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La descomposición del cristianismo

 Castillo         Escribo esta breve nota el día 3 de diciembre, fiesta de san Francisco Javier. Acabo de leer el Evangelio que corresponde a la misa de hoy, el texto de Mt 9, 35 – 10, 1. 6-8. Y he recordado enseguida lo que el papa Francisco indicaba, hace pocos días: una de la cosa que más daño hace a la Iglesia es el clericalismo. El Evangelio afirma que Jesús, al ver a las pobres gentes de Galilea, “sentía compasión”, le daba pena. Porque aquellas gentes andaban y vivían “como ovejas que no tienen pastor”. Al decir esto, el Evangelio no culpa a la gente. Culpa a los “pastores”, que, en el lenguaje de los profetas de la Biblia, eran los “sacerdotes”.

Pues bien, al llegar a este punto, resulta inevitable recordar la amenaza impresionante que el profeta Ezequiel les lanza (y les sigue lanzando) a los sacerdotes, los de entonces y los de ahora: “Me voy a enfrentar con los pastores: les reclamaré mis ovejas, los quitaré de pastores de mis ovejas, para que dejen de apacentarse a sí mismos, los pastores” (Ez 34, 8-7. 10).

Jesús no fundó el clero. Ni fundó sacerdocio alguno. Eso no consta en ninguna parte, en todo el Nuevo Testamento. Y mucho menos, a Jesús ni se le ocurrió instituir un cuerpo o estamento de “hombres sagrados”, una especie de funcionarios de “lo santo”, que viven de eso y con eso salen del anonimato de los hombres corrientes, para constituirse en una “clase superior”. Jesús no pensó en nada de esto. Lo que Jesús quiso es “discípulos” que le “siguen”, es decir, que viven como vivió Jesús. Dedicado a curar dolencias, aliviar penas y sufrimientos, acoger a las gentes más perdidas y extraviadas. Así nació el “movimiento de Jesús”. Y así se expandió por el Imperio. Hasta que, progresivamente, la creciente importancia del clero y sus ceremonias, sus templos, sus normas… desplazando el centro: del Evangelio a la Religión. De la compasión por los que sufren a la observancia y la sumisión a la religiosidad establecida.

         Y así, paulatinamente, insensiblemente, el discipulado evangélico se convirtió en carrera, en dignidad, en poder sagrado, en rango y jerarquía, en clero, con el consiguiente peligro de derivar hacia el clericalismo. Justamente, lo que el papa Francisco ha lamentado recientemente. Y aprovecho la ocasión para insistir, una vez más, que los cánones de la Sesión VII del concilio de Trento, sobre los sacramentos, no son definiciones dogmáticas, vinculantes para la Fe católica. Porque los Padres del concilio no llegaron a ponerse de acuerdo sobre si lo que condenaban o prohibían eran “errores” o “herejías” (cf. DH 1600).

         Nos quejamos de la falta de clero, de los abusos de no pocos clérigos, de los privilegios que se le conceden a la Iglesia, de la falta de ejemplaridad de no pocos curas…. Todo eso se puede discutir. Todo eso se debe precisar y ajustar a la realidad, para no difamar a totas buenas personas, que, desde su vocación religiosa, trabajan por los demás. Esto es verdad. Y se ha de tener muy en cuenta. Pero más importante y más apremiante, que todo lo dicho, es el hecho de que, paulatinamente, progresivamente, el desplazamiento, del “discipulado evangélico” al “clero eclesiástico”, ha sido – y sigue siendo – la raíz y la causa de la descomposición del proyecto original de Jesús. El Evangelio perdió fuera a costa del poder que alcanzó y sigue ejerciendo el Clero y, lo que es peor, el Clericalismo.

         Mientras este problema no se afronte y se resuelva, hasta sus últimas consecuencias, la Iglesia seguirá como se encuentra ahora mismo: desplazada, en unos casos, y desorientada (sin saber qué hacer) en tantas ocasiones. Los incesantes enfrentamientos (o desacuerdos disimulados) de tantos clérigos con el Papa actual son la prueba más patente de que este asunto es capital y decisivo para la Iglesia en este momento.

20 comentarios

  • MAR Medina

    Siento tristeza al ver en qué sentido evolucionó el movimiento iniciado por Jesús, que no inventó una nueva religión (pero del judaísmo se escindió el cristianismo), ni instituyó sacerdocio alguno (pero pronto se estructuró un poderoso entramado jerárquico y sacerdotal), que predicó el valor intrínseco y la igualdad radical de cada ser humano por encima de diferencias sociales, religiosas y de género (y dos mil años después, la organización que dice haber sido fundada por él sigue siendo patriarcal, sexista, rica y poderosa).

    Seguramente Jesús creía de verdad que el fin de los tiempos estaba cerca, pero eso no resta valor a su descubrimiento de que esa Realidad que nos trasciende y nos sostiene (y quien en su contexto religioso llamó padre) está en el corazón de cada ser humano, lo que hace a cada cual sagrado independientemente de cualquier otra circunstancia, hij*s de Di*s, como él mismo.

