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Probabilidades de la existencia de inteligencias fuera de la Tierra

Isidoro

Desde el mismo seno de la comunidad dialogante de ATRIO de la que surgió el curso-taller Inclinando la Balanza que ayer presentaba el capítulo 1º, ha surgido también este artículo en el que Isidoro habla de probabilidades no de fe ni de certeza.

 

 Declaración oficial del presidente Jimmy Carter, incluida en la nave espacial Voyager, lanzada el 16 de junio de 1977, a emprender viaje hacia fuera de nuestro sistema solar:

“Lanzamos este mensaje al Cosmos… De los 200.000 millones de estrellas que hay en la galaxia de la Vía Láctea puede que algunas – tal vez muchas – tengan planetas habitados y civilizaciones que viajan por el espacio.

 Si una de estas civilizaciones intercepta el Voyager y puede comprender estos contenidos grabados, aquí va nuestro mensaje: estamos tratando de sobrevivir a nuestro tiempo para poder vivir en el vuestro.

 Esperamos que algún día, tras haber solucionado los problemas a los que nos enfrentamos, podamos unirnos a una comunidad de Civilizaciones Galácticas.

 Esta grabación representa nuestra esperanza, nuestra determinación y nuestra buena voluntad en un inmenso e impresionante Universo”.

(Nota previa: Aquí, por simplificar, me circunscribo únicamente a nuestra Galaxia, pero ya sabemos que hay en el Universo visible unas 2oo.000 millones, una por cada estrella de la nuestra).

¿Qué probabilidad hay de que existan otros seres inteligentes en nuestra Galaxia, además de nosotros?

La verdad es que no sabemos cuál es el panorama que puede haber en el universo, o incluso solo en nuestra galaxia la Vía Láctea.

Existen actualmente cuatro hipótesis científicas, sin pruebas aún de confirmación, en las que científicos muy serios y nada frikis, están investigando muy seriamente.

  1. La primera es sobre la existencia, muy extendida en el Universo, de los elementos prebióticos, proteínas, y ácidos nucleicos, material imprescindible para un surgimiento de la vida, con un mínimo de condiciones favorables.

Se ha descubierto ya material de este tipo en el polvo de cometas, en Marte, se está a punto de descubrir, y aquí en la Tierra se ha descubierto vida, en unas condiciones físicas dificilísimas.

Todo ello hace pensar que la teoría de la panspermia, que inicio Arrhenius hace más de cien años, (y que por ejemplo sostiene como hipótesis Francis Crick, entre otros muchos), esté considerada hoy día como de alta probabilidad de ser cierta.

  1. La segunda hipótesis investigada, es sobre la existencia de planetas y satélites en nuestra Galaxia, con unas condiciones favorables para que prospere la vida. Desde el lanzamiento del telescopio Kepler, se descubren dos planetas al día, y ya se llevan 1.500, en unos pocos años. Aunque el porcentaje de plataformas aptas para la vida, sea escaso, el enorme número de estrellas, que existen solo en nuestra galaxia, hace que el número de lugares aptos para la vida sea previsiblemente muy numeroso.

Desde que en 1995 se encontró el primer planeta fuera de nuestro sistema, ya se han encontrado cientos, y hoy día los cosmólogos evalúan en no menos del 10 % las estrellas con sistemas planetarios similares al nuestro.

Así y todo no será fácil encontrar planetas con condiciones tan favorables a la vida como el nuestro. Si la Tierra hubiera estado un 4 % más cerca del Sol o un 1 % más lejos, las temperaturas la hubieran hecho inhabitable por vida inteligente. Pero además de planetas, también pueden ser habitables satélites de grandes planetas irradiadores de mucha energía, tipo Júpiter o Saturno.

(La Galaxia tiene 100.000 años-luz de diámetro y el Sol está a 30.000 años luz del centro, tardando 220 millones de años en rotar una vuelta, con lo que el Sol, lleva dadas unas 20 vueltas a la Galaxia desde su formación).

