Muchas veces nos entra la duda, sobre otros mundos y otras dimensiones. Tenemos un mundo visible y tangible, que funciona como un reloj, y ¿qué ganas tenemos de complicarnos con teorías e hipótesis extrañas y complicadas?.
Se suele argüir un argumento falaz, (pues es en parte válido): Los que tienen que explicarse y dar razones son los creyentes, no los escépticos y agnósticos.
Y es falaz el argumento, porque en realidad, estamos viviendo una vida, que no tiene sentido para nosotros, más que el puramente animalesco, (con todo el respeto y cariño hacia todos los seres vivos): nacer, vivir, unos pocos placeres, muchos sufrimientos y morir.
Si estuviéramos bien, estaría de acuerdo, en que para que vamos a complicarnos la vida con hipótesis complicadas. Pero la triste realidad es que no es así.
Es como cuando tenemos un taburete cojo. Si la cosa está bien, no habrá que andar tocando las partas. Pero si cojea, habrá que hacer algo, ¿no?.
Al que la vida, tal y como se ve, le parezca maravillosa, que no se complique la vida. A los que no nos parece maravillosa, nos surge la necesitad de un algo más, para calzar el taburete, y poder desayunar tranquilos.
“Las creencias religiosas, (al igual que las creencias políticas y transformadoras de la sociedad) tienen un efecto protector en los seres humanos, les protege de los efectos indeseables del estrés, tal y como nos contó Viktor Frankl en su peripecia en un campo de concentración nazi.
La religión protege contra el estrés porque disminuye la impredictiblidad y favorece ciertas prestaciones que ninguna otra actividad humana puede por sí misma ofrecer. Son muchas las funciones que la religión cumple en los cerebros humanos, no es de extrañar pues que tal y como sostiene el cínico House: “la religión no es el opio del pueblo, en el peor de los casos, es el mejor placebo que existe”. Francisco Traver, (psiquiatra).
Es típico del que ofende, la “proyección freudiana” de sentirse ofendido, (eso nos sucede a todos, a mí el primero). Yo lo que reivindico es respeto. Respeto para las ideas de todos.
Respeto para que uno pueda creer-intuir una idea o la contraria, sin que uno sea ridiculizado, tildado de locura o de perder el tiempo y descuidar “el arreglar la sociedad humana”, elucubrando, “posibles estados beatíficos en un futuro desencarnado”.
Cada uno se entretiene con lo que quiere y buenamente puede, mientras no haga mal a nadie. Unos elucubrando sus temas preferidos y otros comiendo y bebiendo con los vecinos de chalet y contándonoslo luego. (Actividad social muy digna por supuesto).
Este articulito, está organizado como una prueba de artículo-río, o miniblog temporal monotemático, para irse actualizando diariamente, con una pequeña aportación diaria, unas veces propia, otras, ajena, siempre girando sobre el tema principal.
El tema es el de reivindicar la defensa de la dignidad, no solo personal, (por supuesto), sino también la dignidad intelectual, de la actividad de la creencia, de ahí su nombre: “Razones para la creencia”. En los últimos años, la incidencia de una serie de escépticos-agnósticos muy agresivos contra la creencia religiosa, ha tratado de ridiculizar la fe religiosa, (Dawkins, y otros).
Naturalmente que en la actividad religiosa hay muchas cosas criticables intelectualmente, porque todo en esta vida, se puede hacer bien o mal.
(Uno de los argumentos mas utilizados, por facilones y ventajista en la retórica dialéctica, consiste en criticar las malas prácticas del contrario. Si quieres denostar la cirugía, dibujarás un cirujano torpe e inútil, al que se le mueren todos los enfermos.
Y si quieres denostar el pensamiento o especulación teológica, lo asociarás a que conduce a un inevitable fariseísmo de “la fe sin obras, de demasiados expertos en teología que, incomprensiblemente, no parecen sentirse obligados a practicar lo que predican”, como hacía el amigo Iñaki S.S., en otro hilo, en días pasados).
(Cualquier actividad, hasta el benemérito cuidado de enfermos, contará entre sus practicantes alguna persona que como mínimo, lo podía hacer mejor).
Y como todo en esta vida, la crítica escéptica y agnóstica a la creencia religiosa, muy lícita en sí misma, se puede hacer bien o mal. Y una de las formas de hacerla mal, ante la que los creyentes, debemos reaccionar, es arrogarse el monopolio de la lógica y la racionalidad en estos temas.
Los conocimientos de la ciencia van avanzando a tanta velocidad, que cosas que hace treinta años parecían imposibles de toda imposibilidad, hoy día ya no lo son así. Como la Reina Roja en Alicia en el país de las maravillas, para permanecer en el mismo sitio hay que correr mucho, y si quieres avanzar algo, tienes que correr el doble.
