Apreciadas amigas, apreciados amigos: Como secretario de la Asociación Juan XXIII les envío una declaración de actualidad, que espero sea de su interés
DECLARACIÓN DE LA JUNTA DIRECTIVA DE LA ASOCIACIÓN DE TEÓLOGAS Y TEÓLOGOS JUAN XXIII CON MOTIVO DE LOS ATENTADOS TERRORISTAS DE BARCELONA Y CAMBRILS
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- La Asociación de Teólogas y Teólogos Juan XXIII desea expresar la más enérgica condena de los atentados terroristas de Barcelona y Cambrils, que han costado la vida a 14 personas, herido a ciento veintiséis personas, pertenecientes a treinta y cinco nacionalidades, sembrado el terror en la ciudadanía, sumido en el dolor a numerosas familias, conmocionado al mundo entero por su irracionalidad e inhumanidad y generado la repulsa de la comunidad internacional.
- El atentando de Barcelona ha sucedido en La Rambla, lugar de encuentro intercultural, interétnico, interlingüístico y, según Federico García Lorca, “la calle más alegre del mundo, donde juntas viven las cuatro estaciones… rica en sonidos, abundante de brisas, hermosa de encuentros, antigua de sangre”. Con él los terroristas han pretendido sembrar el miedo y el terror en un lugar emblemático de con-vivencia. Creemos que la mejor respuesta a la violencia ciega de los terroristas es que La Rambla siga siendo ese lugar donde se encuentran armónica y pacíficamente hombres y mujeres de todas las edades, ideologías, pueblos, culturas y religiones.
- Afirmamos que el odio, la intolerancia, el fanatismo y la violencia, si bien en no pocas ocasiones han sido fomentados por las religiones y practicadas por organizaciones que dicen actuar en nombre de Dios, no son actitudes auténticamente religiosas, ni pertenecen a su naturaleza; son, más bien, patologías y gravísimas desviaciones de sus principios morales. Por eso queremos desvincular tales comportamientos de cualquier religión y considerarlos actos de violencia ciega y criminal sin justificación religiosa alguna.
- La ética de las religiones se caracteriza por la lucha por la justicia y el trabajo por la paz a través de la no violencia activa, la libertad inseparable de la igualdad, la solidaridad y la hospitalidad, el pluralismo religioso y cultural y el respeto a la diferencia, que no desemboque en desigualdad. Estos valores fueron vividos ejemplarmente por muchos hombres y mujeres reformadores y dirigentes religiosos.
- Consideramos urgente un cambio de actitud en las políticas públicas y en los comportamientos cívicos. Es necesario abrir las puertas a las personas inmigrantes, desplazadas y refugiadas que huyen del terrorismo, de regímenes dictatoriales, de la persecución política y religiosa y de la pobreza extrema, frente a la tendencia generalizada a cerrar las fronteras. Hay que crear espacios de diálogo y encuentro frente a la xenofobia y el racismo, fomentar actitudes de hospitalidad y políticas de inclusión social y de integración bidireccional en todos los niveles: educación, vivienda, sanidad, servicios sociales, derechos humanos, reconocimiento del derecho a la diferencia y de la diferencia como derecho y como riqueza de la humanidad.
- Ante la violencia terrorista no podemos dejarnos vencer por el miedo paralizador, las actitudes xenofóbicas o los deseos de venganza. Hemos de comprometernos en la defensa de la vida, especialmente de quienes la tienen más amenazada, y en el deseo de convivir pacíficamente respetando el pluralismo cultural, étnico, religioso, ideológico y político, con la esperanza de construir un mundo más justo, solidario, sin violencia y sin exclusión. La seguridad es necesaria, pero nunca puede hacerse en detrimento de la libertad y de la igualdad ni a costa del recorte de los derechos humanos.
- Nos sumamos a la tristeza, el dolor y el duelo de la ciudadanía de Barcelona y Cambrils y de los diferentes países que en los atentados han perdido a sus conciudadanos, y especialmente de las familias afectadas por la pérdida de sus seres más queridos, a quienes queremos expresar nuestra solidaridad. Asimismo, reconocemos y valoramos muy positivamente la generosidad de la ciudadanía que desde el primer momento ha demostrado un comportamiento ejemplar en la atención a las víctimas de los atentados de múltiples formas; comportamiento que debe convertirse en práctica habitual de la convivencia cotidiana.
