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Inclinar la balanza… ciencia y fe, 13

Juanel b

Curso-Taller de Atrio
A partir del libro inédito

INCLINAR LA BALANZA… UN CIENTÍFICO ANTE DIOS

de JORGE FELIP FERNÁNDEZ (Ver Perfil)
Destilados de OSCAR VARELA (Ver Perfil)

Capítulo Décimo tercero: LA ÉTICA DEL AMOR

1 Mostrar a Dios

(01) ¿Cómo puedo hablar de Jesús-Cristo y, peor aún, mostrar a Dios?,

(02) Hablando de valores y convicciones, de lo mejor para el hombre, del futuro de la humanidad.

* Por vía de la ética llegar a la propuesta de Dios. Abrir expectativas para la esperanza.

* Al elegir la justicia, nos colocamos en la ruta del Bien y por tanto de Dios.

2 Mecanismos de elección; la conciencia ética

(01) La función racional del cerebro elabora juicios de valor.

* Elegido el valor mejor, toma tiempo activar:

– las áreas de recompensa (núcleo acumbens),

– las emocionales (la amígdala),

– las de memoria (el hipocampo) entre otras,

– para visualizar sus resultados y compararlos con situaciones parecidas anteriores.

* Realizado el proceso se toma la decisión consciente: (más corazonada que argumentación lógica)

* Para elegir bien, el cerebro activa otras áreas (inteligencia emocional) y repetir el proceso de análisis.

(02) La conciencia ética es un mecanismo cerebral de adaptación heredado, observable por:

– resonancia magnética, TAC, u otros procedimientos semejantes.

(03) La causa de sentirse bien o mal es un mecanismo hormonal de premio o castigo.

* Se deduce el primer principio de la ética: actuar de acuerdo con nuestra conciencia.

* Para la buena salud hay dos caminos, uno de mínimas:

– rebajar exigencias de conciencia a un mínimo que se acomode a nuestro comportamiento real.;

– ajustar el comportamiento a esos mínimos necesarios que la conciencia nos exige.

* Otro de mayores marcas.

(04) La conciencia es educable: premio o castigo que activen los principios y valores elegidos.

3 Valores éticos

3.1. La conciencia errónea.

– Decir que “todos” tenemos un sentido ético es una falacia.

– La idea de Bien no es innata sino que se aprende y modifica en cada generación.

3.2. El pecado original.

– El pecado original explica porqué el Bien innato en “el alma” fue taponado y hay Mal.

– Por ser un dogma de la Iglesia: tengo un problema.

– Genetistas y etólogos dicen que heredamos características egoístas y altruistas.

– Se trataría de potenciar el bien para vencer el mal.

3.3. La idea del Bien y la Verdad.

– El Bien y la Verdad no son entes existentes por sí mismos.

– La idea de Bien se forma en el cerebro humano como función del pensar.

– Las afirmaciones metafísicas son consecuencia de una opción particular de fe.

– Yo no conozco la Verdad ni “sé” si existe. No busco entelequias metafísicas (Ser, Verdad o Bien)

3.4. La Verdad y la ética en la creencia religiosa común.

– Ni Dios, ni la Verdad ni la Justicia son evidencias que se impongan por sí mismas y a todos.

– Insistir en una Ley Natural y que proviene de Dios son de un tiempo anterior ya concluido.

– Tal supuesto es de creyentes religiosos fundamentalistas y de las ideologías que violentan a los disidentes.

3.5. A la búsqueda de una confluencia.

– Los cristianos tenemos que rebajar la voluntad de poder, y admitir otras propuestas y razones.

– El nihilismo- relativista y hedonista no se ha de identificar con la personificación del mal.

– Budismo y religiones orientales en general se posicionan mejor que los cristianos.

– Si la razón ilustrada no sostiene la fe: traigámosla a la fe, utilicémosla para su justificación.

– El pesimismo nihilista aun no lo he pensado suficientemente.

– Los cristianos buscamos una ética de máximos hacia dónde vamos y queremos ir.

3.6. Jesús y la Verdad.

– Yo he optado por la fe en Dios, Jesús y su Iglesia,

– no por una revelación ni por un supuesto “encuentro” con Jesús,

– sino por una serie de elecciones de “lo mejor” en lo que me interesa y pueda justificar.

– La revelación no es de conocimiento sino de seguimiento: por dónde ir, pero no nos instala en ella.

– La Plenitud no está a nuestro alcance más que siguiendo la ruta de Jesús. Él sí conocía a Dios.

4 Las vías éticas cristianas

* Encuentro tres modos o vías distintas de realización ética.

4.1. La vía de talante estoico.

– UNA: la ética estoica. Consiste en la coherencia y responsabilidad.

– (la plenitud será el cumplir los mandamientos según Cristo y lo que la Iglesia determine)

4.2. La vía del humanismo cristiano.

– DOS: Otra vía. Centrada en Jesús, visto como el límite humano del hombre: el encuentro con Dios.

+ servicio, en particular a los pobres y víctimas de este mundo.

+ actividad social, política y económica de las sociedades.

+ ideales de democratización, libertad, igualdad, paz, tolerancia, defensa de la justicia para todos.

4.3. El cristianismo no es sólo un humanismo.

– La resurrección de Cristo garantiza la realidad final de una humanidad nueva, justa y definitiva.

+ la cristología se convierte en exclusiva, la única religión posible.

+ Cristo y Dios son aquí la misma cosa, de modo que descubriendo a Cristo descubro a Dios.

– El encuentro con Dios-Padre y con Dios-Hijo se dan por dos caminos separados, independientes.

+ partiendo del Padre con resultado de una ética de responsabilidad, consecuente y heroica,

+ partiendo de Cristo, con resultado de una ética de servicio, de lucha por la justicia.

– El ser cristiano necesariamente implica unirlas en y por el amor.

4.4. La vía del amor.

– TRES: El cristiano es una persona que ama, una persona entregada al amor.

+ Hay que querer amar, hay que querer ser amante y amado, no oponerle resistencia.

+ amor no es el enamoramiento explicable por atracción química-hormonal o sexual.

+ el que ama de verdad traspasa su propio límite para comprenderse en el otro.

5 Dios es amor

(01) Jesús pone el amor en lo más alto y lo da como lema de vida. Sólo hay que seguirle.

* Jesús no queda al margen de todo ello sino que se implica en él, al decir: “como yo os he amado”.

* El amor es la única voluntad de Dios Padre para el hombre y Cristo lo vive con radicalidad absoluta.

(02) Con sólo nuestro esfuerzo fracasaremos. Hay que confiar en la promesa de Cristo.

* Es un buen proyecto para el hombre. Sólo el amor llena de sentido y significado la vida humana.

(03) Jesús es el amado por Dios desde el principio. Pero Jesús ama también a su Padre-Dios.

* Jesús es transparente a Dios. El que “ve” a Cristo ve también a Dios-Padre y lo conoce.

(04) Dios es amor, ahora puedo mostrarlo y decir: ¡¡míralo, está aquí!!

“Aunque hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles si no tengo amor, soy como bronce que suena o címbalo que retiñe. Aunque tuviera el don de profecía, y conociera todos los misterios y toda la ciencia; aunque tuviera plenitud de fe como para trasladar montañas, si no tengo amor nada soy. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, nada me aprovecha…  El amor no acaba nunca. Desaparecerán las profecías. Cesarán las lenguas. Desaparecerá la ciencia. Porque imperfecta es nuestra ciencia e imperfecta nuestra profecía. Cuando venga lo perfecto desaparecerá lo imperfecto… Ahora subsisten la fe, la esperanza y el amor, estas tres. Pero la mayor de las tres es el amor”.  (1Co. 13).

…………………………………..

(Fin del Capítulo Décimo tercero)

40 comentarios

  • M.Luisa

    De acuerdo Jorge, no sabes cuánto te agradezco este aunque breve comentario tuyo y es que como mi hija está de vacaciones me está insistiendo   para que bajemos a la playa, y me iba no sin un poco de preocupación pensando que quizá esta vez mi esfuerzo no hubiera dado el fruto de comprensión esperado. Me parece muy bien mantener el diálogo en un solo apartado. ¡Hasta pronto, pues!

  • Jorge

    MLuisa, retomemos el diálogo en una sola línea de Atrio ¿te parece? Es que hay un comentario tuyo en la línea del capítulo 14 que también te quiero contestar. Lo haré allí en conjunto. Es que mantener un diálogo en dos líneas es más engorroso, ¿verdad? En mi opinión basta una sola línea para tratar temas diversos.

  • M.Luisa

    Retomo ahora donde lo dejé y decía: Entonces si los tecnicismos a los que te refieres son el de “sustancia” y el de “sustantividad” ellos contienen precisamente el significado diferenciado de lo que vengo exponiendo.

    El de sustancia conceptúa la naturaleza de la realidad humana entendida a modo aristotélico, haciendo de ella mero sujeto. El de sustantividad conceptúa la naturaleza de la realidad humana entendiéndola sumariamente con todo el aporte científico  que ha supuesto  para la ciencia  los descubrimientos del electromagnetismo.

    Entonces, en ambos conceptos, en efecto,  entra la materia,  pero la realidad material en cada uno de estos niveles  opera de distinto modo. A nivel de   sustancia, a modo de causa- efecto, es decir de manera  lineal.  A nivel de sustantividad, en cambio, la materia obra  a modo de funcionalidad, recuerda que aquí las notas  operan solidariamente unas con otras (no inteligencia y sensibilidad sino Inteligencia –Sentiente) y esto por el sistematismo de la propia estructura.    No sé si ahora con esto lo ves más claro…

  • M.Luisa

    Sigamos Jorge, a mi también me agrada seguir conversando  contigo y no solamente eso sino que lo necesitaba pues como te dije he sido en estas materias completamente autodidacta viéndome  empujada a ello por las circunstancias,  como ya otras veces he dado  a conocer.

    Así que, cuando apareciste por aquí como yo entonces empezaba a meter las narices en ciencia justamente para entender lo que de ella escondían ciertos conceptos filosóficos, no antiguos por supuesto sino posmodernos,  pensé que me sería de gran utilidad leerte y aprender de cuanto decías.

    Pero fíjate que curioso, mientras  en mi búsqueda para encontrar la causa de tanta desviación teológica,  lo que intento es aunar conceptualmente contenidos científicos y contenidos filosóficos  que   es de lo que venía careciendo la base sobre la cual se sustentaba la teología,  a ti te sucede lo contrario, empiezas  por  distinguir  entre ciencia y fe.   Es pues   entonces, a criterio mío, normal que  te despreocupes de  la porción de ciencia que puedan contener  filosóficamente los conceptos que, a mi modo de ver, es lo que ofrece  racionabilidad a la fe.

    Consideraba importante hacer esta introducción  previa a mi comentario de hoy.

    Déjame que empiece por decirte que si para ti es difícil el lenguaje técnico que utilizo no te digo lo que me pasa a mí a veces al leerte, ¡se me cuadriculan los ojos! Sin embargo pienso que hemos de aceptar moderadamente que esto sea así para evitar llenar de  subjetividades  el objeto que se pretende describir, sea científico o filosófico.

    Entro ya, pues, al tema.   Dices entender los dos momentos   del “tener” y del “poseer”, pero no olvidemos que son momentos estructurales, momentos internos estructurales  pertenecientes a  la realidad humana que es de la que tratábamos y por tanto no se pueden separar.

