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¿Religión a la carta?

Haya

Artículo publicado inicialmente en  www.feadulta.com

 

1.La pregunta

¿Debe un cristiano cumplir íntegramente con su religión? La respuesta parecería obvia: si se reconoce como cristiano, debe cumplir con su religión; no vale una “religión a la carta”. Sin embargo muchos cristianos, al llegar a una edad adulta, hemos considerado injustificados algunos preceptos –impuestos con la amenaza de castigos eternos– como la obligación de la misa dominical, la confesión, la moral sexual, o la aceptación de dogmas incomprensibles. En algunos ambientes están ahuyentando a unos, y me temo que a otros nos permiten olvidarnos del mensaje central del evangelio. Nos preocupamos más de las normas de la Iglesia que de las parábolas del evangelio.

¿Tenemos que aceptar necesariamente todo lo que nos dice nuestra religión? Me planteo esta pregunta dentro del ámbito cristiano, prescindiendo de otros razonamientos desde una ética o una filosofía natural.

Entiendo la Religión como una socialización de la espiritualidad, basada en unas creencias sobre un Ser trascendente y nuestras relaciones con él (Doctrina), en una normas de conducta (Preceptos), y en unas expresiones en palabras y gestos (Ritos), todo organizado mediante una estructura más o menos jerarquizada.

Para aclarar mis ideas acudo a Jesús, mi referente fundamental; al Jesús de los evangelios, especialmente el de los sinópticos, porque son los que nos transmiten mejor lo que podemos saber del Jesús histórico.

 

2.¿Cumplió Jesús con su religión judía?

Al releer los evangelios, encuentro que Jesús invocó al Dios de la creación –“al principio no fue así” (Mt 19,8) yse consideró en la línea de Abraham, Isaac, y Jacob. Sin embargo renunció al nacionalismo exclusivista de la Promesa y recibió a la mujer cananea, al endemoniado geraseno, y al centurión romano sin ninguna exigencia de que cambiaran sus creencias.

Reconoció a Moisés, pero admitió que hizo concesiones “por la dureza de vuestros corazones”; y criticó duramente las tradiciones transmitidas por los fariseos y los doctores de la Ley porque: “¡dejáis de lado el mandamiento de Dios para implantar vuestra tradición!”, “invalidando la palabra de Dios con esa tradición vuestra que habéis transmitido. Y de éstas hacéis muchas” (Mc 7,5-37); por eso le acusaron: “Le hemos oído decir que… destruirá este lugar y cambiará las tradiciones que nos transmitió Moisés” (Hechos 6,14).

Al rechazar esas tradiciones, Jesús siguió el espíritu de los Profetas, que reclamaron justicia para los débiles (huérfanos, viudas, inmigrantes), y se enfrentaron a reyes y sacerdotes.

En cuanto a los preceptos de su religión, es sabido que transgredió algunos muy significativos como el cumplimiento del sábado, la comida con los gentiles y pecadores, los alimentos impuros, o la lapidación de la mujer adúltera. Lo hizo precisamente para rescatar el espíritu de su propia religión, ahogado por la Ley pero vivo en los profetas.

En cuanto a los ritos y la jerarquía, Jesús recibió el bautismo de Juan, un profeta laico en el desierto, no en el Templo. Acudió a las sinagogas y al Templo para anunciar su programa del Reinado de Dios, pero oraba a solas en el campo abierto, y aconsejaba retirarse en la propia casa para orar. Según Marcos, maldijo el Templo en el simbolismo de la higuera sin frutos: “nunca, nadie jamás coma de tus frutos” (Mc 11,14)Mateo, en cambio, no comprendió –o no quiso comprender- el significado de esta acción parabólica; la abrevió y suprimió el comentario de Marcos “porque no era tiempo de higos” para que no resultara un Jesús caprichoso que maldice a una higuera porque no le da higos cuando él quiereLucas fue más conciliador y cambió la maldición de la higuera por una parábola en la que el hortelano pide que le dé un año más a ver si da frutos (Lc 13,6-9). Estas modificaciones muestran que se trataba de un tema discutido. Mateo y Lucas sí repiten el simbolismo relatado por Marcos de que a la muerte de Jesús “el velo del Templo se rasgó en dos de arriba abajo” (Mc 15,38; Mt Mt 27,51; Lc 23,45).

Fue la jerarquía religiosa, reunida en el Sanedrín, la que condenó a Jesús por blasfemo y lo entregó para que fuera crucificado por los romanos en las afueras de la ciudad santa, y cayera sobre él la sentencia “maldito el que cuelga del madero” (Deuteronomio 21,23; Gálatas 3,13); pero Jesús, fiel al espíritu de su religión, murió dirigiéndose a Dios con las palabras del salmo 22:  “¡Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.

