De nuevo recogemos un análisis de Olga sobre el primer viaje de Trump a Medio Oriente y Europa. Tiene el gusto de saltarse su paso por el Vaticano. Mejor. AD.
- El terrible atentado de Manchester se produjo tres días antes de la cumbre de la OTAN de este jueves en Bruselas. Ya está siendo usado para condicionar el guión
- Trump quiere de los socios de la Alianza más gasto en Defensa y más compromiso con la “coalición contra el terrorismo” que combate en Siria e Irak
- “It’s beautiful”, dice Trump. “Es la danza de la guerra”, explica el saudí. “¡Ya lo veo!”, contesta el presidente de EEUU
El terrible atentado de Manchester que ha dejado 22 muertos y decenas de heridos se produjo tan solo tres días antes de la cumbre de la OTAN que este jueves se celebra en Bruselas, con la presencia del presidente estadounidense Donald Trump. Veinticuatro horas más tarde en círculos oficiales ya se comentaba que el ataque terrorista condicionaría la agenda de la reunión de la Alianza Atlántica.
Sin duda Manchester se está usando para condicionar este encuentro. Pero lo cierto es que el guión para esta cumbre lleva tiempo moldeándose. Donald Trump tiene dos exigencias claras para sus socios: que especifiquen como tarde en diciembre de qué modo lograrán aumentar su gasto en Defensa hasta el 2% de su PIB y que la OTAN en sí misma entre a formar parte de la llamada “coalición contra el terrorismo” que opera en Siria e Irak. Hasta ahora socios de la OTAN participan en esas operaciones a título individual. El presidente estadounidense quiere el compromiso de la propia Alianza como ente conjunto. La apuesta bélica sigue in crescendo.
Para entenderlo bien, conviene recordar qué ocurrió en la cumbre de la OTAN del pasado año celebrada en Varsovia. Aquella reunión, con Obama como presidente de EEUU, pasó bastante desapercibida en los medios y el debate público, pero ningún historiador del futuro la menospreciará como hecho clave. En ella se subrayó la obligación de los países socios de la Alianza Atlántica de destinar el 2% de su Producto Interior Bruto a Defensa en un plazo máximo de ocho años y en ella se acordó el despliegue de miles de tropas en la Europa del Este, casualmente en cuatro naciones limítrofes con Rusia, cada vez más cercada.
A nadie le pareció descabellado. No hubo reacciones alarmistas en prensa, ni gestos de preocupación en las tertulias, ni críticas en las páginas de Opinión de los diarios mainstream. Nada como la apuesta unidisciplinar de la vía militar, las armas y el lenguaje bélico para tener contentos a los medios y al discurso hegemónico, sin importar los riesgos que tales vías implican para la ciudadanía.
Ahora Trump va a insistir en la necesidad de más gasto y va a exigir pruebas que le garanticen que ese gasto se producirá. También quiere mayores compromisos de la OTAN como tal en Irak y Siria. Todo ello en un momento en el que acaba de firmar un contrato por el que EEUU vende 100.000 millones en armas a Arabia Saudí, la monarquía absolutista que desde 2011 ha intervenido militarmente o a través de servicios secretos en Siria, Bahrein, Yemen y Egipto para entregar armas y apoyo a grupos fundamentalistas, disparar a manifestantes, bombardear a civiles y apoyar a un golpista.
El acuerdo entre Washington y Riad, con la presencia de Trump en Arabia Saudí, ha sido publicitado a bombo y platillo en los medios de comunicación estadounidenses. Los más afines a Trump, como la Fox, hacen malabarismos y aseguran, faltando a la verdad, que Arabia Saudí es ahora un país mucho más abierto que otros en la región y que la situación de las mujeres ha experimentado grandes mejoras. Para ello muestran una y otra vez la imagen de Melania Trump sin velo bajando del avión en Riad. La propaganda está siendo burda y persistente.
