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Una comunidad para el 99% de la humanidad

OXFAM

Una vez más estuvo esta organización líder en Davos. Y llevó un INFORME DE 60 PAGINAS sobre la desigualdad en el mundo: Una economía para el 99 %. la misma organizó destiló el documento en 14 páginas y ese documento es el que presentaremos a continuación. Pero, como aún pude parecer a muchos demasiado largo, se puede acudir al segundo destilado que hizo de él nuestro Oscar Varela. Recomiendo empezar por él: Comentario de Oscar Varela en la entrada Renovarse o morir. AD.

Es hora de construir una economía más humana y justa al servicio de las personas

Han pasado cuatro años desde que el Foro Económico Mundial alertase de la grave amenaza que supone el incremento de la desigualdad económica para la estabilidad social y desde que el Banco Mundial decidiese combinar su objetivo de acabar con la pobreza extrema con la necesidad de promover una prosperidad compartida.

Desde entonces, y a pesar de que los líderes mundiales se hayan comprometido con el objetivo de reducir la desigualdad, la brecha entre los más ricos y el resto de la población se ha ampliado. Es una situación insostenible. Tal y como afirmó el Presidente Barack Obama en su último discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2016, “Un mundo en el que el 1% de la humanidad controla tanta riqueza como el 99% más pobre nunca será estable”.   

Sin embargo, el mundo sigue inmerso en una crisis mundial de desigualdad:

  • Desde 2015, el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el resto del mundo.
  • Actualmente, ocho personas (ocho hombres en realidad) poseen la misma riqueza que 600 millones de personas (la mitad de la humanidad).
  • Durante los próximos 20 años, 500 personas legarán 2,1 billones de dólares a sus herederos, una suma que supera el PIB de la India, un país con una población de 1.300 millones de personas.
  • Los ingresos del 10% más pobre de la población mundial han aumentado menos de 3 dólares al año entre 1988 y 2011, mientras que los del 1% más rico se han incrementado 182 veces más.
  • El director general de cualquier empresa incluida en el índice bursátil FTSE 100 gana en un año lo mismo que 100.000 trabajadores de las fábricas textiles de Bangladesh.
  • Un nuevo estudio del economista Thomas Piketty revela que en Estados Unidos los ingresos del 50% más pobre de la población se han congelado en los últimos 30 años, mientras que los del 1% más rico han aumentado un 300% en el mismo periodo.
  • En Vietnam, el hombre más rico del país gana en un día más que la persona más pobre en diez años.

Si sigue esta tendencia, el incremento de la desigualdad económica amenaza con fracturar nuestras sociedades: incrementa la delincuencia y la inseguridad, socava la lucha contra la pobreza y hace que cada vez más personas vivan con más miedo y menos esperanza.

El Brexit, el éxito de la campaña presidencial de Donald Trump, así como el preocupante incremento del racismo y la desafección generalizada que genera la política  convencional provocan que cada vez más ciudadanos de los países ricos den muestras de que no están dispuestos a seguir aguantando la situación actual. ¿Por qué tendrían que hacerlo si la experiencia indica que las consecuencias de estas políticas son el estancamiento de los salarios, la inseguridad laboral y el incremento de la brecha entre ricos y pobres? El reto está ahora en plantear un modelo positivo frente a aparentes soluciones que generan en realidad más división.

En los países pobres, el panorama es igualmente complejo y no menos preocupante. Cientos de millones de personas han salido de la pobreza en las últimas décadas, un logro del cual el mundo debería sentirse orgulloso. No obstante, una de cada nueve personas sigue pasando hambre. Si el crecimiento económico entre 1990 y 2010 hubiese beneficiado a los más vulnerables, en la actualidad habría 700 millones de personas menos, en su mayoría mujeres, en situación de pobreza. Los estudios revelan que, actualmente, los recursos existentes permitirían eliminar tres cuartas partes de la pobreza extrema si se incrementase la recaudación fiscal y se recortase el gasto militar y otros gastos igualmente regresivos. El Banco Mundial ha dejado claro que, si no se redoblan los esfuerzos para hacer frente a la desigualdad, los líderes mundiales no cumplirán su objetivo de acabar con la pobreza extrema en 2030.

“En Kenia, las diferencias entre ricos y pobres a veces resultan muy humillantes. Ver que no es más que un muro lo que separa a los ricos de los pobres. Los hijos de algunas de estas personas ricas se pasean con sus coches, y cuando pasan junto a ti en la carretera, te cubren de polvo, y si está lloviendo te salpican con el agua de los charcos.”
Jane Muthoni, miembro de Shining Mothers, un grupo comunitario apoyado por Oxfam

No tiene por qué ser así. Las respuestas que parecen más efectivas para hacer frente a la desigualdad no tienen por qué provocar mayores divisiones. El informe Una economía para el 99% analiza cómo las prácticas de grandes empresas y los más ricos están acentuando la actual crisis de desigualdad extrema. Pero también plantea qué se puede hacer para revertir esta situación. Asimismo, hace una valoración de las falsas premisas que nos han llevado por esta vía, y muestra cómo podemos construir un mundo más justo basado en una economía más humana. Uno en el que las personas, y no los beneficios, se encuentran en el centro y donde se da prioridad a los más vulnerables.