 

3. Jesús no instituyó una nueva religión

Podría objetarse que Jesús fundó una nueva religión, pero muchos teólogos sostienen actualmente que el cristianismo se fundamenta en Jesús, pero que Jesús no fundó el cristianismo. Sería largo de explicar, pero brevemente podemos decir que su mensaje se centró en la proclamación del Reinado de Dios, que es cumplimiento y ampliación universal de la promesa confiada al judaísmo. Rebasó el judaísmo (con su exclusivismo nacionalista), pero no lo rechazó; lo que rechazó fue la letra, no el espíritu de su religión: rechazó las tradiciones abrumadoras (Mt 23,4), el legalismo, la falta de misericordia. Apeló al Dios de la creación –“al principio no fue así”- anterior a cualquier religión, pero no propuso una nueva creencia, ni más mandamientos que el amor, ni más rituales que la oración y la comensalía: “haced esto en memoria mía” (Lc 22,19).

Fueron las nuevas comunidades las que se separaron paulatinamente del judaísmo hasta culminar en el siglo II; los discípulos acudían al Templo a orar, y el llamado concilio de Jerusalén armonizó las relaciones entre los judeo-cristianos y los gentil-cristianos.

 

Conclusiones

Jesús no fundó una nueva Religión, impulsó un Movimiento espiritual que denominó como el Reino de Dios, y que acoge a personas de cualquier religión (cristiana, judía, cananea, o romana). La religión se fue estructurando a medida que se difundían las comunidades.

La diferencia entre este Movimiento espiritual y una Religión, estaría en una gran flexibilidad al concretar e interpretar estos cuatro elementos: creencias, preceptos, ritos, organización. Un Movimiento es un espíritu que se contagia; una Religión es letra que se impone.

La religión es necesaria para expresar la espiritualidad de una sociedad, pero tiene el peligro de que, al correr del tiempo, la letra ahogue el espíritu, de que los pormenores concretos de conceptos, normas y ritos olviden el motivo por el que se fueron estableciendo, de que los árboles no dejen ver el bosque. Esto es lo que sucedía en tiempos de Jesús, y lo que parece que sucede ahora.

Tenemos que volver al Jesús de los evangelios para recuperar el punto de equilibrio entre el Movimiento y la Religión; para impulsar el Reino de Dios, una sociedad igual y fraterna que trasciende nuestros intereses personales. Ecclesia semper reformanda.

¿”Religión a la carta”? Yo elijo el menú de Santiago:

 

“Religión pura y sin tacha a los ojos de Dios Padre, es ésta:
mirar por los huérfanos y las viudas en sus apuros
y no dejarse contaminar por el mundo” (Sant 1,27).

 

6 comentarios

  • Santiago

    Coincido que VIVIR la FE cristiana es vivir la vida de “forma real”  para conocerla y conocernos cada vez más y vivir nuestra humanidad a “plenitud”…Al fin y al cabo es nuestra honestidad y sinceridad por lo que seremos juzgados con respecto al amor..Lo que la Iglesia propone es, en realidad este  camino “prostético” que nos ayuda, efectivamente, a madurar, si lo entendemos como “vía” y como “medio” y no como fin “per se”…. pero ES un camino real que Jesús nos quiso dejar y al que nos invita para facilitarnos esa maduración psico-anímica que es a la vez espiritual y  sacramental..Esta vida sacramental nos acompaña en todas las etapas de este “camino” de profunda maduración, iniciándonos en la primera fe del bautismo, confirmándola con la venida del Espíritu de la verdad a nosotros, ayudándonos a conocernos internamente y reconciliarnos con el Padre y con nuestra propia humanidad, aumentándonos la fuerza de la gracia con el alimento eucarístico, auxiliándonos con la gracia según el estado escogido por nosotros, y por último preparándonos con la oración de unción para el paso trascendental de la trasformación de la vida en el proceso de morir, que forma también parte esencial de “nuestra humanidad”