Pero a pesar de la posible abundancia de planetas con temperaturas similares al nuestro, y por tanto favorables al desarrollo de la vida superior en el mismo, no en todas se habrá iniciado el proceso bioquímico de la vida, ni habrá llegado vida desde otros lugares.

Además las condiciones fisicoquímicas compatibles con la vida superior, son tan delicadas, que cualquier pequeña alteración de esas condiciones en el planeta bastan para eliminar la vida o al menos la vida de tipo superior.

Si no existiésemos nosotros, podría pensarse que la probabilidad de ese suceso sería mínima. Pero nuestra propia existencia es la mejor prueba de que esa probabilidad no es tan escasa, (principio antrópico).

  1. La tercera hipótesis a investigar, es la del surgimiento mediante el proceso de evolución universal, de seres vivos inteligentes, en algún otro lugar de la Galaxia.

Se aducen algunos argumentos científicos para apoyar la teoría de la escasa probabilidad de vida inteligente en el universo. Se dice que son necesarias una serie inmensa de circunstancias favorables para que al final se llegue a ello.

Y es verdad, que la vida inteligente surgida inicialmente y evolutivamente en la galaxia, no será muy abundante.

Pero al igual que en el punto anterior, el enorme número de estrellas en nuestra Galaxia, unos 200.000 millones, (para hacerse una idea, más del doble de los humanos que han existido hasta ahora en la Tierra), hace que las probabilidades de que hayan evolucionado cinco o diez especies inteligentes, sea bastante razonable.

Es verdad que el proceso de que la vida llegue a evolucionar hasta alcanzar vida inteligente, es mucho más difícil aún. Pensemos que la vida en la Tierra tiene más de 3.000 millones de años de antigüedad, y al final solo hace un millón de años ha surgido vida inteligente.

Pero la vida inteligente en otros planetas se puede dar de dos maneras posibles: o mediante su evolución primigenia en el mismo, como es nuestro caso o por colonización de una vida inteligente originada en otro planeta.

Hay que tener en cuenta la gran capacidad de colonización y expansión de la vida inteligente con el tiempo suficiente para ello. Y hay que pensar que la vida se inició en la Tierra, hace tres mil quinientos millones de años. Una especie inteligente que hubiera surgido hace mil millones de años, habría dispuesto de todo ese tiempo para sus viajes y colonizaciones. Y es mucho tiempo para desarrollarse tecnológicamente, y para viajar y explorar.

Por ejemplo a nivel humano, muchos no se explican como los “homo” desde su inicio han podido expandirse “tan fácilmente”, por todo un mundo hostil.

Pero olvidan que si en cada milenio hay unas sesenta generaciones de hombres primitivos, y cada generación se hubiera desplazado solo diez kilómetros de la anterior, en solo un milenio, ya se habrían desplazado 600 kilómetros y en solo 20.000 años, habrían recorrido 12.000 kilómetros, la cuarta parte del círculo terrestre.

(Parafraseando a Arquímedes, se podría decir: dadme tiempo suficiente, y la curiosidad creativa propia de la inteligencia, y haré cualquier cosa, hasta aprender alemán”).

Aunque las distancias en el Universo, son enormes, con el tiempo suficiente, y sin necesidad de hipótesis demasiado fantásticas de viajes por encima de la luz, se puede llevar a cabo una exploración a conciencia de una parte limitada de la Galaxia.

Además hay que pensar que para una especie inteligente, desarrollada, la duración de la vida puede ser hasta ilimitada, y como mínimo de miles o millones de años.

El número de estrellas de nuestra galaxia es tan enorme, (doscientos mil millones), que el número de planetas o satélites aptos para la vida debería ser grande. En una distancia de menos de 100 años-luz del sistema solar, hay unas mil estrellas, y el número se multiplica geométricamente según aumenta la distancia.

Pero también hoy sabemos que la colonización de la vida por parte de seres inteligentes, se puede realizar a largo plazo. Si un planeta o satélite, cumple unas mínimas condiciones, (como Venus o Marte), puede ser objeto de técnicas “terrificadoras”, mediante la introducción de gases invernadero o de bacterias fotosintetizadoras, con un efecto relativamente rápido, (de unos miles de años).

