas… / ¡Qué tristes los caminos, si no fuera / Por la mágica presencia de las estrellas!”
Dice el budismo que nuestra realidad es perfecta. al final de los finales. Si hay finales.
Que la Tierra y los astros son redondos. Y que todo en la Tierra son ciclos redondos.
Nosotros viajeros de la rueda del nacimiento y de la muerte. Nos espanta la muerte. Porque el ciclo nacimiento y muerte, lo vivimos con miedo. Viajamos en una especie de montaña rusa. Pero con miedo.
Después, el mundo personal que vive cada cual. Se lo crea cada cual. Dios es nuestro Padre responsable de habernos creado como somos. Pero como somos fractales de Dios. Chispas divinas. Cada pequeño Dios. Es responsable del mundo que crea a su alrededor. Ni entendemos los porqués del sufrimiento y el dolor en el mundo. Ni somos responsables nada mas que del mundo que cada cual se crea. Si creas un mundo de dicha y abundancia de todo. Abundancia económica también. Rebosaras en abundancia y repartirás.
Frente a la fuerza kosmica de la creación. El pobre mortal “revolucionario”. Que pretende entrometerse en el plan divino. Que no puede entender, Como mortal que es. Pues se convierte en un mentecato que pretende desviar artificialmente el curso del rió humano. Según su “sagrada” “ideología”. y esta ideología. Si la hace desde su limitada razón, simplemente. Seguro que lo que conseguirá es nada mas que “dar patadas en el orden de un hormiguero”.
Yo tengo una “ideología”. LIBERTAD. Respetando la libertad del otro. Creo que es lo mejor. “Anarquismo libertario” del siglo presente.
Pero volviendo a lo que me ha inspirado a escribir esto. Joder PAPA. Explícate un poco….
Dicen que aquel que despierta. Entiende mejor a PAPA…..
A veces pienso y siento que… mi esperanza camina un tanto maltrecha, y mi utopía también… pero sigo caminando… como puedo.
Me encanta esta frase que copio y pego:
“Sé que no participaré de la cosecha, pero me empeño en morir semilla”
Para mí…¡Es más que suficiente!
En cada momento hay que saber cuales son nuestras fuerzas y capacidades, que… nos guste o no… van disminuyendo, al menos en mí, así sucede.
Ya no quiero ser:
“Agustina de Aragón”
En un tiempo lo fui… (bueno casi) ahora voy más lenta, miro al cruzar, procuro siempre hacerlo por los pasos de cebra… principalmente, para no complicar la vida a mi familia.
Y sobre todo…
¡Procuro estar por si me necesitan!
mª pilar
Me sumo a todos sus gritos porque ellos albergan una resistencia desafiante a lo políticamente correcto cuando lo correcto en política es decantarse más a satisfacer un programa electoralista y mantener con ello el pueblo en dependencia permanente con el gobierno que decantar la política hacia un programa de emancipación y de liberación
Pues menudo Dios raro el suyo.
El mío deja a los hombres que decidan. No es un dios itervencionista en absoluto. No se mete en nada.
No sé cómo ni qué es Dios.A lo mejor usted sí lo sabe. Pero está claro que mi concepto de Dios y el suyo no es el mismo. Bueno, ni el de casi nadie. Y , francamente, me quedo con el mío.
En cuanto al artículo, lo he leído y no llego a entender qué quiere decir. No debe de ser mi día, no entiendo nada.
Sé que dije que no iba a escribir, pero, pobre Dios , ¿no?. Hacerle responsable de todos los males del mundo mundial… me parece injusto, no sé.
Un saludo cordial.
Quiero escribir algo. Es un excelente articulo.
En mi juventud vibraba con la soñada revolución proletaria. la que nos lanzó a los proletarios por un despeñadero. La realidad no es la que soñamos. Es la que es.
Persiste aún no ya casi, el marxismo. Pero si el mesianismo. aunque también ya tenue.
Persiste aún el concepto de redimir a los pobres. Pero solo se contempla lo económico. Y “no solo de pan vive el hombre…”
Intentar crear las condiciones en las que el trabajador, el estrato mas pobre de la sociedad, (o casi, porque mas pobre del todo es el lumpenproletariado de Marx, los marginados.) pueda ganarse el pan, en condiciones humanas. Es muy loable. Pero hemos de contemplar Toda la realidad, para analizar y elaborar una estrategia. Y esto implica, contar con la interioridad subjetiva del individuo.
Es muy fuerte lo que voy a decir: La redención de todos y cada uno. Está en manos de todos y cada uno.
La pobreza no es una virtud. Es consecuencia de nuestro nublado espíritu. Si resplandece la luz en el. No seremos ricos quizá. Pero estaríamos lejos de la indigencia.
Conócete a ti mismo. Y conocerás los entresijos del mundo. Conócete a ti mismo, y no seras pobre. Podrás llevar una vida digna.
Resumiendo: Yo tengo esperanza. A pesar del descalabro de la revolución proletaria. Esperanza de crecer en sabiduría. “Y todo lo demás lo alcanzaremos por añadidura”. ¿Os suena?.
Otra cosa muy fuerte: El cristianismo. Los cristianos. Asaetados por los revolucionarios. Intentaron hacerse “cristianos revolucionarios”. O sea centrarse en el exterior objetivo del mundo. Como los materialistas que todo lo cifraban a su propio esfuerzo. Que no confiaban en fuerza alguna invisible y amorosa. Pero ¿y los evangelios?. ¿Y Dios?. Dios es el responsable del mundo. No los revolucionarios. El mundo se salva cuando somos mas sabios y evolucionados. A eso, creo, nos hemos de dedicar.
Y mientras tanto tranquilos. Recordad que el responsable de la tragedia del mundo. Es Dios.
Y tranquilos porque la Física Cuántica, ha descubierto científicamente. Que hasta nuestros pensamientos influyen en el mundo. Luego siendo tu feliz y alegre, inyectas felicidad y alegría al medio social. claro que para ello, primero has de ser recto y honrado a carta cabal.
Que utopía ni que leches.
Os recomiendo que os pongáis a meditar. Etc. (Cualquier tecnología espiritual. Transformadora a mejor de nuestra interioridad subjetiva. Esa es la revolución pendiente. La revolución interior.