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Catequesis sobre el error de Dios encarnado – 6

Para seguir los temas de esta catequesis, seguimos recomendando el texto completo en el sitio original: http://usuaris.tinet.cat/fqi_sp04/error_encarnat09a_sp.htm. Se puede ir a los  temas anteriores de esta catequesis desde este enlace: errores de la encarnación. AD.

EL POEMA SOBRE LA PALABRA

Nunca tan pocas palabras “enredaron” a tanta gente

Hoy nos preguntamos:

  • ¿Existe en los escritos del Nuevo Testamento una identificación de Jesús de Nazaret con la Palabra de Dios?
  • ¿Y esta identificación implica una afirmación de la pre-existencia de este Jesús de Nazaret?

Parece que la respuesta sería un SÍ bien claro, pero teniendo en cuenta que esta identificación y esta afirmación se encuentran en los escritos más tardíos del Nuevo Testamento, en los escritos procedentes del círculo joánico (evangelio de Juan, cartas de Juan, Apocalipsis).

Siguiendo a James Dunn (christology in the making) presuponemos que el evangelio es anterior a las cartas y que el Prólogo del evangelio utiliza un poema anterior sobre la Palabra:

El Prólogo del evangelio (Jn 1, 1-18) no deja espacios para la discusión: la Palabra es pre-existente y Jesús de Nazaret es la pre-existente Palabra de Dios.

Hay un consenso bastante amplio de que este Prólogo utiliza un texto poético

  • probablemente compuesto independientemente del evangelio
  • pero muy probablemente originario del mismo círculo joánico (y quizás, incluso, de la misma mano)
  • y no necesariamente mucho antes de la composición del evangelio

Pero no podemos excluir que la cristología del “Poema sobre la Palabra“, en algunos aspectos cruciales, sea diferente de la cristología del evangelista.

Siempre es arriesgado reconstruir la forma originaria de un texto que en una segunda fase ha sido modificado. Ofrezco la reconstrucción verosímil y no muy discutible (a plausible and not too controversial) de James Dunn.

En verde,

 

El Poema sobre la Palabra
(una verosímil reconstrucción)
en cursiva lo que otros autores también consideran como añadidos
Lo que es nuevo y exclusivo de Jn 1, 1-18
Al principio existía la Palabra.
y la Palabra estaba con Dios
y la Palabra era Dios.
(Ella estaba con Dios al principio).
Todo por Ella fue hecho,
y sin Ella res no se hizo nada
de cuanto ha sido hecho.
En Ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz resplandece en la tiniebla,
y la tiniebla no la pudo vencer.
Apareció un hombre,
enviado por Dios,
su nombre era Juan.
Vino como un testimonio
a dar testimonio de la luz,
para que todos creyeran por él.
El no era la luz,
venía solamente a dar testimonio de la luz.
(Existía la luz verdadera,
la que ilumina todo hombre
que viene al mundo.)
Estaba presente en el mundo,
(que por Ella ha venido a la existencia),
y el mundo no la ha reconocida.
Ha venido a su casa,
y los suyos no la han recibido.
Mas a cuantos la recibieron,
se les dio poder de ser hijos de Dios,
Los que no de la sangre,
ni de un deseo carnal,
ni de un quere humano,
sino de Dios mismo han nacido.
Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros,
(y hemos contemplado su gloria,
gloria como Hijo único del Padre),
lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él
cuando proclama:
Éste es de quien os dije:
El que viene detrás de mí
ha pasado delante de mí
porque era primero que yo.
De su plenitud,
todos nosotros hemos recibido
gracia sobre gracia.
La Ley fue dada por Moisés,
pero la gracia y la verdad
por Jesucristo han venido.
A Dios, nadie le vio jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, ése nos le ha dado a conocer.

 

Un judío familiarizado con la tradición sobre la Sabiduría o con la filosofía mística de Filón de Alejandría podría leer las primeras estrofas (vv. 1-13) sin experimentar ninguna extrañeza.

Sab 9, 9 Contigo está la Sabiduría, conocedora de tus obras,
que te asistió cuando hacías el mundo
y que sabe lo que es grato a tus ojos
y lo que es recto según tus preceptos
Sab 7, 26 Es el resplandor de la luz eterna,
el espejo sin mancha del actuar de Dios,
imagen de su bondad.
Aristobulus Toda luz procede de ella [la Sabiduría]
I Enoch 42, 2 La Sabiduría vino a establecer su morada
entre los hijos de los hombres,
pero no halló dónde morar
Sir 24, 8 Entonces el creador del universo me dio una orden,
quien me creó me indicó dónde debía habitar.
Me dijo:
Habita en Jacob,
sea Israel tu heredad.