Madrid, 19 de octubre de 2017
Sr. Cadarso: Ya le ofrecí mi amistad en una ocasión hace tiempo, aquí mismo en Atrio, y usted evadió el ofrecimiento con su silencio. En vista de ello, desde aquella oportunidad decidí no insistir.
En mi entrada en este hilo a la cual usted responde no le repliqué nada.
Al referirme al asunto de la homilía neutral de su párroco, solo deseaba expresar mi esperanza de que no se hubiese limitado a criticarle en Atrio, sino que lo hubiese hecho usted en persona para beneficio de su párroco. Creo que la neutralidad sea segura, pero que puede ser muy violenta e injusta.
En cuanto a su actividad en su parroquia no es necesario que me la relate, ya la ha comentado usted en algunas de sus entradas y, personalmente, creo que sea usted un buen cristiano o católico o ambas cosas y que sea buena persona aunque yo haya experimentado su injusticia y su ira.
Me he abstenido de comentar lo que usted escribe —me hubiera gustado, por ejemplo, comentar lo que escribió sobre una obra de Colette— pero aprendí a temer a su ira y soy buen aprendiz.
A riesgo de que me acuse usted de rencoroso, cosa que no soy, solo le recuerdo, aunque no son los únicos, sus ataques gratuitos a mí cuando el Sr. Salas, gratuitamente también porque no me conocía, la emprendió a insultos conmigo porque critiqué a Fidel Castro y hasta porque resido en los EE. UU. Llegó usted a reprocharme, sin fundamento porque no es cierto, que resida en los EE. UU. por opción personal. Le repito, no soy rencoroso, pero aprendo de la experiencia e hice mi parte cuando le ofrecí mi amistad y usted no la aceptó.
Mi comentario a su entrada en este hilo se debió a que me parezca injusto indirectamente defender a los victimarios a base de recordar que todos tenemos culpas.
No es necesario señalar que nadie tenga toda la razón, o el derecho, o nadie pueda reconocerse sin culpa. No se comete injusticia cuando se denuncia o acusa a quienes matan, sean del bando que sean. Y, en este caso, solo deseé protestar, no contra usted, sino contra su comentario que intenta disminuir la culpabilidad de los terroristas aduciendo que no sean los únicos culpables.
Puedo estar de acuerdo en que nadie esté libre de culpa, pero cuando se mata de esta manera, me parece que sea más bien momento de solidaridad con las víctimas.
No me toca perdonarle a usted o a nadie de nada. Cuando le ofrecí mi amistad tampoco se trataba de personar nada sino de que siento admiración por usted y su franqueza y su ser directo, pero desafortunadamente usted no la aceptó.
Huelga decirle que prefiero mantenerme a distancia de usted. Aprendo de la experiencia y porque aprendo, recuerdo.
Agradezco que le gustaría que fuésemos amigos, pero permítame con todo respeto, solo por prudencia que no es por rencor, declinar su ofrecimiento. Después de todo le aseguro que no perderá usted nada por ello, aunque en otro momento me hubiera gustado considerarle mi amigo. Me basta con sentir que yo lo sea de usted.
“Una de tantas andanadas violentas y vitriólicas con que el señor Cadarso…”etc. etc.
No tengo conciencia de haber actuado de esta manera con un atriero, y me siento amigo y tertuliano cordial de todos. Pero pido perdón si a alguien he ofendido. La declaración de ese colectivo de teólogos me parece correcta. Pero perdónenme que les recuerde un refrán castellano, porque soy muy colega de Sancho Panza y su vecino morisco con el que conversó y bebió de la bota en aquel capítulo de la segunda parte de El Quijote: “Todos somos buenos, pero la manta no aparece…” Buena parte de la Iglesia española apoyó la rebelión militar en 1936, y convivió con la dictadura durante 40 años. Y otra parte evangelizó América con la cruz en una mano y en la otra la espada…Y hay cardenales españoles que visten sayas de púrpura, y otros quepara disfrutar de una jubilación dorada se construyen una residencia con millones de euros y se dotan de una servidumbre numerosa…Y un cura acaba de decir que la culpa de lo de Barcelona la tienen Carmena, Ada Colau y los de Podemos que son todos comunistas. Y su arzobispo le ha replicado que la culpa la tienen únicamente los terroristas.