Por otra parte se arguye que no hay ningún imperativo cósmico que dirija necesariamente la evolución hacia la inteligencia, olvidando que hay un principio implacable de toda evolución en del Universo hacia formas cada vez más complejas y sofisticadas. Y la inteligencia es el arma de supervivencia más poderoso que existe, mucho mayor que los colmillos de los tigres o de los elefantes.

Pero entre la dificultad intrínseca y las enormes distancias del universo no será fácil encontrar planetas en los que haya surgido evolutivamente vida inteligente. Mucho más fácil será encontrar vida inteligente trasplantada de otro planeta, en planetas con condiciones aptas para su pervivencia.

Una raza inteligente, que haya surgido, como nosotros, en un periodo de un millón de años, (que cosmológicamente, no es nada), habrá viajado y colonizado, todo lo colonizable, hasta una distancia inimaginable.

Solo como ejemplo. Unos humanos que salieran de Lisboa, expandiéndose 10 kilómetros por generación, (20 años), necesitarían sólo 20.000 años para llegar al extremo oriental de Siberia.

Ya sabemos que al menos una especie inteligente, (nosotros), ha surgido evolutivamente en el Universo, y sabemos que llevamos unos 200 años de revolución científica, y conocemos la aceleración geométrica de dicha revolución.

Si supusiéramos que en la Vía Láctea, una de cada mil estrellas contiene un hábitat posible de vida, contendría 200 millones de ellos. Si suponemos que en cada mil de ellos, en uno ha surgido o llegado vida, tendríamos 200.000 hábitats con vida. Y si suponemos que de cada mil hábitats con vida, en uno de ellos se ha desarrollado vida inteligente habría 200 planetas con seres similares a nosotros. ¿Tan raro es que algunos de esos 200 se haya desarrollado tecnológicamente para viajar por las enormes distancias del universo?

Por ello no es absurda ni descabellada la hipótesis de que alguna haya alcanzado un desarrollo tecnológico suficiente para que podamos tener observadores viajeros incluso desde la otra punta de la galaxia, e incluso de otras galaxias, a pesar de las enormes distancias del Universo.

Nosotros llevamos como vida inteligente dos millones de años, y con una vida cultural de unos 10.000 años, y ya hemos llegado a la Luna. ¿Qué desarrollo tecnológico podría tener una vida inteligente que lleve solo un millón de años de vida cultural?

Actualmente muchos científicos, mediante el proyecto SETI, investigan la detección lejana de vida inteligente, y muchos piensan que es cosa de no más de veinte años que se descubran indicios de ello.

Y las razones de este optimismo son dobles. Por una parte hasta ahora se apuntaba aleatoriamente, y ahora ya sabemos que estrellas cercanas disponen de planetas parecidos a la tierra. Y por otra parte en el desarrollo geométrico exponencial de las tecnologías de búsqueda, que caracteriza todas las investigaciones tecnológicas en los momentos presentes.

  1. La cuarta hipótesis, es si estas inteligencias ya nos han descubierto desde hace mucho tiempo y están realizando una misión de observación y tutela indirecta, siempre respetando nuestra evolución autóctona propia. Sería el innegable fenómeno OVNI. (Es innegable la existencia del fenómeno, otra cuestión es determinar su verdadera naturaleza).

La investigación científica de esta cuarta hipótesis, más atrevida, se ha venido realizando por motivos de seguridad, por los ejércitos, y no hay datos conclusivos sobre ella.

Lo que se puede afirmar sobre ella son dos cosas. La primera, que dada la naturaleza militar y de “inteligencia” de los investigadores, (que no publican en revistas científicas que digamos), el secretismo es la tónica esperada. Por lo que lo del “si no hay pruebas, es que no hay nada”, aquí se puede aplicar mucho menos que nunca.

Y la segunda, que hay que partir de la idea previa, de que un civilización que tenga la tecnología de llegar hasta aquí, también la tiene para no ser descubierta, si no quiere ser descubierta. Por lo que lo poco que se ve, que hipotéticamente ellos quieren que se les vea.