LAS CAUSAS DE LA DESIGUALDAD

Es innegable que el modelo de economía globalizada ha beneficiado principalmente a las personas más ricas. Varias investigaciones de Oxfam revelan que, en los últimos 25 años, el 1% más rico de la población ha percibido más ingresos que el 50% más pobre de la población en su conjunto. Lejos de transmitirse espontáneamente hacia abajo (en la llamada “economía de goteo o de derrame”), los ingresos y la riqueza se vuelcan hacia las capas más altas de la sociedad, y lo hacen a un ritmo alarmante. ¿Cuál es la causa? Las grandes empresas y el poder de los más ricos desempeñan un papel esencial.

  • Las grandes empresas, al servicio de los más ricos

 A las grandes empresas les fue bien en 2015 y 2016, con resultados muy positivos para la gran mayoría de ellas. En 2015, las diez mayores empresas del mundo obtuvieron una facturación superior a los ingresos públicos de 180 países juntos.16 Las grandes empresas son un elemento vital de la economía de mercado, y cuando operan en beneficio del conjunto de la población, constituyen un factor esencial para construir sociedades

prósperas y justas. Sin embargo, cuando operan cada vez más al servicio de los ricos, las personas que más lo necesitan se ven privadas de los beneficios del crecimiento económico generado. Su modelo de maximización de beneficios conduce a una devaluación salarial sobre el trabajador medio, una presión sobre los pequeños productores, y a sofisticados esquemas corporativos para tributar menos de lo que les corresponde, eludiendo el pago de unos impuestos que beneficiarían al conjunto de la población, especialmente a los sectores más pobres.

  • Ahogando a los trabajadores y a los pequeños productores

 Mientras los ingresos de la mayoría de los presidentes y altos ejecutivos de grandes corporaciones (con generosas retribuciones en acciones como complemento) se han disparado, el salario del trabajador o del productor medio apenas ha aumentado, y de hecho en algunos casos incluso se ha reducido. El director general de la principal empresa tecnológica de la India gana 416 veces más que un trabajador medio de su misma empresa. En la década de los ochenta, los productores de cacao recibían el 18% del valor de una tableta de chocolate, frente al 6% que obtienen actualmente. Se dan incluso casos extremos del trabajo forzado o en condiciones de esclavitud para mantener los costes empresariales bajos. La Organización Mundial del Trabajo calcula que 21 millones de personas son víctima de trabajo forzoso, lo que genera unos beneficios que ascienden a aproximadamente 150.000 millones de dólares anuales.  Las mayores empresas textiles del mundo han estado vinculadas a las fábricas de hilado de algodón de la India, que suelen recurrir al trabajo forzoso de niñas. La mayoría de  los trabajadores peor remunerados son mujeres y niñas, quienes además trabajan en las condiciones más precarias. Las grandes empresas, implacables, están reduciendo al mínimo los costes de la mano de obra en todo el mundo, impidiendo que los trabajadores y productores de sus cadenas de suministro se beneficien del crecimiento económico, lo cual incrementa la desigualdad y ahoga la demanda.

  • Evasión y elusión fiscal

 Las grandes empresas también han optado por un modelo de maximización de sus beneficios a costa de tributar lo menos posible, utilizando paraísos fiscales, sacando provecho de tipos impositivos cada vez más bajos o logrando que los países compitan agresivamente entre sí para ofrecerles privilegios fiscales. La rebaja en los tipos nominales del impuesto de sociedades se está convirtiendo también en una tendencia generalizada, lo cual, unido a las técnicas de evasión y elusión fiscal tan extendidas, hace que muchas grandes empresas reduzcan su contribución fiscal a mínimos. Se estima, por ejemplo, que en 2014, Apple tributó por sus beneficios en Europa a un tipo efectivo del 0,005%. Los países en desarrollo pierden cada año al menos 100.000 millones de dólares como consecuencia de la evasión y elusión fiscal de grandes empresas a través de paraísos fiscales24 y dejan de ingresar miles de millones de dólares por ofrecer exenciones y exoneraciones fiscales improductivas e ineficientes. Esta sangría de recursos afecta sobre todo a los más pobres, que dependen en mayor medida de los servicios públicos en los que podrían invertirse todos estos recursos fugados. Kenia pierde 1.100 millones de dólares anuales en concepto de exenciones fiscales, una cifra que prácticamente duplica su presupuesto de inversión en salud, en un país donde la probabilidad de que las madres mueran durante el parto es de uno entre cuarenta. ¿Qué provoca este comportamiento por parte de estas grandes corporaciones? Hay dos razones: en primer lugar, que se está priorizando la rentabilidad a corto plazo de los accionistas e inversores y, en segundo lugar, la creciente  prevalencia del “capitalismo clientelar”.