    Jesús fue tan revolucionario y tan auténtico que reconoció atributos nada “judíos” ni patriarcales en su experiencia de la divinidad, un amor y misericordia más propios de una madre que del celoso y colérico Dios judío. Pera un hombre de su tiempo…

    La cuestión es que él nos abrió el camino de la búsqueda interior, que tiene unas condiciones de no apego y pobreza, como todo camino místico, y en Jesús, con un compromiso con los demás seres humanos, especialmente los desfavorecidos.

    Pienso que ese es siempre el punto de partida de quien quiera ser cristiano. Sin sacerdotes, da igual que fueran hombres o mujeres.

    Un saludo cordial

  • George R Porta

    Habrá alguna realidad humana puramente buena o puramente mala? Cómo se pudiera concluir que no haya algo? La ciencia puede demostrar aquello que hay, pero no lo que no hay. Eso queda abierto. Por eso me abstengo de condenar a las personas.

    Contra el clericalismo ya no sé qué más decir. No tengo esperanzas de que desaparezca pronto mientras haya curas arrogantes y laicos que los adulen, pero conozco un número considerable que no lo son y confío que haya más.

    No por causa de alguna Escuela de Psicología, sino por cuestión de honestidad conmigo mismo, me niego a juzgarme completamente bueno o malo. Sé que siempre habrá alguna parte de mí que solo alguien desde fuera de mí me puede esclarecer. Lo mismo es válido para toda otra persona.

    El manido ejercicio de “La ventana de Jo-Haris” (J. Luft (1916–2014) y H. Ingham (1916–1995) es una buena ilustración de que la objetividad absoluta acerca de uno/a mismo/a o de otros es imposible. (Si a alguien le interesa puede encontrar una explicación por medio de este enlace: http://www.ipap.sg.gba.gov.ar/sites/default/files/3%20-%20VENTANA%20DE%20JOHARI.pdf

     

  • “Lo que me parece que sea injusto, aunque lo hago yo mismo cuando me descuido al hablar, es sorprenderme o rechazar al Cristianismo en su totalidad por causa de los errores de sus líderes. Hay mucha gente buena, de a pie y también curas y monjas, en el Cristianismo católico, y mucha persona buena en roles pastorales o no, entre las confesiones que rechazan al Papa sean quienes sean.”
    Según una determinada escuela de la psicología. No hay nadie culpable. Todos somos víctimas o no, de determinados programas conscientes o subconscientes. Además, ni yo ni nadie está autorizado a señalar con el dedo.
    Claro que siempre tenemos el libre albedrio. Pero el consciente es solo una parte de nosotros. Tenemos el gran subconsciente, y el enorme supraconsciente. Entre el bien relativo y el mal relativo esta el juego del Lilha. La vida es así.
    “Odia el delito y compadece al delincuente”. Critico “el delito”. O sea la estructura eclesial que se ha formado a través de la historia. Y respecto al clero. Se te fijas George R Porta. Digo “muchos, muchos. A vivir como curas” no digo todos. Porque además sería una estupidez.
    El clero debe ser salvado por los laicos y clérigos… que han roto la barrera clerical invisible, entre dentro o fuera. Dentro, pastores y rebaño, se sienten a cubierto ficticiamente. Pero es fuera donde está la vida.
    Muchos pastores viejos, y errados…, ven con rabia, como los laicos hoy, se la trae al pairo, que la Iglesia los excomulgara o no. Porque ven que se les esfuma su poder sobre el pueblo.
    De todos modos, bajar a la arena del debate. En mi caso al menos, no es ir como digo. Contra las personas.

     

  • George R Porta

    Me parece que fuera difícil llamar triunfante al Cristianismo encontrado por Constantino. Se estaba extendiendo una vez aflojaron las persecuciones, pero ?triunfante?  No sería posible decir que fue el imperio el que se supo vender al Cristianismo que buscaba un respiro lejos de su lugar de origen y dividido porque las cosas humanas son así, la territorialidad es así. Pablo es un caso curioso. A pesar de que los judaizantes trataron de sabotearlo, él no parece que, según las cartas que los exégetas consideran de su autoría, incitara a la oposición, sino a la paciencia y no parecía molestarle que se predicara lo mismo de diverso modo. Es más curioso aún la ausencia de referencia a ningún encuentro entre él y Pedro cuando estuvieron en Roma.

    300 años más tarde, cabe imaginar que la “secta” se hubiese extendido por el territorio del Imperio, hubiera echado profundas raíces en el este del mismo y que, extendiéndose hacia el Oeste, a pesar de la crisis del norte de Africa, las distancias fuesen ya tan grandes que fuera muy difícil si no imposible mantener una unidad de predicación. No me extraña pues que si Constantino con la sinceridad que lo hiciese, mucha o ninguna, ofrecía la posibilidad de un cierto grado de libertad, los líderes cristianos del momento la aceptaran.

    El resto es historia. Tampoco los evangélicos están unidos y compiten entre sí para hacer proselitismo y ver quien es capaz de crear la mayor mega-iglesia o conseguir más adeptos en los países de misión… Lo humano es humano.