¿A qué carta nos quedamos? Yo le contaría, amigo Porta, lo que hago en mi parroquia. Me sorprende que usted me replique que por qué no soy más tajante con mi párroco a este pecador tan violento y vitriólico…
Y le aseguro que me encantaría contar con su amistad…
No me parece justo (como leí en los primeros comentarios, luego ya no pude seguir el hilo) que a teólogas y teólogos que han demostrado su talante evangélico – ecuménico como los autores de esta Declaración y que tan a menudo han sido silenciados y perseguidos por la propia Iglesia Católica no se les reconozca y sí en cambio se les coloque en el mismo rasero.
Ir a la esencia evangélica es ir en busca de un reencuentro con el fundamento mismo del cristianismo, lo cual es todo lo contrario que cualquier fundamentalismo religioso del cual, históricamente, también ha participado la iglesia católica.
El trabajo que viene realizando esta asociación se caracteriza precisamente en luchar contra el particularismo religioso, reaccionario y desintegrador y rehacer desde el Evangelio mismo la universalidad entre todas las naciones y culturas.
Por tanto,todo mi apoyo y agradecimiento al contenido y al espíritu de la presente Declaración.
No podemos contestar a la violencia, con violencia, no podemos devolver mal por mal. Eso sería colocarnos al mismo nivel del terrorismo y abandonar la práctica del cristianismo, y usar las mismas armas y acciones que condenamos.
Sin embargo, SI podemos defendernos ya que nuestra vida es un don divino que a nadie es lícito quitarla por las buenas. Jesús mismo condenó el mal usando duras palabras contra las obras malas de los fariseos, de los que escandalizaban a los niños y vulnerables, de los ricos inmisericordes, de los malhechores y pecadores, de los impenitentes, de los hipócritas, de los avariciosos. Expulsó del Templo a sus profanadores, defendió su dignidad ante el soldado que le propinó la bofetada, en la hora final y comienzo de su Pasión no propició la violencia ya que su Reino “no es de este mundo” aunque este incoado ya en éste.
No es a nosotros a los que nos corresponde tomar la justicia en nuestras manos individualmente. Toda autoridad legítima proviene d e Dios, origen de toda justicia y misericordia. Nadie puede escapar de este amor justo del Creador. Y la voluntad de Dios que dió origen a la vida se ejerce siempre en el amor d e Dios, el único amor capaz de transformar el mal en bien, en el que se funda este mismo Universo en el que reside toda la belleza y posible perfección y que se manifiesta a través de nuestra voluntad hacia el bien. Este es el único camino que puede salvar a la humanidad de perecer eternamente.
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Leo en el n. 6: «Hemos de comprometernos en la defensa de la vida, especialmente de quienes la tienen más amenazada, y en el deseo de convivir pacíficamente respetando el pluralismo cultural, étnico, religioso, ideológico y político, con la esperanza de construir un mundo más justo, solidario, sin violencia y sin exclusión.»
Estoy de acuerdo con esta propuesta, sin embargo, no veo con claridad cuál ha de ser la actitud con respecto a ideología que son incompatibles co n esta apertura. Me refiero a las ideologías racistas, fascistas o de cualquier clase que precisamente son cerradas a quienes piensan diferente y abogan por un diálogo constructivo de hechos y de palabras. Visto lo que ha ocurrido en Charlottesville (VA) y ha ocurrido en tantas otras ciudades populosas del Mundo, incluso con lo que parece sobrevenir, en los EE. UU. al menos, ahora que la autoridad del presidente Trump públicamente apoyó implícitamente en sus declaraciones repartiendo la responsabilidad a partes iguales por dichos enfrentamientos.
Los EE. UU. tienen una larga historia de violencia racista y de división interna en la que la religión, sobre todo en el Sureste, ha reclamado demasiadas vidas, aunque también ha producido decenas, quizás cientos de héroes reconocidos públicamente o no durante los años de la lucha por los derechos civiles de negros y de inmigrantes, de pobres.
La retórica que ya se escucha de parte de los voceros de la ultraderecha no profetiza otra cosa que más tensión doméstica justo cuando internacionalmente el país ha intensificado la tensión con tantas otras naciones del continente y de Europa, África y Asia.
La neutralidad y la pasividad como alternativas van perdiendo oportunidades porque dichas ideologías extremas nunca han respetado una tal civilidad, nunca la han respetado. El doloroso recuerdo de la colaboración en los guetos judíos tratando de comprar tiempo para organizar la resistencia mejor o para que acabase de ocurrir la intervención aliada o para, quién lo puede negar, se salvasen algunos aún al precio de la muerte de otros, es una de esas evidencias incontrovertibles que, si la violencia del contrario no amaina, los recursos civiles se agotan.