  • Capitalismo cortoplacista: el dividendo manda

 En muchos lugares del mundo, las grandes empresas se guían cada vez más por un único objetivo: maximizar la rentabilidad de los accionistas e inversores. Esto implica no sólo priorizar el cortoplacismo en los beneficios empresariales, sino también incrementar progresivamente la distribución de dividendos entre los accionistas. En 1970, en el Reino Unido el 10% de los beneficios empresariales se distribuían entre los accionistas, mientras que en la actualidad perciben el 70%. El porcentaje es menor en la India, pero está incrementándose rápidamente y en muchas empresas supera al menos el 50%. Esta tendencia ha recibido muchas críticas, entre otros de Larry Fink, director general de Blackrock (la mayor empresa de gestión de fondos del mundo) y de Andrew Haldane, el economista jefe del Banco de Inglaterra. Una mayor distribución de dividendos favorece principalmente a los grandes accionistas, normalmente grandes fortunas que suelen ser también grandes inversores. La rueda de la desigualdad sigue creciendo así. El porcentaje de acciones de empresas en manos de inversores institucionales, como los fondos de pensiones, sin embargo, es cada vez menor. Hace 30 años, los fondos de pensiones poseían el 30% de las acciones en el Reino Unido, mientras que en la actualidad son propietarios de tan sólo el 3%. Cada dólar de beneficios que se entrega a los accionistas de las grandes empresas es un dólar que podría haberse dedicado a remunerar mejor a los productores o a los trabajadores, a pagar más impuestos, o a invertir en infraestructuras e innovación.

”Cada vez más líderes han respondido con medidas que pueden proporcionar beneficios inmediatos a los accionistas, como por ejemplo recompras de acciones y pago de dividendos, mientras reducen su inversión en innovación, mano de obra cualificada o gastos de capital esenciales para mantener el crecimiento a largo plazo.”  Larry Fink, CEO, Blackrock

  • Capitalismo clientelar al servicio de las élites

 

Como ponía de manifiesto el informe de Oxfam Una economía al servicio del 1%, empresas de diversos sectores como el financiero, extractivo, de producción textil o farmacéutico, entre otros, utilizan su enorme poder para garantizar que tanto la legislación como la elaboración de políticas nacionales e internacionales se diseñan a su medida para proteger sus intereses y mejorar su rentabilidad. Por ejemplo, las empresas petrolíferas han conseguido suculentos privilegios fiscales en Nigeria.

Incluso el sector de la tecnología, que en otros tiempos solía gozar de mejor reputación, recibe cada vez más acusaciones de este tipo de prácticas clientelares. Alphabet, la empresa matriz de Google, se ha convertido en uno de los mayores lobistas de Washington, mientras que en Europa negocia recurrentemente cuestiones relativas a la legislación antimonopolio y a la política fiscal. El capitalismo clientelar beneficia a los dueños del capital y a quienes están al mando de estas grandes corporaciones, en detrimento del bien común y la reducción de la pobreza. Esto coloca en una situación muy desigual a las pymes que no pueden competir en las mismas condiciones frente a estos cárteles empresariales y al monopolio del poder que ejercen estas grandes empresas y los actores estrechamente ligados a los Gobiernos. Los grandes perdedores son los ciudadanos que terminan pagando más por los bienes y servicios. Carlos Slim, el tercer hombre más rico del mundo, controla aproximadamente el 70% del total de los servicios de telefonía móvil y el 65% de las líneas fijas de México. Esta falta de competencia supone un coste equivalente al 2% del PIB.

  • El papel de los súper ricos en la crisis de desigualdad

 En todos los sentidos, vivimos, en la “era de los súper ricos”, una segunda “época dorada” del capitalismo en la que el brillo de la superficie enmascara los problemas sociales y la corrupción de fondo. El análisis que hace Oxfam sobre la concentración de riqueza extrema incluye a todas aquellas personas cuyo patrimonio neto es de al menos 1.000 millones de dólares. Los 1.810 milmillonarios (en dólares estadounidenses) de la lista Forbes de 2016, de los cuales el 89% son hombres, poseen en conjunto 6,5 billones de dólares, la misma riqueza que el 70% de la población más pobre de la humanidad.36 Aunque algunos de estos milmillonarios deben su fortuna fundamentalmente al trabajo duro y a su talento, el análisis de Oxfam revela que una tercera parte del patrimonio de los milmillonarios tiene su origen en la riqueza heredada, mientras que el 43% está vinculada a relaciones clientelares.

La fortuna, adquirida, heredada o acumulada, se multiplica en manos de los más ricos, que pueden permitirse pagar el mejor asesoramiento financiero y de inversión. Así es cómo la riqueza que acumula esta élite ha crecido en promedio un 11% al año desde 2009, una tasa de crecimiento muy superior a la que puede obtener un ahorrador medio.