    …Y es a través de ese camino que escogimos como nos salvamos…PORQUE para el cristiano la vida trasciende, se transforma, ya que solamente vivimos la vida terrestre de manera temporal…un tiempo breve que es d preparación…Jesús no vino pues a frustrar la Ley, ni el culto ordenado a ella…Dentro de la Ley estaba expresado el amor del Padre hacia la humanidad…Los judíos habían tergiversado la Ley dándole un significado que se alejaba de este amor sacrosanto y vital…Por eso Jesús dijo que no venía a “destruir” la Ley, ni siquiera a cambiar una “iota” de ella.(Mt. 5, 17 y ss.)..sino a darle su verdadero “espíritu” que es el que todo estaba encaminado al amor misericordioso de Dios…Por eso, si vivimos plenamente nuestra humanidad estamos cumpliendo verdaderamente la Ley….en ella está contenido el amor…si verdaderamente amamos…nos sacrificaremos por los demás, entraremos en un camino “nuevo” donde todo va ordenado a la realización total de este deseo del espíritu humano que nos conduce hacia nuestra verdadera meta, que consiste en la felicidad eterna…deseada por la fuente del amor divino…y que es nuestro último objeto y el propósito final de nuestra vida..

    Un saludo cordial         Santiago Hernández

     

  • Isidoro García

    ¿Religión divina o religión “humana”?. ¿Religión a la carta o religión estrictamente eclesial?. ¿Qué papel juega Dios en todo este nuestro proceso vital?.

    Es un buen lío, lleno de trampas de elefante.

        Un cartel-anuncio de Cajasol, proclamaba una verdad muy sabia: “Cuando las cosas se vuelven demasiado complicadas, a veces es necesario empezar desde el principio y simplificar. Para eso estamos aquí”. 

    Y para iniciar un proceso de análisis sobre el ideal de cualquier vida “religiosa”, el perfeccionamiento personal, conviene apoyarse sobre seguro: sobre la Ciencia.

    Empecemos por el principio. El hombre inicia su andadura en la forma de una simple y mísera célula microscópica.

    Y posteriormente, inicia un periodo de nueve meses de desarrollo embrionario, en el que se va transformando poco a poco en un bebé que sale a la luz. Tradicionalmente se considera ese momento como inicio de la vida de esa persona.

    Pero no es así. Y tampoco en ese momento es un humano plenamente desarrollado. Por problemas de crecimiento del cráneo, y de estrechez del canal de salida, es necesario que el niño salga antes de tiempo, para hacer posible su nacimiento.

    Después de nacer sigue desarrollándose, fisiológica y psicológicamente, durante un tiempo de unos 18-20 años, en los que se va conformando un cuerpo y una mente, plenamente desarrollados.

    El desarrollo del cuerpo infantil, es evidente pero el desarrollo de la mente, también evidente, también ha sido objeto de estudio por psicólogos como Jean Piaget, que constató un hecho: que los niños y jóvenes sistemáticamente cometían unos mismos errores cognitivos que ya no cometían los adultos.

    Y de ahí dedujo la hipótesis de que el proceso cognitivo o pensamiento de los niños jóvenes es inherentemente diferente del de los adultos. (Finalmente llegaría a proponer una teoría global explicativa de las etapas del desarrollo mental, afirmando que los individuos exhiben ciertos patrones de cognición, comunes y diferenciables en cada período). (Wiki)

    Esto está relacionado con la teoría de Gebser de la evolución histórica de la conciencia del hombre. Gebser estudió las pautas psicológicas generales de una sociedad-tipo, mientras que Piaget, lo hizo a nivel individual.

    Según Gebser, todos nuestros nuevos conocimientos que vamos adquiriendo día a día, los estructuramos en un esquema general previo, (una especie de armario con sus perchas de donde colgamos las ideas), dando lugar a nuestra cosmovisión personal operativa.

    Si no conseguimos colgarlos de una percha, esos nuevos conceptos, quedan inoperativos, (incluso los rechazamos), almacenados en un almacén de conceptos incatalogables. Unas veces no los colgamos por falta de atención y esfuerzo mental necesarios, pero otra vez lo que sucede es que nuestro almacén no tiene las perchas adecuadas para ese concepto.

    Desde el momento cero, según va pasando los años, ese almacén de perchas, va ampliándose y perfeccionándose, y es lo que constituye la cosmovisión-base en cada nivel de edad.

    La teoría de Maslow, y demás psicólogos humanistas, es que si se completa el desarrollo y la maduración psicológica individual, la mente del hombre está programada, para alcanzar un nivel perceptivo óptimo, que nos otorgue la sabiduría. Es lo que religiosamente se llama sabiduría “búdica”, o “crística”, o sería la “santidad” laica.

    Lo que sucede es que por diferentes y múltiples causas, ese desarrollo raramente se completa perfectamente. La falta o deficiencia en los niveles de las necesidades primarias de Maslow, o incluso de las llamadas metanecesidades, arruinan ese proceso de desarrollo.