    Yo ya te entiendo cuando desde tu punto de vista dices que se pueden separar pero esto es lo propio que sucede al considerarlos  como elementos vistos desde fuera no como momentos interno.

    Desde mi punto de vista sucede lo contrario como ya te expresé anteriormente al decirte que  con esta misma estructura humana trabaja el científico, puede él no saberlo y de ello ha dado buena prueba  el positivismo científico, pero si  la ciencia no se cierra a él entonces la realidad física holisticamente, como tu dice,  considerada,   hará entrar  en ella al científico  por “entero”. A eso me referí   el otro día con las dos perspectivas,  ¿te acuerdas?, pero esto es algo que se toma voluntariamente desde fuera.

    Dices que para estudiar con detalle especializado en Ciencia, necesitamos “tener” conocimientos, y sigues diciendo: poseerlos aquí es que casi me parecen improcedentes. Bien, sacar de ello esta conclusión   requiere una explicación, un recordatorio, mejor.

    Veamos, el  “tener” y el “poseer” forman parte de aquellos dos momentos estructurales de la realidad humana, aquello que se tiene orgánica y biológicamente pero no sólo para tenerlo y hacer cosas con ello sino  poseerlo para vivir humanamente, es decir,  vivir nuestra propia realidad humana, la vida aquí, en este contexto, sería  posesión.

    Entonces si los tecnicismos a los que te refieres son el de “sustancia” y el de “sustantividad” …lo dejo aquí de momento porque me están reclamando el Ordenador, en cuanto pueda concluyo esta última parte que pienso puede ser la mas luminosa para la globalidad del asunto

  • Jorge

    MªLuisa, difícil para mí el lenguaje técnico que empleas. Entiendo los dos momentos que me explicas del tener y del poseer, y que es mayor o se fortalecen entre si cuando actúan juntos que por separado, pero esto no impide que los empleemos por separado si podemos hacerlo, por ejemplo en Ciencia. Creo que separarlos facilita el avance de la investigación científica; pero te doy la razón cuando tratamos de comprender o asimilar de modo holístico el conjunto de la realidad física, pues dificulta las cosas el separarlos. Para estudiar con detalle especializado en Ciencia, necesitamos “tener” conocimientos, poseerlos aquí es que casi me parecen improcedentes. Sin embargo, para decir algo con sentido del conjunto de la realidad física será mayor si “previamente” al decir algo lo poseemos. Y esto es válido antes de decir nada, antes de conceptuarlo, simplemente para estar o situarnos en el mundo.
     
    Seguiremos ¿verdad?

  • M.Luisa

    No sé Jorge si estarás de acuerdo conmigo en la pequeña rectificación que ayer a última hora hice sobre la distinción estructural de los dos momentos constitutivos de la realidad humana.

    Digo pequeña rectificación porque el punto donde se encuentra se halla al comienzo de la disertación que manteníamos pero  se trata de una cuestión que de no detectarla tempranamente sus consecuencias se irían arrastrando  durante el tiempo que aquella durase

    Por esto me ha parecido conveniente no dejar de lado todavía el tema en el que me centraba  ayer porque me he dado cuenta que por ahí  me pueden salir al paso aspectos o cuestiones que anteriormente  hubieran podido quedar  poco claras.

    Por ejemplo,  estos dos conceptos se sustancia y sustantividad con los que vengo bregando hace tiempo, ahora creo están mejor definidos para situarlos cada uno en sus  cosmovisiones correspondiente.

    El de sustancia en la tradicional  y el de sustantividad que es un concepto  a la vez filosófico y científico adscrito en la cosmovisión de la posmodernidad.

    ¿Por qué? Se me puede preguntar, pues porque si volvemos ahora a aquellos dos niveles estructurales diferenciados de la realidad humana, ésta cuando adquiere autonomía propia y sustantividad plena es en la funcionalidad sistemática de sus notas moviendose en el ámbito de  la realidad cuya idea actualizada formulé días atrás,  no cuando aquellas notas  en su relación actúan por separado  a modo del  esquema tradicional causa -efecto.

    Bien lo dejo ahí, pero creo que con estos elementos  podrías ya hacerme alguna objeción si lo consideras oportuno

  • Jorge

    Pienso Santiago, que mi postura tal como dices aparenta una dicotomía pero en el fondo no lo es. En todo el primer párrafo de tu comentario estamos en conformidad total. Es eso lo que me esfuerzo en decir y explicar. La plenitud del amor está y nos viene por Cristo y de su mano llegaremos al Misterio Trascendente de Dios, que es lo último y definitivo.
     
    No tengo ni idea de filología griega, y me parece bien que me aclares que prefieres en las citas de Juan la traducción de la Nácar y Colunga que la que uso yo de la Biblia de Jerusalén. Haces notar que el amor tiene su origen en Dios, es la fuente del amor. De acuerdo, pero convendrás conmigo en que no se trata de cualquier amor, sino de un amor en plenitud. Es que hay amores de los buenos y amores que no lo son tanto ¿verdad? Y como la Plenitud es aún un proyecto, un camino que todavía tenemos que recorrer, pues lo que tenemos es un proyecto de amor, un amor ni siquiera en plenitud cuanto menos divino. Por esto el otro día hablaba que el amor que conozco es el humano y no el divino, aún no. Sin embargo, Jesús de Nazaret manifiesta totalmente el amor en plenitud, tenemos su ejemplo, pero no podemos por ahora alcanzarle.
     
    Dices: existo por el amor de Dios ya que Él nos amó primero. Y estoy de acuerdo. Nuestro origen es natural por evolución biológica sin añadidos. Ahora bien, pienso que por el proyecto de Plenitud de Cristo escogió nuestra especie, porque tenía las características naturales suficientes para realizarlo. Las razones profundas sólo él lo sabe. Pero si alcanzamos la Plenitud, si pertenecemos a ella, quiere decir que desde ella, (presente en toda la historia), se ha cuidado nuestra existencia desde su origen, en todo su desarrollo hasta su culminación en la Plenitud. Estábamos por tanto ya presentes en el proyecto de Cristo desde el principio.
     
     
    Sin embargo, pienso que no es necesario suponer un origen divino a ciertas características humanas como dices. Es suficiente que mis características humanas tales como la libertad, autonomía, inteligencia,…, incluso el amor, vengan de fábrica, del proceso evolutivo de nuestra especie, de nuestra historia natural, cultural, humana… No nos hace falta ningún añadido más, sobrenatural o divino, para alcanzar el proyecto de Cristo de la Plenitud Humana. Pero para llegar de la mano de Cristo al Misterio Trascendente de Dios sí necesitamos el poder del Espíritu Santo, que nos trasforme en seres espirituales con nuestra propia identidad y biografía o con el mismo yo, y abandonando a su suerte la Realidad Física, pasemos al ámbito divino de lo eterno junto a Dios. Nuestra vida en Dios definitiva, unida en el amor pleno y ahora sí también divino.

  • Santiago

    Aunque a veces, Jorge, parece tu postura una dicotomía ideológica, Jorge, sin embargo, en el fondo, quizás no lo es..La PLENITUD como dices, es decir,  la perfección del amor, está en Jesucristo mismo…El, que es el Dios visible nos va a conducir “de la mano” hacia ese Dios Misterio, que es invisible, ya que El mismo dice que El es el camino hacia el Padre……Ya Juan Apóstol, el discípulo más cercano al corazón de Jesús, decía, mas o menos, esto mismo, en otros términos…Todos podemos llegar a la plenitud a través del amor ASCENDENTE…y encontrar la trascendencia que hemos buscado afanosamente durante toda nuestra vida..deseo común de TODOS los seres humanos dotados de razón…Por eso, cuando Jesús veía que alguien estaba cerca de El, anímicamente e ideológicamente,  afirmaba que ya no se encontraba lejos de su Reino…porque la búsqueda iba a terminar en un encuentro final…

    Por otro lado, hablando de la esencia del amor,  yo prefiero la traducción de ese famoso pasaje de 1 Juan 4, 7, tal como lo hacen Nácar y Colunga, y también J. Bover s.j. y F. Puzo s.j. “porque el amor procede de Dios” en vez de “el amor es de Dios”…ya que en el contexto mismo de la Carta se afirma que “Dios ES amor” (vers. 8) y es por eso que el amor tiene su origen en Dios…ya que El es la primera fuente del bien..en ese Misterio Triuno…Por eso en el original griego se escribió ek tú Theú…Siendo la traducción de la preposición griega ek mas exacta, en castellano, equivalente a desde, y en inglés from…es mas exacto el sentido que le dió el Evangelista de que “el amor viene desde Dios, o sea,  procede o proviene de Dios” ya que desde no es genitivo sino que indica procedencia y origen…Ya que no solo el amor es de El, sino que esencialmente tiene su origen en El, misteriosamente…

    Por eso con respecto a nuestra autorrealización, ésta está centrada y basada en el amor de Dios, ya que YO soy porque existo en el amor de Dios, ya que El tuvo que amarme primero a mí, como también afirma Juan en su Epístola..Mi realidad, por tanto se manifiesta de esa manera..esta realidad es  solamente mía en cuanto me fue otorgada gratuitamente, sin merecerla y sin poder intervenir en su origen..por tanto, yo NO he creado mi autonomía ya que la recibí sin pedirla, como el don de mi propia existencia que NO es autocreada sino que se debió a una decisión previa del Amor y orientada desde siempre hacia la libertad. Es por eso que solamente la misma VERDAD es la que nos da esa libertad…

    Un saludo cordial   Santiago Hernández

  • M.Luisa

    Me gustaría antes de seguir, Jorge, aclarar una dudosa interpretación la cual no desearía menguase nuestra alcanzada, al menos hasta aquí, sintonía. Y es que los dos momentos de la realidad humana que he descrito anteriormente, en efecto, no supone en el proceso evolutivo, como tú muy bien has visto,  ninguna fisura.

    Mas esto sucede  porque   al formar estructura, los dos niveles   se apoyan mutuamente. Sin embargo en cada uno de estos momentos lo constitutivo de la realidad humana, presenta dos modos distintos de enfrentamiento con las cosas (1).  Porque la capacidad del sistematismo de las notas  formando unidad en el interior de  la sustantividad humana es mayor que la actuación de éstas notas sustanciales actuando por separado.

    Ahora tal vez comprendas el concepto filosófico-científico  de Inteligencia Sentiente. Por eso, cuando tu ves a los dos niveles que he descritos esta mañana abiertos por igual a la autorrealización, ahí debería decirte que me distancio un poco de esta posición tuya. Porque una cosa, por ejemplo,  es tener inteligencia y sensibilidad y otra poseerlas en unidad de facultad.

    En esta ocasión me disponía  a opinar sobre la secuencia siguiente del comentario tuyo  que vengo haciendo por partes y que dice así:

    “Sobre la aprehensión ¿acaso sentir algo como real, nos permite afirmar que lo es? ¿no es esto puro idealismo filosófico en la línea de Hegel?”

    Sin embargo  he preferido detenerme en aclarar el  punto en cuestión un tanto  problemático. De la aprehensión y de Hegel  si no tengo nigún contratiempo  me ocuparé mañana

    ——————
    (1)    lo primero, en los seres vivientes, con lo que hay que contar  para su realización es con el hecho  de que para ello habrán de enfrentarse inexorablemente con las cosas que comforman su entorno.

