Curso-Taller de Atrio
A partir del libro inéditoINCLINAR LA BALANZA… UN CIENTÍFICO ANTE DIOS
de JORGE FELIP FERNÁNDEZ (Ver Perfil)
Destilados de OSCAR VARELA (Ver Perfil)
Capítulo Sexto: UN DIOS PERSONAL
- ÍNDICE DE TODO EL CURSO Y EL LIBRO
- LEER EL TEXTO COMPLETO del Capítulo Sexto
- Resumen destilado por Oscar Varela:
1. Las imágenes de Dios
(01) Hasta hace poco, Dios tenía un espacio y un lugar más allá de las estrellas del cielo.
Lo divino situado más allá de nuestros límites daría consistencia a lo desconocido.
(02) Con mitologías y Poesía se explicaban los orígenes del mundo y del ser humano, y sus destinos.
Las fuerzas naturales o principios originales fueron tomando características humanas.
Hoy cobran vigencia frente a un pensamiento mecanicista o cientificista.
(03) Desde antiguo existen variadas imágenes de todo un mundo simbólico:
* un venerable anciano lleno de poder y majestad.
* un gran rey sentado en un trono rodeado por otros 24 de la asamblea de ancianos.
* un anciano barbado (Padre), un joven (Hijo) y una paloma encima de ellos (Espíritu Santo)
* nubes y resplandores (Gloria).
* coros angélicos y multitud de santos adorantes cantando “Santo, Santo, Santo”.
* ángeles de todo tipo y tamaño (custodios, mensajeros,….).
* ridículos fantasmas o terribles demonios (Satán, Belcebú,….).
Todas estas imágenes y más, nos dicen hoy poca cosa sobre Dios.
(04) Desde la Ilustración y el Modernismo, la Ciencia moderna acabó con todo ello.
Relegar a Dios al origen (Big-Bang, campos físicos o energías) no es necesario para la fe.
2. Dios como persona
(01) Concebir a Dios antropomórficamente es verlo como persona. Lógico al asignarle voluntad e inteligencia.
Si los ateos proponen lo existente como un Algo eterno, los teístas como un Alguien personal.
(02) Pero:
* ¿cómo existe esa persona?
* ¿cómo se entiende una persona infinita?
* ¿qué es una persona absoluta?
La persona con tales caracteres se deduciría maximizando al infinito los de la persona humana.
Y, además, listando decenas y decenas de atributos (absoluto, infinito, eterno, omnipotente, omnisciente, omnipresente, necesario, incondicionado, ser por sí mismo, inmutable, perfecto, total bondad y belleza, total, único y uno, verdad absoluta, justicia infinita, amor infinito, dignidad y majestad suprema, persona infinita, ser supremo, providente y creador, misericordioso y clemente, trascendente e inmanente, etc., etc.)
Todo ello no revela ningún conocimiento sobre Dios, son imágenes que en lugar de acercarlo lo alejan.
(03) ¡Un Dios personal! ¿Puede acaso estar Alguien en solitario flotando en la eternidad?
Sin embargo si Dios no existiese antes de todo, no habría creación del Mundo-Universo.
¿No sería más fácil un Universo en eterna evolución, que un Dios personal, autor del Universo?
(04) La idea de persona es exclusiva de la especie Homo sapiens, reducido a los ecosistemas de la Tierra.
Es degradante llamar persona a la Fuerza y Sabiduría que lo crea y sostiene.
3. El acceso a lo Absoluto
(01) Los agnósticos afirman no poder conocer lo Absoluto. Es absurdo que sea persona.
Sin embargo, yo como persona aspiro a ese Absoluto, Infinito y Eterno.
Lo Absoluto permanece “por ahora” desconocido, incognoscible, pero no para siempre.
La idea de Dios sería el esfuerzo del ser humano por encontrar el modo de acceso a lo Absoluto.
(02) Yo no estoy dispuesto a renunciar, a abandonar toda esperanza.
Me es razonable el enlace por la vía de la total perfección, la completa plenitud humana.
Según esto, Dios es la plenitud humana como acceso a lo Absoluto.
Creo que sólo Dios tiene esa clave conductora de la humanidad a lo Absoluto.
