El goteo de noticias, que nos informan de cardenales de la Iglesia que muestran su desacuerdo con el papa Francisco, no cesa. Hace sólo unos días, recordábamos en esta página el caso del cardenal G. L. Müller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Hoy resulta inevitable hacer mención del cardenal Dominik Duka, arzobispo de Praga, que parece no estar de acuerdo con “la sensibilidad del Papa Francisco en temas sociales”, diferente de la que tenemos en Europa en esos asuntos. Y es que, a juicio del cardenal de Praga, Francisco “viene de Sudamérica, donde la brecha entre ricos y pobres es mucho mayor, como resultado de las culturas indias” (sic).
La sucesión de estos desacuerdos cardenalicios con el papa actual es larga. Y empezó pronto. Justamente desde el momento en que Bergoglio, recién nombrado Francisco, salió de la capilla Sixtina y se negó en redondo a subirse al gran coche papal que le esperaba en la puerta para trasladarlo a la basílica de San Pedro. Allí mismo empezó a dar la cara el papa que venía “del fin del mundo”. Por lo visto, algunos de los mismos purpurados, que le acababan de elegir, y le esperaban ataviados con sus solemnes vestimentas, no estaban preparados para asumir el nuevo estilo de ejercer el poder en la Iglesia, que les esperaba. Y al que se resistieron en seguida. Y lo más feo del asunto es que -según parece- se siguen resistiendo. Con más fuerza cada día. A medida que avanza el papado de Francisco, de forma que el nuevo modo de gobierno de este papa se va definiendo con más claridad y más coherencia.
El problema, que asoma con estos incidentes como puntas de iceberg, es (me parece a mí) más profundo y más grave de lo que posiblemente imaginamos. Porque hay quienes, desde posiciones ideológicas avanzadas y con bastante razón, se lamentan del escaso y tradicional bagaje teológico con el que el P. Bergoglio llegó al papado. Como también abundan los que se quejan de que Francisco no haya tomado ya decisiones de gobierno que tendría que haber tomado, por ejemplo, en la reforma de la Curia, en la puesta al día de la liturgia, en la renovación de la teología, etc, etc. Todo esto, por supuesto, es discutible desde diversos puntos de vista. Pero creo que somos bastantes los que pensamos que en estas cosas hay mucho de verdad.
Sin embargo, lo que yo veo más claro es que el nudo del problema está en otra cosa. Está en la relación de la Iglesia con el Evangelio. La Iglesia no está en el mundo para organizar bien una religión. Una más, entre tantas otras religiones. No. La Iglesia no es eso. Ni está para eso. La Iglesia es la comunidad de los “seguidores de Jesús”. Si no es eso, todo lo demás le sobra, le estorba y le impide cumplir la tarea que le corresponde y la finalidad para la que Dios, encarnado en Jesús, se hizo presente y visible en la historia humana.
Ahora bien, si la Iglesia es la comunidad de los seguidores de Jesús, su razón de ser y su forma de estar presente en la sociedad humana no es otra, no puede ser otra, que hacer presente, visible y comprensible el Evangelio, en la medida en que el Evangelio de Jesús puede ser entendido como un “proyecto de vida”, que nos aporta algo que sea algo importante, para dar sentido a nuestras vidas. Y, sobre todo, para que tengamos algo que, de no existir el Evangelio, no lo podríamos tener.
Pero, ¿es esto lo que hace la Iglesia, con su clero, sus cardenales y el papado romano, tal como venía funcionando, hasta el momento en que este papa Francisco empezó a llamar la atención a tanta gente, a inquietar a los cardenales, a dar esperanza a muchas gentes y a plantearse no pocas preguntas a quienes dicen de él que es “populista”, que “viene de América” o que es el “resultado de las culturas indias”?
