Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

noviembre 2016
L M X J V S D
 123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930  
7447 Artículos. - 113040 Comentarios.

Tenemos un papa que cree en el evangelio

CastilloEs un hecho que, en la Iglesia, hay gente muy religiosa, sobre todo entre el clero, que no está de acuerdo con el papa que tenemos. No pienso analizar aquí este complicado asunto. Lo que pretendo, en este breve escrito, es simplemente indicar por qué cada día veo más claro que, ¡por fin!, tenemos en la Iglesia un papa que cree en el Evangelio de Jesús. No digo, en modo alguno, que los papas anteriores no hayan creído en el Evangelio. Por supuesto, que han creído. Lo que pasa es que, cuando hablamos del Evangelio, no es lo mismo creer en él, que vivir como el Evangelio nos dice que tenemos que vivir. Aquí tocamos el nudo del problema. Y en esto está la clave de todo este asunto.

He leído – y releído – el discurso que el papa pronunció, en Roma,  ante más de 3.000 participantes de 60 países, que representaban a los movimientos populares de todo el mundo. Pues bien, lo que más me ha llamado la atención, al leer este discurso papal, es que en él no se habla de Teología, ni de Exégesis Bíblica, ni de Doctrina Social de la Iglesia, ni de Ciencias Políticas o Sociales, ni de las enseñanzas del Magisterio Eclesiástico, ni de la Soteriología, ni de la Escatología, ni de la Cristología o la Eclesiología, ni de la Modernidad o la Posmodernidad, ni de ninguna de esas cosas con las que se calientan la cabeza, a diario, los más sesudos pensadores del saber cristiano.  Nada de eso, por lo visto, le interesa al papa Francisco.

Entonces, ¿qué es lo que le interesa a este papa cuando se ve delante de quienes representan a las gentes más necesitadas de este mundo? Pues, o yo estoy ciego (o me ciega no sé qué extraña pasión), o lo que al papa le preocupa y le angustia es exactamente, ni más ni menos, que lo mismo que le preocupó y le apasionó a Jesús de Nazaret. ¿De qué se trata? ¿Qué es esto?

Si algo hay claro, en los evangelios, es que el centro de las preocupaciones de Jesús fue Dios. Pero el problema, que plantean los evangelios, no está en eso. El problema está en cómo tenemos que buscar y encontrar a Dios. Ahora bien, si algo hay claro en el Evangelio, es que a Dios no lo encontramos primordialmente en la “observancia de la Religión”, sino en la “lucha contra el sufrimiento humano”. Por eso el papa habló, con tanta fuerza, no de los grandes temas teológicos y morales de los que venían hablando los papas, desde León XIII hasta Benedicto XVI. Nada de eso. Lo que Francisco hizo, en su discurso, fue irse derechamente a lo mismo que hizo Jesús. En cuanto se puso a anunciar el Reino de Dios, ¿qué hizo? Ponerse a curar enfermos, aliviar penas, acoger a gentes desamparadas, comer con los hambrientos…, sin tener en cuenta para nada si aquellas curaciones y aquellas comidas, con gentes de mala vida y mala fama, estaban permitidas o prohibidas por la religión.

Sin duda alguna, la Iglesia tiene que cambiar. Pero, ¿tenemos claro en qué tiene que cambiar? El problema no está en cambiar los cargos y dicasterios (oficinas) de la Curia Vaticana. Ni siquiera el problema está en que el Vaticano afirme la importancia capital del Evangelio, cosa que ya ha hecho tantas veces. Todo eso puede quedarse en mera palabrería. El problema central y decisivo de la Iglesia está en que ponga el motor de su vida y su presencia en la sociedad en vivir como vivió Jesús.

La fórmula determinante quedó formulada por Francisco con brevedad y precisión: “hablamos de la necesidad de un cambio para que la vida sea digna”. La “dignidad de la vida”. En esto está el centro de la religiosidad por la que tiene que afanarse y luchar la Iglesia. Y sobre este proyecto se tiene que re-hacer la Teología. Una Teología menos interesada por problemas tales como el pecado o la salvación eterna. Y centrada, sobre todo, en: 1. Poner la economía al servicio de los pueblos. 2. Construir la paz y la justicia. 3. Defender la Madre Tierra. Sólo así podremos tener obispos menos preocupados por los problemas relacionados con la sexualidad y la homosexualidad. Obispos que, ante tantos escándalos de abusos de clérigos a seres inocentes, se ponen a mirar para otro sitio. Y tendremos obispos más interesados y afanados por enfrentarse, si es preciso, a gobernantes que favorecen a los ricos, al tiempo que esos gobernantes tan “piadosos” dictan leyes que aumentan la distancia entre los potentados y los débiles.  Y, sobre todo, si esto se toma en serio y con todas sus consecuencias, tendremos una Iglesia, no para el pueblo, sino del pueblo. No para los pobres, sino de los pobres. Y a la que se apuntarán los ricos, si es que tienen coraje para compartir su vida con la de los pobres.

No olvidando jamás una cuestión que es decisiva. Sólo una Iglesia así, estará capacitada para conocer la Cristología y, por tanto, para enterarse de quién es Jesús, cómo se vive cristianamente y cómo se anuncia el Evangelio. ¿Por qué? Esta pregunta se responde afrontando otra cuestión, que es la que más miedo nos da: ¿Cómo conocieron los primeros discípulos a Jesús? No lo conocieron estudiando Cristología, sino viviendo con ÉL y como ËL. De este asunto tan decisivo, la Iglesia, los seminarios, los teólogos, los obispos y los papas, no nos hemos enterado.

El día que esto se afronte de veras, ese día la Iglesia empezará a ter sentido y a dar sentido a la vida de la gente. Y esto, justamente esto, es lo que ha puesto en marcha, con sus “llamadas” ocurrencias y originalidades, el actual papa Francisco. Por eso podemos decir que tenemos un papa que cree en el Evangelio”.

 

68 comentarios

  • Isidoro García

    Jorge: Lo que se discute del darwinismo clásico no es la selección natural, sino el origen de las nuevas mutaciones o cambios. Es la causa, el origen de esas mutaciones lo que está en cuestión.

    Y cuando decía de broma lo de Lamarck, es porque las cosas son tan complejas, que a veces se acierta equivocándose en el método, (la serendepia), y otras se equivoca uno, con un método aparentemente correcto.