(03) Los seres humanos tenemos ideas de qué sea lo mejor para uno mismo y para todos.
Esas ideas, llevadas al límite, tienden a alcanzar la perfección y plenitud donde creo que está Dios.
Aunque diferentes y con errores avanzamos, quizás en la dirección adecuada.
Desconocemos la plenitud humana mientras no lleguemos a esa recta final.
La humanidad soporta aún mucho mal, sufrimiento y muerte, para pensar haber logrado llegar.
(04) La plenitud implica totalidad; si faltare alguno no sería todavía plenitud.
Es un trabajo para hacer con todos/as y entre todos/as.
Su logro abre las puertas a lo Absoluto, y solo entonces su misterio será desvelado.
Hay quienes opinan que es una esperanza vacía, que es un trabajo imposible.
Porque al ser libre, cada persona elije y es como un siempre empezar sin fin.
Pero la historia humana evidencia que a pesar de todo avanzamos.
4. Escatología/mitología.
(01) Pero si Dios existe, la plenitud humana está ya realizada desde el principio y para siempre.
Nuestra limitación espacio-temporal concreta es la que nos impide verlo. Si prescindimos de esta limitación podríamos al menos intuirlo.
(02) Si la plenitud humana se logra al final de la historia, lo será en nuestra realidad o coordenadas espacio-temporales.
Suponiéndonos últimos humanos por la plenitud tendríamos el conocimiento que permitiría ir a cualquier tiempo y lugar de la historia.
Y ayudar en el progreso hacia la plenitud desde ella, cuidando no alterar el curso de la historia.
Esta suposición es Dios atrayendo a la humanidad hacia sí, hacia su plenitud.
La plenitud humana permite acceder a lo Absoluto.; y ese paso es el misterio.
(03) Estos decires no nos dan el conocimiento de cómo puede ocurrir el acceso a lo Absoluto.
Dios es la plenitud humana añadiéndole divinidad. Dios es: Espíritu divino y Plenitud humana. El misterio está en su divinidad no en su plenitud.
¿Por qué razón el Espíritu de lo Absoluto, Infinito, Eterno, asume la condición humana en plenitud?
Para ser Todo en todo mediante la conciencia y conocimiento de lo real que el ser humano tiene.
(04) Pero ¿por qué existe Algo separado de lo Absoluto, que no estuviese en él antes?
Porque para que lo Absoluto sea Alguien tiene que tener una identidad como persona, una biografía propia que se realice en una historia.
(05) Sería un solo Dios biografiado en las biografías particulares de cada persona humana, por lo que debe pasar de ser Espíritu puro y simple a múltiple y complejo en continuo proceso atemporal por tanto mítico.
Si lográramos vernos en estas condiciones, nos veríamos incluidos en el Espíritu de lo Absoluto.
(06) A pesar de lo dicho, ninguna respuesta es suficiente, pues no sé nada sobre Dios-Absoluto, sólo son propuestas de fe que apuntan a una cierta razonabilidad. ¿Qué nos queda?
Que solo si confiamos en Dios personal llegaremos, pues creo que Él es la plenitud humana ya realizada, desde siempre y para siempre.
5. ¿Quién es el ser humano?
(01) Creo que la realidad última del ser humano es su pertenencia al ámbito divino, ser y estar en lo Absoluto, Infinito, Eterno.
(02) Nos compete alcanzar lo humano de Dios: la plenitud humana en sentido personal y colectivo.
Pero mientras estemos en lo espacio-temporal, no somos dioses ni parte de lo Absoluto.
Reclamo la existencia de Dios como garantía, que levanta a cada persona humana y a todas hacia las alturas divinas.
6. Dios como relación
(01) Dios, como creador, inhibe los planteamientos de la Ciencia y del conocimiento.
Adjudico ese poder a la Fuerza y Sabiduría impersonal (sin planes ni voluntades).
(02) Dios, como creador, presenta dificultades insalvables.
Si Dios tiene relación con el mundo, lo hará a través del hombre.
Su relación con la Naturaleza incluidos los seres vivos, no tiene ninguna función que realizar, como no sea una impersonal función de supervivencia, para que la evolución no se detenga, eligiendo aquella posibilidad que lo permita.