    ?Por qué y cómo pudiera justificarse considerar al Cristianismo una excepción, sobre todo cuando se trata, según lo atribuyen las narraciones evangélicas y la tradición que engendraron, de un proyecto “humano”. Yo no puedo hacerlo, pero comprendo a y me alegro por quienes comprenden y conocen lo “divino” en el Cristianismo como para distinguirlo, reconocerlo.

    Lo que me parece que sea injusto, aunque lo hago yo mismo cuando me descuido al hablar, es sorprenderme o rechazar al Cristianismo en su totalidad por causa de los errores de sus líderes. Hay mucha gente buena, de a pie y también curas y monjas, en el Cristianismo católico, y mucha persona buena en roles pastorales o no, entre las confesiones que rechazan al Papa sean quienes sean.

  • Era un libro que estuvo de moda. Aparecía en los quioscos de prensa. “El Vaticano Contra Dios”. Corría el año, más-menos 1999. Ventilaba solo parte de la podredumbre vaticana. Pero recuerdo que contaba que. En unas oficinas vaticanas, alguien pidió una biblia, ante la extrañeza general. “¿Una biblia?…”.
     
    El cristianismo triunfante que se vendió a Roma, (y por eso triunfó). Derrotó a los diferentes cristianismos que habían surgido. Ya empezó mal. Y siguió mal. Porque se sacó de la manga, la jerarquía eclesiástica. Que se brindó “amorosamente” a la función de hacer de intermediarios entre el fiel y Dios. A ellos se lo decía todo Dios, para ser transmitido al rebaño….
     
    Vamos a conceder el beneficio de la duda, al respecto de si a pesar de la interpretación literalista de según qué evangelios, y otros no, la Iglesia post-Nicea tubo autenticidad o solo fue un efectivo modo de poder y control. Pero es que ahora. Hasta se olvidan de la Biblia!
     
    Se queda la cosa en mero control de los “pastores”. Que cargan sobre los pobres incautos que les son fieles, una carga tan pesada y asfixiante, que es imposible que siendo fieles “ortodoxamente” puedan gozar de la vida, y vivirla con alegría. Se convierten en carne de psicólogo y psiquiatra. Vamos. Como pasa con cualquier secta que se precie….
    Y como cualquier secta que se precie. Muchos, muchos “pastores”. “A vivir como curas….”
     
    Porque eso es el cristianismo. Una macro secta asfixiante.
     

    Está al alcance de cualquiera. Hoy no pueden imponer nada. Aunque en las sombras aún pataleen. Ya no hay cruzadas, ni inquisición. Ni terror al Infierno.El que se hace. “Librepensador”. Como su nombre indica. Se queda. “Como perro que le quitan pulgas….”
    Me hago pesado con los cristianos gnósticos. Pero ellos prácticamente no tenían clero….
     
    Se comunicaban directamente con Jesús. Y si me apuráis. Directamente con el Sol…
     
    En los gnósticos cristianos, existía el iniciado. ¿Qué es ser “iniciado”?. Para el cristianismo de hoy…
     
    Se perdió el iniciado. Y apareció el terror tenebroso.
     
    Sobre la tumba del cristianismo. Brillara el Sol….

  • George R Porta

    Si el proyecto de Jesús era apocalíptico, ciertamente lo vio como algo a muy lejano plazo y me cuesta pensar que incluyera en él a Constantino y lo que su hábil maniobra imperial significó desde que comenzó a dar funciones públicas a los clérigos de Roma (cosa que aquellos “seguidores de Jesús” no vacilaron en aceptar aunque Jesús mismo, su persona es una advertencia contra el poder público con respecto al anuncio del evangelio. En su visión lo decisivo era que la gente aceptara o no al evangelizador y en el último caso que éste, con prontitud se fuera as otro lugar y hasta se sacudiera el polvo del zapato.

    No son los evangelizadores sino los potenciales receptores del anuncio los que marcarían el paso. La corrupción parece haber corrompido a los anunciadores porque el proyecto mismo incluye como signo visible de validación de la labor evangelizadora, la recepción que fuera dispensada a al mensaje. Allí donde fuera rechazado no había que insistir y hasta obligar e imponer, sino dejar (quizás lo del Espíritu valga) que el tiempo madurara la semilla caída entre la piedra o en los duros costados del camino. El “viento” podía levantarla de entre la roca y hacerla caer en tierra más fértil. La lluvia pudiera hacer germinar aunque fuera débilmente allí donde las raíces que brotan no pudieran nutrirse fácilmente, pero Jesús no parece tener prisas sino porque acabe de comenzar el anuncio y lo demás debía venir por añadidura.

    Sus seguidores decidieron que ellos marcaban el ritmo (cacarean lo del Espíritu pero parece que no confíen tanto como para dejar que éste ande a su ritmo en el sentido que quiera, como el viento)

     

  • oscar varela

    Hola Rodrigo!

    Todo Ok! – El Ofta- me dio 6 meses y que lo vea con un Estudio más chiquito. Si sigue Ok, me dará un año más … y así sucesivamente. ¡Ritmos de viejos! – ¡Preparate! Porque hay que aprender a ser viejos. Es una de las cosas que en la vorágine actual no hay Universidad que la encare: la de la Vida humana ¿no?

