Cuenta el Evangelio de Juan que, tres días después de haber sido crucificado, Jesús se apareció vivo a sus discípulas y discípulos, y les saludó diciendo: “¡Paz a vosotros!”. Ellos se llenaron de alegría. No era para menos, pues significaba que la bondad profética era más fuerte que el imperio y el Sanedrín, y que […]
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