Durante todo el tiempo que Trump estuvo en Riad esta semana el hashtag número 1 en las tendencias de Twitter en Estados Unidos fue #RiyadhSummit (Cumbre de Riad), pagado y promovido por la cuenta RiyadhSummit, que se define como la “cumbre islámica árabe-estadounidense. Una cumbre histórica. Una visión para un brillante futuro”.
El “brillante futuro” pasa por una clara declaración de guerra a Irán, potencia regional con la que Arabia Saudí se disputa poder e influencia en Oriente Medio y con la que combate militarmente a través de terceros en Siria, Irak y Yemen.
Esta semana Trump ha dejado clara su posición al acusar a a Irán, estando en suelo saudí (lo que lo hace más significante), de “dar fuelle al fuego del conflicto sectario y el terror” y de “financiar, armar y entrenar a terroristas”. También ha dicho que “esta es una batalla del bien contra el mal”. Que lo haya afirmado en Riad manifiesta que el bien para él es Arabia Saudí y el mal, Irán.
Su hombre para la política exterior, el secretario de Estado Rex Tillerson, exdirector ejecutivo de la petrolera Exxon Mobil, se ha expresado en los mismo términos y ha exigido a Teherán un compromiso con los derechos humanos que en ningún momento ha solicitado a Arabia Saudí, al menos en público. La secuencia de Tillerson criticando a Irán con el ministro de Exteriores saudí al lado sonriendo satisfecho es muy representativa.
Además, la administración Trump ha informado de que baraja la posibilidad de impulsar una unión militar de los países árabes suníes, una “OTAN árabe”, la llama. La venta de armas a los saudíes supondría el primer paso para su construcción. Su principal objetivo sería luchar contra el terrorismo y combatir a Irán, potencia chií. La iniciativa, lanzada en forma de globo sonda, ha recibido fuertes críticas de expertos y analistas, por tratarse de una clara toma de partido de Washington que sin duda azuzaría el sectarismo en la región.
Hay una imagen del viaje de Trump a Arabia Saudí que tiene cierto simbolismo en este momento de la política internacional: Trump baila al son de la música con hombres vestidos con thobes (túnicas saudíes), que empuñan espadas en sus manos. Termina la danza, el presidente de EEUU se acerca a su esposa Melania y dice, refiriéndose al baile: “It is beautiful”.
“Beautiful”, contesta ella.
Detrás, un representante saudí explica: “Es la danza de la guerra”. “¡Ya lo veo!”, contesta Trump.
El presidente estadounidense lleva su propia danza de guerra a la cumbre de la OTAN en Bruselas, donde varios socios están dispuestos a bailarla, con más gasto, más armas, incluso más despliegues eventuales, a pesar de que su compás es contrario a intereses europeos.
Washington pretende evitar la expansión de las potencias que pueden hacerle sombra, sobre todo China y Rusia. Estas se resisten y reclaman para sí los trozos del pastel que creen les corresponde. La batalla se disputa principalmente en la frontera oeste de Rusia, en Oriente Medio y en el Pacífico. Los dos primeros escenarios afectan de lleno a Europa, por su cercanía geográfica. Y por si fuera poco, Trump quiere de los socios europeos más implicación económica y militar.
La carrera armamentística avanza, sin prestar atención al abismo. Solo un brote de sensatez, una reacción en las urnas y la presión ciudadana global podrían detenerla.
Hola Óscar: Perdona la longitud.
He recibido reproches en Atrio por «haber escogido a los EE UU como lugar de mi residencia» algo cuyas circunstancias he aclarado hasta la saciedad tratando de explicar las circunstancias de una buena parte del exilio cubano.
Ese tipo de «culpa por asociación» me preocupa. Esa es una manifestación de xenofobia. Y, si quieres proactivamente, hago lo posible por combatirla. No he acusado a nadie de nada.