Ya sea a través de fondos de inversión de riesgo o de almacenes llenos de obras de arte y coches de colección,38 el hermético sector de la gestión de grandes patrimonios ha logrado un efecto multiplicador para los ya súper ricos. La fortuna de Bill Gates ha aumentado en un 50%, ó 25.000 millones de dólares, desde que abandonara Microsoft en 2006, a pesar de sus encomiables esfuerzos por donar parte de ella.39 Si los milmillonarios mantienen este nivel de rentabilidad, dentro de 25 años ya tendremos el primer “billonario” en el mundo, alguien con una fortuna de al menos 1 billón de dólares (aproximadamente, el equivalente al PIB de España actualmente). En un entorno como este, los súper ricos tendrían que hacer verdaderos esfuerzos para no seguir acumulando más riqueza.

“No importa cuán justificadas puedan ser inicialmente las desigualdades de riqueza; las fortunas pueden crecer y perpetuarse más allá de todo límite razonable y más allá de cualquier justificación razonable en términos de utilidad social.”  Thomas Piketty, economista y autor del libro El capital en el siglo XXI

Las enormes fortunas que se sitúan en el extremo superior de la escala de distribución de los ingresos y la riqueza constituyen una prueba clara de la actual crisis de desigualdad, además de ser un obstáculo fundamental en la lucha para acabar con la pobreza extrema. Los súper ricos no son sólo receptores pasivos de la creciente concentración de la riqueza, sino que contribuyen activamente a perpetuarla.

Uno de los mecanismos que utilizan son sus inversiones. La mayor parte de las acciones (especialmente en hedge funds y capital riesgo) están en manos de los más poderosos de la sociedad, que por lo tanto son los grandes beneficiados del culto al accionariado que rige el modelo empresarial actual.

  • Elusión fiscal y captura de políticas

 

Una estrategia clave para la mayoría de los súper ricos es lograr tributar lo menos posible,41 fundamentalmente a través del entramado mundial de paraísos fiscales. Los papeles de Panamá y otras filtraciones que han salido a la luz recientemente han puesto de manifiesto que es una industria a gran escala. Los países compiten para atraer a los súper ricos, poniendo en venta su soberanía. Los llamados “exiliados fiscales” tienen a  su disposición una amplia variedad de destinos en todo el mundo. Una inversión de al menos dos millones de libras permite comprar el derecho a vivir, trabajar y adquirir propiedades en el Reino Unido, así como a beneficiarse de generosas rebajas fiscales. En Malta, uno de los principales paraísos fiscales, es posible adquirir la ciudadanía plena a cambio de 650.000 dólares. Gabriel Zucman ha calculado que hay 7,6 billones de dólares ocultos en centros offshore. El uso de los paraísos fiscales por parte de los súper ricos supone para África una pérdida en ingresos fiscales estimada de 14.000 millones de dólares al año. Esta cantidad sería suficiente para garantizar la atención sanitaria y salvar la vida de cuatro millones de niñas y niños al año, y permitiría contratar a suficientes profesores para escolarizar a todos los niños y niñas africanos. En los países ricos, los tipos impositivos sobre el patrimonio, la riqueza y las rentas más altas se han ido desplomando. Hace no tanto tiempo, en 1980, el tipo marginal más elevado del impuesto sobre la renta en Estados Unidos era del 70%; actualmente es del 40%.

En las economías menos avanzadas, los tipos impositivos que gravan a los más ricos  son aún menores: el tipo marginal más elevado del impuesto sobre la renta es, de media, del 30%, aunque la mayor parte de este tipo de impuestos ni siquiera llega a recaudarse.

La mayoría de los súper ricos también hace uso de su poder, influencia y contactos para “secuestrar” la elaboración de políticas y garantizar que la legislación les favorezca. En Brasil, los milmillonarios hacen lobby para conseguir una bajada de impuestos, y en Sao Paulo prefieren desplazarse en helicóptero, sobrevolando los atascos y las infraestructuras en mal estado que se extienden a sus pies. Algunos súper ricos también se aprovechan de su fortuna para “comprar” los resultados políticos que desean, tratando de influir en las elecciones y en las políticas públicas. Los hermanos Koch, dos de los hombres más ricos del mundo, han ejercido una considerable influencia en el sector conservador de la política estadounidense, apoyando a muchos centros de estudio influyentes y al movimiento Tea Party, además de contribuir enormemente a desacreditar los argumentos en favor de la necesidad de tomar medidas contra el cambio climático. Este tipo de lobby político proactivo por parte de los súper ricos y sus representantes es causa directa del incremento de la desigualdad, ya que contribuye a reforzar un círculo vicioso que se retroalimenta, y en el que los grandes ganadores obtienen aún mayores rentabilidades y privilegios que a su vez les permiten obtener cada vez más beneficios.