    Dices que “No existe ley universal alguna hacia la complejidad”. Mira me viene a la cabeza un dicho popular que dice que muchas veces las cosas ocultas las ponen de relieve las resultas. El hecho claro es que de una informe sopa de quarks, ha surgido Messi, Ronaldo y nosotros, que tampoco estamos tan mal. ¿De verdad tú crees, que se mueve una paja en el Universo, sin que actúen “necesariamente” las Leyes del Universo?.

    La complejidad va unida casi siempre a la  eficiencia en la lucha general por la supervivencia y en un comentario anterior ya puse que y que si en algún caso no van paralelas el aumento de la complejidad y de la eficiencia, la selección natural, elimina esas emergencias, o las reduce a un nicho ecológico muy concreto.

    Dices también: “La biología es un sistema complejo de enorme diversidad, que no se deja formalizar en leyes universales como en Física, la cual puede concretarse y desarrollarse en expresiones matemáticas. La biología aún no”.

    Ese justo es el camino innovador de Kauffman, que es un biólogo teórico, que se dedica a ir haciendo modelos biológicos informáticos. Tú mismo lo reconoces: “la biología aún no”.

    ¿Te queda alguna duda de que con la big data y la I.A., eso se producirá, y ya se está empezando a producir,  y que uno de cuyos frutos es la emergencia biológica?.

     

    Respecto a lo teológico, (los teólogos especialistas que nos lean, con muchos años quemándose las pestañas en el tema, seguro que se asombran de lo kamikazes que somos los aficionadillos. Perdon, ya se sabe lo atrevida que es la ignorancia), llevas toda la razón que la clave de todo es el concepto que utilicemos de “Dios”.

    En el comentario anterior a Angel, explicaba el mío, que no es más que el que me sirve a mí, para que me case mi puzzle. Pero a cada uno le servirá una cosa distinta.

    (Yo creo, que el único interés de nuestros planteamientos personales, solo está en si a algún lector, que tenga una cosmovisión más o menos similar a las nuestras, le puede servir de ideas).

    Como decía ayer a Angel, entre la creencia en la relación con el Dios absoluto y el agnosticismo o el deísmo, debería existir una tercera posición, que haga compatible para el hombre moderno y científico, la espiritualidad, con la Ciencia.

    Es el propósito que tanto a tí como a mí nos ocupa.

  • Isidoro García

    Angel: Lo de los dos lenguajes, el científico y el espiritual, puede extrañar. Pero no debería, pues lo que debe extrañar es contemplar las cosas al tiempo, desde dos mundos disjuntos, incompatibles.

    Los lenguajes son términos, y lo que cuentan son los significados. Por ejemplo, cuando yo hablo de que nuestra metamorfosis nos “diviniza”, (con minúsculas), es porque yo para entender mucha de la literatura religiosa tradicional y poder aceptarla, mediante una fe razonable, necesito reinterpretarla, retraducirla a nuestro lenguaje “moderno”.

    Si no se hace así, solo hay dos caminos, o la fe del lorito, o el rechazo de algo que puede ser valioso. Es como si encuentras una sortija de oro manchada de barro. No la tiras por muy manchada que esté: la limpias y palasaca.

     

    La luz es muy importante para ver. Pero tener demasiada luz, deslumbra, y por ello, respecto a Dios, yo sigo el consejo, de que no muerdas más de lo que puedas masticar, pues te puedes atragantar. En ese sentido, no todo “reduccionismo” es malo, pues pasa como con el colesterol y con todo, que lo hay bueno y malo.

    Así que para entender al “Dios” de las religiones, (el otro es inefable), considero que Dios es Inteligencia en alto grado, y por tanto todo ser inteligente participa de la divinidad, en su cuota parte. Eso ya lo decía Santo Tomás, que decía: “No decimos el único Dios, porque la divinidad es común a varios” (S.T. 1,31). Y, “una cosa tiene ser, por participación”. (S.T. 1,44).

    El Maestro Eckhart lo dice más claro “no se trata de que Dios conoce porque es, sino más bien, porque conoce, entonces, es: Dios es conocimiento y el conocimiento es el fundamento del ser”.

    En ese sentido cuanto más inteligente sea nuestra especie, más “divina” es.

     

    Dices: 1. Ese Dios del Universo que  no “interviene directamente..solo estimula y anima en nuestra mision de metamorfosis…” No veo la razon de meter a ese Dios del Universo en la intrinseca evolucion humana.

    Yo creo que en la evolución humana, el Dios de las religiones, no interviene, y por ello yo no le meto… más que indirectamente.

    Yo, como creyente, intuyo-creo en su existencia real, y creo en su bondad y cariño por nuestro devenir. Y por eso creo, que ha diseñado e implementado un plan para estimular y dirigir en la sombra ese duro y complicado proceso histórico de evolución humana, siempre a través de humanos.

    Ese es el sentido claro del cristianismo: el que “Dios” actúa a través de un grupo de humanos, escogidos, y enseñados, y dirigidos por una Autoridad máxima: el Cristo, (que constituyen lo que yo llamo el “Mundo espiritual” = el “Espíritu”, muy presente y muy real)

    Pero incluso esa “actuación” es solo animadora y consoladora, (el Espíritu, el gran consolador), y solo creo-espero, que si la cosa se pusiera muy fea, entonces la actuación sería directa, para evitar males mayores.

    Yo creo que aparte de nosotros, hay muchas miradas en el “espacio”, atentos a nuestra evolución, al igual que yo creo que estaríamos nosotros si tuviéramos cerca unos vecinos en pleno crecimiento. (Aunque no fuera más que por comprobar que no tenemos cerca unos locos con bombas termonucleares).

    El cristianismo tiene mucha carga esotérica, lo que sucede es que como lo hemos oído desde niños, no nos damos cuenta. Pero no hay más que leer reflexivamente el Credo, para ver que detrás de esas frases que nos sabemos de memoria, hay mucho “tomate”.

    Pero si uno no es creyente, no cambia casi nada de la cuestión. El proceso evolutivo que tenemos que llevar a término y el esfuerzo a realizar para conseguirlo es el mismo. Ni siquiera la fe da más seguridad en el éxito, pues la fe es un paréntesis, “es suspender la acción de la inteligencia y someterse precríticamente a una manera de ver el mundo”, que decía Teilhard.