En todo caso, hay algo que cada día vemos más claro: ni la tecnología con sus sorprendentes progresos, ni la economía con sus avances y sus crisis, ni la política con sus líderes más competentes, ni las humanidades con sus pensadores más profundos, nadie ni nada es capaz de hacer un mundo más habitable, más igualitario, más justo. ¿No será cierto que nos sobran saberes y poderes, nos sobran religiones y violencias, y nos falta humanidad? ¿No habrá algo de eso en la extraña, discutida y nueva figura de este papa Francisco, que tanto insiste en la necesidad y la actualidad del Evangelio? ¿No será por esto por lo que los cardenales más religiosos andan desconcertados ante un papa que intenta ser más evangélico?
No sé si en esto está el nudo del problema. Lo que nadie me quita de la cabeza es que esta pregunta se tiene que afrontar.
Queridos amigos atrieros:
Primeramente deseo agradecer el entrañable entusiasmo de Josela y Mª Pilar, en este post de J.M. Castillo sobre el problema que hay de fondo en la Iglesia a propósito de los Cardenales. Gracias de todo corazón.
Reconoceréis que todo ello es un secreto a voces, así que decirlo, no sirve de mucho, el poder va muy por delante. Sabe muy bien tergiversar la realidad. Presentando lo blanco negro y lo negro blanco, de modo que nos inducen a aplicar, y además con “sabiduría”, el dicho “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”. Nunca al revés.
Esto me lleva directamente al plano político, que se mueve en paralelo, del que estamos siendo testigos por doquier. Y del que se habla también en el post de Esther Vivas: “Qué queda con tanta indignación? Ahí va:
1-Nos crean miedos, usando términos y métodos muy explorados y conocidos en el ambiente religioso.
2- Copian palabras, gestos e imágenes que antes evitaban por no ser protocolarias, y que a algunos escandalizaban e incluso atacaban, con tal de tomar atajos para llegar antes a su objetivo: el Poder. Porque, “más vale perder que más perder”.
3- Se adelantan a los riesgos y peligros que se avecinan, se sirven de “profecías”, de las “sagradas tradiciones” cerrando todas las puertas a otras opciones que buscan los cambios que los ciudadanos DE A PIE deseamos SE INICIEN YA.
4-No pasan del plano teórico y de las buenas y bellas palabras, aclamaciones y bendiciones incluidas, sin coger nunca el toro por los cuernos: “Nosotros, los políticos, primero”.
-rebajarse sus ingresos y reducir gastos y erradicar los superfluos en todos los sentidos. Es muy fácil y exige poca competencia en humanidad y ética.
5-La ley natural, el sentido común y la experiencia universal se tergiversan, si eso ayuda a sus fines. Pero al igual que se aprende a ser padres siéndolo, así mismo en todos los órdenes de la vida. El sello de la democracia real es haciéndola y siéndola en coherencia.
6-Se sirven de subterfugios para no ser transparentes y desechar, de una vez por todas, los privilegios en fiscalidad de que los que se benefician todas las élites, en detrimento de los que más necesitan ser apoyados y considerados.
7- No sienten vergüenza en decirles qué es lo que han hecho con la educación y sanidad públicas, entre otras muchas cosas de primera necesidad y respeto a los otros, al tapar, consentir, colaborar con la corrupción.
7- No quieren ver que desde lo que lo ha producido, es decir, desde esta partidocracia o democracia de partidos, es imposible erradicarlo. Más tarde o más temprano, vuelta a empezar, como nos enseña la imparable Historia del Poder y Control de una minoría sobre la mayoría.
Nada nuevo bajo el sol, como diría, Ana. No son en absoluto razones para soñar, no crees, Isidoro? Pasemos a la acción, cambiemos entre todos el curso de la Historia. Está dentro del arte de lo posible, Eloy?
Y así sucesivamente,” dímelo andando”, os iría interpelando uno por uno, porque en el fondo, en lo más humano que somos, si la experiencia es la misma, las diversas actuaciones son consecuentes, aún a pesar de las diferencias a nivel intermedio y más superficial.
Muchas gracias a todos.
¡¡¡Gracias Asun!!!
