Indudablemente lo primero es celebrar esa victoria. Susana Díaz representaba lo más degenerado del Partido Socialista. Con ella estaban los antiguos líderes que metieron en España una política económica claramente neoliberal. Por otro lado el tema de los avales, más numerosos que los votos, nos hablan claramente de una práctica clientelar y corrupta.
El que, a pesar de las presiones del aparato, una clara mayoría de la militancia se haya decantado por el actual discurso de Pedro Sánchez nos hace ver que las bases del PSOE, en su mayoría siguen sintiéndose nítidamente de izquierdas. El problema es ver si esa izquierda que representa Pedro Sánchez tiene futuro o no.
Es evidente que va a tener muchas dificultades para llevar adelante su programa. Dificultades que vienen en primer lugar del aparato perdedor de las primarias. Algunos ─sinceramente o por oportunismo─ se pasarán a su lado, pero otros mantendrán una oposición más o menos encubierta. Habrá que ver también hacia dónde se decantan muchos votantes del PSOE, los que no se sentían a disgusto con ese socialismo neoliberal de Felipe González y compañía.
Luego está la situación social e ideológica en España. A pesar de toda la imponente mole de corrupción que le aplasta, el PP no se derrumba en las encuestas. Además ahí está Ciudadanos para sustituirle si llega a ser necesario. Y para que le echen una mano el PP siempre puede contar con los nacionalistas vascos, los canarios. Incluso, si se tratara de algo que afectara seriamente a la estructura económica del país, pues no sería demasiado raro que le apoyaran también los catalanes.
Pero lo más grave es que la socialdemocracia, y más si es una socialdemocracia con un claro carácter social, de izquierdas, hoy no se puede sostener. Esa socialdemocracia ya existía en Europa hace más de medio siglo. Y en bastantes países era claramente dominante, pero llegó la revolución conservadora y se la llevó por delante.
La socialdemocracia parte de la creencia de que puede haber un capitalismo bueno, que acepte moderar sus beneficios para que el bienestar llegue a todos. Pero el capitalismo bueno es una pura quimera. No niego que puede haber capitalistas que personalmente sean buenas personas. Pero los principio básicos del capitalismo: la búsqueda incansable del mayor beneficio económico y la competencia implacable, no permiten concesiones a la bondad. Pasado el peligro que suponía el bloque soviético, emprende el camino vuelta al capitalismo decimonónico.
Prácticamente todas las socialdemocracias europeas han sido arrasadas por el huracán neoliberal. Las que resisten lo hacen mientras no incordien demasiado a ¡los mercados! Y desgraciadamente no se ve por ningún lado un proyecto para recuperar una verdadera democracia que suponga la superioridad de lo político sobre el poder económico.
Además ocurre que ninguno de nuestros políticos parece tener en cuenta que estamos en una profunda crisis de civilización. Crisis multidimensional, pues engloba la crisis ecológica, la social y la crisis individual, que es una crisis de valores humanos y de sentido de la vida.
La unión de civilización industrial y sistema capitalista forma un tumor canceroso que, si no crece, se hunde, y si crece, arrasa el planeta en el que tenemos que vivir.
Nuestro estilo de vida, nuestra manera de producir y consumir no es sostenible. Pero de esa insostenibilidad pueden venir las razones y las energías que impulsen el cambio radical y profundo que el mundo necesita.
Un cambio que podemos y debemos empezar en la vida personal de cada uno. Empezar ahora, cuando la publicidad nos empuje a consumir algo que realmente no necesitamos.
Un placer compartir comentarios con Román, Antonio y Pepe, en este artículo del admirado Antonio Zugasti, con el que coincidí en la reunión que, en abierta convocatoria, tuvimos en Madrid hace ya algún tiempo, los seguidores de ATRIO.
En mi modesta opinión sumar “social” con “liberalismo” no resulta fácil.
Sobre todo porque el liberalismo supone “desregulación” y la experiencia, al menos en el campo financiero, creo que ha sido y sigue siendo causa de muchos sinsabores, abusos y sufrimientos de la ciudadanía.
Personalmente creo que la socialdemocracia es el camino a seguir, lo cual no quiere decir que no se intente superar sus errores o contradicciones.
Debe ser una socialdemocracia mirando al futuro, con un nuevo espíritu e integrando el “mundo” global y de tecnologías avanzadas e el que nos movemos.
Y siempre poniendo como eje y objetivo el bienestar de las personas, una vida humana, digna para todos los que poblamos, aquí o allí, este planeta que llamamos “Tierra”.
López Agudín tenía que saber en frebro pasado que Patxi Lopez habiendo sido un militante con gran experiencias en cargos orgánicos del partido, éstos se circunscribían al PSE, y que el programa que luego presentó despues de anunciar su candidatura ponía gran distancia a las aspiraciones de continuidad de la Gestora-Susana Díaz.