(03) Lo relevante es la vida humana, sus esperanzas y expectativas.
¿Cómo sería una mutua relación entre Dios con la criatura humana tan limitada y fugaz?
No es el ser humano sino Dios mirándole quien inicia la relación.
(04) Buscar a Dios es presentirlo próximo, pero sin confundirlo con nuestro yo ni con objeto alguno.
7. El encuentro con Dios
(01) Una relación de lazos personales de cada persona humana con Dios es una experiencia.
* difícil por vía argumentativa,
* posible abriendo la conciencia, la mente emocional en una corriente positiva entre ambos.
* ésta se dará si creemos que Dios es el que inicia la relación pues es razonable pensar que vivimos siempre en su presencia.
(02) La mística puede usarse como medio para encontrarse con Dios, pero no necesariamente.
8. El diálogo con Dios
(01) Para dialogar con Dios no es imprescindible asociarse a ninguna forma religiosa. Al contrario, a menudo lo interfieren.
(02) La oración, consiste en ese diálogo confiado y confidente.
Diálogo con palabras y con la propia vida al colocarla en función de Dios.
(03) Para tener consciencia y profundizar en una relación con Dios es recomendable reservar un tiempo en exclusiva para ese diálogo u oración. Es frecuente que la oración se vuelva árida, y habrá que recurrir a trucos para superar el bache, pues la constancia es importante.
(04) La calidad de la oración, más fácil para algunos que para otros, es una percepción individual.
No es mejor una oración con grandes vivencias que con dificultades. Se está en oración porque se quiere orar, es la voluntad lo que está en oración y no las posibles experiencias que se den en la misma.
(05) El progreso depende de Dios y de las circunstancias personales de cada uno.
9. Inclinar la balanza. Mi decisión
(01) Elijo un Dios personal que responda a mis preguntas existenciales, con el que pueda dialogar en oración y del que pueda esperar su ayuda, aunque con frecuencia el proceder de Dios me resulte incomprensible.
(02) Dios no es un ídolo, un fetiche al que doy ofrendas para comprar su ayuda.
Importa más saber lo que Dios quiere de mí y disponer de fuerza para hacerlo.
(03) A pesar de mi incertidumbre del proceder de Dios, yo no quiero renunciar a la esperanza.
Orando, veremos nuestras dudas disiparse y hasta desaparecer.
¡Ojalá lleguemos a las alturas que la oración nos reclama!
…………………
(FIN del Capítulo Sexto)
Hola Ana, hace tiempo que no dialogamos y me gustaría saber tu opinión interviniendo cuando puedas y te apetezca en las entradas de este taller.
Dices que las religiones se han encargado de aproximarnos ese Dios trascendente creando un Dios personal antropocéntrico. Esta creación es en opinión lógica, cuando la cosmovisión del contexto en la que estaban, colocaba al ser humano en el centro del mundo siendo la razón o finalidad de la obra creadora de Dios. La Ciencia lo ha desplazado de ese lugar central, pero la imagen de Dios a semejanza del ser humano persiste. Así, la imagen de Dios se sigue viendo como la maximización de las mejores cualidades humanas, antropomórfico. Ya va siendo hora de que este discurso finalice.
¿Pero ello quiere decir que la idea de un Dios personal haya que abandonarla? Pues no necesariamente. Creo que la mejor forma de relacionarnos con Dios, si pretendemos hacerlo, es mediante una relación personal, más que mediante experiencias místicas derivadas de una técnica de meditación sobre las cuales tengo fuertes objeciones de que sirva para esta finalidad, aunque sean una buena terapia para nuestra mente. Pienso en una relación personal que implique todas nuestras características no sólo con la inteligencia racional (razón), sino también la emocional, espiritual y religiosa, con nuestra personalidad y nuestra vida,…., con todo. Una relación personal semejante a la que se da entre las parejas que se quieren con un amor de los buenos. Claro que en esto veo una objeción, en un lado de la relación amorosa estamos nosotros poniéndolo todo, pero en el otro ¿quién hay?