Estoy con Josela… huelen a esperanzadora profecía.
Quizá no lo veamos pronto… pero de las cenizas de estas viejas iglesias-religiones, por el lenguaje viejo y vacío que utilizan; resurgieran nuevas miradas, para bien de este mundo confuso y esclavizado al poder… toda clase de poder.
Un abrazo entrañable.
mª pilar
¡¡¡¡¡Que las palabras de Asun lleguen a los Sínodos, Curias, cardenales, obispos….Bien que requetebien..Nada de “Abernuncios”..o “abrenuncios”..Por lo menos, que se medite en esas palabras.¡¡¡¡Se me hacen que pueden ser profecía¡¡¡
El hecho de medrar dentro de la Iglesia, como así está establecido, ha alejado del sentir primario y sencillo de Jesús “El Reino de Dios está cerca”, como así lo han ido mostrando sus repercusiones en la Historia de la Iglesia. Lo que es apertura y espacio para todos, sin exclusión, se ha convertido en privilegio de unos pocos y además se lo han creído.
El hecho de pugnar en la más acertada Teología, como si en ello fuera el universo entero, el apropiarse del “Misterio único y verdadero”, en muchos casos y durante mucho tiempo, ha repercutido en crear un ego religioso, difícil de desinflar, de lo que somos testigos a nivel personal y comunitario. Como, sin duda, ha extraviado de lo esencial en la vida diaria del ser humano: reconocerse en todo otro, pues cuanto más humano, más pleno de vida, más Jesús.
El hecho de repetirse una y otra vez, la tribal reacción que los discípulos experimentaron,” si no es de nosotros, está contra nosotros…”. El hecho de estancarse en tanta polémica inútil y conceptual indica que se está muy lejos de vivir en coherencia evangélica, a todos los niveles y en todos los ámbitos: ¿No será cierto que nos sobran saberes y poderes, nos sobran religiones y violencias, y nos falta humanidad?:
Con todo, hoy en día es fácil de ver lo que es envoltura y freno, Jesús diría hipocresía, falsedad. Es, en resumen, la trayectoria y despliegue de fuerza, riqueza, poder, y más cosas, de la Iglesia institución, y lo peor, no nos parece que sea consciente de sus incoherencias, no siente vergüenza en ello. Su estructura piramidal, ya haya sido y sea más paulina o más petrina, mejor dicho ambas en remolino, se simulan enfrentadas en un gran atasco que sigue beneficiando, en la práctica, al olvido de lo real e inmediato.
Si es el testimonio de vida de Jesús, el espejo al que miramos y nos reconocemos, todo lo demás sobra, no es preciso tanto conjeturar, yéndose la vida y su tesoro en ello.
Jesús ayuda, entre otras muchas cosas, a abrir los ojos, ver por uno/a mismo/a y vivir en coherencia con lo que somos y con todo lo que se nos regala y va acaeciendo. Jesús no quiere, en absoluto, que sean dependientes de su persona, convirtiéndolo en un icono, sino autónomos, conscientes y libres a la vez para amar, abiertos a todo, en unión y apoyo a los que más necesitan, allá donde se vaya y se esté.
¿Por qué tendría que ser la dependencia a una institución hipócrita, que la convierte en su infraestructura incondicional para su propia subsistencia?
Mi comentario anterior se quedó corto. Es muy difícil condensar en pocas palabras las vivencias que uno ha ido guardando desde hace varios años y soltarlas así de golpe, porque alguien, en este caso don josé María llega aproximadamente a las mismas conclusiones.
Resulta notoriamente injusto colocar en una peana al papa Franciso, para luego dejarlo caer porque no cumple nuestras expectativas, como también es injusto cebarse contra él con la excusa de que no está en la misma línea teológica de pontífices anteriores. La crisis de la Iglesia Católica no nació con este papa, y apenas podia ser disimulada con los triunfalismos de juan Pablo II y la lucha apenas oculta pero entre bastidores que se traía Benedicto XVI con su Curia.
Si queremos remontarnos a una situación anterior de gravedad semejante, no ciñendonos a las visicitudes del Trono Pontificio, sino al estado de crisis de la Iglesia en su conjunto tendríamos que volver a los tiempos de Martín Lutero (1483-1546) haciendo un análisis comparativo. La corrupción del clero había alcanzado niveles insufribles para la población cristiana. Se evidenciaban los abusos y defectos de la Curia Romana. Del Renacimiento el alto clero asimiló sus aspectos más mundanos tanto en lo material como en la ínea del pensamiento creando por oposición una reacción secularizante que terminó siendo el eje de la Modernidad. En la religiosidad ésta tuvo que buscar apoyo fuera de loscírculos oficiales del Magisterio con la vuelta a Las Escrituras en un intento de volver al Cristianismo Primitivo.
Ahora tenemos la dificultad de que esa vuelta a Las Escrituras y a la organización del culto comunitario (La Liturgia) que fue fue el eje central de Vaticano II (1963-1965) hoy ya no existe, porque la teología para diferenciarse del Tradicionalismo propio de la Restauración iniciada por Juan Pablo II buscó otros rumbos filosóficos, sociológicos, políticos y cientificistas. Hoy está en entredicho el valor mismo de Las Escrituras y su inspiración divina.
Esa apelación a “lo humano” como punto de reencuentro, carece, por tanto de anclaje en la Revelación Divina, reduciendo nuestro catolicismo a otra forma o manifestación del humanismo.
Y esas apelaciones o invitaciones al Evangelio vuelven a ser también otra oferta de “organizar bien una religión”, no importa de qué lado estemos.
El problema real de los Cardenales y obispos que se enfrentan al Papa Francisco. es un problema de “fe”, no en los dogmas, ritos y ceremonias, sino de fe en Jesús, en el Jesús de los evangelios, en su sensibilidad, en su estilo de vida, en su compromiso con la vida, en su compromiso de salvación, de humanización para todos, ricos y pobres, pero desde los valores de humanidad, no del dinero y del poder. Nadie les impide que convivan con los ricos y poderosos, pero para que hagan su misión de evangelizar, de humanizarlos, pero resulta que la levadura en vez de fermentar a la masa, esta los ha corrompido. Creer o no creer en el Jesús real, el histórico, en lo que dijo en lo que hizo, en sus actitudes, en su visión y su proyecto del Reino de Dios,esa es la cuestión. Hay que tomar en serio a Jesús y su forma de vivir. “Si hacen lo que yo les digo, ya no los llamaré siervos, sino Amigos”.
Hola!
En el actual mundo que vivimos
-si no nos ponemos las pilas-
la LÓGICA es esta_
-“A CADA CHANCHO LE LLEGA SU SAN MARTÍN”
y por lo tanto
-“A CADA PANCHO LE LLEGA SU DILMA“-
¿no?
¡Voy todavía! – Óscar.
Las cuatro preguntas con las que el autor termina este trabajo y posiblemente también da fin a la serie de estas úiltimas entregas encierran una honda preocupación.
Ojalá que aquí podamos entre muchos comentarios arrojar algo de luz en la parte que nos corresponda.
Los enjuiciamientos en los aspectos sociales, a su ruptura con los aspectos formales de lo que se entiende por “comportamientos papales”, la forma ad administrar los “supuestos poderes” papales y que sus predecesores, especialmente Juan Pablo II, usaron de forma contundente, la valoración de la “carga teológica” o su bagaje intelectual”, todo ello conjuntamente están muy alejados de la crítica teológica, y obedecen más a rabietas de purpurados y manifestaciones de mala educación de altos dignatarios de la Jerarquía. La carnalidad a la que ya estamos acostumbrados, y que pone de manifiesto el posible conocimiento del Evangelio, pero a quienes no ha llegado “su poder transformador”. Tan siquiera se les puede conceder la venia de que critican con espíritu constructivo (“Hermano Francisco, déjame que te quite esa paja en tu ojo..”)
