Hace ocho años, un día como hoy, ATRIO publicaba El discurso inaugural de Obama. En la entradilla invitábamos a leerlo con unas palabras que hoy repetimos exactamente, pero referidas al discurso de Trump y cambiando algunas palabras por las opuestas, las subrayadas: Casi nadie lo oímos ayer en directo… Leído y analizado contiene mucha falsedad demagógica y egoismo preocupante. Y puede marcar una nueva era. Profundizar en la crisis creando un mundo con menos valor ético y ningún respeto al medio ambiente y a otros pueblos. Vamos a leerlo, pensarlo y comentarlo… A.D.
Presidente de la Corte Suprema Roberts, Presidente Carter, Presidente Clinton, Presidente Bush, Presidente Obama, ciudadanos estadounidenses y ciudadanos de todo el mundo: gracias.
Nosotros, los ciudadanos estadounidenses, estamos unidos en un gran esfuerzo nacional por reconstruir nuestro país y recuperar sus promesas a nuestro pueblo. Juntos, marcaremos el rumbo de Estados Unidos y de todo el mundo para los próximos años. Enfrentaremos desafíos. Confrontaremos adversidades. Pero lo lograremos.
Cada cuatro años nos reunimos en estas escalinatas para proceder a una ordenada y pacífica transferencia de mando, y estamos agradecidos al Presidente Obama y a la Primera Dama Michelle Obama por su gentil colaboración durante esta transición. Han estado magníficos.
Pero la ceremonia de hoy tiene un significado especial. Porque hoy no estamos solamente transfiriendo el poder de un gobierno a otro, de un partido a otro, sino que os estamos devolviendo el poder a vosotros, al pueblo estadounidense.
Durante mucho tiempo, un pequeño grupo de la capital de nuestro país ha cosechado los logros del gobierno, mientras que el pueblo ha cargado con los costes. A Washington le ha ido bien, pero no ha compartido esa riqueza con el pueblo. Los políticos han prosperado, pero cada vez hay menos empleos y más fábricas cerradas. El establishment se ocupó de protegerse a sí mismo, pero no a los ciudadanos de nuestro país. Sus victorias no han sido vuestras victorias. Sus triunfos no han sido vuestros triunfos. Y mientras había festejos en la capital, había poco que celebrar en los hogares de las familias en aprietos de todo el país.
Todo esto cambiará, en este momento y en este sitio, porque éste es vuestro momento: os pertenece a vosotros. Os pertenece a todos los que habéis venido aquí hoy y a todos los que estáis mirando esto por televisión desde todo el país. Este es vuestro día. Esta es vuestra fiesta. Y éste, los Estados Unidos de América, es vuestro país.
Lo que de verdad importa no es qué partido controla el gobierno, sino que el gobierno esté controlado por el pueblo. El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo volvió a gobernar esta nación. Los hombres y mujeres olvidados de nuestro país ya no serán olvidados. Ahora, el mundo os está escuchando.
Habéis venido decenas de millones a formar parte de un movimiento histórico como nunca se ha visto en el mundo. En el epicentro de este movimiento hay una convicción esencial: que una nación existe para servir a sus ciudadanos.
Los estadounidenses quieren buenas escuelas para sus hijos, barrios seguros para sus familias y buenos empleos. Estas son exigencias justas y razonables de un pueblo honrado. Pero para muchos ciudadanos, la realidad es muy diferente: madres y niños viven atrapados en la pobreza en nuestras ciudades; las fábricas oxidadas quedaron abandonadas como tumbas en el paisaje de nuestra nación; el sistema educativo recibe muchísimo dinero pero deja a nuestros jóvenes y valiosos estudiantes carentes de conocimiento; y el crimen, las pandillas y las drogas nos han robado demasiadas vidas y le han arrebatado a nuestro país mucho de su potencial.
Esta sangría se termina aquí mismo y en este instante. Somos una nación, y su dolor es nuestro dolor. Sus sueños son nuestros sueños, y sus triunfos serán nuestros triunfos. Compartimos un mismo corazón, un mismo hogar y un mismo destino glorioso. El juramento que hago hoy es un juramento de lealtad a todos los estadounidenses.
