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Las confusas causas del terrorismo del Daesh

Hoy es el sábado de la gran manifestación en Barcelona. Me parece muy bien que se manifiesten todos unidos, incluso que vaya el rey y el gobierno español junto al president y al govern. Recuerdo cómo me adherí en 1982 a la manifestación tras el 23F, contra el golpismo o a las grandes manifestaciones de 2003 contra  contra la inminente guerra de Irak. Pero es que esta vez no veo unidad en determinar por qué y contra quiénes se hace la manifestación. Tras esto de Barcelona estoy muy perplejo. Este artículo que hoy publicamos y que a Manolo Santos le ha parecido “contundente, con verdades, comprobables y comprobadas, grandes como catedrales”, podría tal vez servir para ver más claro. AD.

Otra vez quieren que olvidemos el origen de este terrorismo

Roberto Montoya. Periodista y escritor

Una vez más todos los grandes grupos mediáticos, los líderes de los principales grupos políticos y el mismísimo Felipe VI nos repiten al unísono: “lo importante es la unidad frente al terrorismo”; “los demócratas debemos estar unidos contra la barbarie”, “quieren acabar con nuestros valores, nuestro estilo de vida”.

Sí, claro que la unidad es importante, esencial en momentos tan dramáticos, pero ¿qué más? ¿cuál es la conclusión? ¿Qué hacer mientras se espera el próximo atentado?

Porque atentados de los llamados de signo yihadista -interpretación de la Yihad que no comparten una gran parte de los musulmanes- seguirá habiendo y previsiblemente aumentarán, en la medida que Daesh (Estado Islámico o ISIS) siga perdiendo territorio en Irak y Siria y se esfume el embrión de gran Califato Islámico que creó en 2014.

Daesh se juega su supervivencia. Su gran diferencia con respecto a Al Qaeda -de cuyas entrañas nació en Irak- fue dar vital importancia a la conformación de un Califato, un territorio que logró ir conquistando a base de una limpieza étnica y religiosa a sangre y fuego en Irak y Siria, hasta alcanzar a tener el control de un tercio del territorio de esos dos países y con proyectos de ampliarse a muchos más.

Daesh reconfiguró los territorios que fueron cayendo en sus manos y tomó el control total de grandes ciudades, como Mosul, con dos millones de habitantes, la segunda de Irak y muchísimas ciudades más, nombró gobernadores, nuevas autoridades, explotando sus instalaciones petrolíferas, sus empresas, dirigiendo su vida económica, política, social, judicial y religiosa.

Y ese fue el atractivo de Daesh para las decenas de miles de jóvenes del mundo musulmán y también de Europa y de otras regiones del mundo. Entusiasmados con la impresionante maquinaria mediática yihadista miles de ellos decidieron trasladarse a ese Califato en expansión que les vendían, “para vivir, crear familias y combatir por Alá, por un mundo sin infieles”.

Todo ese proyecto se está debilitando drásticamente y por ello Daesh recurre a sus células durmientes en Europa y, sobre todo, a los miles y miles de potenciales lobos solitarios a los que imanes fundamentalistas  radicalizan hasta el extremo, o que se auto radicalizan vía Internet y redes sociales.

¿Qué hará España, qué hará Europa ante semejante desafío? ¿Endurecer aún más las leyes antiterroristas, que en el caso de España la Audiencia Nacional utiliza no solo contra el yihadismo sino también de forma arbitraria,  para casos que nada tienen que ver con el terrorismo?

¿Cerrará aún más nuestras puertas y se cerrarán las de toda la UE frente a la avalancha de refugiados mayoritariamente de origen musulmán que se juegan la vida en el Mediterráneo tras perder familiares, amigos, viviendas, tiendas y empresas a causa de las cruentas guerras que padecen sus países? El 80 por ciento de las víctimas del terrorismo yihadista son musulmanes.

¿España -como otros países europeos- ralentizará aún más la llegada y la regularización antes de septiembre próximo de los más de 17.000 refugiados sirios con los que se comprometió en la UE en 2015 y de los que solo ha acogido hasta ahora a poco más de 1.300?

