Una mujer que se estrella contra los muros del Vaticano
Hace pocos días, se ha sabido que la Sra. Marie Collins, irlandesa, ha abandonado el Vaticano donde colaboraba con la Comisión Antipederastia, presidida por el cardenal O’Malley. El motivo de este abandono ha sido que Marie Collins, ha encontrado continuas resistencias, dentro del mismo Vaticano, para defender a las víctimas de abusos sexuales por parte de clérigos pervertidos. Una de tales víctimas, había sido la misma señora Collins de la que abusó un cura cuando era una chiquilla de menos de diez años. Además, todo este asunto se ha producido con un agravante: lo más escandaloso está en que las resistencias, para que se acabe con estos abusos y se castigue a los culpables, vienen de donde menos nos podíamos imaginar, del Santo Oficio. Esto es lo que, en estos días circula por los medios de comunicación.
Si esto, efectivamente, es así, ¿cómo es posible que el Santo Oficio, cuya misión y razón de ser consiste en vigilar por la rectitud de la Doctrina de la Fe y de la vida cristina, se dedique ahora a poner dificultades a una Comisión, organizada por el papa, en un asunto tan grave y tan escandaloso, como es el abuso sexual de menores, sobre todo cuando ese abuso es cometido por “hombres de Iglesia”?
Me resisto a creer que la Congregación parta la Doctrina de la Fe tenga y ampare entre sus funcionarios a individuos tan indeseables, como serían quienes se empeñan en que los delitos y pecados más vergonzosos se puedan cometer impunemente en la Iglesia. Y si es que el Santo Oficio permite que, dentro de él mismo, haya sujetos tan desvergonzados, que no me cabe en la cabeza que eso se esté haciendo porque en el Vaticano haya ahora mismo sujetos con tan poca vergüenza que se dediquen a hacer lo contrario de lo que tendrían que hacer.
Entonces, ¿por qué ocurren estas cosas en la Curia Vaticana? Es cuestión de poder. Se sabe que hay cardenales y obispos que no ocultan su resistencia al papa Francisco. Pero esta resistencia no es por motivos de fe. Nadie ha podido acusar al papa Francisco de desviarse de la Fe “divina y católica”, como quedó definida en el concilio Vaticano I, en 1878, (DH 3011). La resistencia se debe a desacuerdos en el modo de ejercer el papado. Francisco es un hombre sencillo, cercano al sufrimiento de la gente, poco clerical y espontáneo. Ante un papa así, ha cundido el desconcierto. Y la consiguiente resistencia.
¿Dónde está el fondo del asunto? No está en que en el Santo Oficio estén de acuerdo con los pederastas y sus repugnantes crímenes. Lo que el Santo Oficio no quiere es que eso lo resuelva una “comisión” en la que cabe, por ejemplo, una señora venida de Irlanda. No, en estos asuntos, por lo que la señora Collins dice, “mando yo”, piensa el Santo Oficio. Y por esto, sin duda, es por lo que los funcionarios de ese Sagrado Dicasterio no toleran que nadie, venido de fuera, se entrometa en sus asuntos y en el modo de resolver tales asuntos.
Por poner un ejemplo, se me antoja que, en el Santo Oficio, tiene que sentar muy mal que se hagan públicos los abusos sexuales que algunos clérigos cometen contra niños y niñas menores de edad. La práctica preferida del Santo Oficio ha sido el ocultamiento en los motivos y en el proceso de sus decisiones. Los abusos de menores son un asunto que viene de antiguo en la Iglesia. Y hoy sabemos con seguridad que, hasta el pontificado de Benedicto XVI, una de las preocupaciones constantes en la Iglesia era que los abusos de menores se mantuvieran en secreto. Ya, en los años 50 del siglo pasado, yo tuve que soportar los avisos, que se nos mandaban a los que trabajábamos en un seminario diocesano, para que se mantuvieran en el más estricto secreto los abusos que allí se habían cometido contra chiquillos inocentes.
Es evidente que, durante mucho tiempo (no es posible saberlo con precisión), una de las grandes preocupaciones de la Curia Vaticana fue, ante todo, asegurar su buena imagen pública, aunque el precio de semejante imagen fuera destrozar los derechos y la dignidad de criaturas inocentes. Como es lógico, una Iglesia así, con semejantes convicciones y con tal escala de valores, no podía ser ejemplo de nada y para nadie.