La doble repetición del término “dios” en el versículo 1, una vez con artículo (con mayúscula) y otra sin artículo (en minúscula)…

 

Y la Palabra estaba con Dios
Y la Palabra era dios

 

…sería bien comprendida por un judío de cultura helenística lector de Filón y en este versículo no vería peligrar su monoteísmo

El que es verdaderamente Dios es Uno, pero los que son inadecuadamente llamados así son más de uno. De acuerdo con la Escritura, en el presente caso se refiere al que es verdaderamente Dios por medio del artículo diciendo: “Yo soy el Dios” (evgw, eivmi o` qeo.j), mientras que omite el artículo cuando se habla del que es inadecuadamente llamado así, diciendo: “Quien se te apareció en el lugar (no “del Dios”, sino simplemente) de “dios” (Gn 31,13, según la traducción de los LXX (evn to,pw| qeou/). Aquí se da el título de “dios” a su Palabra principal.

He that is truly God is One, but those that are improperly so called are more than one. Accordingly the holy word in the present instance has indicated him who is truly God by means of the articles saying ‘I am the God’, while it omits the article when mentioning him who is improperly so called, saying ‘Who appeared to thee in the place’ not ‘of the God’, but simply ‘of God’ (Gen. 31.13 LXX – (evn to,pw| qeou/). Here it gives the title of’God’ to his chief Word

Filón de Alejandría
Exposición sobre el Génesis
en Som 227ss

Y así podemos [James Dunn puede] decir

…el Logos de Filón es “dios”, no como un ser independiente de Dios, sino como Dios en su cognoscibilidad: el Logos proporciona esta limitada comprensión del único Dios, que es todo lo que el hombre racional, incluso el místico, puede alcanzar.

No es necesario decir que la relación de la Palabra con la luz y el contrate luz / tiniebla no serían ninguna novedad para un lector judío familiarizado con la tradición de la Sabiduría o con el pensamiento apocalíptico judío o con la biblioteca de Qumrán (“los hijos de la luz” / “los hijos de las tinieblas” de 1QM). No le dirían nada nuevo a un lector de Filón.

Tema familiar a la tradición sobre la Sabiduría y a Filón era que los amantes de la Sabiduría, los hombres justos, los que viven en armonía con la Palabra podían ser llamados con toda propiedad “hijos de Dios“.

A lo largo de las primeras estrofas de este poema sobre la Palabra estamos hablando de la figura de la Sabiduría y de la Palabra del judaísmo pre-cristiano, como la sabia expresión personificada de Dios, no como un ser personal.

Al judío, piadoso monoteísta, le vendría el susto y se quedaría sin respiración al leer la primera línea del v. 14:

Y la Palabra se hizo hombre
      Kai o` logos sarx evgeneto

James Dunn se repite, quiere dejar claro este punto: sólo a partir del v. 14 nosotros podemos comenzar a hablar de la Palabra como un ser personal, como un ser divino con una identidad individual. El v. 14 marca una frontera: no sólo la transición de la pre-existencia a la encarnación, sino también la transición de una personificación impersonal a una persona real.

Y esta persona real -y esto es lo sorprendente- es Jesús de Nazaret: la Palabra pre-existente, no creada, es realmente Jesús de Nazaret.

Dos puntos quedan claros:

La pre-existencia de la Palabra
El imperfecto verbal h=n, repetido tres veces en el primer versículo y traducido por “existía / estaba / era“, indica “una continua existencia eterna“, que niega el hecho de haber sido creada
La encarnación de la Palabra
Superando otras expresiones de la Escritura como las de Jt 6. 34 (entonces el espíritu del Señor se apoderó de Gedeón), Gn 18 (el Señor se apareció a Abraham en el encinar de Mambré).

Un comentario

  • George R Porta

    Hablar del existir o de la existencia de algo/alguien elimina la posibilidad de imaginar su pre-existencia —o, peor, afirmarla— como si la existencia o el existir pudieran ser fragmentarios, temporales y recurrentes, o intermitentes. Un río que se pierde en su sumidero y encuentre su surgidero diez kilómetros no nace de nuevo. La corriente que la tierra se tragó y esta que surgió después son la misma y, ciertamente, será el agua nueva la que lo confirme aunque le deba el nombre a la primera.
    Si hubiese existido antes Jesús de Nazaret tuviera que haber sido el mismo Jesús de Nazaret que anduvo en Palestina y entonces todo el texto de la pre-existencia como alguien diferente  pero de alguna manera el mismo (Calcedonia), carece de sentido.
    La idea de la encarnación solo pudiera valer desde la carne a la divinidad, no al revés; es decir desde la corriente nueva a la que se sumió en la tierra. La divinidad hubiese asumido la carne de Jesús de Nazaret y no al revés y entonces el mito del nacimiento virginal careciera de sentido. Quizás el mito pueda imaginar lo irreal y pretender ser real; pero lo contrario, que lo real pretenda no serlo es imposible e inútil.
    Todo este rejuego de palabras quizás fuera necesario a Juan para entretener las fantasías gnósticas y todavía hacer los evangelios sinópticos, aquellos que ya existían y los otros, más compatibles con ellas (de manera análoga a como Tomás de Aquino trató a Aristóteles y su Metafísica, etc.)
    Se puede ser cristiano sin Juan y su evangelio. Quizás, del único evangelio que no se pueda prescindir sea Marcos, porque quizás Marcos tuvo su propia fuente (no escrita), fuera ésta la que ha sido denominada «Q» o no.
     
    Posiblemente las respuestas a las preguntas del subtítulo tengan que ser negativas.