Este post tiene que ver con el anterior de Miquel Sunyol y no solo porque ambos tratan de exégesis bíblica. Cuando Oscar Varela leyó el artículo de Sunyol acababa de traducir un texto publicado por el brasileño Eduardo Hornaert en su blog
http://eduardohoornaert.blogspot.cl/. Y nos lo ha enviado como su mejor comentario al post anterior. AD
- En este momento se están formando, en el alto océano de las tendencias históricas, diversos tsunamis que sacudirán fuertemente las playas de lecturas bíblicas en un futuro no definido todavía.
- Constituyen, desde ya, una amenaza a la tradicional lectura de la Biblia, tal como se practica en incontables Comunidades cristianas e todo el mundo.
- Son agitaciones de diversos tipos, como aquellas provenientes de exacerbaciones de un tipo de lectura bíblica largamente practicado por las Iglesias históricas: una lectura fundamentalista.
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Hay agitaciones provenientes de los Estudios bíblicos-científicos, siendo éstas las que intento comentar acá. Sea como sea, a corto o mediano plazo, la cuestión de la lectura bíblica en consonancia con los tiempos que vivimos tiene que figurar en la Agenda de las Iglesias preocupadas por el modo en que sus fieles leen la Biblia.
Acá me propongo presentar dos “ondas” del “tsunamis científico”, una referida a los Campos de lectura del Antiguo Testamento y otra que alcanza las playas del Nuevo Testamento.
Ambas están formadas por la conjunción de dos Ciencias que tuvieron intensa evolución en los últimos cincuenta años (del Concilio Vaticano II en adelante): la nueva Arqueología bíblica y la Ciencia lingüística (ver de Oliveira, Reviravolta linguística, Loyola, São Paulo, 1996), que está reformulando nuestros conocimientos sobre Jesús de Nazaret, por ejemplo.
Veamos esos dos puntos.
- El Antiguo Testamento: ¿Israel es realmente el Pueblo Elegido de Dios?
Hasta hace unos cincuenta años atrás, las excavaciones realizadas en lugares mencionados en la Biblia servían básicamente para probar que “La Biblia tenía razón” (como reza el título del famoso libro de Werner Keller, 1956). Esas excavaciones acostumbraban ser financiadas por Instituciones religiosas o por el Estado de Israel.
Pero en los últimos años, la Arqueología bíblica fue ganando autonomía: la llamada “Nueva Arqueología”, que encuentra una de sus expresiones más conocidas en el libro “La Biblia no tenía razón”, del arqueólogo judío Israel Finkelstein (Editora Girafa de São Paulo, 2003).
El título original del libro es: “La Biblia desenterrada”. La tierra, exhaustivamente escavada (algunas veces en más de diez estratos, como en el caso de los sitios arqueológicos en Jericó, por ejemplo), nos enseña una historia de los Pueblos bíblicos. Su autoridad supera la de los textos bíblicos porque no queda sujeta a imaginaciones. Se agranda la capacidad siempre mayor de entender lenguas antiguas desaparecidas desde hace mucho tiempo.
Cuando se encuentran “ostracos” (pedazos quebrados de antiguos vasos o jarros) con palabras grabadas, la agitación en todos los campos de la excavación es general. Esos pequeños pedazos de barro adquieren una autoridad impresionante. Esa nueva autoridad “arqueológica” es un tsunami, porque en muchos casos contradice lo que se lee en la Biblia y eso hizo que Finkelstein llegase a declarar: “la Biblia es un magnífico producto de la imaginación humana”. Nada tiene que ver con la historia real.
Doy dos ejemplos.
1º La Biblia cuenta, en el Libro del Éxodo, que, en una fecha indeterminada entre los Siglos V y XII a.C., un contingente enorme de hebreos huyendo de la esclavitud en Egipto (aprox. 600.000 personas) habría cruzado el desierto del Sinaí durante cuarenta años, para finalmente alcanzar la Tierra que les había sido prometida por Yhwh, la tierra de Canaán.
Los cananitas, sus antiguos habitantes, habrían sido exterminados o sojuzgados, la Ciudad de Jericó conquistada, así también los poblados mencionados en la Biblia como Berseba y Edom.
Ahora bien, entre los documentos (escritos o grabados en piedra) de Egipto, no se encuentra ninguna referencia a alguna transmigración poblacional de esa amplitud. Y vale pensar que las Crónicas del antiguo Egipto son renombradas por la cobertura exhaustiva de su historia ¿Cómo no se encontró en el desierto de Sinaí ninguna huella del pasaje de una multitud tan grande (restos de Campamentos, etc.)? Y ¿cómo entender que las tierras excavadas en Jericó, Beseba y Edom (jarros, vasos, “ostracos”, estatuelas, objetos de uso doméstico y agrario) solo muestran señales de épocas posteriores a las señaladas en los textos bíblicos?
Lo que acabo de escribir es particularmente importante en relación a los relatos bíblicos acerca de los reinados de David y Salomón, que habitualmente se los fecha alrededor del año 1000. Ahora bien; los primeros testimonios arqueológicos de una gran Monarquía se refieren a los años 900 a 800, es decir, por lo menos cien años después.
En tiempos de David, Jerusalén era una pequeña aldea sin importancia y su modesto Santuario era igual a muchos otros de su época. Su grandeza viene mucho después, durante la dinastía de los Anri y particularmente en tiempos de Ezequías (727-697).
No se trata acá de dudar de la existencia de David y Salomón, sino de averiguar sus reales jurisdicciones. Ahora bien, puestos a creer en los resultados de las excavaciones, ellas fueron probablemente muy restringidas. En vez de un gran Reino unido (el Israel de los textos), había dos Reinos, uno en el Norte (llamado Israel) y otro en el Sur (llamado Judá). La exaltación de un Israel unido y poderoso, con su Templo en Jerusalén, en el reinado de David, es una construcción al mismo tiempo teológica (Ihwh reina) y política (David reina), una construcción literaria dirigida contra el poder extranjero, especialmente el poder de Asiria.
A medida que la Saga de David se fue expandiendo, muchos vinieron a habitar Jerusalén para vivir cerca del gran Santuario, pero tuvieron que pagar un muy alto precio: aceptar la dinastía davídica autoritaria y la soberanía sacerdotal del Templo de Jerusalén.
Sería posible multiplicar los ejemplos. Basta decir que, con la nueva Arqueología, se cae el Mito del “Pueblo elegido”, de un “Pueblo de Dios” diferente de los demás, guiados por Ihwh. Se cae el Mito de Abraham y de los Patriarcas, y la historia de la Conquista de Canaán por los israelitas. Aparece un pueblo hebreo común, cuya historia es igual a la de los demás pueblos de la Región y de la época.
2º Los israelitas no vinieron de afuera, siempre vivieron en Palestina, no son un pueblo migrante, liderado por Ihwh. Como los demás pueblos, su historia está hecha de terreno cotidiano, de lucha por sobrevivir.
Con esto estamos fuera del “Gran Relato”, que se inicia con la historia de Adán y Eva y se termina con la “consumación de los siglos”, afuera del universo de las “grandes verdades.
Así se expresa un estudioso nada sospechoso, el jesuita francés Joseph Moingt: “muy recientes obras ponen en cuestión el conjunto de la historiografía bíblica y autores muy serios hablan abiertamente de una invención de la Biblia, incluso del pueblo judío” (Moingt, J., Croire quand même, Temps Présent, Paris, 2011. Veja também, do mesmo escritor : Faire bouger l’Église catholique, Desclée de Brouwer, Paris, 2012 – Fazer a Igreja católica se mexer – NdR).
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- El Nuevo Testamento: ¿Jesús de Nazaret es realmente el Ungido de Dios?