Pues bien, así las cosas, el próximo lunes, 6 de marzo, se inicia en la audiencia de Granada el proceso contra los “romanones”. Un colectivo de once curas, que han sido acusados de abusos a menores. El asunto se ha ocultado cuanto ha sido posible. El arzobispo de Granada, don Javier Martínez, sabía lo que ha estado sucediendo en esta diócesis durante años. Y son bien conocidas las escenificaciones de inocencia que el prelado ha hecho en la catedral de la diócesis y en otras ocasiones. Este arzobispo tiene ya antecedentes penales, como es bien sabido. Pierdan o ganen este juicio los “romanones” (y el arzobispo), ¿cuándo llegará el día en que no sea necesario esperar a que un tribunal civil ponga las cosas en claro, sino que las autoridades eclesiásticas tengan tanta y tan transparente credibilidad, que con su palabra nos baste para estar seguros de lo que realmente sucede y quiere la Iglesia?
A ver si ahora con un poco más de tiempo termino la idea que dejé el otro día inacabada al salir con prisas hacia Barcelona. …. Dicha idea, la basé sobre el interrogante que se planteo en algún comentario de si no sería deseable para difundir el mensaje de Jesús volver a cómo la iglesia primitiva lo llevaba a cabo sin mediación clerical ninguna.
Para enfocar bien el tema me va bien recordar ahí lo que he expresado muchas veces que en el cristianismo la idea de salvación no hace referencia al pecado sino a la realización de la persona. La primera experiencia que se tiene es la de la gracia porque del pecado no se tiene experiencia más que del posterior sufrimiento.
Por tanto de lo que primero se tiene experiencia es de la realidad como gratuidad para realizarse. Y esa fue la experiencia primigenia que vivieron los primeros cristianos. La mediación clerical es una creación de intención como producto necesario por el hecho de haber falseado e invertido ese genuino orden.
Tanto la pregunta de Antonio Rejas como su posterior respuesta dan en la diana. En la Iglesia primitiva no había curas y funcionaban bastante bien. El Espíritu Santo vino sobre la comunidad orante. Tal vez el clérigo de hoy, en nuestro mundo occidental sobre todo, se encuentra desplazado, porque su rol social hasta ahora (echar un vistazo a la historia de la Iglesia) ha sido fundamentalmente su poder de influencia en la sociedad tanto religiosa como políticamente. Hoy nuestra sociedad es más laica y secularizada y más autónoma. El otro punto débil del clérigo es su celibato obligatorio. Y en esto tal vez habría que tener en cuenta aquello del Arcipreste de Hita en su Libro de Buen Amor: que el hombre (el varón) persigue dos cosas: una de ellas es “yacer con fembra plaçentera”.
La desaparición del clero a la altura de los tiempos actuales sería algo muy beneficioso teniendo en cuenta los daños no sólo físicos sino también mentales o psicológicos.
Me estoy refiriendo en estos momentos no al daño psicológico como derivación que sufre la víctima del abuso sexual, que también por supuesto, sino que aludo al daño psicológico que produce a las conciencias el discurso religioso desconectado, desprovisto de la realidad física que lo ha de fundamentar.
Reacuérdese en este punto que Pablo para predicar el evangelio decía que él no necesitaba haber conocido la vivencia ni el contacto con Jesús. Con lo cual todo lo perteneciente a su vivencia se teorizó y así la vida humana sin aquel referente vivencial que en su realidad ofrecía alteridad a aquella, perdió su esencia y perdida ésta surgió el dualismo.
La ética evangélica se convirtió en moral religiosa, es decir, en aquello que entra por mera concienciación independientemente de su contenido experiencial y formal. Esta sublimación que les dota de superioridad al clero es lo que en la practica no resisten pero al mismo tiempo es materia que insuflan a sus fieles en connivencia mutua precisamente porque ambas partes los subyugadores y los sumisos buscan una perfección que es inhumana.