  • M.Luisa

    Me  alegro, Jorge, que hasta aquí coincidamos. Ello en parte es porque me he propuesto  ir paso a paso, por tanto recordarte que todavía me queda por tomar posición de  buena parte de tu comentario de ayer de las 8:07 quisiera desarrollarlo hasta el final.

  • Jorge

    Vaya Mª Luisa, ¡por fin me siento en sintonía contigo! Tu esfuerzo por exponer tus ideas en una forma que pueda entenderlas ha dado sus frutos, te lo agradezco. Tus dos últimos comentarios los encuentro coherentes y tienen sentido para mí, incluso podría compartirlo. Es que los dos momentos del ser humano abiertos a su autorrealización, el paso del tener al poseer su realidad entiendo que puede proponerse, sin que suponga un corte cualitativo en el proceso natural evolutivo humano. Por fin estoy de acuerdo contigo.

  • Jorge

    Pues sí amigo Santiago, me siento en paz con mi conciencia a pesar de haber excluido la trascendencia de este mundo en el que vivimos. Las cosas y los seres de este mundo se quedan en él, no lo trascienden. A la trascendencia siempre le doy un uso y significado más allá de nuestro mundo. Te recuerdo que soy un hombre profundamente religioso que vive en oración continua (salvo excepciones) porque mantengo constante el vivir en presencia de Dios por Cristo en el Espíritu, y que hago una oración explícita larga diariamente a la que añado algunas otras, y que participo en mi comunidad (parroquia). Pero esta posición, actitud y actividad religiosa se abre con un planteamiento de este mundo completamente ateo cientista, que excluye la presencia de Dios en él, como Creador, o que intervenga en su proceso de desarrollo evolutivo autónomo, excluyendo por tanto un Cosmos o Realidad trascendente aquí presente. Ésta es claramente una posición atea.
     
    Pero es cierto que los ateos presentan por lo común una fuerte beligerancia contra Dios y lo religioso, sin embargo, en mi opinión es una consecuencia errónea del ateísmo, pues la trascendencia queda más allá de nuestro mundo, al que ven sin Dios. La beligerancia no es consecuencia de una posición atea sino de un enfrentamiento anti-Dios y anti-religioso. Si ateo significa tener una cosmovisión sin Dios y vivir sin Dios o como si Dios no existiese, yo la tengo y lo hago pues he sustituido el término de Dios por Plenitud Humana que no es divina ni del más allá sino de nuestro mundo. Mi vida religiosa está centrada en Cristo y en la Plenitud Humana, a Dios lo dejo en el más allá como Misterio Incognoscible Trascendente. Y mantengo la esperanza de que algún día llegaremos a Dios, por la plenificación de la humanidad en Cristo y su encarnación divina en la plenitud humana.
     
    Sin embargo, sé que mis planteamientos no son del todo coherentes. Tengo un fuerte sentido de dependencia con respecto a Dios, quiero decir que creo que todo cuanto hay y ocurre depende del “hágase” de Dios, en el respeto a la autonomía del mundo natural y humano. Si he sustituido en este mundo a Dios por Plenitud Humana, ¿cómo conciliar el “hágase” de Dios con ella? ¿el poder humano en la Plenitud alcanza el poder que era atribuido a Dios? No lo tengo del todo claro, pues al tratar este tema introduje una Causa Externa dependiente de Dios para explicar la razón de la dependencia, quizás no sea necesaria.
     
     
    ¡Ah! el texto de la 1ª Carta de Juan (1Jn 4, 7-8) “Queridos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor” Esto no lo niego sino todo lo contrario. El texto de este tema sobre la ética en mi libro termina “Dios es Amor, ahora puedo mostrarlo y decir ¡míralo está aquí!” Pero la perspectiva que tomo es desde la plenitud del amor en el tiempo de Plenitud en nuestro mundo. Su alcance es indirecto, pues tras la Plenitud está Dios según mi esperanza y mi fe, pero no en nuestro mundo. Lo que aquí vemos es la plenitud del amor, no a Dios directamente. Y lo que dice es que si hemos nacido y vivido pertenecemos a la Plenitud que procede de Dios por Cristo, y por tanto procedemos de Dios. Y que sólo alcanzaremos la Plenitud si amamos, porque el amor es lo propio de la Plenitud.

  • M.Luisa

    Espero y deseo, Jorge, que quedara claro mi comentario de ayer. Si no es así ya me dirás para que pueda mejorar mi explicación.

    Vuelvo , pues, ahora, donde me quedé del tuyo   y también contigo  puedo afirmar  que la realidad se fundamenta en sí misma,  una proposición atea y coherente, como dices,  que yo también  asumo. Lo que ocurre es que   esta realidad material de la cual  también   forma  parte constitutiva  la realidad humana,  ya no es, esta realidad, llegado su momento evolutivo,  algo  meramente material,  porque al  emerger  de  ella la inteligencia la hace   una realidad que   deja de ser mera sustancia (materia) y por tanto  en su nueva unicidad sustantiva  el hombre tendrá que hacerse. Por lo que este  tener que hacerse y este tener que realizarse implica distinguir estructuralmente en la realidad humana  dos momentos: el momento de realidad y el momento de humanidad. Para que se me entienda mejor en este punto traeré   a colación una distinción que aludo con frecuencia y con cierta  pesadez  -no lo voy a negar- . Y es que, si  acordamos ambos que la realidad se fundamenta en sí misma, entonces, como todas las cosas reales materiales, el hombre por el primer momento  tiene sustancia: las cosas con sus notas que las caracterizan, son así.  Por el segundo, el hombre posee sustantividad, es decir, es plenamente autónomo. Por el primero, las cosas son. Por el segundo es aquel momento gracias al cual las cosas son de suyo. Por el primero es un tener, por el segundo  un poseerse, ser uno mismo.

    Entonces, hecha esta exposición, aquella afirmación en la que ambos coincidimos según la cual la realidad se fundamenta en sí misma, no entra en ella para nada  la idea de Dios en esta fundamentación. Es una fundamentación radicalmente intramundana y por tanto sigue siendo una proposición atea, como leo que tu le comentas a Santiago…

    Como hice ayer, si me permites Jorge haré un descanso y luego seguiré, necesito airearme un poco pues llevo desde las cinco de la mañana pensando cómo sin demasiados conceptos enrevesados poder dar un poco de claridad al asunto.

  • Santiago

    Jorge, nuestra vida y nuestro destino son trascendentes…no desaparecen en y con la muerte física…Lo meramente biológico y físico ha de transformarse, para poder trascender…Y es porque ninguna de nuestras cualidades humanas va a desaparecer en la muerte, por lo que el amor es trascendente…Y es por eso que Juan, discípulo predilecto de Cristo, que oyó, contempló y tocó muy cerca “al Verbo de la vida”, es decir la misma revelación de Dios, en la persona de su único Hijo, que se hizo carne humana por nosotros..el mismo Apóstol que es a la vez testigo del Evangelio el que dice: “Carísimos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios; y todo el que ama, de Dios ha nacido y conoce a Dios“…Las cosas no son trascendentes en “si mismas” sino en cuanto a que proceden del amor de Dios…Pero el verdadero amor, capaz de acceder al bien aún a costa del sacrificio y de la cruz, ES trascedente…ya que no existe distinción entre si es amor humano o divino…tiene la misma procedencia…y se dirige al último fin..que es la felicidad en la vida eterna de Dios…ES POR ESO que en la gloria eterna no existirá ya ni la FE, ni la ESPERANZA, virtudes que estaban ordenadas a nuestro fin…pero el AMOR será el único y el último don que jamás desaparecerá y esencialmente trascenderá..puesto que el lumen del cielo consistirá precisamente en la contemplación de la perfección del amor…No nos cansaremos de amar eternamente y aunque no lo entendamos perfectamente ahora, ES la revelación primordial del Jesús del Evangelio…Quien no ama, no puede entrar y permanecer en el Reino..ESTE es el único mandato importante y obligatorio…y necesario para la salvación..

    Por otro lado, yo creo que si el ateísmo científico guarda silencio sobre la Realidad del Cosmos, pienso como tu, que existe una posibilidad hacia la apertura…Pero se observa curiosamente que muchos de los que se confiesan con arrogancia “ateos científicos” tienden a reducir “a priori” el dogma de la “imposibilidad de la existencia de Dios”, y se mantienen en esa doctrina con una tenacidad y fuerza que está marcada por la inflexibilidad de su religión…y por tanto, el querer un diálogo que no salga estrictamente de sus planteamientos totalmente negativos..ES POR eso que en muchos casos el “diálogo” es totalmente imposible y se convierte en destructivo…Como dices, la “trascendencia y la apertura” van mas allá….puesto que pertenecen ya a otro orden de cosas…aunque muchos verán también la posibilidad real de un Creador del Universo…No todos rechazan ciertos signos vitales y existenciales en el Cosmos, que para muchos ejercerán un gran  peso en la base de sus creencias y en su fe religiosa..ya que el Cosmos no es una invención “subjetiva y fantástica”, sino algo que vivimos y contemplamos a diario, es lo que se nos presenta como lo mas objetivo posible…..En el camino hacia Dios, podemos acercarnos más y más, aún tenuemente, y tratar de mirarlo todo “con Sus mismos ojos”…LA FE es una guía iluminada…por donde transita la razón…Amigo Jorge, si “conoces el significado más profundo de la trascendencia”, aunque lo excluyas de “tus” planteamientos, debes sentirte en la paz de tu conciencia…

    Un saludo cordial    Santiago Hernández

  • Jorge

    Santiago, desde el momento mismo en el que se menciona “trascendencia”, se me enciende una luz roja de advertencia ¡cuidado!, porque hay usos y sentidos de este término que no comparto.  Si su uso se refiere a un más allá ulterior, último y definitivo, cuya vía es la fe, entonces no tengo ningún problema en aceptarlo. Ahora bien cuando lo usas para decir que el amor es trascendente, que traspasa la tumba y nos habla de la pervivencia del yo, entonces no lo comparto porque el amor que yo entiendo es un amor humano y no divino, que incluye el amor en plenitud de Cristo. Lo mismo me pasa con cierta mirada a nuestro entorno, que cree ver las cosas de un modo que va más allá de sí mismas, reflejada en ellas lo divino, que las trasciende. Para mí este uso de lo trascendente es improcedente. Las cosas no son trascendentes, y nuestra inteligencia racional, emocional o espiritual, no cambia las cosas como son, por mucho que las miremos de un modo místico o con perspectiva trascendente. Los que cambiamos somos nosotros.
     
    Y sí, por ateísmo entiendo la exclusión absoluta de un Creador Inteligente y la presencia de lo sobrenatural y divino en el mundo o entorno natural y humano. Pero el admitirlo no cierra la apertura a la trascendencia si la situamos más allá del Cosmos, de la supuesta Creación o de la Realidad. Porque el marco de incidencia de la posición atea cientista se inscribe en este mundo, en esta realidad en la que vamos siendo y existiendo. Más allá de ella, el ateísmo científico sólo puede guardar silencio. No sabe, no contesta. La trascendencia y la apertura hacia ella, queda fuera de su contexto.
     