No debemos olvidar que las personas “providenciales” que adquieren pronto notoriedad y reconocimiento son quienes supieron acertar con respuestas adecuadas a problemas concretos en un delicado momento histórico. Iban navegando sobre las olas formadas de corrientes profundas que de pronto afloraban en una sociedad. Oportunidad y riesgo.
Por otro lado, que no existe un buen sonido sin una caja de resonancia. La Iglesia Católica vive inmersa en un páramo desolador tras varias décadas de restauración después del Concilio, y la multitud que permanece fiel ha sido cuidadosamente resguardada en los cuarteles de inviernos bajo la mirada vigilante de los neocatecumenales, carismáticos, legionarios de Cristo etc fieles más que al Papa, a una manera de sentir la Iglesia., frenta a un mundo y a una sociedad a los que se les ha presentado como territorio del enemigo. La nueva evangelización ha sido la llave que cerraba la vuelta a la Iglesia de Cristiandad.
por eso los gestos del nuevo papa iban dirigidos a unos fieles que no existían, y los que había no han sabido interpretarlos y así se han ido diluyendo en una nueva iconografía para la sociedad laica. Los teólogos y teólogas de la progresía que se habían apuntado a todos las nuevas corrientes desde la lucha guerrillera, las libertades individuales la ecología y espiritualidades varias han creado unas élites en torno suyo alejadas de la vida comunitaria común y generalizada. Y lo que es peor; le han arrebatado el poder transformador al Evangelio haciendo una caricatura de fe de Jesús el Cristo. Hablan de piedad pero ignoran su poder transformador y su eficacia para una vida honesta, participando del mismo secularismo de la Iglesia Tradicional prisionera del sacramentalismo.
Lo del bagaje teológico de Francisco me plantea algún interrogante: -Yo entiendo que la teología es para “dar razón de la fe”. En ese sentido todos estaríamos llamados a ser teólogos, o en último caso, como decía Sancho “tólogos”.Algunos gestos que realiza este Papa, además de un gran valor antropológico y de “signo”, valen más que unos tomos de teología especulativa ..y que trashuman una experiencia profunda evangélica. – En El “dar razón” conllevará racionalidad y razonabilidad de lo que se cree. Pero, entiendo, que la racionalidad y la razonabilidad entran en la esfera de la inculturación y encarnación de la fe. Toda esa traducción puede ser traición..a semejanza de toda tradición que se cierra y se empapela estáticamente puede ser traición. Todo ello supone un desarrollo en un tiempo,un espacio y una sensibilidad generacional. Toda inculturación ( incluyendo los dogmas) necesita una relectura permanente y pueden tener fecha de caducidad. Lo demás sería como quedarse mirando al dedo que marca el cielo, sin mirar el cielo.Que el Para actual tenga poco bagaje teológico, yo no sé..lo que sí sé es que despliega un bagaje sapiencial de mucho cuidado en la dimensión evangélica y pedagógica.