Yo mismo trabajé en detalle unos análisis de la figura de Jesús en mi libro ‘Em busca de Jesus de Nazaré: uma análise literária’, publicado por la Editora Paulus de San Pablo en 2016. Aquí apenas señalo el contraste entre el Jesús que nos ha sido presentado tradicionalmente y el Jesús que nos viene “como un tsunami” a derrumbar verdades largamente aceptadas. Recurro al Artículo ‘Un nuevo paradigma em arqueologia?’, con autoría de José Maria Vigil (Revista Alternativas, Managua, 22, n. 49, enero-junio 2016, 61-90).
El Jesús tradicional es “Dios mismo en persona, que, en la plenitud de los tiempos, se encarnó en el pueblo elegido por Dios desde Abraham, para llevar a plenitud la revelación realizada en la Primera Alianza entre Dios y su Pueblo. A lo largo de su vida pública, ese Mesías, Ungido por Dios, predicó el evangelio de salvación y fundó personalmente la Iglesia, estableciéndola sobre Pedro y los Apóstoles. Ejecutado por los romanos, resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras, como estaba predicho, y después subió al Cielo, de donde envió al Espíritu Santo en Pentecostés, que cuida la verdad y el crecimiento de la Iglesia, que goza la promesa de que las Puertas del Infierno no prevalecerán sobre ella, hasta el final de los tiempos” (art. cit. 74)
¡Qué contraste con lo que un análisis literario de los Evangelios nos informa acerca de Jesús! Podemos hacer una nueva imagen de Jesús con las siguientes palabras:
“Jesús no se proclamó a sí mismo como Mesías (Cristo) y hasta rechazaba que lo llamasen como tal. Nunca pensó ser Dios, igual al Padre del Cielo, de la manera en que el Evangelio tardío de Juan (alrededor del año 100) lo presenta.
“Jesús no predicó a sí mismo, sino que habló del Reino de Dios y del empoderamiento concedido por Dios a los menos afortunados, a los empobrecidos, a los impuros, a los que eran social y religiosamente marginados. Convocó a una conversión radical en el sentido de una vida de justicia y misericordia” (art. cit. 69)
- Este tsunami científico ¿es malo o es bueno?
El impacto del tsunami científico sobre la lectura de la Biblia solo puede ser valorizado correctamente cuando se toma en cuenta el tsunami fundamentalista. Es contra ese último tsunami que las Iglesias tienen que levantar urgentemente un dique seguro, pues amenaza inundar completamente los campos cristianos. En contraste, el tsunami científico puede ser beneficioso y saludable.
Claro que la lectura de la Biblia es de difícil asimilación puesto que da la impresión de derrumbar santuarios donde nos sentíamos tan bien (siguiendo el ejemplo de nuestros padres) y de pasar por encima de las ideas que nos fueron transmitidas con tanto cariño.
Cuando la Ciencia nos dice que la Biblia “no tiene razón”, tenemos que recordar que aquí no se trata de “tener razón”, sino de “tener alma, tener espíritu”.
Una buena reacción ante el tsunami científico me parece ser la formulada por Joseph Moingt cuando escribe “creer a pesar de todo” (‘croire quand même’). Es verdad: la Biblia es una construcción imaginaria, la más grande y la más antigua de todas las construcciones imaginarias de la cultura occidental. Atravesó siglos y todavía perdura, no a causa de su valor histórico, sino por los valores éticos que expresa:
- – el amor al prójimo
- – el perdón
- – el acogimiento
- – la fraternidad
- – la misericordia
- – la fe
- – la esperanza
- – el universalismo
- – la sensibilidad por los marginados y sufrientes.
Hay, ciertamente, pasajes en la Biblia que contradicen esas posturas. Porque la Biblia no es la palabra de Dios, sino la palabra humana acerca de Dios (Schillebeeckx). Ella participa de la incongruencia y provisionalidad inherentes a toda palabra humana. Pero no se puede dejar de admirar la fe consistente que atraviesa la lectura bíblica.
Hay quien sitúa la redacción de la Biblia en una época (el Siglo VII aC) en que todo el mundo parecía sacudido por impulsos humanitarios, agitados por un fermento espiritual poderoso.
Es impresionante verificar que figuras como Confucio en China (550-480 aC), Buda en India (560-480), Zaratustra en Irán (final del Siglo VIII), los Filósofos jonios en Grecia y los grandes Profetas hebreos (Ezequiel, Isaías, Jeremías) surgen aproximadamente en la misma época.
Hay quien habla acá de “época axial” y sugiere que nosotros estamos pasando por una nueva “época axial”, en la que todas las verdades recibidas son cuestionadas y aparecen nuevos impulsos (véase Zygmunt Bauman con su idea de “liquidez”).
No podemos sino quedar impresionadas(os) por la creatividad espiritual del pueblo hebreo, que consiguió expresar a través de narraciones originales asuntos y desafíos que aun hoy nos tocan y darles un cuño ético inconfundible, diferente de la literatura dinástica, guerrera y violenta, endémica en tantas otras culturas.
Ninguna literatura habla de los pobres como habla la Biblia. Eso, por sí solo, ya basta para “creer a pesar de todo”.
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Bravo Maria Pilar.Coincido contigo. Tengo más de ochenta años.Para mí ahora no llega un tsunami.LLevo cuestionandome la interpretación de los libros toda mi vida. Tengo claro que el mensaje es de Amor, ser feliz. Denunciar la injusticia..Creo que Jesús existió y que murió crucificado, por su comportamiento. Me llega para seguirle. Lo que cuentan de el los evangelistas realmente es increible,pero a mi me sirve de modelo para mi vida: Hacer felices a los demás . Gracias también a todos los comentaristas .Gracias especiales a George R. Porta. Hacía tiempo que por motivos personales no entraba en Atrio y leí de un tirón todos los comentarios.
Hola Román.
Primero necesito preguntarte:
¿Que defines como iglesia?
Si es la comunidad caminante, que se reúne, comenta, intenta vivir el Mensaje de Jesús:
¡Soy iglesia caminante!
Si ser iglesia es:
Obedecer ciegamente todo cuanto ella lleva vertiendo en sus “feligreses” … ¡ya no!
Muchos años he sido fiel y comprometida en ella… pero pasan los años, la vida tiene otras experiencias, se van cambiando los lenguajes, las nuevas necesidades y estas urgentes, van poniendo las “cosas” en su sitio más natural y humano.
La historia de la iglesia, está plagada de situaciones, que deberíamos pasar página y… no olvidar para no repetir tales barbaridades en nombre de ¿qué?
Los comportamientos de la jerarquía… en su mayoría… nunca olvido los grandes jerarcas, que han intentado seguir el Evangelio…
¡En su Esencia!
….
¡No!
Cómo la iglesia corporativa lleva obligando a enseñar y difundir el Mensaje desde ya ni sé.
A eso me he negado desde hace algún tiempo; no puedo seguir apoyando el adormecimiento de las conciencias, ni puedo ni quiero asumir un “dios” que todo lo puede… si se lo pido adecuadamente.
No puedo aceptar meter en todo cuanto nos sucede la “divinidad” sencillamente:
¡Porque somos humanos!
Y es así, como debemos avanzar, el Dios (no me gusta llamarle así, porque lo hemos degradado tanto, que ya no tiene valor para mí)
La Esencia de la Vida, ha puesto a nuestro alcance la capacidad de ¡Ser! si cada cual lo elige, siempre está en nuestras entrañas, capacitándonos para llegar a ello, sin necesidad, de estar en cada momento suplicando, pidiendo, lloriqueando, por cuanto nos sucede.
Eso nos merma nuestras verdaderas capacidades, nos cierra la posibilidad de ¡Ver! toda la hermosura que nos rodea.
Tantos años de religiones poderosas:
¿Han hecho de este mundo un lugar más justo y habitable?