    ………………

    En cuanto a tu “sabia” ponencia de lo “apocalíptico” que tiñe todo lo de Jesús-y-sus-Mariachis se la suele des-cuidar (yo mismo me sorprendí de habérmela olvidado).

    Al preguntarme, entonces, ¿por qué “no la ví”? caí en la cuenta que es porque estoy-estamos en ella, dentro de ella: de la sensación de que “en-cualquier-momento-todo-se-va-al-carajo” (el cual “todo” es muy gustoso de la Física quántica; de las No-dualidades” y demás yerbas por el estilo).

    En la Vida humana, lo más significativo no es “lo-que-vemos” sino “lo-que-AD-MIRAMOS” (un “mirar” desde la “distancia” “AD”).

    Hoy no sabemos qué Botón irá a apretar Trump; y tampoco de lo que les pasará a los chinos que van comiendo mejor y comprando “cositas” gracias a un Gobierno que viene comprando “cosotas” en todo el Mundo fabro-mercantil.

    Nuestra “Situación” – “Circunstancia” – “Mundo” se parece al de Jesús (y al de muchos momentos históricos): -“En el mismo lodo todos manosea’os”.

    ………………..

    Pienso que las “tendencias” pastorales de una “vuelta al Evangelio-Jesús” es un poner el Carro de nuestra vida delante de los Caballos-de que tiran: Primero van al Evangelio-Jesús y lo quieren “aplicar” a la Vida actual de cada uno.

    Esto, si lo atendemos un poqito, nos mostraría que es propio de Gente sin Fe; porque no la encuentran en sí mismo y la tienen que ir a buscar por donde ya hubo pasado (Galilea Año 0-30).

    Entonces se hacen un barullo y pelean y pelean por ver quién la tiene más larga en su interpretación “estudiosa” del Jesús-Galileo.

    Y así andan las “teologías” infinitas sin poder acceder a “nuestra vida de cada día”-

    Abrazo y ¡Vamos todavía! – Óscar.

  • Rodrigo Olvera

    Espero que sean buenos los resultados de tus estudios, Oscar.

  • oscar varela

    Hola!

    Es comprensible que el Capo-Fundador-Capo de http://www.atrio.org (A.D.) a veces espere “resonancias” que los atrieros no dibujamos, o simplemente des-dibujamos.

    Pienso que tal vez nos ocurra que hay ocasiones que no podemos.

    Por ejemplo:

    El comentario inicial de Rodrigo haciéndo hincapié en la perspectiva apocalítica suficientemente clara en los Evangelios y demás escritos sobre Jesús y sus Muchachos, no ponía un horizonte de interpretación más que comprensible para enmarcar lo de el Galileo Jesús.

    Tuve que viajar a donde “atiende Dios” (aunque digan que está en todas partes), e.d. a Santiago de Chile para hacerme Estudios de Glaucoma sugeridos por el Oftalmólogo que me operó; y, entonces no pude remarcar la importancia y verosimilitud del Comentario del Cumpa Olvera; coas que ahora hago enfáticamente

    ………………….

    El Asunto de “fin-de-mundo“, que nos recuerda Rodrigo, reviste, tal vez, una de las varias importantes características de la vida humana.

    Se trata de que la vida humana de cada cual tiene en su ocurrencia varias y variadas experiencias de que “se-me-vino-el-mundo-abajo”; e.d. “esto-así-no-puede-seguir”, o en lunfardo tanguero: “chapá el bufoso, y chau! vamo’adormir!”.

    Los “cambios de edades” también suelen colocarnos en esa experiencia de “estilos de vida que ya no se pueden sostener”. y hay que decir: ¡Adios muchachos!, como lo canta el tanguito imprescindible.

    Adiós, muchachos, compañeros de mi vida,
    barra querida de aquellos tiempos.
    Me toca a mí hoy emprender la retirada,
    debo alejarme de mi buena muchachada.
    Adiós, muchachos. Ya me voy y me resigno…
    Contra el destino nadie la talla…
    Se terminaron para mí todas las farras,
    mi cuerpo enfermo no resiste más…

    Acuden a mi mente
    recuerdos de otros tiempos,
    de los bellos momentos
    que antaño disfruté
    cerquita de mi madre,
    santa viejita,
    y de mi noviecita
    que tanto idolatré…
    ¿Se acuerdan que era hermosa,
    más bella que una diosa
    y que ebrio yo de amor,
    le di mi corazón,
    mas el Señor, celoso
    de sus encantos,
    hundiéndome en el llanto
    me la llevó?

    Es Dios el juez supremo.
    No hay quien se le resista.
    Ya estoy acostumbrado
    su ley a respetar,
    pues mi vida deshizo
    con sus mandatos
    al robarme a mi madre
    y a mi novia también.
    Dos lágrimas sinceras
    derramo en mi partida
    por la barra querida
    que nunca me olvidó
    y al darles, mis amigos,
    mi adiós postrero,
    les doy con toda mi alma
    mi bendición…

  • Isidoro García

    Yo creo que la crítica al clericalismo en la Iglesia Católica, es parcial y poco profunda.