    Por ello, insisto en que la fe madura está preñada de duda razonable. Pero nos sirve para anclar en ella algo de esperanza, que para algo nos sirve en momentos de aflicción. Es como cuando te estás cayendo por un barranco y te agarras a un arbusto, confiando en que esté bien sujeto a tierra. ¿Por qué no me voy a agarrar al arbusto, aunque no sepa a ciencia cierta que está firme, aunque me voy a destrozar las manos?. Pero en esa tesitura ¿que más te dan las manos?.

  • Jorge

    No Isidoro, Lamark no tenía razón. Su “conjetura” no puede probarse y sin embargo la selección natural (con diversos grados de probabilidad no sólo el azar 50%) se confirma en una enormidad de escenarios diferentes; por ejemplo en la resistencia a los antibióticos por parte de ciertas bacterias patógenas, o diversas estrategias que siguen las células cancerosas con sus exosomas para colonizar otros órganos en la metástasis, o …, ejemplos hay multitud. La velocidad de evolución aumenta cuando los seres vivos entran en una situación crítica, elevan la tasa de mutación aumentando la diversidad genética de sus poblaciones, con lo cual quizás alguna de ellas pueda sobrevivir en condiciones adversas.
     
    No existe ley universal alguna hacia la complejidad. Numerosos escenarios la contradicen ampliamente; el que me parece más significativo es el caso de los parásitos, que no evolucionan hacia la complejidad sino todo lo contrario hacia la simplicidad reduciendo sus estructuras a veces tanto que pierden su autonomía. Sin embargo, si es una ley (al menos muchísimo más extendida, por no decir universal, porque siempre hay seres vivos que son excepción a reglas “universales”) la de supervivencia, (p. ej. especies en las que sus mecanismos adaptativos las han situado en la dirección a su extinción). La biología es un sistema complejo de enorme diversidad, que no se deja formalizar en leyes universales como en Física, la cual puede concretarse y desarrollarse en expresiones matemáticas. La biología aún no.
     
    Con respecto al cristianismo- trinitario es cierto que la Iglesia ha puesto el acento en la divinidad de Jesús y ha caído de hecho reiteradamente en el docetismo, pues lo humano en Jesús queda disminuido, a veces tal como dices a una máscara (el disfraz de hormiga). Parece que te colocas en el polo opuesto junto a los elhesaítas al rechazar la divinidad del hombre Jesús, considerado sólo maestro y profeta enviado por Yahvé y exaltado o glorificado junto a Dios tras su resurrección. Lo nestorianos y arrianos no llegaron a tanto, sino sólo a subordinar la divinidad del Hijo con respecto al Padre. Todas estas tendencias y muchas más fueron rechazadas por la Iglesia como herejías, lo cual no dice otra cosa (a parte de los conflictos y sufrimientos provocados), que lo que transmite la Iglesia sobre Jesús no es eso, sino que responde a “verdadero Dios, verdadero hombre” con igual fuerza y acento en ambos términos, aunque no sea fácil entenderlo ni transmitirlo.
     
     
    Si mi fe en la Plenitud del Reino, me lleva a la convergencia entre lo divino y lo humano y lo humano con lo divino, no veo otra forma de explicarlo que por medio de Jesús. Dios se humanizó primero en Jesús, o lo que es lo mismo que Jesús es en realidad Dios verdadero encarnado, Dios con nosotros, sin esto la humanidad no podría alcanzar su divinización, pues la divinización de nuestra especie no forma parte de nuestra evolución biológica, ni científico-tecnológica, ni por el conocimiento, ni por…. y lo que está en juego aquí es el contenido de Dios, que para mí nada tiene que ver con la Realidad Física, ni siquiera con el conocimiento completo de ella y su control humano.

  • Angel ordas

    Isidoro, creo entender tu posicion sobre el teme Humano-Divino y casi la comparto, pero hay unos flecos que me inquietan un poco.

    1. Ese Dios del Universo que  no “interviene directamente..solo estimula y anima en nuestra mision de metamorfosis…” No veo la razon de meter a ese Dios del Universo en la intrinseca evolucion humana. A veces usas terminologia cientifica, a veces espiritualista y a veces una mezcla de ambas.

    2. No seria mas adecuado usar lo que llamas “quinto elemento”para explicar la interaccion o convergencia de lo Humano-divino? Otro ejemplo espiritualista “en la relacion humano-divina estos saltos cualitativos nos van Divinizando y vamos adquiriendo categoria de Hijos de Dios”.

    3. Me sorprende que para explicar los saltos cualitativos neuronales no hagas uso de A. Damasio: Self comes to mind:constructing the conscious brain. Me parece mas adecuado y pertinente que el “quinto elemento” que es mas sistematico constructivo.

    4. El elixir de la vida (2035) y el efecto de la IA (2026) son proyectos quiza menos previsibles de lo que esperamos.

    5. Me gustaria conocerte mas directamente, me puedes enviar tu e-mail, si lo crees oportuno a : angelgarcia2@icloud.com

     

     

     

  • Isidoro García

    En mi opinión, no hay dos visiones del tema: la trascendente y la inmanentista. En mi opinión hay tres.

    La trascendente del Dios eterno, del que me declaro agnóstico o a lo más, deísta.

    La trascendente del Dios del Universo, que es al tiempo trascendente, (en cuanto nos trasciende, y estarían ahí), pero al tiempo es inmanente, en cuanto que su actuación estaría dentro de las leyes del Universo.

    Es mi alternativa preferida, y ahí el cristianismo no tradicional, tiene un perfecto acomodo. Incluso en este escenario, cabe perfectamente la trinidad, en el sentido, de que el Hijo, (los humanos encabezados por el Cristo, tendremos la misma naturaleza, (Inteligencias del Universo), que el Padre.

    Y la tercera sería la estrictamente materialista, agnóstica, que no contempla la posibilidad de que exista una trascendencia ajena a nosotros. En este escenario, Jesús, sería un mero maestro sabio, y el cristianismo meramente un humanismo, (lo que en sí mismo, no es poco, ni mucho menos).