Durante muchas décadas hemos enriquecido industrias extranjeras a expensas de la industria nacional. Hemos financiado los ejércitos de otros países mientras permitimos que se redujeran nuestras Fuerzas Armadas. Hemos defendido las fronteras de otros países mientras descuidamos las nuestras. Hemos gastado millones de dólares en el extranjero mientras la infraestructura de Estados Unidos ha caído en decadencia y se ha deteriorado. Hemos enriquecido a otros países mientras la riqueza, la fortaleza y la confianza de nuestro país se esfumaba en el horizonte. Una a una, las fábricas han cerrado y se han marchado, sin pensar en los millones de estadounidenses que quedaban atrás. Se le ha arrebatado la riqueza a nuestra clase media y la han repartido por todo el mundo.
Pero eso queda en el pasado. Ahora sólo miraremos hacia el futuro. Los que estamos hoy aquí reunidos promulgaremos un nuevo decreto para que se oiga en cada ciudad, en cada capital del mundo, en cada lugar de poder. Desde hoy, una nueva visión gobernará nuestro país. Desde este momento, lo primero será Estados Unidos.
Cada decisión sobre comercio, impuestos, inmigración, asuntos exteriores, se tomará para beneficiar a los trabajadores estadounidenses y sus familias. Debemos proteger nuestras fronteras de los estragos que otros países le hacen a nuestra industria, de los que nos roban nuestras empresas y destruyen nuestros empleos. Esta protección nos llevará a la prosperidad y a la fortaleza.
Lucharé por vosotros en cada aliento, y nunca jamás os defraudaré. Estados Unidos volverá a ganar, ganará como nunca antes lo ha hecho. Recuperaremos nuestros empleos. Recuperaremos nuestras fronteras. Recuperaremos nuestra riqueza. Recuperaremos nuestros sueños.
Construiremos nuevas carreteras, autovías, puentes, aeropuertos, túneles y líneas de ferrocarril en todo nuestro maravilloso país. Haremos que la gente deje la Seguridad Social y vuelva a trabajar. Reconstruiremos nuestro país con manos y fuerza de trabajo estadounidense. Seguiremos dos reglas muy simples: comprar lo nuestro y contratar a los nuestros.
Buscaremos amistades con otras naciones del mundo, pero lo haremos entendiendo que el derecho de toda nación es poner sus intereses por delante. No buscaremos imponer nuestro estilo de vida a nadie, sino brillar como un ejemplo a seguir. Fortaleceremos viejas alianzas y formaremos nuevas, y uniremos al mundo civilizado contra el terrorismo islámico, que será completamente erradicado de la faz de la Tierra.
La base de nuestra política será la total lealtad a los Estados Unidos de América, y a través de esa lealtad, redescubriremos la lealtad de los unos hacia los otros. Cuando abrimos el corazón al patriotismo, no queda sitio para el prejuicio. La Biblia nos dice: “qué bonito y agradable es cuando el pueblo de Dios vive unido.” Debemos expresarnos con libertad, debatir con honestidad, pero siempre ser solidarios. Cuando Estados Unidos esté unido, será imparable. No debemos tener miedo: estamos protegidos y siempre lo estaremos. Estaremos protegidos por los hombres y mujeres de nuestras Fuerzas Armadas, por los cuerpos de Seguridad y, sobre todo, nos protege Dios.
Por último, debemos pensar y soñar a lo grande. En Estados Unidos comprendemos que una nación está viva cuando se esfuerza. Ya no toleraremos a los políticos que hablan mucho pero no hacen nada, que se quejan constantemente pero no hacen nada por solucionar las cosas. Se han acabado las palabras vacías. Ha llegado el momento de pasar a la acción.
Nunca dejéis que nadie os diga que no se puede. Ningún reto es demasiado grande para el corazón y el espíritu de Estados Unidos. No fallaremos. Nuestro país luchará y logrará prosperar otra vez.
Estamos en el comienzo de un nuevo milenio que nos develará los misterios del espacio, que librará al planeta de las enfermedades, que aprovechará las energías, industrias y tecnologías del mañana.
Un nuevo orgullo nacional nos sacudirá el alma, elevará nuestros ojos y sanará nuestras divisiones. Es hora de recordar esa sabiduría que nuestros soldados no olvidan jamás: que no importa si somos negros, marrones o blancos, todos tenemos la misma sangre roja de los patriotas, todos tenemos las mismas libertades y todos saludamos la misma bandera.