    Yo no me atrevería a ridiculizar el animismo tan ligado a la magia, porque viene de nuestros ancestros más lejanos y aún perdura con vitalidad. Tampoco lo haría con el politeísmo de nuestra historia clásica y de otras culturas (hinduismo, sintoísmo,…), también presente en el culto cristiano trasformado y asimilado en múltiples vírgenes y santos. Sólo hay que mirar el comportamiento de nuestros pueblos devotos, en sus ofrendas y promesas, en sus múltiples cofradías y procesiones. La magia también perdura en el culto cristiano.
     
     
    Qué duda cabe que lo sobrenatural y lo espiritual pueden ridiculizarse, si exceptuamos el respeto que merecen las creencias citadas, pero no, si lo tomamos en un sentido y significado mucho más profundo. Conozco ese significado profundo trascendente, y es precisamente el que he excluido expresamente de mis planteamientos.

  • M.Luisa

    Vamos a ver Jorge, la expresión condicional de mi frase no es una expresión que  pretenda poner el acento  en el carácter condicional en el cual se apoya la misma,  sino que iniciarla así  tiene una  utilidad muy precisa que sirve para contraponer una posición opuesta   a quienes su afirmación sobre la existencia de Dios viene no fundamentada horizontalmente  sobre el terreno que se pisa, sino una afirmación verticalmente ideologizada . Y esto es precisamente lo que yo llamo hacer uso vano de la realidad de Dios. Porque si te fijas la frase   “si existe Dios, habrá de ser realidad fundamento”. Lo condicional de la frase no recae sobre la realidad de Dios, es decir Dios en tanto Dios,  Dios en su propia realidad,  sino sobre su precipitado conceptual “Dios” que es con lo que se contentan los de posición verticalista y es por ello que a partir de ahí pueden luego atribuirle un sinfín de atributos.

    Nada nos dice que la realidad fundamento sea Dios, pero inexorablemente  para acceder a su realidad  habremos de partir de esta realidad intramundana en la que los humanos nos encontramos.

    Respondo así tan sólo a la primera parte de tu comentario, seguiré en cuanto me sea posible, ahora  he de reservarme neuronas para otro asunto.

  • Jorge

    Mª Luisa, Dices “si existe Dios, habrá de ser realidad fundamento”. Bueno, pues precisamente a esto hacía referencia cuando dije hacer un uso vano de Dios como fundamento. Y me da igual tomar a Dios como fundamento de la realidad o a la inversa tomar la realidad como fundamento de Dios. Es que tú misma (como suelo hacerlo yo en cuestiones de fe) partes de un condicional, “si existe Dios”, y como en todo condicional puede pensarse que la propuesta condicional no se dé. Si éste fuese el caso, la realidad ¿pierde su fundamento? Pues al hacer la afirmación que hice de que la realidad se fundamenta en sí misma no lo pierde en absoluto. Sigue siendo y existiendo tal cual es, una proposición atea y coherente (que asumo como mía, como le he dicho a Santiago en el comentario anterior). Es que ya se sabe, que si tomamos como fundamento de la realidad a Dios, por lo mismo habría que preguntar cuál es el fundamento de Dios, y la respuesta es la misma sólo que a la inversa, Dios se fundamenta en sí mismo, y ¿porque no la realidad? ¿por qué razón Dios sí se puede fundamentar sobre sí mismo? Es que esto sólo puede responderse al llenar de contenido a Dios, cosa muy discutible.
     
    Sobre la aprehensión ¿acaso sentir algo como real, nos permite afirmar que lo es? ¿no es esto puro idealismo filosófico en la línea de Hegel?
     
    Dices que la esperanza espera porque la realidad es abierta. A mí me parece que la esperanza no nos dice nada acerca de la realidad. La esperanza se da porque podemos proyectar lo que tenemos en el presente al futuro, y podemos pensar, desear o sentir, que ese futuro tiene ciertas probabilidades de ser de una forma determinada. Pero la esperanza no es conocimiento y menos se puede fundamentar en lo real y peor aún que la realidad fundamente la esperanza. Simplemente porque el futuro aún no es, tal vez lo será incluso podemos sentir que será así, pero puede que no lo sea.
     
     
    Preguntas: ¿qué es el Reino?, y respondes la realidad misma en la que estamos. Y mi respuesta es no, no estamos en el Reino, aún no. Es una propuesta para la esperanza, un proyecto de vida humana, es también algo así como traer el futuro al presente; pero puede el futuro torcerse y que el Reino no se dé, y me haya equivocado junto con Jesús, y que el mensaje de Jesús por el Reino sea un error que nunca llegará a realizarse. Mi esperanza es que el Reino se dé, que Jesús tenga razón, pero no hay seguridad total, no podemos decir que el Reino es una realidad, pues no podemos saber si realmente llegará a alcanzarse.

  • Santiago

    Gracias Jorge por tu renovado interés y tus asiduas respuestas…Mi “enhorabuena”, fundamentalmente, se basa en que deseo siempre lo mejor a mis amigos y el que ha encontrado su camino en la vida, o, por lo menos, ha tratado honestamente de buscar su sentido, es algo muy positivo y puede ser también una apertura hacia el bien, meta final de todo ser humano…En nuestro caso particular, sin querer excluir a nadie, se refiere a la relación de amistad, porque aunque parezca que coincidimos, yo creo que más bien rozamos las cosmovisiones…sin poder llegar completamente a una unidad ideológica…pero hablando de tantas opiniones diversas como existen “por aquí”, ya es bastante…

    Pero  “una religiosidad mucho más auténtica y liberadora”, como dices, que “no pone el acento en cosmovisiones o en metafísicas, sino en las personas que sufren y en el amor, sin distinciones excluyentes” referido todo al cristianismo en particular, DEBE ir mucho mas allá de la filantropía y de la fraternidad humana pura…Al fin y al cabo estas expresiones son efímeras a la larga y a la postre, pasan, están pasando y van a pasar…..Sin embargo el amor verdadero es trascendente…no solo ES un sentimiento, pasión y compasión…sino que va mas allá de lo que podríamos pensar… y traspasa la tumba…y es lo que perdura eternamente…Es una prueba mas, o una huella viva, de la pervivencia del YO…

    Pero al fin, parece que S. Pablo, cuya fiesta celebramos hoy, tenía razón cuando decía en su Epístola que TODO “concurre al bien” de los que aman a Dios…Porque si por ateísmo, NO se entiende la idea de la exclusión absoluta y “a priori” de la imposibilidad de la existencia de un Creador inteligente, SINO, por el contrario, se mira como una apertura hacia la trascendencia que por definición esta por encima de nosotros, entonces esta apertura que está basada en una negación se convierte en un camino real hacia un grado de conocimiento superior, una vía, que se encuentra precisamente en la FE…

    YA Juan de la Cruz, a quien llamaban con razón “el doctor de las nadas” decía que al TODO no se llega sino por la senda estrecha de la negación absoluta de las nadas: “Para venir a gustarlo todo, no quieras tener gusto en nada”, “Para venir a saberlo todo, no quieres saber algo en nada”, “Para venir a serlo todo, no quieras ser algo en nada”

    Sin embargo, en Juan de la Cruz estas negaciones NO son absolutas, ni pesimistas, ni destructivas, puesto que en el fondo son afirmaciones,… porque ES que este vacío existencial, que es una noche mística, es el que, paradójicamente, nos conduce a Dios…Por eso la imagen de Dios es mas pura en el, cuando escribe:“Oh cristalina fuente, si en esos tus semblantes plateados formases de repente los ojos deseados que tengo en mis entrañas dibujados!

    Y si, por otro lado, lo sobrenatural y espiritual, solo se entiende como una invención ridícula, creación humana y que es todo magia…entonces nos aproximamos a los dioses fantásticos paganos, productos simples de la mitología antigua y moderna…PERO el Dios de los cristianos, no solamente muestra sus huellas en un Cosmos REAL, trayendo a la existencia algo objetivamente maravilloso que incluye el don de la vida…sino que nos amó tanto que también quiso asumir nuestra propia naturaleza para ESTAR con nosotros, vivir nuestra vida, sufrir y morir voluntariamente con nosotros….y por nosotros, los seres humanos que existimos realmente…Por eso, Jesús es el resumen final y el centro de la Creación…”Si creemos en El, viviremos en El” para siempre…Esta es la FE de la Iglesia, que debe ser también la nuestra.

    Un saludo cordial de Santiago Hernández

     

  • Jorge

    Me he quedado dándole vueltas Santiago a tu enhorabuena por haber encontrado mi camino hacia el encuentro con Dios, “vaciando el Cosmos, la Naturaleza, la Materia y la Vida”, y también al Ser Humano, de toda referencia a lo sobrenatural y divino. Parece que lo religioso debería funcionar precisamente en sentido contrario ¿verdad? Pues sí ese ha sido y es un objetivo fundamental de mis planteamientos. Propone justamente esto: que el ateísmo que concibe el mundo o entorno natural y humano sin Dios desde una cosmovisión cientista radicalmente materialista (no en sentido economicista, consumista, ético,…), no cierra necesariamente el paso a lo religioso. El ateísmo es el último gran paso de la humanidad hasta ahora en la comprensión del mundo. Y es un gran paso hacia la liberación humana de las ataduras producidas como consecuencia de las cosmovisiones anteriores.
     
    Las cosmovisiones de un mundo regido por fuerzas superiores sobrenaturales, que llena todas las cosas y sucesos de espíritus responsables de lo que hay y ocurre, que domina a los seres humanos pues rige cada momento de sus vidas, lo cual les obliga a esforzarse en tenerlos contentos por medio de rituales complejos cargados de magia y superstición, aún hoy perdura. Éstos ni siquiera han dado el paso al politeísmo; no creen que hayan dioses más poderosos que tengan controlados a los espíritus. Pero aun creyendo en los dioses o en un dios principal (monolatría) la cosmovisión es justo la misma. La vida humana se encuentra atada al capricho de los dioses o los espíritus. Puede que la creencia en un solo Dios Todopoderoso, que en principio debería haber vaciado al mundo no sólo de dioses sino también de espíritus, uniendo el mundo con Dios divinizándolo en un panteísmo o bien en un panenteísmo, o viendo el mundo como obra de un Dios creador, no lo haya conseguido. Es que decir que todo es Dios o que sea Creador Todopoderoso, en lugar de liberar al ser humano, sujeta aún más fuerte sus ligaduras. El ateísmo es liberador, porque corta por lo sano sin miedo todas las ligaduras con lo sobrenatural y lo divino. Y yo acepto la propuesta atea, porque entiendo su capacidad liberadora.
     
     
    Pero para cerrar el paso a lo religioso no basta ser ateo, hay que ser además anti-religioso, que no es lo mismo. Insisto en que una posición atea cientista radicalmente materialista, no cierra el paso a lo religioso. En un mundo natural y humano vaciado de Dios, lo religioso queda abierto en lo humano y sobre todo en el amor humano. Si sustituimos todo cuanto se ha dicho sobre Dios, ideas, conceptos, contenidos,…, por Plenitud Humana, la fe y la esperanza, la actitud y práctica religiosa,…., pueden darse de modo semejante aunque con sentido y perspectiva diferente. Si dejamos de buscar a Dios en el mundo, en un lugar cualquiera que sea, en el fondo del Universo, en su origen, en las partículas elementales cuánticas, en fuerzas o energías espirituales,…, que desvía el claro objetivo de Jesús del Reino de Plenitud Humana, tendremos la oportunidad no sólo de seguir a Jesús sino con él abrirnos a una religiosidad mucho más auténtica y liberadora, que pone el acento no en cosmovisiones o en metafísicas, sino en las personas que sufren y en el amor sin distinciones excluyentes.