    Los dos escenarios anteriores, son perfectamente compatibles, en el sentido de que el Dios del Universo, no interviene directamente, (solo estimula y anima), en nuestra misión de metamorfosis de nuestra especie, y de crear así un hombre nuevo, y una sociedad nueva, el reino de Dios, que para los creyentes es una idea al mismo tiempo laica y religiosa, y para los no creyentes, es solamente laica.

    En ambos casos, todos somos compañeros de camino, y no tendría que haber recelos mutuos, pues al final del camino se conocerá la verdad. Por eso sobran los comentarios despectivos hacia los creyentes, que se han sucedido en la historia, a los comentarios descalificadores antiguos y actuales hacia los no creyentes. Está bien lo que bien acaba.

     

    Respecto a lo del “quinto elemento”, significa, que el proceso acumulativo de mejoras sucesivas, debido a nuestra paulatina mejora cultural  y tecnológica, gracias a ese efecto “quinto elemento”, tiene en el tiempo, unos momentos “axiales”, unos puntos de “singularidad”, en los que “de repente” se producen unos saltos cualitativos extraordinarios y desproporcionados para la importancia real del último elemento cultural, (y por ende, neurológico), acumulado.

    En esta época de la Humanidad, esos puntos singulares se van acelerando, (el próximo se anuncia para dentro de 20 años), cuando la potencia informática de la I.A., supere la de la mente humana, y se consiga que el ordenador aprenda por sí solo con la gran masa de información disponible.

    Y otro que también se anuncia para más o menos el mismo momento, (2035), será cuando se descubra el elixir de la vida, una molécula que elimine el deterioro y envejecimiento de las célula, e incluso pueda rejuvenecer las viejas.

    Y respecto a la incidencia de este proceso evolutivo, en la relación humano-divino, estos saltos cualitativos, nos van “divinizando” paulatinamente, (con minúscula), y vamos adquiriendo de verdad la categoría de “Hijos de Dios”.

    Pues para los creyentes, este proceso se hace bajo la supervisión y aliento del Dios inmanente, el Dios el Universo, (con diversos nombres: Yhavé, Alá, o el “Padre”), y todos juntos siguiendo las leyes del Universo, supuestamente creado por el también supuesto “Dios” creador y eterno, sea lo que sea, como sea, y si en verdad es.

  • Angel ordas

    Gracias Isidoro garcia por tus  anotaciones sobre el tema Humano-Divino. “lo divino puede ser una realidad, aunque desconocida, ya que desconocemos su naturaleza real y su existencia real” .Veo que existen dos modos opuestos de estudiar el tema.

    1. Lo divino en el contexto judeo-cristano-occidental se basa en la asuncion de la Encarnacion =Dios se hace hombre. Un hecho que tiene bemoles. Un hecho basado en la fe y en la tradicion evangelico-patristica. Lo divino Dios se inserta en humano=Jesus y la aspiracion ascetica medieval se esforzara en hacer lo humano mas divino. Lo humano se despliega en una nueva dimension. Lo humano deviene, se hace divino. Santa Teresa lo denominaba “sobrenatural”, algo superior al esfuerzo humano, algo recibido que en filosofia se ha denominado TRANSCENDENTAL, lo que transciende, esta por encima de la humano. La ascesis cristiana, la Imitacion de Xto=Kempis han propuesto esta practica como el eje de la conversion y como el camino a la Santidad.

    2.La anotacion de Isidoro Nov.25…apunta a una concepcion INMANENTISTA , contraria u opuesta a la concepcion transcendental, mas acorde a las investigaciones cientificas actuales. La emergencia neurologica donde los desarrollos de circuitos predominantemente corticales D,Amasio proveen un campo esperanzador de esclarecimiento de la autoconciencia y por tanto de lo que podemos llamar transhumano. No entiendo bien el papel del quinto elemento o “fift Discipline” y de como puede encajar en el rompecabezas Divino-humano.

  • Isidoro García

    Jorge, empezaré por el final. El trinitarismo, en mi opinión, anula el humanismo, porque un Jesús al tiempo humano y Dios trinitario, es ante todo Dios. Es como si tienes un  perro que habla, ¿qué es lo que queda?, ¿qué se rasca las pulgas?.

    No, lo que queda es que habla, que es lo excepcional. Si el médico te dice que tienes un pequeño uñero en el dedo, y un cáncer terminal de pulmón, ¿Qué le dirás a la familia? ¿Qué tienes un uñero?.

    El Dios “encarnado”, además de que huele a distancia a “deus ex machina” raruno, (aunque todo es posible en la viña del Señor), huele mucho a Dios que se disfraza de humano. Si tu nieto se disfraza en carnaval de hormiga, ¿te queda alguna duda de que no es una hormiga?.

    Compáralo con la idea judaica, (que mantenía Pablo), de que el Mesías, era un humano de pura cepa, prohijado y designado por Yhavé, para dirigir a la Humanidad, en la construcción de una sociedad ideal, (tu Plenitud = Reino de Dios), bajo la tutela del mismo Yhavé.

    Las cosas serán las que sean, y todo puede ser más complejo de lo que nos imaginamos. Pero a mí como hombre moderno me gusta más el criterio de Ockham, de la causa más sencilla posible. Y además, hay otro “criterio de probabilidad”: la distancia en el tiempo.

    Si Santiago el hermano de Jesús, creía que éste era solo un profeta, y Pablo, contemporáneo de los testigos directos, iluminado con las apariciones de Jesús, lo denomina humano “Señor” de los humanos, resucitado, ascendido y “divinizado” por el Padre, y cuatrocientos años después de todo, unos señores, (muy bienintencionados), dirigidos por un Emperador, (que era “dios” en su entorno cultural), para no hacer el feo, de tener más categoría que Jesús, determinan la trinitización de este. ¿Qué parece más creíble?.

    Pero solo son especulaciones personales.

     

    Respecto a lo del finalismo. Hasta ahora el darwinismo clásico, apoyado en la genética clásica, establecía que era el azar el que establecía las mutaciones genéticas, que luego eran “probadas” en el respectivo medio ambiente, que aprobaba unas y rechazaba la mayoría.

    Pero el emergentismo, apoyándose en esa dinámica de los sistemas inestables, establece un método autopoyético, autónomo por el que se producen las variantes, sin que intervenga azar alguno, sino la aplicación estricta de las leyes físicas y biológicas.

