Para poder esclarecer el pensamiento y salir de esta mentalidad provinciana y localista que parece instalada en nuestro imaginario colectivo español, y que está condicionando el tratamiento de los actuales problemas para dar con las correctas soluciones, este Foro de Atrio nos está resultando una herramienta muy útil. Estas reflexiones se inspiran en la reciente inserción del trabajo de Alfredo Jalife-Rahne publicado previamente en La Jornada.
Estamos asistiendo a lo que parece, o nos quieren presentar como el triunfo del capitalismo en su versión o etapa actual neoliberal, tal como Francis Fukuyama divulgaba en 1992, calificándolo de definitivo. Ciertamente ya han pasado cerca de cuatro décadas desde que finalizó el clima de confrontación Este-Oeste en la geopolítica mundial, un producto de la guerra fría.
Pero igual de cierto que desde 1945 no ha habido paz. Las guerras continúan aumentando los focos de conflictos y unos flujos migratorios sin precedentes. Masas fugitivas de las guerras, campamentos de acogida, ahogados por millares en los mares y océanos, fronteras que se cierran para ellos.
La industria armamentística sigue siendo uno de los más lucrativos negocios, que se cifra en varios centenares de miles de millones de dólares.
Pasados estos años (1989-2016) los costes de la guerra fría se han evidenciado. Los países del primer mundo, empezando Estados Unidos han ido sufriendo la degradación de sus respectivas sociedades. En casa, la desigualdad social agrandaba de forma progresiva las bolsas de pobreza y a partir de la crisis que dio fin a la Unión Soviética promovió y aceleró la destrucción del Estado del Bienestar y la crisis ecológica.
En nuestras democracias empezamos a notar corrupciones en el sistema, que se cifraba en el cambio de las libertades por la seguridad, un mayor protagonismo de los grupos de presión o poderes fácticos, en la financiación de los partidos entrando en un círculo vicioso que ponía las instituciones y las personas del Estado al servicio de la nueva jerarquía del dinero.
En España esto se ha ido revelando aceleradamente en los últimos cinco años desde la cúpula del Gobierno de la Nación que bien parece un sabotaje sistemático a las estructuras políticas nacidas con el restablecimiento de la Democracia Social que nos permitía creer que la sociedad civil tenía el control de las instituciones.
En este interregno propio de las elecciones y el cambio de gobiernos nos parece como si la sociedad civil haya sido llevada a los aspectos más formales, casi sin capacidad de intervenir para rectificar su funcionamiento y su rumbo en la necesidad de un modelo alternativo ampliamente consensuado.
Esa falta de libertad reinante se hace evidente en las nuevas formas de sometimiento de la masa, el colectivo laboral, al capital, una versión moderna de esclavitud, que no se la llama como tal porque el sistema no está basado en la propiedad, sino en el endeudamiento económico y la supresión de anteriores derechos laborales.
Endeudado el Estado, endeudadas las familias, endeudados e hipotecados los particulares, prisioneros de la explotación. ¡La España subcutánea!
La pobreza ha dejado de ser un mal a erradicar mediante la igualdad y la justicia social, más bien un foco estable y pretendido porque el mercado potencial ya no es la sociedad misma, sino las clases emergentes de un mundo globalizado quienes entran progresivamente a formar parte de la nueva jerarquía del dinero, la jerarquía global establecida que sustituye a la burguesía de la sociedad del siglo XIX mientras que la masa social indiferenciada seremos el proletariado del siglo XXI.
Los informes, datos y estadísticas no engañan sobre la creciente pobreza a nivel mundial, sus manifestaciones y sus modalidades, como la presencia del hambre y su ascenso meteórico en un mundo cada vez más desigual. La jerarquía del dinero se ha hecho dueña de la producción, con su explotación y control, de los alimentos, su venta, su distribución y la fijación de sus precios, de los recurso hidráulicos, de la industria extractiva, de todo aquello que antes eran bienes libres a disposición de los Estados.
Producimos alimentos en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de toda la población mundial mientras que 1,2 mil millones de personas pasan hambre.
El neoliberalismo nos ha traído una jerarquía del dinero con un inmenso poder que controla a la sociedad, a España también, eliminando toda resistencia de los Estados.
La Socialdemocracia, artífice del Estado del Bienestar, tiene el desafío de resistir y de vencer, no permitiendo por más tiempo la injusticia social y la falta de dignidad política.
Nuestra sociedad tiene la capacidad de respuesta fundamentada en los valores democráticos y sociales con que nos hemos revestido desde 1978.