Se puede pensar, que la vida superior en la Tierra, ya tiene muchos millones de años. Los primeros dinosaurios y mamíferos ovíparos son de hace unos 250 millones de años, y los primates hace unos sesenta millones de años.

Una civilización que en este periodo de tiempo nos haya descubierto, podía prever fácilmente que había bastantes probabilidades de que al cabo de tiempo surgiera vida inteligente. Y podría entonces observarnos mediante sondas automáticas.

Parece razonable que para cualquier especie inteligente del Universo, sea un objetivo de primer orden el observar y vigilar el surgimiento de nuevas especies inteligentes, y más si se supone que no serán excesivamente abundantes. (¿No nos interesaríamos nosotros, en conocer a unos nuevos vecinos que de repente han ocupado un piso de nuestra escalera?).

Respecto al respeto y la no intervención directa en nuestra evolución, es algo que hoy día nosotros ya hemos aprendido. La intervención directa en la evolución de una comunidad cultural primitiva, supone un enorme peligro de frustración de dicha evolución autóctona.

  1. Hay una quinta hipótesis, esta no científica aún, sino espiritual.

Y sería que aun respetando la evolución autónoma de nuestra especie y siendo conocedores de la enorme dificultad de la transición hacia una especie ya totalmente desarrollada y con mayor capacidad inteligente, hayan elaborado un plan indirecto de tutelaje y apoyo, que habría sido el origen de todas las religiones, y hubiese sido la causa de la fenomenología espiritual.

Por ahí puede ir el nuevo relato de la primitiva historia de la humanidad, que podría ser el germen de una nueva religión científica y moderna. Y esto no supone borrar las religiones actuales, sino solo actualizarlas y releerlas a la luz de los nuevos conocimientos.

La piedra clave de todas las religiones, señalaba Raimon Panikkar está en llegar a comprender el verdadero papel de la especie humana en el Cosmos. Por ello afirma: “La mayor parte de los supuestos problemas teológicos son en realidad problemas cosmológicos, de encontrar la verdadera situación del hombre en el cosmos”.

 Los cambios epocales o axiales, están relacionados directamente con los cambios en las culturas de la situación del hombre en el Cosmos. Y por eso hoy, aquí, estamos en un gran cambio epocal, que dividirá la historia de la humanidad en la Vieja historia y la nueva Historia.

Juan, 14, 2: En la casa de mi Padre hay muchas moradas; de otra manera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Tomás, 15: Dijo Jesús: «Cuando veáis al que no nació de mujer, postraos sobre vuestro rostro y adoradle: Él es vuestro padre».

 

14 comentarios

  • Javier Pelaez

    Muy bueno,Isidoro..

  • Isidoro García

    Lali‏@Lalibretilla

    Es muy sospechoso que Miss Universo siempre lo gane alguien de la Tierra.

  • Javier Pelaez

    Una vez en la tertulia que tenía de noche hace muchísimo tiempo Sánchez Dragó en la tve1 un menda habló de los “intraterrestres”:”esos pequeños serecillos que viven en las grietas de la tierra”-sic-.Se refería a seres de otros planetas.Y yo preguntó.el ministro de interior dice que tiene un ángel de la guarda que se llama Marcelo y le ayuda a aparcar,¿es Marcelo un intraterrestre?¿Es Errejón un intraterrestre?.Lo digo no sólo poer la edad,sino por las gafas y las orejas.¿Es la Menina uno de esos serecillos?.¿Dónde vivía Rajoy antes de ser presidente?¿En una de esas grietas?.

  • olga larrazabal

    Siempre he dejado entre comillas, como lo hago con la mayoría de las cosas que no me constan, esos sucesos en los que las pruebas de su existencia están más cargadas de emoción o de ganas de haber visto un acontecimiento paranormal que de una experiencia real entendible.  Pero hace algunos años, viviendo en el campo, me tocó estar más de dos horas contemplando un espectáculo celeste para el cual no he logrado explicación.