Es cierto que Pedro sánchez no ha perdido el tiempo haciéndose cercano a las varias corrientes del PSOE, miinoritarias todas ellas, o alejadas de cargos orgánicos, y creando un “nuevo equipo” con ellos. Ésa es la novedad que en algún momento he resaltado y que le han librado de la mala imagen causada con su entrevista con Jordi Évole donde parecía que se hacía su suicidio político, desorientado, sin ideas, y culpando al médico chino de sus errores.
En cuanto a la socialdemocracia y el socioliberalismo, huyamos de las simplificaciones, al menos, en este medio, haciéndolas competir “históricamente” como dos fuerzas o doctrinas distintas cuando han sido dos cosas distintas, al menos, cada una a su nivel.
Pero sigo esperando que Pepe nos envíe sus reflexiones anunciadas al respecto.
¡Qué bien que sigas leyendo y participando en ATRIO, Pepe!
Yo me referí a la encuesta de Metroscopia y mi referencia a EL PAÍS era para decir que si ese medio hubiera encontrado otra contraria a ella, pues la hubieran publicado ya. He visto un comentario que envía Román sobre ello. Leré las crónicas de Anabel. Y puedes ver otra encuesta de GAD3 para ABC, en la que muestr datos más beneficiosos para el PSOE.
Ahora veremos si es efecto de la gran notoriedad de la elecciones primeras. Pero “me temo” que el próximo Congreso y las nuevos hechos, incluida la moción de censura de Iglesias, si son bien tratados por el nuevo equipo, no harán sino aumentar esa tendencia.
Esta madrugada me envío un amigo un excelente artículo por whatsapp. Lo leí como si fuese de hoy. Al ir a buscarlo ahora me he dado cuenta de que es del 21 de febrero. Pero es que parece que el tiempo le está dando la razón a Fernando López Agudín: La reunificación de Sánchez.
Sea lo que sea, estando fuera de la política de partido, lo que me gustaría es que se fraguase una alternativa socialdemócrata más que socioliberal no solo en España sino en toda Europa. Para la comprensión de lo que son esas dos familias de pensamiento y acción política me refiero, como tú, Pepe, a Wikipedia.
Pepe, aunque el estudio es de Metroscopia para el País, en este períodico merece seguir los artículos periodísticos y las crónicas de Anabel Díez, sobre el PSOE, al que sigue muy de cerca desde hace aproximadamente treinta años desde que hacía sus trabajos desde el Parlamento. Sus informaciones no siempre son coincidentes con la línea editorial.
Vaya, de repente, El País os merece confianza. Qué bien, no?
Gracias, Eloy, por esa encuesta de Metroposcopia que he leído y analizado con atención. Aún viniendo de El País, queda bien claro que la victoria de Pedro Sánchez ha revitalizado a los socialistas y los sitúa con capacidad de disputar al PP el primer puesto en posibles nuevas elecciones, como siempre ha sido, y de poder formar gobierno en coalición con la izquierda y algunos nacionalistas, como ha sido siempre le camino de llegar el poder. Me alegro de que por lo menos esa elección, a primera vista, no haya resultado el suicidio del partido que muchos profetizaban. Si por ahí fueran los resultados reales de una consulta objetiva, no me cabe duda que el País lo editorializaría.
Publica hoy EL PAÍS una encuesta de Metroscopia , en la que me parece entender que la intención directa de voto es para el PSOE de 17% y para otros partidos es inferior.
En todo caso en el enlace adjunto pueden verse los datos, tal como los presenta el citado diario y sus explicaciones.
Enlace,
http://elpais.com/elpais/2017/06/03/media/1496503276_498137.HTML
Ampliar horizontes significa en muchos casos que muchas más personas participen de una misma visión. Hay segmentos en las diversas instituciones, de las cuales los mismos partidos políticos son una clara muestra, que careciendo de esta mirada no puden ver de forma adecuada vual es nuestra situación histórica.
La revolución burguesa fue asunto del pasado, del siglo XIX, que en España fracasó (Lo estamos viendo en la estupenda serie de Eloy Isorna en su analisis istórica de la I peppública Española).
Ahora ya no cabe desde planteamientos anteriores lo que significó “el obrerismo” ( proletariado) para un movimiento revolucionario clásico, pues la crisis actual consiste en el hundimiento de las clase medias, el obrerismo enriquecido o promocionado que ha dejado de ser determinante como clase.
La sociedad civil ha madurado ( se ha formado) como fuerza organizada y desea ( de ahí el movimiento de los indignados) intervenir como protagonista directo en la vida de España.