    (Maslow aborda de otra forma la problemática de lo que es autorrealización, hablando de las necesidades impulsivas, y comenta lo que se necesitaba para ser feliz: verdad, bondad, belleza, unidad, integridad y trascendencia de los opuestos, vitalidad, singularidad, perfección y necesidad, realización, justicia y orden, simplicidad, riqueza ambiental, fortaleza, sentido lúdico, autosuficiencia, y búsqueda de lo significativo.

           Cuando no se colman las necesidades de autorrealización, surgen las metapatologías, cuya lista es complementaria y tan extensa como la de metanecesidades. Aflora entonces cierto grado de cinismo, los disgustos, la depresión, la invalidez emocional y la alienación). (Wiki)

    Total que los pequeños, grandes  medianos traumas y carencias que sufrimos durante nuestra biografía, nos paralizan y distorsionan el desarrollo de nuestra mente, e introducen sesgos emocionales muy fuertes que nos dificultan un correcto discernimiento, al tiempo que malgastan y maldirigen nuestra energía vital, nuestro impulso natural de creatividad y aprendizaje.

    Esa parálisis o freno de nuestro desarrollo mental, hace que quedemos anquilosados y petrificados en una cosmovisión incompleta, lo que dificulta más aún el acopio de nuevos elementos significativos.

    Además el mantenimiento de fuertes núcleos emocionales insanos, obliga a nuestra conciencia a fortalecer e intensificar la barrera represora del inconsciente, con lo que la incomunicación entre ambas partes de la mente se agudiza, e imposibilita la conciliación de opuestos y la eliminación de contradicciones internas.

    Y esta incomunicación nos dificulta el afloramiento de intuiciones sobre nuevas perspectivas a contemplar la realidad, evitando entrar así en la fase integral de la conciencia, de Gebser.

    En resumen, ese es el proceso psicológico de la auto-realización de Maslow, de individuación de Jung,  de maduración de Gebser, de santidad cristiana o de budificación.

    Con este planteamiento, parece claro, que para el creyente, “Dios” está en este proceso, en el sentido de que somos tal cual somos, fruto de las Leyes de evolución del Universo, diseñadas por el “Creador”, sea como y quien sea este, que suponemos quizás observa pasivo, el buen resultado de dicho despliegue general del Universo.

    Y podemos suponer que los dioses de las religiones, (personificados en el “Padre”),  compañeros de Universo, que habrían pasado el mismo proceso de maduración de su naturaleza, que el nuestro actual, observan también pasivamente, pero interesados, el buen desenlace de dicho proceso, para ayudarnos con un último empujón, (si es necesario), felicitarnos, y acogernos fraternalmente, en la gran Comunidad de Seres Inteligentes del Universo.

    La “salvación” religiosa, sería una metáfora, que tiene un cierto sentido biológico. Tenemos que salvarnos en el mismo sentido que las crías de cualquier animal, deben salvarse de los peligros y dificultades en su desarrollo infantil, hasta lograr ser animales adultos con sus defensas y naturaleza, sea la que sea.

    Las religiones han sido unas prótesis, necesarias y útiles durante las primera etapas del proceso de maduración del ser humano, como la barca de Buda, que se utiliza para cruzar el río, pero que se abandona en la otra orilla.

    ¿ Y qué papel, ocupa para los cristianos, Jesús, el Cristo, en todo esto?. Pues él, como adelantado de la humanidad, realizó plenamente ese proceso, de maduración psicológica, el primero, y el mejor, para servir de ejemplo de todos los demás. Y por eso despreció en vida el culto y la letra de la ley. Y preanunció la idea de que es la sabiduría de vida, la que debemos buscar, en vez del infantil tacatá del culto y la ley.

    Por eso la religión del hombre maduro, es vivir su vida real, de una forma en la que sea feliz, y cada día sea mas sabio y humano.

          “Muchas veces es más perfecto hacer lo que es simplemente normal y humano que intentar actuar como un ángel cuando Dios no lo quiere”. “Ciertos deseos y ciertos placeres los quiere Dios en nosotros. No podemos vivir en la verdad si sentimos automáticamente suspicacia hacia todos los deseos y todos los placeres. Es humildad aceptar nuestra humanidad, y es orgullo rechazarla”. (Thomas Merton)

  • Santiago

    Tanto el médico como el abogado como el católico como el judío tiene que CREER en las bases de la institución o profesión que libremente ha elegido para poder ejercerla.

