En la noche del escrutinio de los resultados electorales uno de los múltiples tertulianos dijo que al PSOE se le había combatido por tierra, mar y aire. Y parece que esto viene de lejos y no sólo por un partido político adversario. Al parecer la corrupción sólo ha existido cuando se destapó el caso “Roldán” o el de los ERES o que el presidente Zapatero haya sido “el peor presidente de la democracia española” (sic) por una minireforma laboral o la del artículo 35 de la Constitución…; todo ello desde una minoría parlamentaria. El coste político ha sido evidente: más de 50 escaños perdidos en el 2011 para pasar a 90 en diciembre pasado y a 85 el 26 de junio.
A mi modo de ver este desgate, además de otras estrategias electorales acertadas o no y de otras razones demoscópicas, existe una serie de confluencias de determinados agentes, entre los que resalto los partidos políticos, el poder económico, los medios de comunicación social y la jerarquía eclesiástica.
Que los partidos políticos pretendan desgastar al contrario, parece que esto pertenece a nuestra cultura y estrategia políticas (ignoro si esto debe ser así), aunque en este proceso se eche a la cuneta la ética, la buena educación… Es cierto que el panorama político ha cambiado considerablemente al pasar del bipartidismo al multipartidismo con la entrada en el coso político de Podemos y Ciudadanos. Y es una realidad inédita, sorprendente. Ambos partidos se han alimentado, por la derecha y por la izquierda, de votantes del PSOE. Sobre todo Podemos, partido que surgió del 15M y, aunque nunca lo haya reconocido, el 15M fue posible por estar Zapatero en el gobierno. No creo que Rajoy con su ministro del Interior al frente hubiera permitido lo del 15M; con menos motivos aprobó la ley “mordaza”. Sin duda, ha sido Podemos quien ha querido fagocitar al PSOE con diferentes artimañas que ha culminado en el engreimiento del sorpasso, impulsado por Anguita, experto en sorpasso aliándose en otro tiempo nada menos que con Aznar para desbancar al PSOE. A algún dirigente de Podemos, que accedió a la política en plan revolucionario y engreído, se le puede aplicar aquello de Ortega y Gasset: que la revolución es “una monótona repetición de la revolución de siempre, es el perfecto lugar común de las revoluciones” y que “quien aspire a crear una nueva realidad social o política necesita preocuparse ante todo de que esos humildísimos lugares comunes de la experiencia histórica queden invalidados por la situación que él suscita”. En una palabra, continúa Ortega y Gasset “las seudoalboradas, que no traen la mañana del mañana… serán todos los movimientos que recaigan en la simplicidad de entablar un pugilato con tal o cual porción del pasado, en vez de proceder a su digestión”. Un análisis que se puede aplicar a la entrada “triunfal” en política de Podemos y que ha continuado hasta el pasado 26 de junio. Entrar en política con el objetivo, casi exclusivo, de desbancar al PSOE no parece una estrategia adecuada ni beneficiosa para nuestra democracia. Esperemos que se apeen de tal estrategia puesta de relieve en las negociaciones del pasado 20 de diciembre. No les deseo a los dirigentes de Podemos lo que el mismo Ortega dice de los revolucionarios: “una revolución no dura más de quince años”; o lo que se dice en nuestros días: lo que nace en un plató de TV tiene los días contados.
Que el poder económico se oponga a las políticas sociales y a políticas en favor de los más débiles, parece también algo lógico y que el poder económico favorezca al partido que defiende los intereses de los ricos, parece claro. Es curioso que a los clásicos poderes de una democracia (parlamento, gobierno, jueces,) se le añade un cuarto poder, el de los medios de comunicación social, pero no el económico, cuando es el verdadero poder, como se viene constatando día tras día desde la invención del capitalismo. No es necesario echar mano del poema de Quevedo “poderoso es don dinero”; es un hecho constatable. Y cuyo objetivo exclusivo es el beneficio y todo lo humano ni le interesa ni le preocupa. El profeta Amós (8, 4-6), se podría recurrir a K. Marx más cercano en el tiempo, hace una radiografía del poder del dinero: aplasta al pobre, aniquila a los desgraciados del país… falseando fraudulentamente las balanzas, comprando con dinero a los débiles… vendiendo hasta las ahechaduras del trigo. Este poder económico en su lógica del beneficio no puede favorecer ni permitir que se hagan políticas sociales con una sanidad totalmente pública, sin eufemismo de externalización; una educación pública con recursos suficientes para su gestión y para becas, sin primar a la concertada y hasta la privada, como ha ocurrido en este gobierno del partido popular; una ley de dependencia pública que ayude a los discapacitados… Desde la perspectiva neoliberal esto es favorecer a una población “perdedora”, sin deseo alguno de valerse por sí mismo y que quiere vivir a costa de los demás. La receta neoliberal es clara: privatizar y privatizar.