Hola Román. Gracias por tus palabras.
Pero pienso que para no perder el “Horizonte de esperanza”, es preciso, cada vez más, “llamar al pan pan y al vino, vino”, con palabras que todos puedan entender.
E intentar abrir nuevos caminos reales de acción; caminos que no esté trillados por el afán de poder de determinados partidos y personas; actualmente muy alejados del afán de servicio y solidaridad que todos debiéramos practicar en la vida.
A veces puedo no saber que hacer; pero creo saber lo que en ningún caso se debe hacer.
Como decía el sábado el Presidente de Cantabria en la Sexta, uno de los mayores favores que algunos políticos podían hacer a España es irse a su casa. ¿o no?.
Sé a ciencia cierta que la situación social y política ( por supuesto, unir ambos conceptos es una redundancia, pero muy aclaratoria) ha llegado a un punto casi de desesperación, de tirar la toalla, de maldecir…es tal la indignación que nos invade, que cualquier lenguaje aparentemente mesurado nos suena a traición.
pero debemos tener fe, fe en el ser humano, capaz de producir vida después de las cenizas, la pequeña luz de una cerilla en medio de la noche más oscura, en que la suma total de todos los egoísmos, de toda la criminalidad y la violencia gratuita, no es comparable en número, ni tan fuerte y vencedora sobre la sencillez y la pureza de la gente humilde de corazon, que comparte su mendrugo de pan, su “limosnita”, con sus compañeros de viaje y que tiende la mano a quien le hiere. Los anónimos son los grandes forjadores de la historia, porque han hecho avanzar a la humanidad sin que perezca, los abeles son semilleros de muchos más abeles. El pobre que extiende su brazo hacia su hermano es el Evangelio más vivo.
Te ruego, hermano Eloy, que no dejes que los árboles te impidan ver el bosque.
Hola Román:
Concluyes diciendo:
“El neoliberalismo nos ha traído una jerarquía del dinero con un inmenso poder que controla a la sociedad, a España también, eliminando toda resistencia de los Estados.
La Socialdemocracia, artífice del Estado del Bienestar, tiene el desafío de resistir y de vencer, no permitiendo por más tiempo la injusticia social y la falta de dignidad política.
Nuestra sociedad tiene la capacidad de respuesta fundamentada en los valores democráticos y sociales con que nos hemos revestido desde 1978.”
Me parece bien denostar el neoliberalismo, apelar a la socialdemocracia y afirmar la capacidad de respuesta de nuestra sociedad.
Per si te das cuenta todo ese lenguaje que parece analítico e incluso explicativo, es, o puede ser, muy engañoso.
Y es , a mi entender, engañoso, primero porque nos da la falsa satisfacción de racionalizar muchas situaciones injustas, despiadadas, de esclavitud , de guerra, de refugiados etc. englobándolas en conceptos y causas abstractas y teóricamente comprensibles como “teorías políticas” que dan resultado o no.
Y en segundo lugar, porque ese lenguaje oculta las causas reales, últimas y verdaderas de todos lo males dichos: oculta a los avariciosos, a los capitalistas, a los entidades financieras, el libre comercio, a los defraudadores, a los que se han apoderado, por ejemplo, en España del poder político puesto al servicio de intereses económicos.
Por eso , agradeciendo tu esfuerzo, que es valioso y clarificador, me planteo hasta que punto hemos de cambiar nuestro lenguaje “científico” y correcto, nuestras categorías de análisis político , por la teoría y el lenguaje de denuncia de la necesidad concreta . de la injusticia insolente, del mal uso concreto del poder político y económico, más allá de si eso lo hacen unos u otros.
Porque sin remediar lo concreto, sin ponernos manos a la obra de erradicar los comportamientos vistos hasta ahora en nuestros “políticos de cabecera” (muchas veces los más votados cuanto más corruptos) , poca esperanza os queda de que nuestro horizonte se presente luminoso y optimista.
En breve: si después de todas las componendas, quedan cuatro años más los de siempre ¿De que nos sirven tantas categorías de análisis político y tanto leguaje de “neo” “liberal ” “demócrata” ?.
Me temo que ya vamos perdiendo de vista el verdadero concepto de democracia, igualdad, libertad, fraternidad …..
Hola!
UNA MIRADA AL HORIZONTE
¿Se puede ver el horizonte?
¿Desde qué atalaya?
¡Vamos todavía! – Óscar.
Gracias Oscar:
¡Triste pero verdad!
pili-mª pilar
Hola!
UNA MIRADA AL HORIZONTE: