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Punto final

Anoche consumó su vida  Ignacio Carrión, periodista y escritor (Premio Nadal 1995) y cuñado mío muy querido. Otros escribirán más sobre él. Podéis encontrar, en su blog personal, sus más recientes escrituras. Yo no he podido menos hoy que rendirle en ATRIO este pequeño homenaje.

Su vida fue la escritura y la escritura fue su vida.

Ayer puso el punto final a ambas que quedaron así para siempre consumadas.

Completadas, que no muertas. Pues ambas siguen y seguirán vivas.

Con plena conciencia de que estaba viviendo sus últimas horas, Nacho siguió entregándonos hasta el final las últimas palabras de su escritura interior, las últimas gotas de su sangre.

Como Alguien que al saber que llegaba la hora de la plena consumación grabó en la memoria de sus amigos estas palabras: comed este pan y pan y bebed este vino que son mi vida y mi sangre. O como aquel Federico que al entregarnos escrita su vida puso como título a ese último libro estas palabras de Pilato: Ecce homo.

carrionUn eccehomo parecía Ignacio Carrión cuando seguía escribiendo hasta el último aliento, no por impudicia sino para darse hasta el fin en su misión de escribiente de la vida, tan profunda y honradamente asumida.

Su escritura queda ahí viva para quienes le leyeron y le lean, como su imagen y sus gestos, transparentes y tiernos, quedarán siempre para quienes le tratamos y le quisimos.

Viviendo desde niño un profundo y turbulento mundo interior, Nacho pudo y logró prestar atención exquisita a las cosas y a las personas que le rodeaban, incluso a lo que a otros nos pasa despercibido. Y escribir sobre sí y su circunstancia con palabras precisas que transfería al papel, siempre con pluma de tinta, limpiamente, sin tachaduras.

Estas palabras, al verlas escritas, pueden sorprender o escocer. Siempre cuestionan. Son palabras transparentes de niño que no sabe de doblez ni de malicia.

Porque, en definitiva, Nacho ha sido siempre un niño anhelante de abrazo cariñoso. En su último escrito publicado, observando la restauración de los casalicios en el Puente del Real, se preguntaba: ¿Es tiempo de rezar? Y acababa diciendo: “Alguien que nos quiere nos hará memoria. Y nosotros lo escucharemos”.

Sí, Nacho, te queremos y conservaremos tu memoria. Y, al menos yo, estoy seguro de que has recibido ya ese añorado abrazo definitivo de amor y que descansas en paz.

18 comentarios

  • oscar varela

    ¡Genial, ana!

  • ana rodrigo

    Oscar, suelo rellenar el vacío de las palabras con sentimiento y emoción, lenguaje universal para toda la humanidad de todos los tiempos y lugares.

  • M.Luisa

    También es mi deseo  estimado Antonio  en estos momentos de dolor, acompañaros  con  mi sentimiento y todo mi afecto. M. Luisa

  • oscar varela

    Hola ana!

    ¿con qué rellenas los “huecos y vacíos” de las palabras?

  • ana rodrigo

    Ante la muerte, las palabras quedan huecas y vacías. Querido Antonio, quiero manifestarte mi sentimiento de empatía contigo y con tu familia, y que los recuerdos de esta persona maravillosa y querida os acompañen siempre. Ana

  • Pascual Pont Martinez

    Querido Antonio:
    No conocía a Ignacio Carrión pero he seguido tus palabras “Su escritura queda ahí viva” e Internet me ha dado amplia información sobre su Ser, especialmente a través de sus propios diarios y de su blog, de su transparencia tan  continuada y directa, y de su serenidad y claridad ante la muerte.
                Es en este último aspecto en donde he encontrado un paralelismo con la muerte de mi hijo, que en algunos momentos me ha hecho llorar amargamente y preguntarme el por qué de esta enfermedad y por qué se ceba en individuos inocentes y en quienes viven con responsabilidad el mal del mundo. Ignacio desde una óptica periodística. Juan desde un compromiso ecologista que ha hecho que de su muerte se hayan hecho eco los más diversos movimientos del ecologismo español.
                De nuevo tus palabras “tras frenar el cáncer de pulmón con artillería destructiva de radio y quimio” han conducido mi pensamiento, pero esta vez hacia Siria, Yemen, Libia. Algo estamos haciendo mal, al querer vencer al mal con más mal. El largo camino recorrido por la energía y el espíritu para reunir en una célula una enorme riqueza de simbiosis y sinergia, dificulta comprender que en una dinámica de crecimiento absurdo destruya su mayor logro, el individuo humano, al tiempo que se autodestruya sin beneficio alguno, como también es difícil comprender que tras toda la labor de colaboración celular que generó la biosfera y la noosfera, sea el individuo humano el que se vuelva contra ellas y amenace con su total destrucción y consigo mismo.
                Hay que ir a las raíces del problema. El metabolismo precisa del catabolismo, para que el anabolismo prosiga su labor constructiva. Todo está vinculado y sus relaciones tienen que tener proporciones de armonía. Puede resultar significativo si finalmente se comprueba que un pequeño equipo, de una pequeña universidad, en Debrecen (Hungría) ha descubierto la quinta fuerza que revolucione la física, utilizando tecnología tan sencilla, que ha permitido que centenares de laboratorios estén intentando descubrirla y analizarla por sí mismos, y que algunos físicos se planteen si el sistema de destruir bosones con los enormes, pesados y costosos aceleradores, será el camino más adecuado para explorar el interior de la materia, o si será más adecuado observar atentamente lo que ella misma nos revela y dirigir los esfuerzos hacia donde más ayuda se precisa.
     