    Era una noche de fines de Octubre, no teníamos electricidad, no había ninguna ciudad cerca que pudiera iluminar el cielo que estaba nublado, pero luminoso.  De repente me llaman a mirar por la ventana , y del tamaño inmenso de un medio cielo, se veía un contorno de nubes delineando una forma elíptica que se traladaba de un lado para el otro, y que tenía inscrita en su centro un círculo, también de nubes con figura de una rueda con aspas que giraba sobre este centro siguiendo además el movimiento de traslación de la elipse de nubes.

    Estuvimos 2 horas mirando estas figuras, y hasta el día de hoy no me puedo imaginar que pudo ser.

    Luego leí en el periódico, que alguien había reportado Ovnis por el lado de la cordillera, cosa frecuente en Chile.

    Mi marido quería disparar con un fusíl, pero medio en broma le dije que no lo hiciera porque si le daba a la elipse capaz que nos cayera un platillo volador encima de la viña y la cosecha se fuera al diablo.

     

     

  • Asun Poudereux

     
    ¿Y a quién le importa si se es o no o se tiene la misma opinión?
     
    Las ideas, todas, se diluyen en su esencia, en lo que conllevan del todo y nada, al entrar y quedarse en el dominio de la razón, que intenta domesticarlas,  al ser acariciadas por la mente.
     
    Por lo que resuena bien esto:
     
    “Y aquellos que bailaban fueron considerados locos por aquellos que no podían escuchar la música”. (Nietzsche).
     
     
     
    Escuché la música del tango. ¡Cuántos recuerdos del alma anhelante por ilusionante! 
     
    Y esa etapa pasó… lo entendamos o no.  Ahora es la vida misma la que no cesa de sorprender  despertando una y otra vez del sueño de la mente, y lo hace de modo decadente e inestable para la mente, y  sin embargo sorprendente,…impactante…bailable…reponedora…cambiante y  juguetona … multiforme, en fin como lo que es y  no pretendas  saberlo. Solo juega con ella sin alejarte.
     
     
     
    Muchas gracias a todos.
     

  • Román Díaz Ayala

    Bien, bien, Isidoro,

    pero ya sabes que no soy de tu misma opinión.

    cuando dices que el cristianismo es un mito, a continuación puntualizas que los testimonios en los que se basa no son del todo históricos. Es decir, que sigues la hermenéuticas de unas determinadas escuelas teológicas. Algunas llevan una supuesta desmitificación hasta desbrozar todo lo simbólico  (que en rigor no es mítico) Otras lo entienden como el lenguaje apropiado para expresar ciertos contenidos teológicos sin sospechar de su valor histórico. En todo esto nos estamos circunscribiendo a los textos cristianos que venimos en llamar el Nuevo Testamento y que se diferencia de una más amplia lituratura de signo cristiano.

    En fin, que el tema es más complejo, pero lo que yo quiero resaltar es que a veces le damos tanta amplitud a los conceptos convirtiéndolos en un cajón de sastre donde caben todas clase de acomodos para vestir nuestras argumentaciones, que las ideas quedan demasiado diluidas.

     

  • oscar varela

    Hola Isidoro!

    ¡Dale que va lindo!

    Pero ¿sabés una cosa? yo voy para 79 pirulos ¿no me podés apurar en algunos milloncitos de años tanta maravilla para que al menos pueda vislumbrar el esplendor de alborada?

    ¿O es que estamos yendo p’al crepúsculo?

    http://www.todotango.com/musica/tema/215/Cuesta-abajo/

     

  • Isidoro García

    “Cuando un hombre no camina al mismo ritmo que los demás, es porque oye otro tambor”. (Thoreau).

    Amigo Román: El cristianismo es un mito. Lo cual no quiere decir que sea mentira, sino que está basado en una serie de testimonios no del todo históricos. Los mismos evangelios no se pueden considerar unos documentos históricos.  Como en todo mito, existe un núcleo de verdad, envuelto en mucha quincalla, que hay que hacer un esfuerzo de “destilación”.