    En esta dinámica autónoma de la vida, se van produciendo nuevas modificaciones cada vez más complejas y sofisticadas, que (por vías genéticas que yo desconozco), se transmiten genéticamente a los sucesores, (lamarckismo). (¡Mira que si al final Lamarck tenía razón!).

    Fíjate que dicen que nosotros somos la 20ª especie de “homo” que ha surgido. Y siempre, la última es superior a las anteriores. ¿Casualidad?. No, simple aumento de la complejidad, y con ello de la eficiencia. (Si en algún caso no van paralelas el aumento de la complejidad y de la eficiencia, la selección natural, elimina esas emergencias).

    Y este aumento de la complejidad, no va por que tengamos ocho brazos, o que tengamos veinte orejas, en lugar de dos, sino en que cada vez somos más inteligentes. Ese es el escalón por el que circula la evolución en nuestro caso.

    El escalón próximo será una especie más inteligente y capaz de conocer mejor el Universo. Pero esta evolución a partir de ahora, ya no será ni darwiniana clásica, ni “emergente genética”, sino será “emergente neurológica”.

    Lo que irán emergiendo, serán nuevos circuitos neurológicos, para obtener nuevas capacidades mentales mucho más sofisticadas. La aparición de nuevas tecnologías generan nuevas habilidades y nuevos circuitos neurológicos, en nuestro cerebro, como con el aprendizaje de idiomas varios, o música o programación.

    La interacción con estos nuevos circuitos neurológicos, darán lugar a fenómenos complejos como el del “quinto elemento”, (http://jmonzo.blogspot.com.es/2011/11/fifth-discipline-de-peter-senge.html), situaciones en que cuando se junten una serie de capacidades determinadas, se produzca un salto cualitativo, extraordinario, dando lugar a nuevas habilidades. Esa será la nueva emergencia neurológica.

    En resumen, parece claro, que si empezamos a ver que hay unas leyes de la naturaleza, que empujan necesariamente, (todas las leyes son “necesarias”), hacia una mayor complejidad, empezamos a ver que el Universo con sus leyes, es una máquina de hacer vida, primero, y luego de hacer Conciencia” – Inteligencia, después.

    Como decía Bergson: El Universo es una máquina de fabricar “dioses”.

  • Jorge

    Isidoro, resulta que estoy de acuerdo en todo lo que dices en tu comentario del 23,12:11, vamos es que podría escribirlo yo, excepto eso de la ortodoxia y autoridad pues son ajenas a la Ciencia. Pero no veo en todo tu discurso de dónde sale el finalismo, quiero decir un emergentismo finalista. Es que siguiendo a Prigogine, en sistemas alejados del equilibrio pequeñas fluctuaciones pueden tornarse irreversibles, con lo cual se pueden formar por ejemplo sustancias complejas, células y organismos, en contra del estado de menor energía o de mayor entropía, que es el desorden. Son mecanismos internos del propio sistema sin intervenciones mágicas o externas. Pero en este proceso no se ve por ningún lado el finalismo, y menos el determinismo, sino que por el contrario se abre a un amplio conjunto de posibilidades. Es decir, el conjunto de condiciones previas no determinan el suceso siguiente, sino que da lugar a diversas posibilidades de ocurrencia con diferente probabilidad, según grados de libertad que emergen de esas condiciones.
     
    Es cierto lo que dices de que entre las diversas alternativas hay “algo” que elige, puesto que en la evolución de la vida y en general del cosmos, han ocurrido hechos de una probabilidad “casi” nula y sin embargo ocurren, y de no haberse dado pues no estaríamos aquí. Hay como una suerte de principio antrópico, algo que ha dado posibilidades para que la vida se dé y que en ésta, la línea de la evolución humana siga adelante y no se extinga. Pero esto no lleva necesariamente a pensar que todo cuanto ha ocurrido y ocurre en el Cosmos sucede en función y convergencia hacia el ser humano o hacia los seres inteligentes. Y esto es lo que dice el finalismo. No me sirve de nada estrujarme las neuronas para descubrir la finalidad del permanganato potásico, de las cornubianitas o el de la patata, del colibrí,…, y menos aún tratar de ponerlo en línea con la emergencia de seres inteligentes.
     
    Sobre tu comentario del 24,13:22, pienso que las experiencias “cumbre” pueden colocarse en línea con el Reino de Plenitud y colaborar en ello, pero no las considero ni imprescindibles ni necesarias. Si sirven bien, pero si no cuidado con ellas. Las pretendidas iluminaciones del más allá con demasiada frecuencia derivan hacia fundamentalismos varios.
     
     
    No entiendo las razones de separar el cristianismo trinitario a partir de Nicea del paulino, y menos decir que Nicea tiró a la basura el humanismo “paulino”. Para mí colocar a Jesús y al Cristo teológico (la misma e idéntica persona) al nivel del Padre, más que oponerse a la convergencia entre lo divino y humano la potencia llevándola a sus últimas consecuencias.

  • Santiago

    Estimado Jorge,  no existe esfuerzo alguno en admitir un Dios trascendente, tanto en el origen como en el final.. Lo puedo encontrar ascendentemente. en cuanto que El mismo asumió nuestra propia humanidad creada. O puede revelárseme de una manera súbita, incomprensible e imposible de negar tal y como le ocurrió a André Frosard y a Pablo de Tarso en la historia de sus conversiones. ….., descendentente. No importa porque la Revelación immanente de Dios es, y ha sido siempre, objetiva y subjetiva, histórica y mística, individual y colectiva. Por lo tanto, Dios es libertad pero también relación con nosotros.

    Como el mundo no  puede explicarse a si mismo,, menos nosotros podemos dar todas las respuestas, sabemos que  ha de existir lo que nos trasciende, infinitamente superior a nuestra vida terrestre que es simplemente temporal. La dificultad  consiste en aceptar los riesgos que implica la autonomía y la libertad que Dios infundió a su Creación  en un mundo imperfecto de acuerdo a nuestros parámetros y nuestra visión humana pero como afirma la Escritura “nada es imposible para Dios”.

    Por otro lado, FE es certeza en la esperanza, no visión absoluta que no pertenece a nuestra vida terrestre,sino la  gracia de acceder a la iluminación de la verdad trascendente.