¡¡¡No!!! Al contrario.
Y con el beneplácito de ellas; están enfrentadas por que cada cual quiere ser la ¡única, la verdadera! y si hay que luchar para conseguirlo… ¡todo vale en el nombre de “dios”!
Me niego a creer o seguir a ese “dios”, y la Biblia, no es precisamente quien mejor lo trata, la salvan los profetas… lo demás, es una historia de un pueblo (la mayoría imaginado) que hace de su “dios” el centro de las más crueles soluciones con la peregrina idea de salvar a su único pueblo.
Quizá Román, no es esta la respuesta que buscabas, pues es la que hay.
Me he formado… no asistido como simple nº.. desde mi nacimiento dentro de la iglesia, y ya tempranamente, empezaron mis preguntas, que siempre intenté aclarar llamando a la puerta de personas expertas… y después de una … no siempre clara respuesta, llegaba la obediencia ciega… porque estaba escrito.
Como ya he contado, ingresé en un convento, porque quería entregarme por completo a ella… y ahí, las diferencias, los tratos desiguales, las ausencia de todo sentido común, hicieron su aparición; siempre fui a la cabeza a solucionar mis interrogantes, que yo veía tan lejos del Evangelio de Jesús; algunas cuestiones, mi superiora, las fue solucionando porque ella compartía conmigo esas carencias; aclaro:
¡No para mí!
Sino en la convivencia diaria, especialmente para las HH. legas.
Pero… cuando llegó el momento, me dejaron en la calle, porque no era quién, para modificar los estatutos de la congregación… aunque estuviésemos en el siglo XX y celebrándose el Concilio Vaticano II.
Pensar dentro de la iglesia es… peligroso… porque rompe los esquemas injustos que la mantienen en pié, y está apoyada tristemente por los poderosos creyentes, que están la mayoría de ellos tan lejos del Mensaje de Jesús, como lo están la mayoría de sus clérigos de alto y bajo estatus.
Cada cual siga su camino, dejando tranquilos a las personas que no vamos por los suyos; no defiendan su “verdad” como única.
Siguiendo esos pasos… llevaron a la cruz a Jesús, precisamente:
¡Por no creer en ellos y decir alto y claro lo mal que lo hacían!
Nada nuevo bajo el sol. Quiero ¡ser! y para ello, no necesito a la iglesia tal cual es hoy y ahora.
El papa Francisco está haciendo pequeños esfuerzos para empezar una nueva manera de caminar, pero el poder sabe muy bien… que solo hay que esperar… y volverán a la lucha con uñas y dientes; en estos momentos… tienen una piedra en el zapato, y una gran desbandada en la feligresía que ya no cree en ellos, y lo triste es, que no tienen otra manera de buscar el camino que el Galileo comenzó, porque lo han denostado en tal medida… que ya, pocas personas confían.
Me he desnudado ante vosotros/as, y nadie podrá quitarme mi experiencia interior, mi vida, y mi esperanza.
mª pilar
Cuando hablé de “certificación”, es porque el 6 de abril apareció esta otra cita en el hilo que tratamos que dice:
“si la autoridad magisterial certifica que los evangelios son auténticos, y cuando actúa los ignora”..etc. etc…
Es por eso que empecé mi último comentario diciendo que no es la “certificación” lo importante, sino el consenso de la FE de la Iglesia primitiva..Es por eso, tambíén, que nunca en mi comentario hablé de uniformidad en la FE pues ya antes, en otro comentario, había dicho que la UNIDAD NO SIGNIFICABA uniformidad…sino que existía en la diversidad…a propósito de las diferentes polémicas y opiniones, que naturalmente, existen en la UNIDAD de la FE…
El consenso SI es lo importante…AÚN cuando la semilla primitiva de la Iglesia de Cristo estaba sólo en desarrollo…Por eso existió CONSENSO en cuanto en la calidad de la frase de Jesús: “Como el Padre me ha enviado, Yo os envío” (Jn. 20:21)…Todos los Apóstoles comprendieron que Jesús los enviaba a una misión específica que era predicar un mensaje sacramental ya que los primeros fieles “perseveraban en la doctrina de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones” (Hechos de los Apóstoles 2:42)..Esta doctrina de los Apóstoles no es más que la enseñanza de la predicación oral que junto con la escrita constituye la base “visible” e “histórica” de nuestra FE católica….Esta diadoché o sucesión es la continuación de la misión de los testigos y el contenido de su testimonio, ya que los testigos estaban adheridos al sacramento de su ministerio..Sellaron pues los testigos, en consenso, con su propia sangre, dando la vida por este mismo testimonio de la verdad…que “vivieron y nos transmitieron”..
Este consenso en la UNIDAD de la palabra recibida, de la transmisión de la doctrina, se une pronto a la regla de fe, o CREDO que en la Iglesia primitiva adquirió una forma litúrgica…Además de los Evangelios y de las Cartas Apostólicas, lo esencial de la FE de Cristo transmitido a través de los Apóstoles, queda sintetizado en la Didajé, escrito hacia el 70 de la era cristiana que es el mas antiguo manual de catequesis y liturgia cristiana, donde se ve claramente cual eran los elementos que constituyen este consenso en la UNIDAD, aparte del testimonio de los testigos y de los Padres Apostólicos….
Por otro lado, las diferentes “visiones” de cada Evangelio y de las Cartas Apostólicas son propias de nuestra manera humana de describir hechos y acontecimientos…Todos tenemos diferentes “maneras” de ver las cosas…No porque los evangelistas discípulos de Cristo creía en El, iban a deformar los hechos..Se puede ampliar, sin mentir, ni inventar…LA FE principal que presentan todos los evangelistas es que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios verdadero, con las características especificas de Cristo…imposibles de inventar cabalmente de acuerdo a la época judía, y viviendo aún todavía los testigos…Las particularidades y pormenores accidentales, pudieron no coincidir…Sin embargo, lo contenido en lo que tenemos que creer de El, está bien detallado y bien documentado sobre esta particular PERSONA..La teoría del invento y de la superchería no encuentra todavía ninguna apoyo serio ni en el examen interno, ni en el externo de la Escritura, particularmente del Nuevo Testamento..
A propósito de esto, entre los millares de documentos sobre el particular, el profesor de Nuevo Testamento en Griego, J. Harold Greenlee, en su libro EL TEXTO DEL NUEVO TESTAMENTO(Baker Publishing Group, 2008, Hendrickson Publishers) concluye, analizando exhaustivamente los textos, que los miles de manuscritos del Nuevo Testamento que han llegado hasta nosotros no contienen errores substanciales. La evidencia es que las diferencias son accidentales e insignificantes, y no alteran del sentido original..La exégesis moderna seria, sin prejuicios, concuerda en la integridad de los textos a través de los siglos…
Por eso, no podemos confundir lo que es esencial para la FE católica…En ésto es evidente, en la enseñanza oral y escrita apostólica, que lo que existe como verdad para la FE fue aceptado unánimamente, consensualmente…No se trata de un compendio teológico, sino de la Revelación misma de Jesucristo…Esto es superfluo negarlo…Esta FE sacramental se ha conservado por 21 siglos, aunque se quiera ahora tergiversar..Los testimonios internos y externos están contenidos en la rica tradición de nuestra Iglesia Católica….Por supuesto, coincido con la frase: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”…Y también, creo, sinceramente, que sentirse coaccionado a la FE, es algo que se encuentra fuera del contexto de la libertad religiosa…
Un saludo cordial de Santiago Hernández
Hola, amiga Pili. Es bueno leerte siempre. Gracias por tus buenos deseos. Yo también me llevé un grato recuerdo de mi visita a Zaragoza, de nuestra conversación. Un abrazo cordial.