¿La UE dará aún más dinero al represor gobierno de Turquía que tanto ha ayudado a Daesh durante años, para que Erdogan impida ahora que pasen por su territorio camino a Europa miles de familias desesperadas, y las retenga en sus inmensos y colapsados centros de internamiento?

¿La UE dará también más dinero a un estado fallido como Libia -al que ayudó a que sea estado fallido- para que sus patrullas navales impidan la salida de pateras de sus costas y también para alejar a las Ong que intentan salvar la vida de quienes viajan en ellas en situaciones extremas?

Europa, el yihadismo y la crisis de los refugiados

“Europa tiene ya suficientes problemas como para hacerse cargo de las víctimas de guerras lejanas” nos dicen abiertamente los más declaradamente xenófobos e islamófobos, o lo hacen más subliminalmente otros, en España, en Europa, territorio de dictaduras, de las mayores guerras mundiales, escenario de horror, de genocidios, de limpiezas étnicas, hambrunas y éxodos.

La rica Europa quiere ocultar lo que vivió hace solo unas pocas décadas. Y quiere ocultar también la corresponsabilidad que tiene, junto con EEUU, en las guerras que desde hace seis años provocan esa huida masiva de familias aterrorizadas hacia nuestras costas.

No hace falta remontarnos a la siniestra época colonial para ver la relación de Europa con esas guerras actuales y ese éxodo. Basta con comprobar cómo la civilizada y democrática Europa mantuvo durante décadas excelentes relaciones políticas, financieras, comerciales y militares con la mayoría de los sátrapas del Magreb, del Golfo, del gran Oriente Medio en general, lo que los ayudó no poco a mantenerse en el poder durante años y años.

Europa pareció sorprenderse ante el estallido de la Primavera Árabe, que puso en evidencia los años de represión, de injusticia, discriminación y corrupción de esos regímenes despóticos a los que EEUU y Europa seguían -y siguen- vendiendo armas y mercaderías y aceptando gustosos sus inversiones en bancos y empresas occidentales.

La actitud timorata y tardía cuando no abiertamente cómplice de Occidente ante esas revoluciones populares que estaban teniendo lugar a partir de 2010 ante sus narices dio ánimo a aquellos  gobiernos autoritarios a reprimirlas brutalmente y a que en reacción a ello entraran en acción milicias de todo tipo financiadas por países y grupos interesados en sacar partido de ello, iniciándose una espiral de violencia que se ha cobrado ya más de 500.000 muertos, la mayoría en Siria.

Varios países aliados de EEUU y la UE como Turquía, Arabia Saudí, Qatar, los Emiratos Árabes y otros, al igual que grandes hombres de negocios de esos y otros países vieron en ese caos la oportunidad para intentar resolver crónicos problemas regionales y geoestratégicos.

El mundo suní alentó a las numerosas milicias más fundamentalistas, entre ellas Al Qaeda y sus distintas ramas y a Daesh, para que ganaran posiciones dentro del campo rebelde y desplazaran por la fuerza a todos sus competidores. Todo valía para frenar la creciente influencia política y militar de Irán en Irak, Siria, Líbano, y para propiciar que los viejos regímenes fueran sustituidos por gobiernos aliados y controlables.

La Liga Árabe, una vez más, demostró que el sueño de la gran Nación Árabe es ya solo un sueño -para regocijo de Israel-; que la solidaridad del mundo árabe es una entelequia -y eso los palestinos lo saben y padecen en carne propia-; que la lucha en su seno por el poder económico, político, cultural, religioso y militar es encarnizada.

Muchos de sus países miembros fueron aliados y cómplices de EEUU, Europa y la URSS en la década de los ’80 para financiar, armar e instigar al Irak de Sadam Husein a lanzar una guerra de ocho años (1980-1988) y un millón de muertos contra la naciente Revolución Islámica del ayatolá Jomeini.