Que en las sociedades democráticas haya pluralismo informativos y, por ende, pluralismo de medios parece evidente, aunque en nuestra sociedad española se está lejos de esta realidad deseable, no así en otras sociedades europeas y americanas. Ni siquiera el ente público de televisión española es modelo en este pluralismo informativo. Una de las primeras medidas de Rajoy al llegar al gobierno en el 2011 fue suprimir mediante decreto ley el carácter independiente de TV española que le había dado la ley de Zapatero. Es llamativo que los periódicos, digitales o no, y las TV, incluida televisión española, (se pueden contar con los dedos de una mano las excepciones) sean de “derechas”, es decir, defensoras a ultranza de las políticas del gobierno de Rajoy. No es necesario acudir a grandes expertos en medios de comunicación social para constatar que el pensamiento único de tales medios, que una mentira repetida en los medios y redes sociales se convierte en verdad (J. Goebbels dixit) y que esta lluvia fina va calando en los lectores y espectadores hasta el punto, se suele decir, que nuestra sociedad con tanta información está cada vez menos informada, es decir, con menos criterios propios para entender la realidad política y social. En el polo opuesto y diana de las críticas más exacerbadas son las políticas de Zapatero, por referirme al último presidente socialista. En tales medios se ha acuñado la expresión ” la herencia recibida” (ya también lo hizo Aznar con Felipe González); de ahí que las tropelías del actual gobierno, ahora en funciones, y de sus políticas antisociales hayan sido necesarias por la “herencia recibida” de Zapatero. Pero este mismo sustrato antisocialista se percibe en los escasos medios digitales, llamados independientes (?) y progresistas, bien ninguneando toda información relativa a intervenciones del partido socialista, bien presentando la noticia con semántica torticera, bien, y sobre todo, resaltando las disensiones entre la cúpula del partido y los llamados barones. Es un hecho incuestionable que en nuestros medios de comunicación social lo que menos importa es la noticia en sí para informar objetivamente, sino cómo se presenta esa noticia para adoctrinar.
Que la jerarquía católica no debe intervenir en política partidista parece un principio básico en una sociedad democrática y plural como la nuestra. Es cierto que este año la Conferencia Episcopal no ha publicado sus monótonas recomendaciones de que se vote a quienes defienden la vida, la religión en las escuelas, la unidad de España, el matrimonio de hombre y mujer, etc. Esta vez lo han hecho algunos obispos aislados y el llamado grupo valenciano con Cañizares a la cabeza. En estas recomendaciones sólo falta añadir el partido político concreto para votarle, el PP, aunque este partido, ni con Aznar ni con Rajoy, ha abolido la ley del aborto, ni la ley de homosexuales y lesbianas, unas leyes execrables de los socialistas, enfatizan. Pero es más, la jerarquía eclesiástica, olvidando el pluralismo ideológico de los católicos españoles, mantienen (nunca mejor dicho) unos medios (la COPE y 13TV) donde la defensa de las políticas antisociales del PP clama al cielo, a pesar de que Cáritas insista que el número de hombres y mujeres y de familias empobrecidos se ha incrementado considerablemente en estos últimos cuatro años (dónde está la reforma en favor de la pluralidad de estos medios eclesiásticos anunciada a bombo y platillo en el cambio de la cúpula episcopal?). Por el contrario tales medios se hacen eco machaconamente de las desastrosas políticas del anterior gobierno socialista; todo ello avalado con tertulianos que han militado en el partido socialista y que han apostatado de su dignidad de militantes. Los intereses de la jerarquía eclesiástica española son bien claros: mantener su status de privilegio tanto económico como social; el resto, que la corrupción se extienda como metástasis, que la pobreza y la desigualdad vaya minando nuestra sociedad…, le trae sin cuidado.