Y yo digo: “Yo “creo” en los Evangelios, una vez que he conseguido liberarme de la coacción de la autoridad de la Iglesia, (o como muy bien diferencia Román), de la autoridad de los jerarcas de la Iglesia”.
(Lo que pasa es que San Agustín, primero era de otro tiempo, y segundo, él ya era Jerarquia).
«Yo no creería en el Evangelio, decía san Agustín, si no me moviera a hacerlo la autoridad de la Iglesia Católica».
mª pilar, por favor, explícate mejor.
Creo que está identificando a la Iglesia con el clero jerárquico. ¿No es esto una reducción constante? ¿Es que tú personalmente no te consideras Iglesia?
Este punto es muy relevante para la marcha de nuestro foro.
gracias anticipadas,
con gran afecto y cariño, roman
Amigo George:
No te preocupes, sobre todo ¡no sufras! porque no hay… “peores-complicadas”… que aquellas personas que no quieren ni “oír-ver” ni por supuesto profundizar, en aquellas cuestiones que no les interesan… sea por las razones que sean.
Gracias por compartir tus conocimientos y experiencias, pero por favor ¡no sufras! cuando enseguida, salgan a la palestra, las voces que defienden siempre a la iglesia.
Estamos sufriendo lo mismo en política en este país; están profundamente hundidos en la corrupción el partido del poder… (quizá de alguna manera… todos tienen algo que ocultar) pero sus fieles seguidores, se tapan la nariz, cierran los ojos ante todo lo que se les va presentando; porque lo importante es:
“No perder el poder sea al precio que sea”.
Lo mismo les sucede a las iglesias. A estas alturas, es tal su poder… en todos los sentidos, que tienen maniatados a muchos gobiernos; no importa si la “verdad” que nos presentan (como ellos saben mejor que nadie) Esta alterada, manipulada, quitándole toda su fuerza, su sal, la levadura que la hace crecer, alimentar, en una palabra:
¡Dar Vida!
A toda persona que la acoja como modelo de vida.
Te leo, te recuerdo de manera especial… en tu visita, y deseo que todo esté bien en tu vivir cotidiano.
Un abrazo entrañable.
pili-mª pilar
Expresiones como la que sigue, hacen violencia a la historia: «La CERTIFICACIÓN de la autoridad magisterial es la consecuencia, no la causa, de la FE primera de la Iglesia…Es el consenso, el certificado, de los que “oyeron, vieron, palparon” al que fue Crucificado y después fue el Resucitado…»
1. El DRAE dice que «certificar» sea un verbo transitivo.
2. ¿Quién certificó por primera vez la [autenticidad] de la autoridad magisterial si ésta, la autoridad central eclesiástica es un desarrollo posterior a la muerte y resurrección de Jesús y a los primeros evangelios escritos o las cartas de Pablo? No ha quedado evidencia de que en adición a los autores evangélicos no haya habido otros, ni siquiera se sabe con certeza suficiente si los autores fueron uno o varios y si hubo redactores, cuantos fueran y si redactaron progresivamente hasta la declaración del Canon. Los copistas que reprodujeron los primeros escritos los modificaron y esa falta de lealtad con respecto a los originales duró hasta la época de la imprenta de Gutenberg.
3. Los primeros cristianos que espontáneamente se consideraron maestros y modificaron las primeras tradiciones orales de la pasión, muerte y resurrección ampliándolas según las necesidades pastorales de cada comunidad. ¿Cómo se puede hablar de uniformidad si los evangelios mismos, tal y como los conocemos, difieren entre sí?
4. Por la falta de unidad hubo controversias en la Iglesia Primitiva desde el comienzo. Jesús mismo, según los evangelios, se irritó más de una vez porque sus discípulos no entendían su mensaje correctamente. Pablo, por ejemplo, sufrió la guerra de los judaizantes mientras vivió y Juan o Cuarto Evangelio fue escrito para defenderse de las primeras herejías gnósticas.
5. Los concilios surgieron para regularizar el fondo doctrinal, incluyendo el de Jerusalén en el siglo I, cuando ocurrió según Hechos la disputa de Pedro y Pablo.
6. Las Cartas de Comunión surgieron por la necesidad de validarse o certificarse unos patriarcas a otros, pero parece que no fueron anteriores al siglo IV.
7. No sé cómo se puede hablar de consenso o de unidad de la fe en una Iglesia dividida desde el comienzo que sigue dividida y que ha experimentado una unidad o comunión tan vulnerable desde el principio. Hechos de los apóstoles ya habla de ello. Pablo corrige más de una vez la «tendencia a ser de Pablo o de Apolo» indicando las divisiones internas. Pablo comenzó a escribir en un intento de mantener una cierta constancia en su mensaje cuando él no estaba presente. Pero en cambio él no da testimonio de haber colaborado con Pedro un mensaje congruente para ambos.
8. Consenso y certificado son dos cosas distintas. «Consenso» es un substantivo y «certificado» es un adjetivo. Consenso nunca ha habido en la Iglesia si haberlo en tensión con la disidencia. Certificado tampoco lo hubo antes del siglo IV, cuando emergió la Iglesia imperial y el Primado de Pedro (Roma) comenzó a consolidarse y no fue hasta el siglo IX, por la famosamente falsa «donación de Constantino» que certificó Pipino para hacer a Carlomagno emperador que definitivamente se estableció el Canon Romano de la Misa en Occidente y con ello la necesidad de distinguir lo auténtico de lo que no lo era.
LA CERTIFICACIÓN de la autoridad magisterial es la consecuencia, no la causa, de la FE primera de la Iglesia,…Es el consenso, el certificado, de los que “oyeron, vieron, palparon” al que fue Crucificado y después fue el Resucitado… y de que ellos recibieron esa FE de El mismo…del que dijo muchas veces “¿Crees en Mí?”….”Yo soy”….el Mesías…y para ti, yo soy y seré siempre “el camino, la verdad y la vida”, si tu me aceptas….Por tanto, el legado de la Iglesia primitiva fue el asentimiento a esa FE…Ellos, en el siglo I, “vieron y creyeron”, como Juan y Pedro ante la tumba vacía…nosotros en el siglo XXI…sólo podemos “creer”….creemos a los testigos de Jesús y aceptamos el mensaje salvífico como verdadero…y como dice Román es la “presencia activa del Espíritu Santo” que desde nuestro interior hace “del mensaje, doctrina de salvación que cambia y transforma a las personas” y no “una mera instrucción intelectual..
Es esta acción transformante, de la que Pablo habla cuando dice que es el mismo Dios “quien obra en vosotros, tanto en el querer como el hacer” (Flp. 2:13)…no solo Dios interviene “en el deseo” sino “en la acción”…, no solo en el entendimiento, sino en la voluntad…porque el deseo de creer ya es gracia que nos conduce al acto de FE….
LA FE no es una coacción, sino un acto libre de la voluntad, es una decisión no forzada por nada ni por nadie, no puede, por tanto, ser impuesta,… ni puede ser tampoco una neurosis de angustia, por no poseerla…Hay muchas personas “normales” que son “no creyentes” y están libres de toda angustia…Las neurosis no son “per se” un problema estrictamente religioso. sino obedece a varios condicionamientos psíquicos etc. etc. Hay neuróticos religiosos, sin duda, y también otros que en absoluto son religiosos, ni se preocupan por este tema…Y estoy de acuerdo que a nadie puede imponérsele la FE…Esta FE, en los primeros cristianos, era compartida libremente en las relaciones familiares y de amigos…Era común, en las primitivas comunidades la invitación a un ágape cristiano….una comida con carácter amistoso donde se introducía al amigo a la alegría que proporcionaba creer en Jesús de Nazaret y en su mensaje salvífico…Y no cabe duda que hoy, en el siglo XXI, el cristianismo sigue expandiéndose de esta manera, mediante el amor al que está mas cerca de nosotros con el que queremos compartir lo que creemos…Esto sigue siendo parte de la historia de nuestra FE…
Un saludo cordial Santiago Hernández
Cierto, George,
volvemos al tema de las creencias frente a la virtualidad de la fe cristiana nacida por el anuncio profético de un Salvador y que se realiza en cada persona creyente por el poder del Espíritu. Si mantenemos la tesis de que toda creencia o fe es si misma y se explica totalmente por el hecho cultural entonces yo te daría la razón.