    Cualquier organización, tiene que tener una estructura interna, un esqueleto de mando, (de arriba abajo), y de información, (de abajo a arriba),  ya sea de forma más piramidal y jerárquica, o más horizontal y distribuida, pero constituida por personas con mando, que lo llamemos como lo llamemos serán Cargos de la organización o “Clérigos”.

    La controversia, actual, me recuerda mucho la discusión organizativa de Podemos, como organización ultramoderna, (llevan tres años), y de diseño de laboratorio académico, con la dialéctica base (círculos) o jerarquía personal, (aunque sea elegida por los mismos círculos).

    Y también a la obsesión de Sánchez en el Psoe, por otorgar todo el mando de la táctica del día a día a las bases, dejando vacíos de autoridad moral y real a los cargos electos por las mismas bases. Si las ovejas deciden a donde se va a pastar, en lugar del pastor, ¿para qué existe el pastor?.

    Toda esta confusión proviene de la idea-eje de que las bases son perfectamente maduras y saben todo lo que tienen que saber. Todos somos iguales, todos sabemos igual, (y lo que no sabemos, no tiene ningún valor), y entonces, por qué tenemos que obedecer a una persona, si es igual que nosotros.

    La democracia, se basaría en la idea de que existen en cada comunidad, personas, que por sus características personales, sus saberes, y su lucidez, son superiores al resto. Y la democracia consiste en que elijamos entre esas personas cual queremos que nos conduzca.

     

    Pues en la Iglesia pasa igual: Los círculos de base podemitas, serían las parroquias eclesiales. Se puede pedir que los cargos-clérigos, sean los mejores y mejor formados, pero cargos tiene que haber, a no ser que se quiera una organización asamblearia, que supondría un guirigay espectacular.

    Lo que no se quiere decir, en esos ataques anticlericales desde dentro de la Iglesia, es que la organización del clero, está para dos cuestiones: la fijación de una interpretación determinada de los textos evangélicos, y para la administración de la Gracia de Dios, a través de los sacramentos, decidiendo a quien se les da y a quien no.

    La administración de estos dos monopolios, que la Organización se ha autoatribuido, exigen una estructura de cargos con un orden jerárquico. Debilitar la estructura jerárquica debe ir necesariamente acompañada de un aflojamiento o incluso la renuncia a esos dos monopolios, dejando que actúe a Dios, (que lee y conoce las conciencias de todos), sin intermediarios innecesarios.

    Dice el chiste cínico, que el mejor Papa, para la Iglesia, es el que no cree en Dios: “Lo tenemos que hacer todo nosotros, porque Dios no hace nada o no sirve para nada”.

    La solución es no querer tenerlo todo atado y bien atado, (que ya sabemos cómo acaba la cosa), y abandonarse en la “Providencia divina”, que conoce a su rebaño.

  • George R Porta

    He aquí el párrafo final del Prof. Castillo: Los incesantes enfrentamientos (o desacuerdos disimulados) de tantos clérigos con el Papa actual son la prueba más patente de que este asunto es capital y decisivo para la Iglesia en este momento.
     
    Este es un asunto de real capital y decisiva importancia, pero no para la Iglesia Católico Romana, sino, utilizando la terminología (casi démodée a fuer de desusada o descartada por medio siglo) sino para la totalidad del movimiento que se originó tras del asesinato de Jesús, hoy fraccionado en mayor escala, pero dividido como comenzó su andadura. (La situación idílica inicial descrita en el Libro lucano de Hechos es más ingenua y artificial que real porque ya en tiempos de Jesús había quien deseaba ciertos puestos en el “reino” de particular poder (Cf. Mateo 20, 20-28).  
     
    Veo con esperanza que el “Principio Realidad” pueda informar mejor, juzgando por las apariencias, la vida de los curas a todo nivel y que se revise la necesidad de preservar el curato tal como es concebido ahora.
     
    En suma, me acerco mucho al pensamiento de Congar: Que los curas se despojen de su sotana (o su moaré y armiño) y se vayan a vivir como el común de los mortales, dependiendo de su labor, a salario, en medio del Mundo al que tienen que anunciar lo que nos ha llegado del Evangelio atribuido a Jesús (ver la primera entrada, Óscar Varela, de ayer a las 1:04 AM). No lo digo como lo propone Congar “por un mes por lo menos”, sino cada día para siempre y que puedan comprender las angustias de quienes mensualmente tienen siempre un día de paga con algún dinero y un mes por delante sin ninguno, pero un mes lleno de responsabilidades de todo tipo.
     
     
    Me sumo a la opinión de Rodrigo: El clero no es la consecuencia de sino la causa del clericalismo. Afirmar lo opuesto convierte la afirmación en un problema lingüístico que solo distraería la atención.