Habría que añadir en esta reflexión la desconcertante actuación de muchos votantes: más de cinco millones se han abstenido y el PP, el partido de la corrupción, ha obtenido mejores resultados que en el 20D; siendo muy llamativo además que en las Comunidades Autónomas, donde la corrupción del PP ha sido espectacular, es donde mejor resultado ha obtenido. A los abstencionistas, quienes con su no-voto, según los analistas, han perjudicado más al partido socialista, habría que recordarles la advertencia de A. Machado en su Juan de Mairena a los jóvenes: que algunos políticos (sobre todo de “derechas”, pues tienen sus votantes asegurados) enturbian una “actividad tan excelente como la política” y no quieren que los demás hagamos política y, por supuesto, “ellos la harán por nosotros y, naturalmente, contra nosotros”. Y a los que han votado al partido de la corrupción recordarles aquello de la dramaturgia esperpéntica de Valle Inclán cuando pone en boca de unos de los personajes de Luce de Bohemia: “En España el mérito no se premia. Se premia el robar y el ser sinvergüenza”. El pueblo, pues, es soberano y no hay que poner en duda su capacidad de decisión, como tampoco hay que sembrar la duda, como se viene haciendo, que ha habido pucherazo. La democracia es el poder del pueblo, aunque más de uno pueda matizarlo y en algunos sectores de la población española el caciquismo decimonónico no se haya erradicado del todo, pues en más de una ocasión he oído a lugareños del Alto Tajo que los pobres deben votar a los ricos, que son los que les dan de comer.
Lo cierto es que, a mi modo de ver, en todo este proceso político desde el 2011 y de las funestas decisiones políticas antisociales, el partido socialista no puede cargar exclusivamente con todo el peso de la culpa, teniendo en cuenta la máxima de Abraham Lincoln, que “ningún hombre es demasiado bueno como para gobernar a otro sin su consentimiento”.
Gracias Eloy y Asun.Es que esos recuerdos me los provocó el Ministro de Educación que esta mañana hablaba de “responsabilidad” y “sentido de Estado”…
Como es fácil percibir, la memoria de elefante ha de cultivarse y respetarse en todos los sentidos, si no los tropezones y caídas son imparables.
Javier Pelaez hace bien en recordarnos cosas que ya casi teníamos olvidadas de la actitud de PP durante tantos años.
Lo que resulta más sorprendente de todo este intento del PP de que el PSOE se abstenga es toda esa apelación al consenso y la responsabilidad.El PP ese partido que intentó dinamitar todos los ejes de la política de ZP y sobre todo atacó al PSOE hasta la indecencia en temas como el final dialogado de ETA o en el asunto catalán que lo ha envenenado completamente.El PP es una partido sin credibilidad alguna en este tema del consenso y la responsabilidad y la prueba más evidente es que es incapaz de entenderse con nadie de los afines-PNV-.La inauguración por Aznar de la “política de la mala leche” como estrategia política desde que no necesitó a los nacionalistas,convierte al PP en un partido odioso que en tanto no se refunde no tiene ninguna capacidad con sus actuales líderes para aglutinar a ninguna mayoría de consenso.Que vayan a las terceras a ver si obtienen la mayoría absoluta.No veo otra solución con el pasmarote que nos gobierna en funciones..
¿Puede el PSOE facilitar un gobierno de Rajoy con su voto o su abstención?
Creo que no, si quiere ser fiel a su proyecto transformador de la sociedad y a la mayoría de sus votantes …y, desde luego no, si quiere seguir políticamente vivo.
Dice Almudena Grandes en EL PAÍS del pasado lunes 11 de Junio:
“La vicepresidenta en funciones insiste en la responsabilidad del PSOE para arrancarle una abstención que permita al PP conservar el Gobierno. Más allá de la pirueta que pretende que Sánchez sude la camiseta cuando el candidato del partido más votado el 26-J apenas se ha puesto la suya, llama la atención su insistencia en el término responsabilidad. Rajoy era el vicepresidente del Gobierno de España cuando Aznar se hizo una foto con Blair y Bush en las Azores. (…)
Más allá de los centenares de miles de víctimas mortales que originó aquel conflicto, la guerra de Irak y sus secuelas directas, desde el caótico desequilibrio en el que sumió a toda una región hasta la existencia de prisiones como Guantánamo, sembraron la semilla del fanatismo yihadista que ha secuestrado Occidente. // La guerra de Siria, la crisis humanitaria desatada por la llegada masiva de refugiados hasta las puertas de Europa, la incontrolable escalada de violencia que sacude al mundo entero, no habrían llegado a producirse si los hechos revelados por el informe Chilcot no hubieran tenido lugar.
Que Rajoy afirme que no ha tenido tiempo de leer un documento que implica directamente al Gobierno del que formaba parte, alegando que está muy liado y que, total, la guerra de Irak pasó hace 13 años, resulta tan escandaloso que, como mínimo, los dirigentes del PP deberían borrar la palabra responsabilidad de todos sus argumentarios. Al menos hasta que obliguen a su líder a reconocer la suya. ”
(la negrita es mía)
Lo que dice Carmena en EL PAÍS:
<< Manuela Carmena | ALCALDESA DE MADRID
Carmena: “La izquierda dio una imagen de poca flexibilidad tras el 20-D” >>
http://politica.elpais.com/politica/2016/07/11/actualidad/1468233104_183406.html
Tiempo al tiempo, no tardaremos mucho en tener un gobierno PP gracias al apoyo o tolerancia, por supuesto tapándose las narices para soportar el pestazo, del PSOE. No recibirán la bendición del Primado de las Españas, ya no se lleva eso. Pero tanto en la Cope como en TV3 como en Ferraz como en las curias diocesanas y archidiocesanas respirarán aliviados porque por fin los ansisistema han quedado fuera de juego.