Las personas culturalmente católica ( o cristianas no más) deberíamos preguntarnos si existe algo más que trasciende nuestro hecho cultural. O simplemente, desestimarlo. Ambas posturas conviven aquí en Atrio.
La autenticidad de un documento, sea éste la Biblia u otro cualquiera, es una atribución que depende de la autoridad moral de quien la hace, usualmente un maestro. Si el maestro mismo ignora la validez moral del documento y lo propone como auténtico pero en su vida lo ignora, su autoridad obviamente disminuye y con ello destruye la validez de su atribución al documento en cuestión porque obviamente no la cree. De otra manera el testimonio de los santos, los heroes, etc., no fuera ni necesario ni apreciable. De aquí la efectividad de los maestros Espirituales que enseñan lo que han vivido.
El propio Jesús, era persuasivo por su modo de enseñar o predicar con el ejemplo personal. No en balde su conducta extemporánea en el Atrio de los Gentiles del Templo es explicada recurriendo al salmo 69, 9.
Por otra parte recurrir a la fe para explicar algo que solo puede ser objeto de la fe es razonar en círculos.Por ejemplo, atribuir la inspiración del Espíritu Santo es algo que no se puede evidenciar y que solo se puede «confiar» en que sea cierto, sin saberlo con certeza.
Los «nativos» del continente americano tienen una historia genética de 12,000 a 15,000 años de antigüedad como promedio. Han sufrido la influencia de la modernidad y a;un mantienen sus creencias religiosas sin tener necesidad de modificarlas. A pesar de que como nación se encuentran en un proceso de desaparición y con ellos sus creencias (lo mismo pasa al catolicismo y a los cuáqueros, por ejemplo). No veo como pueda ser imposible pensar que el Dios cristiano les ama y que el Espíritu Santo les haya guiado y sostenido en su perseverancia hasta hoy. Ellos sin embargo, como los budistas no creen en dioses extra-mundanos y como los hindúes creen que el elemento divino está en todo lo vivo y profesan la creencia en una especie de lugar donde residen los antepasados pero les asignan un territorio que es el que contiene sus huesos.
La religion parece una respuesta humana al misteria y como tal debe ser interpretada humanamente. Eso no le resta la transcendentalidad de lo misterioso, de lo real-maravilloso, de la imaginación de cual pueda ser el contenido de la obscuridad y del silencio más densos: Que no tiene que ser «nada» pero es indefinible.
Dessde luego que cada persona puede pensar diferente y resolver su angustia frente a lo desconocido del modo que major o más efectivamente se la pueda aliviar.
Personalmente prefiero confiar, esperar confiadamente que se cumplirán las promesas que en mi tradición, aquella en la cual nací y crecí, se puedan cumplir y vivir en consecuencia, pero no se me ocurre que tenga que imponerle mis creencias a nadie reprochándo las que tenga por falsas.
Autoridad de la Biblia, autoridad de la Iglesia, autoridad magisterial.
Estoy plenamente consciente de que hablar en término de autoridad con referencia a la Biblia, la Iglesia o el Magisterio puede resultar algo muy inoportuno, más bien, una forma muy traída de manipulación del lenguaje en beneficios de tesis previas históricamente comprobadas y no siempre unánimemente aceptadas cuando no contradictorias entre sí.
Hoy en día solemos hacer una clara diferenciación entre una autoridad formal o potestas y la autoridad moral o auctoritas y comprobamos que con frecuencia no van acompañadas. ¿De qué autoridad nos habla Jesús y nos enseñan los autores neotestamentarios? Indudablemente de la autoridad moral que acompaña a la presencia del Espíritu Santo con su fuerza o poder irresistible, igualmente que la autoridad moral en los asuntos del mundo ( lo profano) es lo deseable de un buen gobernante o persona de influencia.
La presencia activa del Espíritu Santo es lo que reviste a la Biblia de autoridad (aspecto para nosotros de valor teológico) y a la Iglesia en el conjunto de las personas bautizadas cuando obra “las obras de Dios” por la fuerza y poder del Espíritu del Resucitado y hace del mensaje doctrina de salvación (que cambia y transforma a las personas, y no que meramente las instruye intelectualmente)
Si buscáis un cambio “axial”, se viene dando desde hace aproximadamente un siglo, y aunque no lo hayáis pensado, éste viene de arriba, las ciencias arqueológica y del lenguaje van por otros caminos.
La autoridad magisterial se diluye hasta desaparecer cuando ella misma no practica lo que predica como justo y necesario, el deber.
Lo que se cree, se define en el magisterio y si el magisterio no cree en lo que predica, destruye su propia autoridad.
Si la autoridad magisterial certifica que los evangelios son auténticos y cuando actúa los ignora y encubre a los que violan los principios morales del evangelio y hasta el propio derecho positivo de la institución eclesiástica, al hacerse cómplice de esas apostasías destruye la legitimidad de su propia autoridad.
A partir de ese momento, quien quiere creer solo puede creer porque lo desea pero no porque haya testigos que le aseguren la vercaidad de aquello que ha optado por creer.
Claro está que quien necesite ser religioso porque teme confiarse a la misericordia de Dios si Dios es cierto que exista, pues debe sujetarse con todas sus fuerzas a la autoridad magisterial que prefiera.
LA PALABRA de Jesús no deja de ser importante…mediante Su palabra Jesús nos transmitió su más íntimo mensaje que era de parte del Padre…No necesitaríamos de Jesús si El no hubiera venido a nosotros a aclarar la Ley del amor, que Dios infundió en nuestro corazón, para que le amáramos a El y amáramos a toda su Creación, “con todo nuestro corazón y con toda nuestra mente”…
Por eso su palabra íntima, y Su mensaje completo, fue dado primeramente a los Doce…por eso les dice: “Quien a vosotros oye, a Mí me oye, y el que a vosotros rechaza, a Mí me rechaza” (Lc. 10:16)….Y de esta manera, dice el Apóstol Pedro hablando de la la palabra profética, de “Nuestro Señor Jesucristo” que no se trata de mitos y “artificiosas fábulas” ya que ellos, los Doce, “han sido testigos oculares de su majestad”. (II Pedro 16-19)…… y además que ninguna profecía de la Escritura es objeto de interpretaciones personales”…(idem 20)
Jesús va mucho mas allá…porque nos dice que “no es dejaré huérfanos. Volveré a vosotros”…”Todo el que me ama, guardará MI PALABRA” (Jn, 14, 18-23)…”La paz (sea) con vosotros. Como el Padre me ha enviado, así yo os envío” (Jn. 20, 21)………”Id, pues, por todo el mundo y haced discípulos a todas las gentes…enseñándoles a guardar TODO lo que es he mandado” (Mt. 28, 19-20)…porque les ha mandado no solo a predicar sino les dió el poder de bautizar, confirmar, perdonar pecados, celebrar “la fracción del pan”, ser testigos del matrimonio, llamar a otros al ministerio, y curar la enfermedad del cuerpo y del alma..