Del Rio Grande abajo hay una maquinaria enorme de prensa que encubre, idealizándola, el modo y los propósitos de la presencia de los EE UU en el lugar. Si no fuese así no fuera necesario denunciarlo como hace Olguita en su artículo de Atrio con respecto al armamentismo gringo-árabe.
Ni hubiera tanta gente pobre y sin educación que huye a los EE UU a cualquier precio (a menudo el de la propia vida, permíteme recomendarte un documental que se llama «De Nadie» que se encuentra en YouTube) para descubrir que les esperan, si logran llegar, los empleos y oficios inferiores de la escala laboral.
A esa propaganda de prensa yo la llamo encubrimiento y ocurre en tándem, por ejemplo, con la idealización que la programación de TV que se prepara acá en los EEUU en español y otros idiomas, el cine, y otros medios refuerza. Esas mismas cadenas diseñan y divulgan la propaganda en las campañas políticas estadounidenses, deformando (a la inversa) la percepción de los inmigrantes que vienen desde el sur del Río Grande.
En los EE UU reina la injusticia social y la población la experimenta. Por eso ejemplarizo la pobreza que hay acá. Los medios de comunicación distraen y desensibilizan continuamente a la población estadounidense bombardeándola con sensacionalismo no relacionado con la vida real del pueblo excepto en cuanto a la violencia.
Esto que escribes es significativo: «Ad 1-b) a los del resto del hemisferio: lo extraordinario que han hecho y hacen los yankees no creo que nos “ofenda” (por el contrario, nos estimula) ¿entonces? Lo que “ofende” es su “ofensiva-imperial”».
He visto en Santo Domingo, en una distribuidora estadounidense de productos de agricultura, fertilizantes y pesticidas manufacturados acá y prohibidos en los EE UU por su toxicidad.
He visto en Perú y en Cartagena productos farmacéuticos que se venden sin necesidad de prescripción facultativa, que las farmacológicas norteamericanas manufacturan en esos países y que no se distribuyen en los EE UU porque no son seguros o no están aprobados por el FDA y hasta medicamentos por prescripción que en los EE UU requieren control de niveles en sangre que en el extranjero son distribuidos sin esa indicación de aviso.
Todo eso me parece ofensivo y representa instancias del modo como el progreso estadounidense ocurre a expensas de los países al sur del Río Grande. Ojalá que los pueblos correspondientes no se sientan motivados a reproducir esa conducta.
Hola George:
Te leo:
1- “los EE UU representan un nivel de vida mejor que el resto del hemisferio (que es) ofensivo:
a) a los pobres del país y
b) a los del resto del hemisferio,
2) pero eso no significa que toda la población del país sea rea de la injusticia que el gobierno:
a) encubre y
b) promueve”-
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Empiezo por 2)
“que todos sean reos de la injusticia que el gobierno:
a) encubre y
b) promueve”-
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Ad 2) Nadie ha acusado, acá en Atrio, al Pueblo yankee ¿a qué reiterar una “defensa”?
Ad 2-a) del Río Grande p’abajo estimo que no encubre nada, sino que la promueve abiertamente.
Ad 2-b) del Río Grande p’arriba puede ser que la promueva “encubierta”.
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Sigo por 1)
– “nivel de vida mejor … (que resulta) ofensivo”-
Ad 1-a) a los pobres del país: tienen su razón porque es SU País, el de todos los yankees.
Ad 1-b) a los del resto del hemisferio: lo extraordinario que han hecho y hacen los yankees no creo que nos “ofenda” (por el contrario nos estimula) ¿entonces? Lo que “ofende” es su “ofensiva-imperial”.
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¿Ok?
El gobierno de los EE UU ha servido a las corporaciones saqueadoras de la América del Sur, del Centro y el Caribe en contubernio con las oligarquías locales y contra los derechos de esos pueblos maltratados. Así han sido abiertas las venas de las Américas al sur de Río Grande y así ha sido y es desangrada esa mayor porción del hemisferio.