Leo en el n. 4: «La ética de las religiones se caracteriza por la lucha por la justicia y el trabajo por la paz a través de la no violencia activa, la libertad inseparable de la igualdad, la solidaridad y la hospitalidad, el pluralismo religioso y cultural y el respeto a la diferencia, que no desemboque en desigualdad. Estos valores fueron vividos ejemplarmente por muchos hombres y mujeres reformadores y dirigentes religiosos.»
1. Agradezco esta declaración, aunque no sea perfecta. Hubiese rechazado el silencio de estos teólogos y teólogas si no hubiesen dicho algo. Imagino que individualmente, estarán contribuyendo, en su ámbito personal, a luchar contra este tipo de agresión.
2. Es una pena que se limite a declarar, generalizando injustamente, que la ética de las religiones se caracterice por la lucha por la justicia y el trabajo por la paz y a enumerar el modo como lo han puesto en práctica muchos hombres y mujeres reformadores/as y dirigentes, porque es cierto.
3. Con todo respeto por el derecho a opinar de mi amiga Pili y por el del Sr. Cadarso y consciente de que quizás hayan incurrido en ello inconscientemente, precisamente por su celo por la justicia y la verdad, protesto la equiparación —tan similar a la del Sr. Trump en sus comentarios equiparando a las víctimas de Charlottesville con sus agresores— que el Sr. Cadarso hace al final de su comentario y que Pili apoya. Me parece esencialmente injusto equiparar, los errores y crímenes de la historia religiosa, con los actos a menudo heroicos con los que han venido recientemente al menos escribiendo con su propia sangre, hombres y mujeres de religión como Mons. Romero, Rutilio Grande, Gonzalo López Marañón, Luis Espinal, las múltiples monjas de Maryknoll asesinadas en San Salvador o Perú o Brasil, Mahatma Gandhi Dietrich Bonhöeffer, Etty Hillesum, Madeleine Delbrêl, Charles de Foucauld, Martin Luther King, Helder Camara, Pere Casaldáliga y la joven víctima de Charlottesville, que era cristiana, y tantos otros mártires y no mártires de la no violencia y denunciantes activos del maltrato, la injusticia, la corrupción que sojuzgaba a su pueblo con, por ejemplo, el silencio de un cura cualquiera que calla y encubre en su homilía la agresión en Barcelona y Cambrils y en el resto del Mundo y con los obispos que bendijeron el fascismo español, el italiano o el nazismo alemán y los crímenes sexuales clericales denunciados solo a comienzos de este siglo o el maltrato de la mujer por el poder eclesiástico y laico, en el ámbito y fuera de la familia católica o no y tanta otra injusticia religiosa que se pudiera dolorosamente mencionar.
4. No soy un defensor de la religión, pero sí me siento comprometido en promover la verdad lo mejor que pueda y creo que todo el mundo puede abstenerse de generalizaciones cuando se trata de la verdad y la justicia. Como todos podemos incurrir inadvertidamente o inconscientemente en ese error, pido perdón por adelantado si alguna vez lo he hecho.
5. Es cierta la hipocresía histórica de las religiones, pero no solo de los curas y jerarcas, líderes, la nuestra como seglares sobre todo si somos patronos que pagamos mal a nuestros empleados, si somos ciudadanos que nos llevamos mal con nuestros vecinos, si somos tan rápidos a reprochar, pero no lo hacemos personal y abiertamente en lugar de hacerlo anónimamente. Los pobres lo saben, los defensores y luchadores por los derechos humanos lo saben.
6. Puede ser, quizás no y ojalá que así sea, que me caiga encima una de las tantas andanadas violentas y vitriólicas con las que el Sr. Cadarso tantas veces me ha maltratado sin ni siquiera conocerme en este mismo foro de Atrio. Lamento profundamente escribir este comentario en el que no puedo omitir a Pili, a quien aprecio sincera y agradecidamente por su bondad más que demostrada, pero no quiero permitir que se eche en un saco como si todo el mundo fuera igual a quienes, dentro de las instituciones religiosas luchan por la justicia en tantas partes y pagan tan caro el precio de su lucha.
7. No sé si el Sr. Cadarso habló en privado con el cura de su parroquia porque quizás lo hizo, pero me parece que si se denuncia anónimamente a alguien que puede ser identificado, es preferible ponerse de pie durante la homilía, un derecho que los católicos tenemos y protestar el silencio del que se aprovecha quien predica desde su situación de poder.