No importa si has nacido en la zona urbana de Detroit o en las llanuras ventosas de Nebraska, todos miramos el mismo cielo, todos tenemos los mismos sueños y a todos nos creado el mismo soplo de vida de Dios. Así que, ciudadanos estadounidenses de todas las ciudades, sean grandes o pequeñas, de cada montaña, de un océano al otro, escuchadme: ya no seréis ignorados. Vuestra voz, vuestras esperanzas y vuestros sueños marcarán el destino del país. Y vuestro coraje, bondad y amor nos guiarán por el camino correcto. Juntos, haremos Estados Unidos fuerte otra vez. Haremos Estados Unidos próspero otra vez. Haremos Estados Unidos orgulloso otra vez. Haremos Estados Unidos seguro otra vez.
Y, sí, juntos haremos Estados Unidos grande otra vez. Gracias. Dios os bendiga y Dios bendiga a Estados Unidos”.
[Traducido por Lucía Balducci]
He leído que Michael Moore fue de los pocos analistas que previó la victoria de Trump. También ha previsto que no terminará su mandato pues, según Moore, Trump se saltará la ley y caerá como consecuencia de un “impeachment”. A ver si es verdad!
Se dice lo que desconcierta de Trump “es que un político cumpla sus promesas”.Yo no elogiaría a Trump por esto las medidas que ha adoptado favorecen descaradamente a los ricos-lo de los oleoductos-y perjudican a los pobres.Todo el mundo sabe que es mucho más fácil adoptar una medida a favor de los ricos que en su contra.Joder a los pobres es bastante más fácil.
Trump es un hombre profundamente reaccionario como demuestran sus primeras medidas.El estilo es el de un completo mamarracho.Esperemos que se contente con dar por culo a los mejicanos.Cosa poco previsible.
Sé que no digo nada nuevo: La verdad está por ver.
Y después de tanta propaganda anti- Trump, a saber desde dónde viene movilizada, pues parece que se le tiene miedo. Y dado que hay mucha gente que no se movilizó para ejercer el voto, sabe bien que tiene críticos en todos los bandos. Y el hecho de no ver a Rusia como enemigo, puede ser un giro de noventa grados y poner por fin un punto final a la guerra fría.
Ahora bien, se equivocará si no se preocupa de mejorar todo lo reativo a la educación publica, infraestructura, enseñantes y alumnado, sin mesianismos. Ya que desea destacar en su sorprendente política interior, que nos sorprenda que realmente piensa en los americanos del futuro, capaces de sentirse grandes y pequeños a la vez, sin necesidad de intervenir en las politicas de otros estados y sus culturas, con la excusa de ser salvadores del mundo.
Me refería a este foro de Atrio. Si alguien aquí lo comentó antes, lo siento, no lo he leído.
Nadie ha reparado en ello, Pepe? Pero si es de lo que más se habla (claro, fuera de El País).
Lo que es importante recalcar es que aunque el movimiento que se personaliza en Trump ataca la política neoliberal – algo que han hecho diversas izquierdas a lo largo de las últimas décadas- eso no significa que le confundamos (y mucho menos que ataquemos a dichas izquierdas como promovidas por la derecha).
Esta reflexión vale mucho la pena, yo diría que merece una entrada en la columna central (aunque no sea de El País)
Neofacismo la fase superior del neoliberalismo
Me sorprende que nadie haya reparado en que al menos dos aspectos del programa económico de Trump son profundamente anti-neoliberales:
1.- El proteccionismo económico, contra el que la Organización Mundial del Comercio, en su afán por difundir la filosofía neoliberal, lleva algunas décadas luchando.
2.- Una fuerte inversión pública. Es decir, keynesianismo puro y duro.
Parece que su programa económico, unido a sus ideas sociales, hacen que Trump parezca la derechona de toda la vida, anterior a la implantacion de las ideas neoliberales con Reagan y Thacher.
En cualquier caso, no es tan sorprendente su éxito. La gente está harta de las deslocalizaciones, de que la industria se vaya a China o a India a producir más barato, enviando a mucha gente al paro en los países de los que se marcha. Además, por lo poco que pude ver personalmente en su día, y por lo que me cuenta gente que vive allí, parece que las infraestructuras en los USA están en estado semiruinoso (puentes, carreteras, etc.) Si de pronto viene un señor que les promete reconstruirlas pues es un mensaje atractivo, obviamente.