    Un abrazo.   Santiago Hernández

     

     

     

  • Isidoro García

    El comentario del amigo Angel Ordás, de 19 noviembre 2016 at 14:45 pm, me ha hecho reflexionar. Tiene tres partes distintas. La primera es sobre mi frase, “lo divino si puede ser una realidad desconocida, ni en su naturaleza real y ni siquiera sobre su existencia real”, que está muy confusamente redactada y debería haber sido: “lo divino, puede ser una realidad, aunque  desconocida, (ya que desconocemos su naturaleza real, y no conocemos ni siquiera, ni su existencia real).

     

    Luego tiene una segunda parte. Y dice Angel: “Si la logica no puede (o no sabe) hablar de lo infinito eterno, ¿como puede hablar de lo divino?”.

    Muchas veces caemos en la trampa del “nominalismo”, que consiste en que damos un nombre muy “técnico” a algo o a un fenómeno desconocido, y por eso creemos que ya lo comprendemos, ignorando el consejo zen: “Mejor es ver su rostro, que oír su nombre”. Los nombres pueden ser muy finos y “científicos”, pero ¿qué hay detrás de ellos?.

    Es el síndrome de la etiqueta en la caja negra. Tenemos una caja cerrada que no sabemos que contiene, le ponemos un nombre en una etiqueta, y empezamos a hablar de su contenido, nombrándolo, pero sin saber lo que es.

    La mente tiene horror al vacío, y a los paréntesis y las abstracciones, y agradece el descanso que para ella supone la sensación de que sabe de lo que está hablando cuando nombra algo o a alguien.

    Pues eso mismo pasa con conceptos que nos superan como infinito o eterno, los nombramos, y por decir así los “hilvanamos”, y nos sirven para un ratito. Pero si empezamos a utilizarlos mucho, el “hilván” del nombre, se descose enseguida.

    Y con “Dios”, que es el sumun de lo infinito y eterno, más todavía. Decía Antonio Machado: “Se puede hablar de la esencia del queso manchego, pero nunca de la de Dios…”.

    Y como observó Johanes Scotus (Erígena): “Dios no se conoce a Sí mismo, no conoce lo que es, porque no es un qué; de cierta manera Él es incomprensible para sí mismo y para todo intelecto”.

     

    En la época de Jesús convivían dos posturas: la judía y la helenística-platónica. El Yahveh judío, era un Dios inmanente, que tenía un Templo donde habitaba ocasionalmente, y al que se le ofrecían sacrificios de animales. Por otra parte el Dios platónico, que era “lo moderno” de la época, era un Dios abstracto e intelectual, eterno e infinito.

    La teología paulina del Mesías, como humano, elegido y designado por el padre Yahveh, como líder y representante de la Humanidad ante Él, era una forma de “divinizar” a la Humanidad, como especie querida y favorecida por Dios.

    Pero la posterior divinización trinitaria, de dicho Mesías, en el Concilio de Nicea contra el arrianismo, colocándole al mismo nivel del Padre, tiró a la basura, la gran novedad del cristianismo, como un humanismo por el que la humanidad construyendo el Reino de Dios, se hace “divina”, por adopción del Padre, encabezados por el Mesías = el Cristo.

    Decía hace unos días que entre lo divino y lo humano está lo cristiano. Pero lo cristiano-paulino, no lo cristiano-trinitario. Es una gran superación de la contradicción entre las religiones antiguas del Dios providente, y el humanismo laico moderno que niega toda realidad “divina”.

    El resto de religiones, siguen siendo antiguas. Las únicas religiones compatibles con la modernidad, son la budista, que aparca toda ontología divina, (aunque algunas corrientes budistas tienen divinidades-bodisátvicas, paralelas a los santos cristianos, o más bien a los “antropos gnósticos – “hombres teleios=perfectos”).

    Y la otra es el cristianismo, cuyo kerigma es el objetivo de la humanidad, por lograr por sí sola, alcanzar una evolución de la especie, (el Reino de Dios), que nos haga dignos de ser aceptados como especie “divina”, (inteligentes con un nivel mínimo de desarrollo mental, para ser capaces de organizarnos sabiamente, y ser felices). (Y todo eso bajo la atenta mirada y la ayuda indirecta de un “Dios” inmanente y compañeros de Universo).

     

    Respecto a lo de las experiencias-cumbre, no sé que decir. No son solo experiencias religiosas, porque también las hay laicas.

    Yo como creo en el Espíritu, y su actuación indirecta en nosotros, en la misión que debemos realizar, creo que pueden ser ayudas puntuales y extraordinarias para una reordenación de nuestras cosmovisiones personales. Serían una especie de collejas espirituales, como esos golpes que dábamos a los televisores viejos, cuando hacían rayas.

    De todas formas las hay leves, medias y grandes.

    Las leves y medias las podemos asimilar a las “pequeñas iluminaciones” o “satoris”, y los grandes a las grandes conversiones.

    Pero no necesariamente deben tener origen en el “Espíritu”, y pueden ser grandes intuiciones del subconsciente, que resuelve así, algunas grandes contradicciones que tenemos en nuestra cosmovisión individual.

  • Jorge

    Parece Santiago que el cambio que te propongo de perspectiva, el de sustituir el origen por el final, en el punto de convergencia entre lo divino y humano, y lo humano con lo divino, no presenta tampoco para ti dificultades digamos ontológicas. Quedamos instalados en el Ser, pero no en el origen sino en el final, desde nuestra perspectiva temporal. Sin embargo, si imaginamos o intuimos o pensamos…., en perspectiva atemporal podemos decir que si alguna vez quedamos instalados en el Ser lo estaremos desde siempre y para siempre.
     
    Tomando el final como la “verdadera” creación de Dios y no en su origen me permite des-sacralizar la Naturaleza, liberarla de fuerzas o energías espirituales, de intervenciones divinas, de lo sobrenatural, …., no tengo que esforzarme por ver lo bien que Dios ha hecho todo, disimulando las atrocidades frecuentes en el mundo natural, ni tampoco responder al mal humano como permitido o tolerado por Dios,…
     
    No necesito el finalismo emergentista, me basta con que la línea evolutiva humana se dé como posible y que no se extinga. Pues lo que converge al final no es el mundo sino el ser humano individual y colectivo, al cual Dios lo instala en el ámbito divino dándole su Espíritu y su Ser.
     