“Ninguna sociedad puede mantener un incremento semejante de la desigualdad. De hecho, no existen ejemplos en la historia de la humanidad en los que la riqueza estuviese tan concentrada sin que en algún momento apareciesen las horcas”. Nick Hanauer, milmillonario y empresario estadounidense

 

LAS FALSAS PREMISAS SOBRE LAS QUE SE BASA LA ECONOMÍA AL SERVICIO DEL 1%

La economía actual está al servicio del 1% más rico de la población, y se basa en una serie de falsas premisas sobre las que se articulan la mayor parte de las políticas, actividades e inversiones de Gobiernos y grandes empresas y grandes fortunas, pero que dejan atrás a la gran mayoría de la sociedad y a los más vulnerables en particular. Algunas de estas premisas tienen que ver con la propia economía. Otras están más relacionadas con la visión económica predominante, definida por sus creadores como “neoliberalismo”, y que supone (equivocadamente) que la riqueza generada en el extremo superior de la escala de distribución se transmitirá espontáneamente, como por “goteo”, al resto de la población. Incluso el FMI ha identificado al neoliberalismo como una de las principales causas del incremento de la desigualdad. Si no se confrontan estas falsas premisas, será imposible revertir este modelo:

  1. Falsa premisa Nº1: El mercado nunca se equivoca, y hay que minimizar el papel de los Gobiernos. En realidad, el mercado no ha dado muestras de ser la mejor manera de organizar y valorar gran parte de nuestra vida en común, o de planificar nuestro futuro común. Ya hemos visto cómo la corrupción y el clientelismo distorsionan el funcionamiento de los mercados en detrimento del ciudadano medio, y cómo el excesivo crecimiento del sector financiero agrava la Se ha demostrado que la privatización de servicios públicos como la sanidad, la educación o el abastecimiento de agua corriente excluyen a los pobres, y especialmente a las mujeres.
  2. Falsa premisa Nº2: Las empresas tienen que maximizar sus beneficios y la rentabilidad de los accionistas a toda Con este modelo, la maximización de los beneficios incrementa desproporcionadamente los ingresos solo de quienes ya tienen más, mientras que impone una presión innecesaria sobre trabajadores, agricultores, consumidores y proveedores, así como sobre las comunidades y el medio ambiente. Sin embargo, hay maneras mucho más constructivas de gestionar las grandes empresas de modo que contribuyan al bien común, y existen muchos ejemplos de cómo lograrlo.
  3. Falsa premisa Nº3: La riqueza individual extrema no es perjudicial sino síntoma de éxito, y la desigualdad no es Más bien al contrario, el surgimiento de una nueva “época dorada” caracterizada por la concentración de una inmensa riqueza en manos de muy pocas personas, en su mayoría hombres, es económicamente ineficiente y corrosiva desde el punto de vista político, además de socavar el progreso colectivo. Es necesario que la riqueza se distribuya de forma más equitativa.

“En lugar de generar crecimiento, algunas políticas neoliberales aumentaron la desigualdad, lo que a su vez dificultó una expansión duradera.” FMI49

  1. Falsa premisa Nº4: El crecimiento del PIB debe ser el principal objetivo de la elaboración de políticas. Sin embargo, como ya dijo Robert Kennedy en 1968: “El PIB mide todo salvo aquello por lo que merece la pena vivir”. El PIB no tiene en cuenta la desigualdad, lo cual quiere decir que un país como Zambia puede tener un elevado crecimiento del PIB y a la vez una creciente población
  2. Falsa premisa Nº5: Nuestro modelo económico es neutral desde el punto de vista del género. En la práctica, los recortes en los servicios públicos y el deterioro de la estabilidad en el empleo y de los derechos laborales perjudican en mayor medida a las La mayoría de los trabajadores peor remunerados del mundo son mujeres, quienes además sufren una mayor precariedad laboral y asumen la mayor parte del trabajo de cuidados no remunerado (no incorporado en el PIB, a pesar de que sin esta economía del cuidado nuestras economías no podrían funcionar).
  3. Falsa premisa Nº6: Los recursos de nuestro planeta son Esto no es sólo una premisa falsa, sino una idea que podría acarrear consecuencias catastróficas para nuestro planeta. Nuestro modelo económico se basa en la explotación del medio ambiente, ignorando los límites sostenibles de nuestro planeta. Este modelo económico es una de las principales causas de que el cambio climático esté fuera de control.

Debemos enterrar profundamente estas seis premisas, y debemos hacerlo rápido. Se han quedado obsoletas, son retrógradas y no han servido para alcanzar la estabilidad ni una prosperidad compartida, sino que, por el contrario, nos están arrastrando al abismo. Necesitamos urgentemente una alternativa al modelo económico, es hora de construir una economía humana.

 

UNA ECONOMÍA HUMANA, AL SERVICIO DEL 99%

Necesitamos construir juntos un nuevo consenso y dar la vuelta a esta situación para diseñar un modelo económico cuyo principal propósito sea estar al servicio del 99% de la población, no de los intereses del 1% más rico. Quienes primero deberían beneficiarse de esta nueva economía son las personas en situación de pobreza, independientemente de si viven en Uganda o en Estados Unidos. La humanidad tiene un talento increíble, una enorme riqueza y una imaginación infinita. Debemos emplear estos recursos para trabajar en la construcción de una economía más humana que beneficie al conjunto de la ciudadanía, y no sólo a unos pocos privilegiados.

Una economía humana daría lugar a sociedades mejores y más justas. Garantizaría empleos estables en los que se pagarían salarios dignos. Nadie viviría con miedo a caer enfermo por no poder asumir el coste. Todos los niños y niñas tendrían la oportunidad de desarrollar su potencial. Nuestra economía florecería dentro de los límites de nuestro planeta, y permitiría que las generaciones futuras recibieran un mundo mejor y más sostenible.

Los mercados son un motor esencial del crecimiento y la prosperidad, pero no podemos seguir aceptando la falacia de que es el motor quien dirige el coche o quien decide en qué dirección se debe avanzar. Los mercados deben gestionarse con prudencia en aras del bien común, de manera que los beneficios del crecimiento se distribuyan de forma equitativa, garantizando además tanto una respuesta adecuada ante el cambio climático como la prestación de servicios sanitarios y educativos a la mayoría de la población (en especial, aunque no exclusivamente, en los países más pobres).

“El PIB mide todo excepto aquello por lo que merece la pena vivir”. Robert Kennedy, 1968

“Es totalmente imposible sacar adelante al mundo cuando apenas se tiene en cuenta a una de sus

mitades.” Charlotte Perkins Gillman, socialista y sufragista

Una economía humana debería contar con una serie de elementos básicos cuyo objetivo sea abordar los problemas que han contribuido a generar la actual crisis de desigualdad. Este informe es tan solo un primer paso a la hora de esbozar estos problemas fundamentales, aunque sienta las bases sobre las que se empezará a construir una economía humana en la que:

  1. Los Gobiernos trabajarán a favor del 99% de la población. Un Gobierno que rinde cuentas ante la ciudadanía y antepone sus necesidades es el arma más importante para luchar contra la desigualdad extrema y la clave de una economía Los Gobiernos deben escuchar al conjunto de la ciudadanía, no sólo a una minoría más poderosa y a sus lobistas. Es necesario revitalizar el espacio que ocupa la sociedad civil, especialmente para que se hagan oír las voces de las mujeres y de los colectivos excluidos. Cuanto mayor sea la rendición de cuentas de nuestros Gobiernos, más justas serán nuestras sociedades.
  2. Los Gobiernos no sólo competirán, sino que cooperarán entre sí. La globalización no puede seguir siendo una implacable “carrera a la baja” en materia de fiscalidad y derechos laborales, al servicio exclusivo de los que más Debemos poner fin a la era de los paraísos fiscales de una vez por todas. Los países deben cooperar, en pie de igualdad, en la construcción de un nuevo consenso mundial y en la creación de un círculo virtuoso que garantice unas condiciones salariales dignas, la protección del medio ambiente y un sistema fiscal justo.
  3. Las empresas operarán en beneficio de toda la población. Los Gobiernos deben apoyar modelos empresariales que impulsen claramente el tipo de capitalismo que beneficia al conjunto de la población y que construye un futuro más Los beneficios de la actividad empresarial deben ir a parar a quienes contribuyeron a generarlos y los hicieron posibles: tiene que producirse un retorno justo al conjunto de la sociedad, los trabajadores y trabajadoras y las comunidades locales. Es necesario poner fin al lobby empresarial depredador y al secuestro de los procesos democráticos. Los Gobiernos deben garantizar que las empresas paguen salarios dignos a sus trabajadores y trabajadoras, que tributen lo que les corresponde y que asuman la responsabilidad de su impacto sobre el planeta.
  4. Acabar con la concentración extrema de la riqueza para acabar con la pobreza La “edad dorada” que vivimos en la actualidad está socavando nuestro futuro, y debe llegar a su fin. Debemos lograr que los más ricos contribuyan equitativamente a la sociedad y no permitir que disfruten de privilegios injustos. Para ello, deben tributar lo que les corresponde: debemos recuperar y/o elevar los impuestos tanto sobre el patrimonio como sobre las rentas más altas, a fin de garantizar un sistema más progresivo, y acabar con la evasión y elusión fiscal de las grandes fortunas.
  5. Una economía humana beneficiará tanto a hombres como a La igualdad de género estará en el centro de la economía, garantizando que ambas mitades de la humanidad tengan las mismas oportunidades en la vida y puedan desarrollarse y llevar una vida plena. Los obstáculos al avance de las mujeres, como el acceso a la educación y a la atención sanitaria, desaparecerán de una vez por todas. Las normas sociales no deben determinar el papel que desempeñe la mujer en la sociedad; y, en particular, se debe reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidados no remunerado.
  6. Los recursos tecnológicos se aprovecharán en beneficio del 99% de la población. Las nuevas tecnologías tienen un enorme potencial para mejorar nuestras Pero esto solo será posible con una intervención activa por parte de los Gobiernos, especialmente en lo que se refiere al control de la tecnología. Las investigaciones respaldadas desde el sector público ya han dado lugar a algunas de las mayores innovaciones de los últimos tiempos, como por ejemplo los móviles inteligentes (smartphone). Los Gobiernos deben intervenir para garantizar que la tecnología contribuya a reducir la desigualdad, no a incrementarla.
  1. La economía humana funcionará con energías Los combustibles fósiles han impulsado el crecimiento económico desde la era de la industrialización, pero son incompatibles con una economía cuya prioridad sean las necesidades de la mayoría de la población. La contaminación atmosférica generada por la combustión de carbón provoca millones de muertes prematuras en todo el mundo, y la destrucción que produce el cambio climático afecta en mayor medida a las personas más pobres y vulnerables. Las energías renovables y sostenibles pueden ofrecer acceso universal a la energía e impulsar un crecimiento que respete los límites sostenibles de nuestro planeta.
  2. La economía humana valorará y cuantificará lo verdaderamente Más allá del PIB, debemos medir el progreso humano utilizando los muchos métodos de medición alternativos que existen. Estas nuevas formas de medir el progreso deben contemplar íntegramente el trabajo no remunerado que llevan a cabo las mujeres en todo el mundo, y reflejar no sólo la magnitud de la actividad económica, sino también la distribución de la renta y la riqueza. Asimismo, deben estar estrechamente vinculadas a la sostenibilidad, contribuyendo a construir un futuro mejor tanto ahora como para las generaciones futuras. Esto nos permitirá cuantificar el verdadero progreso de nuestras sociedades.