Existe, pues, no solo la iluminación personal e interna, cuando leemos la PALABRA de la Escritura, sino que Cristo quería “confirmar nuestra fe”, por medio de Su palabra hecha visible y audible en la PALABRA escrita y predicada por sus discípulos….Existe, no solo la Iglesia invisible, que se encuentra dentro de nosotros mismos, sino la Iglesia visible, cuya cabeza es Jesús y nosotros sus miembros, por mandato de Cristo, tal y como se predicó y se inició durante la vida y después de la muerte de Jesús hasta el día de hoy…. Jesús quiso que todos fuéramos UNO en la FE…no uniformemente, sino diversamente, pero en una misma base de la FE, en un mismo Credo….
A mis hermanos separados los quiero mucho y siento mucho respeto por ellos, tengo grandes amigos entre ellos, y creo en muchos de ellos como personas sinceras, pero en sus diferentes denominaciones existen graves contradicciones…y profundos abismos, y multiplicidad evidente de comunidades, difíciles de compaginar entre sí ….La Iglesia del Evangelio es sacramental…como ha afirmado el Concilio Vaticano II: “La Iglesia es como un sacramento”….(LG, Cap. 1), sacramento capaz de celebrar y darnos la gracia que procede de Jesús en orden a la salvación..en la unidad sagrada de la FE.
Por otro lado, el que hoy en día se rechace en el mundo, la autoridad en general, no quiere decir que ésta no exista y que no tenga importancia, y que, además, se prescinda de ella, porque sí…Jesús le dice a Pilato “ninguna autoridad tendrías sobre Mí, si no se te hubiera dado de arriba” (Jn. 19:11)..Por eso, toda autoridad legítima procede de Dios…como el amor mismo procede del Padre…pues sólo tiene como objeto nuestro bien….Nuestro conocimiento no es original 100%, ha sido recibido, ha sido adquirido, y ha sido desarrollado y aceptado por nosotros….o rechazado…Necesitamos de la autoridad, del autor, del que encontró la idea, la palabra, la aclaración, el conocimiento para que nos ilumine en todos los ámbitos del conocimiento…Siempre existe la autoridad del que enseña la verdad…pues es imposible que por nosotros mismos alcancemos toda la verdad que deseamos. Estamos pues limitados….Esta verdad siempre esta abriéndose a nosotros cada vez mas, cada día…hasta que al fin, si la seguirmos buscando, la encontraremos..Esa es nuestra llamada…Es nuestra verdadera vocación en esta vida de la tierra.
Un saludo cordial Santiago Hernández
Si se pierde la perspectiva histórica se puede encontrar constancia en la conducta humana, pero eso no es objetivo si se reconoce que creer hace 20 siglos, para el común de los mortals cuanto para los mortals no comunes, era muy diferente que creer hoy día.
Hace 20 siglos el clan, la tribu, la familia, el lineaje eran importantes y su integridad dependía de la autoridad. Hoy día no es así en todas partes y en todos los niveles sociales ydiferir ideológicamente es más permisible y defendible. Más aún hoy día es preferible que cada persona aprenda a discernir sus propios valores morales y que aprenda a armonizarlos con los de la comunidad en que vive.
Por estas razones la lectura del Libro debe ser más que nunca antes lo que aspiraba Lutero, una lectura personal y que se pueda leer lo mismo cualquier otro Libro de sabiduría de otra cultura: Los Vedas, el Corán, Confucio, el Popol Vuh o el Huarochirí, etc.
Lo que salva es la sabiduría, no el conocimiento, el servicio no la palabra, el amor no el orden.
Este peculiar psunami del siglo XXI no es distinto a los otros psunamis ocurridos anteriormente empezando por las primeras negaciones sobre la persona o identidad de Jesús…No es diferente a los que en los primeros siglos no podían aceptar la divinidad de Jesús en ninguno de sus parámetros y consecuencias…Tampoco son diferentes al racionalismo del siglo XIX de Strauss, Baur, Renan etc. que negaban la historicidad de los Evangelios..En los últimos siglos se ha intentado desmantelar el cristianismo de todas las formas posibles, incluyendo la infiltración no-creyente detro de la misma Iglesia Católica…empezando por negar la historicidad misma de Jesús de Nazaret que es donde descansa la base de la nuestra fe…porque destruyendo la causa, cesan las consecuencias de la causa…que en este caso es la doctrina cristiana, las enseñanza transmitidas por los testigos de la Resurrección de Cristo…Pero sus esfuerzos han sido en vano….
El primer error que leo en el artículo de arriba es el de afirmar que “Jesús no se proclamó a si mismo como Mesías (Cristo) y hasta rechazaba que se lo llamase como tal.”(art. cit. 69) Sin embargo, Marcos, discípulo de Pedro y Pablo, que son también personajes históricos, escribe, en la década de los 40 de la era cristiana, en su Evangelio sobre el interrogatorio del sumo sacerdote Caifás, personaje cuya existencia está atestiguada por documentos judíos de la época, donde el Sumo Sacerdote le pregunta específicamente a Jesús de Nazaret: “¿Eres Tú el Mesías, el Hijo del Bendito?. Jesús dijo: Yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo entre las nubes del cielo…Y el Sumo Sacerdote, rasgando sus vestiduras, dice: ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Oísteis la blasfemia. ¿Qué os parece?. Todos ellos le condenaron, diciendo ser reo de muerte” (Marcos 14, 61-64)
En medio de los despiadados ataques que ha sufrido el cristianismo a través de 21 siglos, la inerrancia de su doctrina y su subsistencia es poco menos que inexplicable desde un punto de vista meramente humano. Ha habido muchísimas otras filosofías basadas en diferentes éticas y en parábolas mas o menos edificantes, que se han esfumado con el paso de los siglos…El cristianismo ha resistido, incólume doctrinalmente, a través del tiempo…sin que la crítica textual haya podido quitar ni añadir sustancialmente una sola frase de la Escritura, sin que hayan podido todavía corromper su estructura fundamental y su esencia sacramental…El mismo escándalo provocado por Jesús con la predicación de su doctrina en el pueblo judío, la sufrió S. Pablo y S. Pedro predicando a viva voz su Resurrección ante el mundo de entonces, y todos los seguidores del Evangelio de Cristo han padecido las mismas tribulaciones….Y hoy, como ayer…El mundo pasa, esta pasando, pero las “palabras de Cristo” no pasan, ni pasarán jamás
Un saludo cordial Santiago Hernández
Nosotros vivimos en este pueblecito, Tongoy, rodeados de evangélicos de muchas denominaciones, y de muchos que no tienen ni idea de que es la Pascua de Resurrección ni la Semana Santa.
Nuestros vecinos evangélicos son muy buenas personas, pero sin ninguna ilustración, de modo que son muy aptos para creer al pie de la letra lo que dice la Biblia. Y si sale un Pastor loco, son capaces de seguirlo como al flautista de Hamelin en cualquier dislate. Y los católicos, con 12 años de colegios de curas o de monjas, no lo suelen hacer mucho mejor, ya que la enseñanza muchas veces se remite al Catecismo si es que y es tan cómodo tener alguien que te diga lo que debes hacer porque algún Libro Santo lo sugiere así. Y si al final del camino hay un premio, se simplifica la búsqueda de la razón de existir.
El poder que da el Libro sobre los fieles, es una tentación demasiado grande como para trasparentar lo que la Arqueología dice. De modo que dudo que ni judíos, ni cristianos encasillados en la religión, que además les da dividendos políticos, vayan a publicitar estos descubrimientos.
Pero es bueno tener una explicación clara para aquellos que andan buscando la claridad, y que dudan de la existencia de Santa Claus.
¡¡¡Gracias Oscar!!!
Es muy gratificante escuchar este Mensaje, con la sencillez con que lo hacía el Galileo.
¡Que importancia tiene el lenguaje … y la comprensión de este!
¡Gracias! Es de verdad muy refrescante y esperanzador.
mª pilar
Hola!
Va apareciendo una doble y sutil “resistencia” a aceptar el TSUNAMIS hoornaertiano.