Esta es la primera vez que en los EE UU es elegido un presidente sin experiencia de servicio público y que él mismo se sorprende de ser electo, pero que una vez obtuvo la elección (no por el voto popular porque ese lo perdió) sino, por delegación o representación, por la votación de los colegios electorales, ha renovado muchas promesas hechas durante su campaña pero ha seleccionado un gabinete de secretarios muy peculiar, casi todos multimillonarios muy exitosos en sus negocios pero que han estado sosteniendo el “pantano que el nuevo presidente quiere drenar” y por lo tanto no son ajenos a lo mismo que el Presidente acusa de ser la causa de los males del país: El poder establecido en Washington DC.
Lo que ahora se lee más bien con neutralidad como “América primero” tiene una historia nefasta, porque es exactamente el slogan que fue usado por el movimiento contra la participación de los EE UU en la derrota de Alemania en la Segunda Guerra Mundial y por lo tanto partidario de dejar que Alemania Nazi continuara su expansión y su genocidio permaneciendo un observador neutral.
¿Cómo llegó el slogan a Sr. Trump y quedo integrado al discurso? No se sabe. Además, las generaciones de estadounidenses jóvenes que lo escucharon, que eran niños o no habían nacido en 1941 cuando el ataque a Pearl Harbor hizo que los EE UU declarara la guerra a Japón y al Eje, no recuerdan o no saben nada de eso.
Quizás el mismo Sr. Trump, que ahora tiene 70 años y en su juventud fue contrario a los negros, los hispanos y los judíos siguiendo a su padre, no conoció aquel movimiento pro-fascista. Durante los debates demostró lagunas significativas de cultura general e ignorancia política.
Lo cierto es que el slogan había desaparecido (Pat Buchanan un escritor de los discursos presidenciales de Nixon, católico y radical derechista lo usó para celebrar dicho movimiento en contra de la entrada del país en la guerra) y él lo ha hecho regresar a la conversación pública.
En efecto, ahora reaparece en el mismo contexto nacionalista y como solución a una visión tan ruinosa del país, que es casi imposible no relacionarlo con otra expresión de Sr. Trump repetida tantas veces durante su campaña y extraordinariamente paranoide y grandiosa: “Solo yo puedo arreglarlo” (refiriéndose al sistema corrupto de Washington DC: Cf. Discurso de aceptación de la nominación presidencial el 21 de julio de 2016, en Cleveland [“Nobody knows the system better than me, which is why I alone can fix it.” (sic)].
En ese mismo discurso lanzó la consiga de que “Americanismo, no globalismo será nuestro credo” [“Americanism, not globalism, will be our credo,” (sic)].
Es cierto que como no tiene antecedentes de servicio público es necesario esperar para ver cómo gobierna (o desgobierna). Lo que sí se sabe es que Sr. Trump es un experto en utilizar la ley para sus beneficios (19 años sin pagar impuestos aprovechando los puntos ambiguos del complejo código de Impuestos sobre la Renta) y que ha sido por muchos años un contribuyente poderoso a las campañas políticas de quienes operan ese sistema corrupto que “solo él conoce y solo él puede arreglar”.
Pienso que muchas de sus expresiones tienen resonancia demagógica y fascistoide, pero también sé que por lo que la prensa filtra (lo que defiende la cadena Fox y los comentaristas radiales de extrema derecha; o los reproches de CNN y MSNBC y los comentaristas radiales moderados o francamente izquierdista) será necesario mirar con cuidado y de cerca que esta alineación de los tres poderes gubernativos norteamericanos (ejecutivo, legislativo y judicial en manos de un solo partido) no se convierta en el fundamento legal de la primera tiranía de este país.
Hay mucha gente en la calle protestando las promesas que Sr. Trump ha hecho en cuanto a la salud, los derechos de la mujer, la política internacional, el proteccionismo comercial, y otras muchas cosas. Ese dato contra el trasfondo de que no lo eligió el voto popular que la Sra. Clinton ganó por un margen significativo, augura un comienzo de esta presidencia muy movido y difícil y con toda seguridad que serán las poblaciones más vulnerables del país quienes paguen el precio.
Los observadores más cínicos tienen no poca razón cuando piensan y afirman que, en términos de gobernanza, “cada país se busca aquello que merece”.
Hola!
Si esto no es “Populismo”, el “Populismo” ¿dónde está?
Cada cual verá si este “Populismo” es bueno o malo.