  • M.Luisa

    Como te dije ayer, Jorge,  al insertar  mi comentario en tu último capitulo no tuve tiempo de leer al completo este tuyo  que me dirigías  casi simultáneamente en tu  anterior entrega.

    Dices, entre otras cosas “Dios escapa a cualquier presupuesto, proposición o contexto en el que se le quiera situar. Es Misterio, lo totalmente distinto, lo Otro Incognoscible. No hay ningún modo de atraparlo o contenerlo …”

    Así es, Jorge, si con esto no puedo estar más  de acuerdo contigo! Si  nunca,  de  mis argumentaciones, puede deducirse determinación  alguna  que recaiga sobre la realidad de Dios!  O, quizá  no has percibido en mí que siempre que puedo evito de conceptuar su realidad como tal? Si Dios existe habrá de ser realidad fundamento. Pero con ello no se está diciendo ni aseverando nada sobre Él. Lo que únicamente se está diciendo con esta fundamentalidad es que a Dios, de existir, se habrá de llegar a Él desde abajo, desde la realidad.

    Sigo con tu frase. “(…) la imaginación o la intuición (…) no son suficientes(…).

    No es que sean insuficientes es que la imaginación o la intuición  como   recurso intelectivo son  desde el mismo punto de partida erróneas. Cosa muy distinta, aunque  no desde tu punto de vista, ya lo sé,  es partir de la aprehensión, cuando para mí la aprehensión por ser de realidad, es  como aquel modo humano de sentir la realidad  que infunde excelencia al acto intelectivo.

    En la aprehensión no hay intención como sí puede haberla en la imaginación y en la intuición. Al haber en la aprehensión algo sentido como real es al mismo tiempo fundamento,   y  añadiría ahora también,  entrando ya a la última parte de tu comentario, esperanza. Porque si no, de donde saldría la esperanza? Esta esperanza tuya y también, como dices, del conjunto de la humanidad está dada en aprehensión de realidad y por eso la esperanza espera porque la realidad es abierta.

    Dices “Yo hablo de la Plenitud Humana del Reino anunciado por Jesús con la esperanza que sea la llave de acceso a Dios y punto. Pero tampoco aquí digo nada sobre Dios, pues hasta no alcanzar la Plenitud su acceso estará cerrado”.

    Un pequeño esbozo en clave, ahora,  no filosófica sino teológica. Qué es  el Reino anunciado por Jesús sino la realidad misma en la que estamos?  La misma realidad en la que se encontraba Jesús que por hacernos caer en la cuenta de ello nos la anunció en forma de proyecto, una forma de sentir la realidad en hacia, es decir, direccionalmente y fundamentada en la Realidad.

  • Santiago

    ES POR eso, estimado Jorge, que nuestra REALIDAD se encuentra “fragmentada” en nuestra humana cosmovisión, ya que nuestra capacidad mediática impide que podamos acceder a ella totalmente durante nuestra vida terrestre…pero eso no impide que exista una REALIDAD única…ya que nuestra tendencia siempre es hacia lo armónico…no al caos…Nuestro instinto siempre está dirigido a la unión…y no a la separación…

    Ya se ha dicho que la Ciencia y la Fe no tienen por ser antagónicas…mas bien son complementarias…puesto que todo conocimiento procede de un mismo origen…anterior a nuestra propia creación…LA FE no es un salto al vacío…sino que, siendo un acto del entendimiento y de la voluntad humana, se basa en la razón…La fe sin la razón sería absurda´y ciega…La razón sin la fe, reduce su capacidad de apertura a posible a nuevos conocimientos, se vuelve dogmática a priori y es instrascendence…A la Ciencia le pertenece explicar el hecho de lo que ES y constituye el Universo y por que funciona de “esta” manera y no de otra,  y explicar los mecanismos y las estructuras de las causas próximas…La Fe responde a las causas últimas, al significa último de la vida en el Cosmos, su sentido moral, y su relación con su Creador…NO existe una razón valida para unirlas…pero como conocimiento sus roces son inevitables…puesto que tanto la Ciencia como la Fe forman parte de la verdad…

    Por otro lado, si se trata de probabilidades e hipótesis, la Ciencia ha adquirido y desarrolla su conocimiento real a través de multiples hipótesis y teorías  que se descartan continuamente…por tanto, tampoco los datos de las ciencia son fijos….sino que son parte de la naturaleza de nuestra existencia humana que es el cambio…y lo que hoy es cierto, en ciencia, mañana deja de serlo..puesto que nuestro conocimiento en esta vida esta limitado por nuestra capacidad y como dice S. Pablo ahora estamos mirando “como en un espejo”…donde la imagen esta bloqueada por el vidrio…No podemos penetrar a traves del cristal todavía..

    Pero tanto el diseño inteligente, la evolución finalista, la complejidad del Cosmos, los procesos vitales, los límites y constantes estrechas en el Universo, la desaparición de la leyes físicas al momento del Big-Bang son hechos de la ciencia..no son invenciones de personas religiosas…por tanto, son parte del conocimiento general y parte de esta unidad en la verdad eterna…

    Pero si Dios NO es el Universo panteísta o panenteísta, y la evolución es solo una consecuencia de su Creación entonces en Dios la Verdad no puede ser múltiple sino que es UNA como El mismo que es el SER en si mismo…el único ser que puede llamarse de esta manera   YO SOY EL QUE SOY…y el que ESTÁ, en la traducción hebrea mas exacta..Por eso, como dices, Jesús afirma su divinidad cuando dice que EL ES “LA VERDAD” única que se encuentra EN PLENITUD en su misma humanidad que está unida hipostáticamente a su divinidad de manera especial…..Por eso, Jesús no permanece callado ante Pilato y habla de la VERDAD cuando antes le pregunta Pilato” ¿Luego Tu eres rey?….Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para dar testimonio A FAVOR DE LA VERDAD. TODO EL QUE ES DE LA VERDAD, OYE MI VOZ” (Juan 18, 37)   El en realidad es la ÚNICA y ÚLTIMA VERAD.

    Un saludo cordial   de Santiago Hernández

  • Jorge

    Amigo Santiago, con respecto a la mirada unificada de la realidad, o con respecto a la Verdad única te digo lo que le expongo en mi comentario anterior a MªLuisa. La propuesta de una Realidad y una Verdad, puede hacerse desde una perspectiva metafísica con cierta coherencia que no discuto. El problema está en la accesibilidad y en la credibilidad de esa realidad única y verdad única. Suponer que Dios es el fundamento de esa realidad única y verdad única es algo que no podemos asegurar de ninguna forma pues no existen datos al respecto. Los datos supuestos parten de un modo concreto de entender la fe y del contenido de Dios. Pero la fe, no tiene capacidad por sí misma para aportar datos para el conocimiento de la realidad, aunque sí puede ser un fuerte estímulo para seguir investigando. La fe está en relación directa con la revelación, y durante siglos se ha aplicado la revelación como datos para explicar el mundo humano y su entorno. Sin embargo, el avance de la Ciencia nos ha dicho en casi todos los campos que los datos de la revelación no pueden ser usados como en el pasado, sino que su contexto es completamente diferente. Nos hablan de las relaciones entre los seres humanos y Dios, y por tanto no pueden extrapolarse fuera de su marco religioso. Si se hace se producen errores graves en el conocimiento, contrarios a la Ciencia, como el diseño inteligente, la evolución finalista, la direccionalidad hacia el aumento de la complejidad, la separación cualitativa de nuestra especie de las demás,…
     
    Por otro lado me parece improcedente identificar a Dios como la Verdad, o la Realidad única, o como fundamento de lo real o de la existencia… Me parece improcedente porque intenta vanamente determinar o concretar un contenido de Dios, que realmente no se encuentra en la revelación. Nada hay en Jesús, que ambos como cristianos creemos que contiene la revelación completa, que nos explique si la realidad es única o no, y menos aún qué es o cómo es o …. Ni tampoco hay en Jesús nada acerca de qué es ni en qué consiste la verdad si es única o no, sólo nos dice que él es la verdad. Y ante la pregunta de Pilato por la verdad, Jesús permanece en un significativo silencio. Jesús no entra para nada en cuestiones metafísicas y menos de Ciencia. Jesús nos habla de algo muy distinto, de las relaciones personales entre nosotros y de nuestra relación con Dios. Insisto extrapolar estas cosas fuera del marco religioso me parece improcedente.
     
    Saludos cordiales.

  • Jorge

    Vamos a ver si me aclaro porque contigo Mª Luisa hay que cuidar muy mucho lo que se dice. Lo primero, sabemos hoy tras la mecánica cuántica que la separación entre objeto y sujeto no es real, sino un artificio que es útil en el estudio científico, que no es posible aplicarlo a nivel cuántico. Aquí el sujeto no está fuera o separado del objeto que observa sino tan implicado que es la observación la que determina cómo es el objeto, su posición, su movimiento,… Pero este artificio sujeto/objeto que no es real, sigue siendo útil su uso en niveles estructurales digamos superiores o de mayores medidas que el cuántico, a partir del atómico. Entiendo entonces que si estamos hablando de la realidad es necesario tenerlo en cuenta, pues en este caso no pueden separarse.
     
    Me da la impresión que en tu sistema filosófico estás proponiendo un campo real, que incluya toda la realidad que haya existido, que existe y que existirá, y que también incluya todas las posibilidades de existencia, incluso lo imposible. ¿Es así lo que propones? Bueno, este campo de unificación que contendría los campos de las cuatro fuerzas fundamentales hoy conocidas y de las que aún no conocemos (energía oscura), junto con sus partículas de transporte e intercambio: fotones, bosones, gluones y gravitones correspondientes, a lo que habría que añadir los campos de las partículas 6 quarks y 6 leptones distintos con sus correspondientes antipartículas, a lo que parece debería añadirse los axiones que compondrían la materia oscura; aún no hemos concluido, habría que suponer que ese campo real tendría además todas las dimensiones estructurales no sólo el espacio-tiempo sino multidimensional, en el que cabría no solo los niveles supra-atómicos sino el cuántico con sus universos paralelos, pues las partículas cuánticas pueden estar en muchos sitios a la vez en universos distintos, y también cabría no sólo nuestro universo sino los “casi” infinitos universos con diversas leyes físicas (multiverso), que podrían originarse en un proceso inflacionario repetido un número indeterminado de veces.
     
    Es verdad que la Ciencia intenta unificarlo todo en un campo real, pero está sólo empezando. Ha logrado unificar dos de las fuerzas fundamentales en un solo campo, la electrodébil y a punto de unir la fuerza nuclear fuerte. Con dificultades se intuye cómo se podría unir la fuerza gravitatoria. También estamos a punto de unir la mecánica cuántica con la relatividad, es decir, transformando el campo continuo del espacio-tiempo en cuántico, una maya bidimensional en donde las partículas cuánticas (espacio-temporales a modo de quarks) ocupen sus nodos. Claro que esas partículas se suponen en realidad como supercuerdas diminutas que vibran en al menos 8 dimensiones diferentes, que a nivel superior aparecen enrolladas por lo cual no se detectan.
     