Paradójicamente, de forma paralela en el tiempo (1979-1989), buena parte de esos mismos aliados occidentales y del mundo musulmán -sin la URSS- reclutaban en distintos países de mayoría musulmana a miles de muyaidin para reforzar a las milicias islámicas que combatían en Afganistán al Ejército Rojo.

EEUU y sus aliados europeos encontraron así en plena Guerra Fría la gran oportunidad para montar una gran y costosa operación encubierta en la que no ponían tropas propias para enfrentar a la URSS. Moscú había desplegado a fines de 1979 en Afganistán 100.000 soldados para defender al gobierno comunista aliado que había llegado al poder un año antes y que estaba siendo acosado por las milicias de muyaidin a las órdenes de numerosos y enfrentados señores de la guerra.

¿Nos piden que olvidemos acaso que el saudí Osama bin Laden -miembro de una numerosa y poderosa familia de origen yemení con fuertes lazos con la familia real saudí y con grandes inversiones en EEUU- fue uno de los grandes apoyos que tuvieron EEUU y sus aliados para reclutar a esos miles de muyaidin, que serían luego los pilares de Al Qaeda?

Estados Unidos en primer lugar, pero con la complicidad de Europa y de muchos países del llamado “mundo musulmán”, fueron en definitiva tan corresponsables del enquistamiento y superviviencia  de regímenes represivos en la mayoría de países del gran Oriente Medio, como corresponsables del gran desarrollo alcanzado por organizaciones terroristas como Al Qaeda, Daesh y muchas otras autollamadas yihadistas. La obsesión por controlar las fuentes energéticas de la región hicieron que EEUU y Europa tuvieran una visión cortoplacista al cerrar alianzas contra natura contra quienes luego volverían las armas en su contra, ayudando así en la práctica a dar lugar a esa guerra santa, a esa violenta Yihad, siguiendo la interpretación más rigorista del Islam sobre ella.

Armas españolas para Arabia Saudí, Egipto 

“No hablemos de historia, lo hecho, hecho está”, se nos dirá. Y la rueda del sistema seguirá su curso. España, como Francia, EEUU y otros países, seguirá vendiendo grandes partidas de armas a países ultra represivos como Egipto o Arabia Saudí -el principalísimo foco de expansión mundial del Islam más integrista y extremo desde hace décadas-, armas que se utilizan en la silenciada guerra que encabeza la monarquía saudí en su país vecino y que se ha cobrado ya 15.000 vidas en solo dos años.

Eso sí, a esas ventas de armas se les seguirá dando mucha menos difusión mediática que a las visitas hechas por Felipe VI a Riad para desatascar los multimillonarios contratos obtenidos por empresas españolas para construir el AVE entre la Medina y la Meca y muchas otras infraestructuras en Arabia Saudí. El Rey mantiene así la estrecha relación de su padre con la monarquía saudí y su papel de gran lobbista.

Pero no, nos dicen que nada de esto tiene que ver con el azote yihadista que padecemos, que padece Europa, que no tiene nada que ver tampoco, con la relación que la UE mantuvo y mantiene con dictaduras de Oriente Medio; ni con haber dado la espalda a los sectores más progresistas de esos países; ni con el hecho de haber apostado por apoyar a “rebeldes moderados” equivocados, o por  seguir a pie juntillas en Irak, Afganistán, Libia o Irak los planes de ese gran gendarme mundial que es la OTAN.

No, nada de eso, los terroristas que nos golpean -y nos golpearán- en cualquier ciudad de Europa son simplemente locos, miles y miles de jóvenes fanáticos contra los cuales solo cabe la represión, extensiva claro está de forma preventiva a todos los refugiados de origen islámico.

Y con tal receta, si las fuerzas del cambio y la ciudadanía de nuestro país, de Europa y EEUU, no avanzan como para atacar las causas de esta tragedia de raíz y logran paralelamente cambios radicales en la política de integración de la inmigración; en los criterios para la exportación de armas; en política de seguridad y defensa y en política exterior, solo cabe esperar lamentablemente saber dónde y cuándo será el próximo atentado.