       Decía Mircea Eliade: “La Historia de la Religiones, como yo la entiendo es una disciplina “liberadora”. La hermenéutica, podría convertirse en la única justificación válida de la Historia: Un acontecimiento histórico justificará su aparición cuando sea entendido”. Y también: “Yo quiero mostrar la función catárquica de un entendimiento correcto del mito. Libera al hombre (moderno) de ciertas inhibiciones que le hacían incapaz de amar su propia prehistoria (e historia)”.

        Y los mitos son de toda época. La ciencia-ficción no es un icono de nuestra sociedad postmoderna, es el mito actual de la sociedad moderna. A nosotros lo mayores nos cuesta, porque ya tenemos el espinazo muy poco flexible, pero a los jóvenes es otra cosa. Las obras de arte, (novela, cine, etc.), que son aclamadas mayoritariamente, lo son porque resuenan en nuestro interior, tocando unos resortes inconscientes de una enorme potencia psicológica que todos tenemos dentro.

         Cuando en 1957, (yo tenía diez añitos), se lanzó el Sputnik ruso, que a todos nos asombró, y que fue el pistoletazo de los diez-once años siguientes que culminaron con la llegada a la Luna, algo cataclísmico sucedió en nuestra cultura, aunque no fuimos conscientes en ese momento, de lo que significaba de verdad en la cultura de la humanidad. De repente pasamos de dos dimensiones a tres: se abrió el Cosmos, no solo como algo que se contempla, sino algo a donde se puede ir, y de donde pueden venir cosas.

       Decía ayer, que hay dos historias: la Vieja y la nueva. Y no os extrañe si antes de cien años, se empiece a dividir el calendario, con un antes y un después de 1957, (para evitar suscitar reservas y recelos de los no cristianos ante un excesivo cristianocentrismo cultural).  Estamos ya calendáricamente en el tercer milenio, pero mucha gente no ha entrado culturalmente en el tercer milenio.

         Esos desfases culturales, que son normales, dada la gran inercia de la cultura y la enorme heterogeneidad de la humanidad, es en mi opinión, lo que le hizo decir a Jesús: “¡Dejad que los muertos entierren a los muertos!”. Es lo que tiene vivir tiempos de cambio radical, que lo que abunda es el descolocamiento, el no saber bien donde estamos. Y eso es fuente de mucha perplejidad.

        Respecto a lo que dice Pepe Blanco de que no existen indicios serios de que hipotéticas inteligencia del Universo, puedan estar observándonos y acaso guiándonos indirectamente, (lo que sería el origen histórico e las religiones reveladas), es verdad en parte.

       Solo hay unos indicios “antrópicos”. O sea que son hipótesis, de que razonablemente, esas inteligencias harían lo mismo que haríamos nosotros. Se dice que la lógica es universal. Y lo que parece claro es que una cosa que es intrínseca a toda inteligencia, es la curiosidad, el afán de saber y el impulso creativo. Si no lo hubieran tenido, no habrían obtenido la tecnología para trasladarse hasta aquí.

        Pues nosotros, en cuanto podamos haríamos lo mismo. Además es razonable que si a tu edificio entran a vivir unos vecinos agresivos y muy peligrosos, vigiles y procures minimizar problemas y conflictos futuros, que pueden ser muy peligrosos. Nosotros actualmente ya tenemos armas termonucleares, y la agresividad es el pan nuestro de nuestra historia interna. Si se nos da mil años mas de desarrollo y no nos reconducimos, podemos llegar a ser una especie a tener cuidado.

          (Si se reflexiona un poco en el fondo de la película “Avatar”, -dejando a un lado su bonita estética y la accidentalidad de los sucesos del guión- da mucho que pensar en todas estas cuestiones,  y mas concretamente en el tema peculiar del cristianismo).
     
     

    “Y aquellos que bailaban fueron considerados locos por aquellos que no podían escuchar la música”. (Nietzsche).