8. Parece más bien ingenuo esperar que Trump, Netanyahu y otros cómplices y xenófobos, mercaderes de armas a nivel planetario, que también protestan por la masacre de Barcelona…Trump, se salgan en sus declaraciones políticas de la mera apariencia porque ellos mismos representan a gobiernos y sistemas que son agentes de esos mismos crímenes y se sabe que como políticos su oficio es mentir y cumplir requisitos protocolares. La hipocresía de ellos no justifica la generalización que equipara a víctimas y agresores, o a gente decente con quienes hegemónica corrompen el ambiente político y siembran la incivilidad con sus palabras y gestos.
Dice este manifiesto de la Asociación de teólogas te teólogos Juan XIII “Afirmamos que el odio, la intolerancia, el fanatismo y la violencia, si bien en no pocas ocasiones han sido fomentados por las religiones y practicadas por organizaciones que dicen actuar en nombre de Dios, no son actitudes auténticamente religiosas, ni pertenecen a su naturaleza;” Creo que es correcta esta afirmación aplicada a cualquier religión, también la cristiana, claro, solamente podemos recordar las Cruzadas o las guerras de religión. Creo que fue Hans Küng el que dijo que si no existiesen las religiones no hubiesen tenido lugar muchas guerras. Y como dice el texto, estos hechos tanto como los ocurridos en tantos actos de terrorismo actual, no tienen que ver con las religiones, pienso que hay que insistir mucho en esto para no condenar al mismísimo infierno de la mala vonvivencia a todas las personas que siendo musulmanas, son condenadas por la acción de unas minorías asesinas.
Qué duda cabe que, a estas patologías adjudicadas a las religiones, debemos sumar las no menores patologías de las sociedades civiles representas en su gobiernos o en gobiernos supranacionales que, sin llamarlo terrorismo, están, estamos, cometiendo como muy bien menciones, Honorio, otro tipo de tropelías de una inmoralidad suprema.
Creo que este escrito de la Asociación Juan XIII se centra en propuestas positivas de convivencia y no discriminación de las personas que, por pertenecer a esa religión en nombre la cual actúan los terroristas, vean mermada su acogida, sus derechos y su no discriminación. Pienso que éste el objetivo, además de la condena de los hechos conocidos por todos y la solidaridad con las víctimas.
Ya ha habido actos fascistas contra los musulmanes y contra mezquitas, como contra la mezquita mayor de Granada. Hoy toca resaltar el sentir de la mayor parte de la sociedad de no mezclar terrorismo con Islam y, menos aún, con personas musulmanas. Creo que este escrito cumple este objetivo. Y los/las demás, manos a la obra por construir otro mejor, que queda mucho por hacer.
Honorio:
¡Comparto totalmente tu sentir!
Un abrazo entrañable.
mª pilar
Bueno, este documento podría admitir la culpabilidad de algunas religiones, de la cristiana también, en haber alimentado la xenofobia, las Cruzadas, los Hazte Oír y otras actitudes criminales a lo largo de la historia.
A mí me disgusta tener a mi lado en la protesta a Trump, a Netanyahu y a otros cónmplices y xenófobos, a mercaderes de armas a nivel planetario, que también protestan por la masacre de Barcelona…
Europa también masacra a los refugiados que intentan cruzar el Mediterráneo, y Europa somos todos nosotros, y en esta Europa tenemos nuestra cuota de responsabilidad por acción o por omisión.
El evangelio de hoy doningo, el de la mujer fenicia, les da a los predicadores una buena ocasión de hablar de todo esto. Pero el predicador de mi misa dominical ni siquiera olió ni aplicó ese evangelio a lo que está pasando en Barcelona, se fue de rositas…
Matamos a Africa de hambre, envenenamos sus mares con nuestros vertidos, les robamos el pescado y todas sus riquezas, tiramos a la basura millones de toneladas de alimentos, estamos fabricando un sexto continente de plástico, nos enriquecemos fabricando y vendiendo armamentos…Estamos acelerando el calentamiento global, el efecto invernadero…
En vez de sacar pecho con lo de “no tim por”, o además de no tim por, deberíamos reconocer humildemente nuestra cuota de responsabilidad. Hay una palabra francesa que viene aquí como anillo al dedo: TORT. Nous avons tort, no tenemos razón, o no tenemos toda la razón.
Que cada palo aguante su vela, nosotros la nuestra.