8 comentarios

  • Hola Rodrigo. Gusto en saludarte después de tanto tiempo.

    Mi comentario en este hilo, lo escribí con una cierta prisa. No lo perfile nitidamente como a mi me gusta.

    Por ello, no matice lo que acertadamente señalas. Que en Europa y en todo el Occidente, de alguna manera aún impera la moral cristiana. No podía ser menos después de milenios inmersos en el troquel cristiano.

    Tenemos aún grabado a hierro candente, en nuestro subconsciente, el miedo al Infierno. Por ejemplo.

    Difusamente aún pensamos y sentimos en cristiano. Otra cuestión es que desde la razón nos desconectemos de la institución eclesial.

    Por otra parte desde que leí a A. Machado, como se lamentaba se utilizase el termino -masa- para señalar a las colectividades humanas. Yo también rechazo este termino discriminatorio y con una cierta carga  muchas veces peyorativa.

    A Ortega y Gasset lo denominaban sus contemporáneos. “El filosofo de las marquesas”. por algo seria…

    Cualquier integrante de la “masa” es único e irrepetible. Esto lo sabemos. Luego cuidado con meternos a todos en el mismo saco “masivo”.

  • Rodrigo Olvera

    Hola Luis

     

    Lo que escribió Oscar realmente es del libro “La rebelión de las masas” de Ortega y Gasset. Ese fue el primer libro que leí de Ortega, hace varios lustros. Mi opinión fue bastante desfavorable, me pareció lleno de falacias y bastante “ideologizado”; no me parecía que sus descripciones fueran acordes a la realidad.

     

    Con el tiempo, y leyendo más textos de Ortega, la opinión personal que me formé es que su obra no es de calidad homogénea. El esquema (no es más que éso, un esquema) que me hice organiza su producción en: obras de traducción y divulgación en lengua española de obras filosóficas extranjeras, en la que fue extraordinario y sólo por ello merece un lugar destacado en la cultura de habla hispana; obras sobre epistemología, en las que su pensamiento fue en su momento una vanguardia realmente innovadora y sigue siendo la base de desarrollos posteriores (Zubiri, por ejemplo), aunque ya superado justamente por los desarrollos posteriores que posibilitó; obras filosóficas y metafísicas, en su momento también una vanuardia en lengua española aunque con varios aspectos especulativos que no me convencen; y por último obras “político-sociales” en que generalmente la realidad le mostró equivocado, frecuentemente sesgadas por su propia condición de clase pero también por la geografía y el calendario que le tocó vivir (su circunstancia), el de una España traumatizada por la pérdida de las últimas colonias.

     

    Desde la lectura de “la rebelión de las masas” me chocó el elitismo orteguiano, después entendí que él originalmente se propuso como “líder” “vanguardia” de las masas, pero las masas no le siguieron. En vez de examinar autocríticamente qué pudo hacer mal él, fue más fácil crear las abstracciones elitistas de “hombre-masa”, etc.

     

    Seguramente esta opinión personal no será compartida por quienes citan a Ortega casi con el mismo fundamentalismo con que se cita en otros lugares la Torá, la Biblia o el Corán: ninguna crítica es aceptable, si Ortega lo escribió es casi casi la verdad absoluta e incuestionable y se vuelve el argumento de autoridad final a cualquier discusión; y quienes no lo aceptan es por algún defecto de carácter personal.  Con todo, leído en 2017, es evidente que cuando Ortega escribió este texto Europa no se había quedado aún sin la moral cristiana; incluso esa frase sería matizable respecto de la realidad social de Europa en 2017.

     

    Saludos

     

     

    Saludods

  • Hola Oscar.

    ¿Que moral es la que en Europa nos hemos quedado sin.?

    Una moral, la del cristianismo literalista. Castrada. Nos bloqueaba el acceso a nuestros reales centros de poder. Y en compensación, nos daba ostias para comer.