Yo lo tengo fácil por mi fe en Jesús vivo por su resurrección y mi relación personal con Dios se dirige a él. Pero si prescindimos de esta fe, por las razones que sean, la relación con Dios no tiene porqué desparecer. Se podría pensar que como Dios es Espíritu lo que correspondería sería activar al máximo nuestra inteligencia espiritual, buscando la quietud, la armonía, las experiencias místicas,… Se ha dicho repetidamente que la religión del futuro será mística o no será. No lo comparto. ¿Por qué razón activar sólo la inteligencia espiritual inhibiendo todo lo demás para una relación con Dios? ¿Acaso cuando amamos a alguien sólo acudimos a él o a ella cuando estamos en la quietud espiritual, o peor aún en trance o éxtasis místico? Evidentemente no, vamos con todo, en cualquier estado espiritual en el que estemos. Es toda la persona la implicada. Por ello pienso que la mejor relación con Dios no es sólo la espiritual sino la personal y en consecuencia Dios no es solo Espíritu sino también al menos persona, para que en el otro lado de la relación esté Dios como Alguien personal con el que pueda relacionarme y tenga sentido.
¡Gracias… otra vez más Jorge!
Yo también le hablo… en cualquier momento, esté en actitud orante o no. … le cuento aquello que no consigo “centrar”… y su Palabra sin saber como…
¡Se hace luz, vida, serenidad, camino!
Y la posibilidad de solucionar lo que estaba poniendo en mi… algún desajuste, disgusto, inquietud.
Principalmente… es silencio lo que me acompaña en momentos de sosiego… oración…abandono.
Un abrazo agradecido.
mª pilar
Tu no me molestas Mª Pilar, todo lo contrario, me das pie para hablar de mi oración, que es tema de este capítulo del taller, y de mis intimidades, cosa que de cuando en cuando nos viene bien.
No siempre mi oración es de silencio expectante. A veces siento la necesidad de explicitar la presencia de mi amigo Jesús, de sentir su acogimiento, de tenerlo de mi parte. Entonces no guardo silencio quiero hablar con él tal cual se hace con un amigo íntimo. Le cuento mis cosas. Me busco en él, como también busco a Jesús en mí. Se parece a esa mirada intensa que nos cruzamos con frecuencia mi mujer y yo, una mirada cómplice, enamorada…
Esto te lo cuento a ti, mi entrañable MªPilar, aunque sea en un foro abierto, porque sé que me entiendes por tu cercanía. Quizás sea sugerente para el que lo lea, o tal vez no y lo entiendo. Es que si yo leyera estas cosas de otro, mi racionalismo protestaría. A mismo me trato con suavidad y hago que la razón calle.
Gonzalo, no comparto la necesidad de superar la identidad personal, única e insustituible, la dignidad como persona, la biografía y experiencias personales intransferibles,…. Todo ello tiene para mí un valor muy alto. Hablas de la psicología transpersonal y es verdad que debe de hablarse de ella cuando la valoración del yo está tan hipertrofiado que llega a considerarse aislado en un egocentrismo solipsista y narcisista. Si esto ocurre hay que hacer ver que la identidad personal y el yo no puede formarse y desarrollarse sin su entorno natural y humano. El yo sin el otro o los demás carece de consistencia, incluso cuando reina el egoísmo que lo potencia sobre los demás, pero aún así no tiene sentido sin ellos, aunque sólo sea para el desprecio. Pero la psicología transpersonal no puede, en mi opinión, llevarse tan lejos como para cargarse un valor “casi” máximo de nuestra especie, como es la persona y su identidad individual.
La percepción del yo como sujeto diferenciado del resto del entorno, es un mecanismo magnifico de nuestro cerebro, un logro sin parangón de la evolución, localizado en un área concreta, (creo que el cingulado aunque tendría que consultarlo), que cuando se inactiva dejamos de percibirlo con lo cual no nos distinguimos del entorno, como si fuésemos una misma cosa con él, percibiendo la realidad unificada incluidos nosotros. Esto se puede lograr con técnicas de meditación o drogas. Por resonancia magnética funcional RMf, se ha comprobado esta experiencia en relación directa con la actividad de dicha área del cerebro.