  • Román Díaz Ayala

    Muy bien puntualizadas algunas de tus observaciones

    Tú hablas de mito, Isidoro, en tu anterior comentario y de alguna manera lo vinculas al sentimiento religioso,yo entiendo que estamos penetrados por lo simbólico en todos los órdenes de la vida, y sin ello,el simbolismo, no podríamos comunicarnos. ¿Qué es fantasía o ficción? Puede ser un descalabro, pero muy frecuentemente tales cosas arrastran verdades ( entendidas como veracidades) que se quieren expresar, y que tú englobas en “creencias”. Por el mito del poema homérico se descubrió Troya. pero tal cosa tenía un fuerte anclaje en el pasado: poseía historicidad.

    Los mitos de otros mundos lejanos o futuros los tenemos que encerrar en el ámbito de lo probable donde la imaginación prevalece hasta que la Ciencia nos de licencia para elaborar teorías, hipótesis, conjeturas, y mientras tantos, tenemos que coleccionarlos en el baúl de la ficción, salvo que volvamos otras vez al mundo de las creencias, donde, a lo mejor, siempre hemos estado.

    He tenido que hacer “sociología” (que nó ironía) en mis comentarios anteriores, porque la ciencia-ficción es un icono más de nuestra sociedad postmoderna.

  • pepe blanco

    Sobre las tres primeras hipótesis:

    Es algo que siempre me ha resultado muy sugerente, desde que allá por el año 1981 leí el libro de Sagan, “Cosmos”, en el que hacía una estimación probabilística de la vida extraterrestre. No eran las primeras estimaciones que se hacían al respecto. Ya en 1961 Drake formuló su famosa ecuación, que pretendía obtener la probabilidad de detectar vida inteligente en nuestra galaxia.

    En fin, que parece más que probable que haya vida inteligente en otras partes del universo. O, al menos, -siguiendo la gracia de Javier Peláez- vida más inteligente que la nuestra.

     

    Sobre la cuarta y  quinta hipótesis:

    Personalmente, no me resultan nada sugerentes. No me interesan, pues no pienso que haya indicios serios para tomarlas en consideración.

  • Isidoro García

    “Para ver el cuadro, es necesario estar fuera del cuadro”.  Sri Aurobindo

     
        Lo primero quería decir es que comprendo que a un ateo-agnóstico-escéptico-deísta, (cada uno elija lo suyo), estas hipótesis les parezcan cosas de ficción y fantasía, pero a un creyente religioso, que cree que, el cuerpo del humano Jesús, está en forma real, dentro de un trozo de pan que comulga, le parezcan demasiado fantasiosas, me parece un poco fuerte.
     
         La batalla del sentido común, los creyentes, todos, la tenemos perdida de antemano respecto a los escépticos: es el precio que tenemos que pagar por otros beneficios que sacamos. Nada es gratis. El único consuelo que tenemos es pensar que no siempre son las cosas lo que parecen, aunque hay que admitir que en una mayoría de casos, sí lo son.

       Situemos la cuestión. Las hipótesis de la existencia y posible interacción de inteligencias en zonas relativamente cercanas de nuestro pequeño planeta, no surgen solo y exclusivamente en la mente calenturienta de los escritores de ciencia-ficción. Es un universal cultural.

          Según Raimon Arola, “está demostrado que las etimologías de las palabras que significan dios en las lenguas indoeuropeas están relacionadas con la idea de la luz celeste, tal y como explica Mircea Eliade: “Desde que empezó a estudiarse este tema se reconoció el radical indoeuropeo deiwos, ‘cielo’, en los términos que designan al dios (latín deus, sánscrito: deva, iraní: div,…)”.

       Ciencia y mito no son contrarios, sino complementarios. En cada momento ciencia es lo que SABEMOS en el presente, y mito es lo que SABREMOS en el futuro, y por eso no tendría que haber contradicción.

        Es necesario en todo sistema de ideas, conocer donde estamos, y a donde vamos, pero para ello necesitamos saber de dónde venimos. Pero el mito, que nos indica lo que aun no sabemos a ciencia cierta, está repleto de errores.