  • Julián Díaz Lucio

    Yo no soy escriturista, sino más bien pastoralista, aunque intento  bucear en los aportes críticos de la Escritura-Teología. Yo Creo que el problema de la clericalización-desclericalización se centra en que la afirmación de que la Iglesia es Pueblo de Dios como la base de toda ella, no se ha aceptado ni se quiere aceptar en la práctica, porque eso eliminaría de golpe todo el clericalismo. Se daría paso a una Iglesia no de poderes sino de responsabilidades o ministerios elegidos por las bases de esa Iglesia. Y eso los que mandan no lo quieren. Hace más de 30 años se veía venir esta escasez de sacerdotes, pero nadie ha dicho ni hecho nada. Yo suelo decir que no hay falta de vocaciones sacerdootales/religiosas, sino lo que hay es falta de cristianos que sigan de verdad a Jesús. Los primeros cristianos no se planteaban estos problemas.

  • Asun Poudereux

    Jesus intenta que las personas vean por sí mismas, lo que es realmente importante en la vida, en su vida y en la de los demás, para vivirla cada uno en donde ya está, alineándose a ella junto a lios de su entorno y a toda persona que se cruce en su camino. Para ello, no es preciso ceñirse a unas reglas ni normas de seguimiento, con privilegios incluidos.

    Precisamente, se han ido alejando del Maestro, los que le han interpretado a su conveniencia. Lo mas grave, es no darse cuenta, en dónde está nuestra verdadera casa y lugar común en aquel entonces y ahora, pues estructuralmente, aún con toda la evolución y cambios habidos y por haber, sigue estando en lo más Profundo del ser Humano. Lo demás no deja de ser parafernalia, que lamentablemente sigue causando ceguera y haciendo mucho daño.

  • Román Díaz Ayala

    Me resulta bastante chocante hacer comparaciones enre J. M. Castillo y  Albert Nolan, no porque uno haya sido jesuíta y el otro sea  dominico, sino por lo que se busca de coincidentes o discrepantes. Tales comentarios conllevan una fuerte carga de subjetivismo, y el apriorismo de quienes ya tienen sus respectivas tesis bien formuladas en este foro y hacen guiños al personal.

    J. M. Castillo hace teología, y por tanto sus comentarios nunca se alejan de lo doctrinal, Albert Nolan, aunque dice que su propósito ( en la obra citada)  no es el de hacer teología o historia “como sistema metodológico”, a él le movía ( y le mueve) una gran preocupación por la cultura actual para una mejor comprensión del Jesús histórico y su relación con el Dios de Israel, a quien llama “su Padre”, ahondando en serias reflexiones sobre las cuestiones de una relación personal.

    Pero yo quiero hablar sobre  “La descomposición del cristianismo”, nuestro José María cada vez introduce títulos más provocativos,cuando empieza afirmando que una de las cosas que más daños hace a la Iglesia es el clericalismo, quizás está identificando Iglesia con la confesión católico romana y debemos preguntarnos si tal problema existe y en la misma proporción o gravedad en otras confesiones cristianas no católicas.

    Sí, puede existir, pero no está apoyado por un cuerpo de doctrina tal cual la teoría sacramental y el sacramento del orden que hace de los obispos los sacerdotes de la Iglesia, o bien sujetos autorizados de todos los poderes del sacerdocio pleno.Los presbíteros, “ancianos”, gozan de poderes participativos.

    Sugiero que volvamos a “la teología del laicado”, o “teología del Pueblo de Dios”, regresando al Concilio Vaticano II (1963-1965) Allí se dieron los primeros pasos para una mejor comprensión del problema.

     

  • Gonzalo Haya

    Creo que tanto Pepe Castillo como Rodrigo Olvera tienen su parte de razón. Me parece que la cuestión está en si el proyecto de Jesús -fraternidad universal- corresponde a lo más profundo de la naturaleza humana, y si es sostenible. Yo creo en lo primero, pero matizaría mucho lo segundo. Veo el problema en que el proyecto de Jesús sea libremente aceptado como un movimiento espontáneo por conversión del corazón sin mayor imposición coactiva. Creo que el mismo Jesús esperaba alguna intervención del Espíritu de Dios en los corazones para que el pueblo lo aceptara.  Con realismo podemos decir que es un proyecto “a dos velocidades”, una como sal y levadura, la otra como masa fermentada. ¿Veremos -verán- algún día toda la masa fermentada?

  • ana rodrigo

     
    Lo que hace falta es que la comunidad tenga cultura bíblica y religiosa, que la interpretación de las Escrituras no quede exclusivamente en manos del clero, un clero, por otra parte, tan poco cultivado en exégesis como la inmensa mayoría de los y las creyentes.
     
    Mientras la estructura de la celebración eucarística siga dándole la oportunidad a que sea el clérigo de turno el que tenga la primera y la última palabra en el “púlptito”,  y la comunidad tenga que asentir o salir del mismo para no volver, la interpretación quedará en manos de las ocurrencias, desviaciones o espiritualismos de clero.
     
    Mientras dicha interpretación esté exclusivamente en manos de hombres, escrupulosamente jerarquizados en sus tareas y en sus mentes, como casta apartada de las penas y/o alegrías de la gente común, de nada servirán los llamados progresos del Papa Francisco o de quien sea desde la estructura clerical. Se van poniendo parches de modernidad, pero el problema es de fondo, y esto no tienes solución ni a corto ni a medio plazo.
     