Sin embargo, el país estadounidense está lleno de pobreza real, concreta, moral y material. No hablo en términos comparativos entre clases sociales o naciones. Como toda otra ilegítima hegemonía, la de los EE UU acusa al poder institucional, corporativo, privado o público: Condena a la oligarquía estadounidense y sus testaferros internacionales.
Pronto volverá a haber 28 millones o más de estadounidenses que perderán su acceso a seguros de protección pública de salud y aumentará en cerca de 22 millones quienes hace más 25 años que no lo han tenido después de llegar a la mayoría de edad militar (18 años).
El número de los sin-hogar no cesa de aumentar, como no cesan de aumentar: La violencia doméstica, el número de hogares monoparentales, el consumo de drogas, la epidemia de abuso de analgésicos esteroideos, la incidencia de depresión exógena o reactiva, los costes de medicinas sin prescripción, etc.
Si no fuera por la fuga de trabajos Trump no hubiera sido electo y ni siquiera hay una consciencia social clara de la existencia de una pobreza que los medios de comunicación prefieren ocultar.
Quizás sea cierto que cada pueblo tiene lo que merece —en los EE UU existe también el «cipayismo» como el de la minoría que eligió a Trump— porque la ignorancia política es, en gran medida, una opción personal y demasiadas veces ha sido y es otra forma de arrogancia social o colectiva y de xenofobia oculta, falta de solidaridad, evidencia de la hipocresía proclamada en todas direcciones incluyendo la religiosa. Así ha llegado el cristianismo estadounidense a desvirtuarse y a hacer de todo, desde proveer mártires en perentoria defensa de la justicia social hasta proveer cobertura e instrumentos en a menudo oculta defensa de las más graves injusticias sociales.
El mecanismo financiero por el que algunos trabajadores soñaban asegurarse una jubilación suficiente, llegado su momento, era el llamado 401K, un programa de inversiones de los trabajadores por medio de sus empleadores en el Mercado de Valores.
La reciente gran crisis de los bancos y las bolsas de valores, que no ha cesado aún, dio el tiro de gracia a ese sueño. A pesar de los esfuerzos de quienes pueden, la edad de jubilación real ha subido de 67 años a 77 como promedio en, los últimos 20 años y sigue ascendiendo porque la mayoría percibe cuan tenebroso es el futuro económico que ineluctablemente les aguarda.
Sé y reconozco que los EE UU de cualquier modo representan, al menos en apariencia, un nivel de vida mejor o mayor que el resto del hemisferio y ofensivo a los pobres del país y a los del resto del hemisferio, pero eso no significa que toda la población del país sea rea de la injusticia que el gobierno encubre y promueve.
Hola!
Leo:
1- De George:
– “me preocupa que tan a menudo se hable de los americanos en general como si todos fuéramos y pensáramos como fascistas. El gobierno americano puede ser una porquería criminal, pero el pueblo americano no lo es.”-
2- De Antonio (respondiendo):
– “Te comprendo. Pero todos sabemos distinguir entre Gobierno Federal de EEUU y ciudadanos“-
………………….
3- Pienso que:
a) Se puede distinguir entre Gobierno y Ciudadanos.
b) Ese “distinguir” es tan valedero como superficial (en Argentina y en ¿Sud-América?)
c) Un poquito, solo con que escarbemos un poquito, a EEUU (en bloque) se lo siente “lobo feroz”.
d) Hayan los Gobiernos que hayan: Lobo feroz (América –toda, de Norte a Sud- para los Americanos estadounidenses)
e) Tal vez (si Duato persiste en “solo” la mirada de su Comentario), es porque es una mirada “española-europea”.
d) honestamente, digo que esa mirada no es la de n/Continente Sur.
e) La mirada europea sobre América Central y del Sur es “compasiva”, no “comprensiva”.
f) Una mirada comprensiva incluye como protagonista primario el cipayismo de nosotros mismos (Central y Sur americano).