         Pero si nos estrellamos con el coche contra un árbol, ¿deberíamos habernos quedado en casa, o deberíamos haber tomado otro camino mejor, o incluso haber conducido mas cuidadosamente?

      Por ello no hay que prescindir de todo mito y desmitificar el relato, sino purificar el mito de sus impurezas, adiciones y mixtificaciones. Es como la labor que hacen los químicos con las plantas naturales curativas: encontrar y aislar el principio activo que nos es útil.

       Todo esto, naturalmente, si creemos que en el mito existe un núcleo de verdad desconocida, ya porque provenga de un paleorecuerdo ancestral, (un arquetipo, almacenado en el subconsciente y transmitido generación tras generación), de una experiencias primigenias.
       O creemos que además, puede haber existido una revelación por parte de inteligencias que trascienden al ser humano, revelaciones mal interpretadas, transmitidas y transcritas por este, y que ahora debemos nosotros desencriptar.

        Aceptando como razonable el principio de que toda revelación es entendida parcial y equívocamente, pero procede de una fuente única y bienintencionada, cabría intentar hacer un ejercicio de síntesis del fondo de todas las revelaciones transmitidas cada una en los parámetros de su cultura, tratando de reconstruir así el mensaje original. Sería algo así como resolver una inmensa adivinanza cósmico-religiosa.
     

       Este proceso da origen a una dinámica remitificadora, impulsada por una necesidad que siente en su interior el hombre religioso, de conectar con sus arquetipos profundos, y es por ello  un fenómeno universal que se produce en todas las religiones.

  • Román Díaz Ayala

    El terror nuclear nos llevó a buscar alguna forma de distensión que llegó tras los acuerdos entre las dos potencias hegemónicas. Entonces se proyectaba  “Ultimatum a la Tierra” donde los alienígenas actuaban de redentores de la humanidad. Después del terror nuclear le llegó el turno a la Ecología, porque una versión más moderna nos mostraba cómo venían para recuperar todas las especies animales y vegetales negándoles a la especie humana la posibilidad de redención. Por un ardid muy cinematográfico la humanidad recibe el perdón y se le da una nueva oportunidad.

  • Javier Pelaez

    Hay que partir del dato evidente de que en el planeta Tiera no hay “vida inteligente”…¿Qué la hay en otros planetas?….

  • Román Díaz Ayala

    Al final de la Modernidad, las sociedades tenían que alimentar el miedo a sentirse invadidos, a la pérdida o la búsqueda de la seguridad de un Estado fuerte y armado. Nacía la ciencia-ficción con una invasión amenazadora, posiblemente de Marte, planeta candidato a mantener una civilización más avanzada que la nuestra.

    El comienzo de la Guerra Fría también alimentó esos miedos de una destrucción sobrevenida de afuera, pero esta vez remarcando el carácter “no-humano” de los invasores para aliviar nuestros remordimientos de conciencia.

    Era tal el éxito en las masas, tanto por la literatura como por el culto a la imagen ( el cine y la televisión) que el género adquirió cierta relevancia.

    Asomaban varias tendencias en el tratamiento del tema.

    Una era que una civilización tecnológicamente más avanzada  “nos descubrían”, bien para explotarnos o bien para ayudarnos según el carácter que proyectáramos a los invasores. Otra que habíamos sido el resultado de un experimento alienígena, una semilla de vida insertada en el planeta Tierra.

    La cientificista situaba a la humanidad en un futuro muy distante y con el avance tecnológico lográbamos superar las dificultades del espacio-tiempo para colonizar otros sistemas solares, incluso fuera de nuestra galaxia. Pero siempre sus variantes con los ingredientes del conflicto, sus resoluciones, y la victoria de las fuerzas ( ¿civilizaciones?) más poderosas.

    La vertiente “humanista” resulta algo más conmovedora otorgándole al de “afuera” la calidad de “persona”, como quedó retratado en “Enemigo Mío”, una cinta muy taquillera en España por el trabajo de Miguel Bosé.

    La ficción tiene el alto valor que nos desnuda retratando todo lo que somos y queremos proyectar de nosotros mismos.