Como ha ocurrido desde que hubo una guerra civil hasta ahora. Es ley de vida, en España también ley de Iglesia Jerárquica…Aquí siempre gnan los buenos.
Parece, amigo Honorio, que en todas partes cuecen habas, por lo que dices. Es la condición humana. En algunos Ayuntamientos de Podemos también hay “amistades peligrosas” nombrando para el cargo no a un ingeniero de montes, por ejemplo, para ser director general de bosques, sino a un ATS.
Dices que “A día de hoy, y mientras no me demuestren lo contrario, PP, PSOE y Jerarquía católica se llevan medianamente bien en el stablisment”. No sé la jerarquía (que también lo pongo en duda, ahí tienes el caso Cañizares en Valencia), pero la COPE y 13 TV son obscenamente enemigas del PSOE.
Puedes echar un ojo al CIS, en lo que se refiere al catolicismo de los partidos (no se incluye a Podemos; tendrá que hacerlo cuando el Papa reciba en septiembre a Pablo Iglesias). Te diré, para regocijo nuestro, que los católicos a medida que son más de izquierdas son más practicantes, según los criterios del CIS.
http://datos.cis.es/pdf/Es3005rei_A.pdf
Amigo Zúñiga: Tu información no dice cuántos de los votantes del PSOE son católicos…Ya me gustaría saberlo…
Sé de dos curas que se fueron a París a formalizar su proceso de secularización. El uno se buscó un puestecito como ayudante en una parroquia para poder seguir estudiando; volvió con una carrera terminada y secularizado, se afilió al PSOE, se colocó en el Ayuntamiento, fue elegido senador en dos legislaturas…
El otro prefirió ponerse un buzo y trabajar de peón, se acercó a los del PCE, volvió con lo puesto a España dos meses antes de la muerte de Franco, fue invitado por el líder del PSOE de su provincia a afiliarse, y al no dar respuesta positiva, fue “borrado de la lista”, trabajó en el PCE en el momento de la Transición democrática, y finalmente se quedó sin trabajo, se le cerraron todas las puertas, y tuvo que exiliarse por segunda vez. La primera que lo despidió del trabajo porque la denunció por no tener aseguradas a sus empleadas, fue luego gobernadora de Badajoz con Felipe González.
Habrás oído que esta vez la Jerarquía ha expresado sus reservas a Podemos, solamente a Podemos. En los años 70 sus reservas iban del PCE para la izquierda, no hubo críticas ni reservas hacia el PSOE…
A día de hoy, y mientras no me demuestren lo contrario, PP, PSOE y Jerarquía católica se llevan medianamente bien en el stablisment. De esta manera, igual que el PSOE tolera en sus filas la abstención o el voto contrario a la investidura de Rajoy, también admite en su seno a creyentes tipo Opus y creyentes tipo José Bono…Y en los púlpitos de las misas de los domingos tanto los tipo Opus como los tipos José Bono se encuentran bastante a gusto, les suena todo bien. Los que lo pasan mal en dichas misas, te lo aseguro, son los que se sitúan un poco más a la izquierda.
“Una alta fidelidad, dice Antonio Rejas, a su idea les impide ver los efectos negativos de las políticas antisociales. Yo me pregunto si tales políticas no han afectado a trabajadores votantes de la derecha, porque no puedo imaginar que de las personas en situación precaria pueda salir un voto para quien le ha llevado a tal situación”. Comparto esta reflexión y que el votante de izquierda, como si dijéramos, es más exigente y de ahí la abstención. Pero en nuestra sociedad los medios de comunicación son más influyentes al llevar el agua a su molino, bien presentando la noticia torticeramente y a veces con falsedad, bien de manera machacona y reiterativa. Y el otro elemento de gran influencia en nuestra sociedad laicizada (?) es la jerarquía católica (la Iglesia). El CIS lo refleja en una de sus últimas encuestas: de cada 10 votantes del PP 9 son católicos. Y aquí sí que lo que viene de los obispos va a misa.
Sin duda alguna El Sr. Rajoy ha sido y es (aunque sea en funciones) el peor presidente desde que terminó la dictadura porque ninguno de los anteriores ha traído tanta miseria a los trabajadores con su reforma laboral. Incluso El Sr. Aznar, que también quiso imponer su reforma, tuvo capacidad para asumir las protestas que generó y dio marcha atrás porque “rectificar es de sabios”, según dijo el entonces poderoso Sr. Rato, aunque parece ser que él personalmente no rectificó y se produjo su caída desde las alturas.