    Yo no sé si la Papa cuando hace estas afirmaciones  de la problemática del clericalismo se le habrá ocurrido poner remedio a la raíz del clericalismo que es el mismo clero. Quizá no pueda hacerlo, pero con la crítica teórica no se resuelve nada, hay que dar pasos.
     

  • Isidoro García

    Hablamos del proyecto original de Jesús. Y ese es el principal problema, que no sabemos cuál era a ciencia cierta ese proyecto.

    De los escritos, realizados muy tardíamente y por una línea de pensamiento determinada, (la paulina), solo podemos aprovechar los indicios, las huellas imperfectamente borradas, ciertos detalles.

    Habría que imaginar de nuevo la vida de Jesús, con el bagaje que tenemos nosotros del conocimiento de la historia de estos dos mil años transcurridos. Solo podemos conjeturar dicho proyecto de Jesús. Yo os expongo nuevamente mi conjetura personal del asunto.

     

    Ahora, por la Ciencia, sabemos que la especie, se encuentra en un proceso progresivo de metamorfosis, subiendo paulatinamente escalones en la vía hacia la sabiduría personal y el conocimiento del Universo.

    A lo largo de este proceso, han ido apareciendo toda una serie de humanos, que por intuición y perspicacia personal, a la que pudiera haberse unido algún tipo de inspiración externa especial, han alcanzado un alto nivel de sabiduría humana y han ido iluminando a sus congéneres, con su lúcida visión de nuestra naturaleza y del proceso en el que estamos embarcados, sin ser conscientes del todo del mismo.

    Pero para entender realmente el cristianismo, cabría hacer una especulación-hipótesis histórica.

    Supongamos que dentro del Plan-programa de tutela y guía de la humanidad en este proceso, se decide, darle un empujoncito, mediante la aparición en la historia de un “sabio” especial, que, (ya porque lo supiera todo anteriormente, o más probablemente, porque se le hubiera informado a lo largo de su vida, y a conciencia, de la situación cósmica de la humanidad), enseñara a la misma, no solo su sabiduría personal humana, sino la situación cósmica de la humanidad: el proceso de metamorfosis que debía protagonizar, (la construcción del “Reino de Dios”.

    En este supuesto, lo primero sería decidir qué momento de la historia, era el mejor para producirse dicha aparición. No debería ser muy al final del proceso, pues el efecto didáctico de la enseñanza debe tener tiempo suficiente para conseguir mejores resultados.

    Tampoco debería ser en un periodo en el que aún los medios de transmisión de su mensaje, (escritura), estuviesen muy poco desarrollados y la transmisión del mismo hacia el futuro, se viese muy disminuida.

    A la vista de pájaro, de nuestra época actual, parecería que en pleno inicio del esplendor del Imperio romano, (Augusto), sería un buen momento. Además la institucionalización y la fluidez de las comunicaciones en esa época del Imperio, favorecería en muchos sentidos la difusión del mensaje.

    Pero todo tiene ventajas e inconvenientes. El principal inconveniente de este supuesta “intervención-empujoncito” al proceso, es que el mensaje de Jesús, debería adaptarse al momento cultural en el que se produce.

    (Particularmente, yo creo que la “aventura mesiánica” del Jesús histórico, fue un suceso casual y anecdótico, fruto de la confusión del plano cósmico y del plano histórico de las circunstancias concretas que Jesús vivió.

    La realidad cósmica de la designación de un Jefe-Guía-Conductor de la humanidad en su proceso evolutivo de metamorfosis de la especie, que lideraría el proceso de “liberación” de la humanidad, se confundió en la cultura judía con la figura paralela del Mesías hebraico, que los judíos, constituídos en “nación”, entendieron con los estándares de la época, como liberación de su nación de los romanos).

    Como consecuencia de esta confusión histórica inevitable se produjo una segunda etapa del Plan que se inició después de la muerte de Jesús, y se alargó durante al menos varias generaciones, durante el siglo I, a través de las múltiples apariciones y revelaciones adicionales del espíritu de Jesús, se fue reconduciendo y conformando el mensaje cristiano inicial: su buena nueva universal, limpiándole de las circunstancias históricas accidentales, del provincianismo judío de la época.

    A partir de ahí, ese Plan-intervención de “Dios” en la historia humana, queda expuesto a la realidad del extremo pluralismo interpretativo del ser humano, y más cuando se interpretan siempre los mensajes, en función de la cosmovisión cultural, de que cada uno dispone. Y se produce una inevitable y humana dispersión del mensaje, que da lugar a una “descomposición” y obscurecimiento de dicho proyecto.

    En mi opinión personal, una visión histórica del suceso jesusita, a la altura de los dos mil años transcurridos, con los conocimientos científicos actuales, y con la fe-intuición en la intervención “revelatoria”, de una Trascendencia exterior a la humanidad, induce a reducir el mensaje de Jesús a dos cuestiones esenciales:

    – La primera, meramente humana: la necesidad de impulsar el proceso evolutivo de la especie,  esforzándose en alcanzar la sabiduría humana (= una comprensión de todas las cosas y sus causas = la auto realización personal), para poder de esta forma, conformar una sociedad humana, sabia y justa: el “Reino de Dios”.

    – La segunda, (y secundaria), el conocimiento esotérico, de que existe un Plan de apoyo de este proceso evolutivo, que tutela y guía a distancia dicho proceso, implementado por los mayores sabios que han surgido de la humanidad, y  encabezado, dirigido por el mayor de ellos, el Cristo.

    Esta segunda parte del mensaje, es solo para los creyentes. Lo esencial es la primera: la construcción del reino de Dios, mediante un esfuerzo personal de búsqueda de la sabiduría personal.

     

  • m. pilar

    Gracias a los dos, Oscar, Rodrigo:

    Comparto las dos miradas, la escueta de y clara de Oscar, y el análisis de Rodrigo… Una vez más:

    !Hay que volver a la fuente!

    Despojarla de tanta “parafernalia” y al tajo… primero personal y de ahí a lo comunitario.

    He pidido vivir, compartir, la experiencia de hacer vida el Proyecto de Jesús y es:

    Extraordinaria, esperanzadora, porque en esa realidad !La vida renace, las personas se levantan, sanan sus heridas y se ponen a trabajar… para hacer posible un mundo mejor.

    Y sin hacer ruido, pero sin descanso, y con un tono alegre, comprometido…

    !Es, una experiencia maravillosa!

    Esas personas en todos los rincones del mundo donde trabajan, son las que hacen realidad…

    !Una vida nueva, aquí, ahora!

    pili-m* pilar

  • Rodrigo Olvera

    Dice José María Castillo

    el desplazamiento, del “discipulado evangélico” al “clero eclesiástico”, ha sido – y sigue siendo – la raíz y la causa de la descomposición del proyecto original de Jesús

     

    Me parece que es al revés, la descomposición del proyecto original de Jesús es la raíz y causa del desplazamiento del discipulado evangéluico al clero eclesiástico.

     

    El proyecto original de Jesús es un movimiento apocalíptico. Esa urgencia de fin-de-mundo es la que explica la radicalidad del desprendimiento material, la transhumancia, la radicalidad del rompimiento con las estructuras de estabilidad social (familia, templo, ley). Y ese fin-de-mundo no llegó. O más bien, llegó pero el movimiento sobrevivió a él (tal como analizó y previó Jesús, los romanos sí que destruyeron Jerusalén, el Templo y la poca autonomía como pueblo de Israel).

     

    Las primeras comunidades cristianas sustituyeron ese fin-de-mundo jesuánico por un nuevo (y pensaban que inminente) fin-de-mundo concentrado en el regreso de Jesús: la parusía. Y este nuevo fin-de-mundo tampoco llegó.

     

    Es la crisis del prologamiento de la espera la que lleva a la crisis de la urgencia de fin-de-mundo, la que lleva a la transformación y desdibujamiento del proyecto original de Jesús y que muchas personas perciben en el proyecto paulino, al que acusan de “traición”. La reallidad es que la urgencia apocalíptica del proyecto original de Jesús, y por tanto la radicalidad evangélica que de tal urgencia se nutría, no era sostenible a largo plazo. No lo fue, y pasó lo que pasó: las comunidades tuvieron que proveerse de estructuras de reproducción y estabilidad social, copiando de las estructuras de reproducción y estabilidad de su ambiente: las del imperio romano, en un momento; las del imperio bizantino en otro momento; las del imperio caroligno en otro momento.

     

    Esa capacidad de adaptación a las estructuras de reproducción y estabilidad social de su entorno- más que la inspriación y protección del Espíritu santo- explica la sobrevivencia de la(s) iglesia(s) en los siglos. Y es justamente el toque que ha perdido la iglesia católica en los ultimos 500 años en general, pero particularmente a partir de Manifiesto Antimodernista. No lo ha perdido del todo, como muestra la renovación teológica de los años 30 a 50 del siglo XX, el Concilio Vaticano II y el actual papado; pero si está muy disminuída.

     

    En fin. Que el desdibujamiento del proyecto original de Jesús tiene su raíz en la naturaleza misma del movimiento de Jesús: un movimiento apocalíptico que tiene que re-pensarse y modifcarse al sobrevivir al fin-de-mundo que esperaba. Era inevitable. El clericalismo es efecto y no causa de tal ‘corrimiento’ del proyecto.

     

    Lo que resulta interesante es si, como dice Albert Nolan en Jesús antes del Cristianismo, la actual urgencia de fin-de-mundo que viven nuestra sociedades actualmente posibilita a las personas e iglesias cristianas a re-conectar con la urgencia y radicalidad del apocalíptico Jesús de Nazareth.

  • oscar varela

    Hola!

    Ok, don “Equipo Atrio” (con cara de don Castillo)!

    ¿La “solución” al problema?

    Yves de Congar en 1964:

    – “No es complicada: que los “pastores” vayan a trabajar y viajando en los transportes públicos; al menos durante unos meses“-

    Breviter y en argot: ¡A laburar, muchachos!

    ¡Vamos todavía! – Óscar.