……………………..
¿Los unirá el amor a la Promesa
o el espanto a lo que hay?
………………………
¡Iremos viendo! – Óscar.
PS.: Leo la entradilla de A.D.:
– “Leído y analizado contiene mucha falsedad demagógica y egoismo preocupante.
Pregunto: ¿Lo de Davos es menos falso y menos preocupante?
Intento de Respuesta: tal vez sea menos falso (es lo que hay),
pero -por eso mismo- más preocupante, ¿no?
Hola!
<b>Discurso inaugural: (16 minutos)</b>(Santiago O’Donnell)
* aislacionista,
* proteccionista,
* nacionalista y
* confesional
…………………….
<b>“Simple: EE.UU. primero, EE.UU. primero”</b>
……………………
Trump prometió una fuerte inversión en obra pública para modernizar el país y generar empleo.
Manifestó su disgusto con la globalización.
Dios, patria y “la gente”.
* “Juntos haremos a Estados Unidos fuerte otra vez.
* Haremos que Estados Unidos sea rico otra vez,
* haremos que Estados Unidos sea orgulloso otra vez,
* haremos que Estados Unidos sea grandioso otra vez.”.
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Trump fue claro, directo, conciso y eficaz.
* “Hoy no estamos simplemente transfiriendo el poder de una administración a otra, o de un partido a otro, estamos arrebatándole el poder a Washington D.C. y se lo estamos devolviendo a ustedes, la gente.”
* “Desde hace demasiado tiempo un pequeño grupo en la capital de nuestra nación se ha alzado con los beneficios de pertenecer al gobierno mientras la gente pagó el costo.
* Washington se enriqueció, pero la gente no compartió esa riqueza. Los políticos prosperaron, pero los trabajos se fueron y las fábricas cerraron.
* El establishment se protegió a sí mismo, pero no a los ciudadanos de este país.
* Todo eso cambia a partir de este momento porque este es su momento.”
………………………………
* “Construiremos nuevas carreteras, y autopistas, y puentes, y aeropuertos, y túneles a lo largo y a lo ancho de nuestro maravilloso país. Sacaremos a nuestra gente de los programas de desempleo y la pondremos a trabajar en la reconstrucción de nuestro país con manos estadounidenses y trabajo estadounidense.”
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* “Nos manejaremos con dos reglas muy simples:
– compre estadounidense y
– contrate estadounidense.”
………………………………
* “Los aquí reunidos hemos decretado, para que se escuche en cada ciudad, en cada capital extranjera, en cada centro de poder. A partir de hoy, sólo será Estados Unidos primero, Estados Unidos primero”.
……………………………………
Prometió:
* “recuperar las fronteras” (evitó frases irritantes sobre muros y criminales venidos de otros países).
* “Erradicar de la faz de la tierra al terrorismo islámico radical” (sus antecesores lo evitaban)
* “No buscaremos imponer nuestra forma de vida a nadie, sino que brillaremos como ejemplo. Brillaremos y los demás seguirán.”
* No olvidó a los veteranos de guerra,
* abundó en invocaciones al patriotismo, a Dios, la Biblia y El Creador.
* “No debemos tener miedo. Estamos protegidos y siempre estaremos protegidos. Estaremos protegidos por los grandes hombres y mujeres de nuestras fuerzas armadas y, más importante aún, estaremos protegidos por Dios.”
* “Es hora de recordar un consejo sabio que nuestros soldados nunca olvidan: seamos negros o marrones o blancos, todos sangramos la misma sangre roja de los patriotas, todos gozamos de las mismas gloriosas libertades, y todos saludamos la misma gran bandera estadounidense…cuando abres tu corazón al patriotismo, no hay lugar para la discriminación”.
* “Buscaremos la amistad y la buena voluntad de las naciones del mundo, pero lo haremos con el convencimiento de que todas las naciones priorizan sus propios intereses.”
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Primer presidente que llega a Washington con promesas de sacudir el establishment a favor del bienestar de “la gente”, de vencer a la burocracia capitalina y a los grupos de interés que atentan en contra del bien común. Sus antecesores fracasaron, pero hoy es hoy y Trump es Trump y Estados Unidos nunca tuvo un presidente como él.
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Podrá gustar o no, podrá dar asco o meter miedo. Pero después del discurso de ayer nadie podrá decir que no estaba avisado.
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