Respecto a las declaraciones de Duka, se me hace, que aguna razón comportan. Parece que es diferente ser refugiado o ser invasor.Mientras no se acepte la libertad de conciencia, un refugiado puede ser un invasor.Aterrizando: los musulmanes como ideología o religión no aceptan la libertad de conciencia ni los derechos humanos. Tengo oido que en un conciliábulo de tipo ecuménico, un interlocutor comentó a los demás:”..podíamos estar de acuerdo en los derechos del hombre”…Respuesta del musulmán:” El ser humano no tiene derechos..todos los derechos sólo los tiene Dios”. O sea que el refugiado musulmán, hablando desde su ideología, no viene a integrarse…podrá venir a refugiarse, pero, si puede, … a imponerse. Recuerdo a este respecto la frase de un dirigente musulmán:”En Occidente os vamos a dominar, partiendo de vuestros derechos..” En la misma línea, dicen, que el Rey de Arabia Saudita en un diálogo con Putín, le debió manifestar que Moscú, siendo Moscú, necesitaba tener una gran mezquita.A lo que Putin debió responder:”Con la condición de que Ud. nos deje construir una iglesia allá….A lo que debió responder:”Qh, éso no”.- “Porqué no? – “Porque nuestra religión es la verdadera y la vuestra, no”. – “¿Ahí, sí?…pues entonces, nada”. Aunque he oido que están construyendo o han construido ya en Moscú una mezquita. Así se explica que el Estado Islámico, ante todo, persiga a los cristianos..viole a sus mujeres..les exija la conversión o sino, el tener que pagar una multa..como de hecho, una comunidad religiosa católica, dicen que paga santamente la multa para poder continuar en un pueblo mahometana. Y en Arabia Saudita, ni éso.. porque fué deseo expreso de Mahoma… Luego Duka apunta a una realidad muy complicada. Hay que ser bueno y ayudar a todos..pero el ” buenismo”….¿Luego,qué? La respuesta, mañana.¡¡¡¡
Bueno, Mari Pili, por valores evangélicos me remito a lo que considero es el meollo del pensamiento del joven galileo y que trasciende las culturas y los siglos y nos es válido como especie en la convivencia y habitación de esta tierra limitada.
Eso es el cuidado mutuo, el cargar cada uno con la parte del trabajo que le corresponde y bienestar que le corresponde por ser de nuestra especie sin aprovecharse del prójimo compartiendo con equidad los bienes que hemos logrado, el preferir el diálogo a la guerra, el no dejarse llevar por la ambición de poder y de dinero llevándose todo por delante para obtenerlo, el manejar los impulsos sexuales partiendo por no abusar de los más débiles para satisfacer sus pulsiones, y menos hacer un negocio de ello, el no usar la mentira ni las promesas como arma de seducción personal ni social, emporcando las relaciones humanas que deben ser de confianza, el no destruir la casa común ni la convivencia en aras de satisfacer el ego, en ponerse en los zapatos del prójimo y tratar de ahorrarle dolores y no dedicarse a tirar primeras piedras condenatorias y por último, no poner en boca de ningún Dios mandatos que solo sirven para jorobar al prójimo y justificar mi status y egolatría.
Y agrego de mi parte, que siendo una persona de autoridad, como es un Cardenal, hay que cuidarse de la arrogancia que siempre ha demostrado una iglesia eurocéntrica y vaticano céntrica, que ha acompañado al poder militar, y a la banca en todas sus aventuras político guerreras de dominio, que son muchas, y muy vergonzantes para la sensibilidad de los cristianos de todo el mundo.
Y las veces que he visto a Francisco meter la pata, como en el caso de Chile y el Obispo de Osorno, fue por consejo del Nuncio y del Arzobispo de Santiago, apelando a un argumento de tipo político, y el cayó redondo en la trampa, sin darse cuenta que la realidad era otra más simple y los torcidos estaban dentro de la Iglesia.
¿Se podía esperar otra cosa?
No es el espíritu de Jesús quien se pasea por el Vaticano.
Esta frase nos las dejó en el aire… , nuestro querido amigo y obispo atípico: Gonzalo López Marañón, que nos acaba de dejar hace poquitos días.
Así, que todo que les ponga de alguna manera en la “palestra” haciendo tambalear sus reales posaderas… y todo lo demás, lucharán contra ello con uñas y dientes… y “cosas” peores.
Ya tenemos experiencia de esos ataques y medidas vergonzosas.
Olga nos deja en el aire… los:
“Valores evangélicos”
¿De verdad es oro todo lo que reluce, o se queda en buena voluntad y poco más?
Seguiremos esperando haber por donde amanece… y si es de verdad un nuevo amanecer.
mª pilar
Lo importante para calificar la sensibilidad social de Francisco no es la sensibilidad social de los europeos, que debe ser bastante variopinta, y que durante mi existencia ha tenido cambios y vueltas de carnero, sino si es fiel a los valores evangélicos.