    Cierto el proceso de unificación está en marcha y quizás en el futuro se logre unir toda la realidad física en un solo campo real y describirlo con una sola fórmula o expresión matemática. Hoy estamos lejos de poder hacerlo y además a medida que vamos profundizando descubrimos nuevos datos que requieren tratamientos nuevos que hacen aún más difícil el proceso de unificación. Con todo el ideal de unificarlo todo, en un solo campo real y describirlo con una sola fórmula, es un bello reto y un estímulo importante en la investigación. Ahora bien me parece improcedente que se pueda usar ese campo real unificado, que no sabemos cómo es ni qué es, en intuiciones filosóficas saltándose el lento proceso de investigación.
     
    Sin embargo, hay una proposición filosófica metafísica que puede hacerse y esta es una proposición planteada más o menos de esta forma: sea como sea ese campo real unificado lo contendrá todo y por tanto puede considerarse como Absoluto-Infinito-Eterno. Si consideramos el contenido de Dios como la realidad Absoluta-Infinita-Eterna necesariamente tiene que estar incluida en ese campo real, puesto que toda realidad existente tiene que estar incluida en ese campo totalitario. Bien esta proposición es coherente, pero en verdad no podemos saberlo y puede que no sea así.
     
    Bien, el problema es que el contenido de Dios no se ajusta exactamente a una realidad Absoluta-Infinita-Eterna. Quizás la realidad Absoluta-Infinita-Eterna esté junto a Dios desde siempre pero Dios no queda incluido en ella. Dios no es simplemente la realidad Absoluta o lo Eterno, un ente metafísico. El problema viene de antiguo, el tratar de tener a Dios contenido, controlado y situado en un contexto determinado. Ya sea en las estrellas o más allá de ellas, en las energías o fuerzas fundamentales, en las partículas elementales (como se ha dicho con el bosón de Higs) o en los campos por muy real, totalitario y unificado que se quiera hacer, o campos imaginarios sobrenaturales o espirituales. Dios escapa a cualquier presupuesto, proposición o contexto en el que se le quiera situar. Es Misterio, lo totalmente distinto, lo Otro Incognoscible. No hay ningún modo de atraparlo o contenerlo. La realidad o la imaginación o la intuición o la aprehensión o la inteligencia sentiente,… no son suficientes. Dios sigue escapándose a nuestras pretensiones de determinarlo, cualquiera que sea. Una de esas pretensiones vanas es el proponer a Dios como fundamento de la realidad.
     
    La propuesta de Dios en mis planteamientos tiene un origen completamente distinto. Surge directamente de mi esperanza, de la esperanza mía y puede que del conjunto de la humanidad sin exclusiones. Pero esta esperanza no dice nada en absoluto de quien es Dios, ni intenta atraparlo ni controlarlo ni situarlo en un contexto determinado. Nada dice acerca de Dios, solo espera. Yo hablo de la Plenitud Humana del Reino anunciado por Jesús con la esperanza que sea la llave de acceso a Dios y punto. Pero tampoco aquí digo nada sobre Dios, pues hasta no alcanzar la Plenitud su acceso estará cerrado.
     
     
    Perdón por haberme alargado tanto en este comentario.

  • Santiago

    ENHORABUENA Jorge si encontraste tu camino “vaciando el Cosmos, la naturaleza, la materia y la vida” de toda referencia sobrenatural y divina…Cada cual es capaz de seguir caminos diferentes en la búsqueda de la verdad…Pero, no todos los científicos -sin dejar por ello de serlos- a través de la historia, han optado por ese método y esa vía de separar las partes…

    Yo pienso que aunque nosotros, como humanos, percibamos la REALIDAD fragmentada, la última realidad que es la VERDAD es solamente UNA…y solamente podemos separar los elementos, a los que podemos escasamente llegar, para su mejor comprensión, desglosamiento y estudio…Por tanto, tanto la Ciencia en general como la experimental, las artes, los estudios de humanidades, la filosofía, la teología etc. etc. es decir todo el saber humano…no se auto-crearon y   proceden, por tanto, de una misma fuente que es la suma Verdad…

    Por tanto, se puede partir del amor humano verdadero, tanto en la forma de eros o de agapé, y ascendentemente encontrar lo que es realmente trascendente…La PLENITUD humana solamente puede ser plena cuando encuentra la fuente de su origen que es Dios..puesto que en esta vida este amor se encuentra en vía de perfección…ya que es imposible la perfección del amor humano mientras vivimos en esta vida de la tierra..Por otro lado, tampoco podemos separar y prescindir de las “huellas” que Dios ha dejado en su propia Creación inteligente…ya que la autonomía y la libertad, tanto la del Cosmos como la de los seres creados, también hay que referirla a una decisión -no accidental- producto de un plan originado y sostenido por Dios…

    ES por eso, que la visión UNITARIA de la Creación tampoco es excluyente…sino coherente…No se hace uno esclavo dogmático y anticientífico por seguir este concepto…puesto que el amor humano como dice S. Juan Apóstol “procede de Dios”…tanto es descendente como ascendente…pues Dios es puro amor…y nosotros necesitamos del “primer” amor para poder venir a existir…y es por eso que estamos aquí y tenemos el privilegio de poder dialogar a distancia, en un milagro de nuestra historia…DE ahí que Francisco de Asís pudiera, al final de su vida, alabar a toda la Creación en su oración-poesía “Loado sea mi Señor”.

    Un saludo cordial  Santiago Hernández 

  • Asun Poudereux

    Me han encantado vuestros últimos comentarios, Isidoro y M Luisa. Cuando tenga tiempo, volveré a releerlos.

    Muchas gracias.

  • Jorge

    Hola Isidoro, has dado en el clavo al apuntar tu crítica a mis planteamientos religiosos, justo en donde radica todo su apoyo fundamental de base: la condición humana. Mi propuesta podría resumirse en que toda la humanidad sin exclusiones está llamada a la Plenitud de vida y de amor, que culminará al final de la historia sin faltar nadie, siendo la Plenitud la condición de acceso a lo eterno-divino. Esta propuesta no modifica ni altera en nada la naturaleza natural del ser humano, una especie biológica entre las demás, originada y desarrollada por mecanismos evolutivos comunes, sin saltos cualitativos especiales o emergentes.
     
    La Plenitud no diviniza al ser humano, sólo lo plenifica. Continúa siendo tan humano como antes de su plenificación, sigue siendo un ser biológico incluido en los ecosistemas de la Biosfera y formando parte de las cadenas tróficas. Para alcanzar el ámbito divino-eterno requiere su transformación, un cambio de naturaleza para poder salir de la realidad física, que lo llevaría de forma irremediable a su extinción, porque a la larga no existiría en ella ningún lugar en el que pueda permanecer o sobrevivir, tenga lo humano un soporte biológico o cualquier otro de estructura y constitución de materia-energía física. Solo nuestra divinización ulterior lo hará posible. Lo humano no es divino, ni la Naturaleza tampoco.
     
    El problema por un lado, me parece que podría estar en aceptar que el ser humano tiene la capacidad suficiente para su plenificación o por el contrario habría que esperar a otra especie mejor dotada como a veces propones. Creo que no es necesario pero entiendo que es una proposición discutible. Y por otro lado, el plantear que llegaremos al tiempo de la historia en el que la Plenitud será alcanzada, requiere de una fe casi incondicional en el ser humano y en la humanidad en su conjunto, que lo sitúa en el marco del pensamiento utópico. No niego el contexto utópico en el que se mueven mis propuestas. Pero es que a mí me parece que una utopía posible, si no es una loca fantasía ilusoria, puede abrirnos a un futuro de esperanza. Y esto es muy importante en mi opinión, para seguir viviendo con optimismo y salud mental en todo cuanto hacemos y proyectamos.
     
     
    Para decir algo con sentido de la condición humana comparto lo que dices, que no podemos quedarnos sólo con la Ciencia o las Neurociencias, pues aunque sean imprescindibles no pueden abarcar todo el campo del conocimiento sobre lo humano, necesariamente restringido por su método de trabajo. Lo físico/biológico/social/antropológico, junto a la Filosofía, Religión, Espiritualidad, Arte, Cultura,…., se ocupan desde diversas perspectivas de la condición humana. Tema complejo, tan complejo que yo diría que es “casi” imposible de completar o cerrar en conclusiones válidas para todos. Quizás sea por eso que citas de que el hombre no tiene naturaleza sino historia, y como tal no puede cerrarse o completarse mientras siga siendo o existiendo. Nuevos entornos y contextos siempre cambiantes, les enfrentarán a nuevos retos y preguntas que van modificando en el tiempo lo que se va diciendo sobre la condición humana. Pero desde cada contexto como es el nuestro, podemos proyectar con sentido lo que tenemos hacia el futuro, como trato de hacer en mi propuesta de Plenitud Humana.

  • M.Luisa

    A lo mejor no me he explicado bien, Jorge, no digo que la realidad tenga u ofrezca dos perspectivas sino que según sea nuestro modo de aprehenderla queda ante nosotros  bien como objeto, bien como fundamento. Son dos consideraciones de una misma realidad. Pero esto no quiere decir que la realidad sea dual sino que la cuestión ha de verse al revés, es decir, ha sido el dualismo humano en la historia el que  la ha convertido en objeto, y por tanto como decía ayer, en objeto de conocimiento.

    Esto ha sido lo típico del pensamiento europeo,  la división de la realidad entre sujeto y objeto.

    La otra posibilidad, la de considerar la realidad como fundamento nos ha venido     ofrecida  por  los descubrimientos de la  ciencia física   a principios del siglo XX, que, como el nombre de fundamento indica implica unidad, unidad de fundamentalidad.

    Entonces, pues, lo que dejaba entrever en mi comentario de ayer  no era una defensa al dualismo sino todo lo contrario,  la predominancia  surgida  de la nueva idea de naturaleza en la realidad física de las cosas.

    No me encaja en la nueva idea  de realidad física tu expresión  “En nada mezclo el ámbito divino con el ámbito de la realidad física en el que estamos incluidos”  mi primera sospecha al respecto es la de que en ella concibes dos zonas de realidad, una natural y otra sobrenatural.  Y mi  segunda sospecha radica en  que parece como que la realidad la definas siendo   un contenedor de entes o cosas   aisladas al estilo aristotélico  y que éstas, dentro de él,  actúan unas con otras extrínsecamente. En cambio con la física actual la realidad comienza por ser campo, un campo de energía. Y no es que contenga cosas o las incluya sino que son las cosas las que forman parte de este campo y en él, su   articulación entre ellas,   no es linealmente causal sino  estructuralmente funcional.

    Por otro lado, también, cuando dices “La eternidad junto con la permanencia de todo lo importante no es una cualidad de la realidad física. Eternidad y permanencia sólo pueden darse en el ámbito divino, junto con Dios”. La eternidad en efecto es un concepto abstracto que de manera alguna es dado en percepción  pero, por eso mismo tampoco  si no hay percepción de lo eterno   pueda atribuírsele, así por las buenas,  al ámbito divino sino que será más bien primero  por la accesibilidad a lo divino mediante lo humano que el concepto de eterno se hará realidad. Es decir, lo eterno no nos lleva a Dios sino la realidad de Dios a lo eterno.

  • Isidoro García

    ¿NATURALEZA O HISTORIA? ¿CIENCIAS NATURALES O CIENCIAS SOCIALES?