Es cierto que el Sr. Zapatero hizo cosas inaceptables, pero comparado con su sucesor fue una joya, ya que el Sr. Rajoy se ha dedicado durante cuatro años a empobrecer a los pobres y enriquecer a los ricos, de tal manera que aun teniendo un trabajo hay muchos que siguen viviendo en situación precaria. Hizo la ley de la dependencia ideada por su ministro de Trabajo y Seguridad Social Jesús Caldera, apoyada por el PP aunque a regañadientes, por lo cual arrojó contra ella toda su inquina cuando pudo. Hay que decir que Rajoy supo aprovechar los errores de Zapatero elevándolos hasta el infinito y basando en ellos todo su proceso destructivo del bienestar justificándolo por la “herencia recibida”, y todo ello con la exclusiva finalidad de no tocar a los intocables y dando libertad a la empresas para tratar a los trabajadores según su libre albedrío.
Con estos antecedentes llegamos a las últimas elecciones en las que la izquierda empeora los resultados de diciembre y beneficia a Rajoy. Los comentarios emitidos tratan de aclarar las posibles causas de este retroceso respecto a diciembre. Estoy de acuerdo con muchas de las cosas que se dicen, pero mi criterio es más simplista. La dejación en el ejercicio del voto por parte de la izquierda, o sea, la abstención de los votantes de una izquierda auténtica, no partidista, un poco hastiados, ha influido notablemente en el mejor resultado de la derecha porque ésta no es accesible al desánimo. Una alta fidelidad a su idea les impide ver los efectos negativos de las políticas antisociales. Yo me pregunto si tales políticas no han afectado a trabajadores votantes de la derecha, porque no puedo imaginar que de las personas en situación precaria pueda salir un voto para quien le ha llevado a tal situación.
¿Dónde está ese millón de votos perdidos? Corresponden a los votantes de izquierda que, desilusionados por la falta de apoyo mutuo entre los políticos de izquierda, aunque con diferencias, no han querido aparcar éstas en favor del bien común de los trabajadores, lo que nos conduce a un partidismo en el que prima un celo excesivo por el partido.
Hola nuevamente Román.
Dices:
“(Eloy,¿cuándo harás continuación a tus trabajos históricos sobre el republicanismo? Te falta el siglo XX.)”
Agradezco tu palabras, aunque la vedad antes de comenzar con el siglo XX habrá que terminar con el XIX y más concretamente con LA PRIMERA REPÚBLICA, de la que hasta la fecha solo publiqué un esquema general.
Hace unos días remití ATRIO la segunda entrega de LA PRIMERA REPÚBLICA, que espero se publique en cuanto la Administración considere que es posible hacerlo dentro de la programación existente.
Gracias de nuevo Román y ATRIO por su benevolencia de siempre.
¿Cuál es la crisis del PSOE? No creo que sea una crisis sobrevenida a causas todas ellas externas. Como causas remotas, el sistema de partidos instaurado por la Constitución y las leyes, tema que deberíamos abordar de forma más completa estudiando el parlamentarismo. (Eloy,¿cuándo harás continuación a tus trabajos históricos sobre el republicanismo? Te falta el siglo XX.)
Otras causas externas tienen su lugar común en la crisis generalizada de las izquierdas, más en concreto las europeas que se manifestó en tres etapas 1º claudicación de la intelectualidad y crisis del progresismo con la irrupción del comunismo democrático en la Europa Occidental después de la Guerra El Eurocomunismo), 2º la caída del bloque sovietico y la crisis de las doctrinas obedientes a Moscú. 3º la ofensiva neoliberal que cerraba el siglo XX e inauguraba nuestro siglo XXI
España ha vivido, mientras tanto, la “Segunda Transición de Aznar” (1996-2004), una etapa conservadora y vuelta a postulados del pasado, con un breve paréntesis socialista ( 2004-2011), y la vuelta a la mayoría absoluta del PP con Mariano Rajoy (2012-2016)
Cuando en 2004 nos preguntábamos: ¿qué es ser de izquierdas?, el Goberno de Rodríguez Zapatero respondía con una política de reconocimiento de las libertades individuales en forma de iniciativas legales y buscando fórmulas que redujeran la desigualdad. Parecía que era ahondar en los principios socialdemócratas que se fijaban en la urgencia de reconocimiento político y social de diversos colectivos y de favorecer a las clases menos favorecidas, en fortalecer las bases para la igualdad de oportunidades.
