Una felicitación recibida de José Mª García Mauriño, que ATRIO hace suya.
Un año que se va, Feliz año que viene, 2017
La felicidad que nos deseamos consiste en llegar a ser. No muerte lenta, sino procesos de vida, de una existencia con mucha felicidad.
Que los procesos históricos en los que estamos viviendo nos ayuden a llegar a ser lo que somos. Tratar de revertir el curso de la historia. En la actualidad se dan procesos contrarios al ser. En esta era tecnológica, se insiste más en la ”tecno” que en la “lógica”, por ejemplo, se da la cerveza sin alcohol, la leche descremada, el café sin cafeína, las fotos sin papel, etc.
El Ser Humano (SH) no es sino que va siendo. Las personas no estamos hechas de una vez por todas sino que nos vamos haciendo, Ha pasado un año más, un espacio de tiempo, un trozo de historia, que nos plantea el problema del Ser, si queremos seguir siendo lo que somos.
Que la Madre Tierra, siga siendo lo que la naturaleza le ha marcado lo que tiene que ser y que los SH le dejemos desarrollar su existencia.
Que los SH vayamos llegando a ser personas maduras, que vayamos llegando a una cierta plenitud del ser.
Que el Parlamente llegue a ser lo que es, ese espacio de diálogo y expresión de la soberanía popular.
Que la Democracia llegue a ser lo que tiene que ser en un Estado aconfesional y laico.
Que Europa deje de ser un campo de concentración para los refugiados y llegue a ser un espacio donde se respeten los DH y las libertades.
Que el capitalismo deje de ser un sistema de muerte y llegue a ser lo que no es, un sistema de vida, para que toda la humanidad llegue a ser.
Que todos los seres en general lleguen a ser lo que tienen que ser en este Planeta y no les pongamos cortapisas a su existencia.
Que este año que entra, el 2017, pongamos los medios para que no sea un año vacío en la existencia de nadie, de ningún ser, empezando por la Madre Tierra.
Feliz año 2017.
Un fuerte abrazo,
José María G. Mauriño
Gracias por este artículo.
Me ha hecho releer algunas cosas de Sartre una vez más: Existimos andando hacia ser y un buen día, cuando la necesidad de ello alcanza suficiente peso, pues el cansancio hace necesario el reposo.
La poesía hacer pensar con suavidad si lo hace bellamente y en general tal es el caso. Estos días estuve revisando el Salmo 138/139 en varias versiones.
Al final, se convirtió en mi reflexión de fin de año y me ha parecido, aunque tampoco me auto designaría como filósofo, que “ser” no deba constituir una actividad, un verbo, sino solo un sustantivo: El resultado de existir que sí es una actividad.
Esta idea ya sé que puede constituir un error de lesa filosofía, pero me pareció válida. Si además se trata de una existencia buena, incluyendo los inevitables errores y carencias, pues nada, el “resultante ser” justificará mejor haber existido. ¿Quizás?
Pues sí, tienes razón, Pascual, es un tema el que platea Mauriño para reflexionar o para refrescar nuestras reflexiones que seguramente todos y todas habremos hecho en algún momento de nuestra vida.
Llevamos unos días con un empacho de la palabra felicidad, feliz, felicidades. Pero, ¿qué entendemos por felicidad? Dice el DRAE: 1. Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien. 2. Satisfacción, gusto, contento. De lo que deducimos que es una cuestión estrictamente subjetiva. ¿Cuál es el bien a poseer que nos procure felicidad? Sería tan prolijo la enumeración de “bienes” que no acabaríamos en toda la noche. Hay una canción que dice “tres cosas hay en la vida, salud, dinero y amor, el que tenga estas tres cosas que dé gracias a Dios”. Pero, por ejemplo, a un drogadicto le hace feliz disponer de su dosis, mientras que a otras personas, eso lo vemos como un horror.
Y hemos conocido casos que, teniendo las tres cosas de la canción, o alguna de ellas (el dinero), no son felices, y la mayoría sí lo son. Pero, pienso que hay infinidad de cosas que pueden hacer feliz o desgraciado a determinadas personas: un coche utilitario para una persona que lo necesita, le hará inmensamente feliz, mientras que para una persona que desea uno de alta gama, lo dejará insatisfecho y frustrado. La mayor parte de nuestra conquista de bienestar va en relación directa a nuestros deseos y expectativas.
Lo que sí es cierto es que personas que anhelan el ser y existir de dentro afuera y de no de afuera a dentro, es decir que encuentran las capacidades de disfrutar de la vida en valores personales para consigo mismo, para con los demás, para con el medio ambiente, su felicidad tendrá más consistencia ante la adversidad que el buscar fuera de uno y de una misma algo que dé sentido, placer, paz y bienestar a tu vida.
Uffff….
¡¡¡Totalmente de acuerdo!!!
Llegar a SER es mi base y fundamento desde… ¡ya ni sé!
Solo que no hay que desmoralizarse si no se consigue en la plenitud soñada… mejor dicho deseada… porque me siento muchas veces vulnerable, incapaz, cansada, no de intentarlo cada minuto sino… porque (al menos yo) a veces pienso que es un camino sin cobertura humana, entrañable, acogida por otras muchas personas…
Y es durillo caminar a la intemperie y en la “cuasi” soledad.
Aún así, cada día es como si comenzara mi vivir, y eso, que ya estoy muy cerca de la meta de esta vida… creo… aunque eso nunca se sabe jejeje.
¡Gracias por este canto de esperanza y buen hacer!
mª pilar
Al “Llegar a ser” que nos propone J.M. García Mauriño, le encuentro una riqueza, que no queda del todo manifiesta, dada la sencillez con que se presenta, por lo que parece conveniente comentarla para extraer su potencial reflexivo. Así, el desencuentro entre “tecno” y “lógica” hay que matizar cada caso, pues no es lo mismo el café sin cafeína, impulsado por la sociedad de consumo en la que lo importante es consumir, aunque sea eliminando la esencia de lo consumido, que la foto sin papel, puesto que la electrónica resulta más comunicable.
Quizá la proposición que merece ser más meditada es la que dice “Que la Madre Tierra, siga siendo lo que la naturaleza le ha marcado lo que tiene que ser y que los SH le dejemos desarrollar su existencia”, pues parece indicar que la Tierra y la Humanidad tienen destinos independientes, cuando el Ser es resultado de la interacción entre la Tierra y la Humanidad, por lo que su plenitud sólo se podrá alcanzar cuando ambos armonicen sus respectivas dinámicas evolutivas. En el momento actual, la responsabilidad recae en los individuos humanos, pues han logrado la capacidad para establecer un diálogo entre todos ellos e incorporar al mismo lo que tengan que decir los individuos prehumanos que configuran el planeta. Con la actual involución no sólo estamos destruyendo las diferentes formas de vida, sino que nos estamos destruyendo a nosotros mismos.