    En el artículo http://www.tendencias21.net/La-tercera-cultura-puede-robotizar-lo-humano_a42785.html  de Carlos Beorlegui, se comenta el libro El nuevo humanismo y las fronteras de la ciencia, editado por John Brockman “que presenta un amplio grupo de trabajos de diferentes científicos que están ofreciéndonos un modo diferente de entender al ser humano desde la óptica de las ciencias, y no tanto desde las humanidades y la filosofía. Serían para Brockman los representantes actuales de ese nuevo humanismo”. 

        “Tales propuestas se hacen tanto desde el terreno de la genética, paleoantropología o la etología animal y humana, como también desde las neurociencias, las nuevas teorías de la mente y de la inteligencia artificial, como desde las nuevas aportaciones de la cosmología, que nos abren a la visión de un universo en constante evolución y cada vez más complejo. Todos estos saberes influyen de forma directa en su propia imagen, al tener que resituarse dentro de la nueva forma de entender el universo”. 

        “Todo esto está influyendo en presentar una idea del hombre en la que predomina la tendencia a replantear la idea de naturaleza humana, como núcleo de su ser y de su actuar, naturaleza conformada por un conjunto de leyes que nos muestran nuestra radical similitud con el resto de las realidades mundanas”.

    Este planteamiento iría en contra de la filosofía clásica, en la que “desde la época de los griegos, con la toma de conciencia de nuestra condición histórica y abierta, se llegó desde posturas historicistas y vitalistas a la constatación de que el hombre no tiene naturaleza, sino historia (Ortega)”.

    En el fondo sal a flote un nuevo capítulo de la polémica de la Tercera cultura, inaugurada por Chales P. Snow, en 1959, y proseguida por el mismo Brockman, en 1991, con su libro “Tercera Cultura”.

    En la Introducción de su último libro, Brockman, menciona  la línea de Salvador Pániker sobre el tema.

    Nuestro “Pániker propone un nuevo humanismo que sea fruto de la hibridación entre ciencias y humanidades, viendo como vía de recuperación de esta complementariedad de saberes el recurso a la sabiduría de los antiguos, aunque eso no suponga que la ciencia tenga que aceptar o abrirse a la mística”. 

          “Pero sí ve Pániker que la ciencia actual está reencantando en cierto modo el mundo actual, propiciándolo para la vivencia trascendente, en la medida en que la ciencia proporciona en la actualidad las mejores metáforas para acceder al mundo de los místicos, de forma que Pániker advierte ahí la posibilidad de una cierta complementariedad, siendo el lazo de unión la idea de infinito”. 

       Paniker en su crítica del libro de Brochkman, señala que lejos de los tiempos actuales están los tiempos en que Sartre decía «la ciencia no me interesa para nada». 

    Dice Paniker: “El filósofo es, en palabras de Platón, «el que tiene la visión de conjunto (synoptikós)», es decir, el que organiza lo más relevante de la “información almacenada” (cultura) y esboza nuevas cosmovisiones (provisionales, pero coherentes)”.

     “Ciertamente, la fusión de saberes como en el Renacimiento ya no es posible. La montaña de la especialización es demasiado alta. Ahora bien, cabe hacer que los diferentes saberes “comuniquen”. 

        Comuniquen sin “reducirse” los unos a los otros. Es el meollo de lo que Edgar Morin ha llamado “transdisciplinariedad”, la que, sin buscar un principio unitario de todos los conocimientos (lo cual también sería reduccionismo), aspira a una comunicación entre las disciplinas sobre la base de un pensamiento “complejo”. Ni todo es física, ni todo es biología, ni todo es sociología, ni todo es antropología; pero cabe enlazar estas áreas cibernéticamente.

         ¿Enciclopedismo? Más bien puesta en ciclo del bucle físico/biológico/social/antropológico. Ello es que las grandes preguntas se renuevan, el tema de la condición humana está en juego y la permeabilidad entre ciencias, artes y letras se convierte en una exigencia central de nuestro tiempo”.

  • Jorge

    Gracias, muchas gracias a todos por vuestro reconocimiento. Me siento muy satisfecho de que mi trabajo pueda haberle servido a alguien en su propio camino.

  • Jorge

    MªLuisa, para mí la realidad, que ya sabes que la tomo completamente como realidad física sin añadidos, no tiene dos perspectivas como objeto y como fundamento, simplemente porque el fundamento de la realidad, de mí mismo y de los seres en general, se encuentra incluido en ella. La realidad física tiene todas las respuestas fundamentales de la existencia. Pero si yo tengo la pretensión loca de la permanencia de toda la humanidad sin exclusiones en lo eterno, que de ninguna manera esta pretensión constituye el fundamento de la existencia ni del estar siendo de todo cuanto existe, es cierto que la realidad física no puede satisfacer mis pretensiones. No lo puede hacer porque todo apunta a que la realidad física y menos todo cuanto contiene podrá permanecer para siempre. Estas pretensiones mías de eternidad y permanencia pueden ser un error, una falsa ilusión utópica, y si fuese así nada de lo fundamental del ser o de la existencia se pierde. Me habría equivocado y punto, pues lo único que no se daría sería mi pretensión vana. Nada quedaría alterado, al contrario seguiría tal y como está, continuando el proceso evolutivo hasta disipar toda la materia y energía en un campo uniforme.
     
     
    La eternidad junto con la permanencia de todo lo importante no es una cualidad de la realidad física. Eternidad y permanencia sólo pueden darse en el ámbito divino, junto con Dios. En nada mezclo el ámbito divino con el ámbito de la realidad física en el que estamos incluidos. Sólo la propuesta dada por Jesús de la Plenitud Humana como la llave que abre para toda la humanidad lo divino-eterno por su encarnación, me permite tener esperanza.

  • Jorge

    Amigo Santiago, es cierto que la referencia central de mi pensamiento religioso es la Plenitud Humana y también Jesús como el hombre único en plenitud de vida y de amor constitutivamente. Es cierto que si nos olvidamos de nosotros mismos y nos ocupamos del amor, poniendo el acento en los que sufren y optando con decisión por la causa de la justicia, seguiremos los pasos de Jesús encaminándonos hacia la Plenitud.
     
    Pero ver el amor reflejado en la Creación para llegar a Dios, de ninguna manera facilita las cosas ni las hace sencillas, sino bien al contrario lo complica todo, sobre todo para una mentalidad racionalista y científica como la mía. Para la gente como yo  si quiere ponerse en ruta hacia la Plenitud en donde se encuentra Dios, tiene necesariamente que abandonar precisamente una proposición como la que haces. Tiene que dejar de buscar a Dios en la Naturaleza, en su estructura y constitución, en el fondo del Universo, en su origen o su destino, en los campos físicos o en las partículas elementales subatómicas, en las fuerzas o energías,….., pues aunque penetre en el interior profundo de la materia y de los seres vivos, de ningún modo la mirada científica se encontrará con Dios.
     
     
    Para encontrarme con Dios he tenido que vaciar el Cosmos, la Naturaleza, la Materia, la Vida, …, de toda referencia a lo sobrenatural, y por tanto de espíritus y de Dios. Y lo que me ha facilitado las cosas, para seguir a Jesús y con él ponerme en la ruta de llegar a lo eterno de Dios, ha sido centrar toda mi religiosidad en lo humano, sólo en el amor humano, porque en éste está el resumen de cuanto tenemos que hacer y entender para seguir a Jesús. Para nada necesitamos al tratar de seguir a Jesús entender el entorno natural en el que vamos siendo. Si tenemos preguntas que responder sobre el Mundo-Universo, dejemos de mezclarlo con Dios y estudiemos más Ciencia que es la que se ocupa mucho mejor de esas cuestiones.

  • Jorge

    Hola Inmaculada
    Vuelves a incidir en que no sabes si Jesús es la única manifestación del misterio de Dios o bien el Espíritu de Dios no ha dejado de manifestarse desde siempre y en línea ascendente regida por el amor. Pienso que ambas proposiciones no se contradicen entre sí. Si entendemos la manifestación en Jesús como plena, en plenitud, puede considerarse en este sentido como única, pero tal cosa no implica negar el resto de manifestaciones del Espíritu. Sin embargo, no veo el proceso evolutivo ascendente de la manifestación del Espíritu, pues en este caso estaríamos ahora en una posición más avanzada que en el tiempo de Jesús y claramente esto no es así. En Jesús se da la manifestación del Espíritu de Dios de un modo mucho más limpio y claro, que en cualquiera de los humanos anteriores, sea de la cultura y tiempo que sea, y sobre todo de los posteriores. No hemos avanzado y menos aún superado a Jesús. En Jesús se da un salto tremendo, pues es un hombre tan adelantado a su tiempo que sólo acierto a colocarlo al final de la historia en el tiempo de Plenitud.  Es el límite máximo de la excelencia humana, no veo ninguna posibilidad de superarlo. Y por esto es único, no hay nadie más que esté a su nivel de plenitud.

  • Jorge

    Asun, es verdad, huyo de verdades absolutas completas, cerradas, definitivas. Mi trabajo no ha concluido, es que no puede concluirse porque no puede cerrarse en ninguno de los temas tratados. Siguen abiertos con más preguntas, con revisiones ulteriores de determinadas propuestas, con algunas propuesta nuevas,….Cierto día me dije que si no cerraba mi libro tal y como estaba, jamás podría terminarlo, pues siempre me quedarían cosas que añadir, que revisar, que completar…
     
    Hablas del Amor y me apetece que vuelvas a leer un texto de este tema que copio y pego aquí: El amor es un buen proyecto para el hombre. Creo que sólo el amor puede llenar de sentido y significado la vida humana, ni más que el amor ni menos que él. Por amor las tareas que se asumen se hacen con sentido, la vida se nos llena y vale la pena vivirla. Pero el amor tiene muchos grados y matices. Cuando alcanza un alto grado de intensidad, de duración en el tiempo, se hace extenso e incontenible. Se llega en el amor a la total disponibilidad de entrega a los que se aman, pasando de los propios intereses y si fuese necesario soportando humillaciones, torturas, aguantando el peso de la injusticia sin doblarse ante ella, incluso sin detenerse en el momento de la entrega de la vida. Si este nivel de entrega alcanza a todo ser humano concreto, amigo o enemigo, sin discriminaciones ni deserciones, hace elevar el valor del amor y de la entrega más allá del límite del hombre, traspasando la frontera que lo separaba de Dios. No veo ninguna posibilidad de poner el listón más alto, no hay meta superior a esta para el proyecto de ser hombre. Es el hombre por fin perfectamente libre, que vive instalado en la realidad de Dios y a la vez Dios vive en ese hombre, en aquel que deja de verdad que Dios le ame.
     
     
    El Amor no tiene límites ¿verdad? es que llega para mí hasta las entrañas de Dios. Pero el amor del que hablo es humano. Quiero decir que el amor se da entre las personas humanas, difícilmente puedo concebirlo de la misma forma en relación con nuestro entorno. El amor es algo profundo que se comparte entre personas en igualdad. No hay seres en la naturaleza que estén dotados de capacidad para amar. Ni la Naturaleza en su conjunto, ni el Cosmos, ni los seres vivos, ni las cosas,… pueden manifestar nada parecido al amor, ni nosotros podemos acogerlos en amor, pues este amor a la naturaleza y a los seres, en nada se asemeja al amor humano. El amor nada tiene que ver con los abraza-árboles, ni con el cariño y cuidado que ponemos a las plantas y animales domésticos. Hay relación entre nosotros y el entorno natural que nos define, pues sin él no podemos comprendernos. Y esa relación puede ser positiva, si tomamos una mentalidad abierta a su sostenibilidad y conservación de su diversidad y ecosistemas, o puede ser muy negativa destruyéndolo todo, sobreexplotando sus recursos. Pero esa relación no es de amor, ni el respeto a la Naturaleza puede llegar a la adoración, entronizándola como si fuese una diosa. Las cosas pueden objetivarse y también la Naturaleza y el Cosmos, y pueden estudiarse en Ciencia sin misterios divinos.
     