Pero no se tocó el modelo productivo, era época de aparente bonanza económica y de superávit, estallando la burbuja financiera con graves repercusiones para España. ¿Tenía la sociademocracia respuesta al desafío? Primero tenía que afrontar los efectos devastadores del tsunami político-financiero. Y su gobierno sin mayoria suficiente en el parlamento se defendió solo con algunos acuerdos puntuales de partidos de la España periférica.
Las elecciones de 2.011 supusieron una total desconfianza del electorado hacia el Partido Socialista y el Partido Popular se alzó con una mayoría absoluta. Casi todo el territorio español se tiñó de azul, los colores conservadores, en pocos meses de elecciones.
La respuesta que debemos buscar ahora será a la pregunta de por qué despues de otros cuatro años y medios del gobierno del PP, el PSOE no ha podido recuperar la confianza de su electorado, o por qué las izquierdas que se han mostrado con toda su pluralidad no alcanzan un acuerdo de gobierno para la regeneración democrática.
Acabo de leer esta interesante reflexión en EL PAÍS digital de hoy:
Yo no me abstendré”
A. D.
Las voces en el PSOE, de momento minoritarias, que ven al final del camino una posible abstención en la investidura de Mariano Rajoy, corresponden a dirigentes que no se verán en esa tesitura porque no son diputados. (…) “
Este domingo lo hizo Josep Borrell en un artículo en El Periódico de Catalunya. Quienes sí lo son mantienen el no a Rajoy, marcado por la dirección federal y la mayoría de los líderes territoriales, y manifiestan inquietud ante la hipótesis de que se abriera camino “la abstención mínima”. Esto es que solo tuvieran que ausentarse de la votación los imprescindibles numéricamente.
Nadie quiere asumir ese papel. Muchos lo dicen en privado pero pronto empezarán a manifestarse en público como este domingo hizo la responsable federal de Administraciones Públicas, Susana Sumelzo. Esta diputada por Zaragoza escribió ayer en Twitter que con ella no cuenten: “El PSOE pidió el voto para cambiar al PP, no para mantenerlo en el Gobierno. Yo NO me abstendré para facilitarlo, traicionaría a los votantes”. El ‘no’ con mayúscula es suyo.(…) “
Hola Román. Agradezco desde luego tu comentario.
El tema , como bien dices, es amplio y no es posible matizarlo todo. Pero sí querría hacer algunas breves matizaciones.
Dices:
“(…) Eloy, muy en su línea, nos vuelve a llevar a lo que él considera un fallo, o error, ya dentro del mandato constitucional referente al valor que la Constitución confiere a la naturaleza representativa de nuestra democracia, abogando por una democracia directa. quizás no sea tal fallo o equivocación, sino que de alguna manera la gestión parlamentaria fue en su día encorsetada por la Ley Electoral en el sistema de listas únicas y cerradas. Eran momentos de oportunidad política en nuestra Transición.”(…)
Pudiera interpretarse de tus palabras que yo abogo por una democracia “directa” y no por una democracia “representativa”. Pues no.
Yo abogo desde luego por una democracia “representativa“, que entiendo que es lo que defiende y ha querido instaurar la Constitución. Pero no “representativa de los partidos”, sino de los “ciudadanos” .
Y los partidos no nos darán nunca esa representación si no mejoramos nuestro sistema electoral y nuestra comprensión del verdadero proceso democrático que debe ser sostenido y perfeccionado no solo a través de normas legales, sino también y fundamentalmente a través de educación ciudadana.
Y si las listas electorales cerradas o cualquier otra disposición electoral o idea de partido lleva a otra cosa, han de tomarse las medidas para que se adapten al ideal constitucional.
En el libro “El proceso electoral”, elaborado por Jorge Esteban y otros autores ( Editorial Labor Barcelona 1977) desarrolla precisamente Jorge Esteban los factores sociológicos y políticos que a lo largo de la Historia han ido afirmando la necesidad (y habrá que hacer de la necesidad virtud) de la democracia representativa, pero no de los partidos políticos, que son meros intermediarios, sino de los ciudadanos.
Dice en página 64:
“La finalidad del voto, excepto en los casos de referéndum, iniciativa o plebiscito, consiste en elegir a personas que harán las funciones de representantes”
Y en página 344:
“Por último no se trataría más que de un enorme fraude si las elecciones no reposasen sobre una sociedad en la que estén desterradas las abismales desigualdades económicas y sociales entre los hombres; si no se controlase el empleo del dinero y de la fuerza financiera de unos grupos respecto a otros “.