Yo no quiero prescindir de ese formidable mecanismo para percibir la realidad y hacerme una idea de la misma. Sin duda es un artificio, un mecanismo eficaz de adaptación al medio, y según como se mire puede considerarse como una distorsión de la realidad pues en el fondo el sujeto como tal no existe. Pero el artificio de separación entre sujeto y objeto, consigue datos objetivos del entorno que con la dilución del sujeto no son posibles. No hay indicios de que la dilución del sujeto nos instale en la realidad. Al contrario la conciencia divaga por no encontrar datos o estímulos relevantes en los que detenerse, en un estado alterado de conciencia que recuerda a las ensoñaciones alucinatorias, aunque con la práctica pueden ser controladas. Pero darles credibilidad, pues es un asunto muy personal que no comparto.
Al darle un valor tan alto a la persona y su identidad única, comprenderás que mi fe y esperanza no es su dilución como una gota en el océano de la divinidad, sino todo lo contrario. Mi esperanza es la plenitud de todas y cada una de las personas humanas sin excluir a nadie, pues cada persona aporta algo que es propio e intransferible al conjunto inmenso, múltiple y diverso, de la Plenitud Humana en su culminación. No unificadas o uniformadas o conformadas con Dios, sino desde su propia identidad unidas por y en el amor con él. Y yo me puedo sentir unido a esa comunidad desde ya, pero no diluyendo mi identidad sino por medio de relaciones personales en plenitud con todos, por lo menos en dirección a ella.
¿Cómo puedo negar el carácter personal a mi Dios, en el que he puesto mi esperanza y mi fe, por la Plenitud Humana en la que creo y he apostado con mi vida en ella? (¡Ah! Una cosa más, lo del espíritu me sobra a menos que sea el espíritu común de la Plenitud).
¡Gracias Jorge!
Me encanta tu experiencia de oración… ummm… hay cercanía.
Gracias por el gran esfuerzo que estás haciendo… si es bueno para ti, merece la pena.
Seguiré atenta, y solo te molestaré cuando alguno de sus puntos “toque” de manera especial mi propia experiencia.
Un abrazo.
mª pilar
Pensar, hablar o escribir sobre el tema propuesto en este capítulo, es el reto más difícil y, quizá imposible, que los seres humanos hayan perseguido desde el momento que aquellos lejanos parientes primates fueron adquiriendo eso que llamamos conciencia.
El adquirir conciencia supondría buscar los porqués de la vida y, especialmente, de la muerte, y es aquí donde comienzan las elucubraciones acerca de los dioses o del dios único.
El problema está en que al poner a Dios como lo trascendente, nosotros mismos nos hemos puesto el límite o la frontera imposible de cruzar. A partir de aquí se buscan definiciones que sean razonables y, sobre todo, explicaciones útiles para dar sentido a la vida.
Así pues, la búsqueda de Dios puede tomar dos direcciones según su punto de partida: el de la razón (científica?), o bien el Dios de la cercanía a la necesidad propiamente humana.
Teorías sobre Dios las hay y abundantes, y sus argumentos pueden dan mucho de sí.
Pero son las religiones las que se han encargado de aproximarnos ese Dios trascendente, creando un dios personal-antropocéntrico, poco menos que a nuestra imagen y semejanza, lo cotrario de lo que dice el AT.
El Dios de Israel tenía la mismas miserias humanas que los humanos: cruel, vengativo, excluyente de otros pueblos que no fuese Israel, etc. Pero también era el omnipotente, misericordioso, compasivo etc. etc.
La mayor humanización se concretó en Jesús, cuyo Dios-Padre poco tenía que ver con el de sus antepasados judíos.
Al llegar a este punto, o acudimos a la fe en Jesús asociándolo a Dios, o su Dios se queda fuera de nuestros parámetros mentales.
Josela, lo primero es un saludo cordial de bienvenida, pues no recuerdo haber dialogado contigo.
Dices que no nos consta que Dios sea persona. En mi opinión diría que sobre Dios no nos consta nada de nada. Es aquello de que a Dios nadie lo ha visto jamás y por tanto no nos consta siquiera que exista. Lo que nos consta sobre Dios es una propuesta, cargada de una enorme diversidad, ofrecida desde muy diferentes culturas, a partir del momento en el que Dios o los dioses y diosas se hicieron un hueco en la historia humana.
