Es el último título de Luiz Alberto Moniz Bandeira (Civilização Brasileira, 2016), nuestro más respetado analista de política internacional. El autor ha tenido acceso a las fuentes de información más seguras, a múltiples archivos, a lo que se une un vasto conocimiento histórico. Son 643 páginas densas, pero escritas con tal fluidez y elegancia que da la impresión de estar leyendo una novela histórica.
Moniz Bandeira es ante todo un minucioso investigador y, al mismo tiempo, un militante contra el imperialismo estadounidense, cuyas entrañas corta con un bisturí de cirujano. No sin razón fue preso entre 1969 y 1970 , y de nuevo en 1973, por el temible Centro de Informaciones de la Marina (Cenimar), por oponerse críticamente, en el contexto de la guerra-fría, al principal soporte de la dictadura: Estados Unidos.
Los materiales de que dispone le permiten denunciar la lógica imperial presente en el subtítulo: “guerras por procuración, terror, caos y catástrofes humanitarias”. Quien alimenta todavía admiración por la democracia norteamericana y procura alinearse con los designios imperiales (como hacen los neoliberales brasileros), encontrará aquí un vasto material para reflexión crítica y datos para una lectura del mundo más diferenciada.
Dos lemas orientan el centro de poder del estado norteamericano con sus innumerables órganos de seguridad interna y externa: “un mundo y un solo imperio” o “un solo proyecto y el espectro de la dominación total (full-spectrum dominance/superiority)”. Es decir, la política externa norteamericana se inspira en el (ilusorio) “excepcionalismo” del viejo “destino manifiesto”, una variante “del pueblo elegido por Dios, raza superior”, llamada a difundir en todo el mundo la democracia, la libertad y los derechos (siempre según la interpretación imperial que prestan a estos términos) y a considerarse (pretendidamente) “la nación indispensable y necesaria”, “ancla de la seguridad global” o el “único poder” (lonely power).
Ya en el siglo XVIII Edmund Burke (1729-1797) y en el siglo XIX el francés Alexis Tocqueville (1805-1859) presentían que el presidente norteamericano tenía más poderes que un monarca absolutista y que eso degeneraría en una “military democracy” (p. 55). Efectivamente, con George W. Bush a raíz de los atentados a las Torres Gemelas”, se instauró una verdadera democracia militar, con la declaración de la “war on terror” y la publicación del “patriotic act” que suspendió los derechos civiles básicos hasta el habeas corpus y dio permiso para las torturas. Esto, ciertamente, configura un estado terrorista.
Como varios científicos norteamericanos, citados por Moniz Bandeira (p. 470), afirmaron: “ya no hay una democracia sino una “economic élite domination” a la cual debe someterse el presidente. Las decisiones son tomadas por el complejo industrial-militar (la máquina de guerra), por Wall Street (las finanzas), por poderosas organizaciones de negocios y por un pequeño número de norteamericanos muy influyentes. Para garantizar el “espectro de la dominación total” mantienen 800 instalaciones militares en el mundo, la mayoría con ojivas nucleares y 16 agencias de seguridad con 107.035 agentes civiles y militares. Como afirmó H. Kissinger: “la misión de América es llevar la democracia, si es necesario mediante el uso de la fuerza” (p.443). En esta lógica, de 1776 a 2015, o sea, en los 239 años de existencia de los EUA, 218 han sido años de guerra y solo 21 años de paz (p. 472).
Se esperaba que Barack Obama diese otro rumbo a esta historia violenta. Ilusiones. Cambió solo los nombres, pero mantuvo todo el espíritu excepcionalista y las torturas en Guantánamo y en otros lugares fuera de Estados Unidos como en tiempos de Bush. A la “perpetual war” le dio el nombre de “Oversee Contingency Operation”. Por decisión personal (penal), autorizó cientos de ataques con drones y con aviones no pilotados, matando a los principales líderes árabes (p. 476).
Con cierta decepción, Bill Clinton constató: “Los Estados Unidos no han vencido ninguna guerra desde 1945” (p. 312). De Irak huyeron en silencio en la oscuridad de la noche (p. 508).
El libro de Moniz Bandeira entra en detalles mínimos sobre la Guerra en Ucrania, en Crimea y en el Estado Islámico en Siria, con nombres de los actores principales y fechas.
La conclusión es avasalladora: “Dondequiera que intervienen Estados Unidos con el “specific goal of bringing democracy”, el objetivo específico de llevar la democracia, esta se compone de bombardeos, destrucción, terror, masacres, caos y catástrofes humanitarias… entran para defender sus necesidades e intereses económicos y geopolíticos, sus intereses imperiales” (p.513).
La cantidad de informaciones presentadas sustentan esta afirmación, no obstante las limitaciones que siempre podrán ser aducidas.
Leonardo Boff es articulista del JB online y escribió Ethos Mundial: un consenso mínimo entre los humanos, Record 2009.