Por un lado los que “salvan” (se-salvan) refugiados en la Ciencia.
Por otro lado los que “salvan” (se salvan) refugiados en la Religión.
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El año pasado (a seguida del Terremoto de grado 8,4 Richter) tuvimos un TSUNAMI en Tongoy-Chile.
Aunque nuestra casita está situada a 24 metros sobre Nivel del mar, (y la cota tsunami es 21 metros), abandonamos la casa y pasamos la noche, con toda la gente del pueblito, en la colina adyacente.
En ese año y medio, la Colina deshabitada tiene hoy más de 200 viviendas. La población se traslada.
No hay rinconcito costero al mar-océano Pacífico en Chile donde no se encuentren los carteles con la flecha de sentido de “Evacuación-Tsunamis”.
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Pienso que la Gente-Pueblo no adhiere in-condicionalmente a la Ciencia-Tecnología; está maravillada pero no cautivada.
En cambio esa Gente-Pueblo sigue (si bien en crisis) “cautivada” por lo azaroso de sus vidas y está habituada al “refugio” religioso. (bastará considerar la re-significación de los Santuarios propuesta, hace unos días, por Pancho). En ámbitos más privados e intelectuales se le dará vueltas y revueltas a las teologías hasta el límite de des-figurar (y hasta des-carar a Dios), pero ¡que no le toquen a Dios!
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Por mi parte he percibido este ¡Alerta-Tsunamis! de Hoornaert en Salvador Santos; por ejemplo cuando al hacer la exégesis de la Parábola de (mal llamada) “El Sembrador” (en vez de “El Mensaje produce” o, como yo preferiría: “La Semilla pujante”) nos muestra la pretensión de Jesús el Galileo. Nos dice (requetedestilando): UN PASO, UN MUNDO – Salvador Santos – Fascículo 8 – MENSAJE Y PRODUCCIÓN (Mc. 4,3-9)
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– La primera parábola es la del sembrador, ¿no? – preguntó alguien.
Sí -respondió Teófila-, pero no la llamaremos así. Los títulos que vienen delante de las escenas y, como en este caso, los que dan nombre a las parábolas, no pertenecen al texto original, sino al traductor. El sembrador, como personaje que la historia requiere para poner en marcha el proceso de la siembra, aparece al principio y ya no se le vuelve a nombrar más.
Si nos atenemos a lo que el Galileo pretende que la multitud concluya, podríamos denominarla; el mensaje produce. Vamos a leerla.
“¡Escuchen! Una vez salió el sembrador a sembrar. Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en el terreno rocoso, donde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida, pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otra cayó entre las zarzas: brotaron las zarzas, la ahogaron, y no llegó a dar fruto. Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y creerían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.
Y añadió:
– ¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!” (Me 4. 5-9).
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En el texto de Marcos el efecto productivo se representa sucesivamente creciente hasta alcanzar límites extraordinarios. Este final desbordante concede sentido a toda la parábola. Desde ahí hay que contemplarla.
Como método pedagógico, la parábola estimulaba la reflexión de la gente. Ante el deseo de las masas de ponerle al frente de un movimiento popular con vistas a conseguir la soñada hegemonía política, el Galileo indica que su camino es otro. Lo propone con entusiasmo y alienta a la esperanza. De cara a la muchedumbre expectante, les presenta la realidad de su propuesta: una sociedad alternativa (los Doce). Al igual que la oración del Shemá (Escucha) exigía al pueblo, él solicita a la muchedumbre, allí congregada, total confianza en su proyecto. Haciendo uso de un ejemplo sencillo conocido por todos, llama al optimismo y asegura que, pese a tener un aspecto igual de insignificante que el de una semilla, su rendimiento será tan espectacular como el de una siembra excelente.
Viendo al grupo de la barca desde la otra parte de la orilla, la multitud captaba el sentido comparativo del ejemplo. La introducción del Galileo aludiendo al Shemá, “Escuchen“, así lo preveía. Para relacionar una producción que aumenta progresivamente, “treinta por uno, sesenta por uno…” con la sociedad alternativa no tienen más que mirar en su dirección. La materialidad social de ese proyecto definitivo estaba ante su vista. Se trata de un colectivo pequeño, casi despreciable. Pero como la simiente, encierra una enorme potencialidad. Está situado a la otra parte de la orilla respaldado por un amplio horizonte. De uno a otro lado no hay más que un paso. El ejemplo incitaba a darlo.
A pesar de los inconvenientes y de la falsa apariencia de una realidad humilde, el Galileo reclama confiar en que será extraordinario el efecto multiplicador de su propuesta. Con su parábola, nuestro protagonista declara: ¡Este proyecto rendirá con creces! Transmitiendo entusiasmo, anima a la gente a recobrar la propia identidad personal e invita a comprometerse individualmente para contribuir a su avance.
La parábola termina con una sentencia: “¡Quien tenga oídos para oír, que escuche!“. Los verbos en singular escoltan el sentido individual de la frase, expresando su llamada al compromiso personal. El cambio de estrategia de nuestro protagonista respecto a las masas se ha confirmado.
El verbo escuchar, que ha sido utilizado como embalaje de la parábola, resume su finalidad. Escuchar no se reduce a percibir sonidos, sino a la disposición abierta sin prejuicios a que el mensaje cale hondo. Es la actitud que solicita el Galileo al gentío, convencido de que ese mensaje consigue plenamente sus objetivos.
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Y el TSUNAMIS ¿DÓNDE ESTÁ?
Jesús el Galileo prioriza la SEMILLA (la vida de cada cual) al SEMBRADOR (Dios), quedando éste último como hipótesis necesaria del Proceso de Vida que somos los humanos en la evolución e historia.
Tal vez ¿no?
¡Voy todavía! – Óscar.
No ha salido el nombre de Alberto. La ultima entrada mía, es para el.
Gracias por tu amable respuesta. Yo no soy ateo. Creo en el Dios de los 10000 nombres. El de la biblia es uno de ellos.
Credulidad, para el de Jesús-Dios.
Luego visto en cuanto a Dios si o no. Lo que me dice mi corazón y mi mente, es que si. Ergo, tenemos la misma fe. Pero repito. Fe en Dios. No fe en un mito solar….
Te recomiendo que leas un escrito mío en ATRIO. De nombre “La Cruz Ansada” del 19 de Mayo del 2015. Y que te leas el libro cuyo enlace facilito.
Entenderás mis razones. A pesar de que mi discurso sea piedra de escándalo para muchos.
Quiero decirte que la primera vez que leí. Que el Jesús de los evangelios nunca había existido. Yo también me escandalice….
(Este enlace al libro es mejor.)
http://www.libroesoterico.com/biblioteca/religiones/Freke%20Gandy%20Los%20Misterios%20De%20Jesus.pdf
Lo de los tsunamis, me parece un poco exagerado. Y solo válido para rebatir el fundamentalismo, creyente, y el no creyente. Porque aunque parezca mentira, muchos agnósticos, razonan en el tema de la religión, de una manera integrista.
Para unos y para otros, la única explicación válida para la fe religiosa es la fe, (o la increencia, los agnósticos), está en la literalidad de unos escritos de su tradición, y/o la interpretación que sus dirigentes religiosos les otorgan.
De esta manera, si luego la ciencia contradice a estos textos, deducen los agnósticos, que todo es mentira. No les cabe en la cabeza que podría ser realidad, pero con otra explicación y otra interpretación más simbólica.
Es como los niños y los Reyes Magos. Los niños al principio creen que los Reyes Magos les traen juguetes, y cuando son un poco más mayorcitos, aprenden que no son los reyes Magos, sino sus padres y familiares. Pero siguen creyendo en los regalos y disfrutan de ellos. ¿Os imagináis que unos niños “relistos”, ante ese “desengaño”, dijeran que los juguetes no son reales, y no los aceptasen?.