Con respecto a Dios yo no quiero usar un lenguaje analógico, y no quiero porque mi intención no es saber ni describir a Dios, sino encontrar un modo de acceso a Dios-Absoluto y Eterno. Y ese modo de acceso he apostado con mi vida, pues marca su dirección y sentido, que se trata de alcanzar la Plenitud Humana para toda la humanidad sin exclusiones. Creo en el triunfo del bien al final de la historia y como no quiero que esto se quede en una utopía irrealizable, implico fuertemente a Dios en su proceso. Tanta pienso que es su implicación que Dios es al mismo tiempo Dios Absoluto y Plenitud Humana ya realizada desde siempre. Es por esto por lo que puedo hablar de un Dios personal y no por mera analogía. Yo no sé ni creo que pueda saber si Dios es Plenitud Humana o no, es decir, persona o no, sólo se trata de mi apuesta. Si estoy equivocado y mi apuesta falla, pues no siento que haya perdido nada pues mi vida por esta apuesta tiene un sentido y una finalidad satisfactoria para mí.
MªPilar, mi oración combina una entrada con un Padrenuestro, para saberme a mí mismo que quiero ponerme en la dirección del proyecto de vida de Jesús, y a continuación entro como tú en silencio expectante, serenando mis distracciones, las preguntas, las inquietudes,…. Busco paz y armonía conmigo mismo, atendiendo a cuanto me sucede. A veces nada ocurre y en esa quietud puede que llegue el aburrimiento, el tedio y la aridez, entonces la conciencia, siempre despierta, me pregunta ¿qué haces perdiendo el tiempo? Antes trataba de acallarla o responder que estaba en oración, pero ya no hago nada, la dejo pasar sin respuesta y se calla. Es que todo cuanto me viene lo dejo pasar sin hacer nada, es que pasa y llega la calma. La calma se hace a veces tan profunda que los sentidos se apaciguan, dejo de percibir mi cuerpo y el entorno que me rodea, pero estoy ahí consciente y atento. Muchas cosas extrañas me han pasado en ese estado de calma, a las cuales ni les doy sentido ni tampoco importancia. La práctica me ha llevado a ponerme un tiempo muy limitado (unos 20 minutos), con alarma incluida, pues no quiero pasarme horas enganchado como si de una droga se tratase. Es que hace bastantes años me pasaba y los excesos se pagan. Ese corto tiempo creo que me es suficiente para recargar pilas y confirmar mi fe en el seguimiento a Jesús, que es mi objetivo.
El resto de tipos de oraciones como es la de petición, de acción de gracias, etc., la reflexión sobre la fe o los textos del Evangelio o la meditación sobre distintos escenarios del mismo, etc., quedan fuera de mi tiempo de oración en exclusiva, hay otros momentos del día en los que me ocupo de estas cosas.
Me he planteado muchas veces este dilema, Dios personal o impersonal. Creo que, en términos muy generales, la cultura occidental tiende al Dios personal mientras que la cultura oriental tiende al Dios impersonal. Quizás todo dependa de la definición de lo personal. Por una parte, la persona reúne las cualidades más desarrolladas de la evolución: abstracción, autocomprensión, libertad (muy limitada), generosidad, amor. Por otra parte, un Dios personal parece suponer una dualidad entre Dios y nosotros (Dios y la creación), mientras que la psicología transpersonal trata de superar esa dualidad, y estaría más en consonancia con la cultura oriental y con la mística tanto oriental como occidental.
Dentro de la falta de conceptos que tenemos para hablar del Misterio -del Absoluto- y de la confusión que esto implica, pienso que se podría hablar de un Dios transpersonal, de un Dios con las cualidades de la persona pero sin el individualismo (la individualización) que parece implicarse en el ser personal. Dios personal pero no individual. Quizás esto sea una manera disimulada de admitir la unión, lógicamente contradictoria, entre lo personal y lo no personal; pero esto es inevitable en nuestra mente reflexiva que separa el sujeto pensante y el objeto pensado. Hegel se planteaba que al infinito no se le puede agregar nada y por consiguiente no se puede pensar en un mundo distinto a Dios; creo que fue Hegel el que planeo la designación de pan-en-teísmo para superar el panteísmo.