     
     

  • José Luis Porcar

    IGNACIO CARRIÓN

    Esta vez, otra vez, mi ausencia de avidez por entrar en el territorio y pisar hierba, o asfalto, o charcos o sencillamente estar en contacto con la planta de mis pies, esa falta de avidez pesa sobre mi tristeza en la muerte de Nacho.

    Juan Bautista Llinares, en la comida previa a las sesiones-comentario del Seminario de Lectura, lo presenta y lo admira como envuelto en esa atmósfera de las personas honestas, creativas, perspicaces y hábiles en el arte-tarea de escribir. Y en mis adentros me dejo llevar por la vergüenza o el miedo de manifestar un par de tópicos o de ignorancias que configuran ese arquetipo fácil de retirada a los campamentos de invierno, es decir al silencio.

    Cuánto echo de menos, o qué nostalgia tengo de otra reacción, la que él presenta en sus escritos, los últimos, en que se muestra como un ser humano tal cual, sin arquetipos, ni proyecciones, con su simple latir de vida que mira y relata lo que siente.

    Y esa acción-reacción manifiesta, ahora la percibo como ternura, de la que camina hacia mí con el respeto compartido de lo que él mismo intitula la ‘obsolescencia humana’. Cuánto la echo de menos.

    Antonio Duato, su cuñado, en el trayecto de su hospitalización, comparte un par de pinceladas, desde su entrañable atino para acercarse a las personas, y en mi interior acontece la memoria de mi ausencia de avidez por entrar en contacto con Ignacio, cuando lo tuve a mano. Descubro dimensiones concretas, vivas, de las que se perfilan en anécdotas.

    Un amigo suyo que también participa en el Seminario de Lectura nos informaba sobre su enfermedad, sobre su ánimo, sobre su insistente energía y escritura.

    Y la última noticia era buena: está en casa, y sigue escribiendo.

    Y esta tarde al abrir el correo recibo un golpe: Nacho ha muerto. Y he leído el sentir de Antonio, y me he acercado por primera vez a la escritura de Nacho.

    Y oigo su voz y me acuerdo de sus gestos, y creo en la fuerza sutil de la vida que se derrama en mí, gracias a su presencia.

    Y agradezco este sentimiento, Nacho.

  • Julián Díaz Lucio

    Siento la muerte de tu cuñado. Voy también, pienso a veces, hacia ella. Veo que a  mi alrededor se van marchando definitivamente personas más o menos queridas, y pienso aquello de “cuando las barbas de tu vecino veas pelar…” Pero me acompaña la amistad de amigos próximos y lejanos, y eso me anima a seguir caminando, luchando y contribuyendo a lo que puedo. Un gran  abrazo para ti y tus familiares. Julián

  • oscar varela

    “ECCE HOMO” ¡El hombre, el hombre!

    * No hacemos sino repetir esta palabra como si pudiéramos asegurar de antemano que todos, al pronunciarla, nos referimos a lo mismo.

    (Las palabras son ampolluelas de vidrio que cada cual hincha a su guisa de significado, y acaso el valor decisivo de la ciencia no consista en otra cosa que en dotar a los vocablos de significaciones exactas en las cuales ten­gamos todos que convenir. Ciencia es hablar preciso)

    ¡El hombre!

    ¡Qué cosa más maravillosamente ondu­lante y varia! Parece cosa fácil decir qué es el hombre; pa­rece que basta con fijar en él la mirada y dar un grito: ¡Ecce-homol ¡He ahí el hombre!

    Y, sin embargo:

    * ¿recordáis la dolorosa lámina? Una dulce figura esbelta y pálida, medio desnuda, manando hervor religioso, temblando y ardiendo interiormente de caridad.

    1.-  Al con­templarla el pobre pueblo enfurecido, con pupilas de canes rabiosos, no ve en ella al hombre: ellos quieren al otro, a Barrabás, y el que les presentan es para ellos éste.

    2.-  Los fariseos tampoco vislumbran el hombre; ven sólo un heterodoxo, un sacerdote de una nueva divini­dad matutina que por Oriente se levanta como un lirio celestial.

    3.- Los soldados romanos, ceñidos de bronce, apoyados sobre los anchos escudos labrados, ven sólo un esclavo de cuerpo débil, tez tostada y aguileña nariz: un hebreo, en suma: es decir, un hombre de segun­da clase, exento de ciudadanía: para ser plenamente hombre hay que ser, cuando menos, romanus civis, ciudadano romano.