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4- Resumiendo y al grano:
La “distinción” apenitas, muy apenitas, consuelan nuestras venas abiertas.
P.e. En Chile las Empresas extractivistas extranjeras declararon una ganancia de 180.000 millones de dólares en un año; (¡leímos bien: cinto ochenta mil millones!)
Gracias, Antonio, agradezco tu entrada.
Te comprendo, George, pero no dudes que todos sabemos distinguir entre Gobierno Federal de EEUU y ciudadanos. Hay gente maravillosa en ese gran estado. Un pensamiento crítico que nos ilumina a quienes hacemos oposición al establecimiento y al capitalismo en cualquier parte del mundo. Pienso en el gran Noam Chomsky. Y otros muchos.
A mí me pasaba algo parecido cuando el PP y corrupción dominaba las instituciones valencianas por años y parecía que era culpa de los valencianos. Al final con el voto en las administrativas de 2015 conseguimos que controlaran la generalitat y el ayuntamiento de Valencia, por la unión de las izquierdas (Podemos, Compromís y PSOE), ejemplo que no fue posible seguir en el parlamento.
Pero no te preocupes porque la gente no siempre distinga y identifique a todos con Trump, que por otra parte es presidente pero sin obtener la mayoría de los votos, por el régimen de elección.
Ya sé que quizás se me acuse de ingenuo, pero me mantengo atento a las noticias televisadas de los comentaristas más importantes y me consta que enfocan esos temas conflictivos relacionados con y de denuncia de Trump. La comedia de más audiencia televisiva en el país, la de SNL (Saturday Night Live) ha sido una espina en el costado narcisista de Trump desde las elecciones y aún antes. Bernie Sanders, el enemigo más activo y más certero, más popular de Trump, recibe amplísima cobertura.
La escena del empujón del representante de Montenegro, por ejemplo, ha salido prácticamente cada media hora y en cada show de noticias desde que ocurrió con los correspondientes comentarios a veces realmente mordaces; el incidente del periodista maltratado por el actual gobernador-electo de Montana lo mismo; el fracaso del discurso de Trump en la OTAN otro tanto, el talante sombrío de Francisco durante la visita de Trump y el poco caso que hizo este de la copia de la encíclica Laudato Sii, el rechazo de Melania cuando Trump trató de tomarla por la mano en Israel, la omnipresencia de Kushner el yerno en todas partes menos en la danza de Guerra. Eso está recibiendo amplia cobertura en la TV menos en la cadena Fox.
Lo mismo ha ocurrido con todas las explicaciones y disculpas ofrecidas por el Secretario de Estado y por el Consejero en Seguridad McMaster y por el hecho políticamente inexplicable pero explicable financieramente de que Tillerson y McMaster no participaran de la conversación con Netanyahu y Kushner sí.
Otro aspecto que está siendo ampliamente cubierto por la prensa desde octubre de 2016 y se ha intensificado es el maltrato del emporio de bienes raíces de Kushner a los infelices que alquilas los millares de apartamentos que él y su familia poseen en Baltimore, muy cerca de Washington DC. Todos estos son ejemplos de la actitud de denuncia contra Trump y su sistema. Ya sé que se argüirá que toda esa actividad periodística sea hipócrita y demagógica, pero cabe la posibilidad de que como toda otra generalización estas generalizaciones que se hacen sin distinguir puedan muy bien ser por lo menos parcialmente injustas.
¿Por qué comento todo esto? Porque me preocupa que tan a menudo se hable de los americanos en general como si todos fuéramos y pensáramos como fascistas, y hay dos o tres que no lo somos y si hay dos o tres inocentes de ese crimen, ¿nos han de juzgar igual generalizando? (Gn 18, 23-25) El gobierno americano puede ser una porquería criminal, pero el pueblo americano no lo es.