Recuperándose, ahora, poco a la realidad unitaria que nos constituye como personas …si acaso ya seguiré ahora no me es posible, pero creo que ya se puede intuir mi conclusión …
Hola, Oscar
No he querido hacer propuesta alguna, solo he hecho una pregunta y he añadido una reflexión si tal interrogante se cumpliera. Entiendo que mª pilar desea volver a los orígenes y parece que Oscar tiene seguro (“pasaría que su Proposición se habría logrado”, dice) que tal involución se lograría si el clero desaparece, pero pienso que no necesariamente tendría que ser así, aunque sea deseable y con alto porcentaje de probabilidad. Leyendo el Evangelio yo no puedo deducir que Jesús pensara en la existencia de profesionales (es lo que hay) para difundir su mensaje. El modo de hacer el cambio lo dejo para los estrategas.
Antonio Rejas:
Respecto a su pregunta… si pasaría algo desapareciendo el clero…
Mi presupuesta personal… es:
¡Que no!
Así fue en un principio, y todo fue degenerando… cuando se convirtió en “iglesia y su clero”.
Ahí comenzaron las primeras discrepancias entre los amigos de Jesús, las “categorías-las diferencias- el poder”.
Cierto que sí, debería haber un compromiso serio, y una seria preparación o conocimiento de el Mensaje de Jesús, su vida y la historia de la iglesia, para no volver a caer en los mismos errores.
Comprender el Mensaje con la mirada de cada tiempo, es esencial; el lenguaje tiene mucha importancia, para la práctica y el estilo de vida que en el se encierra.
Ejemplos de personas que dejaron su responsabilidad ministerial, y que de manera muy activa, siguen proclamando que hay otra manera de vivir el Mensaje que Jesús nos dejó.
Personalmente lo deseo de corazón, y no pierdo la esperanza, de que algún día…
¡Se hará Vida!
mª pilar
Parece que una de las cosas que más desanimaron a la señora Collins para seguir en la comisión pontificia de abusos sexuales, fue la actitud del mismo papa Francisco respecto al nombramiento del obispo de Osorno (Chile). Él, tras decir que había estudiado muy bien el caso, descalificó las protestas contra el presunto colaborador de Karadima en abusos probados. Y atribuyó todo a la campaña antieclesial de los zurdos. estas palabras del papa están en este vídeo robado en la plaza de San Pedro.
Y la protesta en Osorno sigue. Efectivamente Collins hizo una referencia genérica a que la gran misericordia del papa con algunos pederastas arrepentidos puede llevar un mensaje equivocado a las víctimas: así se expresa en este servicio de Associated Press.
Nos gustaría que en algunos de estos casos cambiara el criterio de Francisco que no ha dudado en otros casos de acoger valientemente la causa de las víctimas por encima de todo. Como en el caso de los romanones de Granada que está juzgándose estos días.
Hola!
Leo de Rejas:
– “¿Qué pasaría si desaparece el clero?”-
Pasaría que su Proposición se habría logrado.
Ahora don Rejas habría de presentarnos su Estrategia y sus Tácticas; e.d., su Logística concreta.
Mientras esperamos ¡Vamos todavía! – Óscar.
Independientemente de lo sucedido con la Sra. Collins y sus motivos para abandonar la Comisión, la verdad es la aficción bastante generalizada del clero de utilizar menores para satisfacción sexual. Y debe ser una práctica antiquísima, ignoro su inicio, tal vez coincidente con la creación de la organización clerical. Y pregunto ¿Es necesario que exista esta organización para difundir el Evangelio? ¿Qué pasaría si desaparece el clero? Habría que volver al sistema primitivo de comunidades autogobernadas, aunque coordinadas por miembros de las mismas elegidos por ellas, sin necesidad de ser atendidas por profesionales obligados al ejercicio de la castidad que prometen, pero no cumple un alto porcentaje de los mismos.
Hola!
1- Lo de don Castillo sobre el Santo Oficio:
– “no toleran que nadie, venido de fuera, se entrometa en sus asuntos“-
es una “suposición”. Nada descabellada. Verosimil.
2- ¿No se animó la Collins a “hacer lío”?
Yo no tengo más Info que una renuncia-denuncia exageradamente “general y a-nónima”.
Si es así; es poco serio ¿no?
Habrá que ¡ir todavía! – Óscar.