Como digo hay muchos matices, pero hemos de oír la voz de los elegidos: nuestros representantes en las Cortes (que no se les oye);
Y su voz ha de oírse por encima de la de las “Ejecutivas” de los partidos y ellos han de tomar conciencia de su responsabilidad de representantes de la ciudadanía, no de ser mandatarios de los partidos políticos. Y eso dice la Constitución y lo dice por algo y para algo.
Gracias de nuevo Román por darme ocasión de volver sobre este tema.
La realidad es tan compleja que todas las miradas y enjuiciamientos resultan válidos, tienen sus respectivas correspondencia. Pertenecemos a colectivos que suman millones de almas, una sociedad civil de 44 millones de los cuales la mitad tienen derecho a voto por razones de edad y los partidos mayoritarios suman millones de votos. Una crisis en medio de un proceso de cambios a una escala que supera el ámbito nacional, y con fuerzas y actores muchos de las cuales permanecen a la sombra o nos resultan invisibles provocan antitudes de incertidumbre o de gran desconfianza.
Podríamos analizar actitudes individuales, como hace Javier Pelaéz donde suma hasta 9 tipos distintos de votantes de IU que pudieron abstenerse….O estudiar como hace un periodista los datos dónde los anteriores votos de IU del 20 de diciembre, el 26-J no se reflejaban en UP.
Si analizamos el voto del PP, o a los, las, votantes de las derechas (PP. C´s, PNV, CDC…) no podemos afirmar que todos esos votos sean una confirmación de que estén de acuerdo con la corrupción o de que les guste convivir con los malos modos de gobierno, que son presa de sus intereses individuales ajenos a toda ética. Tampoco podemos afirmar que viven en un engaño permanente por el éxito de las maquinarias de sus partidos y fuerzas afines y la propaganda de los medios de comunicación.Dejo fuerza las frases de desprecio y de descalificación de la ciudadanía como han hecho algunos políticos/as y comentaristas.
Ser de derechas es algo más que una ideología formulada en lo político, es tambien una mentalidad y una filosofía de vida, con sus valores y actitudes vitales. La corrupción es así despreciada, pero no la defensa de los principios, máximes si estos se ven amenazados. La presencia de personas corruptas en la administración de lo público es un peaje que se tiene que pagar, al igual que en el universo religioso se va a misa y se reciben los sacramentos aunque el cura viva amancebado. Esta mentalidad quiere cambio, acepta alternativas, pero huye de los saltos al vacío, de lo que se le antoja como aventurerismo. Y tenemos que reconocer que las nuevas izquierdas emergentes no despertaron la ilusión que percibíamos con “los de la pana” en la Transición política. La excesiva exposición en los medios, sus estridencias, los cambios de lenguaje, y hasta el tremendismo de algunos gestos más para las cámaras que para el buen pueblo, sus nuevas formas de dogmatismo, contribuyeron muy poco a crear un clima de aceptación. Ahora se hace el cliché del discurso del miedo en explicación del rechazo para no aceptar esta realidad.
En Cataluña tenemos un ejemplo de cómo la causa independentista absolvió al partido CIU de su corrupción, y también la CUP participó de lo mismo en aras de la revolución pendiente. Luego, tenemos que concluir que no se trata de una actitud netamente de derechas. sino de equilibrios.Cuánto pesa cada cuál, y cuánto somos capaces de soportar con tal de que se cumplan nuestras expectativas
Lo que necesitan los pueblos son ciudadanos y ciudadanas bien formados, con criterios y argumentos para saber discernir todo aquello que leen y oyen de los políticos. Por ejemplo si varios millones de personas se creen que todo lo que ha hecho el PP es debido a la herencia de Zapatero, el problema no está en quien lanza el mensaje, sino en quien se lo ha creído sin mayor capacidad de análisis, lo cual supone creerse poco menos que la crisis mundial la provocó Zapatero. Si se repite mil veces que el PSOE es más corrupto que el PP, pues termina convirtiéndose en verdad única para muchos. Y así sucesivamente.
Yo pienso que al PSOE le asustó el sorpaso y centró, creo yo, equivocadamente, su campaña en atacar a Pablo Iglesias. Pienso que no ha hecho buena campaña, ni en la forma ni en el fondo. Cuatro años por delante no le irá mal para que se organicen y pongan paz en su alborotado gallinero. Que tomen ejemplo del PP que con cuatro lemas bien elegidos y machaconamente repetidos ha convencido a sus votantes casi de que son los campeones de lucha contra la corrupción y de que son casos aislados. Mientras el PSOE se arrugó ante su propia corrupción y ni siquiera habló de ella.
En fin, muchos analistas, muchos análisis, muchas encuestas, pero el PP se ha llevado el gato al agua, nunca mejor dicho haciendo referencia al susodicho canal de televisión. Ni los obispos temen ya al PSOE, así de irrelevante lo ven. Les queda mucho trabajo por delante.