Podemos y debemos construir una economía más humana antes de que sea demasiado tarde.

 

 

 

Publicado por Oxfam GB para Oxfam Internacional con el ISBN 978-0-85598-866-1 en enero de 2017.

Oxfam GB, Oxfam House, John Smith Drive, Cowley, Oxford, OX4 2JY, UK.

 

OXFAM

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2 comentarios

  • oscar varela

    Bueno, Sr. Chomsky; ¡está bien!

    ¿Algo más?

    ¿Nada más por ahora?

    ¡Muchas gracias!

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • oscar varela

    Hola!

    Destilo lo reecibido del Cumpa Manuel I. Santos

    “El capitalismo se basa en supuestos despiadados, antihumanos”

    Noam Chomsky / Filósofo

    http://ctxt.es/es/20170125/Politica/10781/chomsky-izquierda-sanders-capitalismo-trump.htm

    …………………

    El futuro podría depararnos intolerancia y culpabilización.

    * Sin embargo, la decisión sigue dependiendo de nosotros:

    – “Que logren su propósito, depende de la resistencia que oponga gente como usted”.

    …………………

    1- EL SOCIALISMO HA PERDIDO SU SIGNIFICADO

    ¿Cómo deberían plantear los socialistas la relación entre las reformas que humanicen el actual sistema de producción (como propuso Sanders) y el objetivo a largo plazo de erradicar totalmente el capitalismo?

    * El socialismo prácticamente ha perdido su significado.

    * antes significaba algo:

                – el control de la producción por parte de los productores,

                – la eliminación del trabajo asalariado,

                – la democratización de todas las esferas de la vida:

                            * producción,

                            * comercio,

                            * educación,

                            * medios de comunicación,

                            * autogestión obrera en las fábricas,

                            * control comunitario de las comunidades,

                            * etcétera. Eso fue en su momento el socialismo.

    * hace un siglo que dejó de significar todo eso.

    Respondiendo a su pregunta:

    * lo que deberíamos cuestionarnos es si la gente preocupada por los seres humanos, por sus vidas y preocupaciones, debería tratar de humanizar el sistema de producción actual utilizando los medios que usted describe.

    * La respuesta es por supuesto que sí, mejoraría la vida de la gente.

    ………………….

    2- OBJETIVOS y la “CAIDA” naturaleza humana.

    ¿Deberían fijarse el objetivo a largo plazo de erradicar totalmente la estructura económica capitalista?

    * Así lo creo.

    * Sin embargo, no se trata de alternativas, son cosas que hay que hacer conjuntamente.

    Uno de los principales argumentos empleados en contra del socialismo es que la naturaleza humana es egoísta y competitiva por definición y, por consiguiente, únicamente propicia el capitalismo. ¿Cómo respondería a esto?

    * el capitalismo es una etapa minúscula de la sociedad humana.

    * nunca tuvimos capitalismo, sino alguna que otra variante de capitalismo de Estado.

    * Adam Smith, el santo patrón del capitalismo opinaba que el principal instinto humano era la compasión.

    ¿Cree que es necesario esbozar propuestas concretas para lograr un futuro sistema socialista mediante la creación de una alternativa sólida que atraiga a la mayoría de la gente?

