Murió Carmen Hernández, iniciadora del Camino Neocatecumenal
ANDRÉS BELTRAMO ÁLVAREZ. CIUDAD DEL VATICANO
Carmen Hernández, iniciadora junto a Kiko Argüello del Camino Neocatecumenal, falleció hoy en Madrid a la edad de 85 años. Lo confirmó la oficina de prensa de esa realidad eclesial. Dueña de una personalidad inquieta y espontánea, era uno de los pilares de la peculiar obra surgida hace 50 años en las periferias de la capital española. A inicios de julio habló por teléfono por última vez con el Papa.
Su salud se había deteriorado considerablemente en los pasados 18 meses, un empeoramiento progresivo aunque no se le había diagnosticado ninguna enfermedad específica. No obstante, estuvo presente en la audiencia que Francisco concedió a las familias misioneras del Camino el 18 de marzo pasado, en el Vaticano. Esa fue la última vez que se la vio en público.
Junto con Argüello, y el sacerdote Mario Pezzi, formaban el equipo internacional del Camino, una institución concebida como un “itinerario de formación católica o fundación de bienes espirituales”, una adaptación actual de la dinámica de las primeras comunidades cristianas.
Nacida en Ólvega (España), de pequeña se trasladó con su familia a Tudela, en Navarra, donde pasó buena parte de su infancia y juventud. Estudió la licenciatura en Química en Madrid y después se retiró en el Instituto de Misioneras de Cristo Jesús, donde obtuvo la licenciatura en teología. Trabó amistad con Francisco José Gómez Argüello Wirtz, conocido por todos como Kiko Argüello.
En la década de 1960 Argüello comenzó una labor evangelizadora en el bario Palomeras Altas de Vallecas, producto de una búsqueda espiritual interior. En medio de las casillas pobres de trabajadores inmigrantes nacieron las primeras comunidades del Camino, entre las cuales Carmen se desempeñaba como catequista.
La relación de cercanía y amistad entre ambos fue la levadura de la naciente obra, a la cual después se sumó el padre Pezzi. Extrovertida y de filoso sentido del humor, Hernández sabía ser extremadamente sincera. Cuando compartía exposiciones públicas con Kiko, ambos bromeaban a menudo con anécdotas y chistes.
El 1 de julio el Papa concedió una audiencia privada a Argüello y Pezzi en el Vaticano, mientras estaban reunidos llamaron por teléfono a Madrid y Francisco habló con ella, dándole ánimos en sus últimos días.
Actualmente el Camino Neocatecumental tiene presencia en los cinco continentes. A mediados de 2013 contaba comunidades en 120 países distintos, y administraba unos 102 seminarios Redemptoris Mater. Aunque sus dirigentes no son muy afectos a publicar estadísticas, se estima que sus miembros se acercan al millón, de los cuales unos 300 mil se encuentran en España.
Interesante testimonio, MARMedina, también Kiko comenzó en Vallecas y fue allí donde dicen que tuvo una revelación o algo así. El resultado es el que es.
Y tiene razón Asun, son gente que comparten, que buscan hacer el bien, que son muy felices, conozco a bastante gente de este movimiento.
Pero cuando asistí en los años 70 a una de sus reuniones me pareció algo extraño y no volví. Después se han ido consolidando y actualmente yo no sé si calificarlos de generosos o de fanáticos, especialmente con la falta de control de su prole, que la atribuyen a Dios y son felices con muchos hijos e hijas aunque tengan problemas económicos y de toda índole, pero nunca los oyes quejarse.
Y Kiko es un puntal en la iglesia conservadora, los párrocos de muchas parroquias, o bien los acogen con entusiasmo, o bien no quieren saber nada de ellos, porque son muy suyos y muy autónomos.
Todos, querida Asun, MAR, estamos llenos de contradicciones. A veces, no entendemos nosotros mismos el porqué, pero ahí están.
Para bastante gente este movimiento les da seguridad y mucho sentido, claro en coherencia a su modo de ver las cosas. Pero al mismo tiempo se entregan entre ellos y nadie se siente solo y abandonado.
En el fondo, a todas las personas algo les mueve a hacer el bien. Lo difícil es hacerlo sin esperar ni procurarse nada a cambio.
La institución eclesiástica sabe ver más allá del horizonte. Por eso perdura a pesar de tantos y tantos errores …
Nunca conocí personalmente a Carmen, pero antes de vincularla con el movimiento neocatecumenal tenía nociones de su actividad entre los pobres. Carmen pertenecía a una familia de empresarios y mi padre, que en la década de los setenta trabajaba para ellos y la conocía, me contaba anécdotas de cómo lograba arrancarle a sus hermanos donativos de todo tipo para “sus pobres” y de su carácter abierto y alegre. Para la niña que yo era entonces, Carmen Hernández era modelo de generosidad) desprendimiento y entrega personal.
Cuando mucho más tarde conocí su vínculo con Kiko Argüello me resultó extraño, pues aunque no seguí sus trayectorias personales me parecía que la labor de ayuda a los desfavorecidos de Carmen tenía poco que ver con el movimiento neocatecumenal a mi juicio retrógrado y preconciliar en sus formas, que recalca el rito “per se” antes que la acción cristiana. Lo cierto es que cuando en mi juventud quise poner al día mi cosmovision religiosa y transformarla en una visión adulta, recalé en mi parroquia, en unas catequesis que mas tarde supe que eran impartidas por los “kikos”, y lograron el efecto contrario: en lugar de vincularme con la Iglesia salí de ella, no me convenció esa insistencia en la “mediación” de la Iglesia y me hice agnóstica… hasta muchos años después.
Me parece que en esta extraña pareja, ella permaneció más en la sombra pero me parece más auténtica, y me cuesta mucho identificada con los kikos.
Descansa en paz.