     
    Si es lo humano lo que va a converger con lo divino no sólo nos compete llevar paso a paso la humanidad (al completo y sin exclusiones) a la Plenitud, sino también el conocimiento completo de nuestro entorno, formando parte de nosotros mismos, y de este modo entrar con nosotros en el ámbito divino. El mundo llega a Dios por lo humano. Y esto tiene consecuencias importantes en el comportamiento con respecto a la Naturaleza, pues la sostenibilidad de los ecosistemas naturales, la conservación de la biodiversidad, el uso de recursos naturales,…., incide directamente en el contenido del entorno natural que el ser humano llevará consigo a la divinidad.

  • Isidoro García

    Jorge: Sobre si la evolución es finalista o ciega, es un tema que no está cerrado, sino en discusión. Negarse a ella es aplicar una autoridad que nadie ha concedido sobre una supuesta ortodoxia. En Ciencia no hay Espíritu Santo al que colocar en nuestro bando. (No lo digo por mí, naturalmente, que tengo muy poca, sino por los científicos serios y prestigiosos que sí que la tienen).

    En un comentario a un capítulo de tu libro hacía referencia a una cosa que había descubierto en la Wikipedia: el pensamiento abductivo.

    Dice que “un razonamiento abductivo, es un tipo de razonamiento que a partir de la descripción de un hecho o fenómeno ofrece o llega a una hipótesis, la cual explica las posibles razones o motivos del hecho mediante las premisas obtenidas. Charles Sanders Peirce la llama una conjetura. Esa conjetura busca ser, a primera vista, la mejor explicación, o la más probable.

    O sea cuando queremos colocar en nuestra cosmovisión personal, (todo el conjunto de nuestros saberes, unos acertados y otros erróneos, y del resto de nuestras creencias personales), una idea sobre un hecho o un suceso concreto que nosotros aceptamos o creemos que es realidad, necesitamos hacer una conjetura sobre cómo puede ocurrir ese fenómeno, y esta conjetura debe ser coherente con nuestra cosmovisión personal.

    Es un tipo de razonamiento, paralelo al inductivo y al deductivo, que se suele dar cuando desconocemos en todo o en parte, ese trozo de realidad que queremos explicar.

    El razonamiento abductivo, exige imaginación, y libertad y valor de pensamiento, aunque siempre supeditándolo a nuestra cosmovisión personal. Y sus resultados dependen mucho del grado de perfección que tenga nuestra cosmovisión.

     

    El fenómeno evidente que hay que intentar explicar y conjeturar su origen, es el hecho de que a pesar de que es evidente que la vida, y ya no digamos la vida inteligente es producto de la sucesión de una suma ingente de alternativas “afortunadas”, de casi nula probabilidad, la realidad es que aquí estamos nosotros como ejemplo.

    Es como en el ejemplo del mono que teclea aleatoriamente una máquina de escribir y su escrito es El Quijote, sin una falta de ortografía. Es “imposible”, pero se ha dado. Tiene que haber algún truco.

    Pues justamente el emergentismo y toda la genética de la complejidad, basada en Prigogine, viene a explicar ese “milagro”, de una forma científica. Según tengo entendido Kauffman, de sus trabajos no saca ninguna conclusión metafísica o religiosa. Él es sólo científico, son los filósofos de la ciencia los que lo hacen.

    Hay que comprender la posible conjunción entre azar y necesidad. Y esa conjunción la proporcionan los sucesos aleatorios irreversibles.

    Si estamos subiendo una montaña, por un camino aleatorio, pero tenemos una condición de que nunca bajamos de nivel, caminando de una forma aleatoria necesariamente llegaremos a la cumbre.

  • Santiago

    Jorge,  desde la perspectiva eterna de Dios, estoy de acuerdo que estamos instalados desde siempre y para siempre en el Ser….Ahora vemos las cosas desde el punto de vista temporal puesto que no tenemos ningún punto de referencia, excepto a lo que puede llegar nuestra razón humana y a la iluminación de la Revelación por la FE…Por eso ahora sólo  vemos en espejismo, en un claro-oscuro…Sólo la gracia puede ayudarnos a penetrar gradualmente en el misterio de la misericordia divina…Por eso, los caminos de Dios…son diferentes a los nuestros…Dios contempla toda su Creación desde una perspectiva eterna…con todos sus efectos y con todas sus consecuencias…analizando las causas últimas…Nosotros desde nuestra temporalidad terrestre…juzgando sólo el panorama de unos cuantos años…y en el análisis de las causas próximas..

    Sin embargo, el amor de Dios es irresistible..No podemos resistir su llamada por mucho tiempo…Los caminos de Dios llevan a la verdad y al bien…aunque El mismo escriba la historia en líneas torcidas, incomprensibles para nosotros cuándo no encontramos en la vida respuestas adecuadas ante nuestra realidad inmediata…Pero en la casa del Padre “hay muchas moradas” (Jn 14,2)….y “todas las cosas obran para el bien de aquéllos que aman a Dios” (Rom 8,28)…Por tanto, tanto ascendiendo o descendiendo, en la unidad de lo humano y lo divino, en el enlace de lo natural y lo sobrenatural, ya sea súbita o gradualmente, en la enfermedad o en la salud, en la paz o en la guerra, en la desgracia o en la bonanza, nos vamos a tropezar con la pregunta existencial sobre nuestra verdadera realidad que es trascendente y en la trascendencia…porque “nuestro corazón estará siempre inquieto” hasta que no repose en la Verdad…Y Jesús fue el que se proclamó a si mismo como la Verdad…Solo estaremos tranquilos cuando lleguemos a aceptar ese encuentro con todos sus efectos y consecuencias…

    Muchas gracias Jorge por dejarte ver por aquí de nuevo, y por tus sinceros comentarios…

    Abrazos    Santiago Hernández

     

  • M.Luisa

    De acuerdo, Oscar,  que hay mucha más tela  que cortar en todo el conjunto del escrito, pero si destaqué el asunto del perdón con su nueva modalidad incluida, fue porque como ya dije, me servía para ilustrar y facilitar así la comprensión de mi  comentario  de las 11:46 un tanto complejo. me extraña que no captes el sentido!

  • oscar varela

    Hola (de nuevo)!

    Sobre lo de Pancho

    No es lo del ABORTO de lo único ni más importante de su Cartita. En igual nivel se ha de poner algunas otras cositas:

    El documento no deja de lado la SITUACIÓN SOCIAL:

    * “Todavía hay poblaciones enteras que sufren hoy el hambre y la sed, y despiertan una gran preocupación las imágenes de niños que no tienen nada para comer” (n. 18),

    * “grandes masas de personas siguen emigrando de un país a otro en busca de alimento, trabajo, casa y paz”.

    * “la cultura del individualismo exasperado, sobre todo en Occidente, hace que se pierda el sentido de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás”,

    * “las obras de misericordia corporales y espirituales constituyen hasta nuestros días una prueba de la incidencia importante y positiva de la misericordia como valor social”.

    * “ponernos manos a la obra para restituir la dignidad de millones de personas que son nuestros hermanos y hermanas” (n. 19).

    * “No tener trabajo y no recibir un salario justo; no tener una casa o una tierra donde habitar; ser discriminados por la fe, la raza, la condición social…; estas y muchas otras, son situaciones que atentan contra la dignidad de la persona”,

    * responder con el “carácter social de la misericordia”,

    * que “obliga a no quedarse inmóviles y a desterrar la indiferencia y la hipocresía”.

    ……………………..

    El Papa decidió convocar cada año a una Jornada Mundial de los Pobres como un acontecimiento central en la vida de la Iglesia.

    El propósito es que “la justicia y la vida no sean solo palabras bonitas, sino que constituyan el compromiso concreto de todo el que quiere testimoniar la presencia del reino de Dios”.

  • oscar varela

    Hola!

    (en cuanto a lo de Pancho)

    1- Pancho es “Papa”, e.d., Jefe de SUPER-VISIÓN-ADMINSTRATIVA.

    2- El Cargo le imposibilita “hacer-contra” lo que las sucesivas “Constituyentes” (Código de Derecho Canónico) existentes hasta la fecha.

    3- Esa es la Cancha que tiene marcada para jugar el jueguito de la Creencia-religiosa que le ha sido asignada.

    4- Lo que me parece que va haciendo es “tirar la pelota AFUERA”

    5- Pero se trata (en estas cositas) de un AFUERA que es DENTRO DEL ESTADIO.

    6- Estimo que cumple su tarea ENTRENADOR formando el Equipo y cambiando jugadores según la oportunidad (kairos) y conveniencia de su Estrategia.

    7- Estimo, también, que el tipo está convencido de su creencia en todas esas cositas de Dios, del Espíritu Santo, de la Virgen, y de la Misión de la Iglesia (entre esasa cositas se instala la intermediación del curerío)

    8- Este aspecto “pedagógico” no es para nada “des-preciable; y la Gobernanza tedrá sus “razones” que no serán las mías porque las mías no gobiernan más allá de mks narices.

    9- No leí su Cartita pero -si no lo dice- siempre está la ultimísima instancia: “de las decisiones internas: la Iglesia (canónica) ¡Ni Pío!”

    ¿Quizás?

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • oscar varela

    Hola Jorge!

    Ya sabes que -sino A.D.- tienes a mi Correo para que te haga de “intermediario” perdonador de los pecados que te hayas “propuesto” hacer entre tú y el Portal ATRIO.

    (inspirado en el reclamo marialuiseña de darle bolilla a lo de Pancho)

    Óscar.

  • Jorge

    hola

    Santiago, voy a intentar una propuesta lampedusiana, es decir, intentar decir lo mismo que tú pero desde una perspectiva diferente. Parto de una posición materialista radical más allá de la Ciencia, quitando al mundo, a la naturaleza, a la vida, al ser humano, …, todo componente sobrenatural, toda fuerza o energías espirituales, todo finalismo o determinismo, prescindo del ontologismo metafísico, … y además admito que la realidad funciona con plena autonomía por mecanismos propios del sistema, sin ninguna intervención divina ni en su origen ni en su evolución y desarrollo.

     

    Centrada mi fe en Jesús y el Reino, (en la esperanza del triunfo final del bien, en la implicación de Dios en el proceso de plenificación de lo humano, en que la historia humana culmine en la Plenitud), me obliga a cambiar el punto de referencia en mi sistema de creencia desde el tradicional situado en el origen y en la explicación por creación divina del mundo y seres que en el existen, por el final en cual todo se recapitule. Recapitulación final que corresponde en mi sistema al sentido y significado de creación, de creación divina.

     

    Si en el punto de la culminación de la Plenitud Humana convergen lo divino con lo humano y lo humano con lo divino, las consecuencias me llevan a tus mismas proposiciones. En esa convergencia quedamos instalados en el Ser, seremos transformados por el Espíritu, convertidos en seres espirituales sin dejar de ser nosotros mismos, con toda nuestra identidad, memoria y biografía, para dejar la Realidad Física a su suerte y entrar en el ámbito de Dios. Sin embargo, como nosotros llevamos todo nuestro entorno natural sin el cual no seríamos los mismos ni podríamos comprendernos, todo cuanto haya formado parte del entorno humano, entrará con nosotros en el ámbito divino y por tanto también será instalado en el Ser. Nada de cuanto haya existido se perderá, al contrario todo permanecerá para siempre en el ámbito divino junto a Dios.

     

    Y esta propuesta revierte hacia atrás en el tiempo, pues si permanecemos nosotros y nuestro entorno en Dios será así desde siempre y para siempre. Entonces desde esta perspectiva podemos preguntarnos ¿quiénes somos en realidad? ¿Qué es en realidad el mundo que nos rodea? ¿Estamos instalados el mundo y nosotros desde siempre en el Ser? La respuesta tendrá que ser afirmativa, pero que desde nuestra perspectiva temporal no podemos verla, la veremos pero aún no.

     

    M Luisa, te leo con atención pero por ahora prefiero no comentarte nada. Cuando lo crea oportuno me volveré a leer todos tus comentarios y te daré mi opinión. Ya la sabes, pero siempre hay matices diferentes ¿verdad? Te animo a que continúes desarrollando tus pensamientos. Es que en otra ocasión me dijiste que te daba la impresión de que no existías porque no te decía nada y me parece que buscabas el diálogo conmigo. Por esto aquí te confirmo que te leo.