    ES necesario un consentimiento básico para el católico en el ejercicio de su FE en el mundo. Por eso, mientras mas podamos reflexionar y profundizar en el origen de nuestra FE, tanto mas nos acercaremos a su objeto que es Cristo. Por tanto las normas  de la Iglesia han sido ordenadas, no arbitrariamente,sino para nuestra “salud” espiritual. NO olvidemos que la Iglesia Católica ha estado “pastoreando” por el mundo por 21 siglos sobre viviendo en medio de graves crisis y tribulaciones sin nombre, incansables ataques y persecuciones cruentas y ha vivido todos los sistemas políticos, sociales,  filosóficos y economicos..Es por eso que si la Iglesia “nos obliga” a practicar el mínimo, este “yugo” es el mismo de Cristo que es “suave” y su “carga” es ligera ya que Jesús nos dice: “Venid a Mi TODOS”. El Pueblo de Dios en la insistencia de nuestra presencia comunitaria nos invita a incluirnos en la Comunión de los fieles para incorporarnos a la vida de la gracia.

    Por tanto, la fuente y el origen es Jesús de Nazaret.Si El NO ES el fundador del cristianismo…Quién ES?   Aun que se quiera decir que el cristianismo es un movimiento, estamos de acuerdo pero el iniciador de este movimiento y el fundador es Jesus. Ni a Mahoma, ni a Buda, ni a Abraham se les ha negado la paternidad de las religiones que fundaron aunque primero empezaron con un movimiento precario con muy pocos seguidores, pero hoy, como el Budismo tiene millones de seguidores en una religion desarrollada.

    Pero existe muy fidedigna documentacion del siglo 1 y 2 de que Jesus llamo a los Doce para fundar su Iglesia “como un sacramento” para que sacramentalmente nos salváramos del mal y salváramos, a su vez, a nuestros hermanos. La Iglesia por ende recibió de Cristo este mandato que se dasarrolló a traves de los siglos conserva do su carisma salvífico.

    Un saludo cordial.  Santiago Hernández

     

     

     

     

  • oscar varela

    Hola!

    Es extraño cómo el Cumpa Gonzalo (pensador ilustrado) no haya caído en la cuenta de que lo que propone es una contradicción en los propios términos.

    (A no ser que previamente haya licuificado hasta su casi desaparición lo que se entiende por “Religión”)

    – “Religión” no la hay sino como la creencia común (única) de un Pueblo,

    antes y previa a toda determinación individual.

    – “A la Carta” supone determinaciones individuales (múltiples).

    …………………

    Lo que Gonzalo nos pinta no es -a mi entener- “Religión”, sino “Usos y Costumbres”.

    ¿Será?

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • ana rodrigo

    Efectivamente, Gonzalo, estamos en un momento en que la RELIGION casi ha sustituido al espíritu del Evangelio.

    Es cierto que resulta más cómodo y más seguro seguir las leyes de la religión que impregnarse de convicciones profundas sobre el valor de dar vida a esta vida y sentido a nuestra fe. En contraste con las creencias “fabricadas” por otros y hechas a la medida de determinados intereses, el ESPÍRITU no tiene límites, es amplio, es libre, es generador de vida para uno/a mismo/a y para los y las demás, hace nacer en nuestro interior luz para discernir el bien y concretarlo en lo que denominamos valores ya sean personales o sociales. (Cuando hablo del Espíritu no me estoy refiriendo a un ente exterior a nosotros mismos)

    Si, como dice Gonzalo, a la religión le quitas ese aspecto de expresión de una espiritualidad, puede ser un obstáculo que manipule e impida la expansión del Espíritu, enlatándolo en moldes limitados de leyes y normas sin fin, hechas por hombres clérigos que se han adjudicado el conocimiento de la voluntad de Dios.

    El cristianismo evangélico es mucho más potente -y más simple-que las religiones cristianas. Haciendo un poco de “arqueología” en la lectura del NT y quitando tanta broza como le ha caído encima a lo largo de veinte siglos, encontraríamos la esencia del Espíritu de Jesús.

    Para esto los sacerdotes, que son los que difunden las doctrinas cristianas tendrían que ponerse a estudiar en serio una buena y actualizada exégesis, de lo contrario seguirán como correas de transmisión repitiendo siempre los mismos mensajes, tantas veces vacíos y huecos de contenido que sirven para poco a una sociedad laica, moderna, formada y racionalista (algunas veces más culta que los clérigos).

  • Gracias Gonzalo por este texto que aclara muchos aspectos del vivir de la fe cristiana. Vivir del Espíritu de los evangelios es volver a una fe sin fronteras, abiertas a la realidad humana integral y universa. Yo pienso que los pasos que realiza el papa Francisco anda por ese camino.

    Gracias y buen dia