    * Creo que la gente está interesada en auténticos objetivos socialistas a largo plazo.

    (que no son los que se suele llamar socialismo)

    * Se podrían elaborar unas pautas generales y tratar muchos de los problemas específicos.

    * Esa debería ser parte de la concienciación popular de la gente.

    * Buena parte depende de la concienciación humana.

    ………………….

    3- CASOS históricos en Europa, Latinoamérica y EEUU

    Syriza llegó al poder alegando un compromiso con el socialismo. Sin embargo, acabaron colaborando con la Unión Europea y no dimitieron ni siquiera después de que les obligaran a aplicar medidas de austeridad. ¿Cómo cree que podemos evitar un resultado similar en el futuro?

    * la crisis griega no debió estallar.

    * Se pudo haber solucionado bastante fácilmente en un primer momento.

    * convocaron un referendum que horrorizó a Europa:

    * la idea de que a la gente se le permitiera tomar una decisión sobre algo que afecta a su destino tan solo es un anatema para las élites europeas.

    * Me pregunta cómo debería responder la gente: creando algo mejor.

    ¿Qué opina del sistema que creó Castro en Cuba tras la revolución?

    * En realidad no sabemos los verdaderos objetivos que tenía Castro.

    * Se vio limitado drásticamente desde el primer momento por el duro y cruel ataque de la gran potencia reinante.

    * Es bastante sorprendente que Cuba sobreviviera bajo esas condiciones.

    * Sin embargo, las reacciones fueron ambivalentes.

    * ¿Una transición al socialismo? Es imposible hablar de este tema.

    * Las condiciones lo impidieron y no sabemos si había voluntad de hacerlo.

    En los últimos años, en EE.UU., han surgido varios movimientos sociales que critican la forma actual de organización social y económica. No obstante, la mayoría de ellos se han unido en contra de un enemigo común, en lugar de unirse en torno a una idea común. ¿Qué deberíamos pensar acerca de la situación de los movimientos sociales y de su capacidad de unirse?

    * El movimiento Occupy; no era un movimiento, era una táctica.

    * No puedes estar sentado en un parque cerca de Wall Street eternamente.

    * Fue un éxito enorme, tuvo una gran repercusión en el pensamiento de la gente, en la acción popular.

    * El concepto general de concentración de la riqueza (un 1 % y un 99 %) estaba allí, por supuesto, en el pensamiento de la gente, pero adquirió protagonismo —incluso en los medios de comunicación (en el Wall Street Journal, por ejemplo)— y dio lugar a muchas formas de activismo, estimuló a la gente, etcétera.

    * Pero no era un movimiento.

    * La izquierda, en general, está muy atomizada.

    * Vivimos en sociedades extremadamente atomizadas.

    * La gente está prácticamente sola: existes tú con tu iPad.

    * Las políticas se han diseñado para minar la organización de la clase trabajadora, y la razón no es solo que los sindicatos luchen por los derechos de los trabajadores, sino que también tienen un efecto democratizador.

    * era una de las instituciones que permitía a la gente reunirse a fin de colaborar entre sí y recibir apoyo mutuo,

    * y otras también han quedado prácticamente diezmadas.

    ………………….

    4- Lo de DONALD TRUMP

    ¿Qué podemos esperar de Donald Trump? ¿Su ascenso constituye un motivo para redefinir y unificar un movimiento socialista en torno a una idea común en Estados Unidos?

    * La respuesta a esa pregunta depende básicamente de usted y de sus amigos.

    * Depende del modo en que reaccione la gente, especialmente los jóvenes.

    * Hay muchas oportunidades, y hay que aprovecharlas.

    * Trump es tremendamente imprevisible. Desconoce sus planes.

    * Un posible escenario es el siguiente:

                – mucha gente que votó a Trump, de clase trabajadora, había votado a Obama en 2008.

                – Se dejaron seducir por eslóganes como “esperanza” y “cambio”.

                – No obtuvieron esperanza, no obtuvieron cambios, se desilusionaron.

                – Ahora votaron a otro candidato que aboga por la esperanza y el cambio,

                – que ha prometido hacer toda clase de cosas increíbles. Y no las va a hacer.

                – ¿qué ocurrirá en un par de años, cuando no haya cumplido sus promesas y esos mismos electores potenciales estén desilusionados?

                – hará lo de siempre: culpabilizar a los más vulnerables diciendo:

                – “Sí, no tenéis lo que prometimos, y el motivo son esas personas despreciables: los mexicanos, los negros, los inmigrantes sirios, los que engañan al sistema de bienestar social. Ellos son los que lo están destrozando todo. Vayamos tras ellos. Los gais son los culpables”.

                – Podría ocurrir. Ha sucedido una y otra vez en la historia con unas consecuencias bastante desagradables.

    * Y que logren su propósito depende de la resistencia que oponga gente como usted.

    * La respuesta a esta pregunta debería estar dirigida a usted, no a mí.

    ……………