Si no lo haces así, en veinte años, te has quedado atrasado, y por eso es corriente hoy día ver a mucha gente progresista defendiendo cuestiones claramente retrógradas. El tiempo no pasa en balde, y se ha llevado la escalera y ha dejado a muchos colgados de la brocha. (Aquí vendría bien un tanguito de los tuyos, Oscar).
En resumen. En temas sobre lo desconocido (aún), cada uno tenemos nuestra opinión, mejor o peor elaborada, mas o menos lúcida, y todas son dignas de respeto. Deberíamos hacerlo todos, (yo el primero). Pero no reivindiquemos respeto si no hay respeto previo (yo me incluyo).
Por mi parte, no hay más. Antonio Duato, dijo una vez, que eso no es un chat, y aunque un cierto intercambio creativo de ideas siempre es beneficioso, si empezamos todos a mirarnos el ombligo, acabamos en un bucle de egos ofendidos interminable. Aquí no se escribe para los comentaristas, sino para los lectores anónimos y silenciosos, que son la inmensa mayoría.
Ideas, es lo que se necesita en un foro de pensamiento. Cada uno las suyas, con todo respeto hacia los demás, y así todos aprenderemos algo más que es para lo que estamos.
Hola Isidoro!
Te leo:
– “Lo que está claro que lo que chirrían en este panorama, son las visiones miopes y cazurras, un poquito superadoras, pero muy poquito, de lo de que la tierra era plana.”-
Ok!
En mi barrio a los “visionarios miopes y cazurros” se los llama “pelotudos”.
A esos “visionarios” que están en tu mira (¿es miopía la que te hace usar esos anteojos?):
– o los has inventado en tu fantasía
– o son algunos de los que no concuerdan con tu “visón”.
No queda claro.
Lo que queda claro es que tú entiendes lo que entiendes. ¡Y eso es bueno!
Lo que tambien queda claro es que tú no entiendes lo que no entiendes. ¡Y eso también es bueno!
Pero lo que más queda claro es que ni te molestes en abrir la miopía a comprender otras vistas.
Es una lástima que no pueda ir más lejos esa forma de mono-logar ¿no?
¡Voy todavía! – Óscar.
Los escépticos dicen que la creencia en la existencia de un continente desconocido dentro de nuestro Universo, donde podría dársenos una vida misteriosa, después de la muerte, es algo muy complicado y fantasioso. Y sin duda lo es.
Pero desde la misma ciencia, (S. Hawking), se nos explica que debería haber del orden de 10 elevado a 500, universos en el Multiverso, para que se haya podido dar la vida en uno de ellos, con las características que se han dado en el nuestro. (¡Para hacerse idea de lo que significa 10 elevado a 500, el número de átomos de la Tierra es 10 elevado a 50, y los átomos de todo nuestro Universo, es del orden de 10 elevado a 80!).
Si la Hipótesis del Diseño inteligente es fantasiosa, la del Multiverso lo es muchísimo más. La realidad será la que sea, pero mires donde mires, ves complejidad en grado superlativo, y no será por falta de maravillosismo. Lo que está claro que lo que chirrían en este panorama, son las visiones miopes y cazurras, un poquito superadoras, pero muy poquito, de lo de que la tierra era plana.
Y hay que tener cuidado con la idea intuitiva de que todo en el Universo debe ser lo mas sencillo posible, pues nuestro sentido común nos indica que la tierra es plana, y que el sol se mueve alrededor de la Tierra, saliendo por el este y poniéndose por el oeste todos los días. Pero todo no es lo que parece.
Hola Isidoro!
DOS/de DOS:
(El tanguito imprescindible)
https://www.youtube.com/watch?v=ND1AgXDCT8s
DESENCUENTRO
Estás desorientado y no sabés
qué “trole” hay que tomar para seguir.
Y en este desencuentro con la fe
querés cruzar el mar y no podés.
La araña que salvaste te picó
-¡qué vas a hacer!-
y el hombre que ayudaste te hizo mal
-¡dale nomás!-
Y todo el carnaval
gritando pisoteó
la mano fraternal
que Dios te dio.
¡Qué desencuentro!
¡Si hasta Dios está lejano!
Llorás por dentro,
todo es cuento, todo es vil.
En el corso a contramano
un grupí trampeó a Jesús…
No te fíes ni de tu hermano,
se te cuelgan de la cruz…
Quisiste con ternura, y el amor
te devoró de atrás hasta el riñón.