    4.- Andan por la turba, llenos de espanto y angustia, algunos pescadores galileos a quienes Jesús había prometido el reino siempre azul que se abre más allá de las nubes: míranle éstos con pupilas trémulas; mas tampoco hallan el hombre: ven un Dios

    5.- Pilatos mismo, en fin, que ha dicho «he ahí el hombre», entiende por homo lo que en caso análogo entendería cualquier gobernador civil: el hombre aquel es un caso jurídico, un acusado, una cuestión de orden público.

    ………………

    No bastaba mostrar la esbelta y pálida figura para que las gentes se pusieran de acuerdo respecto a lo que veían: el hombre fue según quien le miraba Este, un heterodoxo, un judío, un Dios, y un reo.

    ………………

    ¿Por qué ha de ser patrimonio del púlpito aquel soberano instante?

    * Una de las creaciones más sabias y fecundas de Hegel es su cristología, su interpretación laica del símbolo cristiano. Cristo es, según él, el ensayo más enérgico que se ha realizado para definir al hombre.

    * La historia entera, la historia política especialmente, no es otra cosa en su última sustancia que la serie de luchas y de esfuer­zos por la definición del hombre.

    * ¿Qué es, si no, la Revolución francesa?

    * Aquellos diez años de horror, durante los cuales se man­tuvo sin cesar el alma europea tensa como el arco de un arquero, ¿a dónde vinieron a dar? ¿Cuál fue la flecha que dejaron clavada en la historia? La bárbara turbulencia de aquel gigantesco suceso nos apa­rece hoy en admirable arquitectura, y allá, en su vértice, hallamos la proclamación de los derechos del hombre, la nueva definición del hombre como sujeto de derechos civiles. Desde 1793 corresponde al hombre en la escala zoológica un mayor peso específico.

    ………….

    No nos es lícito dejar esta palabra mo­viéndose vagamente entre sus innumerables significados.

    Una vez que nos hemos dejado seriamente penetrar de un res­peto ilimitado hacia este problema, el más humano de todos por ser el hombre mismo el problema, nos llegamos con religioso temor a la pregunta:

    -“¿Qué idea del hombre tendrá el hombre que elegimos para la Gobernanza de nuestras sociedades?”-

    Cualquiera que sea, la impronta que en ella deje, será indeleble.

  • oscar varela

    Hola!

    Leo:

    – “Como Alguien que al saber que llegaba la hora de la plena consumación …

    La percepción que nos manifiesta Antonio en esa frase pareciera conducirnos a lo que él mismo desemboca: “YO-MI VIDA”, como la NUEVA REVELACIÓN de que “ESTO ES EL SER HUMANO” (Ecce homo), que se concreta en  una pregunta (que solo dos o tres veces se da en la vida personal): “¿QUIÉN SOY –en definitiva y en serio- YO?”.

    ¡Voy todavía! – Óscar.

  • Me uno a la perdida irreparable del hermano y mis condolencias a sus familiares.

    Decia un santo: “Hoy él, mañana,yo”.

  • Antonio Gil de Zúñiga

    Mi estimado Antonio, acompañarte a ti en estos momentos tan especiales, para que a su vez seas tú apoyo a tu hermana y a su familia

  • mª pilar

    Antonio un gran abrazo, sentido, entrañable… que acompañe en silencio.

    ¡Gracias por compartirlo!

    mª pilar

  • Equipo Atrio

    Sí, Oscar.

    Ironizaba consigo mismo. Al final, tras frenar el cáncer de pulmón con artillería destructiva de radio y quimio, pudo volver a casa tras casi un año de hospital que fue describiendo en su blog. Se paseaba por las calles de siempre con ojos nuevos y se dio cuenta de que eran muchos los que miraban las cosas desde la silla de ruedas. No inventaba esas anécdotas, sino que las vivía realmente. Hay en la esquina plaza de la reina-calle del mar una chocolatería y una farmacia juntas. Y sacó punta de una equivocación banal que a otros nos hubiera avergonzado… Los últimos meses su “escritura interior” está llena de lúcidas observaciones de la realidad de un hospital para cancerosos.

    Gracias por vuestro pésame. Regreso ahora de dar un abrazo a mi querida hermana y pasar un rato con la familia suya y de él, recordando tantas cosas pues éramos amigos desde siempre.

  • Asun Poudereux

    No hay punto final y definitivo, cuando se mira y se vive con los ojos del corazón, Antonio.

    Un fuerte abrazo.

  • oscar varela

    Hola Antonio!

    Leo en el último escrito-blog de tu cuñado “:06/10/2016 Obsolescencia humana“-

    – “se hizo la hora de merendar y me metí en una chocolatería (no era tal) y pedí un chocolate a la española, y el camarero (no era tal) me dijo que no le tomara el pelo porque aquello (y miró a su alrededor) sólo era una farmacia“-

    Parece que ironizaba consigo mismo.

    Tal vez la “ironía” sea la forma más inteligente del humor.

    ¿Es así?

    Óscar.

  • Javier Pelaez

    Antonio,mi sentido pésame.

  • ELOY

    Antonio, con afecto os acompañamos a ti y a tu familia compartiendo vuestro sentimiento.