    El amor es un sentimiento. Al que no llegamos voluntaristamente, ni solo mentalmente. Una moral impuesta. O nos convierte en hipócritas. O el humano la rechaza precisamente por ser impuesta.

    Cada persona sigue su propia trayectoria. Recuerda lo de Rabindranath Tagore. El Uno se convierte en los muchos. Y los muchos en el Uno.

    O sea. Somos Uno y al mismo tiempo somos muchos. Como seres singulares que somos. Cada uno sigue su camino. Lo importante no es cortar ramas secas del árbol del amor. Lo que hace presuntamente la moral. Lo importante es cuidar las raíces.

    Acaso ahora somos peores que cuando imperaba la moral cristiana en Occidente. Creo que no. Porque ahora somos mas evolucionados que cuando esto, lo de la moral. Acontecía.  De no ser así. No estaríamos en puertas de ascender colectivamente de dimensión.

    Cierto que somos mayoritariamente materialistas. Yo me hago una pregunta. De quien es la culpa….

    Pero a día de hoy. Estamos trascendiendo el materialismo. Y con el paso de poco tiempo lo veremos palmariamente claro. Ahora todo va muy rápido….

    En el vídeo del enlace veras la explicación de por que hay tanto corrupto. Porque el cristianismo constantiniano, bloqueo la fuente que nos podría hacer mas amorosos. mas evolucionados. Así Occidente se volcó en la materia. Hoy sabemos que la materia no existe. Que todo es un fractal del Uno. De Dios. Y volveremos a la autentica fuente. Al Uno. Y escribiremos Kosmos con K, como los griegos. Porque estos aunaban lo objetivo y lo subjetivo de la realidad en la palabra Kosmos.

     

     

  • Isidoro García

    Concuerdo con Pepe, sobre el artículo de Mark Lorch: https://elpais.com/elpais/2017/08/23/ciencia/1503498083_674014.html, y para los que no lo hayan leído, dejo aquí, un pequeño extracto:

     “Los hechos y los argumentos racionales no son muy eficaces a la hora de alterar las creencias de la gente. Esto se debe a que nuestro cerebro racional está equipado con unos mecanismos neurológicos evolutivos no demasiado avanzados.

          Una de las causas por la que las teorías de la conspiración surgen periódicamente es nuestro deseo de imponer una estructura al mundo y nuestra increíble capacidad para reconocer indicios de pautas y de patrones. De hecho, un reciente estudio ha mostrado que existe una correlación entre la necesidad individual de estructura y la tendencia a creer en las teorías de la conspiración.

         (…) Cuanta más gente crea en una información, más probable será que la aceptemos como verdadera. Y así, si estamos excesivamente expuestos a determinada idea a través de nuestro grupo social, esta se convierte en parte de nuestra visión del mundo.

         En suma, la demostración social es una técnica de persuasión mucho más eficaz que la demostración basada puramente en las pruebas, lo cual explica, como es lógico, por qué esta clase de demostración es tan apreciada en publicidad (“el 80% de las mamás lo cree así”).

          La demostración social no es más que una de las muchas falacias lógicas que también hacen que ignoremos las pruebas. Un tema relacionado con ella es el omnipresente sesgo de confirmación, o la tendencia por la cual la gente busca y se cree los datos que apoyan su punto de vista, mientras que descarta los que no lo hacen.

        El sesgo de confirmación se manifiesta también como una tendencia a seleccionar la información de fuentes que ya están de acuerdo con nuestros puntos de vista, (lo cual es probable que tenga igualmente su origen en el grupo con el que nos relacionamos).

         (…) Ofrecer información rectificadora a un grupo con creencias firmes puede acabar por reforzar sus opiniones a pesar de que los nuevos datos las desautoricen. Las nuevas pruebas generan contradicciones en nuestras creencias, y con ello, nos producen un malestar emocional. 

