Yo tenía cuatro años y medio y quedaron grabadas en mi memoria, de aquellos días de Julio, imágenes de incendios, tiros y enorme miedo. Pero me alegro de que sea un argentino quien nos traiga las vivencias de un chileno sobre aquella tragedia… AD.
EXPLICO ALGUNAS COSAS: Poema en la voz del autor
Pablo Neruda (1937)
PREGUNTARÉIS: Y dónde están las lilas?
Y la metafísica cubierta de amapolas?
Y la lluvia que a menudo golpeaba
sus palabras llenándolas
de agujeros y pájaros?
Os voy a contar todo lo que me pasa.
Yo vivía en un barrio
de Madrid, con campanas,
con relojes, con árboles.
Desde allí se veía
el rostro seco de Castilla
como un océano de cuero.
Mi casa era llamada
la casa de las flores, porque por todas partes
estallaban geranios: era
una bella casa
con perros y chiquillos.
Raúl, te acuerdas?
Te acuerdas, Rafael?
Federico, te acuerdas
debajo de la tierra,
te acuerdas de mi casa con balcones en donde
la luz de junio ahogaba flores en tu boca?
Hermano, hermano!
Todo
eran grandes voces, sal de mercaderías,
aglomeraciones de pan palpitante,
mercados de mi barrio de Argüelles con su estatua
como un tintero pálido entre las merluzas:
el aceite llegaba a las cucharas,
un profundo latido
de pies y manos llenaba las calles,
metros, litros, esencia
aguda de la vida,
pescados hacinados,
contextura de techos con sol frío en el cual
la flecha se fatiga,
delirante marfil fino de las patatas,
tomates repetidos hasta el mar.
Y una mañana todo estaba ardiendo
y una mañana las hogueras
salían de la tierra
devorando seres,
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.
Bandidos con aviones y con moros,
bandidos con sortijas y duquesas,
bandidos con frailes negros bendiciendo
venían por el cielo a matar niños,
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños.
Chacales que el chacal rechazaría,
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran!
Frente a vosotros he visto la sangre
de España levantarse
para ahogaros en una sola ola
de orgullo y de cuchillos!
Generales
traidores:
mirad mi casa muerta,
mirad España rota:
pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
en vez de flores,
pero de cada hueco de España
sale España,
pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
pero de cada crimen nacen balas
que os hallarán un día el sitio
del corazón.
Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
de los grandes volcanes de su país natal?
Venid a ver la sangre por las calles,
venid a ver
la sangre por las calles,
venid a ver la sangre
por las calles!
Es que no sé qué decir, cumpa Varela! es que no queda nada por decir, es que todo lo que había que decir lo ha dicho Pablo Neruda!
¿Acaso me podrías explicar esos dos acentos, esas dos músicas, esas dos místicas que tienen vuestros poetas de aquende los Andes y de allende los Andes? Esas dos poesías que se han juntado en vuestra pareja y en esa casita blanca y ese rincón florecido sobre vuestro desierto de Atacama? florecido?
Y hoy… siguen en el poder… toda clase de poder… los hijos y nietos, de aquellas personas que sembraron nuestra tierra de dolor, un dolor totalmente baldío e injusto.
Una sola manera de pensar:
¡La suya!
Una justicia:
¡La suya!
Una manera de vivir… bien, muy bien diría yo, y a las demás personas ¡a quién le importa! ellas no cuentan solo les sirven.
¡La suya!
Hasta hoy… como aquella fría y dura frase de una mujer de su clase y partido:
¡Que se j….!
Y aún así, el miedo ha hecho que de nuevo salgan victoriosos aquellos que solo saben repetir:
¡Por la unidad de España!
No escuchan, no aprenden, no consideran necesarios los derechos de los que no tienen voz, ni casi nada en este país de pandereta y toros.
¡Para pensar!
mª pilar