A pesar de que el presente trabajo apunta a una situación muy particular o coyuntural; que el PSOE ha recibido un tratamiento infame, sin embargo, dentro de su denso contenido no sólo se apuntan causas externas, o problemas que vienen de afuera, para explicar su pérdida de poder político de esta formación, sino a causas endógenas que también deben ser tratadas con la misma relevancia.
Eloy, muy en su línea, nos vuelve a llevar a lo que el considera un fallo, o error, ya dentro del mandato constitucional referente al valor que la Constitución confiere a la naturaleza representativa de nuestra democracia, abogando por una democracia directa. quizás no dea tal fallo o equivocación, sino que de alguna manera la gestión parlamentaria fue en su día encorsetada por la Ley Electoral en el sistema de listas únicas y cerradas. Eran momentos de oportunidad políticia en nuestra Transición.
A propósito; el bipartidismo no fue un efecto buscado, aunque resultó enseguida muy cómodo y sin ser perfecto, dado que en casi todas nuestras legislaturas las mayorías absolutas han sido escasas y los partidos ganadores de elecciones han tenido que recurrir a acuerdos de legislatura o de gobiernos con partidos más pequeños. El bipartidismo ha tenido mucho durante todos estos años de voluntad popular. Cuando la sociedad civil quizo manifestarse en toda su pluralidad muy recientemente han surgido los llamados partidos emergentes. Estamos en un compás de espera entre el bipartidismo imperfecto practicado hasta hoy y nuevos gobiernos de coalición donde el poder de representación de sus cargos electos esté muy igualado.
Empecemos entonces por señalar en primer lugar que la crisis de los partidos mayoritarios es de efecto rebote porque ha sido la voluntad popular expresa en las urnas la que ha dado por resultado que cuatro partidos y no dos se vean obligados a consensuar acuerdos de investidura y de gobiernos. Entonces, no han cambiado los partidos (que hayan fracasado de cara a la opinión pública), sino que es la misma sociedad la que haya cambiado exigiendo otra forma de juego político.
No me quiero alargar demasiado, porque son muchas las ideas y reflexiones que he ido acumulando y el artículo de Antonio Gil de Zúñiga es demasiado denso para despacharlo de un solo comentario.
Sin ser experto, sin ser militante “de número” de ningún partido político, y por lo tanto sin saber a fondo “lo que se cuece” dentro de ningún de ellos, tengo la impresión de que el PSOE ( y su actual Secretario General) han tenido un grave problema en las distintas voces de dentro de su propio partido, con distinto acentos y no pocas veces con distintos idiomas, han querido significarse ante la opinión pública por razones que ignoro (aunque algunas me las pueda imaginar), pero en todo caso anteponiendo sus sentir particular a lo que debiera ser simplemente , en tales circunstancias, contribuir de forma razonable a elaborar dentro del partido “una opinión”.
Y de esta división “externa” también han hecho muchos (especialmente algunos medios de comunicación movidos por el respectivo capital financiador) bandera inapropiada menospreciar al partido y minusvalorar su capacidad de acción y transformación , que no ha de ser, como bien sugiere el artículo “flor de un día”.
El respeto debido a los representantes parlamentarios elegidos dentó de las listas del PSOE ha brillado por su ausencia. Todos, dentro del partido, a lo que parece, han intentado no dialogar con ellos, sino “imponer sus criterios de “alianzas”, al margen incluso de la opinión de los votantes, y al margen del espíritu construccional que tuve ocasión de comentar en ATRIO (La preceptiva rebelión de los diputados- 03-enero-2016)
Allí manifestaba mi estupor por el hecho de que desde fuera del Parlamento se pretendiera dar encargos y poner fronteras a la libre decisión de los diputados elegidos para tomar libremente decisiones que conciernen a todos los españoles. Y recordaba el contenido del artículo 66.1 de la : “las Cortes Generales representan al pueblo español“. Por consiguiente, no representan a los partidos políticos a los que sus integrantes pudieran estar adscritos. Y también el artículo 67.2 de la Constitución: “Los miembros de la Cortes Generales no estarán ligados por mandato imperativo”
¿Porqué no pactan los diputados, porque no quieren o porque no les dejan?.
Sabemos lo que opinan las “”Ejecutivas” de los diversos partidos, pero no sabemos lo que opinan, piensan, discuten y dicen los respectivos diputados. ¿Su voz la oscurecen los partidos? ¿A quién representan , pues? ¿al pueblo , o a los partidos?. Cuestión importante a clarificar, no vaya a ser que vivamos en una “partidocracia” en lugar de vivir en una “democracia”.