Se rieron de tu abrazo y ahí nomás
te hundieron con rencor todo el arpón
Amargo desencuentro, porque ves
que es al revés…
Creíste en la honradez
y en la moral…
¡qué estupidez!
Por eso en tu total
fracaso de vivir,
ni el tiro del final
te va a salir.
………………….
Hola Isidoro!
UNO/de DOS:
(fracesitas)
– “TODO BUEN PRINCIPIANTE ES UN ESCÉPTICO;
PERO TODO ESCÉPTICO ES SOLO UN PRINCIPIANTE”-
El sistema filosófico de J.F. Herbart (1776-1841):
* se deriva del análisis de la experiencia,
* e integra:
– la lógica,
– la metafísica y
– la estética
como elementos coordinados.
………………….
Dice Ramón Muñoz que la “signatura” de nuestro tiempo no es ya “el tiempo nublado” (Octavio Paz), ni el tiempo de la esperanza (Erich Fromm), ni el tiempo circular (eterno retorno) sino que en la actualidad el sentido (la signatura) de nuestra existencia viene definida justamente por la Desorientación Existencial.
Realmente tenemos que pensar que estamos ante la crisis del hombre y del sistema que ya no se sostiene, que está implotando; y en esta implosión, para querer sobrevivir, se olvida al hombre que desorientado se ve fatalmente arrastrado, bien a la pasividad, bien a la protesta vertiginosa por todo, y en esencia por nada, pues en él también se ha producido un derrumbe del intra-sistema trascendente de valores.
Por esto el hombre actual está desorientado, no sabe realmente a qué atenerse y tiene más información, pero menos “visión”. Cree tener enfrente a la estructura social, política, económica, que le agrede; más realmente no es así; todas estas estructuras están caducas, están implosionando. (Blog de Dr.Rojo Moreno).
Me contaron un chiste que me gustó mucho. Un Dominico, un Franciscano y un Jesuita estaban en un templo al anochecer. De pronto se apagan las luces. El Dominico dice: Este apagón lo manda Dios, para recordarnos la diferencia entre la luz de la Fé y la oscuridad del pecado. El Franciscano dice: Bendito sea nuestro Dios Padre y Madre que ha creado luces y sombras. El Jesuita se levantó, y fue a arreglar los plomos del circuito eléctrico.
Quizás nuestro estar en la tierra tenga sentido en arreglar nuestra sociedad humana, más que elucubrar posibles estados beatíficos en un futuro desencarnado.
La brevedad intencionada del texto, deja alguna cosa si explicar. Cuando digo que el argumento de que los creyentes son los que deben explicar por qué creen, es falaz, es porque en realidad dada nuestra condición humana universalmente desgraciada, todos, creyentes y no creyentes, debemos explicarnos y darnos razones a nosotros mismos, para tomar la actitud intelectual que tomemos ante nuestra propia realidad.
—–
Decía ayer que a veces hay que encontrar hipótesis complicadas, si se precian para explicar la complejidad que vivimos.
Quizás muchos de los que hayan leído la novela o visto la película “El nombre de la Rosa”, de Umberto Eco, no saben que el personaje del protagonista, el sabio monje franciscano, está inspirado en la figura del franciscano inglés Guillermo de Ockham (1280-1349), que expresó un principio fundamental para la correcta adquisición de conocimiento.
Este principio señala que «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la correcta». Esto implica que, cuando dos teorías en igualdad de condiciones, explican igualmente la realidad, y tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple es preferible a la más compleja.
A este principio, se le llama simbólicamente “navaja”, pues con él, Ockham «afeitaba al igual que una navaja, las barbas de Platón», ya que de su aplicación se obtenía una notable simplicidad ontológica, por contraposición a la filosofía platónica que llenaba su ontología, además de con entes físicos, con entes matemáticos y con el mundo de las ideas.
Las explicaciones no deben contener más elementos que los estrictamente necesarios. El desarrollo de la ciencia y el pensamiento crítico se han logrado abandonando explicaciones innecesarias que enturbian la comprensión del universo, como el flogisto, los humores corporales, el éter, la fuerza vital y otras muchas.
Pero Ockam tuvo un contemporáneo, que fue el filósofo Walter of Chatton, que cuestionó la citada “navaja de Ockham”. Y aportó su propia “antinavaja”. Dice: “Si tres cosas no son suficientes para verificar una proposición afirmativa sobre las cosas, una cuarta debe ser añadida, y así sucesivamente”.
La introducción en nuestro esquema cultural de elementos novedosos, exige un replanteamiento y una recolocación de todos los elementos antiguos, proceso al que muchos se resisten, y razón por la cual muchos se niegan a aceptar esas novedades.