Traducción de Mª José Gavito Milano
LOS NUEVOS DIOSES DEL MERCADO GLOBAL
Ricardo Forster
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-312384-2016-10-22.html
1- fantasmagoría: expansión ilimitada del capitalismo en su fase neoliberal.
* trama simbólica de un orden económico que transforma las estructuras materiales de la sociedad y modifica el sentido común de las sociedades.
2- hacia un exorcismo necesario.
* desentrañar el funcionamiento de la máquina financiera,
* penetrar en sus formas laberínticas y opacas,
* descifrar la telarañas de su lenguaje numérico y especulativo,
3- los elementos del delirio.
* La digitalización de la información configura una humanidad que cada vez comprende menos el sentido de los cambios que vive cotidianamente.
* Un frenesí enloquecedor atraviesa cuerpos y fantasías, lenguajes y sentimientos hasta hacer estallar valores y creencias que hasta antes de ayer constituían las brújulas orientadoras de nuestras sociedades.
4- La maquinaria neoliberal.
* es mucho más que un giro en el patrón de acumulación,
* es una colosal mutación de usos y costumbres apuntalada por una expansión tecnológica que vuelve obsoletas las prácticas y los saberes de la sociedad en un pasado reciente.
* lo fugaz, lo veloz, lo inmediato, son el rasgo volátil, inasible, fantasmal, despersonalizado, desterritorializado y descorporalizado del viaje por el éter de los flujos financieros que marcan los rasgos decisivos del capitalismo contemporáneo.
5- los sueños de los “emprendedores” (financieros).
Jóvenes aventureros que viven al ritmo frenético de los bits de información y de los flujos etéreos de riquezas desmaterializadas capaces de cambiar el destino de millones de seres humanos en apenas un instante y de acuerdo al ingenio, a la toma de riesgo y a la amoralidad del agente de bolsa.
Sueñan:
* con la extinción del valor de uso, con el eclipse de la dimensión referencial de la realidad;
* con que el mundo se disuelva en flujos de datos;
* con que se imponga la tiranía absoluta del código binario;
* con una fe puesta en la espiritualidad del cibercapital;
* con luces eternas de los gráficos que brillan en innumerables monitores;
* con arrasar el lenguaje coloquial, demasiado cargado de restos históricos ‘antifuturistas’;
* a la velocidad de nanosegundos de la maquinaria bursátil;
* con erradicar todo rastro de la historia, arrasada por vendavales futuros;
* con mercados incontrolados y de un desmesurado potencial inversor;
* con la perspectiva de ganancia a futuro sin pasado;
* con el olvido, consumado en el fin de la historia.
6-muestra de las hilachas.
* vértigo, violencia, armazones tecnológico-informacionales que controlan todo a través de cámaras y dispositivos comunicacionales que, de modo omnipresente, colonizan todos los aspectos de la vida.
* procesos caóticos que caracterizan al capitalismo actual.
* el tiempo fluye del mismo modo aniquilador al de un sistema económico que se mueve al ritmo de la obsolescencia permanente de las cosas-mercancías y de los seres humanos que apenas si son números descartables en el juego del mercado global.
* creación fantasmal de riqueza que se consume en el altar de la especulación.
7- haciendo memoria.
Movimientos erráticos del mercado y de la economía mundial:
– colapso de Wall Street de 1987
– crisis de Japón de 1990,
– debacle de los mercados de bonos en 1994
– crisis rusa de 1998,
– burbuja tecnológica o burbuja puntocom de 2000
– desastre de 2007 y 2008 y los años posteriores
8- la “probabilidad” desmentida: hacia un final nada feliz.
De acuerdo con las probabilidades económicas, aquello nunca debería haber ocurrido.
Extraña dialéctica:
* el sistema se sigue reproduciendo;
* exacerba su potencial disgregador;
pero también:
* evidencian la anarquía que hoy domina lo que supuestamente era una lógica económica que prometía la racionalidad como núcleo de su despliegue y que sin embargo dibuja los trazos de un final posible.
9- El homo economicus contemporáneo.
Máquina deseante, que, con sus preferencias egoístas y un deseo que no conoce límite, quiere lo que no puede y hace lo que no quiere.
* no entra en escena como mero sujeto racional,
* sino como sujeto pasional,
* que, a lo sumo, regula sus pasiones aplicando una mecánica de intereses.
* actúa como sujeto ciego, con un saber reducido.
* su hoja de vida es particular, intramundana;
* avanza con conciencia reducida y horizonte estrecho.
10- aprendices de brujos.
Así como las sociedades de una remota antigüedad creían que las fuerzas de la naturaleza remitían a poderes anímicos y a potencias sobrenaturales, los hombres y mujeres de la actualidad se sienten pequeños e insignificantes ante las tormentas que los dioses del mercado desatan sobre sus frágiles cuerpos.
11- de brujerías e hipnosis.
Unos pocos manejan la tómbola apropiadora de la riqueza generada por los muchos:
* los muchos no terminan de comprender quién ni cómo desató esa tormenta que los deja desamparados ante los dioses inescrutables del mercado.
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