           Sin embargo, en vez de modificar nuestras ideas, solemos tratar de justificarnos y desarrollar una antipatía todavía mayor por las teorías que se nos oponen, lo cual puede hacer que nos obcequemos más en nuestras opiniones. Es lo que se conoce como el “efecto bumerán”, que constituye un enorme problema a la hora de intentar dar un empujoncito a la gente para que mejore su manera de proceder.

         (…) No encolerice a sus detractores desafiando su visión del mundo. Ofrézcales más bien explicaciones que estén en armonía con sus creencias previas”.

     

  • oscar varela

    Capítulo XIV – ¿QUIÉN MANDA EN EL MUNDO?
    El gitano se fue a confesar; pero el cura, precavido, comenzó por preguntarle si sabía los mandamientos de la ley de Dios. A lo que el gitano respondió: “Miste padre; yo loh iba a aprendé; pero he oído un runrún de que loh iban a quitá“,
    ¿No es ésta la situación presente del mundo? Corre el runrún de que ya no rigen los mandamientos europeos  y, en vista de ello, las gentes—hombres y pueblos—aprovechan la ocasión para vivir sin imperativos.
    ……………………..
    La civilización europea produjo, automáticamente, la rebelión de las masas.
    Por su anverso, la rebelión de las masas es una y misma cosa con el crecimiento fabuloso que la vida humana ha experimentado en nuestro tiempo.
    – Pero el reverso, la rebelión de las masas es una y misma cosa con la desmoralización radical de la humanidad.
    …………………
    La mayor parte de los hombres no tiene opinión, y es preciso que ésta le venga de fuera a presión, como entra el lubrificante en las máquinas.
    * Sin opinio­nes, la convivencia humana sería el caos; menos aún: la nada histó­rica.
    * Sin opiniones, la vida de los hombres carecería de arquitectura, de organicidad.
    Por eso, sin un poder espiritual, sin alguien que mande, y en la medida que ello falte, reina en la humanidad el caos.
    …………………
    Capítulo XV – SE DESEMBOCA EN LA VERDADERA CUESTIÓN
    Ésta es la cuestión: Europa se ha quedado sin moral.
    No es que el hombre-masa menosprecie una anticuada en beneficio de otra emergente, sino que el centro de su régimen vital consiste precisa­mente en la aspiración a vivir sin supeditarse a moral ninguna.
    Por esta razón fuera una ingenuidad echar en cara al hombre de hoy su falta de moral. La imputación le traería sin cuidado o, más bien le halagaría. El inmoralismo ha llegado a ser de una baratura extrema, y cualquiera alardea de ejercitarlo,
    ………………..
    Es indiferente que se enmascare de reaccionario o de revolucionario: por activa o por pasiva, al cabo de unas u otras vueltas, su estado de ánimo consistirá, decisivamente, en ignorar toda obligación y sentirse, sin que él mismo sospeche por qué, sujeto de ilimitados derechos.
    ………………..

  • Antonio Toston De la Calle

    “Winston Churchill asistía a una fiesta en la villa de lord  Beaverbrook en Cap d´Ail ,Francia,  en septiembre de l957,cuando los invitados empezaron a comentar la escalofriante novela de Nevil Shute (La hora final.Película de Stanley Kramer,hoy).Churchill dijo a todos que tenía la intención de  mandarle un ejemplar a Kruschev. Alguien le preguntó si le enviaría otro a Eisenhower y contestó:”Sería tirar el dinero.Está atravesando un periodo muy confuso(….)No creo que la Tierra tarde mucho en destruirse (…) Y si yo fuera el Todopoderoso, no la volvería a crear, no fuera a ser que la próxima vez me destruyeran a mi”. Tomado de “La Hª silenciada de Estados Unidos” de  Oliver Stone y Peter Kuznick.pag.431.

  • pepe blanco

    Nadie debería leer un artículo que se titula:

    Por qué la gente cree en las teorías de la conspiración y cómo conseguir que cambie de opinión.

    La tentación vive en este enlace: https://elpais.com/elpais/2017/08/23/ciencia/1503498083_674014.html