Ya he comentado otras veces que la razón mental no es nuestra única fuente de conocimiento, y que la experiencia muestra que la mente intuitiva -la razón sentiente, inteligencia emocional o espiritual- es la única capaz de apreciar los valores como la dignidad humana, la igualdad, la justicia, el amor. Y la intuición, en la experiencia mística, se siente incluida en el Uno, o en el Todo.
La Biblia también denomina a Dios como Espíritu Santo. El término espíritu es una denominación equívoca entre algo material como el aliento vital, algo espiritual como el amor, y algo divino. Al decir que Dios es Padre inevitablemente me estoy viendo fuera de Dios, compartiendo con otras personas un Padre común exterior a nosotros. Al decir que Dios es Espíritu me siento inmerso en Dios junto a todos los hombres (incluso con toda la creación). Marcos, con espontánea brusquedad, dice que el Espíritu empujó a Jesús hacia el desierto. Lucas matiza que Jesús fue al desierto “en Espíritu”; el que toma la decisión y la ejecuta es Jesús, pero esta decisión fue tomada “en Espíritu” (¿con mayúscula o con minúscula? No sabemos cómo lo escribiría Lucas).
No nos consta que Dios sea persona. No será menos que persona, pero ¿ quién puede negar que no sea más que persona? .. Nuestro lenguaje no deja de ser analógico, especialmente al hablar de Dios. Se han dicho cosas sobre Dios.. y a veces, las religiones hablan con un dogmatismo que, lo que hacen es atontar a las personas… aunque no tengamos más remedio que decir algo…Pero toodo ello debe estar sometido a un total análisis. Todo lo que es humano está sometido a la caducidad..incluso los dogmas, que a veces, se dice con mucho atrevimiento, que son intocables. Y, a pesar de todo, se atreve uno a recitar el Padre Nuestro, intentando asociarse con Jesús para decirlo. Y.. a quedarse en silencio como dice María Pilar. Todo ello no nos hace mal.
Leyendo este cp. me “abruman” tantas preguntas.
Copiaría aquellos párrafos en los cuales me siento totalmente identificada…
Y… pensándolo mejor… prefiero dejar que los y las compañeros/as, vayan comentando.
Ya no le hago preguntas… ya he pasado por todos esos estrados en la oración… ahora… bueno hace ya muchos años, mi oración es:
Un ponerme en situación, sabiendo que estoy… en Él… porque todo lo llena, envuelve, abraza, fortalece… cuando la persona así lo desea y siente.
Una vez serenado el ánimo, apaciguada la mente y la conciencia de los avatares cotidianos, guardo un silencio profundo a me dejo seducir…
Hay veces que algo en mi hacer cotidiano “siento” que falla; o no me agrada mi proceder y desearía cambiarlo, mejorarlo en bien de cuantos me rodean… es, como un susurro, un deseo:
“Conocimiento interno de aquello que me abate… pensando en Jesús… en su decir, hacer y su vivir”
Sigo en silencio, sigo estando en estado de escucha y en un sereno… estar.
Gozo de ese abandono y silencio… acallo cualquier distracción, y vuelvo al silencio.
Siempre salgo como nueva, siempre encuentro lo que buscaba… para llegar al fondo de lo que quizá me perturbaba.
No hay petición alguna, solo la llamada al conocimiento desde…
Ya no pregunto, admito, que lo que tenga que ser será, ni tampoco imagino ni espero nada concreto; lo que suceda… ¡Sera!
Solo deseo cada día, el intento de ir limando todas las aristas que de alguna manera puedan dañar a cuantas personas me rodean, o aquellas, que pudiendo compartir su dolor… me limito a pasar.
Ya nada busco, ni me angustia el futuro… a lo que a mi final acontecerá.
Si me preocupa el futuro, pensando en las personas que quiero y de manera muy especial, en todas aquellas, que desde el principio de los tiempos, han pagado un altísimo precio por vivir, por causa de una gran injusticia que parte de la humanidad, ha hecho con la parte más débil… cuando todo se le arrebata.
Sé… ¡Soy muy simple! Pero este es mi camino.
Un abrazo entrañable.
mª pilar