     
    Pero también hablas de un Fondo de un No-lugar hacia donde tiende el amor sin fronteras ni límites. Lo comparto. Lo comparto siempre y cuando se refiera al amor humano, un amor sin límites, porque se puede expandir indefinidamente hasta juntarse con el amor de Dios. Y es verdad que hay una mirada nuestra cargada de amor que puede llenar el entorno humano y también el natural de un color o claridad intensa. Pero nuestra mirada no transforma lo que miramos en algo diferente, sino que somos nosotros los que experimentamos lo que vemos de otra manera.

  • M.Luisa

    Por mi parte, que os sigo leyendo con gran interés, me gustaría al hilo de todo ello, hacer una reflexión.

    Para la ciencia que busca la medida, la ley etc., la realidad  que para la persona del científico o para cualquier persona bien se les pudiera presentar a modo de fundamento (para ser)  para el científico se le presenta a modo de objeto. Tenemos por tanto, la realidad tomada  desde dos perspectivas, como realidad objeto y como realidad fundamento, sin embargo son dos consideraciones  de una misma realidad.

    El ámbito de la realidad abre así a dos términos posibles. Es, en un aspecto conocimiento, es decir término de un dejarse ser lo que es en realidad, por ejemplo la realidad del agua convertida en objeto de estudio el científico la ha reducido a ser H2O, pero abandonando ahora  este ejemplo,  por otro lado, decía,  el otro aspecto del ámbito de la realidad  es un dejar que acontezca en mí esta realidad fundamentándome. En este sentido la realidad abarca al mismo tiempo también al científico y a su persona.

    Por esto tiempo atrás me referí que  el científico a pesar de su ateísmo está a medio camino de su fundamentación como persona. En su opción actual, su  pasado ateísmo no le ha de representar  ningún obstáculo por lo que no le será  necesario tampoco de ninguna construcción intelectual. Bastará sólo ampliar el horizonte de su objeto y abrirse a la realidad.

  • Santiago

    Gracias Jorge por el esfuerzo que has puesto en la busqueda de la Verdad y por el amor que has querido inffundir a tu obra. No solo tu eres el que complicas las cosas, sino TODOS los seres humanos cuando tratamos de buscarrnos  siempre “a nosotros mismos” en vez de ver el amor de Dios reflejado en toda la Creacion. Como decia Teresa de Calcuta “el Hijo de Dios vive y muere” en los que sufren y a traves de ellos Jesus nos muestra su Rostro para que podamos reconocerlo y asi amarlo a El en nuestros hermanos, ya que olvidandonos de nosotros miismos es como al final nos realizaremos y llegaremos a la PLENITUD que es una de tus principales referencias.

    Con mis mejores deseos para ti y tu familia

    Santiago Hernandez

  • Inmaculada Sans Tache

    Amigo Jorge, la semana pasada no tuve tiempo de contestarte. Lo hago ésta. No sabría contestarte que entiendo por ” Dios “, solo lo presiento: el fondo amoroso y creador de lo real, En cuanto a Jesús también creo- mejor, quiero creer- que es la manifestación suprema de ese misterio que llamamos Dios. Lo que no sé es si es la única o bien el espíritu divino no ha dejado de manifestarse desde siempre y en una línea ascendente regida por el amor, Creo que en todo progreso humano hacia un desarrollo más bondadoso y justo está manifestándose lo que llamamos Dios. ¿ Y en el sufrimiento causado por la injusticia, el egoísmo , la ignorancia?. Tampoco tengo respuesta, pero intuyo que forma parte de esa totalidad que solo es ( bi)polar para nosotros.

  • Asun Poudereux

     
    Hola Jorge:
     
    Sin duda, has dedicado mucho tiempo, trabajo y esfuerzo reflexionando en todo lo que publicas. Te felicito.  Todo me parece muy congruente con la persona que dices ser.
     
    Me atrevo a decirte que seguramente notarás que su realización, lejos de concluir nada de modo absoluto, se va abriendo de nuevo a planteamientos, antes insospechados, y al tiempo, a trascender otros y otros…Aun así, hay que hacer lo que nos mueve a hacer en cada momento y periodo de la vida, del modo más limpio posible, es decir, con mucha humildad.
     
    En ello, sin apenas darnos cuenta, estamos ayudando también a otras personas, a clarificar  o diluir con más nitidez las  creencias, es decir, a develar sombras, a vislumbrar más allá o acá de lo que se enmaraña y enmarañamos.
     
    En cuanto al hecho de amar sin distinciones, creo que hay un Fondo, un No-Lugar, que a todo incluye, en el que todo lo demás se va manifestando en múltiples formas, de modo no comprensible para nuestra manera habitual de ver y considerar los objetos. Y no parece que en su emerger les  ponga barreras, levantando fronteras, sino que al hacerlas posible, les abraza y sostiene.
     
    Solo lo que llamamos Amor es incondicional, en él nada sobra ni falta,  tampoco sabe de límites, interactúa con todo y en  su “ juego “ , está ausente el  IMPERIO  DE  LA  LEY.
     
    Considero, pues, que nada que pueda asirse y domesticarse, al querer y creer hacerlo,  al instante, el ser humano yerra en ese afán de verdad impuesta, y al separarse de su centro,  de lo que realmente es, se va autodestruyendo él mismo, lo que significa que también  destruye su entorno con sus actos de vanagloria  más  y  más  egocéntricos.
     
    A pesar de todo, soy optimista, ya que en su errar y errar, a veces, despacio e intermitentemente se abre la luz,  y el ser humano va aprendiendo,  precisamente desaprendiendo, hasta que se torna su hacer sin porqué, sin apropiación……Y  todo le va dando su verdadero  sentido, lo que va surgiendo le va alineando con el Fondo, con la Vida,  dejando que la Vida que permanece y no muere, el Amor,  sea,  esté presente en todo y en todos.
     
    Gracias, Jorge, por estar aquí y allí.
     

  • Jorge

    Gracias mi querida MªPilar. Cierto el mensaje de Jesús es de una sencillez pasmosa y a la vez contundente. Yo trato con todo mi esfuerzo de seguir a Jesús pero reconozco que no tengo la virtud de la sencillez, al contrario todo lo complico. Tampoco tengo la contundencia quizás necesaria, pero mi mentalidad científica tiene un punto de escepticismo que tiende a cuestionarme las cosas y someter lo que se dice a cierta crítica, con el objetivo de buscar lo mejor y lo más razonable. En ciencia nada se dice que sea contundente, sino de forma provisional y abierta a la revisión. Y mi actitud con respecto a lo religioso es semejante.
     
    Pero una cosa es cuestionar y criticar, y otra cosa bien distinta es manipular el mensaje de Jesús, como muy bien denuncias, para hacer decir a Jesús cosas fuertemente contrarias a la sencillez de su mensaje. Las manipulaciones parten de la mala intención, con el fin de sostener poder, dinero, privilegios, influencias,…, en particular para justificar el estatus quo de la Iglesia y su jerarquía, sin ninguna duda contrarias al mensaje de Jesús. Y es escandaloso, tanto que anula su credibilidad. Y es una lástima porque lo que tiene en sus manos es muy importante, tan importante como la salvación-redención para todos.
     
    Este capítulo sobre la ética es con diferencia el más que me ha costado escribir. No sé cuántas veces he tenido que retocarlo, corregirlo y hasta romperlo y empezar de nuevo, desde luego muchas. Se me torcía demasiado hacia experiencias personales, o bien al contrario en puro racionalismo como si fuese parte de un tratado de ética. En realidad me costó mucho el definirme cuál era su objetivo concreto en el marco de la relación ineludible entre religión y ética. Y mi preocupación constante era si este capítulo iba a aportar algo más a mi obra o bien transitaba por caminos ya muy trillados. Mis dudas siguen presentes.
     
    Las Neurociencias han entrado a saco a depurar proposiciones éticas incoherentes con sus recientes conocimientos, cosa que he tenido en cuenta, pero creo que este capítulo lo he escrito sin perder de vista que los principios y proposiciones de la Ética no derivan de la Ciencia.

  • Jorge

    Nota del autor.
     
    Con este tema mi libro ha concluido. El capítulo 14 que queda es un resumen a modo de epílogo, para fijar las principales ideas expuestas en la obra. Al ser un resumen punto por punto de mis ideas religiosas, puede que el diálogo se complique pues cada punto se presta a que surjan comentarios. Si fuese este el caso estoy dispuesto a abrir cada semana siguiente un solo punto del resumen con una escueta introducción, siempre que Antonio Duato esté de acuerdo. Claro necesitaría un tiempo para prepararlo y enviarlo a Antonio Duato cuando concluya el trabajo. Pero me parece que es bueno tener una visión de conjunto que es el objetivo del resumen. Si me lío a publicar en Atrio punto por punto, pues los comentarios al tema 14 que me interesan serían más bien del conjunto de la obra que entrar en el detalle de cada uno, puesto que esto se realizaría más adelante.

  • mª pilar

    ¡Gracias Jorge por compartir tus fuertes vivencias!

    Acojo cuanto nos acerca, y dejo en reposo respetuoso… Todo aquello que no “necesito”… al menos de momento.

    El camino es camino, mientras se esté realizando nuestra vida por sus vericuetos.

    Puede cambiar, porque todo crecimiento o descubrimiento es un nuevo impulso a seguir adelante con los ojos del “alma” y los del cuerpo bien abiertos.

    Jesús, resumía todos los mandamientos, normas leyes… (todas humanas) con una sencillez pasmosa… por eso lo comprendían todas las personas que de verdad le escuchaban… no para vilipendiarlo, sino porque experimentaba la Vida, que los dirigentes les robaban.

    ¿Cual es el mandamiento más importante?  (Mala intención en la pregunta)

    Y una respuesta sencilla, contundente, que no daba opción a dudas

    “Amarás al “Señor tu Dios…” con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con toda tu mente… ¡Y! … Al prójimo como a ti mismo”

    Aquí no entran “cambalaches” tal cual.

    Solo nos falta algo principal… saber a quien definimos como Dios.

    Y eso no es “pecata minuta”. Porque no sirven dioses hechos a nuestra imagen y semejanza.

    Recordemos un instante… que le decían insistentemente aquellos amigos de Job, cuando intentaban explicarle porque le sucedían tantas desgracias.

    Parece una nadería… ¡pero no lo es!

    Jesús no nos dejó grandes tratados de teología… pero aquello que de verdad dijo… pocas personas somos capaces de intentar… no manipularlo… ni adaptarlo a nuestra pequeña mirada.

    El apartado 5 me ha esponjado el corazón… pero me llenan de vida, mucho más que las palabras de Pablo, las que Jesús fue desgranando al par que las iba haciendo:

    ¡Vida! 

    ¡¡¡Gracias de nuevo!!!

    mª pilar