Gracias, Alberto , por tan cuerdo comentario (16.56 3/4/17) ¿De qué tsunamis hablamos?
A propósito; de los diez “Futuribles” (1 de octubre 2016) ¿Se cumplirá lo de Pedro Sánchez y así completar el acierto al pleno?
Román.
A riesgo de ser cargante había leído en julio de 2016 un artículo de Vigil, “También Yhvh bajo el nuevo paradigma arqueológico bíblico”, y no sentí que un tsunami se me viniera encima. He tenido la inmensa suerte de criarme, con mis hermanos huérfanos desde niños chicos, a la sombra de mujeres fuertes, levantinas de la sierra de La Unión, madre, abuela, tías, no muy cercanas a la iglesia del pueblo, pero de una fe de cuarzo en Dios. ” Dios no tiene boca, no habla, no tiene manos, no tiene oídos” nos repetía a menudo nuestra madre. Cuando alguien os diga que Dios ha dicho o dejado de decir, no hagáis caso. Siempre es mentira. Después en la Ponti salmantina aprendí el de Deo nihil scimus, escolástico. Así que nunca he tenido ni dudas, ni crisis de fe, ni tsunamis. Ya sabia de niño que la historia sagrada era historias, porque Dios nunca había hablado porque no tiene boca. Intenté hace unos meses decir algo así en Atrio, pero nuestro director debió considerarlo huero. Así que lo dejo dicho ahora. No hay tsunami. El único tsunami que existe y siempre tenemos encima es Dios, del que nihil scimus. Naide, pero naide.
Agradecido, Luis, lo leeré con atención . Hay otros estudios que mantiene otras posiciones. Uno de ellos de F. Bermejo, “Jesus and the Anti-Roman Resistance” (Journal for the Study of the Historical Jesus 12 (2014). In dubio libertas. Siempre en la amistad en Atrio
!Uy, uy,uy!
Si empezamos a tambalear tras estos y otros tsunamis, sintiendo un sin fin de inseguridades y hasta miedos, me pregunto: Es que nos hemos identificado con creencias y papeles personificados, edificando sobre ellos una falsa casa con riesgo y peligro de derrumbarse?
Porque quitemos lo que quitemos y añadamos lo que añadamos, lo esencial está ahí, siempre ha estado dentro y fuera de nosotros. No hay modo de extirparlo y despojarse de nuestra firme y enorme roca: la Realidad que es y somos.
A la atención de Alberto Revuelta:
Llogari Pujol – La falsificación del cristianismo (entrevista)
Y hay mas información en Google. Ademas se pueden leer los libros escritos por este eminente exegeta. Llogari Pujol Boix, amigo mio, una amistad que me honra.
Hola!
1- Yo creí que esto de Hoornaert ya lo había puesto como “Comentario” a no recuerdo qué Artículo de Atrio.
2- Al haberlo difundido en otros “Sitios” tuve oportunidad de recibir algunos otros Comentarios de los destinatarios. Por ejemplo, me escriben:
– “Hola Oscar!:
* Justamente estaba en la página 190 del libro en referencia, que concluye que todo fue “creado” en el siglo VII AC en tiempos del Rey Josías.
NOTA: el Libro de referencia es LA BIBLIA DESENTERRADA (está en español en http://www.mercaba.org/Biblia/La%20Biblia%20Desenterrada.pdf)
……………………
Y sigue:
* Pero yo agrego que los creadores, que fueron geniales, tuvieron mucho que ver con el exilio en Babilonia y el contacto con el Zoroastrismo, que dio origen a la secta de los Fariseos o Persas.
* Los Persas de India son conocidos hasta el día de hoy como Farsin. Y de estos Farsin cuyo rey Ciro, curiosamente financió la reconstrucción del Templo, lo que me hace sospechar de que el financiamiento conllevaba la introducción en el judaísmo en formación de los principales temas del Zoroastrismo tales como:
– los Mesías,
– el cielo e infierno,
– los ángeles,
– la lucha del bien y el mal,
– la resurrección de los difuntos el día del Juicio Final,
– la pureza ritual,
– la endogamia,
– la clase sacerdotal,
– y un largo etcétera.
* Además los habitantes de Babilonia lo escribían todo, y los Persas tenían su Zendavesta escrito.
* Espero que a la gente crédula estos escritos no los remezca mucho por el hecho de que el judío fue un pueblo “autoelegido” un precursor de la autogestión.”-
………………..
¡Ajá! ¿Qué te parece cholito? – Óscar.
Es muy probable que pertenezca al número infinito de necios de que habla la Escritura hebrea, pero cuando me dicen con toda contundencia que Jesus no existió y que todo cuanto hizo y dijo son invenciones , sonrio discretamente como un paisaniño de Cobres que contestó al que le explicaba cuantas estrellas y galaxias había en el universo: “E logo, ti mirachelas ?, quen as contou?”. Debe ser la vejez que hace desconfiar de afirmaciones tan contundentes basadas en el “para mi”.
Naturalmente que cada cual es libre de creer en Jesús-Dios o no creer. Y de creer a pesar de todo lo que se pueda decir en contra de una fe, para mí, que montada a base de credulidad.
– el amor al prójimo
– el perdón
– el acogimiento
– la fraternidad
– la misericordia
– la fe
– la esperanza
– el universalismo
– la sensibilidad por los marginados y sufrientes.
Esto efectivamente se desprende si leemos los evangelios. Pero todo esto es copia de parábolas espirituales del antiguo Egipto. (Llogari Pujol).
La fe cristiana, para mí, es ese famoso “lanzarse al vacío” que no es más que la determinación de violentar la propia razón lógica personal. Y creer lo increíble. Como que Jesús existió, que nació de una virgen, que resucitó etc.
El cristianismo está “entre la espada y la pared”. Si se mantiene tal cual, languidece vertiginosamente, por falta de “pueblo” que lo abrace.
Si se transforma. A saber que resultaría. Para mí, que el tsunami de la imparable evolución de la conciencia humana, sencillamente lo arrasará felizmente. Porque para ser espiritual, no hace falta jerarquía eclesiástica alguna, intermediaria entre Dios y el hombre. Eso hoy lo vemos meridianamente claro. Y decir iglesias cristianas, es decir jerarquías.
Los valores humanísticos, que repito. No son oriundos del cristianismo, sino del Egipto de los faraones, es lo que se desprende de la practica espiritual que sea, pero que sea válida. La misa no, por favor.
Si ni tan solo (para mí). Jesús ha existido. Lo mejor que podría decir el Papa Francisco, es… “apaga y
Jesús es un ser-Dios mítico solar mas, el ultimo. Igual que la física cuántica hoy corrobora las intuiciones de la espiritualidad más refinada del globo. La oriental.
La salida que le propongo al cristianismo, es la de jugarse a una sola carta su permanencia en la historia. (Si no permanece no pasa nada). Fuera el antropoformizar al Sol, en un Jesús-Sol. Veneremos hoy, no adoremos, Al Padre Sol, dador de vida, de la mano de la ciencia y de la mística solar, que no signifique un sucedáneo infantil, por no decir otra cosa. Como es el cristianismo literalista, seguidor fanatizado de palabras de difusa procedencia, no de ningún Jesús hombre.
¡¡¡Gracias al equipo de Atrio por compartir este art.!!!
No sé, como dice el autor que sucederá, pero al menos espero contra toda esperanza, sean capaces de “enseñar-hablar-acoger” la Biblia en su justo centro.
Espero con ilusión el futuro, será, como un nuevo amanecer.
Algo parecido a lo que vivimos entusiasmados pero prudentes, todo lo que fue aconteciendo después del V. II.
Y espero con gozo, que no suceda como entonces… que amordacen y silencien las nuevas luces que nos quieren iluminar.
mª pilar